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Coleceisinditigida por Maria FeRNaNDA PaMpiN AURORA ARIAS \ Emoticons Prélogo Gasateta Tino @ conrecror : Atravesamos el frigil poentecito hecho de tablas, Debajo, el agua, osclante, me hace sentir insegura desde antes de penetrar al Midnight. A mf este tipo de expe- rencias me aterran, pera ni siquiera mi comadre Cundita se imagina por qué. Me agarro del brazo de ella, culpable de que esa iaifana de junio me encontrara alli. A qué voy yo para allé si siempre evité moniarme en baroos, le dije ‘cuando me propuso que Ia acompafara, pero ella insistié fen que un paseo por el mar me ayudarla 2 mejorar mi estado de énimo, y quién sabe, a lo mejor te encuentras con el hombre de tus suefios, dijo, riéndase. Hombre de ris suefios. Hablarme a mf a estas alturas del hombre de ris sues, ‘A jugar, aes0 viene Cundita a este barco, a Ta tanda del ‘fa 0 de Ia noche, haga buen tiempo o esté nevando. Yo vvine no solo por complacerla, sino porque estoy cons- ciente de que yaes hora de superar este hondo temeor. Pero Ia fila tarda en avanzar y comienzo a sentitme inquieta al contemplarel armazdn de hierro pintado de blanco, donde dentro de poco me voy a montar, Delante de mi, una anciana vestida con un overol de florctas se pinta los labios, temblorosa, mirdndose coqueta en el espejito que leva en 1a mano. Verla me pone a pensar si asf seré yo dentro de apenas veinte afos cuando me haga completa- mente vieja, y a lo mejor me dedique a visitar casinos flotantes en alta mar junto al que serd mi viejfsimo esposo, este anciano de breteles y sombrero de pala que 1a acompatia, y que, como si me leyera el pensamiento, se da la vuelta a mirarme con cara de enemistad. Dios, la vejez sf es una cosa grande. Al verlos, me siento. menos

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