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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE INGENIERIA
Escuela Profesional de Ingeniería Civil

MECÁNICA DE SUELOS II

INFORME Nª02

EMPUJE DE TIERRAS

DOCENTE

ING. ENRIQUE LUJAN SILVA

ALUMNA
CHERO CÓRDOVA, KAREN JANETTE

CICLO

VI

TRUJILLO-PERU
2016
INTRODUCCIÓN
En proyectos de ingeniería civil es muy común tener que contener los
empujes del suelo. Se define el empuje de tierras como la acción que
ejerce el terreno situado en el trasdós de un muro, sobre este y su
cimentación. Es necesario estimar estos empujes para poder diseñar las
estructuras de contención.
Las tres principales situaciones de diseño se pueden resumir en:
excavaciones, muros de contención y estabilización de taludes. Los más
comunes son los muros de contención, de los cuales hablaremos en
mayor proporción en este trabajo.
La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por
la deformabilidad del muro. Si el muro y el terreno sobre el que se fundan
son tales que las deformaciones son prácticamente nulas, se está en el
caso de empuje en reposo. Si el muro se desplaza, permitiendo la
expansión lateral del suelo se produce una falla por corte del suelo
retenido y se crea una cuña. El empuje disminuye desde el valor del
empuje al reposo hasta el denominado valor del empuje activo, que es
el mínimo valor posible del empuje. Por el contrario, si se aplican fuerzas
al muro de forma que éste empuje al relleno, la falla se produce mediante
una cuña mucho más amplia. Este valor recibe el nombre de empuje
pasivo y es el mayor valor que puede alcanzar el empuje.
1. EMPUJES DE TIERRA
Se denomina empuje de tierra a la presión que la tierra ejerce sobre
elementos de retención encargados de soportarla.
En la actual ingeniería se usan generalmente dos tipos de
elementos de soporte: los rígidos y los flexibles. Los primeros se
denominan genéricamente muros y los segundos tablestacas. Los
muros se construyen generalmente de mampostería o de
concreto, simple o reforzado. Las tablestacas suelen ser de acero.

FIG1. Nomenclatura y usos más comunes de muros de


contención.
2. FUERZAS QUE INTERVIENEN EN EL CÁLCULO DE UN MURO DE
RETENCIÓN
a) El peso propio del muro. Esta fuerza actúa en el centro de
gravedad de la sección.
b) La presión del relleno contra el respaldo del muro, con su
correspondiente intensidad y distribución.
c) La componente normal de las presiones en la cimentación.
Usualmente se considera a la presión en la cimentación como
linealmente distribuida a lo largo de la base del muro de
contención, dando lugar a un diagrama trapecial. La resultante
vertical de estas presiones actúa en el centro de gravedad de
tal diagrama.
d) La componente horizontal de las presiones en la cimentación.
La distribución de estas presiones horizontales se supone
análoga a la resultante de las presiones normales en arenas y
uniforme en suelos plásticos.
e) La presión de la tierra contra el frente del muro.
f) Fuerzas del puente.
g) Las sobrecargas actuantes sobre el relleno, usualmente
uniformemente distribuidas o lineales. Usualmente
uniformemente distribuidas o lineales.
h) Las fuerzas de filtración y otras debidas al agua. Si se permite la
acumulación, de agua tras el muro generara presiones
hidrostáticas sobre él, independientes de la calidad del relleno,
pero en este caso, por otra parte, se reduce la presión debida
a la tierra por efecto del peso específico sumergido. Sin
embargo, esta condición debe siempre ser evitada, instalando
en el muro el drenaje adecuado que garantice la eliminación
eficiente de las aguas. Si en un relleno arcilloso existen grietas
cercanas al muro y el agua las llena, podrá ejercer, en la
correspondiente profundidad, empujes hidrostáticos contra el
muro. Si a través del relleno se establece un flujo, por ejemplo
por lluvia, la condición de presiones contra el muro puede
hacerse más desfavorable, por lo que será preciso analizar la
condición de flujo, tomando en cuenta la presencia de fuerzas
de filtración.
i) Las subpresiones. Cuando el drenaje bajo el muro no es correcto
o ha sufrido desperfecto, puede almacenarse agua en aquella
zona. Si la cimentación es impermeable, el agua puede fluir a lo
largo de ella emergiendo a la superficie del suelo en el frente
del muro; en estas condiciones puede haber riesgo de
tubificación. En cimentaciones permeables, el agua que sale a
la superficie puede ser poca, pero en todo caso se producirán
presiones de agua contra los materiales constituyentes del muro
j) La vibración. Las vibraciones producidas por el paso del tráfico
sobre caminos o ferrocarriles, máquinas u otras causas, pueden
incrementar las presiones contra muros cercanos. Ello no
obstante no es frecuente introducir estos efectos en los cálculos
comunes por lo pequeños. A veces puede convenir tomar en
cuenta la vibración haciendo 8 = 0.
k) El impacto de las fuerzas. Ciertas causas externas, tales como
movimiento de vehículos y otras pueden producir impacto sobre
el relleno de un muro. Estos efectos tienden a ser rápidamente
amortiguados por el propio relleno y no suelen tomarse en
cuenta.
l) Los temblores. El efecto de los movimientos sísmicos puede ser el
aumentar momentáneamente la presión lateral contra un muro.
El efecto no suele ser de gran consideración, pero en zonas
críticas puede tomarse en cuenta incrementando los empujes
calculados en un 10%.
m) La acción de las heladas. Cuando el drenaje de los rellenos no
es adecuado, la parte superior del mismo puede saturarse y en
condiciones climáticas apropiadas el agua puede helarse. Esto
puede producir expansiones de cierta importancia en el relleno
sobre el muro y este efecto puede hacerse notable cuando se
repite frecuentemente. Estos efectos se evitan con drenaje
apropiado.
n) Las expansiones debidas a cambios de humedad en el relleno.
Estos problemas son frecuentes en rellenos arcillosos en los que
la expansión produce un aumento en las presiones laterales
sobre el muro; este aumento de las presiones está limitado por
las condiciones de fluencia del muro.
Cuando el suelo se seca, se contrae y la presión disminuye
correspondientemente. La reiteración de estos procesos puede
ser perjudicial. El efecto suele presentarse más intensamente en
la superficie del relleno, decreciendo con la profundidad, de
modo que rara vez se manifiesta abajo (le 1.5 m
aproximadamente, bajo la superficie del relleno.
3. ESTADO ACTIVO, PASIVO Y NEUTRO
3.1. ESTADO ACTIVO
Si el muro se mueve (traslación o rotación) hacia fuera los
esfuerzos horizontales disminuyen. Finalmente se puede
alcanzar la falla por corte, desarrollándose una cuña activa.

