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Feminaria / VIII / 15 • 1

Feminismos en tensión
Ordenando/desordenándonos*
Teresa Azcárate, María Elena Bartís, Carolina Córdoba y Silvia Werthein**

E
ste trabajo surge de la incomodidad que nos la carrera y fuertes coincidencias ideológicas. Y como
provoca la escasa articulación existente entre generación un conjunto de marcas: las prácticas
saberes y políticas feministas, y de recono- políticas de los 70, las consecuencias de la dictadura
cer y reafirmar que el conocimiento es po- militar y el exilio.
der. Una reconstrucción crítica del sentido de nuestras Acercarnos a los Estudios de la Mujer significó para
prácticas comprenderá un análisis de nuestros reco- nosotras sistematizar y conceptualizar con mayor
rridos subjetivos como grupo de mujeres y de las complejidad la opresión inherente a las relaciones de
transformaciones personales y colectivas propias de género. Al mismo tiempo que cuestionaban los marcos
este proceso. Intentará abarcar además, el reconoci- teóricos que nos sustentaban, provocaron un efecto
miento de los supuestos teóricos que sustentan di- fuertemente movilizador en nuestras experiencias vi-
chas practicas y del modo en que los cambios ocurri- tales como mujeres.
dos en los mismos posibilitan o dificultan otras inter- Podemos ejemplificar contando algo del proceso
pretaciones y nuevas intervenciones. que vivimos aquéllas de nosotras que venimos de
Una rápida mirada sobre el universo teórico femi- muchos años de formación y de trabajo en psicoaná-
nista de las últimas décadas, permite identificar un lisis. Lecturas, estudio, clínica y docencia hicieron que
conjunto complejo en el que conviven, dialogan y se lo profesional y lo personal quedaran marcados por
tensionan permanentemente las diversas vertientes ese pensamiento tan rupturista, tan productivo y
que alimentan los feminismos y sustentan, a su vez, también, ¡ay! tan patriarcal.
las estrategias y metodologías del movimiento de La tarea de revisar lo que las líneas hegemónicas en
mujeres en nuestro país. psicoanálisis han solidificado en lo que hace a la
Asumiendo el riesgo que implica enfocar un aspec- diferencia sexual y a lo femenino significó y significa
to determinado, nos interesa reconocer ciertos plie- un elevado costo para algunas de nosotras. Dentro de
gues y despliegues, giros y redefiniciones, producidos las instituciones psicoanalíticas argentinas, salvo ex-
en ese conjunto heterogéneo, cuyos aportes a las cepciones, utilizar la categoría de género da lugar a la
acciones feministas no han sido, aún, suficientemente descalificación, amable, condescendiente o franca-
evaluados. mente despectiva. Pero lo que no cambia es que se
En ese sentido nos interesa analizar el impacto intenta ubicarnos fuera del psicoanálisis.
producido por algunas corrientes teóricas (por ej. los Planteadas así las cosas, las psicoanalistas femi-
estudios de la mujer) surgidas en los países centrales nistas estamos en tierra de nadie, es decir nadie nos
en relación a la producción local y a las características autoriza, nadie nos legitima.
propias del feminismo en la Argentina. Esta problemá- Esto no significa que renunciemos al psicoanálisis,
tica nos convoca en función de las características ya que nuestra práctica se incluye en los intentos de
especificas de nuestra institución, conformada por diálogo entre psicoanálisis y feminismo teórico, soste-
feministas interesadas en la producción de conoci- niendo con dudas, con temor, con placer, la indudable
miento y su articulación con el movimiento de mujeres tensión de ubicarnos en este lugar paradojal.
al que pertenecemos. Intentamos interrogarnos acer-
ca de algunas modalidades de dicho impacto en nues- Complejizándonos con el género
tra experiencia como grupo. Al ser un grupo interdisciplinario (con mayoría de
sociólogas y psicólogas) nos enfrentamos a los proble-
La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser mas derivados de la existencia de diversos supuestos
Las que escribimos este trabajo compartimos la básicos y diferentes códigos de las disciplinas de las
experiencia de inaugurar como alumnas la Carrera cuales proveníamos. Estas dificultades nos llevaron a
Interdisciplinaria de Especialización en Estudios de la pensar en la necesidad de otro modelo de acercamien-
Mujer en 1987. Nos unieron las expectativas acerca de to al objeto de estudio.
La transdisciplina aparece entonces como una
posibilidad de lograr un descentramiento de los obje-
*En su primera versión fue producción colectiva de ADEUEM, tos teóricos, una libre circulación y atravesamientos
y se leyó en la 3ª Asamblea Feminista Nacional, La Plata, Pcia. de de saberes.
Buenos Aires, Argentina, los días 29 y 30 de abril de 1995. Constituidas en ADEUEM comenzamos a revisar
**Teresa Azcárate es arquitecta; Carolina Córdoba es sociólo- las conceptualizaciones de los Estudios de las Mujer.
ga; María Elena Bartís y Silvia Werthein son psicólogas. Integran
Aun cuando reconocíamos su contribución a la proble-
A.D.E.U.E.M. (Asociación de Especialistas Universitarias en Estu-
dios de la Mujer). mática necesitábamos otras nociones más inclusivas,
más relacionales, que las utilizadas hasta el momento.
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En esos años accedimos a la bibliografía existente lógica binaria y las críticas posmodernas al saber
en la que se complejizaba la categoría de Género y científico, antes de referirnos al desafío que nos plan-
comenzamos a considerarla una herramienta útil que tea el pensamiento complejo.
nos permitía una mayor comprensión de las relacio- Ya en 1984 Teresa de Lauretis planteaba la nece-
nes sociales. Este polémico concepto en sus diferentes sidad para el feminismo de salir de la presión del
acepciones frecuentemente es utilizado coexistiendo modelo epistemológico binario que empuja hacia la
con el término Mujer. Compartimos con otras feminis- unidad, la coherencia, y nos obliga a elegir entre
tas la necesidad de distinguir los diferentes niveles de negación y afirmación. Nos acerca a otras formas de
análisis que cada uno de estos conceptos circulantes pensar, a intentar otras lógicas provisorias y a probar
implica (Mujer, Género, Relaciones de Género). opciones más complejas.
En nuestro medio este uso intercambiable lo en- En este sentido Fox Keller (1991) nos alienta a
contramos en un espectro que los incluye: a) como “identificar la multiplicidad de dicotomías conceptuales
sinónimos: Mujer igual Género; b) diferenciados: Mu- y sociales que se sancionan, apoyan y definen mutua-
jer diferente de Género y de Relaciones de Género; mente: público-privado, masculino-femenino, objetivo-
c) usos politizados: legítimos y espurios. Como ejem- subjetivo, poder-amor”. Nos anima a “examinar las
plo de esto último podemos citar el polémico cambio de raíces, la dinámica y las consecuencias de esta red
“género” por “sexo” en los Contenidos Básicos Comu- interactiva de asociaciones y disyunciones, que juntas
nes de Educación. constituyen el llamado Sistema Género-Ciencia” (p. 16).
Quizá esta aparente confusión responda a Nancy Hartsock (1992) citando a Nancy
que ninguno de estos términos da cuenta de la Jay, sugiere que las reglas de la lógica que
complejidad teórica y política de la problemáti- hemos elegido heredar pueden verse como
ca feminista. ¿Es esta una de las tantas para- principios de orden pero no representan al
dojas que el feminismo enfrenta? mundo empírico, donde casi todo está en pro-
Aceptando la ambigüedad podríamos defi- ceso de transición: crecimiento o decadencia
nir al género como un elemento constitutivo de (por ejemplo el hielo se transforma en agua y
las relaciones sociales, basado en las diferentes viceversa). Estos principios dividen el mundo en
propiedades y funciones imaginariamente ligadas a A y no A. Este lado A asocia con el orden, con la
los sexos, y una manera primaria de significar las racionalidad, y con lo correcto. Hay un solo termino
relaciones de poder (Scott, 1986). Esta forma de positivo, por eso, la dicotomía generalmente funciona
entenderlo pone el acento sobre su historicidad, para mantener el orden.
reconoce una posicionalidad determinada, situada en Por su lado Anna Yeatman (1992) considera que las
relaciones sociales -clase, edad, etnia, elección sexual, oposiciones y dicotomías como operaciones de pensa-
etc.-. (Santa Cruz y otras, 1994). miento, como manera para ver la realidad, producen
Esta conceptualización de las relaciones de género una serie de órdenes que aseguran el dominio patriar-
intenta superar los aspectos esencialistas, biologis- cal, que es el “razonable e imparcial”. Hacen que el otro
tas, totalizadores y descriptivos, señalados por algu- término deba ser lo contrario, operando en esta estruc-
nas críticas feministas que buscaban un análisis turación las relacionas de poder, especialmente de domi-
relacional contextualizado. nación. Para que algunos individuos caigan en esa otra
Para nosotras hablar de género no significa olvidar posición se necesita un orden monovocal y monológico,
el cuerpo de las mujeres (nuestros cuerpos). Por un un orden que aparezca como autoridad impersonal,
lado es sobre lo visible corpóreo que se ejerce la objetiva e imparcial. Esta autora lo expresa de la siguien-
violencia de la discriminación, por otro, nos interroga- te manera: “...Un término de la serie dicotómica de
mos por la especificidad de las experiencias erógenas términos debe subordinar el otro, ya que la autoridad se
y sociales protagonizadas por los cuerpos nominados afirma como reducción de la oposición y el triunfo de un
como femeninos. No hablamos de ninguna esencia valor único, superior en el orden” (p. 62).
oculta de la femineidad, nos referimos a la materiali- Según Donna Haraway (1993) existe en la dicoto-
dad de un cuerpo que -ya desde antes del nacimiento- mía una distorsión, en la ilusión de una simetría entre
es significado como de varón o de mujer. las representaciones dicotómicas, que hace que, cada
La búsqueda permanente, la crítica y la autocrítica posición aparezca primero como alternativa y, en
continua a las categorías y los análisis ha estado segundo lugar, como mutuamente excluyente. Sugie-
presente en el feminismo de los últimos años. Junto al re que las explicaciones feministas requieren de un
interés de legitimar el término género dentro del conocimiento que esté en armonía con el razonamien-
campo teórico, ha crecido la preocupación por señalar to y no con la dicotomía.
su utilización como categoría instrumental. A diferen- Nosotras agregamos que al oponer díadas
cia de lo que ocurre en otros países, aquí nos encon- excluyentes (práctica-teoría, conocimiento-acción, sub-
tramos en la etapa de lograr su inclusión y su cruce en jetividad-objetividad), que reclaman elecciones se pone
las diferentes disciplinas. Esto inevitablemente gene- en marcha un mecanismo segregativo que puede faci-
ra resistencias, aún en aquéllas de nosotras que litar determinadas condiciones de discriminación y
intentamos esta tarea. producir prácticas sociales que excluyen las diferencias
y por lo tanto no permiten el intercambio y la conviven-
Entre viejos y nuevos paradigmas cia entre posiciones diversas de los feminismos.
En este recorrido por la producción feminista re- El reconocimiento de los limites de la lógica binaria
ciente no podemos obviar los cuestionamientos a la para una perspectiva feminista nos acerca a las posi-
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bilidades que plantea la complejidad: otro modo de ¿Dialogar con la incertidumbre?


pensamiento en que la dificultad esté siempre presen- Los cuestionamientos e interrogantes anteriores
te, que no sea totalizante ni cerrado sino que pueda nos introducen en el debate Modernidad/
enfrentar el desorden y la incertidumbre. Posmodernidad. Esta discusión proveniente de otras
Siguiendo a Edgar Morin: “la complejidad no es realidades nos exige repensar previamente la moder-
sólo pensar lo uno y lo múltiple conjuntamente es nidad en nuestros países; aquí podríamos hablar de
también pensar lo incierto y lo cierto, lo lógico y lo tiempos mixtos: modernidad sui generis, inconclusa,
contradictorio, es la inclusión del observador en la heterogénea. Reconocida entonces nuestra realidad,
observación. El dialogo entre orden y desorden mues- las feministas registramos el impacto de este debate,
tra un conocimiento que debe convivir con la incerti- ubicándonos en posiciones diversas. Coincidencias
dumbre, que no busca la clave del mundo sino dialo- parciales, alianzas estratégicas, diferencias.
gar con el mundo” (198, )p. 109). Podríamos identificar algunos de los puntos que
¿Como impactaría la utilización de este pensamien- generaron mayores discusiones: la crítica a la lógica
to complejo en nuestra practica política feminista? binaria ya señalada, al positivismo, el empleo de los
¿Qué relaciones existen entre las formas binarias paradigmas de la complejidad, la deconstrucción,
de pensar y la dificultades que existen en nuestro otras miradas acerca del poder, la revisión de la noción
medio para construir un poder feminista colectivo? de sujeto, etcétera.
Si bien en la producción teórica nos encontramos ya Por lo tanto, al feminismo como movimiento, se le
con aproximaciones desde el pensamiento complejo, en presentan no pocas inquietudes y algunas incomodi-
la práctica política feminista ¿pensamos con estas dades que dan origen a preguntas tales como:
categorías o continuamos utilizando la lógica binaria? Considerando las críticas posmodernas a la cate-
María Luisa Boccia (1988) considera que la tensión goría de sujeto de la modernidad, nos preguntamos:
entre igualdad y diferencia que rige la participación ¿cuáles son los múltiples sujetos políticos posibles
política femenina (la duplicidad de la situación como protagonistas de las transformaciones sociales y per-
ciudadanas y como mujeres) se debilita cada vez que sonales? ¿qué lugar se asigna-asume el feminismo?
se renuncia al concepto de ambivalencia. Boccia en- ¿el desafío consiste, tal vez, en usar algunas herra-
tiende por ambivalencia el guiarse por puntos de vista mientas que nos brindan ciertas líneas del posmoder-
y comportamientos que aparecen de por sí opuestos e nismo, sin caer en el relativismo que desmoviliza?
irreconciliables; reconocer la ambivalencia significa En suma, el momento actual podría pensarse como
asumir conciencia de que planos distintos entre sí no un lugar de tensión entre las categorías modernas y
están en sucesión lógica o temporal sino que se posmodernas que, a partir de una coexistencia conflic-
presentan como simultáneos. Esta simultaneidad es tiva, nos sitúa en un espacio marcado por la inseguri-
la que da la posibilidad de actuar tendiendo conjunta- dad, la falta de certezas y el riesgo de un lugar tentativo.
mente a la eficiencia de la concreción y a la radicalidad Pero el movimiento feminista no sólo intenta mos-
del proyecto, nos abre la posibilidad de no sustraernos trar una realidad sino modificarla, y aquí se aparta del
a ningún escenario ni quedar entrampadas. desencanto posmoderno. Fiel a su origen moderno, no
Cuando se presenta la ambivalencia se suele ver reniega del compromiso político de transformar las
como ambigüedad, esta confusión simplifica la com- relaciones personales y sociales que conlleven cual-
plejidad y el entrecruzamiento de problemas. quier tipo de subordinación.
¿En nuestras prácticas feministas hoy nos permi- Nos interrogamos entonces, ¿podemos enfrentar-
timos pensar en términos de pluralidades y diversida- nos a la incertidumbre de este momento histórico sin
des en lugar de unidades y universales? abandonar los ideales emancipatorios? ¿Las feminis-
¿Cuáles son las diferencias que el feminismo ar- tas hoy, aquí, en nuestro país, asumimos el desafío de
gentino está dispuesto a aceptar en su interior? ¿Las ubicarnos en el lugar de la tensión? ¿Desde este lugar
diferencias teóricas, las diferencias políticas, las dife- es posible constituirnos en interlocutoras críticas y
rencias de elección sexual, las diferencias de clase...? propositivas tanto individual como colectivamente?
¿Con las características actuales del Movimiento
de Mujeres en nuestro medio, podríamos pensar en la Notas
1
posibilidad de sostener la tensión que implica la Nos referimos a los polémicos cambios introduci-
ambivalencia, enfrentándonos al desafío de responder dos por el Ministerio de Educación, desconociendo la
a las dobles lealtades y las múltiples pertenencias? tarea del equipo de gente asesora especialmente con-
¿Cómo diferenciar entre ambivalencia y oportunis- tratada. Julio de 1995.
2
mo? Por ej. en relación a la participación en las institu- Entendemos que el pensamiento crítico no consis-
ciones estatales, cuando estado y gobierno están poco te en legitimar lo que ya se sabe, sino en emprender la
diferenciados. Pensamos que una de las posibles líneas tarea de como y hasta donde es posible pensar de otra
para abordar esta cuestión sería lograr que las manera. (Foucault; Cerdeiras...)
inserciones de las feministas en las instituciones esta-
tales puedan articularse con el colectivo feminista. Bibliografía
Esto nos lleva a plantearnos la necesidad de cons- AZCARATE, Teresa (1994). “La conveniencia de un
truir un poder colectivo feminista. ¿Cómo hacer para pensamiento feminista complejo”, trabajo monográfico
evitar dentro de los feminismos un proceso de exclu- para el seminario de doctorado: Los problemas de la
sión de propuestas diferentes? ¿Cómo sostener la teoría filosófica de género. Facultad de Filosofía y
diversidad sin perder poder? Letras, Univesidad de Buenos Aires, 1993.
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BARTIS, Maria Elena; GREGO, Alejandra; HARTSOCK, Nancy (1992). “Foucoult sobre el po-
STESCOBICH, Beatriz; WERTHEIN, Silvia, 1994. “Ge- der. ¿Una teoría para mujeres?”. Feminismo /posmo-
nerando en Grupo” IV Coloquio Interdisciplinario de dernismo, L. J. Nicholson, comp. Feminaria Editora,
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pesar de todo. Buenos Aires. Ciencia con conciencia 1984. p.109. Editorial
COLLIN, Francoise, 1992. “Praxis de la différence: notes Anthropos, Barcelona, España.
sur la tragique du sujet”, en Provenances de la Penseé. SCOTT, Joan, 1988. “Igualdad versus diferencia:
Femmes/Philosophie Los Cahiers du Grif 46. Francia. los usos de la teoría posestructuralista”. Debate Femi-
CORDOBA, Carolina, 1994. “El desafío del Gene- nista, marzo 1992, México.
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Facultad de Ciencias Sociales. Univ. de Buenos Aires. para el análisis histórico”. De mujer a género. Centro
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problema de la ciencia en el feminismo y el privilegio L. J. Nicholson, comp. Feminaria Editora, Buenos
de una perspectiva parcial”, en De mujer a género, pp. Aires.
116 a 138, Centro Editor, Buenos Aires.

Sobre la necesidad de una discusión metodológica


al interior del movimiento de mujeres
Mónica G. Sladogna*

I
ntentamos dar cuenta de una reflexión teórico- ción, es decir en un hecho que se agota en sí mismo.
práctica que sirva para la discusión, en este caso Transmitimos información o nos la transmiten, pero
específico dentro del movimiento de mujeres, en ¿después qué? Sin embargo, creemos que la comuni-
la búsqueda de una metodología que permita cación adquiere un sentido mucho más amplio, en la
incrementar su eficiencia en aspectos tanto de apren- medida que es lo que permite la “generación de com-
dizaje como organizativos. promisos sociales” y en consecuencia, la concreción
Buscaremos desarrollar los principales postulados de acciones posibles. De esta forma, la comunicación,
tendientes a la implementación de una “racionalidad el acto de escuchar -que ella conlleva-, “es lo que
comunicativa”, definida ésta en términos de “la capa- permite la constitución de una organización y no es
cidad de aunar sin coacciones y de generar consenso sólo una herramienta para la misma”.2
que tiene un habla argumentativa en que diversos La organización es, así, “producto de conversacio-
participantes superan la subjetividad inicial de sus nes sobre cómo tendremos conversaciones”. En esta
respectivos puntos de vista y merced a una comunidad concepción, las organizaciones pueden definirse como
de convicciones racionalmente motivada se aseguran a “redes recurrentes de compromisos humanos que
la vez de la unidad del mundo objetivo y de la pasan por el lenguaje”.3 Queda aún pendiente las
intersubjetividad del contexto en que desarrollan sus preguntas sobre ¿cómo construir este lenguaje común
vidas”.1 al interior del movimiento de mujeres?, ¿qué posibili-
¿Por qué la importancia puesta en el tema de la dades nos damos para hacerlo de manera conjunta?
comunicación? Creemos que en general se entiende la Los motivos que nos llevaron por esta vía de
comunicación en un sentido restringido. Es decir reflexión han sido una serie de preguntas e inquietu-
como la posibilidad de decir algo a alguien. Así, la des surgidas en el ámbito de la 3ra. Asamblea Nacional
comunicación se convierte en sinónimo de informa- de Mujeres Feminista.4 En esta asamblea se planteó
como metodología de trabajo dos partes claramente
diferenciadas: una de trabajo con paneles y otra en
* Mónica Sladogna es investigadora en temas de Forma- donde se trabajaría con talleres, discutiendo en ellos,
ción Profesional y de Mujeres y Sindicatos los temas planteados en los paneles. Sin embargo,
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eran tantos los temas de los paneles, tan descriptivas gunta aquí, es ¿en qué medida nuestras acciones o la
muchas de las exposiciones que esto generaba un falta de ellas generan consecuencias que retornan
fuerte límite a las posibilidades de discusión o de favoreciendo o limitando nuestro accionar?
reflexión sobre lo tratado. Situación que se verificó en Un punto de partida será, en primer lugar, definir
el debate posterior al panel y que se repitió de manera cuál es la modalidad que favorece la búsqueda del
particularmente aguda en uno de los talleres. entendimiento necesario para el logro del consenso que
Conviene aquí hacer una reflexión, no pensamos nos permita lograr la realización de acciones conjuntas. La
que este problema, o esta crítica metodológica deba discusión metodológica debe su importancia, como ya
personalizarse sobre quienes organizaron la 3ra. Asam- afirmamos en la introducción, no sólo en su sentido de
blea. Por el contrario, estamos plenamente convenci- aprendizaje, sino también, y fundamentalmente en el
das que se trata de una modalidad de trabajo, que en organizativo. No se trata sólo de discutir para lograr el
mayor o menor medida ha asumido el movimiento de acuerdo o la comprensión. En todo caso este sería el
mujeres y que conlleva algunas consecuencias que primer paso que posibilitaría el logro del consenso nece-
vale la pena evaluar. sario a fin de articular acciones entre las participantes en
En el taller del cual participamos surgieron las dicha discusión.
preguntas que nos impulsaron en este trabajo y que El tema del poder surge casi sin darnos cuenta.
fueron: “¿de qué manera es posible lograr un creci- Pero cuando hablamos de poder ¿de qué hablamos? La
miento del movimiento que no sea únicamente de tipo primera respuesta que se nos ocurre está en la misma
cuantitativo, en los diferentes espacios de encuentro pregunta: hablamos. De esta manera el poder deja de
que se han formalizado -Encuentro Nacional de Muje- ser una cosa, para transformarse en un juicio. Pode-
res, Encuentro Latinoamericano y del mos decir que una persona u organi-
Caribe, Mar del Plata, Beijing-?”; Los ojos hablan, zación es poderosa, en cuanto “le
“¿cómo dotarnos de herramientas con- las palabras miran atribuimos a esa persona [u organi-
Las miradas piensan.
ceptuales que permitan superar lo me- Oír
zación] la capacidad de emprender
ramente descriptivo?”; “¿cuáles son los pensamientos, una acción y llevarla a cabo” o cuan-
los medios para lograr un verdadero ver do afirmamos “que ella puede abrir
lo que decimos,
clivaje entre teoría y mundos de la tocar posibilidades de compromisos para
vida, de manera tal que la teoría expre- el cuerpo de la idea. otros/as” Así, el poder es “lingüístico
se o sirva para cuestionar o reflexionar Los ojos en dos sentidos...: no existe como
se cierran,
sobre aquellos saberes constituidos en las palabras se abren. cualidad innata en una persona. Es
el colectivo de pertenencia”. Pero, fun- Octavio Paz algo que atribuye una persona que
damentalmente la pregunta que cree- observa (incluyéndola a sí misma en
mos sintetiza estas interrogaciones es ¿cómo hacemos cuanto observadora) [...] y el poder consiste en una
para convertir una discusión en acción? conversación real o eficaz -ya sea para producir con-
No es la intención de este trabajo plantear las versaciones efectivas para la acción o para producir
respuestas a cada una de éstas preguntas. Es más declaraciones eficaces (o reales) de posibilidades”.6
enriquecedor para la reflexión la búsqueda de los De esta manera el poder, en tanto capacidad para
problemas que subyacen detrás de cada una de ellas. influir sobre las demás personas, se convierte en una
En este sentido, es un intento por la explicitación de construcción. Se trata de una construcción basada en
los mismos, de manera de dejar abiertos dichos pro- los acuerdos logrados de manera consensuada, es
blemas o nudos, permitiendo que nos lancen a una decir comunicativamente, al interior del grupo u orga-
discusión más rica y comprometedora con nuestra nización.
propia práctica como colectivo de mujeres. En este último aspecto compartimos la definición
hecha por C. Amorós “el poder, siempre es poder de
Los criterios para la construcción de espacios de grupo. Y es, al mismo tiempo, tanto más poder de
reflexión y acción grupo, cuanto más cohesionado por pactos está un
Uno de los objetivos que subyacía en la convocato- grupo. Cuanto en mayor medida se puede decir que ese
ria de la Asamblea es el de establecer acciones coordi- grupo es un espacio de iguales, y voy a emplear aquí
nadas que permitan elaborar estrategias de interven- la palabra “iguales” en el sentido de espacio de pares,
ción eficaz en el mundo a partir de acuerdos previa- no de espacio igualitario en el sentido democrático de
mente elaborados. Debemos considerar que la discu- que todos tendrían exactamente el mismo poder, sino
sión metodológica adquiere, en esta perspectiva, una en un sentido más laxo: es decir, si todos no tienen en
relevancia que es en sí misma estratégica. realidad el mismo poder, pueden, al menos, poder. O
Pero cuando decimos acción ¿qué queremos decir? sea, son contemplados como posibles o virtualmente
Una primera diferenciación es necesario realizar, no sujetos de poder”.7
todo contacto entre las personas tiene carácter de Los acuerdos en este sentido no deberían ser el
acción social. La acción social no es sólo una acción resultado de la imposición coercitiva, o autoritaria,
homogénea de muchos/as, ni la acción de alguien basada en el poder de “quienes saben” o “poseen los
influido/a por las conductas de otros/as. La acción medios”, sino de la construcción colectiva a partir de las
social es aquella que “se orienta por las acciones de argumentaciones esgrimidas conjuntamente.8 Estos
otros/as las cuales pueden ser pasadas, presentes o acuerdos se basarían en la posibilidad de establecer
esperadas como futuras”.5 Así, una de las caracterís- posturas que puedan ser discutidas con buenas razo-
ticas de la acción social es la reciprocidad. Una pre- nes. Esta es la modalidad, que creemos conveniente,
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ya que a través de la misma, las opiniones, de las res que sean convocadas para dar cuenta de su
asistentes a dichos espacios de conversación, se pue- experiencia y su recorrido teórico. Este primer momen-
den convertir en saberes aplicables. to tiene como finalidad establecer los disparadores de
Se trata, podríamos decir, de un verdadero ejercicio la discusión. Sin embargo, y como veremos, más
de igualdad de oportunidades -en la posibilidad de importante que el tema en sí, es la forma en que éste
intervención y reflexión acerca de los saberes de es desarrollado y, fundamentalmente, puesto en dis-
quienes participen- que sin borrar las diferencias9 cusión. No se trata de expositoras, ya que esta defini-
existentes permite que quienes detentan diversos ción las coloca en un lugar de saber -y al mismo tiempo
tipos de saberes, provenientes de experiencias disímiles de poder- que establecería de hecho las desigualdades
pero, creemos, no jerárquicas, puedan dar cuenta de con quienes concurran al espacio.
ellos. Es la posibilidad real de construir un espacio de Una expositora sabe de lo que habla y fundamental-
iguales, no de un colectivo indiferenciado más ligado mente, habla para quienes sólo escuchan. Las asisten-
a la definición de lo “femenino” que a la de “feminista”. tes sólo pueden hablar para interrogar -dando mues-
Retomamos, así, la conceptualización hecha por C. tras de su desconocimiento- o para repetir lo expuesto.
Amorós en la cual diferencia el espacio de las idénticas Las similitudes con la educación son obvias. Una
del espacio de las iguales: “es decir, el espacio, no de las relatora, en cambio, da cuenta en su discurso de los
pares, porque no tenemos nada que “parear”, porque problemas que visualiza y percibe, buscará plantear
no tenemos nada que distribuir, sino el espacio de interrogantes y establecer así un verdadero diálogo
las equivalentes en la impotencia. Somos idénticas que le permita a ella también aprender. Esta última
por ello, por lo mismo que somos intercambiables en condición, la posibilidad de aprender de la relatora
función de nuestra poca importancia”.10 es lo que favorece que las demás puedan a su vez
Esta primera “regla”,11 que busca fundamentar aprender de ella. En otros términos podríamos decir,
las aseveraciones o críticas hechas con argumenta- sólo puedo hablar con quien me escucha y me habla
ciones -con lo cual el intercambio de opiniones es -dando cuenta de esta manera de su escucha-, y sólo
posible-, permitiría que frente a un público muy habla conmigo aquélla que siente que la escucho y le
heterogéneo, como por ejemplo el compuesto por hablo. Esta condición de reciprocidad es la que permi-
mujeres que trabajan en temas diversos como: violen- te la comunicación y evita el monólogo.
cia, aborto, lesbianismo, partidos políticos, sindica- Tres criterios de validez deberán tenerse en cuenta
tos, etc. o por mujeres que se aproximan por primera en relación con las intervenciones tanto de las relatoras
vez al pensamiento feminista o que no la comprome- como de las asistentes:
ten, puedan discutir en igualdad12 y llegar, de esta a. Su verdad (referencia a hechos observables -
forma, a lograr el entendimiento necesario para acep- estado de cosas- en la realidad por cualquiera de
tar o rechazar, total o parcialmente, tal o cual postura. las asistentes). Se trata de experiencias
Nuevamente la tensión aparece en la construcción verificables por cualquiera.
de un espacio que genere procesos de identificación b. Su rectitud normativa (en la medida que indican
pero que, al mismo tiempo, respete nuestras particula- la aceptación y respeto de las normas que
ridades. Parece pertinente volver a C. Amorós: “El enmarcan las relaciones interpersonales). Por
problema de por qué los grupos feministas no crecen ejemplo, la discusión es posible sólo en base a
tiene seguramente que ver con estas dificultades que las argumentaciones que permiten los acuerdos
tienen las mujeres de homologarse con las feministas, o los disensos. Siguiendo esta línea, “sólo pue-
de encajar en los grupos feministas, es decir, de ser den reclamar validez aquellas normas en que
como nosotras para poder ser con nosotras [el énfasis es todas las personas interesadas se ponen de
de la autora]. Ellas se perciben a sí mismas como acuerdo (o podrían ponerse de acuerdo), sin
mujeres muy distintas en la medida en que los grupos coacción, como participantes en un discurso
feministas, por la manera en que nos hemos organiza- cuando entran (o podrían entrar) en una forma-
do, por el modo como actuamos, por ciertos errores que ción discursiva de la voluntad”.14
hemos cometido, nos hacemos percibir como grupos de c. Su veracidad expresiva (se trata de un intento de
mujeres peculiares y, sobre todo, como grupos de convencer con buenas razones, no con engaños,
mujeres a los cuales sólo acceden aquéllas que encajan, ni mentiras). Esta condición es la que da cuenta
es decir, las que son susceptibles de homologación y de las intenciones de quienes participan. Es la
sólo ellas pueden ser con nosotras”.13 base de confianza necesaria para que toda co-
Es, precisamente por lo anterior, necesario, inten- municación se realice.
tar establecer algunos criterios no sólo metodológicos,
sino también técnicos, para la construcción de verda- ¿Por qué esta exigencia? Creemos que es cada vez
deros espacios de encuentro, que a partir de uno o dos más importante realizar serios esfuerzos por construir
ejes temáticos convocantes, permitan la difusión y un saber que supere la sóla opinión. Así, la caracterís-
profundización de los mismos. Cuidando que la ten- tica que permite separar el saber vulgar del crítico no
sión entre igualdad y diferencia se exprese y está tanto en el contenido de los conocimientos -en lo
problematice, sin darla por hecho o por obvia. que éstos afirman-, cuanto más bien en el modo en
cómo lo afirman -en que estén convenientemente
Los criterios técnicos: su fundamentación teórica fundados-, en nuestra actitud frente a los mismos. El
Una primera consideración de orden técnico sería esfuerzo, la disciplina, y por supuesto el puntual
la presencia de relatoras temáticas, es decir, de muje- conocimiento del tema (ya que no puede “criticarse” lo
Feminaria / VIII / 15 • 7

