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LA EXPLOTACIÓN INVISIBLE EN LA ERA

NEOLIBERAL
Alumno: Gabriel Choque Chávez 20162904
Economía Política
Profesor: Francisco Durand

Resumen
La era neoliberal trajo consigo la expansión de la lógica empresarial a múltiples
ámbitos de la sociedad. Uno de ellos, quizá el más preocupante, esté en el campo de la
subjetividad. El individualismo pragmático –la expansión de la figura subjetiva del
empresario– de los sectores informales constituiría un eje fundamental de la actual
estructura económica y de poder. (La figura del "empresario de sí", se desarrollará
desde una perspectiva psicoanalítica para introducirnos de forma más profunda al
tema). Antes que un debate sobre la informalidad y soluciones inmediatas, en sus
formas de más mercado o más Estado, esta monografía se propone cuestionar la
viabilidad de estas políticas para sugerir un cambio "desde abajo" frente al
neoliberalismo.

Bibliografía básica
Gran parte de las discusiones sobre el neoliberalismo como cuestión subjetiva gira en
torno a las discusiones que Foucault hace del neoliberalismo en norteamérica en:
FOUCAULT, M. (2007) El nacimiento de la biopolítica, FCE, Buenos Aires.


Un texto que da cuenta de las transformaciones globales que dieron paso al


individualismo-pragmático desde un punto histórico se encuentra en:
HARVEY, D. (2008). La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes
del cambio cultural, Buenos Aires, Amorrortu.

(Los textos hasta aquí mencionados no son revisados de forma indirecta, sino que son
discutidos por académicos más recientes a quienes se citará en su momento)

Para un desarrollo general de las transformaciones neoliberales y las nuevos


comportamientos y subjetividades ver:
LAVAL CH., DARDOT, P. (2013), La nueva razón del mundo, Gedisa, Barcelona.

Para el desarrollo amplio sobre el individualismo pragmático y la informalidad en el


Perú ver.
Quijano, A. (1998). La Economía Popular y sus camino en América Latina. Lima: Mosca
Azul Editores.

El cuestionamiento a una solución desde el Estado frente al neoliberalismo se


encuentra en:
Gago, V. (2014). La razón neoliberal : economías barrocas y pragmá tica popular.
Buenos Aires: Tinta Limón.
INTRODUCCIÓN

En los últimos meses tuve un par de experiencias que fueron ejes en la construcción de

mis intereses académicos.

Conocí a un personal de limpieza de la PUCP, universidad, privada, donde estudio. Me

comentó de sus condiciones laborales con una ambivalencia constante. Por un lado, se

reconocía así como un trabajador que estaba saliendo adelante tras muchos años ya

que, al trabajar mucho tiempo en la misma empresa había sido ascendido a supervisor:

mejor sueldo y ya no lo querían despedir tan fácilmente. Sin embargo, me comentaba

que era normal que extendieran su horario laboral a 10 y 11 horas, sin que les consulten

o compensen. Además, si se aceptaba sumiso estas condiciones impuestas por la

empresa de limpieza que mantiene un contrato de outsourcing con la universidad, el

obtendría –como lo había comprobada tras 5 años de trabajo– algun tipo de ascenso en

la estructura de la empresa. Algún día, quizá, sería administrador de mediano rango, me

comentó.

Tiempo atrás, entablando conversación con un taxista de mi edad me enteré de una

historia dramáticamente injusta. El joven taxista trabajaba de 8 am a 4 pm para poder

pagar sus estudios de ingeniería en una universidad privada. Denotaba cierto orgullo y

yo, evidentemente me sentía comprometido por los privilegios que podía tener. Sin

embargo, al poco rato de conversar surgió de él otras confesiones. Era, me dijo, una

condición deplorable la suya. En la universidad las matemáticas eran difíciles, los


profesores no eran buenos y tenía que estudiar mucho más. Ese stress se sumaba a las

8 horas que se mantenía en el tráfico abundante que hay en su ruta entre el aeropuerto

y el centro de Lima. Con todo, su rendimiento en la universidad era muy malo; no estaba

seguro si sus expectativas y sus ganas de seguir adelante lo llevarían a salir de su

situación.

