Está en la página 1de 4

Por primera vez habla la viuda

de Dyrruti

El amor
y la lucha de
un anarquista
"Mtfnca creí que su muerfe fuero accícfenfor'
Por PEDRO COSTA MUSTE. Fotos: LUIS ARTIME,
enviados especiales
ÍNTER VW viajó hasta la punta más occidental de Francia, su Finisterre, a entrevistar
a una anciana extremadamente inteligente y despierta. Había dos motivos para ello: fue la
compañera del legendario militante anarcosindicalista Durruti y jamás había sido entrevista-
da por la prensa española. Hablamos de todo extensamente, hasta de la oscura y enigmática
muerte del leonés: "Nunca creímos que muriese de un accidente", han declarado la compañe-
ra y la hija de Durruti.

—¿Desde Madrid has venido sólo solía a comprar libros y a ver a Berta,
para eso? Ahora Durruti es un héroe que era la encargada, la que después
nacional, ¿no?, lo han convertido en sería compañera de Ascaso. Fue en
un personaje de leyenda.. Ah, me mil novecientos vdntisiete. Yo busca-
disgusta todo esto, lo rechazo. Mi hi- ba por las estanterías y entraron los
ja, Colette, estuvo en España m mD dos: Durruti y Ascaso. El me miró,
novecientos cuarenta y ocho, en ple- yo le miré... "et voilá".
no periodo de represión, y unos poli- Ella habia nacido veintiséis años
cías le dijeron: "Su padre era todo un antes en Algers, en el Oeste francés,
hombre". Claro, hablaban así porque aunque toda su vida había transcurri-
estaba muerto, si hubiera estado vivo do en París, donde se hizo secretaria.
le habrían tratado de otra forma. Educada en las ideas de su padre
Emilienne Morin, setenta y seis ("Un anarquista romántico de la vie-
años, apenas si dice en español más ja época"), frecuentaba los medios
que "charlar" o "mujeres libres", sindicalistas libertarios y trabajó con
pero lo entiende a la perfección. Con- especial empeño en dos comités: el
versamos en su casa y paseando por Sacco-Vanzetti y el que se organizó
las calles medievales de Quimper; en- para sacar de la cárcel a Durruti y a
tramos en una "créperie" y recibe de Ascaso. ^Estaba muy Iqos de imagi-
todos el trato que corresponde a una nar entonces, cuando ayudábamos a
viejecita, aunque deja tras de si la es- su abogado, Henri Torez, que nues-
tela de una cierta sorpresa por una vi- tras vidas se iban a cruzar. Yo había
veza y sentido del humor extraños a estado casada, pero muy poco tiem-
su edad. Pasados cuarenta y un años po".
de que Durruti muriera pronuncian- Durruti ya era muy conocido por
do la palabra "Mimi" ("Así me lo entonces, no sólo en los medios anar-
dijo un día el doctor Santamaría; cla- cosindicalistas; también la prensa
ro, que no sé si creerk)*^, por las ca- burguesa se ocupaba a menudo de él.
lles de una conservadora ciudad de Habia huido a Francia en 1917, tras
aire gallego cuyas paredes aparecen la huelga revolucionaria, y habia tra-
llenas de pintadas reclamando una bajado en París como mecánico. En
Bretaña "autónoma y ¡libertaria!", 1919 se habia fugado de una cárcel
Emiliana habla de aquellos años que española donde cumplía condena
permEuiecieron juntos Durruti y ella, como desertor. Ya eran conocidos
cuando él era Pepe en casa y ella Mi-
mi.
Colette, la hija: "Nunca creí
—Lo conocí en la Hbreria Interna- que hubiera muerto
cional de París, un «fia que ñii como de un accidente".
78
- interviú^
ü guardaba como con cierto pudor
su pasado y lo que habia hecho, com-
partía totalmente conmigo sus sueños
e ilusiones. Tenia un sentido del hu-
mor muy ácido, reía para adentro:
decia de mi, cuando me presentalm a
algún compañero, '*Ella es sindicaUs-
ta... a secas**. Y sabia que no era asi,
pero le gustaba tomarle el pelo a todo
d mundo; sta molestar, claro.
