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Ingrid Thulin
Te mataré Ramírez
porque así lo quiso tu raza
Te mataré Ramírez
porque quiero comer tu sangre,
probar tus glóbulos claros,
y despatarrarme, inmenso
en el árida bajamar
de tus pies
de suelas propias
Te mataré Ramírez.
Olvídate de tus sueños
descoyuntados, comidos, soviéticos,
despiertos
olvida tu belleza de pastor de cabras
tu interior desastre de ser el que
entierra cuerpos
el hambre de ti
mas unos cuantos
Te mataré Ramírez,
me vengaré por la espalda de tu osadía
de adquirir arrugas
No será el verdugo.
No será el sistema. No la tv. No el sicario.
y mato
y la nada nunca es válida sin mi
Te mataré Ramírez
ya que tú te empeñas en no hacerlo.
Ahora que has cerrado
los brazos
para proteger un espacio en que no cabes
ahora
ahora es hora de bendecir
(sí, ya conozco)
la fuerza de la
camisa
Debo suspirar más despacio
(que se oye)
aunque me siga doliendo
cada psicopático desprecio de esta vida
perfectamente incompleta
Se hace imprescindible
que me abuse
esa ingesta masiva de tiempo
que,
y reluciente
como sabe ser el sol
(dejando oírme)
iré a robarles la muerte:
dios
Buscaba un lugar (mesa o bañera) donde vivirte
Y dejaste que te amasara,
al panadero,
en tu propia casa
Como si hubiera en ello un acto de
autoestima
Madre,
lamento todos los días en que me metiste
a través de tu vergüenza
de reojo.
Y tuvo
un
niño
y lo llamó fracaso
He llegado
impertérrito y hostil, como los cables del tendido eléctrico
He llegado
y vengo, (siendo por supuesto
asesinable)
a llorar de alegría,
al fin y al cabo,
cuando el verbo se haga carne
y la repartan.
El hombre del circo avisa
que mañana
ya no habrá hombre bala,
premonitorio
en su hectolitro de gin kas,
saliendo a la pista
a dar pistas
de la inocencia neandertal de niños bajos
El equilibrista se equilibra
El domador se hace
del demonio
ningún nada,
tuviera que morirse y que
sofocante,
Ya sabes que
me escondo
dentro de los
verdes
y grasientos contenedores
de tu
bendita
basura
Vieja
vieja pública que escupes
de tu aliento
periférico, cómico, gallináceo, petulante
esputos verticales
que van a adormecerse a mis macetas
Tres hoy
uno mañana
ciento cincuenta desde que empezó
octubre
¿quién
va a contar tus escupitajos?
¿quién se acordará
de que estás viva,
y sola,
sola,
sola
Y yo no he podido
entender, aún, el dolor.
¿acaso no le escuecen
las lágrimas al ciego?
pero me contengo
Y el amor
es una perra
de olor indefinible
que cruje
tozudamente
Y me sujeto:
Persona, animal o cosa
(en fin, transparencia)
de quien te atreves a decir algo
Persona
que te haces decir por un nombre
que te estableces y
pronuncias alma
que acusas en consecuencia del índice de tus dedos
Animal
movido
de tu mórbido balance trimestral
de tu talento a punta de pistola
de tu régimen estricto
de horas punta
Cosa
que coseas
y atragantaste tu estancia
en el barbecho,
Buscarás refugio
en la experiencia
que brutaliza mis entrañas
Merodearás
el filo
multiforme
de mi corazón
ya, por lo menos, roto
Se regala y
se defrauda como gente
ahorcándose
a media mañana al
abandonar el colchón
Y comienza a renunciarse,
inspirada, al
día a día:
Huele a silencio,
delictiva placenta del banco mundial
A permanente ahogamiento
en mapamundis
a venda de suficiencia
que te impide llorar
si están distantes y pixelados
Huele
a manual de instrucciones:
creced, multiplicaos
y desmontar la tierra,
hijos de puta
Sures de angustia.
