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Ciencia y Tecnica Como Ideologia
Ciencia y Tecnica Como Ideologia
Marcuse critica a Weber y concluye que el concepto de raz�n t�cnica puede ser
ideolog�a ya que la t�cnica es una forma de domino sobre la naturaleza y los
hombres, un dominio met�dico, cient�fico calculado y calculante.
Para el an�lisis Habermas propone un esquema que divido en mundo simb�lico del
mundo formal, a uno lo llama marco institucional de la sociedad o del mundo
cultural donde se llevan a cabo relaciones simb�licas y por el otro lado est� la
acci�n racional con respecto a fines que es todo el aparato estatal y econ�mico. Si
las acciones pertenecen al marco institucional simb�lico estas se rigen por
expectativas de comportamiento, y sanciones por el contrario si la acci�n se
refiere a la acci�n racional las pr�cticas se determinan por modelos de acci�n
estrat�gica. De esta forma se puede formular el concepto weberiano de
racionalizaci�n.
Las legitimaciones antes reinantes son sustituidas por las ideolog�as, ideolog�as
cargadas de ciencia y que se justifican en la cr�tica a la ideolog�a.
El peligro est� en que la tecnocracia sirve como ideolog�a para una pol�tica
dirigida a la resoluci�n de tareas t�cnicas que pone en segundo plano a las tareas
pr�cticas, as� mismo responde a ciertas tendencias evolutivas que pueden erosionar
el marco institucional.
�la protesta de los estudiantes podr�a acabar destruyendo a la larga esta ideolog�a
del rendimiento que empieza a resquebrajarse, y, con ello, derrumbando el
fundamento legitimatorio del capitalismo tard�o, que ya es fr�gil, pro que est�
protegido por la despolitizaci�n�.
No obstante, considero que en un pa�s como el nuestro, los estudiantes son los
primeros interesados en llenarse de tecnolog�a y empaparse del discurso cient�fico.
Son los primeros que niegan la cultura procedente y los m�s interesados en conocer
nuevas formas de socializaci�n alternas a las tradicionales. En un pa�s como
M�xico, con bajos niveles educativos, y bajos niveles de aprovechamiento escolar,
la t�cnica surge como la panacea del desarrollo personal ya que su uso no requiere
de formaci�n alguna y si otorga un status especial a qui�n la utiliza. Me parece
una buena intenci�n la de Habermas pero no aplicable a un contexto como el nuestro.