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FUJIMORIZATE – La estrategia del mercado político peruano

hacia el 2021

La dificultad principal para culminar el presente estudio se hallaba en que sobre el tema
del fujimorismo cada día ocurría algo nuevo viéndome tentado a incluir sucesos que
podían ser interesantes en la conducción de las coordenadas de su estrategia actual. Lo
que primaba no era tanto dilucidar cual es esa estrategia hacia la toma de un poder por el
cual exhiben un apetito voraz, sino en enmarcar los antecedentes por lo cual este
fenómeno ha crecido y afianzado, tomando en cuenta el marco histórico que ha
precipitado su presencia desde fines del siglo pasado. Por ello considero importante
mencionar que esta semana de mitad de mes de junio, se dio el desafuero de Kenji y sus
avengers Ramirez y Bocangel, se aprobó la ley Mulder que prohíbe la publicidad del Estado
en medios privados. Mauricio Mulder es congresista por el APRA y alto dirigente de su
dirección política. Su partido ha mantenido una alianza y apoyo con el fujimorismo desde
su fundación en 1989. Por último, sucesos en el VRAE en el sur con la muerte de policías y
militares heridos tornan conflictivo el panorama de autoridades regionales en la zona, la
quema de la Municipalidad de Olmos en Lambayeque, hacen pensar en la reconfiguración
de un panorama pre electoral en octubre donde se erigirán nuevas autoridades regionales
y municipales, un bastión que fortalece la estructura orgánica del partido Fuerza Popular,
base del fujimorismo.

Unir piezas, atar cabos, tarea necesaria para comprender desde la complejidad del
presente en el panorama político peruano.

Este análisis brota desde la derrota y la debacle, una derrota contundente y certera,
absoluta y demoledora, una debacle intergeneracional, que ha conectado a las fuerzas
progresistas del país que mantuvieron como soporte ideológico durante buena parte del
siglo pasado el mito mesiánico de la espera de un paraíso en la tierra, a un ánimo
permanente de desesperanza. Poco tenía que ver esto con el marxismo, con el
materialismo histórico y filosófico y por supuesto, con la ciencia.

El proyecto de fuerzas progresistas en el Perú aparentemente aplicables a nuestra


realidad, malamente entresacadas de los análisis de pensadores como José Carlos
Mariátegui se sostuvo en la herencia de las fábulas y mitos para llevar a cabo la soñada
transformación o revolución como se la denominó. La izquierda peruana, de trayectoria
conflictiva, contradictoria, caminó de la insurrección a posturas conciliadoras de raigambre
lascasiana1 de cuño social demócrata y parlamentaria, pretendiendo desde esa posición
incoherente con sus propuestas iniciales, luchar por la justa reivindicación de esas capas
pobres y postergadas por siglos en un país donde el campesinado migró a la ciudad capital
pero no terminó de cuaja en un proletariado real. En consecuencia, una izquierda confusa
y errática que mantuvo el ethos germinado en los claustros de sus convictorios en lo
ideológico y que como timón de participación y movilización, no es posible negar, logró
una importante movilización popular con mayor nitidez entre las décadas de los 60 a 80
del siglo XX generándose a fines de esa década su paulatino desmoronamiento. Había
logrado abrir puertas a lo que parecía ser un camino hacia la anhelaba transformación
social. Todo aquello se derrumbó. Hoy hemos dado vuelta a la página y la historia real del
siglo XXI en Perú recién empieza.

El despojamiento de ese favor popular a la izquierda peruana es coyuntural y


complementario al ascenso del fujimorismo. Explicarnos como sucedió aquello es la razón
de este escrito.

Valga este ensayo para ubicarme en un suelo turbulento, no pretende ser un estudio con
citas y referencias bibliográficas, estoy tratando de poner los pies en tierra y adelanto
ideas que pueden ser polémicas, discutibles, cuestionables quizás, pero parten de la
vivencia de medio siglo y de una proyección personal basada en la experiencia de haber
sido testigo generacional de esos cambios desde aproximadamente 1970.

