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Resumen: Composición Social Dominicana- Juan Bosch

Al llegar a nuestra isla los conquistadores castellanos procedían de varias


clases o sectores de clases; esas clases pertenecían a la sociedad de Castilla
no a la sociedad indígena, que era la sociedad habitante en La Española en la
colonización. En la sociedad indígena no había propiedad privada por lo tanto
no había clases, aunque había funciones a partir de la división de trabajo.
Algunas de esas funciones eran las del sacerdocio y el gobierno. Es probable
que en 1492 en algunos lugares de La Española hubiera caciques y sacerdotes
que habían heredado sus funciones, lo que indicaba que se hallaban cerca del
punto histórico en que iba a establecerse el sistema de la propiedad privada,
pero, en general se encontraban en sistema de propiedad comunal.

La conquista de nuestra isla desato una lucha de clases entre españoles e


indios y entre los conquistadores que termino en la esclavitud y la aniquilación
física de los indios de la Isla y la formación de la primera oligarquía esclavista
conocida como el Nuevo Mundo.

Los primeros indígenas de América sometidos a la esclavitud no fueron


destinados a trabajar para los conquistadores sino a ser vendidos en España
para pagar los gastos de la Conquista. Sucedió que la venta de indios en
España no próspero y además resulto que los indios de nuestro país morían
rápidamente en la metrópoli.

En el segundo viaje de Colon (1493) tomaron forma las clases sociales de la


isla. Más tarde esa perspectiva evoluciono hasta finalizar en la formación de
una sociedad oligárquica eslavista dedicada a enriquecerse en la fabricación y
venta de azúcar. En esa oligarquía esclavista, el indio fue sustituido por el
negro africano debido a la extinción del primero. Así pues los indios y los
negros africanos fueron dos razas explotadas y sometidas.

En el origen de la encomienda, hallamos como una de las causas precipitantes


la rebelión de Francisco Roldán, en su desarrollo y culminación está la
concepción de los altos funcionarios del imperio español. Los altos funcionarios
de Toledo y de Santo Domingo formaban una aristocracia burocrática, puede
afirmarse que el poder político ejercido por esa aristocracia burocrática resultó
ser el poder determinante para la formación de una oligarquía de
encomenderos, que quedó convertida en una oligarquía esclavista.

Según lo que contaba Fray Bartolomé de las Casas, en los tiempos de


Bobadilla y de Ovando los que acumularon alguna riqueza fueron los que
tenían granjerías. De esos granjeros a los que se refiere las Casas salieron los
encomenderos ricos, aunque muchos se arruinaron. Las Casas advirtió ya en
esos días que todo lo que tenían, "con las fatigas y sudores de los indios, lo
adquirían". Esos agricultores encomenderos, cometían esos excesos, que los
llevaron a la ruina para emparejarse con aquellos a quienes Oviedo llama
"personas principales" (eran las que tenían importancia por su rango en la
sociedad de los conquistadores o por los cargos que desempeñaban en la
burocracia del imperio) y "hombres ricos", lo que indica que los últimos no
pertenecían al mismo grupo social de los primeros.

Cuando surgió la creciente desaparición de los indígenas y la posibilidad de


producir azúcar llevo a los funcionarios propietarios de la Isla a solicitar del
gobierno español medidas que permitieran la adquisición de esclavos negros y
ayuda económica para fabricar azúcar.

Podemos fijar la aparición de la producción de azúcar en la Española antes de


1515, y en cantidad ya industrial en los años posteriores.

Oviedo dice que bajo el gobierno de los padres Jerónimos prospero la


construcción de ingenios, los padres Jerónimos favorecieron a la naciente
industria azucarera repartiéndoles indios y prestándoles dinero de las cajas
reales a los dueños de ingenios. Esto se mantuvo algunos años.

En poco tiempo, las "personas principales" de la Isla participaban en el negocio


de los ingenios. Los beneficios que producía el negocio daban para sustanciar
económicamente el movimiento de traslado hacia una oligarquía.

