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Ángeles Terribles
Ángeles Terribles
Daniel Moreira
Primera elegía
Elegías del Duino
Reiner María Rilke
Abstract
En Dans la maison, nos encontramos con la fascinación de la lectura llevada hasta el límite. El del
extravío, de la imposibilidad de la función docente. Y eso nos conduce a nuestra fascinación como
lectores y lo que queda de no analizado en ese acto. Y a un libro que nos maravillara a la vez que nos
permitiera una conexión con la película desde la fascinación de un psicoanalista, Leon Ostrov, ante una
poeta, Alejandra Pizarnik. Y los avatares de estas situaciones que jaquean al análisis y al analista desde
su imposibilidad de ofrecerse como desecho que cae, o como leño que arde y se consume.
Las referencias son claras y explícitas hacia Teorema, de Pasolini. Las distancias entre la familia
del docente y la familia del relato atrapante se van acortando. Ambas se se ven marcadas ante
con la presencia de algo extraño, un huésped o un intruso, que perturba y modifica unala
apacible vida burguesa. Las distancias entre la intelectualidad de una y la superficialidad de la
otra se van volviendo difusas en la medida que avanzan el film y la lectura.
A diferencia del personaje pasoliniano, el huésped aquí el intruso tiene nombre,: Claude. YSe
agrega a ello que tampoco está marcado por ese carácter efímero que lo perpetúaperpetuaba
al ospite como objeto de deseo desde su caída, a partir de su ausencia. Aquí este ángel
permanece, lo cual parece perpetuar una lógica de encierro (dans la maison), de imposibilidad
de cambio.
Hay algo de lo que se extravía. Una función docente que queda impedida. Desde el comienzo el
acto de lectura del profesor tiene implicancias. La familia de la cual Claude escribe es la de otro
compañero de clase. Ante la amenaza de interrupción de las entregas de nuevos capítulos por
un examen de otra materia, roba un escrito para entregar a su alumno predilecto.
Los personajes quedan finalmente atrapados por las imágenes que ven a través de las ventanas
de las casas de otros, descifrando historias e intuyendo acontecimientos. Alonso Quijano ante
novelas de caballería. O cualquiera de nosotros ante una pantalla, o incluso un libro. La
fascinación. El extravío.
AsíComo ejemplo de esa fascinación, y por qué no, extravío, evoco en mi memoria una frase que
Leo ende un libro maravilloso, siendo este adjetivo de por sí sugerente. cuya lectura hace
algunos años me impactó.
El efecto que tuvo hace algunos años esta frase y el libro Alejandra Pizarnik- León Ostrov Cartas,
editado por Andrea Ostrov fue de maravilla. Había algo de aquello atrapante que encontramos
en la lectura. El hecho de poder pensar un psicoanalista poetizado, y por alguien como Alejandra
Pizarnik, resultaba conmovedor. Casi, tanto como la lectura de su obra, su diario, sus cartas.
Hace 25 años –fue a mediados del 57- una mujer me llamó por teléfono para pedirme
una entrevista. Mi primera impresión, cundo la vi, fue la de estar frente a una
adolescente entre angélica y estrafalaria. Me impresionaron sus grandes ojos,
transparentes y aterrados, y su voz, grave y lenta, en la que temblaban todos los miedos.
¿No puede hacer algo para que el viento se tranquilice? ¿Por qué no les dice a los árboles
que soy inocente? ¿Y al mar que no ruja? ¿Y a la noche que no construya complots contra
mi miedo? Estoy segura que será bondadoso y hará todo lo que le ruego. Solo que no
puedo retribuirle con otra cosa que con mi miedo, con mi falsedad… y si le interesa con
mi total adhesión. Estoy en otro planeta y nada de él me enamora. Suya,
Necesito hacer bellas mis fantasías, mis visiones, de lo contrario no podré vivir. Tengo
que transformar, tengo que hacer visiones iluminadas de mis miserias y de mis
imposibilidades.
No obstante, hay algo que en ese resonar requiere un cierto análisis más profundo. Qué es esto
del lugar del analista y la fascinación ante lo que el analizante muestra…
Podría haber algo de invitación a la regla fundamental en una de las cartas. Pero también algo
del consejo de Ludwig Börne a los escritores en el libro que tanto gustaba a Freud y habría
reconocido como influencia para pensar la asociación libre. ¿Alienta la escritura o el análisis?
¿Crítico literario o analista?
¿Posibilidades de vivir? Si, hay una. Es una hoja en blanco, es despeñarme sobre el papel,
es salir fuera de mí misma y viajar en una hoja en blanco. P.21
EscribameEscríbame, Alejandra, sin romper las cartas; déjese llevar por lo que
espontáneamente le surja. No importa que al rato o al día siguiente no se reconozca en
lo que escribió. Pese a Ud., Ud. es siempre Alejandra.