Importante es mencionar dos hechos trascendentales para explicar una circunstancia


política y afirmar un juicio actual sobre el fujimorismo: Los frentes externo e interno.
Ubiquémonos en el primero, en la actual era Trump, presidencia y administración actual
de los Estados Unidos de Norte América y su retorno a una América antes de la
“contaminación” de inmigrantes en un país hecho precisamente del sueño americano
dejando tierras lejanas. Su apoyo a construir un muro que divida la frontera de USA con
México en plena era de la caída de fronteras, en la era de la globalización. Su decisión de
apartarse del apoyo al Grupo de París que aboga por evitar los desastres del cambio
climático, su alianza estrechísima con Israel, su reciente abandono del acuerdo nuclear con
Irán pateando el tablero y dejando en el marasmo a países como Alemania y Francia, la
imposición del abuso en relación a la situación de migrantes de procedencia árabe y
latinoamericana, su deseo de una cumbre con el líder nor coreano Kim Jong Un queriendo
emular la cita cumbre de 1972 entre Nixon y Mao, su apuesta política por el retorno a una
especie de nacionalismo económico y a la subida del petróleo; es decir a un retorno a
aspectos de la economía de Bienestar y la Guerra Fría al contexto de percances por
contaminación relacionada a los hidrocarburos e inflación global por la subida del
petróleo.
1 Por Bartolomé de Las Casas (1484? – 1566) Encomendero español y luego fraile dominico defensor de
indígenas, fue nombrado “Protector universal de los indios de las Indias” hispánicas
A pocas semanas de descubrirse la violación de la privacidad por parte de una empresa
contratada por Facebook de las cuentas privadas de usuarios, unos 50 millones de perfiles
que fueron a parar a manos de los responsables estratégicos de la campaña de Donald
Trump en las que se han visto involucrados el servicio de Inteligencia ruso, nos muestra la
forma en que se maneja y conduce la información canalizada en las redes sociales; sucesos
dentro de la continuidad de hechos cotidianos en la poco convencional dirección política
del magnate en la presidencia del país económicamente mas poderoso del orbe.

Un mundo marcado por la pos verdad.

Ya en Perú y en un contexto reciente: La noticia propalada en la nochebuena de 2017


sobre el indulto humanitario dado por el ahora ex presidente peruano Pedro Pablo
Kuscynzki al también ex presidente Alberto Fujimori, marcó una pauta que condujo a la
vacancia del primero. Ello fue posible por la articulación homogénea y férrea de la
maquinaria congresal de Fuerza Popular, el partido mascarón del fujmorismo dirigido por
su lideresa keiko Fujimori. Su estrategia de guerra de operadores políticos en el Congreso
había logrado su objetivo

Ahora, propongamos un paralelo que relacione el contexto internacional con dos hechos
específicos en nuestro país donde los frentes interno y externo se entrelazan: En los inicios
de la década del 30 del siglo pasado con la dictadura de Sánchez Cerro y el portentoso
ascenso del nazismo en Alemania y el fascismo en Italia, surgía con fuerza el accionar del
APRA éste partido fue perseguido por aquella dictadura. Recordemos que Sánchez Cerro
afianzo su poder y sus expectativas en base a un partido de clara posición fascista como
fue Unión Revolucionaria

Segundo momento: En 1990 Cambio 90, el movimiento independiente político lleva a la


presidencia de Perú a un independiente Alberto Fujimori cuya figura surge como rechazo a
los partidos tradicionales. A nivel internacional se da el desplome del Muro de Berlín y fin
de las ideologías de los grandes partidos y su control burocrático, el fin de la URSS y de la
Guerra Fría.

