Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El fenómeno de “isla de calor” consiste en que las ciudades suelen ser, especialmente de
noche, más cálidas que el medio rural o menos urbanizado que las rodea. Singularmente, el
área urbana que presenta temperaturas más elevadas suele coincidir con frecuencia con el
centro de las ciudades, allí donde las construcciones y edificios forman un conjunto denso y
compacto.
A medida que se desarrollan las áreas urbanas, ocurren cambios en el paisaje. Los edificios,
las carreteras y otras infraestructuras reemplazan la tierra abierta y la vegetación. Las
superficies que antes eran permeables y húmedas generalmente se vuelven impermeables y
secas.
La temperatura del aire en áreas donde hay una gran cantidad de construcciones urbanas es
más alta en comparación con las de zonas rurales cercanas, a este fenómeno se le conoce
como efecto islas de calor y está presente en todas las ciudades como la consecuencia
climática más evidente de la urbanización.
Generalmente este término describe el calor característico de la atmosfera y de la superficie
en áreas urbanas desarrolladas comparado con las áreas aledañas no urbanizadas, la media
anual de temperatura ambiente de una ciudad de 1 millón de habitantes o más, puede ser de
1,8-5,4 °F (1-3°C) más caliente que los alrededores.
Las islas de calor están influenciadas por la ubicación geográfica de una ciudad y por los
patrones climáticos locales, y su intensidad cambia de forma diaria y estacional. En cuanto
al efecto del clima sobre las islas de calor, durante el verano las islas de calor son más intensas
cuando el cielo está despejado y el viento es muy suave. Cuando el cielo este nublado se
cubre la radiación solar reduciendo el calentamiento de las ciudades. Los fuertes vientos
aumentan la mezcla atmosférica, lo que reduce la diferencia de temperatura urbano-rural. [1]
El fenómeno de islas calientes puede ocurrir durante el día o la noche. La intensidad de este
está determinada principalmente por el balance térmico de la región urbana y puede resultar
en una diferencia de temperaturas de hasta 10°C.
Bosquejo del perfil de temperaturas en una isla de calor urbana.
Fuente: Bhargava A, Lakmini S. Bhargava S.
CAUSAS
Las islas de calor en las ciudades son causadas por el desarrollo y los cambios en las
propiedades radiativas y térmicas de la infraestructura urbana, así como por los impactos que
los edificios pueden tener en el microclima local, por ejemplo, edificios altos pueden reducir
la velocidad a la que las ciudades se refrescan durante la noche. A continuación, se presenta
una descripción detallada de los factores más importantes que influencian las islas de calor
urbano. [1, 2]
Poca vegetación en áreas urbanas: en áreas rurales, el paisaje está compuesto
principalmente por vegetación y campo abierto. Los árboles y la vegetación proveen
sombra, lo cual ayuda a bajar la temperatura en la superficie. Además, ayuda a reducir
la temperatura del aire a través del proceso de evaporación, en el cual las plantas
liberan agua al ambiente disipando el calor. En contraste, las áreas urbanas se
caracterizan por superficies secas e impermeables, como techos, aceras, carreteras y
estacionamientos convencionales. El cambio en la cobertura del suelo da como
resultado menos sombra y humedad para mantener frescas las áreas urbanas. Las
áreas construidas evaporan menos agua, lo que contribuye a elevar la temperatura de
la superficie y del aire.
IMPACTO
El principal efecto de las islas de calor es el aumento de la temperatura en el ambiente
urbano lo cual tiene como consecuencia directa el aumento del consumo energético de
los edificios y demás zonas urbanas en condiciones de verano. El fenómeno de la isla de
calor puede producirse tanto de día como de noche, provocando un aumento de
temperatura que puede alcanzar los 10 °C.
El enfriamiento de edificios en climas cálidos puede suponer un consumo energético y
unas emisiones superiores a los producidos por calefacción lo cual influye en otros
fenómenos climáticos mencionados en el presente trabajo.
En la estimación del aumento de consumo debido a la UHI hay dos efectos importantes
a tener en cuenta: el aumento de la potencia para alcanzar las condiciones de confort y el
tiempo de uso de los sistemas de refrigeración. En presencia de UHI la retardada
dispersión del calor acumulado en el día aumenta el tiempo de uso de los sistemas de aire
acondicionado, pasando por ejemplo de 8 a 12 horas. El incremento de la temperatura,
sobre todo en las horas pico, hace que sean necesarios equipos más potentes y en
consecuencia de mayor coste.
El aumento de la temperatura tiene serias consecuencias para la salud del hombre y del
medioambiente. Los NOx, producidos en los procesos de combustión a alta temperatura,
son un precursor para la formación del ozono troposférico (O3), un gas toxico de color
azul, principal contaminante de lo que se define como smog fotoquímico. La producción
de O3 se produce bajo la acción de los rayos solares y es mayor en los meses más
calurosos y en las horas de mayor soleamiento. [1]
CÓMO EVITAR LAS ISLAS DE CALOR
Algunas de las estrategias que se están implementando para reducir las islas de calor
urbano basados directamente en las causas de las islas de calor: [2, 3]
Aumentar las áreas verdes: El aumento de la cobertura de árboles y vegetación reduce la
temperatura de la superficie y del aire al proporcionar sombra y enfriamiento a través de
la evapotranspiración. Los árboles y la vegetación también pueden reducir la escorrentía
de aguas pluviales y proteger contra la erosión.