Emiliana, todavía hoy, es feminis-
ta. Se indigna cuando ve que un
"spot" de televisión recomienda a las
amas de casa, que además trabajan
fuera del hogar, un analgésico para
calmar sus preocupaciones y cansan-
cio. "¡Es abominable esta publici-
dad!", dice. Con Durruti también
hubo problemas en el hogar.
—En este sentido tenia la mentali-
dad de la época. Todos los ananpiis-,
tas españoles no hacian más que ha-

sus grupos "Los Justicieros" y "Los


Solidaríos", uno de cuyos principales
objetivos era acabar con Alfon-
so Xin. En 1922 habia sido muerto
el cardenal arzobispo de Zaragoza,
Juan Soldevilla, y en el Banco de Es-
paña de Gijón habían sido robadas
675.000 pesetas. Ya habia vivido la
etapa latinoamericana con Ascaeo y
ambos acababan de ser puestos en li-
bertad en Francia, tras su detención Buenaventura Durruti, el mito de los
por el plan de atentar contra Alfonso trabajadores. Es una foto hecha
XIII y el dictador Primo de Rivera, en 1931.
cuando aquel dia de 1927 se encon-
tró con Emilienne en la librería que blar dd amor libre y el anarquismo y
precisamente se había fundado unos eran bcapaces de cocinar o de bañar
a sus hijos. En su casa eran siete her-
manos y Rosa la única mi^er; hasta
Nunca cní que Durrutl que se casó, y ya era muy mayor, no
murlen da un acciden- hizo otra cosa que hacerlo tcido por
ellos; la casa, la ropa, la comida..., ni
te, pero no tengo otra a la mesa para comer se sentaba. Y a
veralón que la oficial. Bumavantura y Emilianna, a la derecha; Ascaao y Berta, detrás. En Bruselas, su medre, la abuelita, aún le parecia
antes de la Segunda República. poco. Durruti sabía que yo tenia ra-
zón y por eso no podia llevarme la
galidad... Entonces me pidió que me DURRUTI, EN EL HOGAR contraria. Alguna vez bañaba a la
años antes con dinero que Ascaso y fuera a vivir con él, algo que ya espe- niña o me ayudaba a pelar patatas,
él habían aportado. raba desde hacia tiempo. Los tiempos de Bruselas fueron fá- pero muy de cuando en cuando. Re-
—Lo volvi • ver en casa de Berta Emiliana no lo dudó, pero habia ciles para la pareja. Durruti no podía cuerdo un domfaigo en Bruselas: ti se
naa noche que me invhó a cenar, y problemas económicos en su casa. tener ningún tipo de actividad sindi- habia pasado toda la mañana char-
•lli haUamoi por primera vez. Eitu- Cuando la hipoteca que sus padres cal, ni ideológica ni política, y, aparte lando con sus compañeros y llegó a
vhnot viéndonos desde entonces has- tenían sobre la casa en que vivían es- de su trabajo como mecánico, toda comer. '*No he guisado nada —le (fi-
ta qoe lo expulsaron a Lyon. Luego tuvo pagada hizo sus maletas y, con su acción se limitaba a largas charlas je—; yo también tengo derecho a (fis-
marchó a Alemania y desde alli me identidad falsa, marchó a Bruselas. con los compañeros en el Centro Es- frutar los donüngos, ¿no crees? Co-
Mcribia mucho. Después, Ascaso y él —Una amiga me prestó sus pape- pañol. meremos en un restaurante". No le
Iberon • Bruselas, donde les dejaron les, pasé con su foto y todo. Durrati - L o ñamábamos "la Casa de las gustó mi actitud de momento, pero
quedar con hi condición de que utili- habia sabido comprender lo que yo le Ocho Horas". Nuestra vida era la de no pudo decir que no. Hubiera sido
zaran nombres falsos... ¿No es gro- habia dicho de que no podiafarcon él una pnrcja normal Yo le hacia leer un poco violento para un anarquista,
tesco? La legalidad ntUumdo la ile- hasta que mis padres saBeran a flote. dásieos en francés, y, a pesar de que ¿no?