Cada segundo fallan
mil carricoches
Y tienes quince años
Cumplidos en el invierno,
la gran estación de Onán
(el asesino de vida)
Tu ángel,
para siempre
Ese eres tú: el que me mira cual ortopédico inútil
desde ese espejo
No.
Soportar no vale.
Mejor perderse
entre todo
lo finito y lo palpable
respirar
Hay una huella incrustada en la pared
Y me es ajena
pared y huella.
irreductiblemente
intacta
en cualquier otra bolsa
de la basura
Si fuera flor, sería sucia: como si fuera barro.
Si fuera barro, sería sucio.
Como barro sin limpiar.
de furia
Rencor,
hoy,
Restriégame la luz
que tanto odio
Viólame, rencor,
inaugura cada cómplice agujero que protejo
pero hoy,
hoy no vengas a por mí con tanta muerte
Demasiado dolor
del que partir
Vasta tragedia de un amanecer nuevo
Llegó el peligro.
Nos hundió el cuerpo hacia adentro
Y en un espasmódico arranque de
amargura
decidimos
sin fundamento alguno
callados.
Pusilánime es el llanto
que me espía
Puedo viajar
Pero sólo entre las puertas
por hediondos caminos que se venden a menguar
Llantos mohosos
para afrontar que soy tangible
y resignarme
Que no puedo,
no consigo vivir sin mí,
secar el agua y creerme paisaje
o plastilina
y en su hombro,
palos
aún por dar
La plebe, alambrada,
cosechando salvación
de más apretujado allá
y yo
permaneciendo
balsámico
Escondido
(cándido e inconsistente)
de oraciones y petardos
Ahora que yo
clavos
Si es verdad
señor
que nadie puede vencerte
metido en tu sombra misteriosa
envía un castigo
un futuro sin suerte
tu esperma de delincuente
Y he comprobado lo mal que sabe tu infierno
y no lo siento
por la llave que se dispersa
para no abrir
por la estrecha conquista del desnudo
exhausto
y me pregunto entonces
si las piedras se cubren de su terquedad
inamovible
comer
Ahora me han hecho quieto y
quieto soy
y a rajatabla
escucho
cómo
rutinariamente
amenazándose de muerte
sobreviven
mutuos
a mi inmutable
silencio emocionado
Anda el suicidio
anidándole en las alas
y ella
y su corrector dental
oblicuo
por las golosinas
Ofendiendo
su mirada inconversable
Y reabriendo
de cincuenta
Duermes entre hombres sin paisaje
Sin más caridad
que sus bolsillos acueducto
Capaces de demostrar su esperpento
con la parte menos blanda
de la mano
Que te quiero pero no te quiero mucho
Grotescos
como la peor zona de un cuerpo viejo
Iguales
en su balanceo
de ser mayoritariamente búsqueda
de
la vida:
esa frustrante anécdota de corrosión.
con
indiscutiblemente
tú
La feria de monstruos
se desholgazana
por colgarse
boca abajo
(feligreses)
entre alguno de sus arcos hidratantes,
…para
desbarbarse a la carrera y obligarse a rutinear
esta jornada
que ella
dieciochoañera
duerme durmiendo (quién sabe, sin sueños)
y a mí
su madre
Le quemaron los juguetes (a su niño)
y arrancaron a llamarle “mierda de cabra”
(en traducción)
que crecían
en insalubres espasmos favelarios
órganos
brotan
andamios con bombillas de color de festival
esta vez
los reyes magos se dignaron
a traer
pegamento
1.
Recuerdos del necio enano
Mi país es tontería.
Mas o menos como el resto
2.
Primavera de oriente
Sinsabor de pelo bajo el albornoz
Blancuzco mundo de dragones
corte de ingles
3.
Se mantienen silenciosas
las banderas
conformes
sino estando
Y es
en la parte trasera
de un asiento de autobús (el doce)
encorazonados
con mayúsculas
… y entonces
aparecieron
cabareteras,
húmedas
las alegrías
para verme
segar
mi emputecido miedo
de vosotros