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Lingüística– Cátedra “A”

2° cuatrimestre 2015

Payne, Thomas (2004) Describing morphosyntax. Cambridge: Cambridge


University Press. (Cap. 2 “Tipología morfológica”, parágrafos 2.1, 2.2 y 2.3;
pp.27-31. Cap. 7 “Relaciones gramaticales”, parágrafos 7.1 y 7.2; pp. 129-144)

Traducción de Esteban Carrera (adscripto a la Cátedra de Lingüística), con la revisión


de Verónica Nercesian, para el uso exclusivo de los alumnos de la cátedra.

2 Tipología morfológica

2.1 Tipología morfológica tradicional


Uno de los primeros temas en el análisis de la gramática de una lengua es
determinar qué tipo de lengua es de acuerdo a su morfología. Esta sección
proveerá un marco teórico y algunas sugerencias para entender la tipología
morfológica de las lenguas.
Una tipología es simplemente la división de una variedad de fenómenos
en tipos. “Tipologizar” un fenómeno es establecer categorías de ese fenómeno
en tipos. Por ejemplo, una tipología de vehículos motorizados podría consistir
en una lista que contenga camiones, automóviles, colectivos, etcétera. El valor
de una tipología para aquellos que estudian fenómenos naturales, como una
lengua, depende de la capacidad que tiene la tipología propuesta de hacer
predicciones acerca de las características relevantes de los individuos
representados por dichos tipos. Por ejemplo, tendría poco sentido tipificar
vehículos motorizados de acuerdo al color, ya que no hay propiedades
importantes que se correlacionen con (o sean predecibles por) el color de estos.
Por otro lado, sí hay un conjunto de propiedades formales y funcionales que
distinguen a los automóviles de los colectivos, los tractores, etcétera. Esto
equivale a decir que es mucho más coherente y sustancial utilizar un concepto
tipológico como “colectivo” en vez de uno como, por ejemplo, “vehículo
motorizado color rojizo”.
Se han propuesto distintas tipologías de lenguas en la historia de la
ciencia lingüística. La primera que logró mantener un interés duradero fue la
tipología morfológica. Esta refiere principalmente al hecho de que las palabras
de las lenguas son divisibles en morfemas individualizados. Las primeras
propuestas reconocían tres tipos de lenguas de acuerdo a su morfología: (1)
aislantes, (2) aglutinantes y (3) fusionantes o flexivas. En la siguiente sección
voy a describir una extensión de esta teoría propuesta por Comrie (1989).

2.1.1 Síntesis
El índice de síntesis (Comrie, 1989) tiene que ver con cuántos morfemas
tienden a ocurrir por palabra. Este índice introduce la noción de un continuum
que tiene dos extremos, de un lado se encuentran las lenguas aislantes y del
otro, las altamente polisintéticas. Una lengua estrictamente aislante es una en la

1
cual cada palabra consiste en un solo morfema. Un ejemplo de este tipo de
lenguas es el chino. En cambio, una lengua altamente polisintética es aquella en
la cual las palabras tienden a contener varios morfemas. El quechua y el inuit
(esquimal) son claros ejemplos de este tipo de lenguas. El siguiente es un
ejemplo de una estructura polisintética en yup’ik esquimal (provisto por Eliza
Orr):

(8) tuntussuqatarniksaitengqiggtuq
tuntu-ssur-qatar-ni-ksaite-ngqiggte-uq
ciervo-cazar-FUT-decir-NEG-otra vez-3SG:IND
‘Él no había dicho todavía otra vez que iba a cazar ciervos.’

Greenberg (1954) provee un método cuantitativo para determinar la


tipología morfológica de una lengua. Sin embargo, los lingüistas descriptivos
raramente consideran útil este método. Esto es probablemente porque, como
fue mencionado arriba, la tipología morfológica no puede predecir todas las
características de una lengua que podrían ser de valor para un lector de
esquemas gramaticales. Una regla más útil, aunque no cuantitativa, dice que si
una lengua puede expresar una oración completa con un solo verbo, es
polisintética. Si no puede hacerlo, entonces esa lengua es aislante. Las
gradaciones “medianamente” o “altamente” pueden ser agregadas
dependiendo de las intuiciones del investigador, por ejemplo: el inglés es
“medianamente aislante”, el chino es “altamente aislante”, o el coreano es
“medianamente polisintético” mientras que el inuit es “altamente polisintético”.
A los fines de predecir otros aspectos estructurales de una lengua según esta
tipología, la ganancia de invertir demasiado tiempo en ser más preciso que ello
no es suficiente.

2.1.2 Fusión
El índice de fusión (Comrie, 1989) tiene que ver con el grado en que las
unidades de significado están “fusionadas” en un mismo ítem morfológico. Una
lengua altamente fusionante (a veces llamada “flexiva”, pero dado que este
término tiene otras connotaciones usaremos el de “fusionante”) es aquella en la
cual un morfema puede contener varios significados, por ejemplo en el español
el morfema –ó en habló expresa al mismo tiempo el modo indicativo, la tercera
persona del singular, tiempo pasado y aspecto perfectivo. Si alguno de estos
componentes del significado cambia, la forma flexiva también debe hacerlo. El
turco es una lengua en la cual cada componente de significado se expresa con
un único morfema. Debido a esto el turco se configura como una lengua
altamente aglutinante. De nuevo, no hay ningún método cuantitativo para
establecer con precisión el índice de fusión de una lengua determinada. Para
lenguas altamente aislantes, el índice de fusión simplemente no aplica. Si se
quiere, el inglés es aglutinante más que fusionante, ya que en una palabra como
anti-dis-establish-ment-ari-an-ism cada morfema tiene un significado específico y
bastante directo. No obstante, estas palabras son todas de origen latino. Algún
matiz de fusión en la lengua inglesa se puede encontrar en formas verbales

2
“fuertes” (irregulares), como por ejemplo sang, thought, brought, en las que el
morfema de tiempo pasado no puede ser separado de la raíz.
Las lenguas nilóticas1 expresan algunas operaciones morfológicas a
través del contraste entre vocales con adelantamiento de la raíz de la lengua
(+ATR2) y normales (-ATR). Por ejemplo, en sabaot, una lengua nilótica del sur
hablada en Kenya y Uganda, las siguientes dos palabras contienen los mismos
“bloques” de forma morfológica. La única diferencia entre ambos es que en 9a
el morfema suprasegmental (ATR) se manifiesta a partir de los cambios de
calidad y tono vocal de toda la palabra.