En ambos momentos, con algunos conocimientos que tengo, me vi tentado a: i)

explicarle, en términos marxistas, el régimen de explotación al que se ve sometido e

inducirlo al sindicalismo, la revolución o alguna forma de lucha y resistencia ii)explicarle,

en términos foucaltianos, que cuando el explotado tiene el mismo discurso que el

explotador es la muestra de que el poder ha triunfado y así inducirlo a lo que llaman

"parálisis foucaultiana"1. Mi reacción fue diferente. Le dije que debe ser muy duro estar

en esa situación, que le deseaba lo mejor, y le di un abrazo fraterno al despedirnos. Esto

porque, todos tenemos discursos de poder que atraviesan nuestra subjetividad. En el

caso de un joven estudiante de la católica uno de ellos probablemente sea: "ya que

tienes una oportunidad que otros no tienen, aprovéchala, estudia y saca una profesión

para que con dinero puedas ayudar al resto". Discurso que arremete contra la gran

1 Es conocido que un grupo de historiadores en discusión con Foucault juzgaron que su


enfoque post-estructuralista conllevaba a una especie de "parálisis" ya que no sugería
ninguna acción (revolucionaria). Con parálisis se refieren a la situación que alguien
experimenta al cambiar determinado paradigma. Un esposo, por ejemplo, que se sale
de la heternormatividad, verá gran parte de sus interacciones familiares cuestionadas
y se quedará "sin acción". Foucault respondió que, si no tenemos esta parálisis
cualquier intento de cambio en la estructura de poder, seguirá repitiendo múltiples
formas de dominación. Véase el prólogo de "El poder, una bestia magnífica" (Foucault
& Pons, 2012)
cantidad de alumnos que tienen otro tipo de vocaciones diferentes a ser profesionales

exitosos.

Después de todo, estas experiencias marcaron mis reflexiones profundamente. El

desarrollo de la presente monografía sigue el conjunto de esas reflexiones. Esperaría

que el lector puede reflexionar sobre las experiencias que he relatado desde los marcos

teóricos que propongo y llegar a sus propias conclusiones.

En primer lugar, haré mención al fin de cierto sentido de desarrollo no-individualista.

Luego, estrictamente ligado al fin de ese tipo de sentido común, hablaré sobre la

informalidad y su relación con la explotación laboral. En tercer lugar hablar de la

funcionalidad del individualismo desde tres puntos de vista: i)teorías críticas sobre la

captura del estado ii)post-estructuralismo iii)psicoanálisis iv)reflexiones personales

sobre los contratos de outsourcing. Por último desarrollaré una breve crítica a la

respuesta estatal como salida frente al neoliberalismo.

EL FIN DEL DESARROLLO COMUNITARIO

El progreso individual como sentido común aumento notoriamente con la llegada del

neoliberalismo. En un estudio sobre el caso de Villa el Salvador, Quijano (1998), hace

una seguimiento sobre los importantes cambios en cuanto al imaginario del desarrollo.

Donde antes había una importante organización comunitaria, en los 80's,

aproximadamente, comienza a deshacerse este imaginario. En efecto, en los 60's y 70's,

la gestión comunitaria de proyectos era la base del progreso del conjunto de los vecinos

de Vila el Salvador. Tenían un alto grado de autonomía en sus funciones que iban desde
cubrir las necesidades básicas hasta anhelos "post-materialistas"2, por así decirlo. La

educación por ejemplo, era una expectativa para el desarrollo en conjunto de la

sociedad y no del éxito personal. Además, la educación obedecía a fines que

sobrepasaban las necesidades materiales, “es un engranaje fundamental para la

auténtica liberación de nuestra sociedad, del sistema de explotación y de dependencia"

(Quijano, 1998: p.161), mencionaban en una convención sobre la dirección de Villa el

Salvador. Así mismo, sobre la salud afirmaba: "el concepto de salud es la expresión más

visible de la capacidad de realizarse como ser humano y social (...) debe ser encarado en

sus aspectos culturales, sanitario, económico y social"(Quijano, 1998: p.161).