En 1540 la población de La Española se organizaba alrededor de la industria


azucarera; setenta años después se organizaba alrededor de los dueños de
hatos, en Santo Domingo una vez extinguida la riqueza del azúcar lo que
quedó como fuente de negocios fue el ganado. Por esos años las tierras eran
ricas en pastos naturales, el agua era abundante y sana, y por alguna razón
desconocida no había en la Isla enfermedades que mataran los ganados.

Había personas que participaban de los dos negocios,tenían ganado y al


mismo tiempo eran azucareros. Los azucareros eran miembros de una
oligarquía, los ganaderos pertenecían a una capa de esa oligarquía que estaba
llamada a convertirse en una oligarquía patriarcal. Los primeros producían
riqueza con la explotación del trabajo de los esclavos, los segundos recogían el
producto de unas reses que se habían multiplicado de manera natural en unas
tierras que les había donado graciosamente el rey de España a ellos o a sus
padres.

La disminución de los ingenios azucareros constituyo a un fenómeno de


traspaso de la autoridad social por razones puramente económicas, esto causo
la destitución humana, el descenso de la función social que los hombres habían
adquirido en los ingenios destrezas y hábitos de trabajo que correspondían al
nivel más alto en la época.
La Isla siguió produciendo azúcar cada vez menos, pero, al ritmo que
descendía la producción del azúcar ascendía la venta de cueros. Una
economía iba en descenso y la otra ascendía.

La disminución de los ingenios aumento las dificultades de España para


mantener el comercio con sus territorios de América produciendo una baja
alarmante en el valor de la moneda. La escasez del tipo de mercancías que se
consumían a diario y la abundancia de reses fueron los dos factores
determinantes en la aparición del contrabando como sistema de comercio de la
Isla.

La escasa sociedad de la Isla pasó a organizarse alrededor de las reses, lo que


ya de por sí significaba un descenso en la escala de la organización social.

El siglo XVII (1601-1700) tal vez es el siglo con acontecimientos más


importantes del país aunque muchos lo desconozcan. En este siglo se
produjeron despoblaciones, ése fue el siglo del ataque inglés de 1655, el de las
incursiones de piratas a Azua y Santiago, el de la formación de las aguerridas
cincuentenas, el de las batallas del Cabo, el de la formación del carácter
nacional, el de la cristalización de la sociedad hatera que fue el hecho clave del
país en los siguientes doscientos años e incluso fue el siglo en que la Isla dejó
de llamarse La Española y pasó a llamarse Santo Domingo. Sucede sin
embargo que el siglo XVII es la época que menos ha interesado a nuestros
historiadores, o posiblemente sea la que menos documentación ha dejado, si
se exceptúa el episodio de las despoblaciones. La historia de los bucaneros,
los habitantes del oeste y piratas nos pertenece porque afecto nuestro destino,
sin embargo, nos hemos vuelto contra esa parte de nuestra historia y se la
hemos donado a Haití.

Poco después de las despoblaciones quedó prohibida la siembra del tabaco, un


producto que podía servir para el comercio con la propia España y aunque más
tarde esa orden fue revocada, su vigencia debe haber afectado
psicológicamente a los cultivadores.

Gracias al desinterés que existía por la parte Oeste de nuestro país, los
franceses pudieron quedarse en el Oeste, matando reses, secando pieles y
guardando sebo para vender esos productos de la cacería a los navíos que
pasaban por las vecindades.

Se formaron grupos según sus inclinaciones y conocimientos, los que


escogieron cacería como medio de vida formaron los bucaneros, otros
prefirieron sembrar víveres y tabaco y los llamaron habitantes, y unos cuantos
más agresivos y aventureros, construyeron piraguas y balsas y se lanzaron a
atacar pequeñas embarcaciones y esos terminaron formando la sociedad de
los filibusteros o piratas. De estos 3 grupos sociales la más original e
interesante fue el de bucaneros.
Los bucaneros no fueron una colonia y se extinguieron porque una colonia no
puede fundarse si no es alrededor de una autoridad que represente el poder de
la metrópoli.

La piratería y el contrabando llego a elevar su demanda ya, que muchas veces,


los piratas que intentaban y en muchos casos lograban robar valiosos
cargamentos de oro y otras mercancías procedentes del Nuevo Mundo,
abundaron en el Mar Caribe, que presentaba un lugar ideal para la actividad
por su abundancia de islas en las que los piratas podían refugiarse

En el siglo XVII aparecieron una serie de aventureros que llenaron las costas
americanas y se fueron en busca de fortuna.

