Lilian Marisol Ramírez Pimentel

REFLEXIÓN DEL CURSO DE ARITMÉTICA

Durante este curso de Aritmética: Números Naturales, pude aprender la manera

en que un docente debe de llevar a cabo las clases de matemáticas, en la escuela
primaria, siguiendo el enfoque pedagógico y teniendo como objetivo que el alumno
alcance los aprendizajes esperados del curso y de su educación básica.

El curso de este semestre fue de relevancia para mi formación docente, puesto

que aprendí que el docente es un guía del alumno y que el proceso de aprendizaje
comienza a través del planteamiento de un problema que representa un reto para
el alumno, tomando en cuenta las herramientas y los conocimientos que ya posee.
De esta manera, el mismo problema puede representar un reto para un alumno
mientras que para otro no.

El docente debe de trabajar siempre con los distintos tipos de cálculos: pensado,
automático, mental, escrito, numérico, relacional, etc. A través de esto (el trabajo
con números) es que se trabaja el sentido numérico en el alumno. En la medida en
que el estudiante resuelve el problema por sus propios medios y socializa los
procedimientos con sus compañeros, podrá identificar maneras más eficientes de
llegar al mismo resultado, y esto desarrollará su razonamiento y su nivel cognitivo.

La forma en que el docente trabaje las matemáticas dentro del aula, determinará
en gran medida la respuesta que el alumno tenga hacia ellas, esto debido al
condicionamiento clásico.

El maestro debe de crear ambientes de aprendizaje que favorezcan a los alumnos,

así como diversificar los contenidos de acuerdo con las necesidades de cada uno,
de esta forma les brindará mediadores que les ayudarán a resolver los problemas
planteados.

La suma y la resta son problemas que el alumno debe de trabajar siempre dentro
de un contexto real, y éste logrará comprender el algoritmo convencional de
manera natural, en la medida en que se apropie del concepto de número,
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trabajando los problemas matemáticos de acuerdo con las etapas del aprendizaje
de Bruner: enactiva, icónica y simbólica.

Durante este curso de Aritmética las competencias trabajadas tenían el propósito

de que los alumnos normalistas conociéramos cómo trabajar con los niños para
que estos adquieran el concepto de número, desarrollen su sentido numérico y
aprendan así a sumar y restar, de manera natural.

En este curso se presentaron algunas dificultades, como la organización al

momento de realizar los trabajos grupales como los ficheros de primer y segundo
grado, la exposición de los mismos, o la realización de los cuatro problemas
aditivos para aplicar a un alumno de tercer grado. Otra dificultad presentada fue la
distribución del tiempo, puesto que algunos trabajos se encargaban sin un previo
margen de tiempo y esto generaba imprevistos a la hora de organizarlos,
principalmente cuando se hacían en equipo. Dichas problemáticas se lograron
resolver por medio de una adecuada comunicación y siempre manteniendo una
convivencia de respeto mutuo y responsabilidad hacia el trabajo.

Este curso de Aritmética fue de mi total agrado, pues pude relacionar lo que
estaba aprendiendo en mis clases, con lo que se vive dentro de las aulas de
educación primaria. El desarrollo del curso me permitió observar de cerca la
realidad de la educación básica, pues en diversas ocasiones realizamos
observaciones de las clases de matemáticas de los seis grados, en la escuela
Anexa a la Normal. Esto generó que yo analizara los elementos presentes y
ausentes en las clases, y que los relacionara con lo que había aprendido tanto en
el curso de Aritmética, como en mis otras materias.

Las fortalezas que percibo de este curso de Aritmética, es la manera de trabajar,

pues el maestro nos guía en nuestro aprendizaje y nos permite ser autodidactas, a
la vez que se percata de que afiancemos los contenidos y logremos los objetivos
del curso.

Un área de oportunidad que veo presente en el curso, es la distribución de los

tiempos. Considero que si los trabajos se encargaran dentro de un margen de
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tiempo mayor, los alumnos normalistas nos veríamos menos presionados a la hora
de realizar nuestras tareas y aprender, pues es importante generar un ambiente
de confianza en donde el alumno sea el centro de su propio aprendizaje, pero que
este proceso no represente una frustración que le impida aprender.