Estas expectativas y sus iniciales desarrollos llamaron la atención de muchos estudios al

respecto. Mostrándolos como un ejemplo de desarrollo comunitario en espacios

inicialmente invadidos por migrantes. En constante negociación con el Estado,

satisficieron algunas de sus expectativas; aunque no lograron, en el periodo

comunitario, hicieron de un desierto árido y de paisaje hostil normalmente asociado a

la pobreza, un modelo organizado de comunidad con un profundo sentido ecológico.

La experiencia de desarrollo comunitario termina en los 80's; algunos coyunturales

pueden explicar el fenómeno: la mayor relación con el Estado y los partidos de izquierda

y el giro hacia la democracia liberal por parte de la izquierda lo que llevaría a la pérdida

del pasado organizativo indígena de los migrantes, y la cooptación de liderazgos

2Después de cubrir las necesidades materiales, las expectativas de las personas,


teóricamente, se amplían hacia la cultura, el desarrollo de habilidades blandas,
bienestar emocional, etc.
vecinales por los partidos de izquierda. Sin embargo, este caso emblemático no estuvo

aislado. El desarrollo de una moral pragmática y el discurso del desarrollo individual

están muy ligados al neoliberalismo y en especial al discurso sobre la informalidad, –

tratándose de sectores sub-alternos urbanos.

EL DISCURSO DE LA INFORMALIDAD3

Antes de la hegemonía neoliberal en los 80's, la mayoría de Estados populistas

latinoamericanos proponían modernizar a sus respectivos países. Se referían

principalmente a industrializar su economía y a integrar a los sectores subalternos en

este proceso. Cuando la opción modernizadora no puede llevar a cabo la inclusión de

los sectores subalternos, entonces se recurre a hablar de la marginalidad como un sector

que inevitablemente no podía ser integrada a una economía industrial moderna; se

asume, en el mejor de los casos, la compensación filantrópica.

El populismo modernizador fracasa rotundamente en la década del 80, y con ello el

poder económico se divorcia del Estado para proponer una alternativa a la crisis de los

Estados populistas modernizadores. Es en este momento que en torno a la marginalidad

surgen diferentes lecturas. Por un lado, una perspectiva liberal (neo-institucional) habla

de la "informalidad laboral", asociado al "margen" de las actividades capitalistas

reguladas por el Estado. Este tipo de trabajo no-regulado donde el empresariado tiene

enorme poder de negociación en favor suyo, se expande al sector formal de la economía

en los 70's. Por otro lado, está una lectura histórico-estructural según la cual los cambios

3 Ver Quijano (1998) parte II


tecnológicos y la globalización repercuten, negativamente, en la demanda laboral. Por

ello se hablaría de un "polo marginal" de la economía, haciendo referencia a que,

efectivamente, la poca demanda de trabajo vivo esta en relación a las transformaciones

del capitalismo y por lo tanto articulado al capital y al poder.

Como es evidente, en los 90's el discurso de la informalidad triunfa respecto al de "polo

marginal". Con este discurso, así mismo, viene una "auto-admirativa contemplación de

las estrategias de supervivencia" del sector informal (Quijano, 1998: p.50). La pobreza y

el desempleo que son una posibilidad latente del 70% de los trabajadores en el Perú

actual serían consecuencias no-deseadas de una economía liberal inevitable

técnicamente.