que no se conoce o se conoce sólo superficialmente) es tentado por personas “capaces de liberarse de sus ilusio-
la condición para evitar las divagaciones. nes, ilusiones que no descansan tanto en un error (sobre
Estos tres criterios de validez (verdad, rectitud los hechos) como en un autoengaño (sobre las propias
normativa y veracidad expresiva), permiten a las par- vivencias). Esta atañe a la manifestación de los propios
ticipantes renunciar a prejuzgar. Se trata de un ejerci- deseos e inclinaciones, de los propios sentimientos y
cio en el cual el contenido de las argumentaciones estado de ánimo, que se presentan con la pretensión de
haga referencia a la relación entre lenguaje y realidad. veracidad”.18 Las manifestaciones o emisiones raciona-
Diferenciación que permite distinguir, dicho de otra les, se caracterizan por ser susceptibles de corrección. El
manera, entre el concepto usado y la realidad a la cual concepto de fundamentación queda, de esta manera,
éste se refiere, lo cual permitiría darle a los conceptos estrechamente ligado al de aprendizaje.
su status real de herramientas de análisis.15 Los Como vemos se trata de un conjunto de reglas
conceptos no son realidades en sí mismas: es con (importancia de la argumentación, respeto por los
ellos, y a partir del uso que de ellos se hace, se criterios de validez, el habla como condición del apren-
construyen las realidades para su análisis. Permiten dizaje, el respeto por las diferencias, la referencia a
de esta forma una interpretación de la realidad y no hechos observables), a cumplir, por quienes aceptan
buscan reemplazar a la realidad misma. llevar a cabo el ejercicio de reflexión sobre sus conoci-
Se evita de esta forma el establecimiento de dogmas mientos y experiencias. Este es un criterio fundamen-
y se favorece una postura racional y a la vez crítica. tal en la búsqueda del perfil de quienes realicen la
Este ejercicio de disciplina científica nos permitirá propuesta temática.19
apropiarnos de herramientas conceptuales eficaces Para la presentación metodológica, se requiere de
para evaluar la realidad a partir de ella y no desde una coordinación muy activa, que favorezca el desarro-
preconceptos o prejuicios. llo de las capacidades expresivas de las asistentes, en
Esta intención de establecer un razonamiento dis- el marco normativo propuesto. No se trata como vemos
ciplinado tiene como supuesto, el intento de pasar de de una “experta” en el tema a desarrollar, si bien el
una “ética de las convicciones” a una “ética de las conocimiento favorece el desempeño del rol, sino una
responsabilidades”,16 ya que se buscará establecer coordinadora cuyos saberes se relacionen con la apli-
una correlación entre los argumentos usados y las cación técnica de la metodología.
consecuencias de los mismos. Si la acción social, tal El rol a cumplir será el de favorecer la reflexión, la
como lo afirmamos al comienzo se caracteriza por la discusión y el intercambio de opiniones a partir de las
reciprocidad, no podemos ignorar las consecuencias reglas ya explicitadas. Se trata de un verdadero ejer-
de nuestras acciones o afirmaciones. Una manera de cicio hermenéutico del discurso de las participantes.
plantear este problema sería ¿en qué medida no somos Es un ejercicio de discusión que debe poner en entre-
responsables de nuestra propia debilidad?, ¿acaso se dicho los supuestos, que busque llevar el discurso de
halla en nuestras prácticas discursivas la causa mis- quienes participan al nivel de rigurosidad necesario
ma de nuestro aislamiento social? para el entendimiento.
El intento por priorizar el rigor discursivo propues- Otra consideración, también de orden técnico,
to nos permitirá, por un lado, pasar de la mera merece ser planteada en este contexto: existe una
descripción de los acontecimientos, a la posibilidad de fuerte tendencia a la lectura, por parte de las
definir los elementos significativos de nuestros proble- expositoras, de trabajos escritos. Esta situación, liga-
mas, la de enunciarlos, de darle un orden de priorida- da quizá “al intento de sostener una cierta rigidez
des, la de correlacionarlos y, llegado el caso, establecer academicista”, genera en quienes escuchan el relato
estrategias de acción posible. Y por el otro, en cuanto efectos inhibitorios en diversos aspectos:
a la evaluación de las estrategias la de realizar un a. Aferrarse a un texto escrito si bien tranquiliza a
verdadero análisis de las consecuencias no buscadas la relatora en el intento de transmitir “exacta-
que las mismas puedan llegar a tener. mente” lo elaborado, provoca en quienes escu-
En relación a la metodología propuesta, dos son sus chan una dispersión de su atención.
elementos fundamentales: su intento explicativo -basa- b. Por el otro lado, el ejercicio de discusión en base de
do en un intento serio por dejar de lado los deseos, las documentos, tiene sobre los conocimientos que
ideologías y aferrarse a la percepción de los hechos-,17 éstos transmiten una materialidad que no habría
y su posibilidad de discusión y crítica. La explícita que despreciar en sus efectos. Discutir con docu-
referencia a los hechos y el intento de cuestionar la mentos escritos requiere de un aprendizaje del
ideología, creemos que es una condición necesaria para cual, lamentablemente, muchas carecen. Se hace
un ejercicio de reflexión que nos permita problematizar evidente en el silencio que a veces se produce.
aquellos valores, en la medida que ellos puedan alejar- c. No considerar esta última diferencia -entre la
nos de la realidad. O bien, tener especial cuidado en no charla y el texto leído-, establece una situación
confundir nuestros ideales con la realidad misma, de desigualdad, que se refuerza en el discurso
cayendo en el engaño de las ilusiones. No se busca de sentido común que diferencia entre “quienes
abandonar los valores, los ideales, sino se trata de detentan la teoría y quienes tienen la práctica”.
problematizarlos para ver en qué medida ellos condicio- O peor aún, da lugar a expresiones del tipo: “es
nan nuestra percepción de los hechos, llevándonos a muy teórico, no entendí nada, me voy”.
evaluaciones o propuestas erróneas.
Podemos decir que se trataría de un intento serio de Queda como inquietud: ¿de qué manera aquellas
construir en forma conjunta un discurso racional, sus- prácticas que creemos estimulan el diálogo y la parti-
Feminaria / V III / 15 • 8

cipación en realidad los favorecen? No tener en cuenta El planteamiento del conjunto de reglas (basado en
estos problemas, antes mencionados, trae como con- la referencia a los hechos, la rigurosidad de las argu-
secuencia no deseada la ruptura del diálogo y el mentaciones, la prioridad otorgada a la explicitación
intercambio de experiencias, perspectivas, saberes de los nudos problemáticos, las posibilidades de par-
que éste implica. Las posibilidades de aprendizaje se ticipación) intenta, por un lado, generar una situación
verán así, fuertemente condicionadas. de mayor paridad, y por otro, buscará superar la
Por lo último, y como ya dijimos, importa tanto o dicotomía entre teoría y práctica. Este binomio de
más que el tema de discusión la forma que la misma opuestos aparentes en realidad “ocultan el grado en el
asuma. La utilización de paneles como metodología cual se presentan como opuestas cosas que en reali-
tiene serias limitaciones, ya que se trata de un medio dad son interdependientes”.21 Es decir, el discurso
para la difusión de información. Sabemos que la teórico da cuenta de sus postulados en la realidad y,
elección de un panel como metodología puede ser por otra parte, es imposible dar cuenta de la “pura
necesario, y en muchos casos lo es. Pero conviene práctica” sin una elaboración teórica de quien lo hace.
tener en cuenta sus limitaciones, debido a que si bien La introducción de este marco normativo, permitirá
puede ayudar al desarrollo de inquietudes temáticas el desarrollo de relaciones interpersonales marcadas
en las asistentes, lo hace de manera muy marginal, ya por la confianza. Substrato necesario para cualquier
que las posibilidades de aprendizaje se limitan más a tipo de acción que intente dejar de lado una integración
escuchar el diagnóstico realizado por otras, que a la de tipo sistémico o funcional, para transformarse en
posibilidad de aportar aceptando o rechazando las una integración comunicativa. Condición para el aban-
razones argumentadas. El panel favorece los procesos dono de lógicas individuales y el fortalecimiento de
de información, pero, creemos, dificulta el diálogo, el colectivos que intentan reconocer y trabajar con las
intercambio de ideas. diferencias que en su interior surjan o se desarrollen.
En los paneles la predominancia de criterios cuan- Desde esta perspectiva de análisis se podría analizar
titativos -de cantidad de información, con predominio el rol funcional que cumplen las charlas en los pasillos
del pensamiento analítico- que cualitativos -de posibi- o en el bar, tomando en cuenta algunos comentarios de
lidad de profundizar de manera sintética la misma-, las asistentes de la Asamblea expresados en estos
suele ser hegemónica. Es un criterio a tener en cuenta ámbitos informales. Una de ellas sostenía “Cuando se
en el momento de evaluar qué metodología resulta realizan los Encuentros Nacionales las feministas esta-
más adecuada para el logro de los objetivos que se mos todas en los pasillos y ninguna en los talleres”, u
propongan. Si el objetivo es meramente informativo y otra “Después del segundo día, en cuanto me aburren
de generación de demandas el panel resulta un medio los talleres de feminismo, me voy a uno sobre sexuali-
idóneo. En cambio, si el objetivo o los objetivos se dad, que es un tema más divertido”.
relacionan con la organización y la elaboración de Estas expresiones críticas señalan los límites de las
acciones conjuntas los paneles no parecen llenar los estructuras en que se desarrollan frecuentemente la
requisitos necesarios. difusión de las propuestas y problemas del movimiento
Sin embargo, si la elección de paneles es conside- de mujeres. Cuando el taller no logra constituirse como
rada la más adecuada conviene realizar aquí una un espacio de aprendizaje, se produce un desplaza-
consideración técnica. Estos tendrían mayor eficacia miento del interés de las asistentes, a los espacios
en su capacidad para transmitir información si luego donde se realiza un intercambio “entre iniciadas”.
de escuchar a cada relatora siguiese una discusión Es decir, aquéllas pertenecientes al mismo colecti-
sobre lo tratado. Esta situación permitiría una diná- vo, con el cual comparten de partida aquellos saberes,
mica más interactiva. tradiciones, experiencias y cultura que constituyen su
Como vemos este tipo de consideraciones técnicas, “saber del mundo de la vida”. Lo que aparece como
apuntan al desarrollo de capacidades expresivas de emergente, frente a la dificultad de compartir estos
las mujeres, necesarias para la discusión pública. mundos de la vida diversos, es un intento de retorno
Desde la perspectiva de las relatoras se trataría de y reforzamiento de los colectivos de pertenencia origi-
desarrollar un discurso menos aferrado a los saberes naria, con el debilitamiento de la pertenencia a un
instituidos -las citas bibliográficas son abundantes y colectivo más amplio.
aburridas en las lecturas- y más al desarrollo de las En esta línea de análisis, se sitúa la reflexión de J.
posibilidades afectivas del lenguaje oral. Evitando, por Freeman acerca de la creación de “élites” producto de
otra parte, aquellos efectos “perlocusionarios”20 no las estructuras informales existentes en el movimien-
buscados -por ejemplo, el aburrimiento, la distrac- to de mujeres: “los miembros de un grupo con buenas
ción- y su cuestionamiento en las que escuchan. Por relaciones entre sí se relacionarán con mayor frecuen-
el lado de las asistentes, las diversas tonalidades cia que con otra gente. Se escuchan más atentamente
expresivas permiten mantener la atención y favorecen y se interrumpen menos; repiten los puntos de vista u
el desarrollo de preguntas y cuestionamientos acerca opiniones de las otras y si hay conflicto ceden más
del tema tratado. amigablemente; también tienden a ignorar o a luchar
No tener en cuenta los efectos en las emociones o a brazo partido con “las personas ajenas” (“out”), cuyo
estados de ánimo que los diversos juicios tienen en las asentimiento no es necesario para tomar una deci-
participantes trae como consecuencia que las posibilida- sión, sin embargo, “las ajenas” “out” necesitan mante-
des de conversación, de habla puedan restringirse. Y que ner buenas relaciones con las “in” [...] Estos grupos de
esta restricción se considere “natural” o un problema perso- amigas funcionan como redes de comunicación al
nal y no una consecuencia de nuestras afirmaciones. margen de cualquier canal que el grupo haya estable-
Feminaria / VIII / 15 • 9

cido con este fin y, si no existen canales, funcionan vinculada a ella el uso instrumental de la participa-
como la única red de comunicación; porque esta gente ción, favoreciendo, de esta manera, la reproducción de
es amiga porque habitualmente comparten los mis- situaciones de dominación política.
mos valores y concepciones políticas, porque se ha- A modo de ejemplo si estamos frente a un público
blan en circunstancias de la vida cotidiana, porque se limitado numéricamente la participación es más acti-
consultan cuando tienen que tomar pequeñas decisio- va, ya que todas tienen más posibilidades de hablar.
nes sobre sus vidas, la gente que participa en estas En cambio, en grupos muy amplios, al hacerse listas
redes tiene más poder que aquélla que no participa. Es para el pedido de la palabra, las intervenciones no
raro el grupo que no establece alguna red informal de dejan de ser una suma de monólogos, perdiendo, en
comunicación a través de las amigas que en él se esta circunstancia su capacidad dialógica. No pensar
hacen”.22 en este problema y persistir con prácticas que lo
Por otra parte, otro de los objetivos buscados (más reproducen ¿acaso no favorece un tipo de participa-
ligado quizá al del aprendizaje que al de la organización), ción que sólo suena a reproche o lamentación?, ¿es
por la metodología propuesta, es el de retomar un efecto esto participación?
logrado históricamente por el feminismo, de poner en En relación con las temáticas y su actualización,
cuestionamiento los mecanismos que permitían hacer nos parece que frente a los cambios estructurales que
eficaz a un discurso universal basado en la hegemonía de han sufrido nuestras sociedades, el movimiento de
lo masculino. Se trata de rescatar la ruptura del sentido mujeres aún no ha podido asimilar a muchos de ellos.
común que permitió subvertir algunos de los valores Esto se expresa en la imposibilidad de elaboración de
hegemónicos del pensamiento patriarcal. nuevas temáticas que permitan superar aquellas que,
Ruptura ligada a la crisis de aquellos conocimien- si bien, en el momento de surgimiento fueron
tos que reproducimos sin tomar concien- cuestionadoras del orden patriarcal, hoy
cia de sus consecuencias en nuestro ac- parecen sólo la repetición de un discur-
cionar. Pero cuesta repetir de manera sis- so, que no deja de ser lastimero. Es
temática, sin convertir las tradiciones teó- notorio, por ejemplo, la ausencia de
ricas en rituales vacíos de aquellos conte- reflexión en temas referidos a los cam-
nidos que le dieron origen. Dos considera- bios en el campo económico: empleo,
ciones merecen hacerse a esta altura, una trabajo, políticas de estado que afectan
en relación a la participación y otra en -su ausencia o su presencia- a las mu-
relación con las temáticas. jeres; o los ocurridos en el campo políti-
Por ejemplo, la simple invocación a co a partir de la aplicación de la ley de
técnicas participativas o a la participación cupos, sus consecuencias y los nuevos
no la generan espontáneamente. Los talle- problemas que ésta implementación
res o grupos de reflexión surgen,23 como acarrea para el feminismo.
una reacción de las mujeres frente a una Buscamos establecer rupturas, cri-
sociedad sobreestructurada que las con- sis en aquellos conocimientos que, pro-
trolaba y marginaba. Estos espacios pierden efectivi- venientes del sentido común, tienen una finalidad
dad, cuando sus objetivos quieren ser superadores de funcional en la medida que permiten la conservación
la sola toma de conciencia de los problemas de género, de situaciones de subordinación. Sólo la apropiación
para convertirse en medios para la realización de de herramientas que favorezcan la reflexión y crítica,
políticas concretas. Es válido aquí preguntarse ¿qué permitirá el surgimiento de lecturas de la realidad que
tan participativas son estas formas participativas?, sean cuestionadoras de la misma y que nos permitan
¿qué se ha vuelto más importante en ellas, la discu- percibir los mecanismos de dominación existentes.
sión o el respeto por formas esclerosadas de interven- Sólo permitiendo una vinculación entre los conoci-
ción o de elaboración de propuestas?, ¿cómo se pue- mientos científicos aportados y los diversos “mundos
den elaborar propuestas de acción sin mecanismos de de la vida” del que participan cada una de las asisten-
discusión previa de los puntos tratados? tes, el discurso feminista podrá alcanzar grados de
Intimamente ligado al tema de la participación se generalidad necesarios para el desarrollo de procesos
encuentra el de las élites. Otro autor dirá: “Para que las de identidad y solidaridad que garanticen la posibili-
élites sean poderosas y puedan tomar decisiones con dad de un accionar conjunto. Si la teoría o a la inversa,
autoridad, es preciso restringir el compromiso, la la práctica continúan presentándose alejadas una de
actividad y la influencia del hombre [o la mujer] otra, esta incompatibilidad tendrá consecuencias po-
común. El ciudadano[a] común debe resignar su líticas graves para un movimiento de mujeres que
poder ante las élites y dejarles gobernar. El poder de la busca incidir con sus propuestas en la sociedad.
élite requiere que el ciudadano[a] común sea relativa- ¿Podremos darnos tiempo para la reflexión? ¿Seremos
mente pasivo[a], que participe poco y que se muestre capaces de dejar de preocuparnos sólo por la defini-
deferente hacia las élites. De este modo se invita al ción de propuestas, para empezar a preocuparnos por
ciudadano[a] democrático[a] a perseguir fines contra- los caminos que nos llevan a su elaboración?
dictorios: debe mostrarse activo, pero pasivo; debe Notas
participar, pero no demasiado; debe influir, pero acep- 1
HABERMAS, J.: Teoría de la acción comunicativa,
tar”.24 Una metodología que no establezca las condi- Ed. Taurus. Madrid. 1992.
2
ciones para una participación de hecho tendrá como FLORES, FERNANDO: Creando organizaciones para
consecuencia el surgimiento de élites, e íntimamente el futuro. Ed. Dolmen. Chile. 1994.
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3
FLORES, F.: Op. cit. atribuirá al mundo, a la estupidez de los hombres o a la
4
Esta Asamblea se celebró en la ciudad de La Plata, voluntad divina. El que actúa según la ética de la
los días 29 y 30 de abril de 1995. responsabilidad, en cambio, tomará en cuenta los
5
WEBER, MAX: Economía y Sociedad. Esbozo de defectos normales de la gente, según las palabras de
sociología comprensiva. Ed. F.C.E. México. 1992. Fichte no tendrá derecho a suponer que los hombres [o
6
FLORES, F.: op. cit. las mujeres] son buenos y perfectos, y no se sentirá en
7
AMOROS, CELIA: Mujeres, Feminismo y Poder. condiciones de descargar en otras las consecuencias
Forum de Política Feminista. Madrid. 1988. previsibles de sus actos”. En WEBER, MAX: Política y
8
“En los contextos de comunicación no solamente Ciencia. Ed. Leviatán. Bs. As.
17
llamamos racional a quien hace una afirmación y es El reconocimiento de criterios ideológicos o de
capaz de defenderla frente a un crítico, aduciendo las interés en la elección del tema debe ser tenido en cuenta
evidencias pertinentes, sino que también llamamos por el trabajo científico como un problema a tratar en la
racional a aquel que sigue una norma vigente y es capaz medida que de esta forma impida restarle validez al
de justificar su acción frente a un crítico interpretando conocimiento. No para caer en un prágmatismo, cuyo
una situación dada a la luz de expectativas legítimas de dejo ideológico, resulta evidente. En palabras de un
comportamiento”. HABERMAS, J.: op. cit. clásico de las ciencias sociales: “La ciencia se esfuerza
9
“Precisamente, el espacio de los iguales es el por alcanzar resultados “provistos de valor”, es decir: 1)
espacio de las diferencias de individuos: tú eres tú y, yo correctos desde el punto de vista lógico y con referencia
soy yo, porque somos iguales, y porque somos iguales a los hechos ; y 2) importantes en el sentido del interés
somos diferentes, es decir, cada cual acota su terreno. científico; además la selección del objeto ya implica
Tienden, por lo tanto, precisamente por eso, a diferen- valoración”. En WEBER, MAX: Ensayo sobre metodolo-
ciarse y a marcar cada cual su rica personalidad. Poder gía sociológica. Ed. Amorrortu. Bs. As. 1990.
18
es poder diferenciarse”. En AMOROS, C.: op. cit. HABERMAS, J.: op. cit.
10 19
En AMOROS, C.: op. cit. Nos parece importante rescatar aquí las reflexio-
11
“La utilización del mismo símbolo con un signifi- nes de un supervisor de la industria siderúrgica relacio-
cado constante no basta con que sea algo dado en sí, nadas con el tema que nos preocupa “En la suma de la
sino que también debe ser algo reconocible por los que toma de decisiones, en la suma de análisis, tener un
utilizan ese símbolo. Y tal identidad de significado sólo grupo de gente con el cual se pueda discutir abierta-
puede venir asegurada mediante la validez intersubjetiva mente, sinceramente, sin resquemores ni intereses
de una regla que fije de modo “convencional” el signifi- espúreos, digamos, es sumamente útil. Y en este aspec-
cado de un signo”. HABERMAS, J.: Teoría de la Acción to sí es importante la comunicación. Pero tiene que
Comunicativa, II. Ed. Taurus. Buenos Aires. 1990. surgir de un respeto mutuo, de una confianza mutua
12
“El concepto de regla está entretejido con el uso del entre el grupo de trabajo del que se participa. Porque si
término ‘igual’ [...] Sin esta posibilidad de crítica recíproca no no puede existir. Y esto no implica que después cada
y de mutua instrucción conducente a un acuerdo, no uno no tenga que asumir la responsabilidad que le
quedaría asegurada la identidad de las reglas”. En corresponde. O sea, lo que no sirve de mucho -y la
HABERMAS, J.: Teoría de la Acción Comunicativa II, op. cit. experiencia es que haya responsabilidades grupales
13
En AMOROS, C.: op. cit. difusas y que después nadie se termina haciendo
14
HABERMAS, J.: Problemas de legitimación en el responsable de hacer nada. Pero en el tema de discutir
capitalismo tardío. Ed. Amorrortu. Bs. As. 1991. los temas, tener distintos puntos de vista, hacer análi-
15
Coincidiendo de esta manera con M. Foucault sis conjuntos, hacer análisis interdisciplinarios, es
cuando propone: “entender la teoría como una caja de sumamente importante”. Entrevista realizada en la
herramientas, [lo cual] quiere decir: # que no se trata de investigación llevada a cabo por ROJAS, E. et. al.:
construir un sistema sino un instrumento [...] y # que esta Relevamiento de la demanda del mundo del trabajo al
búsqueda no puede hacerse más que poco a poco, a sistema educativo. Ministerio de Cultura y Educación
partir de una reflexión sobre situaciones dadas” (el énfa- de la Nación. Bs. As. 1994.
20
sis es nuestro). En FOUCAULT, M: “Poderes y Estrate- “Acto perlocucionario: correlativamente a la no-
gias”. En Un diálogo sobre el poder. Ed. Atalaya. Grandes ción de actos ilocucionarios está la noción de las
Obras del Pensamiento Nro. 56. España. 1995. consecuencias o efectos que tales actos tienen sobre las
16
“Si las consecuencias de la acción realizada según acciones, pensamientos o creencias, etc. de las oyentes.
una ética de la convicción son malas, el agente de esa Por ejemplo, mediante una argumentación yo puedo
acción no se sentirá responsable de ellas sino que las persuadir o convencer a alguien, al aconsejarle puedo
asustarle o alarmarle, al hacer una petición puedo
lograr que él haga algo, al informarle puedo convencerle
(instruirle, elevarle -espiritualmente-, inspirarle, lograr
que se dé cuenta)”. En SEARLE, J.: “Actos de habla”. Ed.
Planeta Agostini. Obras Maestras del Pensamiento Con-
Colección “Las Mujeres” temporáneo Nro. 62. España. 1994.
21
SCOTT, JOAN W.: “Reconstruir igualdad versus
dirigida por Lily Sosa de Newton diferencia: usos de la teoría posestructuralista para el
feminismo”. En Feminaria. Año VII, Nro. 13. Bs. As.
Jorge A. Zavalía Lagos: Mariquita Sánchez y su tiempo Noviembre de 1994
22
FREEMAN, JO: La Tiranía de la Falta de Estructu-
Delia Fontán Fernández: Doctora Carolina Tobar García ras. Ed. Forum de Política Feminista. Madrid. 1988. Las
Lily Sosa de Newton, comp.: Narradoras argentinas negritas son nuestras.
23
Para una análisis más profundo del tema el
(1852-1932) [Antología] trabajo de Jo Freeman antes citado.
24
ALMOND, G.A. y VERBA, S: “The civic culture” en
Callao 575 • 1022 Buenos Aires • telefax: 374-5092/2953/2973 HABERMAS, J. “Los problemas...” op. cit.
Feminaria / VIII / 15 • 11

Dossier: la maternidad
El drama de Daniela, o mejor dicho, la pelea de Gabriela Oswald y Eduardo Wilner por la tenencia de ella, ocupó durante
semanas la opinión pública. El debate, lamentablemente, no se centró en la maternidad y paternidad responsables, estado
deseable para el desarrollo de cualquier niño o niña. La opinión pública, sin conocer detalles acerca del caso en particular,
casi en forma unánime, tomó partido por la unidad inseparable de madres e hijos/as. Y lo hizo en base de la naturalización
de una institución social. En este contexto, un conocido periodista asimiló a las mujeres con leonas y monas, concluyendo
que, cuando de maternidad se habla, la construcción social, la posibilidad de elegir entre un modo u otro, es sustituida por
el “instinto”. Ante este panorama Feminaria propone un debate acerca de los fundamentos de la maternidad y paternidad,
tomando el “caso Daniela” como disparador circunstancial. J.M.

Carta de Haydée Birgin a Claudia Selser


La maternidad de estas jóvenes madres, Gabriela O.
Querida Claudia: y su amiga Carolina V.: fue justa-
como coartada Tu nota de hoy en Página sobre el mente el hecho de que ellas son mu-
jeres jóvenes, madres, que viven
“caso Daniela” es una buena excusa
Cristina Ravazzola* para “descargar” la bronca que este crudamente la caída de una ilusión.
debate me genera. Tu propuesta Ellas, como otras, se embarcaron en
salomónica no me convence: ¿las mu- una historia que casi se corresponde

N
os plantea un dilema el jeres deberíamos cortarnos con nues- con un ideal de vida que la cultura
caso de Daniela Wilner tra propia espada? ¿La disyuntiva es propone a una joven mujer: casarse
que implica por lo menos madres o ciudadanas? con un joven promisorio, que va a
dos emblemas: por un Me había propuesto no intervenir estudiar y a desarrollar una carrera
lado, la Justicia, su valor y sentido, en esta polémica, fundamentalmente profesional (él), que lo va a hacer en un
y por el otro, las creencias que sos- porque no conozco el expediente ni los país con futuro, del primer mundo.
tenemos sobre la Maternidad, sus elementos que se aportaron. Sin em- Como parte de ese sueño, la joven
funciones, sus características, y lo bargo, me preocupan los términos esposa tendrá entonces acceso a co-
que pensamos acerca de quién o en lo cuales se colocó la discusión. nocer el país de la supuesta maravilla,
quiénes deberían ejercerla, ambos Más aún, la ausencia de cuestiona- gracias a la beca y las condiciones que
emblemas tomados en cuenta en el mientos al modelo maternal. le ofrecen a él.
contexto de ámbitos geográficos Si el debate quedó marcado por una Las consecuencias de una elec-
hemisféricos diferentes. imagen maternal tradicional que ensal- ción culturalmente valorada y pro-
Con respecto al primer tema, si za la renuncia y reduce la identidad de movida como deseable no deberían
bien como sujetos sociales elegi- las mujeres a su condición de madres, la ser éstas que se hacen tan visibles
mos vivir en un Estado de Derecho pregunta que cabe hacer es: ¿las muje- gracias a la publicidad dada a este
y aceptamos una ley que va más res feministas nada tenemos que decir? caso. Pero lo pueden ser, y a veces lo
allá de nuestros intereses persona- Todo parece indicar que no. son. Birgin advierte a las mujeres,
les para cumplir con necesidades Para que no quede dudas: el fallo que registren que más allá de ser
del grupo social, la deconstrucción judicial debe ser cumplido. No es tema madres, mucho antes, ya están abdi-
de los conceptos promovida por al- a discutir. Sin embargo, es útil aclarar cando, sin ninguna conciencia de las
gún flash irónico nos dice que en que cumplir la Convención de La Haya consecuencias, de sus derechos como
este país, con algunas configura- no implica necesariamente la restitu- ciudadanas.
ciones y pactos poco claros entre ción de Daniela ya que, la propia Con- Pero entonces, la tragedia de
partidos políticos, sólo los ciudada- vención contempla la posibilidad de estas muchachas no nos debería
nos comunes debemos someternos oponerse al reclamo cuando “existe un llamar la atención. Ellas suponen
a la Ley. Algunos zafan. grave riesgo de que la restitución del (y nosotros las dejamos suponer, a
En cuanto al segundo tema, las menor la exponga a un peligro físico y menos que aprendamos de esta
cosas son también complicadas, y, psíquico…”. El informe pericial psicoló- dolorosa situación) que están parti-
más aún, vale la pena complicarlas y gico –en base al cual la minoría funda- cipando de un cuento de hadas.
debatirlas. La carta de Haydée Birgin menta su voto y se opone a que la niña Como tantas mujeres que siguen al
sobre este caso Daniela** me remitió abandone el país– plantea que una marido según las ofertas de estudio
a lo primero que me impactó del caso nueva separación afectiva podría cau- o de trabajo que él tenga, tienen
sar un grave riesgo a la niña.1 poca conciencia de aquello de lo
Pero insisto: es difícil opinar sobre que aceptan despojarse. Imaginan
*Cristina Ravazzola es médica, espe-
un expediente sin analizar el conjunto ser parte de él y parte de su destino,
cialista en psiquiatría; es terapeuta familiar.
de los elementos que en él se aporta- su carrera y sus ventajas. Mientras
** Ver la columna central, que reproduce
ron. El dato es que existe una decisión dura la alianza con él, es difícil que
el texto completo de dicha carta, fragmentos
judicial y debe ser cumplida más allá de se vean a sí mismas en su realidad:
de la cual se publicaron en Página 12, 24 de
lo que opine Maradona, Palito Ortega o están lejos de sus redes de apoyo
junio de 1995.
el propio Presidente quien se ha hecho (familia, amigos, abogados y médi-
Feminaria / V III / 15 • 12

cos conocidos), no gozan de dere- cargo personalmente del “drama” de te por mujeres. Quienes se ocupan de
chos de ciudadanía, las ofertas de Gabriela Oswald. Quizá el Presidente temas de género en el campo laboral,
trabajo o estudio más calificadas Menem instaló un nuevo modelo de saben muy bien que quienes tienen a
NO son para ellas, sus maridos resolución de conflictos y los cientos de su cargo menores, son en su mayoría
tienen un proyecto propio que ellas miles de desocupados podrían solicitar mujeres. A veces esta delegación en
no tienen. Ellas quedan en una ser recibidos por el Presidente y lograr las mujeres de una práctica social
relación de GRAN dependencia con que él se ocupe personalmente de su que implica trabajo, dedicación, ho-
él, relación que no todas las parejas “drama” y les diga cómo dar de comer ras de esfuerzo, calificación en una
pueden sobrellevar y superar, ya a sus hijos o cómo ser atendidos en función que necesita el ejercicio de
que esa desigualdad tan grande se hospitales públicos que no cuentan con permanente de un criterio ajustado,
presta para los ABUSOS. recursos elementales. Hasta podrían es reconocido y valorado, con lo que
Mientras este panorama ya es desaparecer las protestas callejeras o las mujeres obtienen prestigio de esta
negro, se torna crítico si en esas los paros de los trabajadores y ser práctica.
circunstancias nace un hijo. Cuan- reemplazados por largas colas frente a Pero estamos hablando de si-
do continúa la ilusión, ninguno de la Casa Rosada en espera de entrevis- tuaciones que, en tanto no cambien
ellos va a experimentar malestar, y tas personales. los lugares de prestigio de hombres
el hijo complementa la historia ideal. Dejando el delirio y volviendo a tu y mujeres en las culturas, siempre
Pero cuando la mujer, agobiada, nota: me llamó la atención que en un tienen algún costado por el que se
comienza a darse cuenta de que debate que ya lleva meses sólo se filtra la trampa de cifrar para las
todo el peso de la carga doméstica rescaten algunos de los argumentos mujeres la legitimación de una iden-
cae sobre ella sola, ahora bien sola, que esgrime Gabriela Osvald: su con- tidad social valorada en una fun-
sin redes familiares ni ayuda do- dición de madre. Parecería que no ción que no tendría razón que sea
méstica (en el 1er. mundo el trabajo pueden oírse otros reclamos de ella, en discriminada por sexo.
doméstico se reconoce como impor- especial cuando reivindica sus dere- Las Madres de Plaza de Mayo se
tante y se paga CARO), que ella no chos como mujer y ciudadana. Esto valen de esta mítica social como
está haciendo nada para SU carrera ha quedado prácticamente ignorado y recurso estratégico para intentar
o SU futuro, y que, tal vez, su marido soslayado en los medios, pero también recuperar algo de un poder perdido
se está alejando de ella y se relaciona para quienes asumen la defensa de los como ciudadanas : el supuesto reco-
con otra gente que goza allí de más derechos de las mujeres. nocimiento social especial a la mu-
prestigio y más importancia que ella, Gabriela considera, como es obvio, jer como Madre, especialmente váli-
comienza a conectarse con un ma- que su hija estaría mejor en la Argentina. do en el discurso de la cultura latina.
lestar que la va a llevar a intentar Argumenta que en el país vive toda la Gabriela O., en Argentina, apela a lo
alguna solución. Algunas optan, lue- familia, prevee los conflictos que podrían mismo. Pero esta sacralización no es
go de buscar que él las escuche y las derivarse del traslado y la adaptación al garantía de respeto a estas mujeres.
entienda sin éxito, lo que es com- nuevo hogar que constituyó el padre con Las M. de P. de Mayo pueden ser
prensible desde el punto de vista una mujer que no habla castellano y que fácilmente descalificadas como «lo-
que él ha ido desarrollando, por además, espera un bebé. Son argumen- cas» por quienes pactan con el terro-
intentar entonces separarse y volver tos razonables que podríamos sostener rismo de Estado, y Gabriela puede
a su país. cualquiera de nosotras. ser castigada por su ex-marido por-
Y ¿qué pasa entonces en esta Pero Gabriela hizo referencia –por que no le guardó fidelidad (la madre
historia con los hijos? Ellos deben lo menos en el programa de Grondona– gloriosa debe ser además asexuada,
sufrir la pérdida del progenitor que de la ruptura de un pacto anterior. el padre puede hasta casarse de nue-
queda lejos. Hasta hace algunos Según su relato, parte a Canadá acom- vo sin ser castigado). Para las muje-
años, el eje de las funciones mater- pañando a su esposo a cumplir estu- res, en tanto sigamos en una posi-
nales se identificaba más automáti- dios de posgrado, tenía visa de acom- ción devaluada, no es confiable esta
camente con la mujer-madre, con pañante de estudiante y en ningún mítica glorificante de la maternidad.
lo que habitualmente estos niños momento el matrimonio decidió migrar, Vivimos en una cultura
crecían criados por su mamá, sin o sea, no optaron por vivir en Canadá. misógina, en la que las mujeres
tener cerca a su papá. Era común El “pacto” del matrimonio era que al necesitamos utilizar este mito de la
que él armara otra familia, con una terminar Wilner sus estudios, regresa- maternidad sacrosanta y asexuada
mujer del nuevo país, aceptando la rían a la Argentina. Gabriela habló en como estrategia de supervivencia.
lejanía y su no participación en la dicho programa, quizá con poca preci- Las mujeres somos «perdonadas»
cotidianeidad de sus hijos. Ahora, sión de lenguaje, de “exilio” para dife- por serlo si tenemos y criamos hi-
en cierto modo, y como lo plantea renciarlo de “migración” y reafirmar que jos. Las que no lo hacen son abier-
este caso, podemos pensar que esta su intención nunca fue vivir en Canadá. tamente censuradas en nuestros
situación se complicó. Comentó que no tuvo visa de trabajo y países latinos, pero encubiertamen-
Difícilmente puede aceptarse que que se desempeñó como lavacopas o te también en el discurso de mu-
la calidad maternal se defina por las hacía limpieza en diverso estableci- chos sectores del primer mundo.
hormonas sexuales, aunque SI es mientos para contribuir a los gastos de Y no podemos ingenuamente
necesario reconocer que la calidad de la casa, ya que sólo con la beca de pensar que detendremos las repre-
la responsabilidad y los cuidados estudios de Wilner no podían vivir. sentaciones sociales misóginas con
maternales han sido ejercidas du- Reivindicó su derecho a continuar su el mito maternal. Estamos asistien-
rante siglos MUY predominantemen- carrera, trabajar en su profesión. do a múltiples expresiones de
Feminaria / VIII / 15 • 13