(9) a.
ka-a-mnyaan-aa-t-ATR
PAS-1SG-estar.enfermo-EST-DIR-IMPERF
‘Me había enfermado (pero ahora no estoy enfermo).’

b. káámnyáánáát
ka-a-mnyaan-aa-t
PAS-1SG-estar.enfermo-EST-DIR
‘Me enfermé cuando estaba afuera (y sigo enfermo).’

Los verbos fuertes del inglés y el aspecto del sabaot son ejemplos de
fusión, no porque muchos componentes de significado estén asociados a una
sola forma, sino porque bloques morfológicos específicos no pueden ser
disociados o aislados.

2.2 Procesos morfológicos


Hay seis procesos morfológicos básicos por los cuales las bases pueden
ser alteradas para ajustar sus significados al contexto sintáctico y comunicativo.
Estos seis procesos son (1) prefijación, (2) sufijación, (3) infijación, (4)
modificación de la base, (5) reduplicación y (6) suprafijación (o modificación
suprasegmental). Un séptimo proceso, supleción, no podría ser técnicamente
llamado morfológico ya que consta del reemplazo de una base por otra. No
obstante, cualquiera de las operaciones que están típicamente codificadas
dentro de los seis procesos básicos también puede ser codificadas por la
supleción, por lo tanto merece al menos tener una mención en esta sección. Los
prefijos son morfemas ligados que se añaden al inicio de la base, por ejemplo –
un en unselfish. Los sufijos son morfemas ligados que se añaden al final de la
base, por ejemplo el marcador de tiempo pasado en inglés –ed. Los infijos son
morfemas ligados que ocurren dentro de la base. En inglés, no hay de esta clase
de morfemas, pero en las lenguas austronésicas3 son bastante comunes, por
ejemplo en bontok (Filipinas) el infijo um de fumikas ‘volverse fuerte’ (cf. fikas
‘ser fuerte’). La modificación de la base es lo que ocurre en el paradigma de
1
Nota del traductor: Las lenguas nilóticas pertenecen a la familia de las lenguas sudánicas orientales y se
encuentran ubicadas en las zonas de Sudán del Sur y Tanzania.
2
Nota del traductor: ATR=Advanced Tongue Root (adelantamiento de la raíz de la lengua).
3
Nota del traductor: Estas lenguas están distribuidas geográficamente en las zonas de Madagascar,
Taiwán y Oceanía.

3
sing, sang y sung del inglés. La reduplicación consiste en la repetición de una
parte de la raíz (muchas veces la raíz entera), por ejemplo, en ilokano (Filipinas)
pingan es ‘plato’ y pingpingan ‘platos’; talon es ‘campo’ y taltalon ‘campos’. En la
modificación suprasegmental un patrón del tono o de la acentuación de una
palabra indica una operación morfológica particular. El inglés hace uso de
algunos patrones de acentuación para indicar la diferencia entre ciertos
nombres y verbos relacionados, por ejemplo pérmit (n) ‘permiso’ vs. permít (v)
‘permitir’ o cónvert (n) ‘converso’ vs. convért (v) ‘convertidor’. Algunas lenguas,
especialmente en África y Mesoamérica, usan modificación por tono para
indicar operaciones morfológicas muy comunes tales como tiempo y aspecto.
Como se mencionó antes, la supleción es el reemplazo de una base por otra. En
inglés el verbo be (‘ser’) es notoriamente supletivo; is, am y are derivan de una
raíz histórica, were y was otra, y be de una tercera raíz.
La mayoría de las lenguas que son mayormente aglutinantes emplea
sufijos, algunas además emplean prefijos y algunas otras también infijos. Muy
pocas lenguas emplean solo prefijación y ninguna conocida emplea solamente
la infijación o alguno de los otros tipos de procesos morfológicos mencionados
más arriba. Bybee (1985) describe detalladamente los patrones de expresiones
morfológicas de distintos tipos de operaciones en un corpus aleatorio de
cincuenta lenguas. Ella propone que los procesos morfológicos, al igual que los
sintácticos, están motivados de alguna manera por principios cognitivos
universales. Desde este punto de vista, el rol de la semántica, la pragmática y la
cognición en la motivación de estructuras morfológicas es un área de interés
teórico.

2.3 Marcación en el núcleo/dependiente


El núcleo de una frase o sintagma (en la mayoría de las definiciones) es
el elemento que determina la función sintáctica de toda la frase. Así, en una
frase nominal, el núcleo es el nombre que refiere a la misma entidad a la cual
refiere todo el sintagma, por ejemplo corona en la corona de la reina de Inglaterra.
Una adposición es el núcleo de una frase adposicional4 porque la presencia de
la adposición es lo que le da a esa frase sus propiedades sintácticas particulares.
Sin la adposición la frase sería simplemente nominal. A otros elementos en una
frase a veces se los denomina dependientes.
Algunas lenguas tienden a marcar la relación entre un núcleo y un
dependiente en el núcleo, mientras que otras tienden a marcar dicha relación en
el dependiente. Por ejemplo, el inglés es predominantemente de marcación en el
dependiente. Esto puede observarse en el hecho de que en las frases nominales
posesivas, el núcleo nominal no está marcado con la indicación de que es
poseído; en su lugar, es el poseedor el que está marcado: John’s book ‘el libro de
Juan’. Otras lenguas, como el farsi (Indo-iraní, Irán), típicamente marcan el
núcleo (10).

4
Nota del traductor: El término “adposición” se emplea para nombrar de manera general a las
preposiciones, las postposiciones y las circumposiciones.

4
(10) Zhon kitab-é
Juan libro-POS
‘El libro de Juan.’

Las lenguas tenderán a seguir un patrón o el otro en de diferentes tipos


de frases, como las nominales, las verbales, las preposicionales, etcétera. Las
lenguas de marcación en el núcleo son comunes a lo largo de América, África,
Asia, Siberia y el Oriente Medio. Las de marcación en el dependiente son menos
comunes y se encuentran fundamentalmente en Europa, aunque algunas
lenguas amerindias también son de marcación en el dependiente.