Devastaciones de Osorio:

Antonio de Osorio fue un gobernador de la colonia española de Santo Domingo


hasta el año de 1608. Es recordado por haber sido el ejecutor de las llamadas
Devastaciones de Osorio o Devastaciones de 1605.

Causas:

-Problema comercial.

- La Corona temía que la generalización del contrabando conllevara a la


posibilidad de secesión de la isla e incluso de otros territorios americanos.

Consecuencias:

- Agudizamiento de la decadencia económica que desde hacía un tiempo era


palpable en la isla.

-Firma de tratados, como: Tratado de Rijswijck y el de Basilea.

-División de la isla.

-División social.

El siglo XVII es considerado el siglo de la miseria.

En términos de conjunto o en su totalidad el pueblo dominicano iba a conocer


varias veces una situación de miseria similar a la del siglo XVII, pero, ninguna
sería tan prolongada, cada una sería más corta que la anterior. Ahora bien, una
parte del pueblo viviría siempre en esa situación de miseria, incultura y
degradación social a que se lIegó en el siglo XVII. De manera que puede
afirmarse que lo que sucedió en el siglo XVII continuo y continua sucediendo.
La mayoría de los dominicanos está viviendo hoy tal como vivía la totalidad
hace trescientos años. Sin duda ha habido cambios, pero no básicos.
La guerra de España contra Inglaterra terminó el 7 de octubre de 1748 con el
Tratado de Aix-Ia-Chapelle, pero en realidad españoles, franceses e ingleses
siguieron hostil izándose en el Caribe. Cuando la guerra se renovó, en mayo de
1756, bajo el nombre de guerra de los Siete Años, comenzó entre franceses e
ingleses; España vino a unirse a Francia sólo en diciembre de 1761. Sin
embargo la guerra no llegó al Caribe en la forma desatada que se conoció
hasta 1748 sino a partir de 1759, cuando fuerzas navales inglesas y franceses
empezaron a combatir en varios puntos del Caribe y empezaron a desembarcar
tropas en éste o aquel territorio enemigo.

A mediados del siglo XVIII, ya con el territorio reducido, con la Isla dividida en
una parte francesa y la otra española y gracias a la limitada capitalización
hecha por algunos grupos al favor de las guerras entre los imperios europeos,
Santo Domingo volvía a iniciar la industria azucarera.

Para el 1776 Santo Domingo estaba en una situación muy diferente de la que
tenía cuarenta años antes. Pero nuestra mejoría era relativa a nuestra miseria
de 1736, no teníamos el nivel de desarrollo que habían alcanzado otros
territorios del Caribe, entre ellos Haití. Nuestra capitalización era penosa.

Para el año 1780 los dominicanos teníamos un adelanto relativo, pero aun
estábamos mucho menos desarrollados que otros países del Caribe.

Para el 1783, los dominicanos teníamos una organización social y económica


basada en la propiedad ganadera. La fuente de autoridad en la sociedad,
seguía siendo la propiedad hatera, tal como era desde las despoblaciones.

Revolución Haitiana

La revolución haitiana es hasta ahora la más compleja de las revoluciones que


se han producido en América en los tiempos modernos, y la única que fue
simultáneamente una guerra social, de esclavos contra amos, una guerra racial
de negros contra blancos, una guerra civil, entre fuerzas de Toussaint y las de
Rigaud; una guerra internacional de franceses y haitianos contra españoles e
ingleses, y por fin una guerra de liberación nacional, que culminó en la creación
de la primera república negra del mundo.

La revolución haitiana, tanto en su aspecto limitado a Haití como en su aspecto


de producto inmediato de la Revolución francesa, fue influyendo sobre Santo
Domingo en forma escalonada; al principio, sólo económicamente, después en
el orden militar, luego, políticamente.

Emigraciones

En los siglos XVI y XVII se sembró y comenzó a germinar la semilla de la


nacionalidad; por esa razón, cualquier movimiento de gente que se fijara en el
país o que lo abandonara afectaba las bases mismas de nuestro origen, y por
tanto, afectaría también el desarrollo de la personalidad nacional.