EL INDIVIDUALISMO Y SU FUNCIONALIDAD A LA ESTRUCTURA DE

PODER

a) El Individualismo pragmático en la base de la pirámide de poder

Al hablar de la estructura económica de los Estados latinoamericanos Fuentes Knight

(2016) habla de un "capitalismos jerárquico", donde las élites económicas nacionales e

internacionales estarían al tope de una pirámide de poder, mientras que en la base de

la pirámide, los sectores trabajadores tendrían escaso nivel organizativo debido a la

naturaleza segmentada e informal del mercado laboral. El poder de las élites

económicas se nutriría tanto la amenaza latente a retirar las inversiones en la economía

nacional fruto de una concentración del poder económico, la concentración del poder

político en el ejecutivo y de la poca capacidad de movilización de la sociedad civil

(Durand, 2016).
El individualismo es funcional a la estructura del capitalismo jerárquico en cuanto reduce

el poder de la base de la pirámide; si los trabajadores en condiciones de informalidad se

organizarían, su poder de influencia sobre la estructura económica aumentaría.

Tomemos por ejemplo el caso de las trabajadoras de limpieza de la municipalidad de

Lima Metropolitana.

Desde hace ya más de un mes los personales de limpieza de todas las calles de Lima

están preocupados porque la alcaldía a tomado la decisión de ceder este servicio público

a una empresa privada que tiene vínculos con el alcalde Castañeda. La preocupación es

que la fragilidad laboral del régimen laboral al que se ven sujetos hará fácil el despido.

Se trata de más de 1000 trabajadores, donde el 70% son mujeres, madres de familia

probablemente, y que diariamente miramos con la indiferencia que caracteriza a las

personas modernas. El sindicato organizado de mujeres a estado movilizándose

activamente, y recientemente en la #25N gritaron sus reclamos por las calles de Lima.

La experiencia sindical de estas trabajadoras les ha permitido –esto es una hipótesis

basado en observación empírica– en primer lugar, dar una lectura a su situación desde

una experiencia colectiva. Desde ahí han relacionado su situación a un caso de

"interseccionalidad", donde el machismo, el racismo, y la informalidad laboral van de la

mano. El lema "las mujeres no queremos ser su mano de obra barata y desechable",

expresa esta síntesis4. En segundo lugar, la sindicalización de estas trabajadoras ha

4Ver la cobertura de la #25N del colectivo Prensa Ambulante. Disponible en su página


de facebook:
https://www.facebook.com/pg/PrensaAmbulante/posts/?ref=page_internal
aumentado su capacidad de influencia en la opinión pública. Por último, la conjugación

de su sindicato en una marcha feminista, del #25N, ha hecho que su reclamo trascienda

hacia una sociedad civil más amplia integrado por un conjunto de colectivos para

quienes el despido de esta trabajadoras es de interés público5.

b) La otra cara de los mercados laborales flexibles

La reconfiguración de los mercados laborales es una medida explícitamente funcional al

desarrollo económico neoliberal de los Estados. La competitividad de la producción

nacional, dicen los autores, depende en gran medida de un mercado laboral flexible. El

sueldo de los trabajadores es la variable que hay que manejar para reaccionar a la voraz

competencia internacional de la oferta laboral (Foxley, 2012). Gran parte de esta

flexibilidad recae en la anulación de sindicatos y otras formas de organización y acción

política de los trabajadores. Una de las formas recientes que está tomando la división

social del trabajo tanto a nivel internacional como local, son los contratos de out-

sourcing y de tercerización. Estas formas de contratación, a mi juicio, permiten dos

formas de reducción de la acción política.