5
7 Relaciones gramaticales

Las relaciones gramaticales (RG) son generalmente concebidas como


relaciones entre argumentos y predicados en un nivel de estructura lingüística
que es independiente (o “autónomo”) de ciertas influencias semánticas o
pragmáticas. Para los lingüistas descriptivos, es importante reconocer que las
RG tienen funciones universales en la comunicación mientras que al mismo
tiempo las definen en términos de propiedades formales específicas de cada
lengua.5 Las propiedades formales que definen de manera más directa las RG
son las siguientes:

1 marcación de caso
2 marcación de la referencia del participante en los verbos
3 orden de los constituyentes

Los términos más comunes para referirse a relaciones gramaticales son:


sujeto, objeto directo, objeto indirecto, ergativo y absolutivo. El término
oblicuo se refiere a las frases nominales que carecen de una relación gramatical
con algún predicado. Al inicio de la sección siguiente (7.1), se darán las
definiciones correspondientes y algunos ejemplos de estos términos y las
formas en que se expresan en las lenguas. La siguiente discusión intentará
proveer fundamento y justificación a la noción de “relaciones gramaticales”.
Esta discusión es de importancia para el lector que tiene serias dudas acerca del
“cómo” y el “por qué” de las RG, pero puede ser salteada por aquellas personas
que quieran ir directamente a la pregunta sobre cómo describir el sistema de
relaciones gramaticales en una lengua.
La expresión gramatical de los roles semánticos y los estatus pragmáticos
(ver capítulos 3 y 10) es entendible en términos de la función comunicativa del
lenguaje. Sin embargo, es mucho más difícil explicar las RG de esta manera. Por
ejemplo, es intuitivamente obvio por qué una lengua debería expresar la
diferencia entre los roles semánticos de AGENTE y PACIENTE de manera fácil y
clara – en muchas situaciones comunicativas es muy pertinente distinguir
entidades que actúan y entidades sobre las que se ejerce una determinada
acción. Si una lengua no hiciera esta diferencia sería difícil comunicar
proposiciones del tipo “Juan mató al león”, ya que para el hablante no habría
manera de esclarecer quien mató a quien.
De manera similar, es importante para los hablantes poder comunicar
fácilmente el estatus pragmático, como la topicalidad y la identificabilidad (ver
capítulo 10). Como hablantes, estructuramos mensajes para identificar
adecuadamente hechos o actividades importantes que sentimos que el oyente
no va a poder identificar por sí mismo. Y apuntando a la eficiencia, nos
abstenemos de sobre-identificar hechos que juzgamos como poco importantes o
fáciles de identificar por el oyente. Este delicado balance entre adecuación y
eficiencia es un principio importante del comportamiento humano en general y

5
Ver Introducción, sección 0.2.1, sobre la relación forma-significado en las lenguas, y sección 3.2 sobre
la definición del término “argumento” para los lingüistas descriptivos.

6
aparentemente está presente en varios aspectos de la vida (ver Zipf 1949, Grice
1975 y otras referencias en pragmática). En suma, tiene sentido que las lenguas
hayan automatizado, “enaceitado”, sistemas para expresar tanto estatus
pragmáticos como roles semánticos en las frases nominales en el discurso.
No obstante, no existe ni está por surgir ningún tipo de justificación
intuitiva o pre-teórica similar para las RG entre los lingüistas. ¿Por qué una
lengua debería prestar particular atención a las relaciones entre argumentos y
predicados en un nivel abstracto de estructura que no es sensible a la semántica
o la pragmática? ¿Qué uso tiene este tipo de estructura para el hablante y el
oyente en la comunicación? Si las RG resultan ser una clase de representación o
“mapeo” de los roles semánticos y/o los estatus pragmáticos (y posiblemente
otros roles funcionales no descubiertos aún), entonces su existencia podría ser
explicada a través de la función comunicativa del lenguaje. Pero simplemente
como etiquetas de nodos en la forma sintáctica autónoma de las oraciones, las
RG no tienen un valor significativo u obvio. Estas claramente existen y pueden
incluso ser universales; sin embargo, el por qué existen no es inmediatamente
evidente.
De todas formas, hay serios problemas en afirmar tan rápidamente que las
relaciones gramaticales son representaciones directas de los roles semánticos6
y/o estatus pragmáticos. Por ejemplo, como se mencionó en la sección 3.2.0,
hay varios (potencialmente un número ilimitado de) roles semánticos y estatus
pragmáticos, pero hay solo alrededor de tres RG en una lengua particular.
¿Cómo pueden tres categorías formales expresar una variabilidad infinita en el
mundo del mensaje? De hecho, es una observación común que una cierta RG en
cualquier lengua tiende a expresar típicamente varios roles semánticos
diferentes y que un rol semántico particular puede ser expresado por varias
RG. Por ejemplo, los sujetos gramaticales (subrayados) de las siguientes
cláusulas expresan cada uno un rol semántico muy diferente:

(1) a. George opened the door. Sujeto = AGENTE


‘Jorge abrió la puerta.’

b. This key opened the door. Sujeto = INSTRUMENTO


‘Esta llave abrió la puerta.’

c. This wind opened the door. Sujeto = FUERZA


‘El viento abrió la puerta.’

d. The door was opened by the wind. Sujeto = PACIENTE


‘La puerta fue abierta por el viento.’

El hecho de que los roles semánticos no concuerden en forma directa con las
relaciones gramaticales en ningún nivel de abstracción concebible es evidencia
prima facie, para algunos lingüistas (p.ej. Rosen 1983), de que las RG no derivan

6
Nota del traductor: También llamados roles o papeles temáticos.

7
de los roles semánticos. Por ello, las RG deben tener un status independiente
(autónomo) en cualquier teoría lingüística.
Los intentos que se han hecho para derivar las RG de los estatus
pragmáticos también han sido poco productivos. Por ejemplo, algunos
lingüistas propusieron que la categoría “sujeto” en las lenguas es la
manifestación lingüística de un estatus pragmático como el “tópico”. Ahora
bien, tópico es un término que es todavía más difícil de definir de manera
independiente que el de AGENTE (ver sección 10.0.3). Sin embargo, las
definiciones más tradicionales asumen alguna forma del enunciado “el tópico
es aquello de lo que la oración trata”. Si tratamos de aplicar esta definición a
datos reales, nos encontramos con los mismos problemas que con los de los
roles semánticos. Por ejemplo, en las siguientes oraciones es difícil de imaginar
un modo de identificar el sujeto de la oración, yo, como “aquello de lo que
oración trata” de manera independiente de su status como sujeto gramatical:

(2) a. I just married the most beautiful woman in the world.


‘Yo me casé recién con la mujer más linda del mundo.’

b. Now BEANS I like.


‘Ahora POROTOS quiero yo.’

c. As for democracy, I think it’s the best form of government.


‘Con respecto a la democracia, yo la creo la mejor forma de gobierno.’

