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bendicen,
y en los astros,
cicatrices
I.Villanueva
.Sebastián Gómez
o
la extinción elemental de cualquier subespecie.
que ya es todo
un arcén de métrica póstuma
que sorbe especies
y esculpe polvo
Los ojos,
acorralados,
metiditos en corral,
tiran de ti
y, bravos,
te siguen a todas partes
imitando tu condena
a quien
en el sumo desarrollo de la enajenación
a que puede llegar
un progenitor caucásico,
dejaron,
como si fuera un dios antiguo,
a su recaudo,
el cuerpo
lleno
de desolación
.Jorge Osún
o
el amor y otras nuevas asperezas de intravena.
fractal
como maniquí que olvidó la moda.
Abrazada afín
a la bombona de butano,
María Osún se fue por siempre
Queda, entonces,
refundar el mecanismo de los párpados
y entumecer
los globos oculares inválidos
con el yeso demoledor del techo
de la cocina
y sentir
la superficie pútrida del cuerpo
inundándose
otra vez
del mar de Wedell
Horizontal,
desde el aeropuerto
te veo pasear las piernas
en tacón bajo,
certeras y paralelas,
Obedezco y espío.
la función elemental
de los espejos
.Amelia Gálvez
o
la metalurgia participativa del sistema endocrino.
Le juró fidelidad,
con colador,
en la iglesia de san Francisco
en Ayacucho
De prolegómeno
le salió un cordón de dentro,
cubil que traía atado
a un muerto niño
Sereno y conforme
bautizó al segundo el camposanto
El tercero
se filtró goteando incluso a medias
las piernas
.Miguel Cabrera
o
la hormiga electoral que salió rana.
Jueves.
Nueve y dos de una mañana sarpullida
que candó
Sol,
no vengas a jugar si no traes juguetes.
Y no bailó.
Se fumó un pitillo.
No veía bien.
.Mladen Sabotic
o
la ciencia hosca del corral ajeno.
Le llamaban el gringo,
en mofa,
por el acento
Lo recogimos alfilereado
tras campar falda ajena
allá por sagitario
a morder
.Francisco Guzmán
o
los personajes que ni Esquilo quiso.
Catorce,
dicen que hacía.
y ya no trague
.Miguel Sanjurjo
o
vísperas de la demolición.
En la aldea de Llocllora
Pablo, Alejo y Miguel se presentan
a alcalde.
de hace quince
Se fijan en ti
como con telescopio
Se mezclarán. Sí,
ya se mezclan,
y se derivan al llanto,
al gemido germinal,
a explorar comúnmente
la piel muerta que se va atrás.
Hay un muro.
No tose.
de no ser
por la postura
.Filiberto Paz
o
la presión de fumigar medio planeta.
La tarde, fronteriza,
va cediendo a pedaladas sobre el lago
y descuida su luz.
Siento nervios.
Como siempre.
Un sistema de ecos por debajo
de las prendas
Chist.
Son ellos.
La gente que describió la nieve
hecha a mano
de pecar
.Paloma Quispe
o
el bloqueo subconsciente de las medias de rejilla.
Ejerce su papel,
concisa,
sin movimientos bruscos,
simpatizando
con el esqueleto propio
Cintura profesional,
a tocateja
(catorce dólares la entrada)
Continúan
a la fuerza,
los días siguientes,
rebobinando el estrépito
Se llama Paloma
y es de La Paz
.Sofía Galindo
o
las grietas de un tiempo ahorcado.
Computando profecías,
cínico y exhausto,
se jodió el sol
En seguida, inhóspitos,
geiseres y geishas,
nublaron,
atacados,
invisibles,
con cuchillo y tenedor
Tú misma, contrita,
descuartizas
la postrera gota, que calma,
colmó
la ablación de la primera estrella que,
deslizada,
prendió fuego
pensando en la mamá de Juan,
que era la tuya
No salpiques.
No hace falta.
Un vómito sardónico
de esperanza
le concedió un día más
Ciclópeo,
apiló la ropa interior como si fuera
un negocio,
con tiento,
por la luminosidad agria de los colores
y,
deciso,
se dedicó a salivar
ansioso
del arrullo circular
de una noche
sin urgencias
.César López
o
la suma del amor bien desgastado.
Admitido el desgarrón,
noto que mis manos
ya no existen,
como buzos que durmieron bajo el mar
o demonios
deshechos a espadazos
por el arcángel Gabriel
porque no es lo mismo
oír el río
un semillero
de clones cabizbajos que corrían
Comías, debutante,
cuando ellos se iban a dormir
Entretenida en tu cobertizo,
fuiste roma,
sin el puritanismo zafio
de las horas de escuela
de la gran puta
.Camila del Carpio
o
el mixto porvenir de pasar la mopa.
aceptando
su muerte local,
para consumo propio:
Las observo,
providencial,
por saber si,
en su intermedio lumbar,
falsas,
levitan
Te tramas.
Me ingirió,
como por contrato,
el rosario hermafrodita
que supone el gentío
Visión polifónica
de la aceleración
entre paréntesis
Y justo entonces
entiendo
que alguien hizo que las máquinas volaran
Déjame,
si se pone a nevar,
escondido en el forro de la almohada
Tápiame,
que a dientes largos,
investigaré tu rincón más oprimido
Y derrocha
un cielo adúltero y acuático
que me roa
como
el calostro rufián
de cualquier amazona
.Amanda Solano
o
la ola que fracturó esta pelvis.
Vegetal,
en Huanchaco,
fumo incontenida
para sobresalir
mediante el milagro físico de la flotabilidad
Siluetas precisas
enmascaran
la conformidad amable de la carne
Niños semiexistentes
agarran oxígeno
para enterrarse en la arena
y su millarismo piezal
El trabajo dignifica
al patrón
En cien años
todos
Paola, te borraste,
mirando de lejos la manzana
que sobró,
al encuentro
de un edén repetitivo
Pero
ya moraron en la tierra muchos cercos
y lunas
demasiado hienas
no
afloja
.Arturo Ruiz
o
mi incierto cúmulo de llantos.
Yo,
recién había salido del trabajo
Tú,
selvática, te oliste,
toda tórrida
Yo,
cilíndrico,
te ubiqué cruda
Tú,
calada de este síntoma global
ferviente
Yo,
acomodado a raciones
de placer apéndice
Tú,
neta ambición de huesos sin reposo,
de posturas favoritas
en el litoral
Se nos ve,
ahora,
ahí sentaditos,
pegados en la minuciosidad,
abúlicos de pretérito,
si después
de repartir
el cociente no exacta
y sobro yo
.Aurora San Clemente
o
esto, también, es América.
Adherida
a la iglesia de Los Huérfanos
intento desprenderme
de estampitas y santos