Cabe la pregunta ¿En qué momento surge realmente el fujimorismo? Si damos un salto de
20 años hacia adelante llegamos a 2010 y el fujimorismo reconoce la necesidad de
constituir y asentar un partido, que sostenga la experiencia de gobierno de 1990 a 2000.
Pero aquello es contradictorio en la medida en que los vientos que soplan aparentemente
no son propicios para afianzar bases, no en vientres de alquiler o membretes descartables
sino, en un real cometido partidario; la prueba palpable es la debacle militante en el APRA
y la miseria de la Izquierda ya mencionada. Pero vayamos a los antecedentes del
fujimorismo para tratar de explicar su presencia actual como partido.
La historia, ese peligroso coctel

El fujimorismo surge como idea alternativa a la forma en que la partidocracia limeña


establecía el juego de sucesión democrática. Si debemos reconocer que el caudillismo ha
sido una tendencia en la que los cuartelazos prácticamente fueron la norma recurrente
desde que la república se instauró, el fujimorismo, desde la irrupción en 1990 del “humilde
ingeniero” hijo de migrantes japoneses montado en un tractor, fue construyendo la
imagen del outsider en el arraigo popular que trajo consigo.

Fujimori adhirió a su imagen el soporte de un movimiento anti establishment con Cambio


90. Su engarce y sintonía con un país que buscaba una figura que rompiera el molde, se da
porque luego del segundo gobierno de Belaunde Terry, ya el país en la circunstancia de
una población migrante que aumentaba en la capital y poblaba la periferia (acompañada
de miseria y supervivencia tanto en el gobierno acciopopulista como en el aprista
posterior), iba a propiciar el cambio principalmente en la forma de encarar los liderazgos
populares. El fujimorismo recogió la experiencia en los barrios y dirigencias que muchos de
sus futuros militantes como Martha Moyano, (hermana de la asesinada dirigente María
Elena Moyano de Villa El Salvador), provenían del PUM partido de Javier Diez Canseco, uno
de los puntales de la izquierda peruana. Allí habían aprendido lo que era un trabajo de
militancia.

Las migraciones por oleadas a Lima provenientes de sectores y zonas andinas


preponderantemente, se intensifican por otro aspecto importantísimo al hablar de
migración: la lucha armada que llevan a cabo el PCP SL y el MRTA contra el Estado peruano
a partir de 1980 y donde la zona de Ayacucho y sierra sur son el territorio gravitante de
este conflicto. El golpe del 5 de abril de 1992 2 con el cierre del Congreso coadyuvó a una
estrategia que al lograr la derrota del PCP SL sería la justificación para limpiar el terreno
hacia cambios estructurales, de una economía de planificación estatista que venía de la
época de las dictaduras militares a una economía liberal de mercado. Pero para ello
tuvieron que tomarse medidas, la desarticulación de las dirigencias sindicales 3 así como la
re configuración del sistema financiero que tuvo en la presencia del Banco de Crédito del
Perú de la mano del empresario Dionisio Romero un actor principal.

2 Un partido político necesita de un parto de aguas que afiance su derrotero con su militancia y pueda crear
presencia en las multitudes. No basta la llegada al poder y la alternancia democrática. Un movimiento como
el aprista que acompañe una serie de transformaciones sociales, políticas, culturales y económicas requiere
de un putsch, podemos ver en este partido al caso de los mártires de Chan Chan en Trujillo. Eso representó
para el fujimorismo el golpe del 5 de febrero de 1992.
3 El asesinato en 1992 del dirigente de la CGTP Pedro Huillca a manos de para militares que se camuflaron
bajo el disfraz de un ajuste de cuentas senderista, fue el detonante mayor en el amedrentamiento de bases
sindicales y presagiaba ese nuevo contexto de la economía liberal.
Estas reseñas nos sirven para dar el marco en el cual el fujimorismo entraría a tallar como
una fuerza arrolladora que haciendo uso de un populismo basado en mensajes simples y
concretos, la adhesión de una prensa ramplona de líbelo, difamación y pasquín, logró
dejar el terreno listo en lo económico y en el marco laboral y legal para los cambios
subsiguientes que se sucedieron luego de la caída del fujimorismo con los hechos
delictivos ocurridos en 1999, con la asunción de urgencia constitucional de Valentín
Paniagua, y el proceso histórico que siguió el país con Toledo, García, Humala y el breve
paso de PPK en el corto período 2016 a 2018. Período en que los cambios en la normativa
laboral y giro de timón en lo económico nos dirigieron hacia el contexto que hoy vivimos.