Esta clase de ejemplos dejan claro que no hay ninguna relación directa de
“mapeo” o “derivación” de las nociones intuitivas de roles semánticos o estatus
pragmáticos a las RG. No obstante, las lenguas sí parecen tener relaciones
gramaticales. Estas han sido probadamente útiles para los lingüistas durante
siglos, aunque ha habido mucho debate y poco acuerdo en el hecho de por qué
deberían existir. Parecen naturales porque de hecho las lenguas las tienen, pero
su rol funcional en las lenguas ha sido difícil de explicar de manera
satisfactoria.
Los lingüistas funcionalistas modernos tomarían un acercamiento diferente
a la definición de las relaciones gramaticales. Desde un punto de vista
funcional, la relación evidente pero inexacta entre los estatus pragmáticos/roles
semánticos y las RG está motivada por la noción de prototipo más
gramaticalización (ver Introducción, sección 0.2.2). Por ejemplo, una frase
nominal que es tanto un típico AGENTE semántico como un típico tópico
pragmático estará muy probablemente expresada como un sujeto gramatical.
Un funcionalista diría que dicha frase nominal es un sujeto prototípico. O sea,
que es la clase de sintagma nominal, en términos de rol semántico/pragmático,
la que provee la base funcional para la categoría formal de sujeto. Debido a que
es una categoría muy útil, tiene sentido que las lenguas tengan una forma tan
automatizada (gramaticalizada) de expresarlo.7

7
De manera similar, los restaurantes de comida rápida en Estados Unidos tienen un modo muy
automatizado de hacer hamburguesas con queso combinadas con cualquier otra cosa. Este es una

8
Ahora, ¿qué es lo que pasa cuando una frase nominal refiere a un AGENTE o
un tópico menos prototípico? Como se mencionó antes, las lenguas tienden a
tener solo tres relaciones gramaticales. Esto indica que las desviaciones
pragmáticas o semánticas pueden ser bastante significativas antes que una frase
nominal deba ser excluida de una RG particular. Parecería poco racional e
ineficiente tener una distinción gramatical para cada matiz concebible de los
roles semánticos/pragmáticos. Eso equivaldría a tener una palabra
completamente diferente para cada tono concebible de color en el espectro. Por
eso ocurre el “agrupamiento” de roles semánticos y pragmáticos. Los referentes
que se encuentran lo “suficientemente cercanos” al prototipo se expresan a
través de sintagmas nominales en la misma RG, debido a que son los referentes
más prototípicos. Dado que esta noción de “suficientemente cercano” es una
decisión de los usuarios de la lengua, hay variación de una lengua a otra
(incluso, en algunas lenguas, de situación en situación) en relación a cómo se los
agrupan. Por ejemplo, en la oración del inglés John likes beans (‘A Juan le gustan
los porotos’) la persona que “gusta” es tratada gramaticalmente de la misma
manera que un AGENTE de verbos agentivos como matar o comer. En otras
lenguas, en particular en español, la persona que “gusta” es tratada como un
objeto indirecto:

(3) me gusta la yuca


1SG:DAT gusta:3SG ART mandioca

En esta oración, el sujeto es yuca, como se evidencia por la concordancia del


verbo en tercera persona del singular. “El que gusta” es expresado por el
pronombre dativo me. Por consiguiente, parece que en español se le da al
experimentante de la sensación de “gustar” la misma relación gramatical que a
un RECIPIENTE o un PACIENTE de verbos más agentivos, mientras que en inglés el
experimentante se agrupa gramaticalmente con el AGENTE. En suma, las RG son
categorías formales automatizadas (sobreaprendidas o institucionalizadas) que
permiten a las lenguas lidiar con un rango infinito de variabilidad en el reino de
los roles semánticos y los estatus pragmáticos. Esto no equivale a decir que las
lenguas no tienen ninguna forma de comunicar varios grados de agentividad o
topicalidad. Es solo que no tienen medios gramaticales, automatizados y “bien
aceitados” para ello.
Es una observación empírica el hecho de que las lenguas tienden a tener
aproximadamente tres categorías distintas para las relaciones gramaticales
centrales (generalmente sujeto, objeto directo y objeto indirecto).8 Esto

categoría útil porque gran parte de los norteamericanos quieren hamburguesas con queso combinadas con
cualquier otra cosa. Sin embargo, una vez que esto es hecho dentro de una categoría automatizada, lleva a
que todavía más gente elija hamburguesas con queso combinadas con cualquier otra cosa porque pedir
algo medianamente diferente es más complicado y, por lo tanto, toma más tiempo. Entonces la categoría,
una vez gramatizalizada, se vuelve un tipo de profecía autocumplida en la que la gente la elige solo
porque es una categoría y no necesariamente porque es la mejor solución al problema que están
enfrentando. El establecimiento de una categoría crea o acentúa una necesidad por esa categoría.
8
Oblicuo es a veces considerado una relación gramatical, pero no central. Yo prefiero considerar los
oblicuos como aquellos elementos nominales de la cláusula que no mantienen una relación gramatical con

9
probablemente refleje limitaciones cognitivas humanas en el seguimiento de
los roles de los participantes necesarios para expresar los tipos de mensajes que,
en general, les preocupa comunicar a los seres humanos. En otras palabras, hay
dos, posiblemente tres, categorías necesarias para mantener los roles de los
participantes distinguidos entre sí en una interacción humana normal sin
sobrecargar la mente.

7.1 Sistemas para la agrupación de S, A y P


A fin de definir adecuadamente las relaciones gramaticales, es conveniente
identificar tres roles semántico-sintácticos básicos, llamados S, A y P (Comrie
1978a). Dixon (1972, 1979, 1994) y Silverstein (1976) también usan términos
similares. Dichos términos, introducidos brevemente en la sección 4.0,
presuponen dos tipos de cláusula prototípica:

(4) a. Argumento único


Bob left.
S V (verbo)
‘Bob se fue.’

b. Múltiples argumentos
Bob greeted Aileron.
A V P
‘Bob saludó a Aileron.’

La S se define como el único argumento nominal de una cláusula de un solo


argumento. A veces, este tipo de cláusula es denominada intransitiva (ver
capítulo 8 para la discusión de diferentes tipos de transitividad; ver sección
3.2.0 para una discusión del término “argumento”). La A es definida como el
argumento AGENTE más prototípico de una cláusula de múltiples argumentos.9
A veces, este tipo de cláusula es denominada transitiva. Si no hay ningún
argumento prototípicamente AGENTE, A es el argumento que es tratado
morfosintácticamente de la misma manera que un AGENTE prototípico. Con
frecuencia, en cada cláusula verbal hay un argumento que presenta esta
propiedad, aunque puede no haberlo. Más adelante se explican sistemas más

el verbo. Los argumentos oblicuos pueden ser entendidos como aquellos que son objetos de preposiciones
en inglés. Se trata de adjuntos opcionales de la oración, semejantes a los adverbios (ver secciones 3.4 y
11.3). El estatus de objeto indirecto es dudoso en muchas lenguas. Generalmente los elementos de la
cláusula que son llamados “objetos indirectos” tienen las mismas propiedades formales que cualquier
objeto directo u oblicuo.
9
Por “AGENTE prototípico”, queremos decir aquí, el argumento que más se aproxima al ideal del
participante instigador y/o controlador de la escena descripta por la proposición. No nos referimos a las
propiedades inherentes de los argumentos del verbo, como se describe en la “jerarquía de valor de tópico”
(topic-worthiness hierarchy) en la sección 7.3.2. Esto es, en una oración como (i) The change in schedule
made me late. [‘El cambio de cronograma me hizo retrasar’], la frase the change in schedule [‘el cambio
de cronograma’] es el argumento A porque está presentado como una entidad que controla el evento
específico de retrasar, aun cuando una primera persona, me [‘me’], sea más alto en la jerarquía de
agentividad inherente. La noción de agentividad inherente refiere al hecho de que cierto tipo de entidades
son inherentemente bastante proclives a ser codificados como AGENTES, pero no excluye, por ningún
medio, el hecho de que tales entidades se encuentren a menudo también en otros roles.