79
Estuvieron los tres años y medio se iba a producir. El tenía confianza radio y la solidaridad fue extraordi- Ciudad Universitaria de Madrid, fue-
de Bruselas prestando atención nada y yo no. A mí me parecía que las naria. ra de la zona de tiro, al subir a un co-
más que a lo que en España ocurría. fuerzas reaccionarias, con la Iglesia a —De todas partes trajeron comida, che en el que viajaban también Julio
Dumiti ya tenia hechas las maletas el la cabeza, eran todavía demasiado incluso gente que ya dd>ía estar sen- Graves, chófer, y el sargento Manza-
14 de abríl de 1931, y al enterarse fuertes y veía imposible ese salto for- tada a la mesa, porque era la hora de na, militar profesional y lugarteniente
por la radio del triunfo republicano midable desde una RepúbBca, sin re- comer. Trajeron paellas, cacerolas de Durrutí en la columna, éste fue al-
no lo pensó ni un minuto y se marchó publicanos y apenas consolidada, al llenas de guisos, sopas». Yo me subí canzado por un disparo. El hecho ja-
para Barcelona, donde, al llegar, que- comunismo libertario. Pero él parecía a un camión de víveres sin decirte más ha sido totalmente aclarado.
mó todos sus falsos documentos. seguro del triunfo y yo pensaba estar nada a él y me escondí porque no sa- —Se habló de una bala enemiga re-
—Yo tuve que esperar a fin de mes con él hasta el fin^ porque así lo ha- bía si iba a estar de acuerdo o no. En botada...
para dar en mi trabajo el preaviso, bíamos decidido cuando nos unimos. uno de los altos, todavb en tierra ca- —ImposB}le. El disparo tuvo que
empaquetar todo y enviarlo a Barce- Mi padre murió el veinte de noviem- talana, se acercó d camión, me diri- ser hecho a unos veinte centínietros.
lona; recuerdo que en el traslado se bre de! treinta y raneo —una fecha gió una mirada como diciendo; "¿Tú En su cazadora, que me dio d doctor
perdió una ciúa con todos mis Ubros^ mágica, ¿no?, el vehte de noviem- por aquí?", sonrió y se marchó sin Santamaría y que guardé hasta b
Entonces, tras la primera separación, bre— y mi madre vino a Barcelona. decir nada. ocupadón alemana, se aprecbba cb-
me d cuenta de que algo bahía aca- ramente el halo dd fogonazo, set nles
bado: aquellos hermosos años que, EL ULTIMO "ADIÓS" de pólvora.
desde un punto de vista egoísta, ñie-
ron los mejores de mi vida. Nos se- Emiliana recuerda Bujaraloz, Las ¿De dónde surgió la bala que hirió
guimos entendiendo, evidentemente, Ventas... "En todas partes nos reci- de muerte a Durrutí? No pudo dispa-
y nos quisimos siempre, pero su vida bían como vencedores, pero yo ndra- rársde un fusil que nunca llevó y que-
de nriitante nos separó totalmente. ba bs paredes de b s habitaciones de da descartado el disparo lejano y la
Yo lo sabía cuando me uní a él y él b s casas y descubría bs marcas de bala rebotada. Habia otra arma, la
tambite, por eso decidmos que no cuacos que acabaran de ser descol- que llevaba el sargento Manzana.
¡hamos a tener hyos; sin embargo, gados, imiágenes de santos y de cris- Antonio Bonilla, miembro de la
Colette nació, en Barcdona ya, el 4 tos probablemente". Apenas tuvo columna, que iba en el coche que es-
de dicienAre de aquel año. contacto con Dumiti porque no que-
rian beneficiarse de algo que no les
era posible a los otros.
LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA —Hay un ciqiítido sobre la colum-
Emiliana, encinta, llegó en mayo na que me gustaría aclarar: es total-
del 31 a Barcelona, y a partir de en- mente falso que Dumiti hiciera ñisi-
tonces la vida fue un torbellino para br prostitutas. Efectivamente, llega-
ella. "Durrutí pasó mis tiempo dete- ron algunas prostitutas por su cuenta
nido que en casa, y cuando estaba en y se b s hizo regresar a Barcelona
Bbertad, reuniones, entrevistas, míti- ante los temores de contagio de enfer-
Emílianne y su hija medades venéreas, eso es todo. Esa
nes, ^^^jcs...". Nació Colette y los en el paseo Colón, de Barcelona.
problemas aumentaron. ánbecíBdad del fiísilamiento b inven-
Es 1932 y Dumiti está deportado tó una escritora comuídsta.
—Fue b etapa que más miseria pa- en Fuerteventura.
sé en mi vida. A él, tras la proclama- En una ocasión, Emiliana y Dumi-
ción dd comunismo libertario en Fi- ti volaron juntos a Madrid en la avio-
gob (enero de mO novecientos treinta ¿Por qué la CNT no lle- neta de Malraux. "Iba a pedir armas
y dos), lo desterraron a Fuentcventu- vó a cabo una investiga- a Largo CabaBero y estaba furioso.
ra y yo tenía el problema del español '¿Lo ves? —le < ^ yo—, a eso Beva tu
ción y esc/arec/m/ento concepción del apoOtícismo: d poder
para poder encontrar trabajo como
secretaria. Claro que cuando él esta-
más a fondo de cómo se en manos de los socialistas, y voso-
ba en casa tampoco marchaba mejor produlo la muerte de tros, que sois b fuerza, sin armas"*.
la cuestión económica; él estaba Durrutl? En noviembre la columna marchó
como por encima de estos problemas. a Madrid. Fue la despedida. "Le
Buenaventura —a la izquierda—,
La soBdaridad de los compañeros, En mayo Durrutí le dUo que se fuera acompañé al campo de avbción y
con dos amigos en un bar
una pequeña ayuda que mis padres a París con la pequeña, porque aque- nos dipmos adiós; recuerdo que él me
parisién. Estaba exiliado
podían enviarme y algunos trabajos llo estaba a punto de estallar. dUo: 'Hasta pronto', pero ya no le vi
tras la huelga
que encontré nos permitieron sobre- Y en jalio estalló. Emiliana recuer- más. Cien veces había pensado que
revolucionaria de 1917.
vivir. da perfectamente la muerte de Asca- podb morir en las huelgas, en las de-
Primero trabajó en la casa Cinza- so el 19 de aquel mes. "Yo estaba en tenciones, cuando ñie deportado...
no lavando botellas, luego hizo lim- bs Rambbs, en un sfaidícato que qui- MD veces pudo morir y me fui habi- taba parado frente al de Durruti de-
pieza en algunas casas y por fm entró zá fiíera el de b madera. Hacb un tuando de tal forma al peligro que ya claró en una entrevista que le hice en
como taquillera en un cine. "¿No era calor tremendo y biyaba pañuelos y ni pensaba en él. Cuando llegó su julio pasado: "No cabe duda de que
el Goya?". "SL El Goya". Vamos re- trapos a los compañeros, que estaban hora fiíe muy duro y de nada me va- la bala que mató a Durruti salió del
componiendo los recuerdos, lugares, empapados de sudor. Ricardo Sanz Bó ya haberlo pensado antes, fiíc tre- naranjero que portaba Manzana.