En primer lugar, es parte importante de un proceso de lo que Fuentes Knight (2016)

llama segmentación de la oferta en el mercado laboral. Las condiciones de los

trabajadores informales no solo denotan un tipo de relación laboral no regulado por el

5Estas hipótesis son formuladas desde una lectura de Nancy Fraser sobre el espacio
público. Contrario al pensamiento liberal de Habermas –para quien el espacio público
no debe ser lugar de debate de afecciones de un grupo o individuales, como el despido
de 1000 trabajadoras–, Fraser da la noción de contra-espacio e inter-espacio. Contra-
espacio seria el sindicato de trabajadoras, donde se traducen sus preocupaciones y se
fortalecen sus luchas. Inter-espacio sería la marcha feminista donde el sindicato se
relaciona con múltiples colectivos unidos bajo la bandera del feminismo (Fraser, 1993).
estado, sino que también son reflejo del poco poder político de trabajadores que no

cuentan con el "capital social" de ser una masa de trabajadores organizados. Muchos de

los obreros, por ejemplo, hablan de una pérdida de la dignidad al no tener un margen

de negociación con las empresas constructoras. Al fin y al cabo, si no aceptan los

contratos informales de escaso sueldo, siempre habrá otro trabajador dispuesto a

aceptarlo.

En segundo lugar, la otra cara del tipo de contratos de out-sourcing y tercerización es

que invisibilizan las condiciones laborales de explotación frente a los ciudadanos que,

sin ser trabajadores explotados, conviven con ellos. La mayoría de empresas formales

grandes pueden tener relaciones formales con sus trabajadores, y llamarse así mismas

empresas "socialmente responsables". Pero su hipocresía radica en que gran parte de

su "cadena de suministro" se mueve en contextos de explotación laboral. De esta

manera, los clientes y trabajadores formales de una empresa, ven únicamente la cara

"socialmente responsable" de las empresas ya que esta es la única cara visible.

c) El discurso neoliberal y el poder intra-subjetivo

El Neoliberalismo no es solo un conjunto de políticas dictadas desde Washington, sino

que se trata de la extensión de la lógica del libre mercado a todas las relaciones social,

y a la subjetividad misma de las personas (Brown, 2003). El poder desde este punto de

vista, ya no radicaría, únicamente en la estructura económica, en la pirámide de poder,

sino en un discurso del progreso personal que sería funcional a las élites económicas y

políticas. Se trata, en primera instancia, de un poder intra-subjetivo, en cuanto el

discurso no solo es generado por las élites, sino que es asimilado por los sectores más

empobrecidos. En segunda instancia, es un poder inter-subjetivo, ya que el mismo


discurso se reproduce constantemente en las relaciones sociales. Al recibir

constantemente consejos sobre el progreso individual de familiares, amigos, el poder se

estaría reafirmando constantemente. Lo fundamental, en términos foucaultianos, es

que todo discurso, así sea científico, está basado en generalizaciones y errores

funcionales a determinados intereses; entonces, cuando un discurso se hace

hegemónico –se hace "verdadero"– es porque el discurso favorece a algunos actores

con mucho poder (Foucault, 1999).

De esta manera podemos distinguir al neoliberalismo "desde arriba", como un conjunto

de políticas que se proponen desregular el mercado de bienes financieros, privatizar

servicios sociales, flexibilización laboral, etc. Todas condiciones que posibilitan el

capitalismo jerárquico mencionado. Y, por otro lado, el neoliberalismo "desde abajo",

que parte de una peculiar noción de expansión de libertades que ejercen, también, los

grupos que sobreviven al capitalismo6. La "pragmática vitalista" en términos de Gago

(2014), o "la auto-admirativa contemplación de las estrategias de supervivencia"

(Quijano, 1998: p.50).

d) El empresario de sí, un nuevo fantasma recorre el mundo.

El poder intra-subjetivo conlleva a la formación de "figuras subjetivas" de los sujetos de

la sociedad contemporánea. Una de ellas, y quizás la más importante, es la del

empresario de sí.

6 Ver la introducción en Gago (2014)


El neoliberalismo constituye la expansión de la lógica empresarial al conjunto cuerpo

social –más allá del mercado– y al propio comportamiento de los sujetos7. En esta lógica,

la figura del individuo que se reconoce a sí mismo como capital humano se auto-gestiona

para mejor introducirse en el mercado, constituye la expansión del sujeto empresarial

hacia todos los ámbitos de la sociedad. De esta manera, la explotación laboral, las horas

extras, se mezclan con la auto-explotación laboral de la mayoría de los empresarios

autónomos, como si fuera un deseo propio. En esta lógica, cada uno es responsable de

su propio éxito, y en caso de fracaso no deben haber compensaciones (Laval & Dardot,

2010).