Culto al mercado liberal

La transición a una economía de mercado se da inicialmente en el contexto de pacificación


luego de 1992. En ello encontramos ciertas similitudes con el proceso económico que
afrontó Chile luego de la caída de Allende y el ascenso de Augusto Pinochet en 1973. Las
determinaciones políticas de derecha se dieron como consecuencia de limpiar el terreno e
imponer acciones y decisiones autoritarias. Entre las primeras medidas del gobierno
fujimorista se encuentra el pago de las fuertes deudas que Perú tuvo que asumir con el
FMI y en préstamos que brindó el BM para un necesario reflote.

Adelantémonos en el tiempo, podemos trazar un arco que va de 2001 ya con el gobierno


de Alejandro Toledo hasta 2010 con Alan García en su segundo gobierno, el ordenamiento
fiscal, la bonanza y el fin del alza de precios de los commodities 4. La generación que recién
surgía y que no fueron conscientes de la situación del país en años anteriores, vería al país
tratando de identificarse con nociones como exitoso, emprendedor o Marca Perú, y
validaría una forma de capitalismo popular surgido en el caldo de cultivo mencionado.

Paralelo a ello y por esos años, irrumpe una cultura que afianza la que ya había surgido de
forma tímida y limitada en los 70 y 80, cambiando las normas, el paradigma socializante y
dirigiéndose hacia el riesgo, la personalización, la competencia y la idea del éxito y
prosperidad. En la educación se da el paso de lecturas de corte clasista y movilizadores a
textos de autoayuda financiera cuyos lenguajes y actos de entusiasmo y fe propician el
cambio de referentes ideológicos hacia un individualismo a ultranza. El ámbito de
“estudio” no es ya el espacio académico per se, sino el libelo al paso, el libro multicopiado
vendido en el suelo y la seriación fotocopiada; y es que la idea del mercado liberal en sí
combate y critica la inoperancia material y concreta del ámbito académico.

4 Precios de productos en materia prima en alza como plata, cobre, oro y otros como azúcar en alza e 2003 a
2008..
La educación da un vuelco desde el mismo hecho de la liberalización de Institutos
tecnológicos y pedagógicos que el gobierno de Alberto Fujimori propicia, determinando
que se aperturen centros de estudio como quien traía productos en compra venta por la
frontera. El valor del riesgo y los valores de confrontación se los relaciona con el migrante
pundonoroso que lucha contra la adversidad. Una especie de self made man versión
peruana. Tendríamos que concluir aquí con otro factor importante. El sesgo religioso en el
crecimiento de las iglesias evangélicas y en los valores del apaciguamiento de las culpas
por el hecho de ganar dinero. La ética de la prosperidad económica y el empuje
empresarial ante todo, se abre paso.

Volvamos ahora a la parte política y enfoquemos el devenir de la izquierda, caldo de


cultivo para el posterior asentamiento del populismo de derecha que dio alas al
fujimorismo.

El polvo de la derrota: De progres a caviares

Ubiquémonos ahora en el periodo del auto denominado Gobierno peruano de las Fuerzas
Armadas a fines de los sesenta y comienzo de los setenta. La izquierda peruana tuvo una
participación decidida en la organización y desenvolvimiento de organismos generados
que se propiciaron con el gobierno militar de Velasco Alvarado (1968 – 1975) buscando
cohesionar ideológicamente a sectores de trabajadores y campesinos en lo que se
denominó democracia social de participación plena. Algunos de ellos sin embargo tuvieron
presencia desde el gobierno de Prado, sirvieron de base a la implementación de obras y
construcción que llevo a cabo el ochenio de Odría, ello teniendo como fondo el Plan
Marshall y la política de ayuda económica del gobierno norteamericano de Harry Truman
en el inicio de la Guerra Fría, tratando de quitar arraigo a la influencia que se comenzaba a
ver en América Latina del triunfo de la Revolución china de Mao, el fracaso de la guerra de
Corea y los primeros aires de lo que luego consolidaría la Revolución cubana.