cuestionamiento a esa construc- Parece razonable que el señor ¿reclama la tenencia de su hija para
ción sobre la maternidad, que no es Wilner, en función de su desarrollo pro- dejarla al cuidado de su actual mu-
nuevo, si recordamos los cuentos fesional y afectivo opte por vivir en jer o él asumirá esta maternidad?
infantiles de Cenicienta y Blanca Canadá y constituir una nueva familia, ¿Se trata de pelear una «potestad»
Nieves, films de suceso como Cramer siempre que Gabriela también goce de posesión, poder, o de dirimir, para el
vs. Cramer o Love Story, todas ma- ese mismo derecho: estudiar, encon- bien de Daniela, entre ambos jóve-
nifestaciones culturales de que los trar un trabajo acorde a sus condicio- nes y los funcionarios sociales, quién
padres pueden ser madres ideales, nes etc. y no esté obligada a la renuncia de los dos detenta más capacidad
especialmente si la madre se muere por el sólo hecho de que además quie- maternal y beneficiará más a la hija?
o es egoísta y tiene algún proyecto re ser madre y criar a su hija. Y, todos nosotros/as que parti-
de vida propio. Tal vez también A modo de síntesis, todo indica que cipamos a través de los medios de
apunten a que sería bueno un cam- existió un “pacto” en la pareja y que ese este dilema, ¿ponemos el foco en el
bio, y a que los hombres asuman la pacto fue roto: el señor Wilner decidió sexo de los padres y lo reificamos,
maternidad como función, pero, en vivir en Canadá una vez concluido sus o nos animamos a debatir esta
este debate, tenemos que cuidar estudios. Ahora bien, la pregunta es si cuestión superando las concepcio-
que estos cuestionamientos no se esa decisión de Wilner compromete o nes de género sobre la maternidad,
transformen en una expresión más no a su esposa y madre de su hija. contextualizando las realidades
de la misoginia. Todavía sigue arraigada en nuestra jerárquicas sociales y económicas
La reacción fanática pro-mater- sociedad esa vieja norma –derogada y produciendo un discurso que
nidad de la madre promovida por la hace pocos años– por la cual el marido ayude a demitificar algunas
prensa, sabemos que no se desata fijaba el domicilio conyugal. Y más allá imágenes idealizadas del matri-
todos los días ante las dificultades de cuál es el domicilio que rige la trami- monio?
de tantas jóvenes empleadas do- tación de la tenencia, hay otro domici- Tal vez si lo hacemos, las
mésticas que tienen que dejar sus lio que es el del pacto que dio origen mujeres jóvenes puedan revisar con
hijos con su propia madre en su al traslado del matrimonio a Canadá. más cuidado sus PROPIAS condi-
provincia y venir a trabajar a la Todo esto para señalarte que el tema ciones y realidades antes de casar-
capital. Esa maternidad no es tan no es tan lineal como pretenden los se, emigrar con una beca de su
sagrada y seguramente ellas no medios mostrarlo y que el derecho de marido, o tener hijos a los que pier-
cuentan con un fondo en su provin- Gabriela más allá de su condición de dan por perder sus derechos de
cia que las ayude, ni siquiera con madre no puede ser incluido sin pen- ciudadanas.
un salario que incluya una asigna- sarlo desde ese pacto inicial –el matri-
ción por hijo. Y aún si la ley les monio– que se supone igualitario. ¿?
contemplara esta necesidad, en ese Las feministas estuvimos ausentes
caso nadie las emplearía. Entonces del debate y creo que esto es lo
esa sacralización de la mujer-ma- preocupante. Nuestra presencia podría
dre-asexuada es tramposa, y es im- haber colocado otros temas en la discu-
portante el debate sobre ella, que sión que incluyan a las mujeres como
deconstruya la adscripción sexual ciudadanas. Insisto, no estoy discutiendo
a las funciones maternales, la iden- un fallo judicial sino los términos en los
tidad mujer=madre, y los estereoti- cuales se colocó el debate: Gabriela
pos de la bivariedad sexual que nos madre. Su derecho a trabajar en lo que le
limitan. Las voces y las opiniones gusta, estudiar, quedaría subsumido en
de las mujeres, aunque siempre esta idea de juicio salomónico que coloca
existentes, hace muy poco que se a la verdadera madre en el lugar de la
escuchan en el concierto de opi- renuncia. Entiendo que nuestra pro-
nión. Sabemos que quien tiene el puesta debería ir más allá de la opción
micrófono es quien puede manipu- madres o ciudadanas. El episodio
lar opinión. Las mujeres no hemos Gabriela mostró que éste es un debate
sido dueñas de nuestras capacida- pendiente en el movimiento de mujeres
des reproductivas, de nuestros cuer- en la Argentina.
pos, ni de nuestra estima. A partir De ahora en adelante las mujeres
de las épocas históricas en que que- deberemos cuidarnos de “acompañar” a
damos degradadas a guardadoras o nuestros maridos a estudiar ya que el
nodrizas, o actuales en las que re- riesgo es que si de manera unilateral se
sultamos «portadoras» de embrio- rompe en pacto inicial y él decide no
nes, difícilmente esas imágenes volver, no nos quedaría otro recurso que
sacralizadoras del ejercicio de las seguir la propuesta del Rey Salomón y
funciones maternales alcancen para cortarnos en dos: mitad madre y mitad
reivindicarnos. ciudadana. Pero como suicidas no so-
Volviendo a este caso, Daniela, mos, tal vez encontremos otra salida que
¿se siente este hombre tan o más nos permita corrernos del lugar de la
maternal que la madre de la nena? renuncia.
Como su amigo, el padre de Fiona, Hace muchos años que el movi-
Feminaria / V III / 15 • 14

El caso Daniela o los miento feminista viene señalando que


la exclusión teórica y práctica de las
Conferencia de la Haya del 25 de
octubre de l980, que fuera ratificada
síntomas de retroceso mujeres de lo público no es un mero en nuestro país y puesta en vigencia
accedente ni una aberración. Si la ma- a partir de l99l.
Silvia Hass* ternidad representa todo lo que exclu- La Corte Suprema de Justicia de la
ye a las mujeres de la ciudadanía, a la Nación resuelve que dicha orden judi-

F
ue un acontecimiento que vez ha sido instituida como el modo cial debe cumplirse y que el Estado
conmovió durante algún esencial por el cual las mujeres hemos Argentino interviene y corrobora di-
tiempo la opinión pública sido incorporadas al orden político cha solicitud en cumplimiento de obli-
argentina, y que en sus moderno. El lugar que ocupa la mater- gaciones internacionales contraídas.
aspectos trascendentes, da cuenta nidad en la definición de la ciudadanía En su dictamen recepta los principios
de las pautas socio-culturales exis- es un tema complejo que no encuentra que legitiman la Convención y cuyo
tentes en nuestra sociedad. resolución con sólo definir el ejercicio objeto es garantizar el retorno de los
El disparador fue un conflicto de la maternidad como político o incluir menores desplazados o retenidos in-
«privado» que inusitadamente tuvo la crianza en el espacio público, o pro- debidamente en otro Estado contra-
una amplia y persistente repercu- clamar la “igualdad” parecería necesa- tante. En general, en estos casos se
sión pública y político-institucio- rio redefinir las bases estructurales de suele otorgar automáticamente la
nal. la ciudadanía y la concepción sobre custodia provisoria de aquellos indivi-
Un juez canadiense ordena a tra- cuáles son los derechos individuales y duos, al padre o a la madre que se ha
vés de la Justicia Argentina, restituir cómo se han de ejercer. Instalar el visto privado de su hijo por el accionar
una niña de 5 años a su padre resi- debate en otros términos permite pen- indebido del otro progenitor.
dente en Canadá. La orden es contra sar otras soluciones que el juicio La Convención de La Haya, con-
la madre que la retuvo ilegalmente, salomónico. sagra explícitamente que el interés
en violación de leyes internacionales Bueno, tu “polémica” nota me per- del niño es primordial para todas las
a las que adhieren tanto Canadá mitió pensar el tema, ordenar algunas cuestiones relativas a su custodia.
como Argentina. Un detalle de interés ideas e intentar encontrar alguna res- Los principios y el procedimiento que
es que se trata de una pareja de puesta que explique la ausencia femi- consagra recepta una exigencia de la
esposos argentinos cuyo último do- nista en este debate. Comunidad internacional de la déca-
micilio conyugal era Canadá, lugar Cariños, da del 70, cuál es proteger el derecho
de nacimiento y de residencia habi- Haydée fundamental del niño a que no se lo
tual de su hija. La retención indebida «desarraigue por una vía de hecho de
ocurre después de la separación de 1 En la Sentencia de la Suprema su medio habitual de vida familiar y
hecho de la pareja. Corte –punto 14 del voto de la minoría– social». Se parte de la presunción «de
Durante el trámite judicial lo- se citan partes del informe de la psicó- que el bienestar del niño se alcanza
cal, en el que se debate el cumpli- loga forense quien enfatizó “que la frac- volviendo al status quo anterior al
miento de la orden de la Justicia tura de la díada madre-hija y del proce- acto de desplazamiento o de reten-
extranjera, la madre presiona para so identificatorio normal de la etapa de ción ilícitos». Hay una apelación a los
obtener un resultado favorable a la primera infancia podría afectar la padres y madres a tener en cuenta
sus intereses. Con ese fin denuncia personalidad de la menor de manera fundamentalmente el interés supe-
la supuesta injusticia de la que es dañosa…”. rior del niño. Esto tiene su expresión
objeto apelando a su rol «natural» concreta en hacer cesar la vía de
de madre, y lo hace a través de los hecho, «... la víctima de un fraude o
medios masivos de comunicación. públicamente. Asimismo recibe la
de una violencia debe ser, ante todo,
Obtiene una amplia repercusión, adhesión de Maradona y del Presi-
restablecida en su situación de ori-
con una inesperada y agresiva mo- dente de la República entre otras
gen». La supeditación del orden pú-
vilización activa de sectores de la personas. Se hacen encuestas de
blico interno a la Convención, que
sociedad y una importante activi- opinión sobre el tema, donde la
Argentina suscribió, supone un com-
dad del poder público. postura materna es compartida en
promiso internacional, de aplicación
Pese a que la decisión judicial la términos porcentuales muy altos.
rápida y eficaz «...que tenga efectos
obliga a cumplir la restitución, la La madre es aclamada, el padre es
disuasivos sobre las acciones de los
madre se resiste. En su domicilio se insultado en la calle. Sin embargo,
padres que cometen sustracciones o
forma una cadena humana que se nadie se ocupa de las consecuencias
retenciones ilícitas en atropello de
solidariza y la acompaña en su de- que esta exposición genere en la niña.
los derechos del niño y, a la vez que
cisión. En los programas de radio y Hay una identificación del interés de
se convierta en un instrumento idó-
de televisión de mayor audiencia y la madre con el de su hija.
neo para restablecer en forma inme-
en los periódicos es un tema central Los principios jurídicos en juego diata los lazos perturbados por el
de debate, sorprendentemente la El Juez canadiense que ordena desplazamiento o la retención
mayoría de los periodistas la apoya la restitución de la niña, a solicitud ilícitos».1
del padre, funda su resolución en el El fallo del Supremo Tribunal de
*Silvia Hass es abogada (UBA) e hizo la nuestro país es en este caso excelen-
procedimiento establecido en la
maestria en estudios latinoamericanos en la te, y consagra la doctrina de la con-
Convención de la Haya sobre as-
Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, dena de toda sustracción ilegal de
pectos civiles del secuestro interna-
México. menores, aún cuando este hecho
cional de niños, aprobada en la
Feminaria / VIII / 15 • 15

sea cometido por la propia madre. que complementarlo con la pers- difunden los mensajes mediáticos y
Esto es lo que no aparece en el pectiva del emisor del mensaje: por que tan activamente fue receptada,
debate público, en un país en que qué la ‘madre’ Gabriela, así como la estaría mostrando tendencias con-
en su historia reciente se ha produ- mujer violada, o el delincuente, eli- servadoras arraigadas en la socie-
cido una masiva y criminal apro- gen los medios de comunicación dad, con una importante capacidad
piación de menores. para: pedir ayuda y movilizar; de- de difusión y presencia.
nunciar; o para defenderse? Por
¿Que nos pasa? qué se instala el reality show? Por Avance jurídico y retroceso social
Este hecho, que ocupó durante qué la gente desnuda su vida priva- Tal vez para comprender lo que
semanas las primeras planas de los da ante los ojos y oídos de las au- acabo de afirmar, se deba tomar en
diarios y los noticiosos radiales y diencias anónimas? Por qué estas consideración, el período que se
televisivos, genera una serie de re- realidades se transforman en es- inicia en l983 y que se expresa en
flexiones vinculadas a distintas te- pectáculos? No me gusta la dema- sus inicios, en debates públicos
máticas de nuestra sociedad: gogia populista, pero yo pregunto relativos a la mujer y a la familia
- ¿Cuál es el espacio de lo públi- cuántos espacios de contención y que tuvieron consagración en una
co y de lo privado? de respuesta siguen existiendo en importante legislación progresista,
- ¿Qué lugar ocupan los medios nuestra sociedad, excluyente, frag- y en la incorporación a nuestro
en nuestra sociedad? Están reem- mentada y sin esperanzas inmedia- sistema jurídico de convenios inter-
plazando otros espacios sociales? tas y cuántos lugares quedan para nacionales que consagraban prin-
- ¿Cuál es la relación que existe compartir solidaridades gestadoras cipios muy importantes contra la
entre este conflicto familiar y el rol de futuros comunitarios mínima- discriminación de la mujer y el niño,
simbólico y real de la justicia? mente auspiciosos. La secta, la ma- y de protección a los mismos. En
- ¿Qué nos indica la respuesta gia, el reality show, los grandes esta corriente se inscribe la adhe-
social, con sus componentes de par- comunicadores que interpelan a la sión al Convenio de la Haya men-
cialidad, facciosidad y violencia? gente común sobre los temas ‘polí- cionado. La creciente equiparación
- ¿Cómo se representan los roles ticos’ y/o cotidianos, generan iden- de los roles paterno-materno en la
de ‘madre’ y ‘padre’ en el imaginario tidades, en reemplazo de los viejos familia en donde las relaciones je-
social? sujetos colectivos ya inexistentes. rárquicas eran sustituidas por otras
- ¿Por qué moviliza más un con- Estos son los nuevos espacios democráticas, permitía inferir que
flicto privado a favor de la madre público-privados de interlocución. Y en el derecho y en los hechos pare-
‘rubia’, en detrimento de otros con- esta realidad es coherente porque los cía plasmarse un nuevo «buen sen-
flictos socialmente más acuciantes pobres estructurales y los nuevos tido». Cabe preguntarse sin embar-
y/o de relevancia histórica, tales pobres, que aumentan en progresión go, en qué grado este modelo de
como la desocupación creciente, o geométrica, no tienen vida privada, familia democrática logró atravesar
la detención de una pareja de las calles y las moradas donde habi- todas las barreras sociales.
apropiadores del hijo de un matri- tan están a la vista de todos. Mientras las conquistas señala-
monio detenido-desaparecido, El otro aspecto sobre los medios das en el párrafo anterior fueron
quien recién conoce su verdadera de comunicación al que quiero refe- usufructuadas y sirvieron para
identidad a los l7 años? rirme es el del mensaje. nuevos avances teóricos sobre la
¿Cómo se expresa la ideología del redefinición de lo masculino y de lo
Los medios de comunicación y la neoconservadorismo en la Argentina femenino de su complementariedad
opinión “de la calle” en relación a la familia? Al respecto etc. en un sector social, en otro se
Es evidente por otra parte que recuerdo una propaganda gráfica precipita un proceso de desciuda-
también se ha expresado, aunque publicada en los más importantes danización social, de empobreci-
de manera menos evidente, una diarios de EE.UU. a fines de l980, en miento y de pérdida de empleo de la
postura crítica opuesta a la conduc- la que aparecía la imagen de una mano de obra masculina, que con-
ta, argumentos y apelaciones ma- madre joven y su hija vestidas con lleva a la ausencia o a la subesti-
ternas, a la respuesta social aparen- ropas tradicionales, y en la parte mación cuando no al desprecio de
temente mayoritaria, al rol jugado escrita se destacaba la contempo- la figura paterna. En estas circuns-
por los medios y al contenido de sus raneidad de una revolución, la con- tancias el diálogo y la convivencia
mensajes, y a la ingerencia política. servadora, estimulándose la vuelta al democrática no son posibles. Ob-
Aún compartiendo plenamente hogar de la mujer (madre). sérvese que en la encuesta mencio-
esta postura, es conveniente tratar En el Caso Daniela, los medios nada el apoyo a favor de la madre-
de desentrañar algunas de las cau- de comunicación, salvo honrosas 67.3%-, proviene en un alto porcen-
sas que contribuyeron a gestar el excepciones, han tomado parte taje de mujeres y de los sectores
estado de cosas objeto de crítica. acríticamente y de modo activo por más pobres.2
Una de las cuestiones más rele- la postura de la madre. Según las Lo grave es la comprobación de
vantes es, sin duda, la importancia teorías de la comunicación, los un efecto perverso. El fenómeno
de los medios de comunicación, medios son formadores de opinión que analizamos refuerza la legiti-
precisamente por la influencia y el pero también contribuyen a refor- mación de las consecuencias gene-
impacto que ejercen en la sociedad. zar el sentido común predominan- radas por el desempleo y la exclu-
Estos aspectos que hacen a la re- te. En este caso, la naturalización sión social: el padre no es necesa-
cepción del mensaje mediático, hay del rol materno que explícitamente rio, los hijos son de la madre.
Feminaria / V III / 15 • 16

Colofón inexistencia de discriminación racio- consagran posturas unilaterales. Esto


El descreimiento en la justicia se nal de derechos, y nos muestra la último significa el desconocimiento
funda en razones varias de público existencia de realidades y discursos del propio derecho, que generalmen-
conocimiento, cuyo punto de partida de lo jurídico fragmentados: por una te es el producto histórico de una
es sin duda el indulto a las Juntas parte, los que consagran modelos de conquista social.
Militares que cometieron crímenes convivencia familiar democrática, y Notas
de «lesa humanidad», y que sigue con que estimulan la negociación y la 1Considerandos del fallo de la
los casos evidentes de corrupción, racionalidad sobre el litigio y la emo- Corte Sup. de Just. de la Nac. del
arbitrariedad, privación de justicia. tividad; y por otra, la defensa de l4.6.1995.
Sin embargo el Caso Daniela impacta modelos naturalizados, acompaña- 2Enc. Hugo Haime y Asocs., pub.
por lo que significa como pérdida o dos por concepciones litigiosas que Pág. l2, 25.6.95.

tación.2 La sustancia de esta propuesta parece ser que


Etica maternalista: si bien las mujeres no pueden aceptar su tradicional
exilio de lo simbólico, la entrada en él debería ser a
una evaluación feminista* través de modos de habla y pensamiento apropiados
para ellas, es decir, no deberían entrar si el precio de esa
Sabina Lovibond entrada es la adaptación a un medio discursivo ajeno.
Aunque aquí estoy utilizando el idioma de la filosofía
francesa, puede considerarse que la idea de llevar a la
En estos momentos se está dando un verdadero cambio subjetividad femenina dentro del rango de lo simbólico
cultural del que son parte una cantidad de revistas nuevas
(¿o de lo teórico?) también es lo que da forma a gran
para la madre y sus actividades en el hogar, libros que ayudan
a profesionales a ajustarse a la actividad como madres perma- parte de la segunda ola de escritura feminista en inglés.
nentes y una re-evaluación de los valores de la década del En particular, parece motivar la búsqueda de una
ochenta. teoría ética formada por los valores de la maternidad, o
…Barbara Defoe Whitehead en el Instituto de Valores Esta- de un modo más abstracto, del «cuidado».*** Una figura
dounidenses llama a todo esto un “nuevo familismo” y lo ve como
“un cambio que nos aleja de la valoración de los derechos dominante del trasfondo de esta discusión es la psicó-
individuales y nos acerca al reconocimiento de la responsabili- loga Carol Gilligan, que ha intervenido con un efecto
dad individual”... Darcie Sanders, coautora con Martha Bullen espectacular en la teoría del desarrollo cognitivo moral
de Staying Home: From Full-Time Professional to Full-Time asociada con Jean Piaget y Lawrence Kohlberg. Con un
Parent (Quedarse en casa: de la dedicación de tiempo completo
trabajo que está dentro de este paradigma de investiga-
a la profesión a la dedicación de tiempo completo al hogar y los
hijos), considera que su libro es el “primero de los manuales de ción —y sin embargo, también en contra de él—,
supervivencia feministas para las madres que se quedan en Gilligan ha pedido con urgencia una reevaluación del
casa”, conocido también como “las que fijan el nuevo rumbo” (a estilo de pensamiento moral que ese paradigma ha
los padres no se los menciona). identificado empíricamente como femenino, a saber:
Markie Robson-Scott.
una costumbre de atención al caso particular en lugar
The Guardian, 31 de agosto de 1993
de una confianza legalista en el principio abstracto. En
lugar de lo que hacían sus predecesoras, que implícita

L
a creación del contexto propicio para un au-
o explícitamente estaban de acuerdo con la tradición
mento del interés por la maternidad dentro de
filosófica dominante que trataba el enfoque dominante
la teoría feminista tiene que ver con el recono-
de razonamiento moral —de facto masculino— como
cimiento de las desventajas de un “feminismo
expresión de la madurez y la integridad, Gilligan repre-
de igualdad” sin crítica alguna. Por ejemplo, ya en la
sentó la sensibilidad frente a los detalles moralmente
década del 70, Julia Kristeva llamaba la atención sobre
significativos como una fuerza cognitiva generalmente
«la negación del rechazo de la maternidad en algunos
menospreciada por los exponentes de la tendendia
grupos de vanguardia», y rechazaba «a los activistas
general del paradigma (es decir, la tendencia
progresistas que se niegan a mirar de cerca» al sujeto.1
prefeminista).3
El impulso de hablar sobre la maternidad, opuesto al de
Dos de las escritoras que exploraron el territorio
dejar el tema en el dominio de lo que no se verbaliza (se
filosófico abierto por Gilligan serán aquí mis objetos
vive), recuerda la propuesta de algunas feministas
principales de atención: Nel Noddings y Sara Ruddick.4
radicales francesas cuando afirmaban que las mujeres
Las dos tratan de extraer algunas visiones éticas de primer
deben buscar la generación de un «simbólico femenino»
orden e interés o validez universal a partir de la reflexión
y que deberíamos desafiar la tradición constituida en el
sobre actividades que la filosofía moral ha dejado de lado
racionalismo occidental que iguala lo femenino a lo
porque se concentran en manos femeninas, a pesar de que
indeterminado, con lo cual está evadiendo la represen-
son actividades centrales para la «economía» humana (en
un sentido amplio de la palabra).
*Apareció en The South Atlantic Quarterly. Número especial: Como las «feministas francesas de la diferencia»,
“Materialist Feminism”, compiladoras: Toril Moi y Janice Radway. Noddings y Ruddick no se dejan intimidar por las
93, 4, Fall, 1994. Copyright, 1994, por Duke University Press.
** Sabina Lovibond es una Fellow de Worcester College, Oxford,
donde enseña filosofía. Es autora de Realism and Imagination in ***La palabra care en inglés tiene por lo menos dos sentidos,
Ethics (1983) y coeditora de Ethics: A Feminist Reader (1992), con el de cuidado o preocupación por alguien y de afecto. Aquí la
Elizabeth Frazer y Jennifer Hornsby. reemplazaremos por derivados del verbo cuidar.
Feminaria / VIII / 15 • 17

objeciones familiares contra el «esencialismo», es decir, claves: receptividad, pragmatismo y no violencia.


la idea de que cada sexo biológico tiene ciertas caracte- Para entender el término «receptividad», necesita-
rísticas psicológicas o sociales que le pertenecen esen- mos conocer algo del aparato conceptual del
cialmente. Aunque le dan algo de crédito a esta idea,5 maternalismo. Para Noddigns (que utiliza un idioma
también insisten en que la actividad que les interesa, vagamente existencialista), «mi obligación primera y
identificada como «maternidad» o «cuidado», puede permanente es encontrarme con el otro como persona-
estar en manos de los dos sexos6 (y por lo tanto, los dos que-cuida» y la clave para eso es «aprehender la reali-
sexos pueden también aprobar los valores que se dad del otro, sintiendo lo que siente de la forma más
adjudican a dicha actividad); por lo tanto, es plausible cercana posible». El «cuidado», dice, es sobre todo
decir, por lo menos prima facie, que cualquier autori- «reactivo, una respuesta», o tal vez mejor aún, «recep-
dad que tales valores puedan reservar para las mujeres tivo».7 Aunque lo que nos comunican de este modo
como tales dentro del discurso del «cuidado» se debe a puede dejar lugar para reflexiones subsiguientes, la
la división sexual del trabajo que ha existido histórica- receptividad en sí misma no es un modo de cognición
mente. Y sea cual sea nuestra visión del éxito actual que sino de «monopolización afectiva». Sin embargo, no
estas autoras hayan tenido en su intento por evitar los debería pensarse en ella simplemente como un estado
abismos del «esencialismo», me parece que es lógico emocional, ya que eso puede sugerir algo
decir que su enfoque deja la cuestión de las esencias inapropiadamente subjetivo o autoindulgente. En lu-
sexuales en suspenso, sin decisión final. Porque inclu- gar de pensarlo así, digamos que cuando «recibimos» el
so una persona absolutamente convencida de lo cierto objeto en sentido relevante, nos «ponemos tranquila-
del «antiesencialismo», puede creer que es estratégica- mente dentro de su presencia»; el otro, en una frase del
mente deseable en ciertos contextos asumir activamen- teólogo Martin Buber, «llena el firmamento», y las
te la identidad genérica que nos han asignado «cultu- energías de la persona que cuida se colocan a su
ralmente», es decir, mediante procesos que considera- servicio.8 El modelo al que apela Noddigns aquí es la
mos posibles de cambio. Una vez que logramos cierta atención receptiva de las madres a sus niños, pero
medida de conciencia reflexiva sobre el sistema genéri- también sostiene que la experiencia que posee todo ser
co, podemos elegir adoptar o evitar las formas «femeni- humano de este tipo de encuentro —que es algo que
nas» de comportamiento, comportarnos o no «como una todos experimentan, cuando no como madres, por lo
mujer» por nuestras propias razones, razones reflexi- menos como niños o niñas— constituye la base de la
vas. Por lo tanto, el problema de una persona que lea ética. A partir del «hecho y la memoria de la ternura» o
críticamente la literatura del «cuidado» será determinar cuidado natural, construimos un ideal que es «ético» en
hasta qué punto es deseable que las mujeres se iden- el sentido kantiano del término, uno que le habla a la
tifiquen activamente con los valores del «cuidado» o con voluntad: el ideal de mantener la actitud ética, dejando
su estructura de carácter, y ése es el problema principal de lado cualquier tipo de base poco confiable de la
al que quiero dirigirme. respuesta natural en la que se origina. Pero, a diferen-
Para esta discusión, voy a poner en la misma bolsa cia del de Kant, este ideal ético «depende de y no es
la idea de «ética maternal» y la de «ética del cuidado». Es superior a» sus orígenes naturales.9
evidente, que el concepto de cuidado es, hablando En el pensamiento de Ruddick, la idea de
estrictamente, más amplio que el de «maternidad». Los receptividad no ocupa una posición tan central como
chicos (varones y mujeres) no son la única clase de en el de Nodding, sin duda sobre todo porque Ruddick
persona que necesita cuidados; también están los pone la mayor parte de su énfasis en la maternidad
individuos enfermos, los discapacitados, los ancianos, como actividad y no en el cuidado como actitud. Sin
los enfermos mentales, los cansados, los descorazona- embargo, ella profundiza hasta cierto punto la capaci-
dos, etc. Sin embargo, parece innegable que si la dad de «amor atento» o «atención amorosa» que, según
maternidad y sus valores constitutivos son un tema dice, «es la trama del tejido del pensamiento maternal»,
apropiado para la investigación feminista, también lo aunque el campo de operación de este amor se extiende
será la noción más general de «cuidado», ya que se mucho más allá de la relación madre-hijo o madre-hija.
supone que los «instintos maternales» de la mujer son A diferencia de la «receptividad» de Noddings, el «amor
los que nos hacen dadoras naturales de cuidado tam- atento» de Ruddick es una noción epistemiológica, y
bién con respecto a los grupos que no son hijos. Para también es una noción ética. Ese tipo de amor es una
dedicarnos ahora a la sustancia de la posición actitud contemplativa que «tiene como meta la veraci-
maternalista y al riesgo inevitable de la simplificación dad pero hace que la verdad sirva con amor a la persona
exagerada, quiero discutir lo que yo considero distinti- conocida». Siempre y cuando alcancemos esto, nos
vo de esta posición en términos de tres conceptos identificamos empáticamente con los estados mentales

Materialist Feminism: Toril Moi y Janice Radway, comps.:


Jennifer Wicke: Celebrity Material: Materialist Feminism and the Culture of Celebrity; Sabina Lovibond: Maternalist Ethics:
A Feminist Assessment; Sarah Beckwith: Passionate Regulation: Enclosure, Ascesis, and the Feminist Imaginary; Sandrine
García: Project for a Symbolic Revolution: The Rise and Fall of the Women's Movement in France; Janice Radway: On the
Gender of the Middlebrow Consumer and the Threat of the Culturally Fraudulent Female; Faith L. Smith: Coming Home to the
Real Thing: Gender and Intellectual Life in the Anglophone Caribbean; Toril Moi: Psychoanalysis, Feminism, and Politics: A
Conversation with Juliet Mitchell
South Atlantic Quarterly • Box 90660 • Duke University • Durham, NC 27708-0660 (U.S.A.)
Feminaria / V III / 15 • 18

de la otra persona, pero sin reducirla a una proyección en lo posible, sin que nadie reciba heridas. Por lo tanto,
de nuestra propia subjetividad. Aquí también, se exige «las madres tienen que hacer algo... El alivio llega cuando
una especie de disciplina: una persona «deja que la un día o una fase dificultosa queda atrás. El problema es
diferencia emerja sin buscar puntos en común que la qué consideramos éxito y qué no».15 Aunque «el pensa-
reconforten, reside en la otro persona», aunque Ruddick miento abstracto suele ser útil para las madres, tiene
hace una advertencia contra la perversión característi- algún valor en cualquier pensamiento disciplinado y es
ca de las madres de «hacer la corte a la autonegación central para la escritura científica, matemática y filosó-
por sí misma».10 fica», a Ruddick le parece una «hipótesis de trabajo
Ruddick cita, aprueba e incorpora en su explicación plausible afirmar que las mentes infantiles necesitan un
de la atención maternal la concepción de realidad de estilo cognitivo reflexivo, de final abierto, en quienes
Iris Murdock, según la cual la realidad es «aquello que tratan de entenderlos» y defiende ese estilo contra la
se revela al ojo paciente del amor».11 Como Noddings, tendencia a «manejar... relaciones que se dicen «perso-
afirma la significación ética de las relaciones particula- nales» de una forma abstracta, es decir la tendencia a
res, muy íntimas, en las que una de las partes se pone dejar que se imponga una «justicia» dominada por las
a tono con la otra, y la «recibe». Si recordamos una reglas y no el cuidado mismo y los sentimientos de
comparación que tratan tanto Ruddick como Noddings comprensión».16 Aquí vemos el deseo obvio y encomiable
entre la receptividada ética y el tipo de receptividad de defender a las mujeres que son madres de la tiranía
involucrada en el trabajo artístico o intelectual, tal vez de los «expertos» y de los sentimientos de culpa que
podamos decir que esa «recepción» es como la compe- provoca la grieta inevitable entre los libros de texto y la
tencia esotérica de un/a artista (o connoisseur) en realidad (también, tal vez, defenderlas de la desaproba-
relación con el medio que ha elegido.12 De todos modos, ción de los observadores externos de mente racionalista
parece claro que las personas que podemos «recibir» que quizá ven al comportamiento maternal como algo
más completamente serán aquellas que nos hemos arbitrario y sin principios).
especializado en atender, y que nuestra recepción de La insistencia de Nodding en el rol limitado de las
relaciones más distantes o de los desconocidos será por reglas de una ética del cuidado es más «filosófica», pero
lo tanto, amateur. En ese sentido, nuestros recursos sigue ligada a la idea de que la actividad del cuidado es
como dadoras de cuidado pueden contrastarse con un asunto de supervivencia moral o de manejo de
aquellas del científico natural o el estudioso cuando el casos. Para ella, la invocación de una regla siempre
estudio es «científico»: cualquiera puede repetir un despierta la sospecha de mala fe —de una negativa a
experimento o controlar una referencia, pero «recibir» a responder directamente a la otra persona como exige el
otra persona o tratar con sensibilidad un choque ideal de las demandas de cuidado—. Esa negativa suele
particular de voluntades exige —idealmente por lo estar determinada por una necesidad cobarde, no
menos— un conocimiento interno y, hasta ese punto, valiosa, de estar siempre del lado de la razón; y peor
depende de un proceso anterior de iniciación.13 aún, si la regla que se postula responde a la necesidad,
El próximo término que quiero discutir aquí es es probable que le de a la persona que la invoca una
«pragmatismo». El término puede tener connotaciones sensación subjetiva de rectitud que en realidad está
que se prestan a error dentro de mis propósitos ya que fuera de lugar. De esa forma, pueden surgir errores
pueden sugerir algo de segundo orden, como una teoría morales de omisión o por actos cometidos.17
sobre la naturaleza de la verdad o la validez. En No es sorprendente que Noddings tenga una visión
realidad, Ruddick usa el término «practicalismo» para contraria a los «experimentos de pensamiento» relacio-
la suposición de que los estándares de racionalidad son nados con la ética en los cuales se nos invita a clarificar
inmanentes a la actividad colectiva humana (suposi- nuestros compromisos teóricos inspeccionando nues-
ción compartida por pensadores del siglo XX tan tras intuiciones sobre casos hipotéticos de naturaleza
disímiles en otros aspectos como Wittgenstein y agónica y muy extrema, por ejemplo, cuando tenemos
Habermas, como ella misma señala); su proyecto es que decidir cómo enfrentaríamos un ultimatum de un
basarse en esa suposición para explicar la racionalidad tirano en el que se nos dice que a menos que matemos
específica que gobierna la actividad de la maternidad. a una persona, él matará a diez.18 La base de su
Pero el pragmatismo que yo tengo en mente es, supues- hostilidad es, según creo, una sospecha (otra vez,
tamente, una característica de primer orden de la razonable) de que esos ejercicios basados en «pensar lo
actividad maternal; pragmatismo como forma distinti- impensable» son solamente académicos, y por lo tanto,
va de manejar las situaciones de la vida real, como frívolos. Noddings no se niega a tomar una posición
opuesto a teoricismo, o sea a la tendencia a manejar los frente a esos dilemas, siempre que se haga con toda
problemas prácticos recurriendo a un cuerpo teórico seriedad. Para ella, las exigencias del ideal ético del
que se posee previamente. cuidado dictan que debemos estar dispuestos/as a
Para Ruddick, la práctica maternal «empieza con una morir antes que consentir en matar a alguien para
respuesta a la realidad de un hijo biológico en un mundo salvar a cualquier número de personas: «Al fin y al cabo,
social particular» y está constituida por «tres demandas: hay cosas peores que la muerte».19 En esto, Noddings se
la demanda de preservación, crecimiento y aceptabilidad parece bastante al moralista tradicional: considera
social».14 Para cumplir con esas tres demandas, las ciertos actos como moralmente imposibles siempre,
madres proceden buscando no la forma correcta de sean cuales fueren las consecuencias que pudieran
actuar en una situación dada sino la adecuada o sufi- derivarse del hecho de no realizarlos.20 Pero llega a esa
cientemente buena, es decir una forma de salir de cada posición en una forma bastante poco convencional: no,
situación en particular y sacar a otras personas de ella, como ya dijimos, invocando principios morales absolu-
Feminaria / VIII / 15 • 19

tos (por ejemplo, «No matarás») sino afirmando la prio- mos. «El alivio llega cuando ha pasado una fase o día
ridad del ideal del cuidado (el mantenimiento de una difícil», se dice; pero no todas las formas de sobrevivir a
actitud protectora, no violenta, hacia las demás perso- una crisis son igualmente admirables: «Si un hijo queda
nas) por encima de cualquier otro ideal que pudiera dañado, es decir se lo controla violentamente, se com-
entrar en conflicto con él (en este caso, el ideal de prometen los fines de la preservación y el crecimiento».
asegurar la continuación del número máximo de «vidas Pero evitar los métodos violentos no es algo simplemente
valiosas»). Lo que Noddings está dispuesta a identificar instrumental para el bien futuro de la adultez: define
como absolutamente prohibido no son tipos de actos una «no violencia de la vida cotidiana que es en sí misma
sino actos hipotéticos particulares. una meta a la cual deben adaptarse metas de mayor
Finalmente, deberíamos notar la forma en la que la alcance», y es por esa razón que la disciplina de la
ética maternalista media el pensamiento familiar de maternidad puede generar una «política de la paz».25
que las mujeres son líderes naturales en actividades La afinidad entre el ideal de cuidado de Noddings y el
que tienen que ver con la moral conservacionista, la de la no violencia en un sentido literal casi no necesita
resistencia al militarismo y el pacifismo activista. Esta explicación. Sin embargo, como hice notar un poco más
visión aparece en La fenomenología del espíritu de arriba, ella se niega a elevar preceptos como «No mata-
Hegel, donde se afirma que las mujeres, como están rás» al nivel de reglas absolutas (o mejor dicho, reglas
excluidas del mundo público de la ciudadanía y el cuya calidad de absolutas está limitada por listas de
aprendizaje, nunca se identifican de corazón (como los excepciones específicas) y esa negativa pone a la vista a
varones) con los intereses de la comunidad. Por lo tanto, otra no violencia más metafórica, que está relacionada
cuando la comunidad trata de sacarles a sus hijos o sus conceptualmente con los ideales de «receptividad» y
esposos para servirse de ellos, «(la comunidad) se crea «pragmatismo». Como nos dice Noddings en el comienzo,
en lo que suprime y que, sin embargo, es al mismo «Cuando miramos con los ojos bien claros el mundo de
tiempo esencial para ella, un enemigo interno: la clase hoy, vemos que está quebrado por peleas, matanzas,
de las mujeres en general».21 vandalismo y dolores síquicos de toda clase. Una de las
Se puede considerar que el feminismo radical del características más tristes de esa imagen de violencia es
siglo XX reiteró la visión de Hegel en cuanto a que las que ciertas cosas se hacen siempre en nombre de los
mujeres constituían una reserva permanente para el principios... Yo sugiero que ese enfoque a través de la ley
ejército de subversivos frente a los ejércitos oficiales de y el principio no es el enfoque de la madre».26 Parecería,
las naciones estados, aunque por supuesto la reitera- entonces, que el intento de dar importancia a los princi-
ción partía desde otro punto de vista en cuanto a la pios abstractos en el manejo de las características
evaluación de esa actitud. En 1938, Virginia Woolf concretas de la existencia es en sí mismo un agente de
expresó esa idea definitivamente para el feminismo: violencia, ya que uno de los efectos característicos de la
«Como mujer, no tengo país... Mi país es el mundo adhesión a la teoría (moral o política) es el deseo de seguir
entero».22 Y durante la Guerra Fría de principios de la cursos de acción que, sin el beneficio de la teoría, se
década de 1980, el movimiento de paz de las mujeres considerarían repugnantes o imposibles.27 Si éste es
en los países de la OTAN consiguió algunos brillantes realmente un elemento en el pensamiento de Noddings,
triunfos en los medios a través de un uso constante del podemos considerarla parte de una revuelta contra la
simbolismo del cuidado maternal (tal vez la circunstan- unidad conceptual y de una afirmación de la «diferencia»
cia más famosa de este éxito fue la que se dio en el irreductible de las realidades particulares, que se extien-
Greenham Common, en diciembre de 1982).23 de no sólo más allá de la ética del cuidado, sino más allá
Ruddick advierte contra una construcción excesiva- del feminismo mismo (volveré a este punto más tarde).
mente empírica de la idea del pacifismo de la mujer, que Vale la pena hacer notar que la posición antiteórica
según dice es «por lo menos tan mítica como la violencia hace que la «ética del cuidado», por lo menos cuando se
de los hombres». Históricamente, las mujeres han lleva al límite (como hace Noddings), sea hostil a mucho
apoyado muchas veces al militarismo. Sin embargo, es de lo que se ha emprendido históricamente en el nombre
cierto que «el trabajo de cuidado de todas las mujeres de los valores del cuidado, la justicia social entre otros. Por
está amenazado por la violencia» y que «cuando el ejemplo, una persona comprometida con el ideal del
pensamiento maternal acepta la perspectiva crítica de cuidado «nunca afirma que pone el principio por encima
un punto de vista feminista, se revela la contradicción de las personas» y por lo tanto se negará a realizar actos
entre la maternidad y la guerra». Es en ese sentido que de agresión contra cualquiera frente a quien esté en
«aunque las madres no son intrínsicamente pacíficas, relación de cuidado (por ejemplo, un miembro de su
la práctica maternal es un «recurso natural» para la familia) aunque esté segura de que esa persona está
política de la paz» ya que con toda lógica, puede equivocada en una cuestión de principios (por ejemplo, los
esperarse que esa práctica se exprese en una concien- derechos de las minorías). La única excepción, o aparente
cia política que sea al mismo tiempo disidente y excepción, a esta postura ocurre en casos en que una
conservacionista».24 relación específica de cuidado (por ejemplo, con un indi-
La no violencia en el «pensamiento maternal» de viduo negro amenazado por la violencia racista) haga un
Ruddick cumple el rol de una especie de coacción de la reclamo que esté en conflicto con el reclamo de algún
mirada de otras personas sobre el modo en que las pariente al que la persona que ejerce el cuidado amó
madres tratan a los hijos, pero se trata de una coacción alguna vez (por ejemplo, un racista). Allí, ella «protegerá (a
tan importante que se expande hasta convertirse en un la víctima de racismo) en la forma que requiera el menor
ideal regulador por sí misma. Para empezar, la no daño físico contra las personas que alguna vez recibieron
violencia pone un límite al pragmatismo que ya discuti- cuidado de ella». Sin embargo, esta política no expresa un
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deseo último por colocar el principio por encima de las conservadurismo: se puede acusar al maternalismo de
personas sino un reconocimiento de que «la atención (de ponerse involuntariamente en manos de los que, desde
ella) debe ir primero hacia las personas que están amena- el comienzo del período Reagan-Thatcher, han trabaja-
zadas», lo cual es un requerimiento totalmente interno de do —con fines abiertamente antifeministas— en el
la ética del cuidado.28 intento de realinear los conceptos de mujer y madre,
Para pasar de la exposición a la crítica, la primera conceptos que el movimiento de las mujeres ha tenido
pregunta que probablemente se le ocurriría a una lectora algún éxito en separar desde1968, sobre todo en rela-
feminista de la literatura del «cuidado» es si esa literatura ción con las campañas a favor de la legalización del
tiene éxito en su intento por evitar una posición directa- aborto. Para las feministas de los Estados Unidos, este
mente conservadora en cuanto a la política sexual. ¿Pode- «resurgimiento de la maternidad», que es un movimien-
mos sacudirnos la «culpa (es decir, la culpa por la depen- to de derecha, ha sido mucho más que sólo un tema
dencia y el afecto emocionales) que nos dejó el feminismo cultural de tipo «imágenes de la mujer». En Estados
demasiado existencialista que heredamos», sin aceptar al Unidos se han hecho serios esfuerzos para ilegalizar el
mismo tiempo el destino contra el cual se rebeló el aborto sobre la base de una interpretación particular y
feminismo existencialista, el de un sexo segundo, imper- muy parcial, de la Enmienda número 14 de la Consti-
fectamente racional (y por lo tanto imperfectamente hu- tución.35 Es interesante recordar también que Rosi
mano)?29 La ética del cuidado, ¿puede cumplir con la Braidotti informa que «la posición de Kristeva en cuanto
necesidad, identificada por Toril Moi en sus comentarios a las nuevas tecnologías reproductivas y la posibilidad
introductorios al «Stabat Mater» de Julia Kristeva, de un de que las madres solteras y las lesbianas cumplan la
discurso «posvirginal en cuanto a la maternidad, uno que función de madres ha sido extremadamente conserva-
provea tanto a varones como a mujeres de una nueva dora» y comenta que «el miedo a la declinación de la
ética... que abarque tanto la reproducción como la muer- autoridad paterna, o a la declinación histórica del rol
te»?30 Es decir, ¿puede coexistir ese discurso dentro de del padre, parece haberla llenado de horror».36
una política feminista coherente con la afirmación Creo que el punto de partida que debe tomar la crítica
«existencialista» en cuanto a la libertad sexual y feminista a la postura maternalista es el cuestionamiento
reproductiva, y más en general, con el placer, la cultura y del hecho de que esa postura considere deseable en
un poco de tiempo para una misma?31 ¿O en ese último principio el rol especializado de dadora de cuidados.
sentido, disminuye al feminismo chocando con la visión Claro que como hemos visto, ni Noddings ni Ruddick
tradicional de la función natural de las mujeres, según la consideran oficialmente que el cuidado sea un «rol de
cual «todo lo que tiene que ver con la mujer está sexualizado, mujer» en sentido normativo: por el contrario, quieren
excepto su propia sexualidad»?32 Después de todo, en la que los varones lo compartan. Noddings afirma que su
práctica, es considerablemente difícil decir algo en cele- esperanza es la de una distribución más pareja de la vida
bración de la maternidad sin dar la impresión de que se pública y privada entre los sexos.37 Sin embargo, yo creo
acepta la reinmersión en el mundo de la femineidad que la única forma de leer Caring o Maternal Thinking es
«normal». El «otro» texto de Kristeva en «Stabat Mater», el como una celebración de la vida vivida por la mujer
que examina la experiencia del cuerpo maternal, es un casada, burguesa y occidental del siglo XX.38
esfuerzo inteligente en esa dirección —se podía decir que Y eso me lleva a mi principal razón de descontento
cualquier expresión en primera persona de un cuerpo con respecto a estos dos libros: su falta de rabia contra
específicamente femenino tiene algún valor como fuente el hecho de que todas las mujeres tengan que tolerar la
de fractura simbólica— pero este tipo de afirmación identidad de “mujer” o “madre” tal como se constituye
también podría recuperarse con facilidad como evidencia en la sociedad de la cual emergen las autoras.
de un naturalismo conservador («Mira, ahora que las No es que yo quiera negar la significación ética que
mujeres están educadas y encontraron su propia voz, lo reclama Noddings para la «repetición de sentimientos y
que nos dicen es justo lo que siempre supimos sobre hechos de la vida cotidiana» —«las comidas y los platos;
ellas...» Noches de vigilia, de sueño salteado, la dulzura del la limpieza y el lavado; el cultivo y el corte; la fabrica-
hijo, el mercurio tibio en mis manos, afecto, juegos, el ción, el uso y la fabricación de nuevo; la salida y la
cuerpo sin defensa, el de él o el mío, protegido, bajo un vuelta al hogar».39 Ciertamente, no desprecio las vidas
refugio»33). pasadas de esa forma, como sentía Thomas Gray en el
Es característica familiar del paisaje del género que las patio de su iglesia. Pero para entrar en algo que se
mujeres se enorgullecen y sienten placer cuando se trata parezca aunque fuera un poco a un tono afirmativo,

e
de su función como madres y discuten en contra de la creo que tengo que adoptar una actitud altamente
devaluación que hacen los hombres de esta función, pero especulativa: conjurar una visión de la ronda diaria que
eso, en sí mismo, no amenaza a la estructura del continúa en cientos de generaciones o enfocar
poder sexual tradicional: es decir, lo establecido el hecho mismo de su existencia en contraste
que nos da, por un lado, una clase gobernante con la posibilidad de su aniquilación. Este tono
emocionalmente alienada y, por el otro, una tiene una fuerte carga emocional pero ninguna
subclase socialmente serena y sin embargo, capaz implicación práctica más allá de un compromi-
de apoyarse y de felicitarse mutuamente. Si el so con la supervivencia de lo natural y, en
maternalismo no piensa desestabilizar esta es- particular, con el mundo humano. En sí mis-
tructura, entonces ejemplifica lo que quería decir mo, no me lleva a suponer que haya algo,
Nietzche con «moral del esclavo», una moral que cualquier cosa, que alguien deba hacer
convierte las limitaciones en virtudes.34 específicamente porque es mujer. Y, sobre todo,
Pero hay algo peor que la acusación de no hace nada para reconciliarme con la idea de
Feminaria / VIII / 15 • 21

que son las mujeres más que los varones las que deben la base de la suposición de que la mayor parte del
cortar sandwiches, limpiar baños, interrumpir sus trabajo de cuidado se hará en privado y no por dinero
carreras o ser cabezas de lanzas en «un cambio que pase tiene consecuencias graves: la persona que está cum-
de la afirmación de los derechos individuales al recono- pliendo con el rol especializado de cuidado sufre todas
cimiento de la responsabilidad individual». Cuando dije las posibilidades de explotación que derivan de él.41
que las feministas deberían cuestionarse si es deseable Pero incluso en el caso en que una casa contenga más
la especialización en el rol de dadoras de cuidado, lo que de una persona que puede llevar a cabo el trabajo de
quise decir fue que deberíamos cuestionarnos si es cuidado, y por lo tanto, donde es posible una «negocia-
deseable dentro de la esfera privada (la familia), enten- ción» dentro de la casa en cuanto a los términos y
dida como opuesta a la esfera pública (el mercado de condiciones del trabajo, la visión dominante del cuida-
trabajo). 40 Porque a menos que nos limitemos do como función especializada (porque es específica del
doctrinariamente a un pensamiento moral convencio- género) da como resultado una situación en la que la
nalmente “femenino” (es decir, no jurídico), no hay que persona que realmente provee cuidados tiende a estar
buscar demasiado para encontrar la base racional para simbólicamente absorbida en su rol de cuidado (como
ese cuestionamiento. Está en el hecho de que dentro de sucede cuando los/las periodistas dicen «madre» y no
la familia, la existencia de ese rol de dadora de cuidados «mujer»). Y cuando pasa esto, la persona en cuestión
prepara la escena para una ruptura crónica de la pierde acceso a cualquier posición subjetiva abstracta,
justicia distributiva, es decir, la justicia en la distribu- cualquier posición independiente del rol, desde la cual
ción de los beneficios y cargas de la vida social. Dedicar pueda negociar los términos y condiciones sobre lo que
las mejores energías al cuidado de otros que no pueden, quiere realmente asumir como rol. (Deberíamos notar
o no pueden del todo devolver ese cuidado es correr el también, en un tono más materialista, que el postulado
riesgo constante de sufrir explotación (en el sentido — del destino maternal o «cuidado» de las mujeres puede
no técnico pero perfectamente viable— de poner más en hacer que la mujer individual —si tiene un trabajo
la empresa común de lo que una saca de ella), riesgo que pago— haya terminado aceptando un trabajo de menor
se evita sólo si los esfuerzos puestos en la actividad de paga que el marido o compañero masculino, con lo cual
cuidado reciben un reconocimiento adecuado de parte es económicamente incapaz de salir de la casa.42)
de alguien distinto de la persona a la que se cuida, es Al llamar la atención hacia esta situación como
decir, de una forma socialmente mediada. fuente de injusticia en la distribución (injusticia en la
Ahora bien, en los casos en que se asume el rol distribución de los beneficios y cargas de la intimidad
especializado de cuidado dentro de la esfuera pública con otras personas), no quiero suprimir la verdad indu-
de empleo (es decir, lo asumen especialistas o conoce- dable de que hay más en la vida que relaciones contrac-
dores de las técnicas de la medicina, la enfermería, la tuales ni negar la obligación moral categórica que tienen
educación, la cocina, la limpieza y en algunos sentidos, los adultos con respecto a los jóvenes: no hay duda de
también la prostitución), la persona que tiene el rol que son los adultos los que deben ayudar a los jóvenes
retiene una identidad social distinta de la que le da el rol a salir adelante. Podemos tomar esta obligación como
en sí mismo y por lo tanto deja abierta la cuestión de qué emblemática de todas las obligaciones que la gente que
recompensa puede esperar legítimamente. Esa cues- está en posición de ayudar a otras personas tiene con la
tión puede arreglarse a través de mecanismos de mer- gente necesitada, en toda sociedad en funcionamiento.43
cado, planificación económica centralizada o alguna El punto, más bien, es que dentro de un orden social en
combinación de los dos, pero de todos modos, debe el que el cuidado está construido como función especia-
determinarse dialógica o interactivamente; en otras lizada no sólo en la esfera pública sino también en la
palabras, es una cuestión que se negocia. El resultado privada, las demandas de solidaridad humana no hacen
favorable o no de esa negociación para cualquier grupo a todo el mundo con la misma exigencia. Y si esa
ocupacional particular de dadores de cuidado depende, desigualdad existe, entonces el derecho a esperar solida-
obviamente, de la posición del grupo con respecto a las ridad y apoyo humanos (visto como derecho social o
estructuras de poder que prevalecen en el momento en «positivo» ahora y no como derecho moral) no estará
que se da la negociación, pero lo que nos interesa es que distribuido con igualdad, ya que el rol de dadores de
en teoría existe la posibilidad de que se realice cualquier cuidados tendrá su significado por contraste con el de
función de cuidado especializada y ardua en la esfera receptores de cuidados.44 Esto está relacionado con la
pública sin prejuicio para el reconocimiento social y la idea familiar de que un elemento en la subordinación
protección a los que la llevan a cabo. Es decir: no hay femenina es la construcción de las mujeres como sexo
ninguna razón a priori por la que las personas dedica- «agradable», es decir, se le da a la mujer más que la parte
das a la enfermería, por ejemplo, deban ser pobres; al justa de la carga social de los estándares morales de
contrario, su pobreza es una expresión de las «relacio- apoyo y por lo tanto, se acepta que los hombres tengan
nes de producción» existentes. una medida mayor de irresponsabilidad al respecto.
Pero el caso del rol de cuidado especializado en la Cualquiera que esté persuadido/a de que en princi-
esfera privada es diferente. En primer lugar, a veces la pio no es deseable un rol especializado de cuidado
cuestión de la negociación no surge en absoluto porque dentro de la esfera privada, no va a impresionarse con
una casa de familia consiste solamente en una persona la afirmación de que, en el futuro por supuesto, ese rol
dadora de cuidados y receptora de cuidados (por ejem- podría estar en manos de los varones tanto como en las
plo, cuando un individuo, generalmente una mujer, de las mujeres... El argumento por el que se puede
cuida a los chicos o a los viejos enfermos a su cargo). descartar ese rol es que somete a los individuos que lo
Aquí el hecho de que, como sociedad, procedemos sobre llevan a cabo a una distribución injusta de beneficios y
Feminaria / V III / 15 • 22

cargas, y si eso es correcto, no estaría bien que el ignorar la protesta de Kristeva contra el rechazo de las
feminismo deseara ese rol para nadie, ni siquiera para tendencias «maternales». Semejante rechazo no sólo
nuestros antiguos opresores; eso sería caer en la polí- sería (como se señala frecuentemente) ser cómplice del
tica del resentimiento. La supervivencia de ese rol status quo socieconómico (es decir individualismo
dentro de nuestro mundo social indica una falla con competitivo, el varón jefe de la casa como sujeto cívico
respecto a la diferencia sexual. No se ha logrado comple- paradigmático, etc.) sino que también sería estar del
tar la transición de las suposiciones del funcionalismo otro lado de las tendencias más interesantes en la teoría
aristotélico (suposiciones bajo las cuales tiene sentido ética principal reciente. Por lo tanto, me parece que es
preguntarse para qué son las mujeres) a las típicas de justo llamar la atención a algunas señales de conver-
la modernidad (bajo las cuales es inaceptable que la gencia entre la filosofía tradiconal y el tipo de conciencia
existencia de cualquier ser humano se vea como un moral que tradicionalmente se considera «femenina».
medio para llenar propósitos que no son los propios).45 En primera lugar, los últimos veinte años más o
Yo creo, por lo tanto, que sería mujer (no sólo mejor menos han sido testigos de una renovación del interés
«desde una perspectiva feminista», sino mejor, simple- en las posibilidades de la ética «de la intuición». Ya que
mente) trabajar para completar el «proyecto de moder- intuición (del latín intueri, «mirar, observar») es una
nidad» que tratar de enrolar a los varones en el rol forma de adquirir conocimiento no por infererncia sino
premoderno de «mujer». directamente, «mirando y viendo», 46 la noción
No hay duda de que quiero agregar, sin embargo, epistemológica central dentro de esa teoría sería la de la
que desde el punto de vista de la estrategia feminista (es sensibilidad al hecho moral particular, por ejemplo, el
decir, la de la promoción de los intereses y las necesida- hecho de que hacer cierto comentario sería síntoma de
des de las mujeres), ese último programa (la construc- insensibilidad o de presunción, o de que actuar de
ción de una categoría de «madre» o «persona que cuida», cierta forma sería sacrificar la amistad a la ambición
neutral en cuanto al género) comparte la debilidad personal. Sin embargo, para que se acepte esta noción,
típica de todas las contribuciones meramente éticas a la la filosofía que la propone debe decir algo que desarme
política radical. Porque mientras los textos la objeción de que la misma idea de «hecho
maternalistas dejan a las personas que los leen moral» es incoherente, objeción que haría cual-
con una sensación mejor (no peor) sobre el rol quiera que estuviera bajo la tendencia de la
especializado de cuidar en la esfera privada, lo visión empiricista de los hechos como neutra-
que hacen en realidad es aprobar la confianza les desde el punto de vista de la evaluación (por
de las sociedades existentes de que habrá definición).47 Para eso, el nuevo intuicionsimo
gente que esté dispuesta a recibir la carga de vuelve a introducir ciertos temas de la filosofía
ese rol (es decir, confianza en la disponibilidad de moral de Aristóteles (que por lo tanto, se mueve
la actividad maternal tradicional). Y con esa es- a un rol positivo en este punto, en contraste con
tructura intacta, no hay necesidad de que los indivi- el negativo que tenía como representante de la
duos/grupos conservadores tengan miedo de la suge- mentalidad «premoderna» unos párrafos más
rencia académica de que el contenido puede variar (en arriba). Primero, está la idea de la iniciación del indivi-
términos de masculino versus femenino) o de que los duo en un grupo particular de formas sociales
varones también puede ejercer la actividad maternal; preexistentes, proceso que se ve como productor de
porque ese tipo de cambio no ocurrirá en escala signi- cierto rango de sensibilidades que dictan respuestas
ficativa sin un asalto a la estructura, es decir, a los emocionales y prácticas apropiadas para situaciones
arreglos sociales que presuponen que el trabajo de particulares.48 Segundo, y para seguir sobre esta bases
cuidar no estará combinado con un compromiso com- presunta de sensibilidades evaluativas especializadas,
pleto en la esfera pública. A menos que se acepte está la idea de fronesis, o «sabiduría práctica». Se trata
generalmente que la función de cuidar puede combi- de una capacidad para hacer juicios correctos, muchas
narse de esa forma apropiadamente (y en realidad, eso veces sin apoyo de ninguna teoría explícita en cuanto a
sucederá efectivamente), la sugerencia de que un hom- qué consideraciones de valor tienen una fuerza práctica
bre puede ser «madre» sólo significará la idea de que un mayor en una situación deliberativa: por ejemplo, si
varón puede vivir la vida de una mujer: la vida de «las una situación dada es una en la que la veracidad
comidas y los platos; la limpieza y el lavado» o, en breve, importa más que evitar el causar dolor.49
la de la inmanencia y la repetición que tan notoria hizo La importancia de las sensibilidades evaluativas
Simone de Beauvoir. Bueno, es cierto, un varón puede dentro de la ética reciente intuicionista o neoaristotélica
hacerlo; de la misma forma que la gente rica está en sugiere un punto de contacto con el maternalismo en
libertad de vender todo lo que tienen y dárselo a la gente términos de «receptividad». Los intuicionistas piden
pobre (Mateo, 19:16-23), y tal vez hasta consigan algo respeto para la experiencia concreta que provee el
de felicidad personal al hacerlo. Pero notar esa posibi- punto de partida de todo el pensamiento moral. Por lo
lidad no contribuye más a la política sexual progresista tanto, afirman que los conceptos éticos «gruesos», como
que la propuesta de Jesús de que las personas ricas «sin corazón», «generoso» o «no egoísta» —conceptos que
contribuyeran a resolver el problema político de la expresan formas específicas en que algo puede ser
pobreza. bueno o malo, merecer que se lo copie o se lo evite— son
Los comentarios anteriores expresan mi punto de más fundamentales para la racionalidad práctica que
vista sobre la ética maternalista, y voy a seguir reafir- los abstractos o «finos» como «bueno», «correcto» o
mando esa visión al final de este trabajo. Sin embargo, «debería».50 Como agentes morales necesitamos, sobre
al mismo tiempo, no creo que podemos limitarnos a todo, ser capaces de prestar atención, de registrar
Feminaria / VIII / 15 • 23

evaluativamente rasgos significativos del caso particu- Desde ese sector surge una objeción estándar, más o
lar que tenemos frente a nosotros/as, de «recibirlo» en menos anarquista en espíritu, contra cualquier política
su otredad y en su potencial para desafiar nuestra auto- dedicada a lograr una visión total de una realidad social,
absorción. Si hacemos esto con éxito, llegaremos a algo es decir, la idea de que ese tipo de política lleva a la
que merezca el nombre de conocimiento, aunque las promoción que hacen «intelectuales» de estilo propio de
bases de tal juicio no sean comunicables a un/a modos de representación que no tienen ninguna base
extraño/a, alguien que no esté involucrado/a y por lo genuina en la experiencia de aquéllos/as cuya realidad
tanto no posea una relacaión relevante cognitiva-cum- están representando supuestamente. Esta crítica debe
emocional. Y es este conocimiento el que nos dará la identificarse como la marca distintiva del «posmodernis-
base para cualquier juicio práctico abierto (lo que mo» en filosofía, lección que nos han enseñado una larga
involucran «debería» o «debe») que podamos querer lista de teóricos/as radicales contemporáneos desde
hacer; ya que estos últimos juicios forman un creci- Michel Foucault a Paul Feyerabend. También la retomaron
miento secundario que resulta del intento de integrar feministas cuya mayor preocupación es el futuro de la
varias consideraciones éticas «gruesas» en una res- teoría y no la ética como tal, así que las protestas sobre
puesta práctica unificada. la «agresión racionalista» y «la violencia inherente a la
Esta doctrina de «no centralismo»51 o de la primacía disciplina de la filosofía» se pueden encontrar unidas a la
epistémica de lo «grueso» sobre lo «fino» en el juicio afirmación de que esa violencia está simbólicamente
práctico, también está en armonía con el caracter ligada a la masculinidad y que el feminismo, como
pragmático de la ética maternalista. Las dos tendencias movimiento que afirma la diferencia sexual, debe estar
comparten una antipatía hacia las reglas o principios necesariamente comprometido en una lucha contra
morales abstractos, o por lo menos, la idea de que ellos ella.56 Ese argumento hace surgir preguntas sobre la
poseen autoridad sobre una percepción correctamente naturaleza de la racionalidad que son demasiado com-
informada de la importancia relativa de razones prácti- plejas para hacerlas al pasar, pero por el momento baste
cas que estén en competencia. Tanto el no centralismo con notar que la asociación del feminismo con el princi-
como el maternalismo afirman lo que Jonathan Dancy pio de la noviolencia va mucho más abajo que el tema
llamó «la autoridad del caso presente».52 Y es tentador usado ya de las cualidades protectoras y amantes de la
mirar hacia el campo de estudios y sugerir que ambos paz de las mujeres.
reflejan en sus diferentes estilos un solo desarrollo Si se justifica una visión optimista de los desarrollos
histórico que los abarca: la partida de un desagrado antiteóricos recientes en la filosofía, entonces el pensa-
general contra la «teoría» o el principio abstracto en la miento maternalista merecerá crédito por estar a tono
esfera práctica. con los tiempos, ya que sea cual sea el mérito que pueda
Una forma de leer las señales sería decir que la haber en la antiteoría, generalmente pasará a cada una
filosfía contemporánea está concentrada en una bús- de sus manifestaciones locales. Y, de mi parte, no
queda de alternativas del tipo del racionalismo político quiero decir que estos desarrollos carecen de mérito. La
que trata de equiparse antes de tiempo, como Platón filosofía moral da un paso adelante, eso sin duda,
trataba de equipar a sus «guardianes», con una justifi- cuando reconoce la deuda de nuestra visión de los
cación basada en la teoría para su propia respuesta principios prácticos explícitos a una simpatía última y
para cualquier problema práctico.53 El propósito de la tácita con el espíritu de las prácticas que esos principios
teoría o principio aquí es preservar la legitimidad del regulan. Es más, ese reconocimiento emergente de
gobierno en los ojos de los individuos regidos por ese parte de la filosofía tradicional ofrece una fuente de
gobierno (no dejar jamás a la autoridad perdida, sin satisfacción legítima a las feministas ya que demuestra
capacidad para justificar sus actos) y por lo tanto un borramiento de ciertas oposiciones conceptuales
confirmar el reclamo que hacen las personas que están que sabemos que están fuertemente asociadas con el
en el poder para exigir la obediencia de sus súbditos. Se género. En particular, involucra una concesión: mien-
puede decir que tales ejercicios de legitimación están tras que la expresión articulada de nuestras reglas de
cayendo en desuso porque se los siente cada vez más procedimiento permiten realmente que trascendamos
inapropiados para el actual estado del mundo, es decir en algún grado la inmediatez —hacer más que limitar-
uno en el que ya no parece posible que nadie aspire a nos a encargarnos de cada situación sin pensar a
una posición como la del guardián de Platón, alguien a medida que surge—, esa trascendencia, no obstante,
través de quien podría dirigirse y vigilarse toda la sólo es relativa y no justifica nuestra idea de que hemos
realidad social.54 escapado en cualquier sentido absoluto del terreno de
Pero más específicamente, y para seguir con uno de contingencia que ha dado forma a nuestras disposicio-
los temas de la ética maternalista, hay una idea que ha nes de comportamiento. Esa concesión limita las pre-
ganado adeptos/as en años recientes: la idea de que el tensiones de «razón» o «mente», tal como figura en la
mero acto de abstracción tiene que ver un tipo de tradición que heredamos de Platón y Descartes: es decir
violencia. Esa idea, cuyo surgimiento es paralelo con la como término superior de un par jerárquicamente
decadencia del activismo marxista en Europa occidental ordenado con «emoción» y «cuerpo». Por lo tanto, tiene
desde 1968, también sirve como base para la hostilidad un rol útil, aunque indirecto, sobre la deconstrucción
contra el legado del marxismo en cuanto al pensamiento del tipo de pensamiento que representa al género en
oposicional; se lo asocia con una defensa de la «diferen- término de estos dualismos.
cia» contra la unificación forzosa de instancias que en Sin embargo, cuando estudiamos estos textos del
realidad no son idénticas bajo un sólo concepto o dentro maternalismo y tratamos de evaluarlos como contribu-
de una estructura cognitiva o organizativa única.55 ciones a la teoría feminista, nuestro punto de referencia
Feminaria / V III / 15 • 24