El empresario de sí se constituye como aquel vendedor ambulante o estudiante que

trabaja en condiciones de explotación para pagar sus estudios en la capital, por ejemplo,

y que tiene como objetivo el progreso individual. Este tipo de figura subjetiva es

normalmente aplaudida por el conjunto de la sociedad en cuanto es capaz de articularse

al funcionamiento de la economía sin cuestionarlo. Se trata, de la incorporación en el

mercado de sujetos explotados por su propio deseo-iniciativa (Laval & Dardot, 2010).

Sin embargo, antes que comprender a los sujetos informales bajo la lógica racional de

la economía –una teoría de la acción racional–, desde el psicoanálisis y las teorías post-

estructuralistas se ha planteado que este proceso es en gran medida inconsciente, lo

cual explicaría un "deseo" aparentemente intencional-consciente:

7La mayoría de discusiones al respecto giran en torno a las conferencias sobre el


neoliberalismo norteamericano que realizó Foucault. Las discusiones al respecto se
pueden encontrar en: (Gago, 2014) y (Nepomiachi & Sosa, 2015).
Cuando Marx hablaba del "fantasma del comunismo" se refería a la ola revolucionaria

que se expandía por la Europa occidental del siglo XIX. Si entendemos al comunismo

como una ideología, como una respuesta ante las condiciones precarias de la clase

obrera de las primeras revoluciones industriales, entonces la concepción de ideología

puede ser equiparada a un escape; la negación de una relación conflictiva con la

estructura social que propone como salida la vía revolucionaria. Esto es el "fantasma

ideológico" que propone Zizek (Nepomiachi & Sosa, 2015).

La figura del empresario de sí, en este sentido, constituye otro tipo de "fantasma que

recorre el mundo", ya que, al igual que el comunismo ofrece una respuesta, una salida

de dudosa realización frente a las precarias condiciones de la clase obrera de la cuarta

revolución industrial. La teoría psicoanalítica lacaniana recoge la idea de fantasma como

la fijación a un velo que encubre lo real –la diferencia de oportunidades en la sociedad–

. Puesto que no se encuentra una acción concreta para cambiar lo real; lo real-

traumático se supera con una especie de libreto, que puede ser la revolución o la figura

subjetiva del empresario de sí (Nepomiachi & Sosa, 2015). El enfrentarse a lo real sin

respuesta, genera angustia, una inmovilidad que cobraría la figura de los "malos pobres

que esperan la ayuda del estado". Por el contrario, la figura por excelencia neoliberal es

la del sujeto eufórico que se auto-explota en busca del éxito personal y el consumo. Sin

embargo, como dice Laval & Dardot (2010), la otra cara de la euforia es la depresión y

la vergüenza. Aquel “vago improductivo que recibe ayuda social del Estado”, aquel “mal

pobre” al que se dirige el odio neoliberal, es una posibilidad latente para todo

empresario de sí.
Reconfiguración de las estructuras sociales y prevalencia de la

subjetividad neoliberal

Gran parte del debate sobre la informalidad giró en torno en cuanto a la capacidad de

generación de excedentes que permitan la acumulación de capital de los empresarios

de sí. Mientras tanto, las posiciones histórico-estructurales fueron pasadas a un segundo

plano, o en algunos casos puestos a prueba. Historiadores como Erick Hobsbawm y, una

vez más, Quijano, daban una lectura marxista de la propagación de condiciones

precarias de empleo. Se trataba, básicamente, de que el desarrollo tecnológico gestado

en la edad de oro (50's-70's), a diferencia de las anteriores revoluciones industriales, no

iban a generar los aumentos necesarios en la producción para recomponer los puestos

de trabajo ahora ocupados por máquinas automatizadas. Esto, sumado a la competencia

global del trabajo generaban difíciles condiciones materiales de supervivencia (Quijano

1998).

