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Año del fin del mundo!

Imagina que los mayas tuvieron razón… y si seguimos con la paranoia colectiva del fin del
mundo, imagina que también tuvieron razón los aztecas, los hoppie, los incas, los nazca,
los vedas, los australianos, los masones, los gnósticos, los rosacruces, los escenios,
Nostardamus, los egipcios, mi abuelita Gertrudis, la vecina de la panadería y todos los
profetas, videntes, religiones, culturas y organizaciones que generan conocimiento.
Imagina que todos tienen razón en cuanto a la profecía del “21 de diciembre del 2012”.
Solo imagina…

…si todo eso fuera verdad, y en realidad solamente tuvieras un año ¿Qué es lo que harías?

¿A qué te dedicarías en este año? Si tan solo tuvieras un año para completar tus metas,
para alcanzar tus sueños, para lograr tus propósitos ¿Qué harías? ¿Cuáles serían tus
metas? ¿En qué invertirías tu tiempo? ¿Cambiarían tus prioridades? ¿Dedicarías más
tiempo a tus seres queridos? ¿Terminarías los asuntos que dejaste inconcluso? ¿Le dirías a
esa persona que le quieres? ¿Dejarías de contaminar el medio ambiente? ¿Dejarías de
botar la basura a la calle, haciendo de la ciudad en la que vives, un gran CHIQUERO?
¿Dejarías de discriminar a las personas que piensan distinto a ti, para celebrar la vida, en
vez de únicamente reñir por las diferencias? ¿Escucharías más, y hablarías menos?

¿Harías algo distinto? O por el contrario, ¿ensuciarías más tu ciudad? (total, ya todo se
acabaría, no importa mucho lo que hagas) ¿Le dedicarías más tiempo a tus vicios, en vez
de darte a los tuyos? (después de todo, nadie reclamará que no le dedicaste el suficiente
tiempo) ¿Discriminarías con más ganas? (porque no tendrás más oportunidades de
maltratar a la gente, como tienes por costumbre) ¿No terminarías tus asuntos
pendientes? (dejarías de postergarlos para definitivamente olvidarte del tema, ya que
nunca tuviste la intención real de resolverlos).

Podrías hacer y dejar de hacer muchas cosas. Curiosamente el pensamiento clásico


occidental, que interiorizamos desde que lo oímos (pues vemos que todos o casi todos y
todas lo aplican) es CARPE DIEM. Dicho romano que interpretamos de la peor manera:
“vive cada día como si fueras a morir mañana”. En realidad, el dicho completo era: “Carpe
diem quam minimum credula postero” que es masomenos (el latín no es mi especialidad):
“aprovecha el día y no confíes en el mañana” y era recitado por los soldados romanos las
noches previas a la batalla. Occidente continuó la filosofía al estilo de una conocida
excongresista peruana “Vive la vida y no dejes que la vida te viva”. Dejando en claro, en un
idioma coloquial, la paráfrasis del original lema romano. Dejando en claro que en realidad
no importa el futuro, sino solo gastar ahora, despilfarrar ahora, consumir ahora, explotar
ahora, ganar ahora, sin importar mucho el mañana, y si el mañana desaparece (junto con
sus consecuencias) pues MEJOR.

Pero contrariamente a la opinión popular, existen consecuencias nefastas del carpe diem,
cuando este es mal entendido. Digo cuando es mal entendido, porque en sentido positivo
podría entenderse como “disfrutar las cosas sencillas de la vida” “aprovechar el presente
sin agobiarte tanto en planes y pasados (culpas, remordimientos) ni futuros (expectativas,
ansiedades). En el encuentro intercultural (e interreligioso, por cierto) me topé con un
precioso proverbio árabe:

“Planea la vida como si fueras a vivir eternamente, y vívela como si fueras a morir
mañana”

Temo que los occidentales nos quedamos con el frenesí de una vida alocada (asumo que
se debe al clásico temor a la muerte) pero muchas veces olvidamos el sentido de
planificación, y las ventajas que el planificar las cosas nos trae; u ocurre lo contrario, nos
obsesionamos con realizar planes, sin llegar a vivir realmente los procesos que la
ejecución de los planes representan. Es decir, o vivimos con el temor al futuro, y por lo
tanto nos encerramos en un presente efímero, o nos obsesionamos con el futuro sin llegar
a vivir realmente el presente. Cuan conveniente es lo que enseña el rabí Jesús de Nazareth
diciendo: “…no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán.”
Pero lo más importante es que solemos recordar eso, y obviamos la frase anterior, y más
importante que el rabí presenta a manera de conclusión, precisamente hablando sobre el
afán y la ansiedad, la conclusión del rabí es: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas (el día de mañana, las labores de la vida cotidiana, lo que
habéis de beber, lo que habéis de comer, lo que habéis de vestir, asuntos como la
estatura, y trivialidades) os serán añadidas”. Por tanto, vivamos este año como si fuera EL
AÑO DEL FIN DEL MUNDO, colocando las prioridades en el lugar adecuado, dedicándonos
a lo importante y no únicamente a lo urgente, pero planifiquemos como si no fuéramos a
morir jamás.

FELIZ AÑO DEL FIN DEL MUNDO

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