10
complejos. La P es el argumento PACIENTE más prototípico de una cláusula de
múltiples argumentos. Al igual que antes, si ninguno de los argumentos es un
PACIENTE prototípico, entonces el argumento que es tratado como un PACIENTE
prototípico es considerado P.
La relación gramatical de sujeto puede ser definida como A y S, mientras
que la de objeto directo, o simplemente “objeto”, puede ser definida como P.
Algunas lenguas prestan mayor atención a este agrupamiento que otras. En la
discusión extendida a continuación, presentaré varios sistemas de
agrupamiento de S, A y P y los medios morfosintácticos que las lenguas
emplean para expresar esos agrupamientos.
Las lenguas pueden tratar a S y A de una misma manera, y a P de una
distinta. Los siguientes ejemplos del inglés ilustran esto con formas de caso
pronominal– una forma, he ‘él’, es usada para pronombres de tercera persona
del singular masculinos tanto en el rol de S como el de A. Una forma diferente,
him, es usada para pronombres de tercera persona del singular masculinos en el
rol de P:

(5) a. He left. S
‘Él partió.’
A
P
b. He hit him.
‘Él le pegó.’

Las lenguas quechuas (un grupo de lenguas habladas a lo largo de la


Cordillera de los Andes en América del Sur) manifiestan este sistema en la
marcación de caso morfológico en frases nominales libres. En los ejemplos a
continuación, el mismo marcador de caso, 0 (cero), ocurre en frases nominales
en el rol de S (6a) y en el de A (6b). Un marcador de caso distinto, -ta, ocurre en
frases nominales en el rol de P (Weber 1989).

(6) Huánuco Quechua


a. Juan-0 aywan. ‘Juan va.’
Juan-NOM va
S

b. Juan-0 Pedro-ta maqan. ‘Juan le pega a Pedro.’


Juan-NOM Pedro-ACUS pega
A P

Este sistema es a menudo denominado nominativo/acusativo. Si algún caso


morfológico marca tanto el rol de S como el de A, es denominado caso
nominativo, mientras que el caso que marca solo el rol de P recibe el nombre de
acusativo. Este sistema parece bastante razonable para los hablantes de lenguas

11
indoeuropeas, ya que la mayoría de estas lenguas, por lo menos las que tienen
marcación de caso, poseen un sistema nominativo/acusativo.
Los siguientes ejemplos de yup’ik esquimal (de Alaska) ilustran un sistema
distinto de agrupamiento de S, A y P:

(7) a. Doris-aq ayallruuq. ’Doris viajó.’


Doris-ABS viajó
S

b. Tom-am Doris-aq cingallrua. ‘Tom saludó a Doris.’


Tom-ERG Doris-ABS saludó
A P

En estos ejemplos, el marcador de caso -aq ocurre en el argumento S de


una cláusula intransitiva (7a) y en el argumento P de una cláusula transitiva
(7b). El marcador de caso –am marca solamente el argumento A de una cláusula
transitiva. Si algún caso morfológico marca únicamente A puede ser
denominado caso ergativo. De manera similar, cualquier caso morfológico que
marque tanto S como P recibe el nombre de caso absolutivo:

A P
ergativo absolutivo

Este sistema es conocido como sistema ergativo/absolutivo, y casi siempre


parece anti-natural para los hablantes de lenguas indoeuropeas, puesto que es
muy raro en este tipo de lenguas. Sin embargo, es extremadamente común en
otras áreas del mundo. La ergatividad se presenta como un sistema básico de
organización de las relaciones gramaticales en Australia, Asia central, país
Vasco y en varias lenguas de América. Asimismo, se encuentra como un
sistema de marcación parcial de caso en Asia del Sur (Nepal, Tíbet, India,
Pakistán, Bangladesh, Bután) y en muchas otras lenguas de América. También
se ha dicho que varias lenguas austronésicas presentan este sistema.
Además de la marcación de caso morfológico en pronombres o en frases
nominales libres, algunas lenguas pueden presentar un sistema
ergativo/absolutivo o nominativo/acusativo en otras áreas de la morfosintaxis.
Primero vamos a discutir la marcación de persona en los verbos, y luego, el
orden de constituyentes.

12
Hemos visto antes que el quechua presenta un sistema
nominativo/acusativo en la marcación de caso de las frases nominales libres.
Esta lengua también manifiesta dicho sistema para organizar las relaciones
gramaticales en la marcación de persona en los verbos:

(8) a. Aywa-n. ‘Él va.’


ir-3SG
S
S
b. Aywa-a. ‘Yo voy.’
ir-1SG A
P
S

c. Maqa-ma-n. ‘Él me pegó.’


pegar-1SG-3SG
P A

En el ejemplo 8a, la tercera persona del singular S de un verbo intransitivo


está expresada por el sufijo –n. En 8b, el argumento S de primera persona del
singular está expresado por el sufijo –a (de hecho es el alargamiento de la vocal
final de la raíz). El ejemplo 8c muestra que el sufijo –n también es usado para
argumentos A de tercera persona en verbos transitivos. Así, A y S son tratados
morfológicamente “del mismo modo” por el sistema de marcación de persona
del quechua. El hecho de que en 8c el sufijo de primera persona para
argumentos P es –ma en vez de –a ilustra que P y S son tratados “de manera
diferente”. Este sistema que marca S y A del mismo modo y P de manera
diferente fue definido como sistema nominativo/acusativo.
Como podría esperarse, algunas lenguas también pueden presentar un
sistema de RG ergativo/absolutivo en la marcación de persona en los verbos. El
yup’ik servirá nuevamente para ejemplificar este tipo de sistema:

(9) Yup’ik
a. Ayallruu-nga. ‘Yo viajé.’
viajar(PAS)-1SG
S
S
b. Ayallruu-q. ‘Él viajó.’
viajar(PAS)-3SG A P
S

c. Cingallru-a-nga. ‘Él me saludó.’


saludar(PAS)-3SG-1SG
A P

En el ejemplo 9a, el sufijo –nga indica el argumento S de primera persona del


singular de un verbo intransitivo. En 9b, el sufijo –q marca la tercera persona S.