Sin embargo, ahora que las condiciones de explotación y precariedad laboral se

expanden cada vez más a los países desarrollados, se comienza a discutir las

consecuencias de una globalización neoliberal sin precedentes (Rodrick, 2011). De

hecho, recién cuando la crisis financiera golpeó a los EEUU se habla de que el problema

no es de liquidez sino de falta de regularización de los sistemas financiero 8. En cuanto

al mercado laboral, recién cuando líderes populistas llegan al poder en los EEUU se

empieza a hablar de una globalización que no conviene a la clase trabajadora. Con todo,

ahora se rescata a liberales que lo advirtieron, aquellos que hablaban de que la

8 Ver capítulo 5 de Rodrick (2011)


globalización no es buena para todos y que siempre existirá unos "residuos indeseados",

en especial aquellos que no cuentan con educación y capital humano acumulado. Frente

a esto, la respuesta tiende a volver a aferrarse a la lógica del Estado de bienestar. Aquella

donde el mercado y la globalización no eran un fin en si mismo, sino que se tendría que

sacar lo bueno de ambos procesos por medio de la soberanía estatal. Rodrick (2011) –

aunque podría ser así mismo el Haya del Antiimperialismo y el Apra– afirma que, en el

trilema entre globalización, democracia y soberanía estatal, donde solo se puede

escoger dos, se debe optar por democracia y soberanía.

¿La solución de la soberanía Estatal será un fantasma más?

Al concebir el neoliberalismo no solo como políticas económicas, esta monografía tiende

a ir a un lado diferente al de la vuelta a los Estados desarrollistas. La sociedad civil

debilitada, el neoliberalismo desde abajo, el poder intra-subjetivo desplegado por él,

son también parte de la estructura de poder que sostiene el actual modelo económico.

Algunas hipótesis aludían a la desestructuración de la sociedad; nociones como

"nación", "raza", clase" o "generación", se resquebrajaron tendiendo a la subjetividad.

Sin embargo, antes que hablar de des-estructuración se trató de una re-estructuración

de la sociedad generando, en primera instancia, la figura de la lucha por las identidades.

La población LGTBI, el feminismo y las identidades étnicas, pasaron a ser el sostén moral

de un neoliberalismo inclusivo. Los resultados de estas luchas en el plano Estatal no

fueron fructíferos. Los países con mejores legislaciones contra el feminicidio, EEUU, son

cada vez más peligrosos para ellos. En Brasil, que tiene una legislación progresistas sobre

identidades sexuales, un diputado llamo "culeao" y bulleó a otro diputado cuando este
daba su opinión sobre el impachement a Dilma. Países que avanzaron más en cuanto a

las cuestiones étnicas-feministas y medio ambientales, como Bolivia, afloran una serie

de retrocesos. Antes que un "fin de la historia del fascismo y el socialismo", en

democracia ambas fuerzan están muy latentes (Boaventura de Sousa, 2010).

Estos procesos parecen sugerir que los cambios desde el Estado, desde arriba, no

garantizan una salida definitiva. En última instancia, son decisiones de políticas públicas

cuya implementación depende de la sociedad y sus relaciones inter-subjetivas.

Tomando en cuenta lo impregnado que está en el tejido social la figura del empresario

de sí, el retorno del Estado de bienestar no podría llegar si es que antes no se vuelven a

tejer el sentido comunitario de la convivencia social. De hecho, algunos interesantes

desarrollos sobre la informalidad apelan a reconocer dentro de las mismas formas de

resistencia ante el neoliberalismo la persistencia de las figuras subjetivas propagadas

hace ya casi 40 años.

Bibliografía

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Internacional de Derecho y Sociedad: Programa de Democracia y Transformación

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