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Krishnamurti: ¿Puede uno vencer la soledad? Todo aquello que uno conquista,
tiene que ser conquistado una y otra vez, ¿no es así? Lo que comprendemos, se
termina, pero aquello que conquistamos jamás puede terminarse. El proceso de
combatir algo sólo alimenta y fortalece aquello contra lo que luchamos.
Ahora bien, ¿qué es esta soledad de la que casi todos nosotros estamos
conscientes? La conocemos y escapamos de ella, ¿verdad? Huimos hacia todas las
formas posibles de actividad. Nos sentimos vacíos, solitarios, y tenemos miedo de
eso, así que tratamos de encubrirlo por cualquier medio: la meditación, la
búsqueda de Dios, la actividad social, la radio, la bebida o lo que fuere; haríamos
cualquier cosa antes que afrontar el hecho de la soledad, estar con él,
comprenderlo. Lo mismo da que escapemos mediante la idea de Dios o mediante
la bebida. En tanto uno esté escapando de la soledad, no hay una diferencia
esencial entre la adoración a Dios y la afición al alcohol. Socialmente puede ser
que haya una diferencia, pero psicológicamente, el hombre que escapa de sí
mismo, de su propia vacuidad, y cuyo escape consiste en la búsqueda de Dios, se
encuentra en el mismo nivel que el bebedor.
Por eso, si queremos comprender esta cosa fundamental que llamamos soledad,
deben cesar todos los escapes; pero los escapes no cesan preocupándonos al
respecto o buscando un resultado o mediante alguna acción del deseo. Uno debe
ver que, sin comprender la soledad, toda forma de actividad es una distracción, un
escape, un proceso de autoaislamiento, el cual sólo crea más conflicto, más
desdicha. Es esencial ver ese hecho, porque sólo entonces puede uno hacer frente a
la soledad.
Por cierto, hay una diferencia entre ese estado de soledad (loneliness), que implica
sentirse solo, solitario (lonely), y el otro estado que implica estar solo, libre, no
depender de nadie (alone). La primera de las soledades es la esencia del proceso de
autoaislamiento. Cuanto más consciente es uno del sí mismo, tanto más aislado
está, y la conciencia del «yo» es el proceso de aislamiento. Pero la otra soledad
(aloneness) no es aislamiento, y sólo existe cuando ha dejado de existir la soledad
del aislamiento. Es un estado en el que ha llegado completamente a su término
toda influencia, tanto la externa como la interna de la memoria; y sólo cuando la
mente se halla en ese estado de soledad creativa puede conocer lo incorruptible.
Pero, para llegar a eso, debemos comprender la soledad que implica este proceso
de aislamiento constituido por el «yo» y sus actividades.