La Reforma Agraria que llevó a cabo el partido Movimiento Nacionalista Revolucionario


MNR en Bolivia en 1952 significo un paso desde el Estado para canalizar un resultado ya
predecible en la decadencia del latifundismo, más allá de significar una genuina
reivindicación del campesinado lo que se buscaba era canalizar la apropiación de tierras en
los mencionados organismos generados. Otra forma de control. En el Perú, luego del
Golpe militar de Juan Velasco Alvarado se puso en marcha la apropiación de tierras en
1970 y el proceso a las Sociedades Agrarias de Interés social SAIS y Cooperativas Agrarias
de Producción CAPs.

Sirva este marco previo para apuntalar que fue un sector ideológico de izquierda quienes
articularon y proyectaron ideas y conocimientos a este proceso de cambios. Algunos de
sus representantes como Carlos Delgado Olivera, que provenía del ala escindida del APRA,
o cuadros provenientes de la social democracia, fueron quienes asesoraron la puesta en
marcha de esta y otras reformas como la educativa. A través de SINAMOS se planteó una
movilización social que coadyuvara a un cambio de esquema hacia ideas de corte socialista
con pretensiones nacionalistas y de fuerte presencia determinativa de Estado y su
aparataje.

Es preciso reiterar que desde 1990 el proceso de transformación económica y cultural


puede rastrearse, (marcando un importante bloque de tiempo que habría que relacionar),
desde el golpe militar del General Juan Velasco Alvarado en 1968. A fines de la década del
sesenta los organismos generados o de base que surgieron como aparatos de propaganda
y difusión para el gobierno militar, fueron diseñados por intelectuales, sociólogos que
luego conformarían esa experiencia logística y de aplicación social en un aparato de
movilización social denominado SINAMOS. Varios intelectuales que tuvieron participación
en el gobierno de Velasco reaparecerían sintonizando con el fujimorismo, caso de Martha
Hildebrandt, Pablo Macera, o mas recientemente Hugo Neira 5.

Luego de Velasco, la posterior crisis de su gobierno, y su salida abrupta vino la segunda


fase militar con Francisco Morales Bermúdez. Los diversos grupos y facciones de izquierda
junto a gremios fuertes en aquella época como la CGTP y la CTP movilizaron a huelgas
contundentes. Ante ello la denominada II Fase en 1977 convoca a Elecciones para la
Asamblea Constituyente y a la instalación del Parlamento. En torno a ella se agruparon los
diferentes grupos de izquierda, sin embargo, aquello trajo mas fricciones y diferencias
desde la concepción de que optar por la legalidad política era traicionar el hecho de que la
conquista del poder clasista no se conseguía por vía pacífica. Aquello era deslealtad pura
con los principios ideológicos, desde las vertientes pro soviéticos afincados en el marxismo
leninismo y su compresión del imperialismo y también desde la óptica del camino de Pekín
con el maoísmo. En 1980 visto el descenso de la aprobación electoral por su divisionismo,
los sectores diversos de izquierda emprenden la unificación y se crea en ese año Izquierda
Unida (IU) sin embargo, ya Acción Popular había encaramado a Fernando Belaunde Terry
en su segundo gobierno y el APRA lograba ser la segunda fuerza política mas importante.
5 Aunque me he propuesto no colocar reseñas en este artículo, no puedo evitar referirme a la consecuencia
de un intelectual como Hugo Neira, quien desde su recorrido de estudios sobre el Estado ha simpatizado con
el régimen de Velasco Alvarado, Alan García, de quien es gran amigo hasta llegar a su adhesión a Keiko
Fujimori y la construcción de su partido. Como figura emblemática del nexo que pretendo mostrar entre
APRA y fujimorismo va este link http://utero.pe/2018/01/02/el-intelectual-hugo-neira-es-mas-naranja-que-
charmander-y-aqui-lo-demostramos/
La opción mas cercana y la que en realidad fue la performance electoral mas relevante de
la izquierda peruana fue en 1983 con Barrantes Lingán, aquel año el modesto abogado
cajamarquino había ganado la alcaldía de la municipalidad de Lima y su agrupación en
cuatro distritos de Lima. En 1985 disputaría con un joven Alan García la presidencia, luego,
el primero renunciara a la segunda vuelta en las elecciones y deja el camino libre al primer
gobierno aprista.

