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N° 8

Selltiz, C. Jahoda, M. Deutsch, M. et al: Métodos de investigación en las relaciones sociales,


del Cap. 2: Selección y formulación de un problema de investigación. Ediciones Rialp, S.A.,
Madrid, 1965:

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGAC1ÓN


La selección de un tema para investigación no coloca inmediatamente al investigador en
una posición tal que le permita comenzar a considerar qué datos ha de recoger, por qué
métodos, y cómo los analizará. Antes de alcanzar estas etapas, necesita formular el problema
específico susceptible de ser investigado por procedimientos científicos. Desgraciadamente, no
es raro que un investigador trate de escalar rápidamente de la selección de un tema a la
recolección de observaciones.
En el mejor de los casos, esto significa que se enfrentará con la tarea de formular un
problema después de la recolección de datos; y en el peor de los casos, que no realizará una
encuesta científica en modo alguno.
Es una apreciación totalmente superficial la de afirmar que la verdad es hallada por
medio del estudio de los hechos. Es superficial porque ninguna investigación puede ser situada
en su lugar de comienzo hasta que y a menos que se encuentre alguna dificultad en una
situación práctica o teórica. Y es la dificultad, o el problema, los que dirigen nuestra búsqueda
con algún orden entre los hechos de tal forma que la dificultad pueda ser superada (Cohen y
Nagel, 1934).
La investigación científica es una tarea dirigida a la solución de problemas. La primera
etapa en la formulación de la investigación es reducir el problema a términos concretos y
explícitos.
A pesar de que la selección de un tema de investigación haya sido determinada por
consideraciones ajenas a las científicas, la formulación del mismo en forma de problema de
investigación es el primer peldaño a subir en la investigación científica y, como tal debe estar
influenciado primordialmente por las condiciones del procedimiento científico. No hay, sin
embargo, una regla sencilla que oriente al investigador en la formulación de preguntas
significativas acerca de una determinada área de investigación.
Aquí, la experiencia y talentos de la persona son de la mayor importancia. Así lo
destacan Cohen y Nagel (1934):
La capacidad para percibir en una experiencia somera la ocasión para definir un
problema y especialmente un problema de cuya solución depende la de otros problemas, no es
un talento común entre los hombres... Es una señal de posesión del genio científico, sensible a
las dificultades por donde otras personas menos dotadas pasan sin ser inquietadas por la duda.
Todavía es posible enumerar algunas condiciones que la experiencia ha mostrado
favorables a la formulación de problemas significativos. Entre éstas está la inmersión
sistemática en el asunto tratado por medio de la observación directa, el estudio de la literatura
existente sobre el tema, y la discusión con personas que han acumulado experiencia práctica en
el campo que se estudia. Y por la misma importancia que tales condiciones tienen en la
formulación de un proyecto de investigación, contiene un peligro. En las ciencias sociales,
como en otras cualesquiera, los hábitos de pensamiento pueden interferir el descubrimiento de
la observación directa inesperada y preliminar, así como de las lecturas y discusiones previas,
que pueden ser llevadas a cabo en una forma de pensar constantemente crítica, curiosa e
imaginativa.
La primera fase en la formulación es el descubrimiento de un problema necesitado de
solución. Sin esta fase previa, la investigación puede no ser procedente, como demuestran los
casos que a continuación se describen Todos los veranos, una institución educativa de U. S.A.
reúne durante seis semanas unas doscientas personas jóvenes de uno y otro sexo de las más

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distintas formas de vida. Cada región del país, cada credo y raza, están representados. Algunos
de los jóvenes son obreros o agricultores; otros son oficinistas o estudiantes. Son seleccionados
para este curso de verano teniendo en cuenta sus cualidades en cierne de líder que han
demostrado en sus asociaciones sindicales o estudiantiles. La agencia que subvenciona el curso
tiene como objetivo, al tiempo que proporcionar a estos jóvenes una información acerca del
mundo en que viven, facilitar una experiencia de vida en común, y técnicas para capacitar a
cada uno de ellos en encontrar las aspiraciones que el papel de líder pide en sus respectivas
esferas de vida de un modo más efectivo que antes, Los organizadores de esta aventura
voluntaria invitaron a un equipo de científicos sociales para discutir la posibilidad de realizar
investigaciones en el curso. La razón de esta invitación era 1a misma que mueve a muchas
agencias a solicitar la ayuda de los científicos sociales -el deseo de la institución de obtener
seguridades acerca del valor del programa, y tenia la convicción de que la ciencia podía
establecer esta valoración sin duda alguna - El tema de la proyectada investigación estaba claro:
el valor de la aventura educativa emprendida con el curso de verano. La discusión entre los
financiadores del curso y los científicos sociales tenía como objetivo el transformar este tema,
paso a paso, en un problema de investigación.
Como es corriente en tales discusiones, los científicos sociales comenzaron con la
siguiente pregunta : ¿ Qué aspecto quisiera usted comprobar de la totalidad de la empresa? y
ésta fue seguida también de la acostumbrada contra pregunta: ¿ Qué puede decirnos la ciencia
social acerca de ello? El resto de la sesión demostró a ambos equipos las dificultades de la
formulación de la investigación.
Después de ser superada 1a dificultad original, los representantes de la institución
explicaron con todo detalle sus objetivos a largo plazo. Ya poseían un extenso conocimiento de
los problemas típicos y de los efectos inmediatos de sus esfuerzos primeros pero sus propios
objetivos de alto rango y sus propósitos educativos les prevenían de aceptar como medida
segura del éxito la evidente alegría de la experiencia entre los jóvenes participantes. Lo que
buscaban era algo que apareciera por sí mismo fuera de los confines del marco educativo y a
través de la vida posterior de cada participante, una vez terminada la convivencia. Los
problemas inmediatos de administración del curso-selección, programa; organización, etc.-
estaban aparentemente bien llevados.
Si bien la discusión de los efectos a largo plazo era de considerable interés, se llegó a la
conclusión de que la investigación de estos efectos no era posible en un programa inferior a los
veinte años de investigación que ni la institución ni los científicos sociales podían considerar en
ese momento.
También hubo acuerdo en que la competencia y experiencia de los educadores eran una
guía más segura en la planificación del programa como aspiraci6n a largo plazo que los
resultados de los esfuerzos de la investigación en cuestiones de detalle. En otras palabras que si
bien existía un asunto a investigar no era posible formular un proyecto realizable sobre los
efectos a largo plazo del trabajo del curso; la cuestión hubiera sido distinta si el interés se
hubiese dirigido a los efectos a corto plazo. Sin embargo, a pesar de la negación de resultados
generales, la discusi6n permitió obtener valiosos e inesperados <subproductos> en la forma de
esclarecimiento de los objetivos y deseos implícitos en el programa de la institución.
Aunque este ejemplo muestra que no todos los asuntos pueden ser fácilmente
transformados en proyectos de investigación realizables es, afortunadamente, algo muy
específico de este ejemplo el que se fracasara en llegar a alguna base de partida desde la que
fuese posible alguna investigación. Con mucha más frecuencia es posible identificar algún
aspecto del problema susceptible de ser formulado en una cuestión específica apta para
investigar con 1os recursos que se poseen.
Como ejemplo del proceso de formulación de un problema de investigación dentro de un
área determinada, vamos a considerar un estudio de Morris y Davidsen (próximo a publicarse}