Un abrazo de Aglae, Andrea y mío,
León Ostrov
Los dos últimos poemas del libro La última inocencia, dedicado al propio Leon, dedicado a Leon
Ostrov parece responder directamente estas cuestiones.
SÓLO UN NOMBRE
alejandra alejandra
debajo estoy yo
Alejandra
Es la poeta y no el psicoanalista el que se abisma a trascender un nombre. Se permite el
alejamiento de cualquier significación que pueda tener ese significante Alejandra al cual Ostrov
parece intentarla ligar. ¿Demasiado Alejandra Pizarnik para que este pudiese conectarse con
algo más, o con mucho más que una poeta, que un nombre? Aquella frase que me maravillaba,
de un psicoanalista poetizado, va perdiendo fuerza.teniendo otros sentidos. Él mismo lo dice:
sufría una imposibilidad de sustraerse al goce estético… lo cual postergada la específica tarea
profesional.
Y laY parece no poder brindarle a Alejandra la posibilidad de su segunda muerte. Y, con ese acto,
la propia caída de un analista de ese lugar, como parte de un fin de análisis. En palabras de
Allouch, es inmortal aquel a quien se le ha negado que realice el mismo duelo que lo llevó a
escribir
Además, como en la película y el robo del escrito, hay una transgresión, un desvío, tal vez un
extravío. ¿Qué lugar hayqueda para el analista y para el análisis en estas correspondencias?
Querida Alejandra.
…La imaginé escribiendo en el de Flore, a donde yo iba todas las noches y del cual –no se
lo cuente al mozo. Conservo un balde de hielo… que una tarde, en un verano, en un rapto
preparado con premeditación y alevosía, y que no quise someter a ninguna consideración
moral, me llevé como “souvenir” de ese París del cual no quería separarme.
En la película, es la imposibilidad de ver más allá de sus relatos, las miserias que subyacen. De
forma muy atinada el director muestra recién sobre el final la casa de Claude, su padre
discapacitado, su papel en los cuidados.
Extraviado, termina internado, y los dos personajes se dedican a alimentar ese mundo
imaginario de la vida de los otros. No
Aquí no hay teoremaTeorema posible, es. Es una operación que se vuelve sobre sí misma, no
hay operación transformadora sino en el sentido del fracaso de la función. Hay siempre una
manera de entrar anuncia el afiche de la película. La pregunta es si existe una manera de salir, y
la película parece responder que no, que no hay forma de poder dejar ese encierro, esas
maisons.
Y, por otro lado, más allá de aquella sorpresa que generó en mí el psicoanalista poetizado, la
otra pregunta sería si no hay en ello también un fracaso en la función psicoanalista. Y si, de no
haber mediado esos extravíos, podría haber habido otra trayectoria de vida en quien permanece
aún para nosotros desde la belleza de sus palabras, sin poder acceder a su segunda muerte.
La bûche psychanalytique ne s´enflamme pas, quelle que soit l´intensité de la flamme analysante
qui la sollicite ; en revanche, elle se consume, et jusqu’à devenir le reste d´elle-même amour lacan
prologue page 33
Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate
enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes
en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida.
Simplemente no soy de este mundo… Yo habito con frenesí la luna… No tengo miedo de
morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… No puedo pensar en las cosas
concretas, no me interesan… Yo no sé hablar como todos. Mis palabras suenan extrañas
y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie… ¿qué haré cuando me
sumerja en mis mundos fantásticos y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener
que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un “saber
volver”. Ni lo querré acaso.
¿Posibilidades de vivir? Si, hay una. Es una hoja en blanco, es despeñarme sobre el papel,
es salir fuera de mí misma y viajar en una hoja en blanco. P.21
vida
aquí estoy
mi vida
mi sola y aterida sangre
percute en el mundo
pero quiero saberme viva
pero no quiero hablar
de la muerte
ni de sus extrañas manos.
Pagina 47 texto de que hay acaso alguien mejor que ud en buenos aires
me gustaría saber de Buenos Aires, es decir de Ud y de unos pocos más que quiero… 61
En fin tengo mucho miedo y no obstante…. De todas las que soy y de las que me hacen y
deshacen
Análisis interminable
74 b
Sólo me reconozco en mi nostalgia
88 a
Si es posible susurrar plegarias. Si hay alguien a quien pedir. Yo ruego que esta sea mi
última transferencia. Mi último amor fantasma. Mi última imposibilidad.
Cierre
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