13
En 9c, el sufijo –nga indica el argumento P de primera persona de una cláusula
transitiva. Dado que este es el mismo marcador que se usa para los argumentos
S de primera persona en cláusulas intransitivas, este sufijo agrupa
morfológicamente a S y P dentro de una categoría absolutiva. El argumento A
de tercera persona del singular de una cláusula transitiva está expresado por el
sufijo –a. Como este sufijo es diferente al de la tercera persona S, se puede decir
que identifica argumentos ergativos. Este tratamiento de S y P juntos como
distintos de A tiene el nombre de sistema ergativo/absolutivo.
Dado que el orden de constituyentes es uno de los modos universales más
importantes de expresar relaciones gramaticales, uno se podría preguntar si los
sistemas nominativo/acusativo y/o ergativo/absolutivo se pueden manifestar
en el orden de palabras. Por supuesto, la respuesta es “sí”. El inglés, consistente
con su fuerte orientación nominativo/acusativa, trata a S y A de la misma
manera, en el sentido de que tanto los sujetos de verbos intransitivos como
transitivos generalmente aparecen en posición preverbal.10 Los objetos de
verbos transitivos, por su parte, son tratados de manera diferente en tanto
ocurren en posición postverbal.11
Sin embargo, la manifestación de la nominatividad o la ergatividad en el
orden de constituyentes es rara por la siguiente razón. Estrictamente hablando,
el orden de constituyentes ergativo solo sería posible si el verbo ocurriera entre
sus dos argumentos centrales (tal es el caso de lenguas AVP o PVA). En todos
los otros tipos de orden de constituyentes lógicamente posibles, tanto P como A
generalmente ocurren en la misma posición con respecto al verbo. Por lo tanto,
o ambos están en la misma posición o ambos están en posiciones diferentes con
respecto al argumento S intransitivo. Por lo tanto, no puede haber un
“agrupamiento” de S y A opuesto a P, o de S y P opuesto a A.
No obstante, hay algunas lenguas que exhiben sistemas ergativo/absolutivo
en el orden de constituyentes. No sorprende que estas lenguas también posean
marcación de caso ergativo/absolutiva. Aún más, como en toda lengua,
aquellas que presentan un orden de constituyentes ergativo también permiten
otros tipos de orden alternativos. Como señaló Dixon (1994: 52), sería poco
pertinente caracterizar una lengua como “ergativa” únicamente sobre la base
del orden de constituyentes.
Los ejemplos más claros de orden de constituyentes ergativo se encuentran
en lenguas de verbo en el medio.12 En estas lenguas, el verbo y el argumento P
forman un constituyente “unido” en cláusulas transitivas, y el verbo y el
argumento S forman un constituyente análogo en cláusulas intransitivas. El
argumento A en cláusulas transitivas tiende a “flotar”, por ejemplo, puede
aparecer en cualquiera de los dos lados del constituyente verbo+P unidos.

10
Nota del traductor: Por ejemplo, en la cláusula intransitiva He runs (‘Él corre’), he es el argumento S,
mientras que en la cláusula transitiva He bakes a cake (‘Él hornea una torta’), he es el argumento A. En
ambos casos, tanto S como A aparecen en posición preverbal.
11
Nota del traductor: Si volvemos al ejemplo de He bakes a cake, la frase a cake se configura como el
argumento P y se encuentra en posición postverbal.
12
Nota del traductor: Lenguas del tipo SVO u OVS, en contraposición a lenguas del tipo SOV (lengua de
verbo final), VOS o VSO (lenguas de verbo inicial).

14
En kuikúro, una lengua Caribe de Brasil, SV (intransitivo) y PV (transitivo)
son estructuras muy rígidas. La posición más neutral para el argumento A es
después de la construcción PV (10b), (ejemplos extraídos de Franchetto 1990):

(10) a. karaihá kacun-tárâ


no-Indio trabajar-CONT
S V
‘El no-Indio está trabajando.’

b. kuk-aki-sâ ta-lâígo êha karaihá-héke


1INC-palabra-POS escuchar-FUT ASP no:Indio-ERG
P V A
‘El no-Indio escuchará nuestras palabras.’

En 10a, el argumento S de un verbo intransitivo ocurre en posición


preverbal; en 10b, el argumento P de un verbo transitivo ocurre en posición
preverbal y el argumento A, en posición postverbal. En tanto S y P ocurren en
la misma posición, podemos decir que esta lengua manifiesta un sistema
ergativo/absolutivo en el orden de constituyentes. Se ha reportado este patrón
en otras lenguas de las tierras bajas de Sudamérica y en päri, una lengua
nilótica occidental de Sudán (Anderson 1988, reportada por Dixon 1994: 50-51).
La “imagen-espejo” de este patrón, en la cual VS y VP forman constituyentes
unidos, fue reportada para el huasec (maya, México; Edmudson 1988) y el
paumarí (arawá, Brasil; Chapman and Derbyshire 1991).
Una lengua, el sanuma (una variedad de yanomamï, hablada en Brasil y
Venezuela), es del tipo de verbo final que presenta un patrón ergativo en el
orden de constituyentes. En esta lengua, SV y PV forman constituyentes unidos.
En cláusulas transitivas, A precede a P y V, pero si hay cualquier otro
constituyente, llamémoslo X, este debe ocurrir después de A. De este modo, el
orden puede ser AXPV y XSV (Borgman 1990, reportado por Dixon 1994: 52).
Dado que A es tratado de manera diferente por ser separable del complejo PV,
este patrón puede ser considerado como un tipo de ergatividad.
Un gran número de lenguas poseen lo que puede llamarse “orden ergativo
de constituyentes orientado por el discurso”. Por ejemplo, Ochs (1988) muestra
que en samoano la estructura de cláusula más neutral en el discurso es un verbo
seguido de una única frase nominal (FN). Si el verbo es intransitivo, esa FN es el
argumento S; si el verbo es transitivo, esa única FN es el argumento P.
Consiguientemente, la FN que sigue al verbo es casi siempre una FN
absolutiva. Ochs describe el orden básico de constituyentes del samoano como
V FNabs. Este patrón de VS, VP (subsumido bajo la notación V FNabs) es
extremadamente común en el discurso, mientras que VA y VAP son
extremadamente poco comunes. En este sentido, la categoría de “FN
absolutiva” (S y P) es coherente con una categoría que excluye A, por ende
definiendo un sistema ergativo.

