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ECOLOGIA Y CONSERVACION

DE NUTRIA MARINA
(Lontra felina)
Los primeros antecedentes sobre
Lontra felina mencionan que la
especie se distribuía a lo largo de
la costa del Pacífico oriental desde
las Islas Lobos de Tierra (latitud
6 28’ S) (Schweigger, 1964) hasta el
Cabo de Hornos (latitud 57 S)
(Brack, 1978). Incluso Parera (1996)
reportó la presencia de L. felina en
el estado de Ushuaia (55 S), en el
Atlántico argentino.
Aunque en la actualidad su
distribución es incierta, se
sabe que el rango original ha
disminuido
considerablemente por la
caza dirigida para la peletería
(Redford y Eisenberg, 1992).

En un estudio realizado por el


Instituto de Recursos
Naturales (INRENA) en la
costa norte del Perú, la
especie sólo se registró hasta
la playa Vesique (latitud 9 12’
S), 18 kilómetros al sur de
Chimbote (Apaza et al., 2003).
Por el sur, la especie ha sido
casi exterminada en las
regiones de Cabo de Hornos
y el sur de la Tierra del Fuego
(Brownell, 1978; Parera, 1996).
Las densidades poblacionales
son muy variables: en el
litoral de Chile se reportan
densidades entre 0,04 y 10
individuos por kilómetro de
litoral rocoso (Cabello, 1978;
Castilla y Bahamondes, 1979).
Para el Perú, en el censo
realizado en la isla San Gayán
(Reserva Nacional de
Paracas), se registraron 13
individuos y su población
total fue estimada en 23
individuos (Sánchez, 1992).
En este estudio, se determinaron densidades de nutrias que variaron entre 0,8 y 1,5
individuos por kilómetro (Sánchez, 1992). En el estudio del INRENA, se determinó
una densidad promedio de 2,21 individuos por kilómetro de litoral para la costa sur
entre la frontera del Perú con Chile (18 19 S) y la ciudad de Lima (12 17 S) (Apaza
et al., 2002).
La actividad de las nutrias es
mayormente diurna. En la isla de Chiloé
(sur de Chile) se reportó mayor
actividad entre las 13:00 horas y las
14:00 (Cabello, 1983). En las
localidades de Los Molles (centro de
Chile) y Yerba Buena (centro-norte de
Chile) se determinó que la mayor
actividad se da en la tarde entre las 3
p.m. y la puesta de sol (Castilla y
Bahamondes, 1979). En Paracas (Perú)
la mayor actividad se registró entre las
12 m y 2 p.m. y entre las 5 p.m. hasta la
puesta de sol (Sánchez, 1992). No se
han realizado estudios de actividad
nocturna por lo difícil que sería realizar
las observaciones, pero existen indicios
de que la especie podría realizar parte
de sus actividades en horas de
oscuridad (Valqui, obs. pers.).
Lontra felina restringe su actividad principalmente a los 30 m tierra adentro (Castilla
y Bahamondes, 1979). En algunas ocasiones puede alcanzar distancias
considerables tierra adentro como en la Quebrada de los Burros en Tacna (18 S)
donde se observaron 3 individuos a más de 100 m de la orilla (Mangel, com. pers.).
En el agua permanece en la franja de 100-150 m de mar más cercana a la costa
(Castilla y Bahamondes, 1979).
El hábitat de esta especie son
los acantilados rocosos y
playas pequeñas. En muchas
de estas se encuentran
cuevas con túneles que
tienen salida al mar y
galerías que terminan en sus
madrigueras. Las
madrigueras son usadas
para el parto, la
alimentación y la deposición
de heces.
Las densidades poblacionales
son muy variables: en el
litoral de Chile se reportan
densidades entre 0,04 y 10
individuos por kilómetro de
litoral rocoso (Cabello, 1978;
Castilla y Bahamondes,
1979). Para el Perú, en el
censo realizado en la isla San
Gayán (Reserva Nacional de
Paracas), se registraron 13
individuos y su población
total fue estimada en 23
individuos (Sánchez, 1992).
El rango doméstico diario
comprende las diferentes
madrigueras, comederos y
lugares de descanso de los que
dispone la especie (Castilla y
Bahamondes, 7
1979). En muchos casos, los
rangos domésticos de
diferentes individuos se
superponen y éstos se evitan
alternando su presencia en
diferentes horas del día,
utilizando el mismo hábitat.
(Medina, 1995a, Ostfeld et al.,
1989).
La disposición de las cuevas les permite ingresos
imperceptibles desde el agua, factor decisivo para la elección
del lugar (Castilla y Bahamondes, 1979). Las entradas están
total o parcialmente cubiertas de agua en marea alta,
permitiendo el lavado de las heces depositadas. Algunas
cuevas pueden tener acceso a tierra (Castilla y Bahamondes,
1979). Una vez en tierra, la nutria usa las rocas salientes para
descansar, acicalarse, solearse y jugar (Castilla y Bahamondes,
1979).
ALIMENTACION