meta tiene que ser nuestra política. ¿Hasta qué punto consejo para que yo lo preparara para este número especial de
sirven estos escritos para promocionar un estado de SAQ.
1 Julia Kristeva. «Stabat Mater», en The Kristeva Reader,
cosas en el que las mujeres pueden no esperar menos
que los varones de una sociedad en cuanto al apoyo comp. Toril Moi (Oxford, 1986), 161, 183.
2 Cf. Jacques Derrida. Spurs: Nietzche’s Styles (Estímulos: Los
moral y material, es decir la meta que todavía define
estilos de Nietzche), trad. Barbara Harlow (Chicago, 1979), 54-55.
supuestamente a «las feministas, nosotras», a pesar de 3 Carol Gilligan. In a Different Voice: Psychological Theory
todas nuestras diferencias internas, como un sujeto and Women´s Development (Cambridge, MA, 1982).
colectivo? Según ese criterio, los comentarios favora- 4 Ver Nel Noddings, Caring, A Feminine Approach to Ethics
bles que acabo de hacer no piden que retire mis críticas and Moral Education, Berkeley, 1984; y Sara Ruddick, Mater-
anteriores. Al contrario, yo diría que los errores que nal Thinking: Towards a Policy of Peace , Londres, 1990.
descubrimos en el maternalismo pueden poner a la luz 5 Noddings, Caring, 130; Ruddick, Maternal Thinking, 157.
6 Noddings, Caring, 2,44, 97; Ruddick, Maternal Thinking, 40-41
problemas correspondientes, aunque menos específi-
7 Noddings, Caring, 17, 16, 19.
cos políticamente, con el giro antiteórico actual. Es
8 Ibid, 32, 35, 34 (énfasis mío), 32-33
cierto, había una necesidad de una filosofía moral que 9 Ibid, 98, 80.
defenciera lo inmediato y lo particular contra calquier 10 Ruddick, Maternal Thinking, 119-22.
tipo de racionalismo unilateral de que pudiera querer 11 Iris Murdock, The Sovereignty of Good , Oxford, 1970, p. 40.
desconocer sus orígenes. Pero en el sitio en que esta 12 Ver Noddings, Caring, 34-35; y Ruddick, Maternal
toma de partido va más allá de la corrección del error y Thinking, 120. Comparar el modo preferido de Wittgenstein en
trata de persuadirnos de que la reflexión y la generali- cuanto al juicio estético: no la formulación de comentarios de
zación son indeseables en principio, inhibe la concien- la forma «X es hermoso/a», sino la búsqueda de remedios para
cia crítica de la significación moral de nuestra propia cierto tipo de incomodidad: «Yo diseño una puerta y la miro y
situación y por lo tanto asegura que las personas que digo «Más alta, más alta, más alta... sí, así está bien»». Ver
están perdiendo en la distribución injusta de los bene- Ludwig Wittgenstein, Lectures and Conversations on Aesthetics,
ficios y cargas de la existencia social continúen aceptan- Psychology and Religious Belief, editado por Cyril Barrett,
Oxford, 1966, 13 y nota 3. Todo depende aquí de una
do esa situación.
sensación nocriteriosa del momento en que se ha logrado que
Del mismo modo, sin duda sería tonto tratar de las cosas estén en relación armoniosa.
suprimir las quejas sobre la «agresión» racional y la 13 Cf. Noddings, Caring: «Enfrentadas a un dilema moral
«paranoia», cuando lo que significan es la incapacidad hipotético, las mujeres suelen pedir más información. Quere-
para registrar, o vivir con los fenónemos que perturban mos saber más... para formarnos una imagen que se acerque
una teoría o sistema de valores. Esas son tendencias más las situaciones morales reales. Idealmente, necesitamos
patológicas que no deben pasar desapercibidas. Sin hablar con los participantes, ver sus ojos y sus expresiones
embargo, no podemos ir tan lejos en el camino del faciales, para recibir lo que están sintiendo.», 2-3.
14 Ruddick, Maternal Thinking, 17.
particularismo en cuanto al juicio práctico que termine-
15 Idem, 171.
mos con una incapacidad de buscar (o hasta formular) 16 Idem, 97,96
nuestros reclamos de justicia en nuestro propio bene- 17 Ver Noddings, Caring: «El cuidado no nos va permitir
ficio porque estamos constantemente hundidas en el distraernos con visiones de amor universal, justicia perfecta
estudio de las expresiones faciales de las personas a o un mundo unificado bajo principio. No dice, «No matarás»,
quiens cuidamos y en la recepción de sus dolores y luego busca otros principios bajo los cuales matar esté
cuando les falta nuestra atención, dolores que pueden justificado después de todo. Si el otro es un peligro claro e
ser enormes. Una persona que apoyara hasta el extremo inmediato para mí o las personas que cuido, tengo que
la ética maternalista tal vez pueda dejar de lado por detenerlo y tal vez necesite matarlo. Pero no puedo matar en
completo este peligro, y decir que se puede hacer un el nombre del principio o la justicia. Tengo que encontrarme
«reclamo de justicia» sólo cuando lo hace alguien dis- con este otro —aunque sea este otro que hace mal— como uno
puesto/a a pedir prestada la voz del padre emocinalmente que cuida siempre que el cuidar en sí mismo no esté en peligro
por el encuentro» (100-101); «No decimos: está mal matar. Al
ausente, frígido.57 Personalmente, yo creo que eso no
establecer ese principio, también implicamos sus excepcio-
tiene sentido; creo que en la raíz del reclamo de justicia
nes, y después tal vez querramos actuar bajo esas excepcio-
yace una actitud de solidaridad con otros seres huma- nes autorizadas con demasiada facilidad.» (93). En cuanto a
nos a quienes reconocemos porque —aunque fuera solo la acusación de mala fe, ver páginas 40 y 99.
en abstracto y a la distancia— comparten nuestras 18 Idem, pag. 105. Este caso está basado en el famoso
necesidades básicas y nuestra falta de indefensión cuento de Bernard Williams «Jim and the Indians», en J. J. C.
potencial. Sin embargo, sea como sea, parece imposible Smart y Bernard Williams, Utilitarianism: For and Agains
negar que cualquiera que adopte la posición «extrema» (Cambridge, 1973), 98-99.
19 Noddings, Caring, 106.
por lo tanto habrá abandonado el feminismo, tal como
20 Sobre la importancia de la ética cristiana de reconocer
se lo entiende como definido por su
esa categoría de actos, ver G. E. M: Anscombe, Collected
meta de lograr que termine la subordi-
Philosophical Papers (Oxford, 1981), 3, 58.
nación de la mujer. 21 G. H. Hegel. La fenomenología del espíritu, traducción
al inglés, A. V. Miller (Oxford, 1977), 475.
Notas 22 Virginia Woolf, Three Guineas (Harmondsworth, 1977), 125.
Se han presentado versiones anteriores 23 Si se desea consultar una crítica poderosa a la «imaginería
de este trabajo en una clase sobre «Temas del feminismo» que de Greenham», ver Judith Williamson, «Nuclear Family? No
Jennifer Hornsby y yo dictamos en la Universidad de Oxford Thanks», in Ethics: A Feminist Reader, comps. Elizabeth Frazer,
en 1990 y 1992, y también como conferencia en la Escuela de Jennifer Hornsby, y Sabina Lovibond (Oxford, 1992), 259-66.
Economía de Londres, en 1991. Agradezco a todas las perso- Desde un punto de vista personal, quisiera dejar por escrito que
nas que lo comentaron, especialmente a Tori Moi por su entre las cosas que me llevé conmigo para pegar en el cerco de
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la manifestación estaban la cubierta de una copia de mi tesis 45 Aristóteles sostiene que «la naturaleza no hace nada en
doctoral, que acababa de completar, más mi fotografía de 1979 vano» (Política, 1256b21), y que en ese orden natural, como en la
del Somerville College, Oxford. Yo seguía de buena fe las actividad humana, siempre dirigida a ciertas metas, «lo peor
instrucciones de llevar objetos que expresaran lo que no quería- siempre existe porque es bueno para lo mejor» (Política, 1333a21-
mos ver destruido por la guerra nuclear, aunque no dejé de notar 23; Metafísica, 1075a11-23). Es decir que cree que para enten-
que mi contribución parecía un poco excéntrica. der cualquier objeto o fenómeno, debemos primero comprender
24 Ruddick, Maternal Thinking, 154, 148, 157, 225. su propósito en el esquema general de las cosas. Aristóteles apela
25 Idem, 171, 170. a estas ideas teológicas y jerárquicas para explicar por qué los
26 Noddings, Caring, 1-2. cuerpos de los animales están divididos en dos tipos, masculino
27 Cf. W.H. Auden, Spain (Londres, 1937): «La aceptación y femenino. (Sobre la generación de los animales, 732a3ff).
consciente de la culpa en el asesinato necesario» (11). 46 Mark Platts, Ways of Meaning: An Introduction to a
28 Noddings, Caring, 110,111. Philosophy of Language (Londres, 1979), 247. Otras figuras
29 Kristeva, «Stabat Mater», in Moi, ed. Kristeva Reader, 179. centrales en el desarrollo de ideas que estoy describiendo
30 Moi, ed., Kristeva Reader, 161. fueron John McDowell, Martha Nussbaum, y David Wiggins;
31 Teniendo en cuenta a Noddings, vale la pena señalar los representantes del intuicionismo ético anteriores al siglo
que aquí, esa afirmación no se ve naturalmente como apoyada XX fueron H. A. Prichard y W. D. Ross.
en hechos sobre lo que necesitamos para mantenernos como 47 Ver, por ejemplo, los textos editados en la sección 1 de
dadoras de cuidado. Cf. Noddings, Caring, 100. Essays on Moral Realism, comp. Geoffrey Sayre-McCord (Ithaca,
32 Rosi Braidotti, Patterns of Dissonance (Cambridge, 1991), 1988).
194, en un comentario sobre el trabajo de Michele Le Doeuff. 48 Para Aristóteles, las virtudes morales, o virtudes de
33 Kristeva, «Stabat Mater», en Moi, ed., Kristeva Reader, 171-72. carácter, se adquieren por imitación prolongada del comporta-
34 Ver Claudia Card, «Women´s Voices and Ethical Leaders: miento de personas adecuadas (generalmente mayores) dentro
Must We Mean What We Say?», Ethics 99 (1988); 130, y para de nuestro mundo social. Lo que empieza como mera reproduc-
una indagación mayor de problemáticas de ese tipo, ver Jean ción de formas externas (por ejemplo, mostrar gratitud cuando
Grimshaw, Feminist Philosphers: Women´s Perspectives on es necesario, aunque no haya sentimientos) finalmente se
Philosophical Traditions (Brighton, UK, 1986), capítulos, 7,8. transforma en una «segunda naturaleza» para nosotros y por lo
35 Ver Rosalind Petchesky, Abortion and Woman´s Choice tanto, toma el carácter de auténtica expresión del yo.
(London, 1988), 338-41. 49 Ver John McDowell, «Virtue and Reason», The Monist, 62
36 Braidotti, Patterns of Dissonance, 238. (1979), 336. Desde un punto de vista estrictamente aristotélico,
37 Noddings, Caring, 127. la metáfora de la fronesis como «basada en» sensibilidades
38 Los últimos dos adjetivos se aplican menos a Ruddick especializadas no es exacta porque, sin la comprensión sinté-
que Noddings, que realmente menciona entre los determinan- tica provista por la fronesis, ni siquiera puede apreciarse
tes de su perspectiva el hecho de que ella no está «empobre- adecuadamente los fenómenos éticos particulares. Sin embar-
cida» y sí «felizmente casada». Ver su Women and Evil (Berkeley, go, al «deliberar para conseguir una buena vida en general», lo
1989), 2. Ruddick, en cambio, deja bien en claro que conside- cual, según Aristóteles es el rol de la fronesis (Etica nicomaquea,
ra que vive en el mismo mundo que las mujeres radicalizadas VI, 5), tenemos que trata de imponer orden sobre una variedad
de Argentina y Chile. Ver Maternal Thinking, 225-34. Sin de consideraciones de valor más específicas, aunque no las
embargo, las dos evocan sin arte una atmósfera de seguridad entendamos a la perfección.
y tranquilidad cuando hablan de hacer chocolate en Navidad, 50 Fuentes para esta visión: Anscombe en «Modern Moral
o plantar hierbas para atraer a las abejas, o charlar con otras Philosophy» (Filosofía moral moderna), en Collected
madres en el patio o en la confitería. Ver, Noddings, Caring, Philosophical Papers, volumen 3; Platts, Ways of Meaning,
125. Ruddick, Maternal Thinking, 123. capítulo 10; Bernard Williams, Ethics and the Limits of
39 Noddings, Caring, 124-125. Philosophy (Londres, 1985), 140; Susan Hurley, «Objetivity
40 Mi comprensión de la «ética del cuidado» tiene una deuda and Disagreement», en Morality and Objetivity, comp. Ted
que pagar al trabajo inédito de Diemut Bubeck, «Women’s Work Honderick (Londres, 1985), 54-97; Martha Nussbaum, Love’s
and Women’s Exploitation» (El trabajo de las mujeres y la Knowledge: Essays on Philosophy and Literature (Oxford,
explotación de las mujeres), tesis de Doctorado, Universidad de 1990), especialmente capítulo 2; David Wiggins, Needs, Values,
Oxford, 1993. Dos ideas a las que debo mucho son 1) el contraste Truth (Oxford, 1991), especialmente 233 y contexto; y Jonathan
entre el cuidado de la esfera pública y la esfera privada, y 2) la Dancy, Moral Reasons (Oxford, 1993).
distribución injusta de los beneficios y cargas del cuidado. 51 Para referencias sobre este término, ver Hurley,
41 Ver David Brindle, The Guardian, 22 de mayo de 1992: «Objetivity and Disagreement», 56.
«Dos de tres personas dadadoras del cuidado se enferman 52 Dancy, Moral Reasons, 65.
como resultado de cuidar a parientes enfermos, viejos o 53 Platón, República (505ab, 506a, 520c y contexto, 534d).
discapacitados, como sugiere una encuesta a unos 3000 54 Ver Jurgen Habermas. The Philosophical Discourse of
cuidadoras/es... De los que respondieron, 72 por ciento eran Modernity, trad. de Frederick Lawrence al inglés. (Cambridge,
mujeres, 66 por ciento tenían más de 55 años y sólo el 21 tenía MA, 1987): «Las sociedades modernas ya no tienen a su
un trabajo pago además de su rol de cuidador/a». disposición un centro autoritario para la autor reflexión y la
42 Ver Christine Delphy y Diana Leonard, Familiar Exploitation: guía» (358, versión en inglés).
A New Analysis of Marriage in Contemporary Western Societies 55 Comento este desarrollo con mayor detalle en «The End
(Cambridge, 1992) capítulo 9, especialmente 245-46. of Morality?» en Knowing the Difference: Feminist Perspectives
43 Ver George Eliot, Middlemarch (Harmondsworth, 1965): in Epistemology, compilado por Kathleen Lennon y Margaret
«–Sí, muchacho mío, tú tienes un derecho –dijo Caleb (...)–. La Whitford. (London, 1994).
gente joven siempre tiene derecho a que la gente vieja la ayude 56 Braidotti, Patterns of Dissonance, 55, 279.
a salir adelante. Yo también fui joven una vez y tuve que 57 Me alegra decir que esto no se aplica a Sara Ruddick,
arreglarme sin mucha ayuda; pero la ayuda me habría venido que ve a las (buenas) madres como «trabajando para el día en
muy bien, aunque hubiera sido sólo por el compañerismo» que sus hijos/as preferirán la justicia a los placeres temporarios
44 Notar que ese punto final, «semiótico», no queda desacre- de la tiranía y la explotación» (Maternal Thinking, 172).
ditado por el hecho no controvertido de que las jóvenes y las
mujeres disfrutan de algunos de los beneficios de la actividad
de cuidar de las mujeres, y también de algunos varones. Traducción: Márgara Averbach
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Repensar la ciencia de la economía


con una mirada feminista*
Myra H. Strober**

L
a economía como ciencia feminista es un es decir que la opresión de la mujer existe y que es
pensamiento nuevo sobre la disciplina de la necesario eliminarla, está en contra de la idea de que es
economía. El propósito de este pensamiento imposible hacer comparaciones de utilidad
es mejorar la condición económica de las interpersonal.
mujeres. Un subproducto (o beneficio externo) que La economía feminista señala que a pesar de todas
puede surgir de la economía feminista es una mejora sus protestas, los economistas hacen comparaciones
en la política y teoría económicas. de utilidad interpersonal y muchas veces, las hacen en
John Maynard Keynes hizo notar que hay dema- detrimento de las mujeres. Por ejemplo, Michele A.
siadas ocasiones en las que las creencias y acciones de Pujol (1992) demuestra que A.C. Pigou, decano de la
los seres humanos son el resultado de un apego economía del bienestar, sostenía abiertamente que las
anticuado a alguna doctrina económica arcaica. La mujeres eran más débiles que los varones e inferiores
economía feminista sostiene que muchas de las creen- a ellos y le interesaba sobre todo la forma en que podía
cias centrales de la economía y también sus recomen- utilizarse el trabajo de las mujeres dentro del hogar
daciones políticas están atrasadas en el tiempo y son para aumentar el bienestar nacional. Pigou afirmaba
producto de las peculiaridades y políticas de los también que mantener los salarios de las mujeres más
períodos en los que se desarrollaron y del sexismo del bajos que los de los varones era «maximizar el bienes-
mundo occidental durante los últimos dos siglos. La tar» (Pujol, 1992, p. 151). No hay duda de que Pigou
economía feminista es el puntapié inicial que puede está haciendo una comparación de utilidad y tampoco
producir el ímpetu necesario para que los economis- hay duda alguna de que la utilidad de las mujeres no
tas revisen su apego a lo anticuado. le preocupa en absoluto.
La economía feminista es una tarea radical. En La economía feminista también se interesa en
una disciplina (la economía) todavía muy positivista, economía a nivel metodológico y hace un escrutinio
la economía feminista cuestiona la noción de objetivi- cuidadoso de las afirmaciones centrales del conoci-
dad y afirma que el tema en el que cada persona decide miento económico. Por ejemplo, se pregunta cómo
trabajar y la forma en que formula las teorías y las hacen los economistas para saber lo que, según ellos,
recomendaciones en cuanto a la política dependen de es verdadero (Barbara Bergmann, 1987). También
la cultura, la posición en la sociedad y las experiencias somete a examen el enfoque estrecho y cuantitativo de
vitales de esa persona. La economía feminista no se los economistas, su escepticismo en cuanto al valor de
limita a poner bajo la lupa las agendas políticas la información que se recoge en las entrevistas y su
ocultas de la doctrina económica que recibimos sino insistencia en que el análisis económico y la presenta-
que reconoce abiertamente su propia agenda econó- ción económica en una clase no deben ser «emociona-
mica y política. Esta agenda es la mejora de la condi- les» (Strober, 1987).
ción económica de las mujeres. Antes de examinar un ejemplo de análisis económi-
La economía feminista vuelve a preguntas que co feminista, quiero detenerme un momento en el
aparentemente se contestaron hace años, preguntas problema de lo que no es la economía feminista. La
mucho más grandes de las que suelen hacerse la economía feminista no se desarrolla sobre el
mayoría de los economistas, preguntas sobre valor, esencialismo, es decir sobre la doctrina de que existen
bienestar y poder. Al hacerse esas preguntas grandes, diferencias fundamentales (esenciales) entre mujeres
la economía feminista desafía varios de los postulados y varones. Por lo tanto, no afirma que las mujeres
de la disciplina: por ejemplo, el valor de la eficiencia, la necesitan una economía diferente de la que necesitan
existencia de escasez, la omnipresencia del egoísmo, la los varones. Por esa razón, la economía feminista no
independencia de las funciones de utilidad y la impo- utiliza los términos economía masculina o economía
sibilidad de realizar comparaciones de utilidad femenina; esos términos confunden los temas y perpe-
interpersonal. La presuposición básica del feminismo, túan los estereotipos. Lo importante aquí no es que la
tendencia principal de la economía tradicional sea
masculina sino que es sexista.
La economía feminista tampoco se basa sobre
*Este artículo apareció en The American Economic
Review, Vol. 84, Nº 2, Mayo 1994, pp. 143-147. diferencias fundamentales entre economistas muje-
res y economistas varones y por lo tanto no afirma que
**Escuela de Educación, Stanford University, Stanford.
las mujeres economistas hacen economía de una
CA. Agradezco a Rebecca Blank y Nancy Folbre por sus
comentarios, que me fueron muy útiles. manera distinta a la de los varones, ni siquiera que las
mujeres economistas tienen una fuente confidencial
Feminaria / VIII / 15 • 27

de información que les permite entender en profundi- mía y es uno de los textos que se siguen debatiendo en
dad la situación económica de las mujeres. Sin embar- la actualidad.
go, tal vez algunas de las visiones que tienen ciertas Desde la década de 1890 hasta la de 1920, y otra
mujeres economistas provengan de experiencias des- vez en Inglaterra, las economistas Millicent Fawcett,
conocidas para la mayoría de los varones. Por ejemplo, Ada Heather-Biggs, Eleanor Rathbone y Beatrice Webb
muchas mujeres economistas tienen una compren- tomaron una posición feminista en el debate sobre el
sión directa del sexismo, a la que han llegado a través tema de la igualdad de salario para varones y mujeres
del análisis de sus experiencias personales en los (Pujol, 1992). A principios de siglo, en los Estados
ambientes académicos. Además, como reproductoras Unidos, Charlotte Perkins Gilman analizó la posición
y criadoras de hijos, algunas de estas mujeres pueden de las mujeres en la casa y habló con énfasis de la
estar más dispuestas a cuestionar las presuposicio- importancia que tiene para las mujeres el trabajo
nes económicas que postulan un yo individual y una fuera del hogar.
maximización de la utilidad propia; pero los economis- Con el surgimiento de la segunda ola del movimien-
tas varones que pasan gran parte de su tiempo y ponen to feminista en la década de 1960, hubo gran produc-
gran parte de su esfuerzo en la crianza de niños ción de trabajos dedicados a la economía feminista
también pueden llegar a cuestionar esas ideas, por la que trataban temas como la participación de la mujer
misma razón. Las visiones y comprensiones profun- en la fuerza de trabajo, el trabajo en el hogar, los
das no provienen del género sino de la experiencia. (Si diferenciales en cuanto a los salarios, la segregación
se desea profundizar más sobre los roles que tienen la ocupacional, la feminización de la pobreza y la econo-
«posición» y la experiencia en el conocimiento huma- mía de la crianza de los hijos (si se desea consultar
no, véase Amartya Sen, 1992.) críticas al respecto, véase Francine D. Blau y Ferber,
En este punto de su desarrollo, las preguntas que 1992, y Bergmann, 1986). Esta literatura trataba de
se hace la economía feminista son del tipo que Sen utilizar las construcciones teóricas y descubrimientos
(1987) ha llamado preguntas «éticas» de economía (en empíricos nuevos del feminismo para mejorar la posi-
contraste con las preguntas «de ingeniería»). En sus ción económica de las mujeres.
comentarios sobre las presentaciones de trabajos Desde la década de 1980, la economía feminista
económicos feministas en el volumen colectivo de empezó a producir la ola actual de escritura, que
Marianne Ferber y Julie A. Nelson (1993), Rebecca vuelve al tema de la situación de las mujeres pero
Blank (1993, pag. 143) indica que le gustaría que la también se interesa en la estructura básica de la
economía feminista se convirtiera en: «...un modelo economía como disciplina. Blau (1981) escribió sobre
alternativo utilizable de toma de decisiones económi- la imposibilidad de crear un conocimiento económico
cas». Pero en realidad, ésa no es la meta actual de la que estuviera libre de valores. Bergmann (1987) escri-
economía feminista. Por el momento, la disciplina está bió sobre la pregunta básica que investiga cómo hacen
operando en el nivel de la ética, un nivel teórico, y se los economistas varones y mujeres para saber lo que
dedica a repensar las bases mismas de las suposicio- creen que saben, y yo (Strober, 1987), sobre el rol de
nes, los presupuestos y el método económicos. los valores y las emociones en la economía. El libro de
Marilyn Waring (1988) estudiaba la forma negativa en
Una visita rápida a la literatura existente que influye en las mujeres la costumbre de excluir el
La economía feminista no es monolítica ni mucho trabajo en el hogar de la contabilidad de ganancias de
menos. Las personas que la practican provienen de la nación.
múltiples «escuelas» dentro de la economía: tradicio- En el período que va de fines de la década de 1980
nal, institucional y marxista, para nombrar sólo algu- a principios de la siguiente, esa ola de escritura
nas. También se relacionan con varias «escuelas» del económica feminista se aceleró aún más a raíz del
feminismo: liberal, radical, marxista y separatista. énfasis en el sexismo inherente en las construcciones
Además, muchos economistas feministas, varones y fundamentales de la ciencia de la economía (por
mujeres, están tan interesados en los problemas rela- ejemplo: el foco en la escasez y la elección, y las
cionados con la raza-género, o la raza-género-clase, presuposiciones sobre el interés propio, el yo indivi-
como lo están en el género en sí mismo. Por lo tanto, dual, la racionalidad y la formación exógena de prefe-
los temas de los trabajos que se realizan dentro de la rencia). Esta literatura, incluyendo la de Paula England,
economía feminista son extremadamente variados y Nancy Folbre, Heidi Hartmann, Ann Jennings, Julie
se mueven dentro de un rango muy amplio. Nelson, Michele Pujol, y Diana Strassmann, se revisa
La economía feminista ha pasado por varias fases. o presenta en Ferber y Nelson (1993). Si se desea
Los primeros economistas feministas fueron John consultar una discusión más completa de los temas
Stuart Mill, Harriet Taylor y Barbara Bodichon (Pujol, presentados en la sección siguiente, véase el texto de
1992). Escribieron en Inglaterra en el período que va Strober (1993).
de la década de 1840 a la de 1870 y propusieron una
teoría de la igualdad de la mujer en los planos relacio- Un ejemplo de análisis de economía feminista
nados con el empleo y la titularidad de las propieda- Los intereses de las mujeres están en desventaja a
des. El libro de Mill On the Subjection of Women (Sobre raíz de la centralidad que poseen los conceptos de
el sometimiento de las mujeres) publicado en 1970 y escasez, interés propio y competencia en la teoría
escrito en 1869 con Taylor como coautora reconocida, económica. La vuelta del feminismo sobre esos con-
todavía es uno de los textos clásicos sobre el tema del ceptos beneficia no sólo a las mujeres sino también a
estátus secundario de la mujer en cuanto a la econo- la teoría y la política económicas.
Feminaria / V III / 15 • 28