Muchos de los que emigraban se llevaban también sus esclavos, y algunos, sin
abandonar el país los vendían en otros territorios españoles del Caribe. Esas
ventas fue uno de los argumentos que usó Toussaint para obtener del agente
Roume la autorización para ocupar, la parte del Este de la Isla.

Los emigrantes de entonces emigraban precisamente debido a esa situación


de miseria general, se iban de Santo Domingo buscando otros sitios donde
hacer fortuna. Pero los que huyeron en el siglo XVIII y en el XIX lo hacían
asustados, aterrados por los tremendos movimientos sociales y políticos que
provocó en la Isla la Revolución francesa, huían porque temían perder sus
bienes.

Como es lógico, los puestos que ellos dejaban vacíos tenían que pasar a ser
ocupados por personas menos aptas, y el resultado era que la composición
social de Santo Domingo cambiaba en sentido personal, pero no general.
Ciertas personas pasaban de un nivel inferior a otro superior, pero siempre
dentro de un mismo esquema, el de la sociedad de los hateros. Los que se
quedaron después de 1795, cuando el país pasó a manos de Francia, lo
hicieron tal vez pensando que los franceses podían hacer en la parte del Este
lo mismo que habían hecho en la parte del Oeste, esto es, poner la tierra a
producir riquezas como las que producía Saint-Domingue.

En el 1789, a punto de cumplirse los tres siglos del Descubrimiento, Santo


Domingo se hallaba en el punto más alto de su desarrollo económico, siempre,
desde luego, por debajo del nivel de otros territorios del Caribe, pero en el mas
alto de su historia. Sin embargo, ese desarrollo era el de unas minorías, no el
de la totalidad del pueblo. Por otra parte, el desarrollo no tenía significación
alguna en términos de organización social, pues lo mismo que en el 1606, los
fundamentos de esa organización estaban en los hatos, y los hateros eran, por
tanto, los centros verdaderos de autoridad social del país.

La campaña de la Reconquista fue obra de los hateros, ellos la iniciaron con la


batalla de Palo Hincado y ellos le dieron fin cuando entraron en la Capital como
vencedores, en julio de 1809. Ahora bien, una vez terminada la campaña de la
Reconquista, y declarado Santo Domingo por los propios dominicanos, territorio
español, España, ocupada por los ejércitos franceses, se halló con que no
podía atender o prestar atención a Santo Domingo.

Los hateros los que quedaron económicamente exhaustos al terminar la


campaña de la Reconquista. La débil industria azucarera desapareció casi del
todo. Una situación parecida era la de los comerciantes, que limitaban sus
extracciones al poco tabaco sobrante, algunos cueros y maderas de todas
clases, especialmente caobas, cuyo valor total apenas alcanzará a pagar la
mitad de las importaciones. Mientras tanto, en la región del Cibao fue
formándose un tipo de sociedad diferente a la de los hateros; fue la de los
productores de tabaco.

Invasión Haitiana (1822)

Durante unos cincuenta años la producción dominicana había sido tributaria de


la economía de Haití. Suplíamos a Haití de lo que Haití no producía porque le
rendía más producir azúcar, ron, añil, mieles, café, algodón. En esos años de
venta de ganados a Haití, la organización social basada en el hatero se reforzó
de tal manera que cuando los acontecimientos de Haití desquiciaron toda la
vida dominicana, lo único que quedó en pie fue el esquema de la sociedad
hatera. Nuestro país, que era territorio francés, quedó aislado del mundo y la
vida económica se fue paralizando a tal punto que la idea de volver a ser
españoles debió convertirse en obsesión entre los hateros, los productores de
tabaco, los comerciantes y los cortadores de madera.

El 9 de febrero de 1822 el presidente Boyer proclamó el país territorio haitiano.


La ocupación de Santo Domingo por parte de los haitianos obedecía a una
combinación de conflictos de orden político y social dentro de Haití y a la
profunda debilidad social y política del pueblo dominicano.