Al momento de alimentarse la nutria


suele empezar nadando en áreas cerca a la
costa, en zonas con abundancia de
macroalgas (Medina, 1995b). El cuerpo
hidrodinámico, provisto de una poderosa
cola, le permite bucear hasta
profundidades de 30 a 40 metros, tanto
como realizar buceos de 50 metros de
desplazamiento horizontal (Castilla y
Bahamondes, 1979).
El animal ocasionalmente flota de
espaldas, manteniendo su posición
con la cola para alimentarse. Esto
también ocurre en lugares de
rompiente de grandes olas (Cabello,
1983).

Debido a que solo empiezan buscar el


alimento una vez alcanzado el fondo
marino, la duración del buceo
únicamente depende de la
disponibilidad de la presa (Medina,
1995b). Los tiempos de buceo varían
entre 6 y 64 segundos, con un
promedio de 28.5 8.6 segundos
(N=1569) (Ostfeld et al., 1989).
La dieta de la nutria ha sido estudiada por
observación directa de individuos cazando presas en
el agua (Castilla y Bahamondes, 1979; Ostfeld et al.,
1989), por hallazgo de restos en sus madrigueras y por
análisis de heces (Castilla y Bahamondes, 1979). La
proporción de los componentes de la dieta cuenta con
reportes muy variables. Existen dificultades para
registrar la alimentación en las observaciones directas
y en el análisis de heces, donde las presas que carecen
de estructuras duras (huesos u órganos calcáreos) no
siempre aparecen, o son imposibles de determinar.
A Lontra felina se le considera una especie eurifágica por la diversidad de
organismos que consume, entre los que se encuentran principalmente
invertebrados como crustáceos y moluscos, pero también consume
algunos peces y ocasionalmente aves (Cabello, 1978; Castilla y
Bahamondes, 1979; Ostfeld et al., 1989). Aunque la preferencia por el
tamaño de presas es variable según su disposición, se ha determinado
que la nutria caza mayormente presas pequeñas (54%) seguidas por
medianas (21%) y grandes (25 %) (Ostfeld et al., 1989).
El tamaño de presas puede alcanzar el de una nutria
adulta (Medina, 1995b). Para el Perú, se describe el
consumo del camarón de río Cryphiops caementarius en
los ríos Camaná y Ocoña y de crustáceos decápodos.
También se reporta el consumo de elasmobranquios en
la bahía de Catarindo. En la isla San Gayán se observó Cryphiops caementarius
el consumo de crustáceos como el cangrejo araña
Grapsus grapsus y cangrejos de la familia Porcelanidae;
moluscos como el caracol Thais chocolata y el choro
común Aulacomya ater, peces como el tramboyo
Labrisomus phillipii, la chita Anisotremus scapularis y
peces del género Genipterus (Hidvberg-Hansen, 1970; Grapsus grapsus
Majluf y Reyes, 1989; 1998; Sánchez, 1992; Villegas y Anisotremus scapularis
Huamán, 1989, citados en UICN-OSG, 1998). éxito de
forrajeo, que depende de la disponibilidad del
alimento y las condiciones ambientales, varía entre 30
y 45 % (Ostfeld et al., 1989, Villegas, 2002)