La escasez, el interés propio o egoísmo y la compe- dounidenses. Que algunos estadounidenses (en gran
tencia no son conceptos aislados: cada uno de ellos parte, mujeres y niños) experimenten mal nutrición y
forma parte de un par de conceptos presentados en hambre es resultado de la mala distribución, no de la
dicotomía: escasez/abundancia; egoísmo/altruismo escasez de comida.
y competencia/cooperación. Lo que ha hecho la teoría Parte de la escasez que la economía considera
económica es relegar la otra mitad de la dicotomía a un central está engendrada por actores económicos, so-
lugar exterior al análisis económico. Es decir, la bre todo a través de la publicidad. Las percepciones de
economía se interesa casi siempre en la escasez, el la abundancia y el bienestar económico relativos
egoísmo y la competencia y muy pero muy pocas veces dependen no sólo de las posesiones de cada persona
en la abundancia, el altruismo o la cooperación. sino también de sus expectativas. Esas expectativas
Podría decirse que estas dicotomías tienen un están sujetas a controles individuales y también a
costado masculino y uno femenino (escasez, egoísmo controles sociales. El análisis económico sostiene que
y competencia son masculinos; abundancia, altruis- los deseos, necesidades y gustos de un individuo son
mo y cooperación, femeninos) y que la economía ha independientes de los deseos, necesidades y gustos de
elegido poner en el centro de su análisis en lo mascu- los demás, y también de los que tienen las personas
lino e ignorar lo femenino. Yo no estoy de acuerdo con que suministran bienes y servicios (después de todo,
esta idea. Criticar el uso de dicotomías empleando una se supone que la oferta y la demanda son independien-
dicotomía más (masculino/femenino) es un sofisma. Y tes una de la otra y derivan de factores no relaciona-
por otra parte, ese tipo de asignación de los términos dos). Pero no hay duda de que las personas que
masculino y femenino a características determinadas suministran bienes y servicios manipulan los deseos
logra solamente un resultado: perpetuar el estereoti- de los demás. Cuando no examinan cuidadosamente
po. No hay nada especialmente masculino ni femenino tanto la escasez como la abundancia, en lugar de
en estos atributos y yo no estoy persuadida de que en suponer la existencia de la escasez, los análisis econó-
promedio, pueda asignarse una u otra característica micos actúan como defensores de los publicistas y las
al grupo de los varones o al de las mujeres. empresas que pagan a la publicidad para inducir la
La visión feminista de esas dicotomías es otra: al percepción de la escasez. Eso no significa que para
concentrarse en la escasez, el egoísmo y la competen- crear abundancia, baste con estudiarla. Pero sí es
cia, la economía hace que sea mucho más difícil cierto que cuando la economía empiece a considerar
redistribuir el poder y el bienestar económicos. Cuan- tanto la abundancia como la escasez, tendrá mayor
to más se les diga a los que están entre los que «tienen» capacidad para comprender qué problemas provienen
que el mundo está caracterizado por la escasez y que de la verdadera escasez, cuáles de la escasez inducida
el camino hacia el bienestar es a través del egoísmo y y cuáles de la mala distribución.
la competencia, tanto menos van a comportarse en Adam Smith vio un mundo situado en la escasez y
formas que alienten el altruismo, la cooperación y una habitado por el egoísmo. Le alivió «descubrir» que a
distribución más igualitaria de los bienes y servicios través de una economía de competencia podía domi-
económicos. narse el egoísmo humano para un bien superior. Los
Como las mujeres tienen una representación economistas suelen considerar que estas observacio-
desproporcionada en el grupo de las personas que «no nes de Smith son universales; pero la economía femi-
tienen», no hay duda de que en conjunto, se beneficia- nista, influida por la teoría postmoderna, trata a los
rían con una visión del mundo menos centrada en la conceptos universales con mucho escepticismo. Smith
escasez, el egoísmo y la competencia. A medida que la observó una sociedad con una cultura particular y un
economía empiece a incluir la abundancia, el altruis- nivel de bienestar muy inferior al nuestro. No en todas
mo y la cooperación en sus análisis, se hará más las culturas la gente es tan egoísta como puede haber
énfasis en la redistribución de los bienes y servicios y sido en la Inglaterra de fines del siglo XVIII. Y por otra
en la mejora de la situación económica de las mujeres. parte, cada sociedad elige cuáles de las muchas carac-
Al mismo tiempo, la economía habrá reclamado para terísticas de su gente quiere endosar y elaborar y
sí un rango más amplio de comportamiento económico cuáles desea cambiar.
humano, y habrá abarcado sectores de ese comporta- ¿Por qué la economía tiene tanto que decir sobre el
miento que actualmente están fuera del análisis y la egoísmo y la competencia y tan poco sobre las aspira-
consideración de la disciplina. ciones de los individuos para el bienestar de otros o
Al poner el foco en la escasez e ignorar la abundan- sobre la cooperación entre individuos? La gente habla
cia, la economía prefiere considerar el vaso del bienes- frecuentemente sobre el efecto Jones pero, ¿no hay un
tar económico como medio vacío. Pero también sería lado contrario en el efecto Jones? ¿Es cierto que la
posible considerarlo como medio lleno, ya que si bien gente nunca se alegra cuando ve que mejora la situa-
es cierto que en algún sentido, existe la verdadera ción de otros? Por ejemplo, la economía teoriza sobre
escasez, en otros, el mundo es abundante. La elección la reacción de los varones que se sienten perturbados
que implica elaborar la escasez y dejar de lado la al ver cómo avanzan ciertas mujeres. ¿Pero no hay
abundancia hace que la conciencia de los economistas varones que se alegran de ver cómo mejora la situación
y las economistas se olvide del hecho de que muchos de las mujeres?
problemas no son resultado de la escasez sino de la La economía enseña que la gente se siente mejor si
mala distribución. Por ejemplo, actualmente, en los usa una ganancia adicional para comprarse un par de
Estados Unidos hay comida abundante; tenemos su- zapatos adicionales o para tomar vacaciones adiciona-
ficiente comida como para alimentar a todos los esta- les, pero no estudia si la gente no se sentiría mejor, por
Feminaria / VIII / 15 • 29

ejemplo, usando esa ganancia adicional para proveer cómo saben lo que dicen que saben. La insatisfacción
a una madre soltera de cuidados adicionales. Para que puede causarles su conocimiento, tal vez las
usar lenguaje económico, la economía no se pregunta aparte de la técnica de la reflexión solitaria y teórica
cómo afectaría a la función de utilidad de un individuo (Bergmann, 1987) y las acerque a la observación
una reducción en la inequidad del bienestar económi- empírica y la entrevista; las aleje de la parsimonia por
co. Y sin embargo, muchas personas, entre las que me la parsimonia misma y el modelo matemático de
incluyo, (sobre todo mujeres) dejaríamos de lado con abstracción y las acerque a las explicaciones verbales
mucho gusto algún bien o servicio adicional de merca- complejas de problemas económicos reales.
do si con eso pudiéramos mejorar el bienestar de otros: Sin embargo, todas estas ventajas serían solamen-
eso significaría más seguridad física cuando camina- te subproductos de la economía feminista. El producto
mos por la calle de noche. primario será una mejora en la situación de las
La teoría económica que incluye tanto la competen- mujeres. La economía feminista tendrá éxito si sus
cia como la cooperación tendrá efectos beneficiosos en análisis hacen que las personas que se dedican a estos
las posiciones de las mujeres. Cuando los varones estudios entiendan la naturaleza sexista de la econo-
blancos que tienen el poder dejen de ver a las mujeres mía y los obligan a cambiar tanto el análisis como las
(y a las minorías) sólo como competidores, tal vez recomendaciones políticas que fluyen de él. La econo-
puedan empezar a hacerse preguntas fértiles sobre la mía feminista tendrá éxito si consigue que las perso-
mejor manera de cooperar con todos ellos para fundar nas que se dedican a la economía pongan los proble-
negocios más creativos y productivos. mas del bienestar de las mujeres a la par de los
Si la economía deja de poner su atención sólo en la problemas del bienestar de los varones.
importancia de la competencia para la creación del
bienestar económico, la disciplina se librará del resul- Referencias
tado de esa fijación, que es su fracaso en la considera- Bergmann, Barbara. The economic emergence. New
ción de la cooperación como modo de motivar y York, Basic Books, 1986. «Measurements Or Findings
organizar la actividad económica. Eso podría ser muy Things Out in Economics», Journal of Economic
beneficioso para la economía de los Estados Education, Spring 1987, 18(2), pp. 191-201.
Unidos. Como resultado del fracaso del intento Blank, Rebecca M. «What Should Mainstream
de poner al día a Adam Smith, la política antitrust Economics Learn From Feminist Theory?» en
de los Estados Unidos también está pasada de Marianne Ferber y Julie Nelson, eds. Beyond
moda y los estadounidenses parecen ideológi- economic man: Feminist theory and economics.
camente incapaces de emular lo mejor de Chicago, University of Chicago Press, 1993,
la cooperación japonesa entre la industria pp. 133-143.
y el gobierno. La economía feminista pue- Blau, Francine D. «On the Role of Values
de inducir a la teoría de la economía y a in Feminist Scholarship». Signs: Journal of
quienes la hacen a dejar de tratar a la Women in Culture and Society, Spring, 1981.
cooperación y la competencia como miem- 6(3), pp. 538-40.
bros de una dicotomía y empezar a hacerse Blau, Francine D y Ferber, Marianne A. The
preguntas inteligentes sobre el grado en que cada una economics of women, men and work. Englewood Cliffs,
funciona mejor en cada grupo de condiciones. NJ, Prentice Hall, 1992.
Ferber, Marianne A. y Nelson, Julie A., editoras.
Conclusiones Beyond economic man: Feminist theory and economics.
Es irónico que una disciplina que aparentemente Chicago, University of Chicago Press, 1993.
se dedica a estudiar los problemas del bienestar suela Mill, John Stuart. «On the Subjection of Women»,
describirse como una «ciencia deprimente». Tal vez en el libro editado por Alice S. Rossi, Essays on sex
uno de los beneficios inesperados de la economía equality. Chicago, University of Chicago Press, 1970,
feminista sea el surgimiento de un cambio en esa pp. 123-242.
sensación. Si desafiamos a la economía a tomarse en Pujol, Michele. Feminism and anti-feminism in early
serio su preocupación por el bienestar y alentamos a economic thought. Aldershot, Reino Unido, Elgar, 1992.
la disciplina a repensar su énfasis en la eficiencia, la Sen, Amartya. On ethics and economics. Oxford,
escasez, el egoísmo y la competencia, tal vez podamos Blackwell, 1987.
empezar a pensar la economía como una disciplina -----.Objetivity and position. The Lindley Lecture,
humanista interesada en asuntos como la calidad de Lawrence, KS, University of Kansas, 1992.
vida, la cooperación y la equidad. Tal vez podamos Strober, Myra H. «The Scope of Microeconomics:
hacer que la economía, actualmente una orientación Implications for Economic Education», en Journal of
conservadora y laissez-faire, que sostiene la imposibi- Economic Education, Spring, 1987, 18(2), pp. 135-49.
lidad de realizar comparaciones de utilidad -----.«Feminist Economics and the Improvement of
interpersonal, pase a ser una ciencia que investiga Women’s Economic Condition». Manuscrito inédito pre-
seriamente estrategias para mejorar el bienestar. sentado en las reuniones anuales de la Asociación de
Además de lo anterior, tal vez la economía feminis- Ciencias Sociales Aliadas, Anaheim, CA, Enero, 1993.
ta también pueda tener otros efectos significativos en Waring, Marilyn. If women counted: A new feminist
el área metodológica. Si la influencia de este tipo de economics. San Francisco, Harper and Row, 1988.
economía es suficiente, las personas que se dedican a
ella se verán obligadas a preguntarse constantemente Traducción: Márgara Averbach
Feminaria / V III / 15 • 30

Sección
Boletín, Cuaderno, Revista
Boletín del Centro De Documentación. Taller Per-
manente de la Mujer. Nº 1, mayo 1995 - Nº 5, set. 1995.
Boletín de CISCSA. Centro de Intercambio y Servi-

Bibliográfica
cios para la Promoción del Habitat. Mujer y Habitat. Nº
7, mayo 1995
“10 Años con las Trabajadoras Estatales [1984-
1994]”, Subsecretaría de la Mujer de la Unión del
Personal Civil de la Nación, s/f.
“Investigación sobre el Acoso Sexual Femenino en el
Sector Público”, Subsecretaría Gremial de la Mujer,
Unión del Personal Civil de la Nación, s/f.
Giberti, Eva. “Cuando la sexualidad produce sínto- Malosetti Costa, Laura. “Rapto de cautivas blancas.
mas” Claves en Psicoanálisis y Medicina. Nº 7, abril Un aspecto erótico de la barbarie en la plástica riopla-
1995, pp. 106-108. tense del siglo xix”. Hipótesis y Discusiones/4. Facul-
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Todo es Historia, Año XXIX, Nº 338 (set. 1995): 88-93. Libros
Balboa Echeverría, Miriam y Ester Gimbernat
Poesía González, comps. Boca de dama: la narrativa de Angé-
Caprarulo, Graciela. En abrazo de barro. Buenos lica Gorodischer. Bs. As., Feminaria Editora, 1995.
Aires, Libros de Tierra Firme. El propósito de esta compilación es mostrar una obra de
Papastamatíu, Basilia. Paisaje habitual. Buenos un gran alcance creativo que empieza a reconocerse por su
Aires, Ediciones Ultimo Reino, 1995. juego de hondura intelectual y plural que rescata para la
Rodríguez, Angélica. Era otoño Buenos Aires, El memoria grandes leyendas futuras desde un pasado histórico
Francotirador Ediciones, 1994. y americano.
Debold, Elizabeth, Marie Wilson e Idelisse Malavé.
Narrativa La revolocuión en las relaciones madre hija. Barcelona-
Cabal, Graciela. Secretos de familia. Buenos Aires, Bs. As., Ediciones Paidós, 1994.
Editorial Sudamericana, 1995. Una mezcla de teoría y práctica, el libro quiere demostrar
Diaconú, Alina. ¿Qué nos pasa, Nicolás? Buenos a todas las madres, mujeres y hombres que se procupan por
Aires, Atlántida, 1995. las jóvenes que lo importante es que éstas no pierdan la
Enríquez, Mariana. Bajar es lo peor. Buenos Aires, franqueza y la energía en su paso por la adolescencia.
Espasa Calpe, 1995 Relaciona las transformaciones personales y las políticas con
Fingueret, Manuela. Blues de la calle Leiva. Buenos el fin de crear un mundo diferente para las mujeres.
Aires, Planeta, 1995.
Gambaro, Griselda. Después del día de fiesta. Bue- Fuskova, Ilse y Claudina Marek en diálogo con Silvia
nos Aires, Seix Barral, 1994. Schmid. Amor de mujeres. El lesbianismo en la Argen-
Heer, Liliana. Frescos de amor. Buenos Aires, Seix tina, hoy. Bs. As., Planeta, 1994.
Sin eludir ninguno de los temas y de una forma directa
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Aires, Bajo la luna nueva, 1995. sin pretenderlo, claves que es preciso descifrar, más allá de
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la luna nueva, 1995. una lectura reflexiva.
Feminaria / VIII / 15 • 31

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familia durante el Olimpo Radical. Bogotá, Ediciones Política Social, 1995. [sin dirección]
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académica: Magdala Velásquez Toro; Asesores: Cata- del siglo xx. Washington, D.C.,
lina Reyes Cárdenas y Pablo Rodríguez Jiménez. Bo- INTERAMER de la OEA, 1995. [Cen-
gotá, Consejería Presidencial para la Política Social, tro Editorial / La Educación / De-
Presidencia de la República de Colombia y Grupo partamento de Asuntos Educativos / 1889 “F” St., N.W.
Editorial Norma, 1995. [Editorial Norma / Apartado 2º piso / Washington, D.C. 20006, USA]
53550 / Santafé de Bogotá] Violencia en la intimidad. Bogotá, Casa de la Mujer,
Eidelberg, Nora y María Mercedes Jaramillo, edito- 1988. [Impreso por: Editorial Gente Nueva / Cra. 17 Nº
ras. Voces en escena. Antología de dramaturgas lati- 30-12 / Bogotá, D.E.]
noamericanas. Antioquia, Colección Teatro, 1991.
[Universidad de Antioquia / Departamento de Publi- sobre Colombia:
caciones / Apartado 1226, Medellín / Tel (574) 263- Luna, Lola G. y Norma Villarreal. Historia, género y
1311, telefax (574) 263-8282] política. Movimientos de mujeres y participación política
Jaramillo, María Mercedes, Angela Inés Robledo y en Colombia, 1930-1991. Barcelona, Seminario
Flor María Rodríguez-Arenas, ¿Y las mujeres? Ensa- Interdisciplinar Mujeres y Sociedad, Universidad de
yos sobre literatura colombiana. Antioquia, OTRAPARTE, Barcelona y Comisión Interministerial de Ciencia y
1991. [Universidad de Antioquia / Departamento de Tecnología, 1994. [Promociones y Publicaciones Uni-
Publicaciones / Apartado 1226, Medellín / Tel (574) versitarias / Marqués de Campo Sagrado, 16 / 08015
263-1311, telefax (574) 263-8282] Barcelona / Tel (93) 442-0391, fax: (93) 442-1401]

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políticos España, 1835-1850
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trayecto de las jóvenes hacia su emancipación Debate Feminista

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Clementina García Ibáñez: De todas maneras
Poesía: Ensayo:
Eugenia Calny: La clepsidra Héctor Nicolás Santomaruo: Juana Manso y las
Olga Orozco: Obra poética luchas por la educación pública en la Argentina
Alejandra Pizarnik: Obras completas. (Nueva versión corre- M. Arlt, L. Calvera, M. del C. Suárez, R. Costa Picazo, J. Cruz,
gida y aumentada; edición preparada por Cristina Piña) P. Orgambide: Luisa Mercedes Levinson. Estudios sobre su
Narrativa: obra
María Dibar: Insensatez Osvaldo Sabino: Revolución y redencion en “La isla de los
Alicia Borinsky: La pareja desmontable y Sueños del organilleros” de Luisa Mercedes Levinson
seductor abandonado Z. Nelly Martínez: El silencio que habla: aproximación a la
Enriqueta Crespo: Ella y El juego de la mirada obra de Luisa Valenzuela
Feminaria / V III / 15 • 32

Sexoygéneroenlostiemposdecóleraneo-conservadora
En estos tiempos del auge neo-conservador el rebote contra el feminismo se siente cada vez más en distintas esferas
de la vida de las mujeres. Entre los temas centrales de un debate acalorado se encuentran: la sexualidad, la salud
reproductiva, el aborto y las nuevas tecnologías reproductivas, como también el concepto de la familia y de género. Hace
unos pocos meses sucedió un nuevo ataque contra el progreso logrado en el camino hacia la igualdad de oportunidades
para las mujeres; vino en la forma de una serie de modificaciones significativas a los contenidos básicos comunes de
la educación general básica, siete meses después de su aprobación original. En desacuerdo con dichos cambios, seis
personas del equipo técnico que elaboró el proyecto renunciaron. Feminaria entrevistó a una de ellas, GLORIA BONDER, la
ex-coordinadora del Programa de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, del Ministerio de Educación.

–¿A qué atribuye usted estas modificaciones? lación de fuerzas era distinta. Teníamos una Iglesia
–A una reacción a un logro. El PRIOM, que se inició más silenciosa, una Iglesia retraída y había un discur-
en 1991, logró que se incluyera en la Ley Federal de so muy centrado en la democracia y la modernizacion
Educación (1992) el principio de igualdad de oportuni- del país. Las feministas nos introdujimos por esa
dades para las mujeres, el uso de lenguaje no sexista brecha. En el segundo período, la correlación de fuer-
a la vez que se evitaran los estereotipos discriminatorios zas cambia. La crisis de la clase política, tanto la oficial
en materiales educativos. Se implementó el PRIOM en como la oposición, es total. No hay lugar, hoy, para una
22 provincias con 50.000 docentes capacitadas. Lo- política feminista en este gobierno. Virginia Franganillo
gramos movilizar a la gente a través de esas campañas y yo representamos una política feminista dentro del
de capacitación. Aunque sí esperábamos una reacción gobierno. Antes era compatible con el discurso oficial,
negativa de la Iglesia Católica, no esperábamos que el pero ya no en este modelo económico e ideológico que

Modificaciones polémicas:
• Se eliminó la mención de las teorías evolucionistas de Darwin y Lamarck.
• Se remplazó el término género por el de sexo, y el de grupo familiar por familia
• Quitaron el párrafo sobre los cambios corporales en la pubertad
• La noción de pensamiento constructivo capaz de “poner en juicio lo que sucede, se escucha o se lee para no tomarlo como
verdadero o falso sin más” fue modificado por “sea capaz de analizar lo que sucede, se escucha o se lee”.
• Afirma la “sensibilidad y respeto a la vida humana desde la concepción y a los seres vivos en general…”
• Sobre la persona hace referencia a su capacidad de trascender y agrega “y por ende relacionarse con Dios”.
• “Los valores expresan concepciones acerca del deber ser de la persona y la sociedad, y surgen de corrientes filosóficas y/o
tradiciones culturales” se remplazó por “en general los valores responden a la necesidad de verdad, de bien y de belleza que tiene
el hombre en su naturaleza posibilitándole buscar su perfección”.
• Contribuir a “satisfacer necesidades ligadas al desarrollo de la sexualidad” fue sustituido por “la comprensión del desarrollo
integral de la sexualidad”.
• El estudio del organismo humano “para la comprensión de la anatomía y funcionamiento de los animales superiores” porque “su
anatomía y fisiología no son muy diferentes de los otros mamíferos” fue modificado por “establecer semejanzas y diferencias con
respecto a las especies animales superiores”.
• Cuando se mencionaba que la Ley Federal de Educación posibilitará la formación integral del hombre, entre los referentes que
tomaba en cuenta para lograrlo, se suprimió a la sexualidad.
• Se agregó “la familia como célula básica de la sociedad … ámbito privilegiado de educación y socialización primaria. Para
responder a las necesidades religiosas de las personas, se constituye un tipo especial de sociedad, la sociedad religiosa o iglesia,
que atiende a los fieles a través de un servicio doctrinal, cultural o moral”.
Fuente: Clarín, 8.VII.95, p. 43.
Nota: El uso sexista de la palabra “hombre” está en el texto original. Se ve que el compromiso de no usar lenguaje sexista duró bien poco.

Ministerio cediera a las presiones ni que el poder es excluyente y archiconservador.


político fuera tan débil. –¿Por qué renunció?
–¿Cuál sería su diagnóstico al hecho de que dos de –Por dos razones: una cuestión de procedimiento que
las mujeres más enérgicas, ambas con una conocida tiene que ver con lo que es hacer una política pública,
trayectoria en el feminismo, ambas en posiciones de que debe concertar los intereses y las demandas de
importancia en el presente gobierno, usted y Virginia todos los sectores. Los contenidos se discutieron y se
Franganillo, ya no están en sus cargos? Una se ve consensuaron. Unos meses después, cuando se hace el
obligada a renunciar debido a su postura a favor del acuerdo con la Iglesia, se hace una política para sólo un
derecho de la mujer a decidir y en contra de la postura sector, que no es legítima. También renuncié por una
oficialista antiabortista y la otra por modificaciones concepción educativa que subyace al nuevo curriculum
sustanciales en el sentido y el espíritu del proyecto de conservador que habla de un sujeto naturalizado, obe-
cambios en la educación superior. diente a un orden natural, premoderno, acrítico.
–Durante el primero período del gobierno, la corre- L.F.
L I T E R A R I A

SUMARIO

Ensayo
Borrar al incluir: las mujeres en La historia de la literatura argentina
de Ricardo Rojas, Bonnie K. Frederick .................................................................... 2
La escritura de Victoria Ocampo: malestar, destierro y traducción
Cristina Iglesia .................................................................................................. 4
Textualidad femenina e historicidad en A paixâo segundo G. H.,
de Clarice Lispector, Sandra Garabano ................................................................. 6
Matilde Sánchez: la literatura en fuga, Adriana Amante y David Oubiña ................. 9
Cuento
Anna Kazumi Stahl ............................................................................................. 11
Poesía
Juana Bignozzi .................................................................................................... 12
Adriana Díaz Crosta ............................................................................................ 13
Gabriela De Cicco ................................................................................................ 14
Laura Yasan ........................................................................................................ 14
Gabriela Saccone ................................................................................................ 15
Gabriela Lu Prado ............................................................................................... 15
feminaria literaria / V / 9 ·

Borrar al incluir: las mujeres en La historia capítulo entero, “Las mujeres escritoras”. Su bibliote-
ca particular, preservada en su casa –convertida en
de la literatura argentina de Ricardo Rojas museo–, contiene una cantidad sustancial de obras de
mujeres. Por ejemplo, Colección literaria, de María
Bonnie K. Frederick Echenique se puede encontrar aquí pero no en la
Biblioteca Nacional. Anotaciones en los márgenes

P
or qué el recuerdo de las escritoras del siglo evidencian el hecho de que las leyó. El reconocimiento
pasado se perdió durante las décadas tempra- de Rojas de las escritoras no debería subestimarse.
nas del presente siglo? La respuesta es que las Para escritoras y críticas como Noemí Vergara de
mujeres no escribieron su propia historia. Es Bietti, el capítulo sobre las escritoras nos recuerda que
una situación paradojal, puesto que los periódicos feme- “no escribimos sin tradición, sin un ayer”.
ninos de los años de la década 1880 están permeados con El capítulo de Rojas sobre “Las mujeres escritoras”
un sentido de la historia, tanto con una conciencia del tiene una premisa loable; creía que las escritoras era
pasado como con un reconocimiento de los cambios una señal del progreso y de la modernidad del país:
actuales. El Búcaro Americano, de Clorinda Matto de …la mujer emancipada que se mezcla libremente
Turner es, por ejemplo, un tesoro de información biográ- a la vida, que estudia a la par del hombre, colabora en
fica, reseñas y artículos que examinan la literatura de los periódicos y saca a luz sus libros, es un fenómeno
mujeres. En dichos artículos, se da por sentado que las propio del siglo XIX y de la atmósfera liberal de las
generaciones futuras se acordarán de las escritoras y sociedades modernas. Conocida ya la evolución de
valorarán su obra y a ellas mismas. En una nota nuestra cultura, se comprende que en la Argentina
bibliográfica sobre Eduarda Mansilla, La Ondina del anterior a la independencia la mujer haya vegetado
Plata afirma con confianza que “la inmortalidad, la vida silenciosa, al margen de la vida intelectual y civil.5
después de la muerte, está también reservada a las
inteligencias femeninas”.1 No obstante, la misma revista Puesto que la mujer emancipada es una señal de
anunció que pronto editaría algunas obras de Rosa evolución social, se vuelve necesario dibujar el curso
Guerra porque, apenas unos once años después de su de este progreso.6 Por eso empieza con “la barbarie”:
muerte, corrían el peligro de ser olvidadas.2 No se la conquista de las Américas, la sociedad dura que la
publicaron, sin embargo, y no se ofreció ninguna expli- siguió y la decadencia del virreinato. Por haber pocas
cación. El centenario dio ímpetu a una variedad de obras escritoras, si es que hubo alguna, se refiere a las
históricas, muchas de ellas álbumes de la sociedad, pero mujeres que se ganaron fama por sus aventuras
algunas aportan información de gran valor. Por ejemplo, eróticas o sus obras piadosas. La siguiente etapa es la
Mercedes Pujato Crespo escribió con conocimiento acer- era de la Independencia, en la que las mujeres se
ca de la historia del periodismo femenino, a pesar de que desempeñaron en roles más nobles por la causa
ya en 1910, percibió que esas revistas y sus directoras política. La mujer más destacada en los círculos
pasaban al olvido. Las calificó de heroínas y concluyó el intelectuales, artísticos y políticos era, desde ya, Ma-
artículo con un pedido por recordarlas.3 Los artículos riquita Sánchez, a quien Rojas considera la precurso-
que contenían algo de información sobre la historia de las ra de la mujer argentina moderna (p.776).
mujeres nunca se reunieron para formar una visión Rojas llega al período posterior a Rosas, época en
coherente. La historia formal de la literatura de mujeres que las mujeres, según él, ya han dejado los márgenes
del siglo pasado no fue escrita por las que participaron en de la vida intelectual. Menciona un número impresio-
ella, empujando su recuerdo al peligro y dejando las nante de mujeres; es evidente que Rojas estaba muy
obras a los caprichos de la futura gente lectora. bien informado acerca de las escritoras de aquel
El destino de la literatura argentina se encontró en entonces. Las que menciona no más incluyen a Juliana
las manos de una persona en particular: Ricardo Rojas Gauna, Ida Edelvira Rodríguez, Rufina Margarita
(1882-1957). Es curioso y verdadero a la vez el hecho de Ochagavía, Manuela Rosas, Celestina Funes y Silvia
que la historia literaria de la Argentina fue creada e Fernández; hace alusión a Carolina Freyre de Jaimes,
institucionalizada por un solo hombre. En 1912, Rojas Clorinda Matto de Turner, cuyo nombre deletrea mal,
fue nombrado el primer profesor de literatura argentina y Gabriela de Laperrière, todas extranjeras que vivían
en la Universidad de Buenos Aires, y desde el comienzo y publicaban en Buenos Aires. Dedica párrafos breves
entendió que sus deberes incluían la creación de una a Rosa Guerra, Juana Manso y Agustina Andrade.
historia formal. Cinco años más tarde, en 1917, se Descripciones más largas de varios párrafos se ocu-
publicó el primer volumen de su obra monumental, La pan de Josefina Pelliza de Sagasta y Eduarda Mansilla
historia de la literatura argentina. Los otros tres volúme- de García; el estudio más extenso es sobre Juana
nes aparecieron periódicamente hasta 1922. A partir Manuela Gorriti. Así agrupadas, el valor de haber
de esta fecha se han publicado nuevas ediciones regu- incluido a las mujeres se vuelve patente: preservó una
larmente. Otras historias literarias argentinas se han cantidad de nombres que de otra manera hubieran
escrito después de la de Rojas, pero ninguna se cita con desaparecido. Listar a tantas autoras produce el efec-
tanta frecuencia como ésta. Rara vez desafiada y regu- to que Noemí Vergara menciona.
larmente consultada, esta obra de Rojas es el canon Sin embargo, una mención no es igual a un estudio
definitorio de la historia literaria argentina.4 serio. De hecho, una mención es casi todo lo que recibe
A diferencia de muchos/as críticos literarios, Rojas la mayoría de estas mujeres. De las mujeres a quienes les
era lo suficientemente conciente para incluir a las dedica más atención, Andrade recibe dos centímetros y
escritoras en su historia. Ademas, les dio más que una medio en la edición que yo consulté, Manso, cinco, y
nota al pie de la página o un apartado: les dedicó un Guerra, siete y medio. Veintidós centímetros están dedi-
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cados a una nota al pie a Emma Berdier, un engaño: eso escritor). Aunque es dudoso que Rojas deseara
es más espacio que él otorgó a tres escritoras de verdad marginalizar a las mujeres, el efecto “rebote” de su
juntas –Andrade, Guerra y Manso–. La parte sobre Pelliza “inclusión” de las obras de mujeres las eliminó del
mide cuarenta y dos centímetros, treinta y uno más canon de los textos que los y las estudiantes de litera-
dados a Mansilla. Gorriti se merece setenta y seis centí- tura tiene la obligación a estudiar.
metros de texto. Si estos cantidades parecen generosas, No nos sorprende, entonces, el hecho de que du-
se deberían comparar con el espacio dedicado a los rante las décadas de 1930 y 1940, cuando Rojas
escritores (varones); por ejempo, Lucio Mansilla recibe estaba en la cima de su carrera, las escritoras del siglo
unas doce páginas. La diferencia entre el tratamiento diecinueve se desvanecieron de la vista y memoria
entre Lucio y Eduarda es más que llamativo. Una públicas. Solamente una nota breve escrita como una
inferencia lógica sería que él es mejor escritor que su curiosidad aparecería, generalmente en revistas feme-
hermana y más importante como tal. En términos cuan- ninas.7 Sólo Emma de la Barra (1861-1947) se man-
titativos, entonces, el hecho de que Rojas incluyó a las tenía en las noticias porque en 1945 se hizo una
escritoras en su historia es casi un gesto deferente. No película exitosa basada en su novela Stella. Elvira
constituye un estudio serio y equitativo de sus obras. Aldao de Díaz (1858-1950) siguió publicando hasta la
Lo que dijo acerca de ellas es aún peor que la poca década de 1950, pero su libro más conocido, Cartas
atención que les prestó. Afirmó que Pelliza tenía “más íntimas, no llevaba su nombre en la carátula sino el de
vocación que talento” (p. 787); que Guerra “fue menos su corresponsal, Lisandro de la Torre.
afortunada en su carrera que la aplaudida Eduarda El caso de Ricardo Rojas y su historia presenta una
Mansilla” (p. 791); que Manso se parecía a Sarmiento en clara enseñanza para las mujeres, especialmente las
su cara y sus intereses pedagógicos, pero que su obra estudiosas de mujeres. Siempre hay que cuestionar la
“muy estimada en su época, ha vivido menos que su historia canónica. No nos debemos dejar engañar por la
nombre” (p. 792); y que la poesía de Andrade fue la mera inclusión de las mujeres; la inclusión genuina
expresión de “una ingenua sensibilidad” (p. 792). Estos requiere que repensemos los valores históricos y el diseño
comentarios son mortales. Después de leer este resumen de los textos. La verdadera integración de las mujeres a las
de Rojas, pocas personas querrían leer la obra de estas esquemas históricas va a necesitar que arrojemos por la
escritoras. Es especialmente pasmoso el hecho de que la borda las historias canónicas y comencemos de nuevo con
apariencia física de Manso es presentada como un juicio premisas diferentes. Y, la lección más importante de todas
literario. Pelliza, quien, según Rojas, no fue una pensa- es que las mujeres no deben dejar que los varones sean los
dora original como sí lo era Manso, recibe un estudio más únicos que escriben la historia.
extenso y detallado en el cual su belleza se menciona Notas
varias veces. Una se pregunta: ¿si Manso hubiera sido bonita, 1 “Eduarda Mansilla de García”, La Ondina del Plata
habría recibido consideración equitativa? El mismo abordaje (9.V.1875), p. 157. Obsérvese que Mansilla gozaba de
biográfico domina la sección sobre Gorriti. Rojas asevera que buena salud y estaba muy activa en esta época.
Gorriti, “no obstante su mal gusto literario, [posee] el más raro 2 La Ondina del Plata (2.I.1876, p. 12).
temperamento de mujer que haya aparecido en nuestras 3 Mercedes Pujato Crespo, “Historia de las revistas femeninas
letras” (p. 796). Repite varias veces las palabras raro y y mujeres intelectuales que les dieron vida”, Primer Congreso
temperamento mientras resume la vida melodramática de Patriótico de Señoras en América del Sud (Buenos Aires, Imprenta
Gorriti, que él encuentra más interesante que su escritura. Europa, 1910, pp. 157-179.
Los pocos comentarios sobre su obra no son de elogio; él 4 Para una idea de las muchas actividades literarias
considera que ella no tiene “el dón de la emoción perdurable de Rojas, ver Antonio Pagés Larraya, “Ricardo Rojas:
ni de la forma feliz” (p. 798). La única autora que no sufre una fundador de los estudios universitarios sobre literatura
referencia desdeñosa es Mansilla. argentina”, La Revista de la Universidad de Buenos Aires
En sí, los comentarios de Rojas son condescendien- 5 (1959), pp. 349-67; reimpreso en su Juan María Gutiérrez
tes y despectivos, pero no serían tan fatales si no fuera y Ricardo Rojas: Iniciación de la crítica argentina (Buenos
por el rol único de la Historia de la literatura argentina. Aires, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 1983), pp. 57-
Los historiadores/as y críticos/as suelen repetir el 80. Para obtener una idea del estima que goza la obra de
juicio de Rojas o usarlo como punto de arranque; su Rojas, ver Testimonios sobre Ricardo Rojas (Buenos Aires,
trabajo es tan fundamental que muchas veces se la cita Instituto de Literatura Argentina “Ricardo Rojas”, 1984).
sin mencionar la fuente. Así, es especialmente impor- 5 Noemí Vergara de Bietti, “De cómo fui y no fui alumna
tante entender el contenido de doble filo de este capítulo de Ricardo Rojas”, Testimonios sobre Ricardo Rojas, p. 193.
famoso; en esencia, la manera en que incluyó a las 6 Ricardo Rojas, “Las mujeres escritoras”, La literatura arge-
mujeres termina como una suerte de exclusión. Rojas ntina, vol. II Los modernos (Bs Aires, Juan Roldán, 1925), p. 768.
enseñó a la gente que lo leía que, aunque sí había 7 Para una discusión de la teoría de Rojas sobre la
escritura de mujeres, no era “buena” ni “importante” y historia, ver Ana María Zubieta, “La historia de la literatura:
se la podía obviar sin disculpa alguna. Al segregar a las dos historias diferentes”, Filología 22 (1987), pp. 191-213.
mujeres en un capítulo aparte, Rojas las sacó del 8 Ver, p. ej.: Zulma Núñez, “Mercedes Rosas, la primera
contexto de sus contemporáneos varones y dejó la novelista argentina”, Atlántida 29 (noviembre 1946), p. 30 y
impresión de que las mujeres no participaban en las 94; “Hace 50 años que murió la poetisa Josefina Pelliza de
corrientes literarias principales, es decir de los varones. Sagasta, figura olvidada”, Democracia (Concordia), 11,viii.1938;
Al asignar más importancia al sexo de las autoras que o María Velasco y Arias, “Eduarda Mansilla de García”, Boletín
a sus obras, ofrece un ejemplo de cómo la biografía se del Colegio de Graduados de la Facultad de Filosofía y Letras
podía utilizar para ignorar la obra de una escritora (o un 28-29, agosto-diciembre de 1939, pp. 91-94.
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La escritura de Victoria Ocampo: y es la compleja relación de Ocampo con su imagen de


escritora. En El archipiélago, primer volumen de la serie
malestar, destierro y traducción autobiográfica, la lectura infantil de Les aventures de
Télémaque se presenta como un placer cuyo objeto, el
Cristina Iglesia libro mismo, se oculta en una chimenea para ser retomado
con avidez día tras día, un placer que se intensifica
porque se demora, porque se suspende: «cuando Calypso,