3.2. ESTADO PASIVO


Si el muro se mueve hacia el suelo, los esfuerzos horizontales
aumentan. Finalmente se puede alcanzar la falla por corte,
desarrollándose una cuña activa.

3.3. ESTADO NEUTRO


La expresión propuesta por Jaky (obtenida
experimentalmente) utiliza el ángulo de fricción en la falla
(peak). En algunos casos esta expresión puede no ser la más
adecuada, sin embargo tiende a entregar buenos
resultados.
4. DESPLAZAMIENTO NECESARIO PARA ALCANZAR EL CASO ACTIVO Y
PASIVO
Basta un pequeño desplazamiento para producir una cuña activa
(aproximadamente 0.001H en suelo granular suelto; H: altura del
muro).El empuje pasivo se moviliza en su totalidad con una gran
deformación (aproximadamente 0.02H en suelo-granular denso).
Muros no impedidos de rotar libremente en su base están sujetos
por lo general a una pequeña rotación y se diseñan con el empuje
activo.
5. METODOLOGÍAS DE ANÁLISIS
5.1. TEORÍA DE RANKIE
Rankine desarrolló su teoría a mediados del siglo XIX,
asumiendo que:
 El suelo es homogéneo.
 La superficie de falla es plana.
 La superficie posterior del muro es vertical.
 No existe fricción entre el suelo y la parte posterior del
muro.
5.1.1. SUELOS COHESIVOS
En suelos puramente “cohesivos”, para la aplicación
práctica de las fórmulas que se obtienen a continuación,
es necesario tener muy presente que la “cohesión” de las
arcillas no existe como propiedad intrínseca, sino que es
propiedad circunstancial, expuesta a cambiar con el
tiempo, sea porque la arcilla se consolide o sea que se
expanda con absorción de agua.
A) CASO ACTIVO
En este caso se permite que el elemento se deforme
lateralmente, por disminución de la presión horizontal,
hasta el valor mínimo compatible con el equilibrio; este
nuevo estado de esfuerzos se representa con el círculo
2 y corresponde al estado “plástico” activo. Las
presiones están dadas por:
La horizontal:

La vertical:

Donde pv es el esfuerzo principal mayor y pA el menor,


en el círculo de falla 2 tangente a la envolvente s=C,
obtenida en prueba rápida.
B) CASO PASIVO
El otro modo de alcanzar la falla en el elemento
situado a la profundidad z, sería aumentar la presión
horizontal hasta que, después de sobrepasar el valor
yz, alcanza uno tal que hace que el nuevo círculo de
esfuerzos (círculo 3) resulte también tangente a la
envolvente horizontal de falla. En este momento se
tiene el estado "plástico” pasivo y las presiones
alcanzan los valores.
La horizontal:
La vertical:

Donde pp es el esfuerzo principal mayor.