Al tomar posesión de Santo Domingo, la primera medida de Boyer fue abolir la


esclavitud. Con lo cual quedó liquidada la oligarquía esclavista patriarcal de
nuestro país, pero no las condiciones pre capitalistas en los modos de
producción pues esas condiciones pre capitalistas iban a durar todavía mucho
tiempo. Por una parte, en los escasos días que tardó Boyer en llegar desde la
frontera hasta la Capital numerosos amos huyeron del país, por otra parte,
muchos amos debieron comprender que con la llegada de los haitianos
terminaba la era de la esclavitud y dejarían a sus esclavos en libertad.

En la invasión haitiana de 1822 se produjo un vacío social,en el momento en


que los hateros habían fracasado en el gobierno del país y cuando todavía no
había ningún grupo que pudiera sustituir a los hateros como directores de la
sociedad nacional. La masa del pueblo no tenía a conciencia de su propio valor
y sólo una minoría de esclavos conspiraba y luchaba por su libertad.

Hubo una pequeña burguesía formada de dominicanos luchando por su


independencia. Tenemos que llamarle pequeña burguesía porque estaba
compuesta por pequeños propietarios campesinos y por pequeños
comerciantes. Sus primeras manifestaciones políticas aparecen en el frente de
sectores sociales que apoyó el movimiento de la Reconquista y catorce años
después recibió con simpatía a Boyer.

La pequeña burguesía no pudo tomar el poder en 1844, pero tampoco pudieron


los hateros gobernar sin darle participación en el gobierno a la pequeña
burguesía. En realidad, en el país no había una clase dominante, lo que en
algunos sentidos provocaba una situación tan peligrosa como la que había
habido años antes, cuando se presentó el vado social en que flotó el Estado
creado por Núñez de Cáceres. Era tan peligrosa, y no más peligrosa, porque
en un país sin una clase dominante no había posibilidad de mantener una
organización socio-política estable (Por eso a partir de 1844 se desató la lucha
por los puestos más altos en la escala social y en el poder político).

La psicología social de la pequeña burguesía reeleccionista pronto se expreso,


como ha sucedido desde el inicio de la República. Creían que el que se oponía
a su proyecto es un enemigo al que hay que combatir con todas las armas
disponibles para vencerlo, ganárselo o neutralizarlo. Esta conducta proviene de
su inestabilidad social producto de su posición en las relaciones de producción
y no quieren ni pensar en la posibilidad de un proyecto alternativo dentro del
mismo partido, pues no “es seguro”, ya que seguro es lo que tienen ahora. Por
eso es tan virulenta y destemplada en el debate interno, aunque aparente otra
cosa en público. Claro, con sus excepciones.

Bosch no se equivocó cuando afirmó: “En la lucha por conquistar posiciones, la


baja pequeña burguesía tiende a ser violenta; la mediana y la alta tienden a
usar la calumnia, la mentira, el chisme, cuanto más bajos, mejor”.

Si los sectores de la pequeña burguesía que promueven la reelección en el


PLD pretenden que olvidemos la historia, se equivocan. Si sueñan con que
neguemos las enseñanzas del líder, ignoran la naturaleza de la simiente que
este prócer sembró. Este pueblo tiene su historia, única, propia, particular.
Tiene su cultura, sus tradiciones que lo identifican como tal. Hacer historia
comparada no es pecado si no se abusa de las extrapolaciones. Mal ejemplo
escogen cuando nos comparan con la democracia representativa por
excelencia: Estados Unidos, o las que tienen fuertes contrapesos
institucionales.

Nuestra oposición a los proyectos reeleccionistas se debe a razones históricas


y debilidades institucionales que aún perduran en nuestra sociedad. El PLD
surgió para ser un punto de inflexión en la “arritmia histórica nacional que ha
sido el rasgo distintivo de nuestra evolución”, según Bosch. No para
aprovecharnos de ésta como han hecho otros partidos y líderes, responsables
de nuestro atraso democrático. Mucho menos abusando del liderazgo y
popularidad del doctor Leonel Fernández.

Da pena que 46 años después de decapitada la dictadura, las diferentes clases


y sectores sociales dominicanos no hayan sido capaces de terminar la larga
transición democrática iniciada. Este es el reto de los sectores de la pequeña
burguesía progresista del PLD. El impacto negativo de la reelección en dicha
transición, será el objeto del próximo artículo.

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