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sobre los estudiantes extranjeros en Estados Unidos. Partiendo de su deseo de estudiar algún
aspecto de la experiencia del hecho de ser estudiante en un país extranjero, los investigadores
seleccionaron un tema general. No obstante, un gran número de cuestiones especificas tendrían
que ser investigadas dentro de este área, Estudios exploratorios habían ya apuntado un cierto
número de direcciones interesantes. Así, se sugirió la posibilidad de que los estudiantes en un
país extranjero pasaran por una serie de sesiones de adaptación, comenzando con una fase de
.<espectador> y terminando con un cursillo de preparaci6n para su regreso al país nativo. Otra
idea derivada de los estudios exploratorios previos es la posibilidad de que la actitud de un
estudiante hacia el país que le recibe esté influenciada en buena parte por la posición que ocupa
dicho estudiante en su país de origen, en combinación con la actitud general hacia el país
huésped sostenida por diversos grupos en su país. Todavía otra sugerencia derivada de estos
estudios previos fue la idea de que la actitud del estudiante hacia el país que le acoge puede
estar fuertemente afectada por el concepto que hacia su país tengan los miembros del visitado.
En una palabra, que no era posible considerar todas éstas posibilidades dentro de los límites de
un solo estudio Unas de las primeras etapas, por tanto, era la selección de un asunto que
condujera a una tarea de unas dimensiones manejables. Esta es con frecuencia una etapa
necesaria en las fases iniciales de la formulaci6n del problema. El asunto para la investigación
ya se trate de la evaluación del programa de una agencia de actividades, o un diagnóstico de
supervisión de una comunidad, o la prospección de la opinión pública sobre actitudes u
opiniones en cuestiones de política internacional, o el desarrollo del espíritu cooperativo en
grupos reducidos - es frecuentemente de tal envergadura que no pueden ser investigados
simultáneamente los aspectos del problema. La tarea debe reducirse de tal modo que pueda ser
abarcada en un solo estudio o dividida en un cierto número de sub-cuestiones que puedan ser
llevadas a cabo en estudios separados.
Morris y Davidsen decidieron centrarse en la cuestión de cómo las actitudes de los
estudiantes hacia el país huésped son influidas por su percepción del concepto que los nativos
de éste tienen del país de procedencia del estudiante.
Una vez reducido el problema a términos en que razonablemente podía ser abordado en
un solo estudio, procedieron a la preparación de varias fases interrelacionadas entre si;
formulaci6n de hipótesis. esclarecimiento y definición formal de los conceptos utilizados en el
estudio; especificación de las clases de evidencia que podrían servir como indicativos de los
diversos conceptos (es decir, el establecimiento de <definiciones de trabajo>); la consideración
de las formas de relacionar este estudio con otros que utilizan conceptos similares, de tal forma
que hubiera la mayor contribución posible al conocimiento general en este campo.
Estas fases están tan estrechamente relacionadas que no pueden ser estudiadas una por
una. Cuando un investigador formula sus hipótesis debe definir los conceptos que entran en
ellas y en estas definiciones debe reflejar la relación de sus estudios con otros semejantes y con
un cuerpo general de teorías. Sin embargo. en beneficio de la claridad de presentación las
diversas fases deben ser discutidas separadamente, y con cierto orden. Comenzaremos con la
formulación de hipótesis – no porque éste sea el aspecto que recibe atención en primer lugar,
sino porque, cuando es posible comenzar con este aspecto, se posee una guía valiosa para las
próximas fases.

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