Aulacomya ater

Thais chocolata Genipterus Labrisomus philipii


En Chile se reporta el consumo de crustáceos
decápodos como la jaiba peluda Cancer setosus, la jaiba
mora Homalaspis plana y el panchote Taliepus dentatus.
También de moluscos y peces como la cabrilla
Sebastodes oculatus, el pejesapo Syciases sanguineus, el
blanquillo Prolatilus jugularis, la borrachilla verde
Cancer setosus
Scarthichtys viridis, el burrito Chromis crusma y el
babunco Dodydixodon laevifrons. Existen incluso algunos Homalapsis plana

reportes sobre el consumo de pichones de potoyunco


Pelecanoides garnottii en la isla de Choros.
Pelecanoides garnotii

Prolatilus jugularis

Syciaces sanguineus

Taliepus dentatus
Chromis crusma
Dodydixodon laeviformis
REPRODUCCION

Las nutrias tienen hábitos solitarios, pero en


ocasiones forman grupos, tratándose normalmente
de hembras con crías (Sielfeld y Castilla, 1999). Si
bien las considera monógamas, no está claro si la
pareja permanece junta a lo largo de todo el período
de reproducción. Se han presentado casos de
poligamia en condiciones de alta abundancia de
presas y densidad poblacional (Ostfeld el al., 1989).
Los apareamientos ocurren entre diciembre y enero
(Cabello, 1983) y después de una gestación de 60-65
días la parición ocurre
entre enero y marzo.
El promedio de crías es dos,
pero pueden presentarse
camadas de hasta cuatro
individuos (Parera, 1996).
Se desconoce si existe implantación
retardada de los fetos y cuántos celos al
año tiene la especie. Las crías
permanecen con la madre durante 10
meses (Cabello, 1983). Al inicio, la
madre los amamanta y trae alimento
hacia la madriguera, luego son sacadas
para que aprendan a capturar sus
presas por buceo (Cabello, 1983).
Cuando salen al agua, la madre las
transporta sujetándolas con
el hocico y ocasionalmente
las lleva sobre el vientre,
nadando de espaldas
(Castilla y Bahamondes,
1979).
AMENAZAS

En la costa peruana el desarrollo urbano ha sido


muy marcado desde los años cincuenta,
estableciéndose a lo largo del litoral nuevos
asentamientos humanos, urbanizaciones, fábricas y,
desde los años noventa, decenas de balnearios
(Ludeña, 2004). El crecimiento y las actividades que
el ser humano practica en estos espacios, algunas
veces invadiendo el litoral en contra de la ley
(Ludeña, 2004), están produciendo la alteración de
muchos ambientes naturales donde habitan
comunidades de fauna marina. Algunas de las
especies afectadas son los lobos de mar finos
Arctocephalis australis y chuscos Otaria byronia, los
pingüinos de Humboldt Spheniscus humboldti, la
nutria marina Lontra felina y distintas especies de
invertebrados (Apaza et al., 2003b).
Los relaves de las industrias mineras son uno de los factores que altera
los ambientes intermareales y submareales. En lugares como Ite
(Tacna), Ilo (Moquegua) y Marcona (Ica) se han vertido los desechos del
proceso industrial al mar por más de 40 años, contaminando varios
kilómetros de litoral. Si bien en la actualidad estos impactos negativos
están siendo controlados, el efecto contaminante aún persiste en el
ambiente marino (Apaza et al., 2003b).
Perret (datos no publicados) reporta que la muerte se
produce por amallamiento en redes de cortina o trasmallos,
colocadas en algunas ocasiones no sólo en las playas
abiertas, sino también en zonas rocosas frecuentadas por la
nutria. Apaza et al. (2003b) presumen que puede ocurrir una
mortalidad incidental de las nutrias por efecto de una
actividad común e ilegal realizada en el litoral peruano, el uso
de explosivos para pesca. Otras actividades, que en el
pasado eran las principales amenazas para L. felina, como la
cacería para peletería y consumo, han decrecido
significativamente. (Apaza et al., 2003b).
Gracias….

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