15
Otro gran número de lenguas, por ejemplo el kamaiurá de Brasil, exhiben
comúnmente la imagen espejada del sistema samoano, a saber el orden de
constituyentes FNabs V en el discurso (Seki 1990):

(11) a. wararuwijaw-a o-jarɔ́


perro-ABS 3-ladrar
’Los perros están ladrando.’

b. h-etymakaŋ-a w-e’yj
3POS-pierna-ABS 3-rascar
‘Él rasca su pierna.’

El ejemplo 11a es una cláusula intransitiva en la que el argumento S precede


al verbo; el ejemplo 11b es una cláusula transitiva en la que el argumento P
precede el verbo, y el argumento A está expresado solamente en la
concordancia verbal. Es raro que el argumento A esté expresado por una FN
plena en cláusulas transitivas en el discurso.
Cuando decimos que en estas lenguas el orden ergativo de constituyentes
está “orientada por el discurso” queremos decir que no es un requisito
gramatical en sentido estricto. Desde una concepción de orden básico de
constituyentes estrictamente gramatical, el samoano y el kamaiurá
probablemente serían considerados lenguas de orden VAP y APV,
respectivamente.

7.2 Explicaciones funcionales de las agrupaciones de S, A y P


Hemos visto que las lenguas pueden organizar sus sistemas de relaciones
gramaticales en al menos dos maneras distintas. En esta sección veremos que de
hecho hay otras tres formas lógicas posibles, pero que dichas formas son mucho
menos comunes que los sistemas nominativo/acusativo y ergativo/absolutivo.
Esta observación nos lleva a investigar posibles motivaciones funcionales para
estos patrones variados.
La figura 7.1 ilustra las cinco maneras lógicamente posibles en que las
lenguas podrían agrupar S, A y P según la marcación de caso en las frases
nominales o en los verbos. Arriba de cada tipo se provee un estimativo informal
del número relativo de lenguas que se incluyen en cada tipo, basado en Tomlin
(1986).

Figura 7.1 Sistemas lógicamente posibles de organización de S, A y P

16
(I Muchas, II Muchas, III Raras, IV Ninguna, V Raras)

La pregunta que inmediatamente aparece en la mente del lingüista


funcionalista es ¿por qué hay tantas lenguas que emplean los sistemas I y II
mientras que tan pocas emplean los sistemas III, IV y V?13 ¿No podría haber
sido simplemente aleatoria la “elección” del sistema en cada lengua? La
respuesta a esta pregunta proviene de las funciones de discriminación e
identificación de las relaciones gramaticales. Las RG tienden a distinguir
elementos de cláusulas nominales que tienen funciones muy diferentes y a unir
aquellos elementos que tienen funciones similares. Primero, vamos a discutir la
discriminación o diferenciación.
La distinción más importante para hacer entre S, A y P es entre A y P. Esto
es porque A y P son los únicos argumentos (entre estos tres) que ocurren en la
misma cláusula, y desde el punto de vista de la comunicación, es muy
importante identificar qué argumento está actuando sobre qué otro. Por otro
lado, las otras dos distinciones, S vs. A y S vs. P, son irrelevantes en términos de
la comunicación. Esto es así porque, por definición, estas combinaciones de
roles nunca ocurren en la misma cláusula, por consiguiente, no hay ninguna
posibilidad de que estos sean confundidos. Los sistemas I y II son igualmente
eficientes desde este punto de vista. Los dos establecen la importante distinción
entre A y P, y no necesariamente distinguen S.
Todos los demás sistemas, en cambio, son disfuncionales de una u otra
forma. En particular, el sistema IV ignora la importante distinción entre A y P, y
en su lugar hace una distinción inútil entre S y A, por un lado, y entre P y S,
por el otro. El sistema V ignora todas las distinciones, mientras que el III hace
una distinción excesiva. Desde el punto de vista de la función discriminatoria
de las relaciones gramaticales, entonces, es comprensible por qué los sistemas I
y II son equiparablemente más comunes, y los sistemas III, IV y V mucho
menos frecuentes.
Además de la función discriminatoria, sin embargo, la asignación de
relaciones gramaticales también tiene una función identificatoria. Esto es,
además de distinguir elementos nominales que tienen diferentes roles, las
relaciones gramaticales sirven para unir elementos nominales cuyos roles son
similares. Esta es una manifestación del principio general que dice que la
similitud formal (o isomorfismo) resulta de la similitud funcional (Haiman
1980). Desde este punto de vista, el tratamiento de S y A como “lo mismo” en el
sistema I nos hace suponer cierta similitud funcional entre esos roles. De la
misma manera, el tratamiento de S y P como “lo mismo” en el sistema II
sugeriría la existencia de ciertas funciones comunes entre esos dos roles.
Hay factores semánticos y pragmático-discursivos que pueden motivar el
isomorfismo de S y A o de S y P. Primero discutiremos los factores semánticos.

13
Dixon (1994:206) un caso marginal del sistema tipo IV en la lengua iraní, rushan. No obstante, el autor
describe a este sistema como “inestable”, a partir de la discusión respecto de si puede ser esta una
concordancia inusual incluso en la misma lengua.

17
La similitud semántica entre S y A es la agentividad: si una cláusula tiene un
AGENTE, este será el argumento A o S, dependiendo de si la cláusula es
transitiva o intransitiva.

(12) a. Jorge stalked out of the room. S es agentivo


‘Jorge salió corriendo de la habitación.’

b. Wimple embraced the Duchess. A es agentivo


‘Wanda sostuvo a la duquesa.’

La similitud semántica entre S y P es el cambio de estado. Si cualquier


argumento en una cláusula cambia de estado, ese será o S o P.

(13) a. The bomb exploded. S cambia de estado


‘La bomba explotó.’

b. Lucrecia broke the base. P cambia de estado


‘Lucrecia rompió la vasija.’