Instalar techos principalmente con materiales reflectivos: reduce la temperatura del techo,
aumenta la comodidad de los ocupantes y reduce la demanda de energía.
- Modificar las propiedades térmicas de los materiales del pavimento. Algunas de estas
propiedades térmicas son, la conductividad térmica, el calor especifico, la densidad,
la reflectividad solar, entre otras.
- Mejorar la evaporación a través del pavimento. Esto se puede lograr a través del uso
de pavimentos permeables y pavimentos que retengan el agua.
- Mejorar la convección entre el pavimento y el aire. a través del uso de pavimentos
permeables con una superficie rugosa que contenga más espacios para el paso de aire.
Otras estrategias consisten en propiciar el uso eficiente de la energía y así reducir el calor
antropogénico, agregar cuerpos de aguas que ayuden a reducir la temperatura y mejorar la
geometría urbana para favorecer el flujo de aire y la ventilación natural.
INVERSIÓN TÉRMICA
En promedio global, espacial y temporal, la temperatura en la tropósfera siempre disminuye
al ascender, debido a que la progresión de la altitud relativa da origen a una disminución
considerable de la temperatura de aproximadamente 1°C por cada 154 m de altura (gradiente
térmico). Esta disminución de la temperatura con la altitud determina lo que se conoce como
pisos térmicos. En situaciones normales, el aire caliente localizado sobre la superficie
terrestre se eleva formado una columna vertical, al ser desplazado por el aire frío y por
consiguiente más denso (puesto que a presión constante la densidad de un gas en
inversamente proporcional a su temperatura), que desciende a su alrededor.
Sin embargo, algunos sitios experimentan derivaciones del cambio normal de las propiedades
de la atmósfera con el aumento de la altitud y se envuelven en situaciones en las cuales la
temperatura aumenta con la altura, o bien ocurre un incremento sobre una capa de inversión.
Cuando esto sucede, toma lugar el fenómeno meteorológico denominado inversión de
temperatura o inversión térmica, ilustrado en la Figura. [4, 5]
Flujo del aire en situación normal y en presencia del fenómeno de inversión térmica
Cuando este hecho ocurre, el flujo del aire ascendente se ve obstaculizado debido a que el
aire presenta estabilidad atmosférica que impide cualquier tipo de intercambio. Este
fenómeno natural no representa riesgo para la salud humana, pero se vuelve peligroso y puede
generar episodios de contaminación en el aire y efectos nocivos para la salud, cuando en la
capa atmosférica en la que se encuentra inmersa, existen altas concentraciones de
contaminantes producidos por las actividades humanas, que no pueden ser dispersados
verticalmente. En presencia de contaminantes atmosféricos, la inversión térmica aparece
como una «capa de smog» de color ocre debido a la presencia de óxidos de nitrógeno y
partículas suspendidas. Esta situación se agrava en presencia de masas de aire de alta presión
que propician una inversión prolongada durante varios días. Los contaminantes del aire en la
superficie llegan a concentrarse hasta llegar a valores nocivos o letales para los seres vivos.
[4, 6]
CAUSAS Y TIPOS
El fenómeno de la inversión térmica en las superficies terrestres por lo regular sucede después
de una noche con cielo despejado y viento en calma. Estas circunstancias favorecen un
enfriamiento muy acusado del suelo y produce inversión térmica de radiación o de superficie.
El aire junto al suelo muy frío se enfría por contacto, mientras que el aire más alejado del
suelo, al que no llega este efecto, adquiere una temperatura más alta que el aire que está por
debajo. Estas inversiones suelen desaparecer al día siguiente a medida que, tras la salida del
Sol, el suelo vuelve a calentarse por absorción de radiación solar, y con ello también se
calienta el aire junto al suelo. Este tipo de inversión suele observarse en regiones montañosas,
en las que durante la noche el aire frío en superficie desciende por su mayor densidad desde
las laderas al valle, favoreciendo con ello la presencia de aire más frío en superficie que el
aire por encima de éste.
Por otra parte, fuertes situaciones anticiclónicas en algunos sitios también favorecen la
ocurrencia de inversiones térmicas, pero en este caso no se forman junto a la superficie, sino
a una determinada altura, por encima de los 500 m. Dichas situaciones de alta presión tienen
asociados movimientos descendentes de aire en su parte central, con unas características en
su desarrollo que traen consigo el calentamiento de la masa de aire descendente, debido a la
compresión adiabática que sufre. Esta, tras varios kilómetros de descenso, puede llegar a ser
notablemente más cálida y seca que el aire que le rodea tanto por debajo como por encima.
A este tipo de inversiones térmicas se les conoce como inversiones térmicas de subsidencia,
y suelen cubrir grandes extensiones y ser bastante persistentes. (Ver Figura)
Cualquiera de estos tipos de inversiones térmicas puede presentarse, de tal manera que, bajo
ciertas condiciones meteorológicas puede predominar alguna de ellas y contribuir a
intensificar la acumulación y concentración de contaminantes en el aire. [5, 6]