fechas». El problema aparece con las apareció con el cadáver en sus bra- mendamente (hiro". Pudo ser casual o intencionadamen-
casas en que vivió. '^Nos cambiamos zos. Ascaso se habb lanzado solo, te. Hoy, a la vista de lo que ocurrió
tantas veces que ni me acuerdo**. adelantándose a todos, contra el LA MUERTE DE DURRUTI después, opto por creer que fue inten-
Horta, Sants, el Clot, una habitación cuartel de Atarazanas, casi como en cionado el disparo".
en casa de García Vivancos, una ca- i n acto de exaltación revotudonaria. —¿Cómo murió Dumiti? - L o Id en "Posible". Pero, prue-
sita con los Ascaso... La última si la Siempre fue así: exaltado, nervioso, —Un accidente. Se le disparó el fu- bas, faltan pruebas.
recuerda bien. con un concepto romántico de todo. ril que llevaba.^ —¿No le parece que dicha versión
—Fue en la calle Espronceda. Durrutl, aunque sintió b muerte —¿Le vio alguna vez con fusil? tíene más lógica que la oficial?
Cuando pienso en aqud tiempo sólo como b de un hermano, no pudo pa- —Nunca. Pero como estaba en d —¿Por qué ha tardado Bonilla tan-
veo violencia. Los compañeros esta- rarse en sentimientos y empezó a pre- fi-ente... tos años en decbrar esto? ¿Por qué
ban muy ilusionados, tenían una gran parar b marcha de b columna hada —¿Cree, de verdad, que murió en no lo comunicó en seguida? El sar-
confianza en el pueblo, pero yo no lo d frente de Aragón". un accidente? gento Manzana siguió gozando de la
veía así; en mi traiM^o, al hablar con La columna Durruti-Pérez Farras —No. Nunca lo crd, pero nunca confianza de CNT, por lo que me
los que me rodeaban, lo que oía no salió del paseo de Gracia casi a la tuve otra versión que ^ta, b oficbl han dicho. ¿Cómo entender esto?
con&maba esas ilusiones. aventura, sin viveres y con escasas de CNT. —¿Nunca pensó que Durrutí pu-
'Durruti sabía que el golpe mifitar armas. Se hizo un llamamiento por El 19 de noviembre de 1936, en la diera-haber sido asesinado?
80
interviú n Paris y mi madic en Barcelo- Taladros de 2 velocidades
—Si, maduM veeca, pero me pare-
ció algo dcnuMiado grave~. SIcuiiHe
tmrc dadas. La inaihiigaila dd veinte
na. Tenia dneo años. Lo recuerdo
muy liien: yo jugaba en d jardh y y percutores
de noviembre yo estaba con Jnaad una camaradafrancesacruzó la vdja

Blacks^Decken
en d edificio de Capitanía General de y le dQo a nri abada que entrara en la
Barcelona, ccrcs dd puerto. Abad de casa. ¿Por qué?, me dQe yo. Fui tras
SaatlIAn me lamo para decirme «pie días y bM oi habtar desde detrás de
Dnmiti estaba gravemente herido,
Todos los anarquistas
pero yo sabia que había muerto, lo
intoL Yo no puedo rebatir nada, no
estaba aflí y sólo sé lo qoe meexpli-
españoles no hacían
mes que hablar del
Más potencia
caroo.
—Pero se habrá planteado pregun-
tas durante estos años...
amor libre y del anar-
quismo, pero eran Inca- para taladrar todos
—Muchas. Pero, ¿a quién acusar?
Caben todas las suposiciones. La
pregunta que siempre me formulé es;
paces de cocinar o de
bañar a sus hilos. los materiales.
¿por qué la CNT no levó a cabo una una puerta: '*Darruti ha muerto". La
investigadón y esclarecimiento más a abuda me tomó entre sus brazos. Do-
fondo? rando, y me llenó de besos. ¿Por qué,
—¿Alguna vez planteó esta pre- por qué todo eso?, me deda yo. Más
gunta a alguien? tarde, quizá por una intuición senti-
—Si, y nadie ha sabido contestáis mental, dudé de la versión de su Taladros Percutores
me. Quizá ahora ya sea demasiado nmcrte; nunca crd que hubiera muei^ 10 mm. 2 velocidades
tarde, habría que haberlo hecho des- to de un accidente. (Cambio mecánico)
de d principio. Después, Colette fue a la escuela y 2 Posiciones de percusión.
llegó el contacto con algún profesor Potencias,350 W y 375 W.