V
ictoria Ocampo comenzó a escribir su Autobio la ninfa Eucharys, Télémaque y Néptolème desaparecían
grafía en 1952. Por entonces, sus Testimonios en la chimenea, ahí convenía dejarlos hasta el día
ya conforman tres volúmenes y el cuarto está en siguiente, aunque me devorara el deseo de continuar la
preparación. En enero de 1953 Ocampo nos lectura y de vivir en deslumbrante compañía» (A, I, 125).
anuncia que retoma sus memorias luego de una interrup- La búsqueda de su propia palabra adulta se parece
ción de dos meses, y en la primavera de ese mismo año mucho a ese mecanismo de lectura infantil: la autobio-
pone fin a su trabajo autobiográfico. A su muerte, en 1979, grafía es un relato escrito a escondidas, cuya lectura
la Autobiografía permanece inédita. Mientras tanto, ha pública se demora durante toda su vida.
publicado diez volúmenes de Testimonios que abarcan un Placer oculto de la lectura y la escritura, entonces,
período considerable de su vida: 1935-1977. Una parte pero también una fuerte represión operando sobre su
importante de los episodios de su historia de vida se cuerpo de mujer: cuando en otro pasaje del relato de
anticipan en esta serie testimonial; otros seguirán delibe- infancia, el personaje de Victoria niña descubre, bajo
radamente ocultos. la imperfecta tachadura de tinta que una mano adulta
La decisión de mantener dos corpus de escritura trazó sobre las líneas de un cuento de hadas, que el
autobiográfica, uno que se exhibe y otro que se produ- vientre de la reina debió crecer para que naciera el
ce en el interior de un círculo donde autora y lectora príncipe, la revelación resulta doble: se descubre, en
son una misma (hay en la autobiografía numerosas la lectura, que el propio cuerpo proviene de la materia-
señales de autolecturas reiteradas a lo largo de los lidad de otro cuerpo y, al mismo tiempo, que no es
años, algunas que hasta llegan a explicitar la fecha de bueno que esto pueda ser leído por una mujer. Este
la relectura y otras que, sin una datación precisa, conflicto que se expresa también en una fuerte ten-
instalan nuevas reflexiones que se convierten en notas dencia a la espiritualización absoluta de su concep-
al pie) parece constituir un pacto consigo misma que ción de la literatura enfrentada a su permanente
Ocampo cumple rigurosamente. intuición de la corporeidad de toda escritura -«mis
Testimonios y Autobiografía sostendrán, así, una ojos, fijos en estas líneas no perciben a la manera de
relación de misteriosa complicidad hasta que la publica- los ojos, sino a la manera de una palma apoyada sobre
ción póstuma de la segunda abra la posibilidad de un pecho»- es uno de los aspectos que otorga
responder a un interrogante crucial: ¿qué es lo que no se dramaticidad a su búsqueda de un estilo propio.
incluye en las entregas testimoniales destinadas a lecto- Victoria padece el malestar de la escritura (y este
ras/es contemporáneos a su proceso de producción y padecimiento se vincula en parte con los mandatos
qué es lo que sí se escribe en esas otras páginas cuyo familiares y sociales que operan sobre una mujer del
destinatario posible es un/a lector/a póstumo/a cuya siglo XIX, canon de conducta que sigue actuando
mirada ya no resultará inoportuna sino bienvenida? sobre su educación y formación intelectual a pesar de
Sabemos ahora que el hueco principal en el corpus que en otros aspectos se la pueda considerar muy siglo
textual que Victoria Ocampo decide no editar en vida XX) así como padece la falta de estudios sistemáticos,
gira alrededor del nombre de Julián Martínez, alguien la pérdida de tiempo, la haraganería al encarar sus
jamás mencionado en sus Testimonios. La irrupción proyectos de escritura, faltas todas vinculadas a ese
de su historia de amor con Julián en la Autobiografía canon y a la escasa funcionalidad que éste le otorga a
enfrenta a sus lectores/as no sólo con un relato inédito los saberes y a las actividades intelectuales de la
sino también con una escritora hasta entonces desco- mujer. Pero este malestar que amenaza con enfermar
nocida. La narración autobiográfica asume en este su escritura no logra, sin embargo, enfermar su cuer-
tramo la forma de un extenso diálogo entre los aman- po. El cuerpo de Victoria escapa al mandato
tes. Este diálogo apasionado y firme, lúcido y tierno, es decimonónico de la enfermedad y emerge mucho más
el correlato en la escritura de una relación entre pares, sano y más libre de lo que ella misma desearía sugerir
de la que están ausentes el deslumbramiento y la en numerosos tramos de la autobiografía. Pero si su
actitud reverencial, -y, como contrapartida, cierto cuerpo puede llegar a triunfar en el armonioso ensam-
ademán despótico- casi siempre presentes en las que ble del goce amoroso, su relación con la escritura
Victoria mantuvo con otros hombres. El diálogo inten- continuó siendo, durante mucho tiempo, la historia de
ta reproducir una relación cuerpo a cuerpo, sin dis- una frustración. El gesto de perezoso descuido, de
tancias, sin desniveles, sin jerarquías. La mujer que a niña precoz pero negligente, no logra ocultar en su
través de los años consigue recuperar la fuerza y la relato, la obstinación con que Victoria Ocampo persi-
frescura de esta pasión en la escritura, nos dice, con guió su propia imagen de escritora. Creo que el primer
rodeos pero sin ambigüedades que Julián Martínez paso dado para capturar esa imagen fue la adopción
fue su gran interlocutor textual, su gran interlocutor de un seudónimo articulado como una selección de los
vital, un cuerpo y una palabra masculina que no múltiples que al nacer le pusieron sus padres. Ramona,
obstaculiza sino que estimula su escritura.1 Victoria, Epifanía, Rufina: de esta abrumadora canti-
Pero hay algo más que este gesto simétrico -doble dad de nombres, eligió uno, Victoria, del mismo modo
vida, doble circulación de la escritura- pone en evidencia que eligió usar para siempre sólo su apellido paterno.2
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Más allá de este gesto temprano, en que elige darse un ción. La traducción es un lugar no deseado para su
nombre para la actuación pública -sabe que no será una escritura, una opción tensa, muy alejada de la coque-
mujer de puertas adentro y se prepara para ello- los tería que Max Daireux le atribuye apresuradamente.3
orígenes de la frustración de Victoria con respecto a la En la anécdota de infancia que figura al comienzo
escritura quizá puedan rastrearse en un doble vaivén que de Palabras francesas, Genevieve de Brabant es «ese
ella ha tematizado muchas veces: destierro y necesidad de nombre tan hermoso» mientras que Genoveva, el de
pertenencia, por un lado, y por otro, la imposición del «aquella muchacha tan fea». Además de la presión del
francés como primera lengua frente a la necesidad de francés como lengua primera, funciona en este episo-
escribir en español para sus contemporáneos. La idea del dio una marcada supremacía de lo literario sobre lo
destierro, del desarraigo permanente es un eje temático de cotidiano, esa actitud reverencial frente a la palabra
los Testimonios que le permite la elaboración de una escrita que Victoria Ocampo reivindicó para sí misma
imagen conflictiva que la define y define también a su y que propuso como modelo de lectura, pero también,
núcleo de referencia: «Desterrados de Europa en América. al recordarlo, Victoria adulta consigna una nueva
Grupito diseminado del Norte al Sur de un inmenso autoimposición: la necesidad de enfrentar el hecho de
continente y afligido del mismo mal, de la misma nostalgia, que, si debía dirigirse a un público que leía en español
ningún cambio de lugar podría, definitivamente, cu- no tendría más remedio que «pasar por ello»:
rarnos» (A, I, 229). Pero lo que me interesa señalar es tendría que aprender a escribir, a ver, Genoveva
que la insatisfacción del viaje, del cambio de lugar se donde antes había escrito Genevieve.
vincula a otro drama vivido, esta vez, en la estricta Sin duda el hecho de que Ocampo decidiera no
materialidad de la escritura. Traducir autores ingle- publicar su autobiografía durante su vida señala el
ses, norteamericanos o franceses es una tarea placen- punto máximo de la permanente oscilación que
tera para Victoria Ocampo: la traducción es su escri- tiene para su mirada, su propia imagen de escritora,
tura más asidua, la que de hecho mantiene hasta los estrechamente vinculada a la necesidad de encon-
últimos días de su vida. Pero la traducción se torna trar su lugar en la lengua, pero también su lugar en
problemática -porque se vive como otro tipo de destie- la historia argentina.
rro en la lengua- cuando es su propio texto el que debe Los años del gobierno peronista que desde su
soportarlo. A veces, Victoria traduce sus líneas y a perspectiva resultan particularmente opresivos,
veces las entrega, con angustia, a otras manos. «La estimulan sin duda, su vuelta hacia el pasado en
elección del francés ha tenido lugar en mí sin que mi la escritura.4 Pero al mismo tiempo, lo que Ocampo
voluntad pudiese intervenir. Mi voluntad, al contrario, percibe como ingratitudes del contexto fisuran las
trata ahora a tal punto de corregir ese estado de cosas que condiciones de recepción y perdurabilidad de una
no he publicado nada en francés -excepción hecha de De imagen en la que su destino y el de la patria, su historia
Francesca a Beatrice- y que vivo traduciéndome o hacién- y la de la patria, se superpongan dócilmente. La
dome traducir por los demás continuamente» (T, I, 25). nostalgia de otros tiempos fundamenta las certidum-
La mención de De Francesca a Beatrice, su primer bres del presente: en 1952 ya no le resulta posible
ensayo publicado, cuando Victoria quiere hablar de su hablar de lo que sucede en la esfera del poder político
conflicto con la lengua, es absolutamente comprensi- como de «asuntos de familia», ni localizar los aconte-
ble. Antes de encontrar un público más amplio este cimientos históricos en lugares cercanos, familiares:
texto primerizo es sometido, voluntariamente, a las es difícil escribir ahora «la cosa había ocurrido en casa
miradas críticas de dos hombres que le aconsejarán o en la casa de al lado o en la casa de enfrente». Del
que abandone el intento por razones opuestas: Groussac mismo modo, la evocación de episodios de su vida
le sugiere ocuparse de sí misma y no de lo que otros han adulta que muestran una fluida relación con el poder
escrito, lo que equivale a decirle que no invada el terreno político, como la que se hace en el volumen VI de la
masculino del ensayo, y Estrada se muestra inquieto Autobiografía -«yo contaba con el apoyo que sin duda
porque el texto encierra demasiadas claves privadas. Marcelo de Alvear, entonces presidente y amigo perso-
Victoria decide de todos modos, publicarlo en francés, nal, podría darnos si lograba interesarlo en esta
limitar de este modo su público potencial. Para la empresa cultural» (89)- subrayan su efectiva pérdida
edición castellana, propuesta y editada por Ortega y de incidencia en el presente de la escritura, incidencia
Gasset, es Ricardo Baeza quien oficia de traductor. Pero ahora reducida al núcleo más íntimo de la revista Sur.
Victoria considera que esta versión es una especie de Al reconstruir una prolija genealogía, Ocampo escri-
híbrido excesivamente pulcro y se siente obligada a be que su bisabuelo Aguirre viaja a Estados Unidos en
reescribirla para producir «una leve argentinización». 1817 a solicitar un reconocimiento para la patria que
Si el/la traductor/a es aquella persona cuya tarea nace y encuentra en esa lejana búsqueda un antece-
parece siempre destinada a un cierto fracaso, alguien dente de su propia acción: «Dentro de otra esfera, en
cuya escritura persigue otra, la original, que no se condiciones muy diferentes, yo también he tratado de
alcanza, ¿qué resulta de esta escritura a tres manos, negociar un reconocimiento [...], yo soñé con traer otros
Victoria francesa, Baeza castizo y otra vez Victoria, veleros, otras armas, para otras conquistas. Y viviendo
pero esta vez buscándose a sí misma, intentando mi sueño traté de justificar mi vida. Casi diría de
reproducir la originalidad de su propia escritura pero hacérmela perdonar» (A, I, 15). En ambos casos, «nego-
ahora en una lengua cuyos matices le resulten menos ciar un reconocimiento» implica admitir la desigualdad
extraños, menos lejanos? La idea misma de la traduc- que, traducida casi siempre como dependencia de
ción opera en Victoria Ocampo como otra vuelta de modas o modelos culturales europeos, asigna un carác-
tuerca, o bien otra manera del destierro, del cambio de ter ilusorio a cierta imagen de ciudadana del mundo
lugar que siempre termina por producir insatisfac- que Ocampo se construye a lo largo de toda su produc-
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ción. De cualquier modo su Autobiografía, texto secreto, Textualidad femenina e historicidad


texto intraducible, pero finalmente traducido y publica-
do, elaborado en el espacio que su historia, su lugar de en A paixâo segundo G. H. de
clase y su sexo le permiten, establece un precario pacto
de convivencia, en esa escritura encabalgada entre dos
Clarice Lispector
lenguas, entre lo que se desea, lo que se tiene en el Sandra Garabano
presente, lo que se ha perdido en el pasado y lo que
apenas se permite esperar de un futuro cercano, en esa El otro. Con el otro
línea de contemporaneidad ilusoria que la mejor escri- la humanidad, el diálogo, la poesía, comienzan.
tura autobiográfica tiende entre la persona que escribe Rosario Castellanos
y la que lee. Al mismo tiempo, al insertarse deliberada-

P
mente en un sistema que la incluirá póstumamente, ensar acerca de Clarice Lispector y no referirse
negocia con esos lectores y lectoras un reconocimiento: al feminismo sería para mí un silencio
el de un lugar propio para su escritura, perdida hasta distorsionante. Cómo leer A paixâo segundo G.
entonces en su labor de anfitriona y difusora de la H.1 sin preguntarnos por la escritura femeni-
escritura de otras personas. na, la escritura del cuerpo, el sujeto femenino, la
literatura de mujeres, la literatura feminista y un
Obras de Victoria Ocampo citadas en este trabajo:
sinnúmero de preguntas que surgen a partir de los
De Francesca a Beatrice. Madrid, Ed. Revista de Occidente, 1924.
postulados de la crítica feminista.
Testimonios, Primera serie, 1920 a 1934. Bs. As., Ed. Fundación Sur.
Autobiografía, vol. I. Bs. As., Ediciones Revista Sur, 1979.
Desde trabajos como «La risa de la medusa» o La jeune
Autobiografía, vol. IV. Bs. As., Ediciones Revista Sur, 1979.
nee, Helène Cixous exhorta a que las mujeres escriban y,
sobre todo, escriban acerca de mujeres. Sin embargo, este
Notas llamado sólo es parte de la agenda de la crítica feminista,
1Para éste y otros aspectos de la apuesta autobiográ-
en la que la problematización del lenguaje, el cuerpo, la
fica de Ocampo, ver el excelente capítulo «The theatrics of sexualidad y la escritura parecen estar interrelacionadas
reading: body and book in Victoria Ocampo» que Sylvia
entre sí y, a su vez, relacionadas con diferentes posturas
Molloy le dedica en At Face Value: Autobiographical Writing
in Spanish America. Cambridge University Press, 1991. políticas de diversos grupos feministas.
2La idea de la utilización de una reducción del nombre En este trabajo trataré de analizar la construcción
propio como seudónimo ha sido sugerida por David Viñas en del sujeto G. H., partiendo de la dicotomía del Yo frente
el curso dictado sobre Lucio V. Mansilla en la Facultad de al Otro. Mi propuesta es que el sujeto pensante y
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en trascendente en A paixâo segundo G. H. deja lugar al
1886.
3Ver «Palabras francesas» en Testimonios I. Buenos nacimiento de un sujeto que no puede evadir su
Aires, Ediciones Fundación Sur, 1981. historicidad. G. H., después de su experiencia mística,
4Esta peculiar relación entre el pasado y el momento después de su pasión, comprende que la existencia
de la escritura en Victoria Ocampo puede entenderse humana es un diálogo con el mundo, un diálogo con
mejor a partir de una eficaz descripción de Huber Brochier el otro;2 diálogo que queda atrapado entre el discurso
«Esta presencia coloreada, inmediata del pasado lejano, del cuerpo y el discurso de la historia. El sujeto G. H.
el lugar inesperado que vienen a ocupar loss recuerdos se mueve dentro de un doble espacio: un espacio
surgidos imprevistamente y su expansión incontrolable
en nuestro espacio interior hacen nacer el deseo de marcado por los valores de orden, trabajo y pudor (que
escribirlos para eternizarlos (para revivirlos una y otra responden a los valores de la clase media a la que
vez. Esta situación constituye el momento más favorable pertenece) y un mundo de búsqueda, donde el dolor y
para escribir: aquel en que el pasado es más presente que el placer se superponen y, sobre todo, se oponen a la
el presente mismo hasta el punto que éste pierde brillo si ética utilitaria de la moral burguesa.
se lo compara con aquel», en «Psychanalyse et desir La crítica feminista, sobre todo la crítica francesa,
d´autobiographie» en Delhez Sarlet, C y Catani, M,
ha hecho hincapié en la sexualidad femenina y en el
Individualisme et autobiographie en Occident, Editions de
Université de Bruxelles, 1983. cuerpo femenino como elementos subversivos. Para
Luce Irigaray, el sexo femenino es múltiple, difuso, y
genera una economía libidinal femenina que marca el
ritmo de la escritura. En esta misma línea, Cixous
propone que la escritura femenina es continua, abun-
dante, excesiva, diversa, en oposición a la escritura
masculina que sería breve, centralizada y cortante.
Nº 35 Esta dirección de la crítica feminista es la que más se ha
• ReportajesaRafaelBielsayElviraHernández fascinado con la producción de Clarice Lispector, ya
• “Pessoa,Svevoyloscigarillos”,ensayodeAntonioTabucchi que esta autora ofrece varios ejemplos de lo que Cixous
• “Notassobrelapoesía”,deValéry e Irigaray denominan «escritura del cuerpo». Sin em-

• “No”,deIdeaVilariño
bargo, restringir la escritura de Lispector a la escritura
del cuerpo y centrarnos en lo femenino para definir la
• Dossier:J.R.Wilcock subjetividad de G. H. sería limitar la lectura de la novela
• “Lacorrupcióndelanaranja”,deDaríoCanton y adoptar una posición determinista en cuanto a lo
• “Aproximaciónalaforismo”,ensayodeRaúl femenino, posición que está fuera del espíritu de la
GustavoAguirre novela. Más allá de esta aclaración, creo que la estrate-
gia discursiva del cuerpo femenino es válida en una
cultura marcada por el pudor y la represión.
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Entrando ya en el texto, Cixous plantea que la da de la utopía; utopía que sólo es posible si se evade al
experiencia de construcción del sujeto de G. H. la lleva otro: «Quero o material dais coisas» pero «nossas maos
a descubrir que «ella es un objeto entre objetos».3 Pero que sao grossas e cheias de palavras» (p. 153) no nos
antes de llegar a este estado de humildad, G. H. ha dejan llegar a «ese lugar» donde es posible sentir lo
pasado por la pérdida de su identidad. Desde su material de las cosas. Sin embargo, G. H. rechaza la
situación de mujer de clase media con independencia utopía como objetivo individual, como forma privada, y
económica, tiene una identidad definida por individuos de este abismo entre la necesidad de una búsqueda
de su misma condición social. Vive en un mundo individual y una búsqueda social surge la gran paradoja
suspendido, donde el otro como elemento extraño no textual. Necesitamos del otro (la historia), pero al mismo
afecta su identidad. Desde esta perspectiva, G. H. tiempo, es el otro el que rompe el espacio privado,
pretende reducir el mundo al contenido de su concien- individual, donde la utopía es posible. G. H. encerrada en
cia: «...O mundo enteiro tera que se transformar para eu su departamento, encuentra en el espacio de la empleada
caber nele» (p. 7). Ella es la mirada de los otros, pero son un mundo en el que la diferencia la lleva hasta el punto
«otros» que no interfieren en su identidad, porque en de ver al que es distinto como un insecto inmundo. Lejos
definitiva «los otros» son de su misma condición social estamos del espacio donde el yo y el otro coexisten
y comparten con ella los mismos códigos culturales: «eu simultáneamente; lejos estamos de la «difference» plan-
me trato como as pessoas me tratam, sou aquilo que de teada por Cixous. Aquí nos enfrentamos a una subjetivi-
mim os outros veem» (p. 22). Esta construcción realiza- dad amenazada: amenazada por el otro. G. H. debe pasar
da por las demás personas entra en conflicto cuando el por la experiencia nauseabunda de incorporar al otro
otro es un ser realmente extraño al sujeto. G. H. pone para romper esta amenaza. Para quebrar esta paradoja, G.
en tela de juicio su identidad cuando descubre en el H. incorpora lo más grotesco del otro. La mirada múltiple
cuarto de la empleada el dibujo que la misma ha hecho y prismática de la cucaracha es la mirada de un mundo
de ella. Hasta ese momento, la identidad de G. H. no ajeno a G. H., es el otro que la saca de «a espirituosa
había entrado en contradicción porque ella vivía elegancia de minha casa» (p. 27) y la lanza en el mundo,
rechazando todo aquello que estuviera más allá de su en la historia. Hasta este momento, el mundo de G.
experiencia inmediata; había puesto el mundo entre H. no era más que su experiencia inmediata con las
comillas, como ella misma declara. Es Janair, la cosas: «Por honestidade com uma verdadeira autoria
empleada, a través de la pintura, quien destrona a eu cito o mundo, eu o citava, ja que ele nâo era eu nem
G. H. de su posición de sujeto trascendental y la meu» (p. 27).
introduce nuevamente al mundo de las diferencias. Sin embargo, esa aceptación del otro nunca es
Janair saca a G. H. de su mundo imaginario y la total, siempre permanece en el terreno de la para-
introduce al mundo de la historia. Su mirada es doja; por eso surge la necesidad de escribir. El
definitiva en la experiencia posterior de G. H. «Janair era lenguaje tiene la capacidad de construir y man-
a primera pessoa realmente exterior de cujo olhar eu tener cierto orden simbólico que en última ins-
tomava consciencia» (p. 36). Es cierto que esta mirada tancia suscribe a todos los demás individuos. A
está mediatizada por la narradora en primera persona través de la escritura, G. H. busca recuperar ese
(G. H.). Sin embargo, es significativo que en el texto orden que le devuelva, al menos, algún tipo de iden-
predomine el punto de vista de G. H. al mismo tiempo que, tidad. Helène Cixous sostiene que la escritura está
en la narración, las miradas de las otras personas son tan ligada al sentimiento de una pérdida: «Creo que se
importantes. La mirada de Janair, la mirada de la cucara- puede comenzar a progresar en el camino del descu-
cha, la mirada de sus amigos y una sola voz que narra en brimiento , del descubrimiento de la escritura o de otra
primera persona (aunque a veces se desdobla) son un cosa, sólo desde el punto del lamento o la repetición del
buen ejemplo de la tensión que existe en el texto entre la lamento. Al comienzo el gesto de escribir está ligado a
necesidad de vivir en un mundo entre comillas para la experiencia de la desaparición, al sentimiento de
defender una falsa identidad y el deseo de abrirlo hacia lo haber perdido la llave al mundo».4
desconocido: Janair, una mano, la cucaracha, el otro. Con este gesto de despojamiento comienza A paixao
A partir de la pintura, o mejor, del «juicio de segundo G. H.; despojamiento que lleva a G. H. a
Janair», G. H. pierde su identidad y nunca la recupe- emprender una búsqueda a través de la palabra para
rará. Desde esta mirada, su relación con el mundo y poder reestablecer una identidad. Como menciona
con el otro será una paradoja; paradoja que se resuel- Cixous, encontramos en el texto esa sensación de
ve, aunque a medias, con la escritura. pérdida y de dolor; G. H. ha perdido la conexión con el
El otro será una necesidad para escribir, necesitará mundo, desconfía del otro, no acepta su mano. La única
de la mano del otro para sentirse segura, aunque al forma de reestablecer esa conexión es a través de la
mismo tiempo lo rechace: «Mas receio començar a compor palabra. Después de la pérdida, se inicia la búsqueda:
para poder ser entendida pelo alguem imaginario, receio «...estou procurando, estou procurando. Estou tentan-
començar a fazer un sentido» (p. 11). El otro se convierte do entender.» (p. 7), comienza la narradora. Pero al
en una defensa del sujeto a través de la mano que mismo tiempo, esta búsqueda debe ir más allá de la
extiende; pero al mismo tiempo, en una amenaza: puede palabra. La palabra es la herramienta que ayuda a
obligar al sujeto a volver a esas pequeñas verdades de las reestablecer la conexión con el mundo, pero es una
que G. H. está intentando salir. G. H. necesita del otro herrramienta de la cual también desconfía. La palabra
para emprender la búsqueda de su nueva identidad; pero es una máscara de la realidad, no es la cosa, sino el
el otro rompe ese espacio privado donde reina el orden y nombre de la cosa con la que se construyen las falsas
donde las palabras han recobrado su significado original. verdades de las que G. H. quiere huir: O nome e um
De alguna manera, la búsqueda de G. H. es una búsque- acrescimo, e impede o contato con a coisa. O nome da
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coisa e um intervalo para a coisa. A vontade de acrescimo la figura de la cucaracha el punto a través del cual
e grande -porque a coisa nua e tao tediosa. (p. 135) puede establecer el juego entre un sujeto amenazado
La palabra quiebra la unidad con el otro, separa, por su condición histórica y su deseo de trascender.
incomunica, pospone la comprensión del significado. Deseo que se acentúa por el carácter circular del texto
Pero la vuelta a la unidad original donde el lenguaje que niega en su estructura el paso del tiempo.
esté ausente es imposible, y aquí nos encontramos Al comenzar a escribir, planteaba que no hablar de
nuevamente con la paradoja que nos ofrece el texto: el feminismo sería un silencio distorsionante, y no puedo
deseo de recuperar al otro, de tener al menos una resistirme a la idea de concluir volviendo al punto de
mano para poder continuar la narración y, al mismo partida. En primer lugar, no veo en esta novela una
tiempo, el miedo al otro, cuya voz está ausente de la preocupación por construir un nuevo modelo de «iden-
narración; paradoja que parece no tener fin debido a tidad femenina», modelo que buscaría definir lo feme-
la estructura circular del texto. «Para poder ser, he de nino como una categoría fija y universal. Por el contra-
ser otro», escribe Octavio Paz, y G. H. lo corrobora. Sin rio, creo que la novela intenta desmontar el discurso
embargo, salir del yo y vivir entre las otras personas (el que domina el ámbito social al cual pertenece. Cuando
mundo) la obliga a formar parte del discurso de la se pregunta «E quanto homens e mulheres, que era
historia y a incorporar sus aspectos más dolorosos. eu?» (p. 25), G. H. está poniendo en tela de juicio el
Entre «o ser e o dizer abre-se um hiato, uma sistema binario que atrapa al sujeto en oposiciones de
distancia permanente»,5 y esa distancia, ese hiato identidad y, en última instancia, cuestiona las catego-
entre el yo y el otro, entre el significante y el significado, rías genéricas de masculino y femenino.
entre la realidad y el lenguaje, es llenado por la La subjetividad de G. H. se construye entonces
narradora a través del despliegue de una abundancia desde varios ejes: «jeitos masculinos», «o prazer de ser
verbal que, en ciertos casos, lleva a la contradicción. femenina» (p. 25), la incorporación del otro (mundo) y el
La contradicción y la paradoja son, según Roland rechazo, como mencioné anteriormente, de toda iden-
Barthes, los antihéroes de nuestra sociedad y, por tidad basada en lo femenino como idea esencial. Si hay
oposición, una de las características principales de lo algo en la novela que pueda identificarse como femeni-
que él mismo define como «ecriture». La escritura es no, según la crítica francesa, es la escritura del cuerpo.
una práctica subversiva que promueve la actividad del En este sentido, encontramos en el texto una sensación
lector o lectora sobre la receptividad, el juego del de que las palabras no alcanzan para expresar la
lenguaje sobre la representación y, sobre todo, un realidad; siempre queda un espacio, un abismo entre el
texto abierto cuyo valor procede de su duplicidad. significante y el significado que lleva a una abundancia,
La abundancia, el juego, la ruptura de la sintaxis fluidez y desborde textual. Dicho de otra forma, las
tradicional son algunas de las estrategias que la palabras no «me expresan» y necesito el cuerpo como
narradora utiliza para llenar ese espacio, ese hiato. A estrategia discursiva para al menos achicar el abismo
través de este proceso, G. H. intenta buscar un lengua- entre las palabras y las cosas. Esta estrategia sólo sirve
je que le ayude a reconstruir su nueva identidad; a medias, ya que deja al sujeto atrapado entre la
fuerza las palabras para prescindir de ellas: «Seremos abundancia y la sensualidad del discurso, «the dance of
a materia viva se manifestando diretamente, signifier» y el dolor y la aridez de la historia.
desconhecendo a palavra, ultrapassando o pensar que
Notas
e sempre grotesco» (pág. 168). Sigue la paradoja de 1
Clarice Lispector. A paixâo segundo G.H.
narrar para no narrar, escribe para cortar la distancia
Nova Frontera, Río de Janeiro, 1986. En
entre la realidad y el deseo, el significante y el signifi- adelante, cito por esta edición; número de
cado, la realidad y las cosas. página entre paréntesis. Ediciones en caste-
«Me tiene que comprobar el texto que usted escribe llano: La pasión según G.H. Caracas, Monte
que me desea»,6 escribe Barthes, y Lispector corrobora Avila Editores.
ese deseo en su novela a través de la escritura. G. H. 2
El término «otro» refiere a un sujeto que
despliega toda una estrategia discursiva a partir de su puede pertenecer al género masculino o al femenino; no
necesidad de mediatizar la presencia del otro y aceptar implica una exclusión ni una adjudicación de género
que el paraíso en el que ella habitaba hasta entonces sexual, sino que refiere a todo sujeto distinto del yo.
3
«nao tem gosto humano» (p. 138). El texto de Lispector Helène Cixous. Reading with Clarice Lispector. Univ.
desea y rechaza a la persona que lee, la desea para of Minnesota Press, Minneapolis, 1990, p. 25: “she is an
iniciar la narración pero al mismo tiempo la rechaza object among objects”, la traducción es mía.
4
porque sabe que la narración nos desvía de las cosas. Helène Cixous. Writing Differences: Reading from the
El deseo de incorporar al otro a partir del dibujo de Seminar of Helène Cixous. Susan Sellers (ed.), St. Martin’s
una negra africana que la hizo «brotar de uma parede» Press, New York, 1988, p. 105: “I believe that one can only
es el mismo deseo de sostener una mano antes de begin to advance along the path of discovery, of discovery
of writing or of something else, from the point of mourning
comenzar a escribir. Es el deseo del otro que amenaza
or the repetition of mourning. In the beginning the gesture
y alivia, que marca los límites y los medios de cada
of writing is linked to the experience of disappearance, to
cultura; el monstruo amenazador de los cuentos fan-
the feeling of having lost the key of the world”; la traduc-
tásticos, que se humaniza en la novela de Lispector y ción es mía.
se convierte en lo desconocido, en esa parte de la 5
Benedito Nunes. O drama da linguagem: Uma leitura de
historia y del mundo que duele incoporar. Si el mons- Clarice Lispector. Atica, Sao Paulo, 1989, p. 74.
truo de los géneros populares es el otro límite, aquello 6
Roland Barthes. The pleasure of the Text. Hill and
que es inhumano, lo desconocido, el enigma, Lispector Wang, New York, 1973, p. 6: “The text you write must
convoca en su novela a este monstruo, y encuentra en prove to me that it desires me”, la traducción es mía.
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Matilde Sánchez: la literatura en fuga un carácter. Siempre se trata de un desplazamiento.