Es bastante difícil concebir una cláusula transitiva en la que A cambie de


estado independientemente de P. Los ejemplos posibles son bastante
marginales, como John underwent surgery [‘Juan pasó por una cirugía’], Paul
received a blow to the head [‘Pablo recibió un golpe en la cabeza’], etc.
La similitud pragmático-discursiva entre A y S es la topicalidad (Comrie
1989). A y S son los roles en los que se expresa con mayor frecuencia la
información altamente tópica. Esta observación está relacionada con el hecho
mencionado antes de que A y S tienden a ser agentivos en tanto los hablantes
tienden a seleccionar los AGENTES como tópicos. No obstante, la agentividad y la
topicalidad son variables lógicamente independientes. Por ejemplo, oraciones
como John underwent surgery y Paul received a blow to the head representan
situaciones en las cuales la topicalidad de los participantes humanos subsana su
falta de agentividad. Las entidades humanas tienen mucha más probabilidad de
ser elegidos como tópicos que entidades como “surgery” [‘cirugía’] o “a blow to
the head” [‘golpe en la cabeza’], que son tratados como argumentos A, aun
siendo claramente menos agentivos que las entidades no humanas en estas
situaciones particulares.
La similitud pragmático-discursiva entre S y P se encuentra en que estos son
los roles en los que la información “nueva” o “aseverada” es excesivamente
expresada (Du Bois 1987). Los participantes nuevos con rareza son introducidos
en el discurso con el rol de A. Este hecho ha sido observado en estudios
empíricos del discurso en numerosas lenguas y es probablemente un universal.
Por ejemplo, en inglés es posible introducir un participante en el escenario
discursivo en el rol de A de una cláusula transitiva (14b), pero esto es muy
inusual en el discurso usual:

18
(14) a. I was watching Ashley cross the street when
‘Estaba viendo a Andrea cruzando la calle cuando,

b. suddenly a big ferocious dog nipped her leg.


de repente, un perro grande y feroz le mordió la pierna.’

Una forma bastante más “natural” de expresar este tipo de idea es


introducir al nuevo participante en los roles de S o P, y luego expresar el evento
transitivo. Los ejemplos 15a y 15b son enunciados que seguirían de forma más
natural al ejemplo de 14a:

(15) a. … suddenly a big ferocious dog ran up and nipped her leg.
S
‘…de repente, un perro grande y feroz corrió hacia ella y le mordió la
pierna.’ S

b. … suddenly I saw a big ferocious dog nip her leg.


P
‘… de repente, vi a un perro grande y feroz mordiéndole la pierna.’
P

Hemos visto que hay elementos semánticos y pragmáticos en común que


pueden motivar la similitud formal entre S y A o entre S y P. Sin embargo, hay
muy pocos aspectos funcionales en común entre A y P. Los argumentos A
tienden a ser agentivos y tópicos y representan información vieja. Los
argumentos P, por otro lado, tienden muy fuertemente a ser pacientes y a
representar información nueva un 50% de las veces. Por ello, tiene sentido que
un gran número de lenguas trate a S y P o a S y A morfosintácticamente de la
misma manera, pero que trate a A y P de manera diferente.
El sistema de RG de cualquier lengua estará aparentemente centrado solo
en uno de estos principios semánticos o pragmáticos, o en una combinación de
los dos. La asignación de relaciones gramaticales en lenguas ergativas puede ser
entendida como un sistema centrado en el cambio de estado y/o información
nueva, mientras que la asignación de relaciones gramaticales en lenguas
nominativo/acusativas está mayormente centrada en la topicalidad y/o
agentividad. Los sistemas menos comunes (sistemas III y V) pueden representar
sistemas de RG en transición.
Llegado este punto, estamos preparados para proveer una caracterización
más amplia de ergatividad. La definición más abarcativa posible de ergatividad
es la siguiente:

Un sistema ergativo/absolutivo es cualquier sistema morfosintáctico que


agrupa S y P en contraposición a A.

Esta definición hace referencia a sistemas (tal es el caso de marcación de caso,


concordancia verbal, etc.), no a lenguas. El término “lengua ergativa” es

19
simplemente un término informal que refiere a las lenguas que poseen un
sistema de marcación de caso ergativo en frases nominales plenas en cláusulas
básicas (p. ej., las lenguas esquimales), o que exhiben un sistema de
concordancia verbal ergativo sin marcación de caso en frases nominales (p. ej.,
las lenguas mayas). La ergatividad en sí misma es, meramente, un modo
conveniente de conceptualizar algunos aspectos de la estructura de la cláusula
de algunas lenguas. No es una tipología holística que produce necesariamente
un amplio espectro de predicciones concernientes a otros aspectos de la
estructura gramatical de una lengua.
A la luz de esta definición amplia, podemos formular la pregunta de si el
inglés tiene algún tipo de ergatividad. Los siguientes ejemplos ilustran cierta
evidencia marginal de ergatividad en esta lengua:

(16) a. escap-ee ‘prófugo, fugitivo’ (lit. ‘escapado’)


S

b. employ-er ‘empleador’ c. employ-ee ‘empleado’


A P

El sufijo –ee (un reflejo del participio de pasado del francés) forma una
nominalización que refiere al argumento S de un verbo intransitivo (16a) y al
argumento P de un verbo transitivo (16c). Un sufijo morfológicamente distinto,
–er, debe ser empleado para formar una nominalización que refiera al
argumento A de un verbo transitivo (16b). En este sentido, entonces, S y P son
tratados de la misma manera, mientras que A es tratado de manera diferente.
Otro ejemplo marginal de ergatividad en inglés es la incorporación nominal
(ver sección 9.2). Cuando un argumento es incorporado al participio presente
del verbo en inglés, ese es el argumento S de un verbo intransitivo (17a) o el
argumento P de uno transitivo (17b).

(17) a. bird-chirping ‘piar de aves’


S

b. fox-hunting ‘caza de zorros’


P

c. *doctor-recommending *‘recomendación de doctores’


A

Aunque el inglés permite marginalmente la incorporación de argumentos A


(this medicine is doctor-recommended ‘esta medicina está recomendada por el
médico’), este tipo de incorporación no es posible en construcciones de
participio presente (*I went doctor-recommending this aspirin last evening *‘Fui a
recomendar por doctor esta aspirina anoche’, *I heard doctor-recommending
outside my window *‘Escuché recomendar por doctor afuera de mi ventana’).
Esto está bien ilustrado por el hecho de que fox-hunting no puede significar

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“hunting that foxes do” ‘la caza que realizan los zorros’; más bien debe significar
“hunting with foxes as the object” ‘la caza con los zorros como objeto’.
Estos hechos ilustran algunos procesos en inglés de los que puede decirse
que operan sobre la base de un sistema ergativo/absolutivo. En otras lenguas,
la ergatividad se expande mucho más intensivamente en el sistema gramatical.
Sin embargo, muy pocas lenguas, si hay alguna, pueden recibir el nombre de
“puramente” ergativas, mientras que muchas lenguas son (o están muy
cercanas a ser) puramente nominativas. En la sección siguiente describiremos
varios modos en los que las lenguas son conocidas por manifestar un sistema
parcialmente nominativo/acusativo o parcialmente ergativo/absolutivo para la
organización de RG.

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