Gran poder de perforación
de izquierdas. '*¿Coletle Durruti?.. en materiales duros,
¿Eres famflia de él?^. "Sí, contestaba incluso el hormigón
yo, su hQa. Y me parecía algo muy más resistente.
importante". Antes de casarse viajó
una vez a España, en 1948, con dieci-
siete años.
—Guardo un pésimo recuerdo de
aquel viiúe. Al cambiar de tren en la
frontera me encontré a dos policias,
esperándome en mí asiento, que me
leñaron de preguntas. En Madrid
tuve que presentarme tres veces en la
Dirección General de Seguridad. Me
seguían, era una provocadón cons-
tante.
Emiliana es muy nerviosa, pero en
casa de su hija fiíma mucho menos
que a solas. "¿Otro pitiOo, mamá?".
Estuvo en España, en León, en 1961
y ya no ha vuelto. No hubo otro
hombre en su vida tras Durruti. 'Tu-
El entierro fue un espectáculo im- ve algunos pretendientes, pero la su-
presionante, toda Barcelona se volcó cesión no era fádl y con él se había
a la calle. **Yo iba enfrente dd cortejo roto algo de nú vida". Tras la muerte
y no me atreví a nrirar ni un segundo día regresó a París, en enero de
atrás. Era algo fantástico. Cuando mi 1937, trabajó de nuevo como secreta-
hUa era mayor se lo conté y no podia ría y tuvo que soportar muchos pro-
creerlo. Tuvo ocasión de verlo en d blemas con la ocupación alemana. Se
'Morir en Madrid*, de Rossff, daro jubiló y hace unos once años vino a
que all habbn unido d entierro coa Quimper. Pasa mucho tiempo sola en
un «Sscurso de La Pasionaria..''. casa (es obvio que nuestra visita no la
Una noticia sorprendente: d cadá- ha desagradado) y se consuda viendo Los taladros Black & Decker
ver de Dumiti no está en la tumba de "ía* mediocridades de la televisióa" son todo un sistema de trabajo.
hasta que le llega d sueño. Ahora Se les puede acoplar todos los
Montjuich tantas veces fotografiada. accesorios y convertirlos
—Por lo menos asi me lo han (fi- puede leer muy poco y dice que d en más de 20 máquinas distintas,
cho. Unos compañeros cambiaron d mejor libro que se ha escríto sobre cada una con la velocidad
cadáver de lugar cuando las tropas Dumiti es d de Joan Uarch. adecuada. Por ejemplo:
fran(|uistas cntralian en Barcelona. —AfrMtunadamentc mi h^a me
ayuda a pagar este piso. Guardo re-
LO PASADO, YA PASO cuerdos horribles de aquelos años,
pero también maravllosos. Fue una
Tocan a su fin los dos dias de es- experiencia determinante para este si-
tancia en Quimper, durante los cua- glo, y con su dureza y todo valió fai
les, en varias sesiones, se ha llevado a pena vivirla. Alguna vez he estado de
cabo la entrevista. Una visita con visita en casa de algún compañero es-
EmQiana a la cercana casa de Colet- pañol exilado, pero no he frecuenta- fHfaf^^fP / l a i ü A m i l '-^ herramienta más necesaria en el hogar."
te, la hija, casada y madre de dos chi- do demasiado sus ambientes. Pienso I H V l M l i ^.UUUKMtr I De venta en Ferreterías y Grandes Almacenes.
cos. Nuevos recuerdos. que k) pasado ya. posó y que no se El mayor fabricante mundial de herramientas electroportátiies.
—El día en qoe murió papá yo es- hace dos vecesfaindsaui revolución.

También podría gustarte