Correrse de sí: «Creo estar deshaciéndome de mi
propia historia para convertirme en alguien ajeno a sí
Adriana Amante y David Oubiña
mismo. Sí, sí, tal cosa es posible. Pero el hecho no debe
resultarte desgraciado. ¿Dónde estaría si no extrajera
Cuando la nevada se ha endurecido y los copos conge-
lados se agrupan en una superficie sólida y continua, no
todas las fuerzas de mi persona?», escribe la protago-
queda ya ni ese levísimo chasquido ni la marca de nues- nista de la primera novela. Dejar de ser lo (la) que se
tras pisadas. Desaparece todo eco de nuestras acciones, era, en La ingratitud; convertirse en otra, en El Dock.
amortiguadas. Así, durante meses enteros, sólo hay pasos Contra toda previsión. En este gesto resistente cabe
sin sonido y no hay forma de saber si uno ha caminado. toda la militancia de Matilde Sánchez. El pasaje, la
La ingratitud. Matilde Sánchez excentricidad, la incomodidad de un no lugar, el
devenir otro (generalmente «otra», pero qué importan-
cia tiene, en el fondo, en su caso, el género) se

L
os textos de Matilde Sánchez se diferencian enuncian desde un yo que se adjetiva femenino pero
de la mayor parte de la literatura escrita por sólo en tanto estrategia de oposición. Sólo si ese
mujeres en la Argentina. Su escritura no femenino incluye a los exiliados, a la guerrillera, al
busca definirse a partir de una supuesta huérfano. Sólo como sinécdoque de toda marginalidad,
naturaleza femenina; en todo caso, pretende diseñar como condición de extranjería.
un parámetro distinto a partir del cual establecer la La expulsada cuenta desde la expulsión a partir de
femineidad de los discursos. Ni La ingratitud ni El Dock entender que ese lugar incómodo es el ámbito de la
se apoyan en una moral de grupo para obtener de ahí más perfecta pertenencia. Tanto La ingratitud como El
su fuerza. Ningún género previo a la escritura. Si hay Dock narran la dificultad de hallar un lugar cierto. En
femineidad en estas novelas, no consiste en una la búsqueda de una colocación, sólo el cine parece dar
declaración de principios que se hace a través del a sus narradoras la ilusión de ubicuidad. Sólo el cine
texto, sino en cierta sensibilidad con que una escritura permitiría, sin desgarros, la posibilidad de estar en el
(nunca una escritora) percibe el mundo. Oposición de lugar exacto (del que nunca se debería haber salido o
un punto de vista femenino de la escritura frente a la al que siempre debería intentarse llegar); la realización
militancia feminista de la literatura que suele hacer más perfecta de una utopía: el viaje inmóvil.
del género sexual un problema excluyente. Es cierto En la búsqueda de ese centro virtual, el yo narra-
que Matilde Sánchez podría afirmar con pleno derecho tivo de La ingratitud no puede dejar de mostrar las
que ella es sus protagonistas, pero sólo en el mismo huellas de su dislocación. Y así, la escritura arroja los
sentido en que Flaubert se reconocía en su Emma fragmentos, despojos de los géneros que no terminan
Bovary. de definirse e instalarse en la novela. Se suceden,
Hay un factor común que permite relacionar algu- como en otros textos sucederían las acciones, proyec-
nos textos tradicionales escritos por mujeres (diga- tos de escrituras: novela epistolar, diario íntimo, con-
mos, La casa del ángel de Beatriz Guido, Personas en fesión, libro de viaje. La ingratitud es -intermitente y
la sala de Norah Lange o los volúmenes de la Autobio- simultáneamente- cada uno, porque no hace más que
grafía de Victoria Ocampo): la constitución de un decepcionar la expectativa genérica y descolocarse al
sujeto femenino leído en coordenadas familiares. Sólo disolver cada género en la forma siguiente.
a partir de un hogar familiar las narradoras constitu- Leída a partir del desvío, la tergiversación se convierte
yen un yo; así, la literatura aparece como el resultado en el punto clave de esta ficción. Porque toda clase de
de una metamorfosis más o menos ficcionalizada de género se enuncia para ser transformado, conjurando un
ese espacio de pertenencia. Es conocida la imposibili- camino directo hacia el sentido unívoco, inicial. Si de
dad de Victoria Ocampo para construir personajes: todas maneras, las novelas de Matilde Sánchez no dejan
escribir, en ella, es nunca dejar de decir yo. De esta de hablar, como las mujeres, de aquello que les pasa es
manera, la ficción se aleja de su desideratum literario; porque se trata del punto de partida para hablar de
postula (padece) la intimidad como única posibilidad aquello que pasa, con la conciencia de que -en el camino
de la escritura. «Las mujeres no suelen hablar de que va del uno al mundo- «era preciso salir de ese yo que
aquello que pasa, sino casi con exclusividad de aquello me imponía en cada línea el tono lírico. ¡Ah!, la manía
que les pasa», dice la naradora de La ingratitud. En esa lírica -para dejar de serlo debía borrarme». La disolución
sola frase Matilde Sánchez rompe con toda una tradi- arrasa con los contornos y con el concepto amplio de
ción de escritura femenina y abre otro espacio desde propiedad. No hay una distribución sexista de la litera-
donde las mujeres pueden escribir. Si en Victoria tura, no hay una espacialización -frecuente en textos
Ocampo el yo se escribe como personaje, en Matilde escritos por mujeres- entre un exterior masculino y un
Sánchez el personaje se escribe como yo: sólo desem- interior femenino. Menos connotativa, la literatura de
barazándose del espacio familiar adviene la literatura. Matilde Sánchez prefiere narrar el despojamiento de un
En La ingratitud una mujer viaja a Alemania para aquí y un allá que, en el momento de la iluminación, ya
poner distancia con su propia historia e intentar, no pueden -no quieren- reconocer referentes claros ni
desde allí, reconstruir la relación con su padre; en El límites exactos. Porque tampoco la imaginación propia -
Dock una mujer ve alterada su vida cuando debe junto a la percepción de sí- puede escapar a la insistente
hacerse cargo del hijo de una vieja amiga, muerta imprecisión y se disuelve en una imaginación sustituta:
durante el ataque guerrillero a un destacamento mili- «Esas imágenes no están allí porque las haya elegido,
tar. En ambas el relato implica un viaje iniciático; sencillamente se han instalado -incluso guardo imáge-
novelas de formación, consisten en la construcción de nes banales, mediocres, descuidadas. Compruebo que
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ninguna me pertenece; han sustituido mi imaginación. miembros inconexos y autónomos, mientras se le acer-
Hasta que finalmente puedo dormirme con ellas, en caba sin el menor pudor como si quisiera penetrar en
ocasiones con el terror y la esperanza de no volver a tener los cortes, penetrarla con su ojo obsceno»).
una sola imagen propia». Siempre algo adviene para ocupar el lugar de lo
Desautorizada la oralidad como mediación confiable anterior. Y la intriga diseñada por la imagen de un cuerpo
entre el yo y el mundo, la narradora de La ingratitud se agonizante en el Dock se transforma «en una historia. En
ejercita en el silencio. Y quien habla es la escritura, pero rigor dos historias o tres, tal vez más historias, una
no tanto de sí misma como del lenguaje en general. historia por cada uno de nosotros». Y en esa proliferación
Desde la letra, la lengua se convierte en el objeto de un de historias, la narradora va percibiendo que es necesa-
análisis tan metódico como perverso. «A las múltiples y rio ocupar un lugar en relación al hijo de la amiga muerta.
complejas barreras que entorpecen la relación franca De La ingratitud a El Dock, la imaginación sustituta se
entre las personas, aquí los extranjeros debemos agre- convierte en maternidad sustituta; donde lo que importa
gar las miserias del dativo y el acusativo», anota la de cada sintagma no es el núcleo sino su atributo: el
narradora de La ingratitud, obsesionada por el efecto de reemplazo en tanto clave de una transformación. Estado
control y orden del alemán. O: «su única reacción fue vicario, marginalidad que encuentra la inestabiblidad de
preguntar si el tiempo en que se cuentan los sueños es un centro provisorio en la serie infinita de repeticiones y
siempre el pasado imperfecto», se dice del oriental Kim metamorfosis. Literatura de fuga: la memoria se desplaza
en El Dock, que no puede dejar de percibir el orden en un itinerario que marca el léxico. El análisis de la
extraño sin buscar un sistema hermenéutico. Todo palabra va entregando pistas y distintos objetos se
significa en todo momento. Nadie puede proferir gratui- suceden para responder a un significante: «Poli». Infan-
tamente una palabra en los textos de Matilde Sánchez. cia, un punto de calor, un perro que va en busca de una
Los hechos y los personajes se leen en clave presa del recuerdo llamada Paulina, un diminu-
lingüística. tivo, una donación de nombre, una apropia-
¿Qué cuenta (en) la literatura? Como el ción y un nombre de guerra: Poli. Una clave.
legado paterno de La ingratitud que al mismo El movimiento proustiano de la memoria se
tiempo es una desherencia, la literatura esca- da, en Matilde Sánchez, por asociación de
motea su oferta. Acceder a la escritura sensaciones lingüísticas. Memoria
implica encontrar (hacerse) un lugar. En metonímica que opera como un diccionario
este sentido, La ingratitud funda las con- del recuerdo donde el orden se dispone en cada
diciones de una poética, dado que lo único que entrada. Si el inconciente se estructura como un lengua-
cuenta es el despojo: aquello que su narradora aban- je, la palabra es la forma de toda evocación.
dona para poder escribir. Novela programática, allí «Cada fragmento del rompecabezas parecía ligera-
pueden leerse todas las vacilaciones previas a una mente desplazado de su lugar justo», piensa la narra-
escritura. dora de El Dock, sin lograr comprender los sucesos.
La vida en Alemania consiste en una interminable Dislocación constante, sentidos que (como dicen
sucesión de films. Se va al cine para evitar la repetición Deleuze y Gauttari a propósito de Kafka y su literatura
banal del relato íntimo. Se va al cine en busca de una menor) siempre parecen estar en el cuarto de al lado.
historia y se termina encontrando allí un procedimien- Lo que finalmente esa mujer encuentra, cuando aban-
to para la literatura. Si el cine adviene como la dona la seguridad de sus hábitos, es que las historias
«imaginación sustituta» es porque, en tanto usina de ebullen ahí afuera, pero sólo es posible capturarlas en
relatos, se presenta como la única forma posible de un permanente desplazamiento.
acceder a una existencia. Porque existir, en la compli- «Pensé que ningún libro registraría la aventura del
cada relación de la narradora con su padre, en la Dock en su justa dimensión, mucho menos podría contar
interferencia del hilo telefónico, en la irreciprocidad de hasta qué extremo había alterado bruscamente nuestra
las cartas, se vuelve imperioso. Pero existencia y historia. Poli había conseguido hacer saltar nuestra serie
dignidad son sinónimos: ser es ser digno. Y en el del azar». Hay ciertas cosas que no pueden explicarse
intento de conjurar la indignidad, el hallazgo de una pero, se sabe, encierran la clave del todo. En ese punto la
historia para contar se convierte en la coartada moral: historia del universo se enlaza misteriosamente con la
poseer «una historia, con el peso y la contundencia con mínima historia privada. Construir(se) una nueva histo-
que se poseen el poder o el dinero». Porque «sólo una ria, de eso se trata. Del viaje a Alemania o de la trágica
intriga me haría digna»; es decir, de alguna forma, aventura del Dock surge un relato inestable y, sin
subversiva, igual que los turcos que deambulan por embargo, construido laboriosamente en su misma ines-
las calles de Berlín y que sólo recuperan su orgullo tabilidad. Borrar las figuras del propio universo familiar
cuando, abandonando el discurso de la queja, se e instaurar otro hogar y otra familia en la que leerse.
transforman en una amenaza. Hogar paradójico de un no lugar, en La ingratitud y
En El Dock, el cine proporciona dignidad a la muerte «paródica familia de veraneo», en El Dock. El viaje inmóvil
de Poli durante el ataque guerrillero. La fábula de «El estalla con la plenitud de una epifanía. Hay un momento
Sacrificio» intenta donarle a Leo un sentido poético -y en que se comprende que la travesía no era más que la
ético- sobre la muerte de su madre. Porque el lenguaje «forma de iniciar una correspondencia». Y esto ya es más
del cine, menos cruel que el de la televisión, es el que que una carta; es la certeza de que -como en Baudelaire-
puede dotar al sentido de una completud incorpórea, todo se corresponde en el universo. «Ondas en el aire»,
discursiva, que sustituya la obscena intromisión de la canta el pequeño Leo. Una mujer descubre en el niño a
cámara televisiva en el cuerpo agonizante de Poli («mien- su semejante y le promete que cuando, «al cabo del
tras la cámara se aproximaba a su cuerpo, un caos de tiempo, nuestro planeta se convierta en una partícula
feminaria literaria / V / 9 ·

polvorienta girando en el universo inhospitalario», allí Un nuevo padre y un nuevo hijo. Hay una plácida
estarán ellos juntos. Mientras tanto, lejos, en el centro de calma en los finales de estas novelas, como si, después
Europa, otra mujer súbitamente comprende que «¡en de todo, todo vinera a recolocarse en armonía con el
realidad nunca había cambiado de sitio! Como una universo. Esa tranquila convicción es el espacio preca-
revelación cuya banalidad acrecienta su absoluto miste- rio que Matilde Sánchez construye para su literatura.
rio, advertí que todo el tiempo, mi padre y yo hemos Humilde espacio; contiguo, sin embargo, de la
estado viviendo en el mismo lugar». inabarcable inmensidad del cosmos.

Duraznos en almíbar a hacer si el postre les sale feo? Coloquen la crema en


el medio del durazno, exactamente en el medio, donde
Anna Kazumi Stahl hay un huequito, ahí en el medio del huequito.
Esa pregunta, «¿Qué van a hacer si el postre les sale
feo?», a mí me deja un eco retumbando en el oído, pero

D
uraznos en almíbar me hacen pensar en ellas no lo notan. Las miradas concentradas, el blanco
niñas, niñas pequeñas «cocinando» paso a blanco de los ojos que no parpadean mientras apun-
paso según instrucciones transmitidas por tan y dejan caer lenta y lujuriosamente la crema
televisión. Tal cual como mamá, las felices dentro de las mitades doradas, brillantes.
amas de casa en formación. –Ahora, una vez más, para que desborde un
–Una lata grande de duraznos en almíbar (dejen poquitito, un poquitito nomás ¿eh?, en el laguito de
que un adulto se las abra). almíbar en el fondo. Vamos. ¿Ven cómo entra la crema
Están en los hogares de todo el país, paradas en pero no se mezcla? ¡No mezclen, no mezclen! Quere-
sus zapatos del tamaño de una palma extendida, en mos ese dibujito que hace la crema encima del almí-
sus pies descalzos del tamaño de una palma extendi- bar. ¿Lo ven? Ahora, con cuidado, señoritas, vamos.
da, el borde de la mesa frente a sus bustos, ni siquiera La pantalla es ocupada totalmente por una visión
incipientes. monstruosamente enorme de un medio durazno en
–Coloquen un medio durazno, con el hueco hacia almíbar parcialmente sumergido en crema batida.
arriba, en cada uno de los bols de postre que tienen. –Qué lindo que es, señoritas, qué lindo, ¿no?
(Me lo imagino con una voz de mujer santiagueña, ese Millones de niñas, completamente separadas y uni-
acento lento, dulce, de las más felices amas de casa.) Sus das a la vez, dejan caer otra cuchara de crema; un fluido
manos hacen movimientos precisos, previstos; sus ca- lechoso, como si fuera derretido, se vuelca sobre el
ras muestran expresiones serias; las niñas están con- borde del dorado medio durazno e invade lentamente el
centradas. Esta no es ninguna tarea para distraídas –la almíbar brilloso y traslúcido. Las niñas están absortas,
construcción de género, por toda la nación–. detienen sus cucharas en el aire pero apartadas de los
–Con la misma cuchara, ¡espero que estén usando bols, el brazo estirado torpemente hacia atrás, las caras
cucharas, señoritas! [qué grandes, qué maduras se concentradas, serias, mirando cómo la crema hace un
deben sentir, una sensación de responsabilidad en el dibujo flojo, abstracto en el fondo; cómo la crema no se
pecho, de ser correctas, cuando se las llama así: mezcla; cómo hacen un postre lindo.
«señoritas»], saquen un poco del almíbar para cada –Ahora –dice ella, la pantalla encendida, la institu-
porción, suficiente como para hacer un laguito en el triz de millones–, ahora.
fondo alrededor del medio durazno doradito. Vamos, Levanta hacia la cámara el bol ejemplar con un
con las cucharas, ¿eh? medio durazno con una espuma de chantilly haciendo
Y ellas la siguen palabra por palabra, sacando juego, e incluyendo al alcance de la cámera su propia
cantidades minúsculas del líquido de la lata, sus cara, ejemplar, de mujer ideal, la cara empolvada,
codos estirados rígidamente en ángulo recto, sirviendo blanca, precisa y dulce a la vez, sonriendo.
el líquido en los bols. Algunos son de cerámica, –Ahora –dice–. ¿No es de lo más lindo?
algunos son de vidrio «pyrex» irrompible, algunos son Después dice: «Ahora» otra vez. «Ahora, vayan a
de plástico o envases de helado o yogur para reusar. mostrarselo a papá!»
Ninguna termina la operación sin dejar gotas azucara- Y las niñas sonríen también, en ese acto-reflejo, y
das en la mesa. algunas se quedan frente a la pantalla, mirando el
El televisor dice– Ahora, limpien sus cucharas con postre ejemplar, comparándolo con el propio, algunas
un repasador limpio. lo llevan a la mesa del comedor, o a la heladera, y
Y el ejército de niñas, en toda la nación, limpia sus algunas lo llevan al cuarto donde están los padres,
millones de cucharas. caminando con cuidado, pero igual haciendo con sus
–Llegó la hora de la crema chantilly. movimientos que el dibujo del fondo se transforme en
La ama de casa ejemplar sonríe desde la pantalla, una mezcla de color amarillo mucoso, pero mostrán-
y en los millones de caritas concentradas irrumpen dolo, como es su deber, al padre, o a la madre, o a los
rictus de sonrisas en un acto-reflejo por el esfuerzo de dos, en millones de hogares, en todas partes de la
imitar. Todas han empezado la escuela ya, y entonces nación: «¡Mira!», y los padres, mirando, sonríen, es un
responden a las señales de sus educadores, esas rictus, un acto-reflejo, y después sale «¡Ay, qué lindo!»
sonrisas de acto-reflejo. en coro, gran coro doméstico, mientras en la cocina
–Saquen una cuchara de crema. No demasiado sino sigue el televisor:
se les va a desparramar y arruinar el postre, y ¿qué van –Qué lindo que es, señoritas, muy bien.
feminaria literaria / V / 9 ·

JB
la poesía necesita silencio literario

lo he buscado en destinos de soledad


de soledad en la miseria en el bienestar

ui
en la intimidad de la cocina
de pie con una taza a primera hora del día
en la desolación del espejo del baño
en el escenario soñado del mito

ag
el silencio de esas noches de verano en florencia
en via lamarmora después de un concierto entre bambini in fasce
en el goce de Del Castagno
en la extranjería
desde el patio de los jenízaros hasta Santa Sofía

nn
entre tanto imperio y esmeraldas
siempre el camino de la sangre
o entre los floripondios de Vaux le Vicomte
no valen la gloria del arte la sensibilidad y sus alegrías

ao
un reconocimiento no buscado no esperado
he perdido el silencio
en mi forma de vida debo combinar estos colores
ponerme un poco de colorete y llevar medias
si la estación lo indica
como si no
porque en cualquier esquina cruzaré un testigo

z
y por mí y por ellos
porque hay un rumor que cruza y vuelve unos nombres fotos
y algunos recuerdos de fiestas con hormigas en las masas
en la ventana de un hotel melancólico y novios

z
con los que se tropezaba en la madrugada
y tantos papelones y belleza en aquellas décadas ad
que aunque me rodean sus esquelas funerarias ed
m
y mucha distancia doméstica con algunos fer
en

i
todos sabrán si tenía mala cara al bajar a la calle la
en
comprar una lechuga se ha convertido para mí do sa
s an loro
en una representación histórica n o
pe era
i d
el lu ad a s s
co sa y m art gro nte do
ra l a o c e e pa
a a n an ici
en or s
de a s de ltim ole erm ant
a s r o ú b p es
r le ñ la ár
a le s ca ni rá os erso naj
c e te se l iv ri
es as a es o o de un reg
s s t m t n pe
la e t ó
Visita III
b o has o c ien r u de
v
su bo and el crea ad
ese gesto repetido su ns en o ed
que a medida que termina la vida suelo tener pe bo and en
en especial después de días señalados su ns toy
pe es
la tarde del 1 de enero ya
el 30 de agosto cuando él volvía de las playas
el mediodía siguiente a una presentación
el gesto de mi abuela en la cocina de la calle loyola
nunca el de mi madre que no se permitió conocer la tarea cumplida
el gesto de una mujer aceptándose
sentada con las manos sobre la falda
mirando hacia una calle un patio un camino
en su misma espera madonna del sacco
porque ese niño se irá a la vida
él en especial a la muerte como si hubiera sido un argentino del 70
y usted seguirá arrastrando ese bulto
donde debe de haber comida y algo de ropa
con una mínima entrega entre la poca fiesta y el mucho trabajo
cuando nos sentamos a su lado con nuestro propio equipaje


feminaria literaria / V / 9 ·

tu, l’origine di ogni nevrosi e ansia che mi tortura, atravieso plaza congreso para ir a comer
e di questo ti ringrazio per l’età passata presente e futura a casa de mis amigos
si aún quedara un anarquista como mi tío
Attilio Bertolucci y tuviéramos a mano un archiduque
o aunque fuera un enano militar de áfrica
pero no hay colonias y menos bombas
las montañas están a 2.000 kilómetros
leo siempre en las poetas invocaciones a la madre y yo soy poco más que una mujer
y vengo a excusarme a decirte que aun hoy en batalla con el silencio
ya casi en el final y con las versiones de los exiliados
no sé qué protección esperar más que que sólo logra sostener algunas guerras privadas
los mitos que implacablemente me impusiste

leo en las poetas
madre del horror ampárame en tu mundo sin dolor tal vez las fotos sacan el alma
pero vos marcabas mi vida para la verdad como los hijos la belleza o miseria de los padres
el desamparo y yo debo ser esa mujer sonriente junto a vos
y yo sólo puedo disculparme y arrepentirme de no en paz con su destino
haber caído y un paso atrás
por miserable un mínimo instante para descansar
mientras dirigís la toma
en todos los abismos que soñabas para mí
tanto que en estas últimas fotos
entre los que miran y yo
 está tu mano inhóspita protectora
ya ineludible
Señoras irregulares

velaste a tu amiga tres días con sus noches
Filadelfia Barcelona Roma y la Recoleta
a quién vela en esta mujer
y sé que me esperan dos o tres ciudades más
con la que pasábamos dos domingos al mes
los lugares de mi alma cambian solapadamente
luego pensé
de ayer a la nada
nunca había un hombre en esos domingos llevo flores para mostrar
a quién velabas velándonos a nosotras mismas que la diáspora y muerte de los mejores
¿consagrabas tu aceptación de lo silenciado? en su balance final es trágica
¿era también en mi nombre? no todos volvieron no todos olvidaron
como siempre tanto ruido entre nosotras no todos los que volvieron olvidaron
y vos sola sosteniendo toda la escena para ampararme llevo flores llevada por ese viento

los huesos y cenizas de nuestro ser nacional


 nos siguen marcando este único doméstico camino

○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Cómo decir No un supermercado de manos
que deseo en este preciso instante No un cesto para manos
una mano. No un juguete de manos
Pero no cualquier mano. No quiero una mano
Puede ser una mano usada para meterla en mi manga
con patitas de afecto o engancharla en el pisapapeles.
tipo mesa ratona. Deseo una mano
Una mano deseo para tejerle una bufanda.
no importa si tiene ojeras Para abrir un paraguas.
si le faltan algunos dedos Para peinar un piano.
y es apeñas un muñón. Deseo una mano.
Yo sólo deseo una mano Si usted sabe de alguna
lúcida obstinada comuníquese que mi mano agoniza.
con labios en las uñas

Adriana
y sueños en las cutículas.
Una mano
no un guante
Una mano
no un mueble

Díaz Crosta
Una mano
no un cangrego
feminaria literaria / V / 9 ·

Gabriela De Elegía (94/95)

Era otra mi idea de la mudez. Era otra,


lo sé, la imagen que pensaba
a Alicia

Cicco
guardarme de mí cuando partiera.
Fábula
Ahora siento haber callado. Los caballos
La cigarra observa,
del pudor arrastraron mi voz más atrás
y como en la fábula
de la lengua. Hicieron un nudo de agua
canta. Ve el trabajo arduo
con la belleza de mi silencio.
del verano, a plena luz,
de las hormigas. Haber callado cuando se pudo
Todas ellas me confirman tocar el tallo crecido de tu cuerpo.
que el invierno es lo que pacta No habría sabido qué hacer,
con el horror de lo vacío. lo confieso, con tanta opacidad
en la palma de mi mano.
A su manera el observar
Te amo es siempre una cita
es otra forma
esquiva, planteada por el tiempo.
de almacenamiento, de guardar
Sin saber que el tiempo acrecienta
en lo secreto
lo evitado.
el corazón paciente de la palabra.
Si pudiera mirarte en vos vería
No hay tiempo para hojarasca, todo aquello que dejé cuando te hablaba
me exigen las amigas; entonces de mí misma.
Solía ser así, y en el recuerdo
la belleza canta cuando observo
todo se agiganta. Todo toma forma
el trabajo incesante
de las hormigas que recogen y presiento la caída de las hojas
y de la cigarra que hace fábula en un otoño más reciente.
entretenida en dejar constancia Hablar de vos no es consuelo, pero debo
de que el invierno y la cellisca fijar la tímida imagen en movimiento
son lo que borran el fuego. que me devuelve la memoria.

○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
te quiero, país tirado más abajo del mar Origen
Julio Cortázar (1950/56)

Corales del océano no puedo hablar de origen


sabiendo lo que digo
lo que no puedo es olvidar nunca estuve en rusia
ni en rumania
¿acaso fue otra vida / otro país? y de esos barcos
¿yo lo soñé? bajaron mis abuelos
¿chicos pintando vencer o morir / soñé?
¿en la pared del barrio / en los no puedo nombrar la tierra
umbrales de / la noche ni sé qué es
en una celda? desde dónde recuerdo
¿creí / oí decir sólo he pisado asfalto
hasta la victoria siempre / compañero?
no puedo decir
lo que no puedo es perdonar mis hermanos indígenas
Yasan
si alguna vez vi uno
o dónde encuentro / dónde están / hoy fue por televisión
esas palabras mudas / vivas
¿clavadas en los ojos / del asesino / en si digo compatriota
callando / quién va a escucharme
asfixiadas / corales del océano?
por eso cuando hablo
lo que no puedo es reparar / país parece ruido
que caen de / tu cielo hombres dormidos / y
desnudas mujeres que se / hunden y porque vengo de él
pintan en la pared / del barrio / en

Laura
el fondo oscuro de los mares / en
la cáscara de nuestra memoria
vencer o morir
feminaria literaria / V / 9 ·

La tarde se acerca y busca


en el silencio vaciar aquello de mí
que ronda por la casa.
Un nudo de palabras que espero como la suerte
Gabriela

Saccone

y que eligen terminar entre las piedras
siendo carga de hormigas. Acá el muerto en su cajón
y tu impulso de entomóloga por ver
si en la sangre, seca como harina,
perdura algún deseo. Quién sabe
Hace un rato, si a su alma, fuego, vapor o número
con el cielo moteado de alguaciles, llega el temblor de los caireles,
un aire caliente movía como si pesaran el paso del agua por la cañería.
pelos de perro ovillados. Algo de esto sin embargo en el café


La vecina maldecía a sus hijos con el azúcar se disuelve.
y yo la excusaba, porque


igual que ella maldije y fui convencida
de que la calma sigue a las tormentas.

Que en mí queden unidos


a lo que debería ser un crepúsculo
tres hombres entre los yuyos hurgando
El silencio, el brillo en la tarde montículos de basura
son más de lo que una espera a quién le importa.
al mirar las estrellas. El puente roto sobre el Saladillo
Nacemos con menos asombro que dolor y más gente para el trasbordo
por lo que vayamos a ver, en la explanada del Swift.
pero que a esta hora ni un auto El que vende choripanes como hostias
circule por la calle, que llueva y el pavimento se apoya en la baranda y escupe
muestre los destellos de un cielo nublado al paso de los que él llama


bastan para enturbiar il male di vivere, una manga de hijos de puta;
haciéndonos parte de un paisaje de espuma. el cielo ambarino vacila sobre el agua
y hasta ese paquebote a medio hundir
parece hundido del todo.
○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Un ciervo corre. en el valle desolado Mas el silencio Luto
un rumor espera: no guarda eco.
La llanura sabios cráteres Permanece. Danzando
inmóvil sin retinas en la sala
siempre de donde arrancar Tras el mármol girando
a su lado. la luz observa girando

  la invasión nocturna. sin sentido


sin sentir
sin ser
nadie.
Lluvia Invocando
la cama es una hoguera
Gabriela

a los ángeles
Hace horas un túnel del consuelo.
que no puedo emerger donde todos sus rostros
de esta silla. ven la luz Pañuelos de sangre


Los ángeles para la locura.
miran televisión
La virgen sazona
el mejor de los guisos
Alguien Brillan atuendos 
pronuncia mi nombre contra las rocas
en la casa Exhiben torsos
de cartón.

vacía.
ámbar

Lu Prado
tras las máscaras nace el mirlo.
los rostros se mudan Las campanas
en esferas el trino audaz
de arcilla blanda lamento.
feminaria literaria / V / 9 ·

Nota sobre las autoras y el autor ciones estéticas en la Escuela de Le-


tras, U.N.Córdoba.

Adriana Amante: Licenciada en Letras, especializada en literatura Cristina Iglesia: Profesora de Litera-
argentina. Docente de la cátedra Literatura Argentina I en la UBA. tura Argentina en la Facultad de Filo-
Actualmente investiga “El exilio en Brasil en la época de Rosas”. sofía y Letras (UBA). Coautora de Cau-
tivas y misioneras. Mitos blancos de la
Juana Bignozzi: Poeta, autora de: Los límites (1960), Tierra de nadie conquista (1987) con Julio Schvartzman
(1962), Mujer de cierto orden (1967 y reedición de 1990), Regreso a la y compiladora de El ajuar de la patria.
patria (1989) e Interior con poeta (1994). Los poemas son inéditos. Ensayos críticos sobre Juana Manuela
Traductora del francés e italiano. Gorriti (1993). Dirige el Proyecto “Muje-
res y Escritura. Argentina, Siglo XIX”.
Gabriela De Cicco: Cursa la Licenciatura en Letras en la Fac. de
Humanidades y Artes (U.N. Rosario). Poeta, autora de Bebo de mis Gabriela Lu Prado: Nació en Avellaneda en 1970, reside en Neuquén
manos el delirio (1987), Jazz me blues (1989), La duración (1994). Los desde hace 7 años. Poeta, autora de El falso retorno del deseo (1993).
poemas son inéditos. Los poemas pertenecen a su libro inédito “Memoria animal”.

Adriana Díaz Crosta: poeta santafesina fallecida a los 36 años en David Oubiña: Licenciado en Letras. Docente e Investigador de Cine
enero del corriente año. Autora de Los puños de la paloma y coautora y Literatura en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado libros
de Amor en mano y cien hombres volando (con Graciela Geller y y artículos ensayísticos sobre ese tema.
Patricia Severín).
Gabriela Saccone: Nació en Rosario en 1961. Los poemas pertenecen
Bonnie K. Frederick: Profesora de Literatura Hispanoamericana en la a su libro “Al borde de la bañera”, de próxima publicación.
Washington State University. Es compiladora de La pluma y la aguja:
las escritoras de la Generación del '80 (1993). Está en preparación su Anna Kazumi Stahl: Ph.D. en Literatura Comparada de la University
libro de ensayos sobre este tema. of California-Berkeley. Próximamente publicará Catástrofes natura-
les (cuentos).
Sandra Garabano: Ph.D. en Letras Hispánicas de la University of
Colorado. Investigadora de la literatura de mujeres del 80. Es profe- Laura Yasan: Poeta, autora de Doble de alma (1994). Los poemas
sora a cargo de literatura de fin de siglo, género sexual y transforma- pertenecen a su “País de noche”, de próxima publicación.

ESPACIO LATINO
EL I NT
DE INTEGRACIÓN

El ELINT llevará a cabo una rigurosa tarea de capacitación


en las distintas áreas del quehacer social con miras a la
integración de los países latinoamericanos entre sí y de
ellos con las demás sociedades del mundo, teniendo en •Rosa Rojas, comp.: ¿Chiapas y las mujeres qué?
cuenta que ésta sólo se realiza en el diálogo cultural que •Paule–Marie Duhet: Las mujeres y la Revolución,
observe el respeto de las diferencias y el reconocimiento de 1789–1794
los valores. Nuestro interés fundamental es la armonización
•Gail Pheterson, comp.: Nosotras, las putas
de las actividades tecnocientíficas con el aprovechamiento
racional, la recuperación y la preservación de las potencias •Hayden Herrera: Frida: una biografía de Frida Kahlo
naturales del continente en pos de la dignificación de la vida. •Gioconda Belli: Sofía de los Presagios
De esta manera, las actividades de los diversos departa- •Valenzuela, Shua, Piñon, Buitrago, Casal, y otras:
mentos se amalgamarán en lo que llamaremos Ecosofía, Adán visto por Eva. Narradoras latinoamericanas
ámbito de desarrollo de los conocimientos en aras de su
•Elena Poniatowska: Hasta no verte Jesús mío
sincronización para los fines mencionados.
•Alexandra Kollontai: La mujer nueva y la moral sexual
Departamento de Ciencias
Departamento de Idiomas
Departamento de Ecosofía y Humanismo
Departamento de Música Librería (Tel.: 371-7098)
Departamento de Estudios sobre la Mujer Bodega Cultural (Tel.: 375 -2341)
Tucumán 731 1º A • 1049 Buenos Aires Corrientes 1555 • Buenos Aires
Tel (54-1) 322-3878/4013 • Tel/fax: (54-1) 783-3212

Buenos Aires: s ta
Sie
coordinado por las Profesoras en Letras
381-7671
e la Ana Guillot y Graciela Caprarulo
r d
a l le • Producción de escritura

El T San Isidro: • Lectura y análisis de textos


747-4744 • Apoyatura bibliográfica

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