Desde este punto de vista pueden obtenerse, como en el
caso de suelos friccionantes, fórmulas para los empujes
totales activo y pasivo, integrando en la altura H del muro
las respectivas presiones horizontales.
El procedimiento para ello es el ya descrito y los resultados
obtenidos son:

Estos empujes son horizontales y pasan por el centroide


del área de presiones.
Debe notarse que las fórmulas únicamente serían
aplicables si la superficie del relleno tras el muro fuera
horizontal y si los estados plásticos correspondientes se
desarrollaran por completo en el relleno.
La fórmula 1 proporciona un procedimiento sencillo para
calcular la máxima altura a que puede llegarse en un
corte vertical de material “cohesivo” sin soporte y sin
derrumbe.
En efecto, para que un corte vertical sin soporte se
sostenga sin fallar, la condición será E a = 0.

FIG. ESTADO PLÁSTICOS EN EL DIAGRAMA DE MOHR (S. COHESIVOS)


FIG. DISTRIBUCIÓN TEÓRICA DE LA PRESIÓN ACTIVA Y PASIVA EN SUELOS
PURAMENTE COHESIVOS.

5.1.2. SUELOS FRICCIONANTES


De acuerdo con Rankine se dirá que un suelo está en
estado plástico cuando se encuentra en estado de falla
incipiente generalizado. Así, caben dos estados plásticos
prácticos. El que se tiene cuando el esfuerzo horizontal
alcanza el valor minimo Kayz y el que ocurre cuando
dicha presión llega al valor máximo Kpyz. Estos estados se
denominan respectivamente activo y pasivo.
A) CASO ACTIVO

El coeficiente activo de presión de tierras está dado


por:

B) CASO PASIVO

El coeficiente activo de presión de tierras está dado


por:
Los dos casos de estados plásticos anteriores parecen
tener una correspondencia con la realidad ingenieril que
los hace de interés práctico.
Considérese un muro cuyo relleno se supone
originalmente en “reposo”. Dicho muro podrá
físicamente ser llevado a la falla de dos maneras. Una por
empuje del relleno, cediendo la estructura hacia su
frente: otra, por acción de algún empuje exterior,
incrustándose el muro en el relleno y deformándose hacia
su espalda.
Rankine pensó que, bajo el empuje del relleno, el muro
cede y se desplaza, disminuyendo la presión del relleno a
valores abajo del correspondiente al “reposo”; esto haría
que la masa de suelo desarrolle su capacidad de
autosustentación, por medio de los esfuerzos cortantes
generados. Si el muro cede lo suficiente, la presión
horizontal puede llegar a ser la activa, valor mínimo que
no puede disminuirse aun cuando el muro ceda más a
partir del instante de su aparición.
Así, podría razonarse que, con tal de proyectar un muro
para resistir la presión activa, se garantizaría su
estabilidad, siempre y cuando el muro pudiese ceder lo
suficiente como para que se desarrolle, en última
instancia, dicha presión activa.
Análogamente se podría razonar para el caso en que el
muro se desplace hacia su respaldo bajo una fuerza
exterior suficiente como para que llegue a desarrollarse
la presión pasiva, en cuyo caso podrá diseñarse la
estructura contando con la máxima resistencia del suelo.
FIG. Líneas de fluencia en los estados de equilibrio “plástico”

5.1.3. SUELOS CON COHESIÓN Y FRICCIÓN


Desde el punto de vista de esfuerzos efectivos, todos los
suelos pueden considerarse puramente friccionantes; es
decir trató de relegarse el concepto de “cohesión” tal
como tradicionalmente ha sido considerado, a la
categoría de mito.
Ello no obstante, la aplicación práctica del concepto de
esfuerzos efectivos a los problemas diarios presenta la
dificultad de valuación de las presiones de poro en la
etapa de proyecto; este problema, ya se dijo, no está hoy
resuelto teóricamente en forma del todo satisfactoria.
Por otra parte, sobre todo en obras no muy grandes,
resulta antieconómico programar la medición de las
presiones de poro durante la construcción, e imposible,
por lo tanto, el conocer en todo instante la resistencia de
los suelos al esfuerzo cortante, para poder modificar sobre
la marcha tanto el proyecto como los métodos
constructivos. Esto obliga, como también se aclaró, a
seguir usando en el presente las envolventes de
resistencia en función de los esfuerzos totales; siguiendo
este criterio, el proyectista se ve frecuentemente
obligado a trabajar con dos parámetros de cálculo
denominados “cohesión y ángulo de fricción” aparentes.
En la presente sección se tratará precisamente la
aplicación de la Teoría de Rankine a aquellos suelos en los
que la envolvente de falla, con base en esfuerzos totales,
obtenida del tipo de prueba triaxial adecuado al caso,
presenta
“cohesión” y "fricción”, es decir, es del tipo tantas veces
repetido.

Si el relleno es horizontal, puede razonarse de manera


análoga a para el material puramente friccionante.
Con referencia a la FIG. ESTADO PLÁSTICOS EN EL
DIAGRAMA DE MOHR (S. CON COHESIÓN Y FRICCIÓN,
puede verse que un elemento de suelo a la profundidad
z, considerado en “reposo”, está sujeto a un estado de
esfuerzos representado por el circulo 1. De nuevo puede
llegarse a la falla por disminución de la presión lateral o
por aumento de la misma a partir del valor K0 yz. Se llega
así a dos círculos representativos de los estados
“plásticos” activo (círculo 2) y pasivo (círculo 3). Se vio
que en el caso que se trata la relación entre el esfuerzo
principal máximo y el mínimo está dada por:

Las presiones horizontales que se ejercen en los dos


estados plásticos. Los empujes correspondientes se
obtienen, como siempre, integrando las presiones a lo
largo de la altura H del muro. Se obtiene así:

Las líneas de acción teóricamente son horizontales a


través del centroide del área total de presiones.
En el caso del estado activo, al igual que en los suelos
puramente cohesivos, hay ahora una zona del diagrama
de presiones que corresponde a un estado de tensión. La
profundidad a que llega esta zona, contada a partir de
la corona del muro, puede obtenerse con el criterio de
que en ese punto pA = 0. Si pA — 0.

5.2. TEORÍA DE COULOMB


El método de Coulomb considera la fricción entre el muro
(trasdós) y el terreno, y es mas general que el desarrollado
por Rankine. El método considera una cierta cuña de suelo,
la cual ejerce una fuerza P sobre el muro, fuerza que satisface
las condiciones de equilibrio. La fuerza real que actuará
sobre el muro en el caso activo será el valor máximo de P
obtenido al considerar todas las cuñas posibles. A pesar de
que el empuje activo es el mínimo posible con el que el
terreno puede estar en equilibrio, debemos determinar la
cuña correspondiente al máximo valor de este empuje.
5.2.1. CASO PASIVO
El método de la cuña para el caso pasivo es igual al del
caso activo, pero con la diferencia que los esfuerzos
tangenciales sobre la superficie de deslizamiento actúan
junto con el peso del suelo W oponiéndose al empuje
horizontal P que se ejerce sobre el muro. Aunque el
empuje pasivo es el máximo posible para el cual se suelo
puede mantenerse en equilibrio, debe determinarse la
cuña que da lugar al menor valor de este empuje.

5.2.2. CASO ACTIVO


Se asume que la superficie de falla es recta, lo cual es una
aproximación. La figura muestra las fuerzas que actúan en
la cuña activa, en donde P está inclinado en lugar de
horizontal. La inclinación de la superficie de falla ya no es
45+O/2.
5.3. TEORÍA DE CULMANN
Define la línea del talud natural como la que partiendo del
vértice B del trasdós del muro, forma un Angulo φ (que es el
de rozamiento interno del terreno) con la horizontal.
Define la línea de dirección como aquella que pasando por
B forma un Angulo φ + δ con el paramento del muro. El
método de Cullman dice que si a partir del punto B, que
hemos considerado como origen de coordenadas, llevamos
sobre la línea de talud natural BD, la magnitud del peso del
prisma ABC a una determinada escala, nos dará el punto J .
Si ahora por JB se traza una paralela a la línea de dirección
cortara a la línea BC en el punto N. Este valor JN representa
a la escala indicada para la fuerza el valor del empuje activo
producido por el prisma ABC. BJ= valor del peso del prisma
ABC. JN= valor del empuje sobre el muro producido por el
prisma ABC.
6. EJEMPLOS APLICATIVOS

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