Nunca más la izquierda tendría la oportunidad de llegar al poder porque mas allá de que
pueda medirse el logro de ese objetivo mediante adhesión por vías electorales estaba la
movilización de masas y aquello se había perdido, el país se había transformado y no
estaba ya en el cometido de sus expectativas seguir el rumbo de un sector político que no
fue capaz de ser una plataforma viable para la complejidad de los cambios ocurridos, esto
se vería con creces la década siguiente. Sin embargo sus programas de asistencia social y
algunos organismos que perduraron sobre todo en la administración edil de Barrantes
Lingán quedaron allí y otros los aprovecharían.

En 1987, luego de que la decisión del gobierno aprista de estatizar la banca y destinar el
8% del PBI al pago de la deuda externa propició el surgimiento del Movimiento Libertad 6
de clara tendencia de derecha y quizás la primera manifestación de tendencia liberal de
corte contemporáneo. Libertad a sugerencia de Fernando Belaunde Terry y de Luis
Bedoya Reyes, líderes de los partidos Acción popular y el Partido Popular Cristiano
respectivamente, brindaron el soporte al FREDEMO y tuvo como candidato a Mario Vargas
Llosa. La izquierda y el APRA buscaron cerrar el paso a su candidatura y cuando las
encuestas empezaron a levantar a un desconocido ingeniero cuyo spot televisivo lo
mostraba subido a un tractor, le apoyaron decididamente 7 Se auparon oportunamente a la
campaña del ingeniero Fujimori. Destaquemos pues que en la creación del fenómeno
fujimorista la izquierda jugó un rol importante sin prever lo que se estaba gestando y lo
conllevaría el enorme arraigo popular que conseguiría luego de su triunfo en 1990. En
diciembre de 1989 se había dado la Marcha por la Paz que reagrupó a la izquierda en un
decidido frente con la insurgencia del PCP SL que había llegado con sus acciones
decididamente en la capital. Su posterior apoyo a la táctica político militar de brindar
armamento y logística a las rondas campesinas fue otro hecho en el que la izquierda

6 El Movimiento Libertad que tuvo entre sus militantes a personajes como Miguel Cruchaga, Juan
Inchaustegui, Enrique Ghersi, Rafael Rey, fue liderado por Mario Vargas Llosa y fue el referente que propició
el frente que agrupó a Acción Popular y el Partido Popular cristiano para las elecciones de 1990 y que tuvo
como candidato al célebre escritor. Los comicios municipales previos habían ya mostrado un descenso
notable de los partidos tradicionales. El año anterior había ganado la alcaldía de Lima Ricardo Belmont
Casinelli, un empresario y comunicador independiente.
7 ¿Estuvo el APRA desde antes tramando la preparación de este ascenso? No tenemos aun una investigación precisa
sobre ello. Este es otro de los motivos de inquietud que me animan a plantear preguntas. Más aun si vemos la continua
alianza y apoyo que se han brindado desde el parlamento ambos movimientos, sobre todo desde la caída estrepitosa del
APRA en elecciones de los últimos años.
estuvo de la mano con las decisiones de Inteligencia del gobierno de Fujimori, de la mano
con el Estado que alguna vez juraron derrumbar.

Es en este período histórico de la década de los 90 donde se vería declinar la presencia


orgánica que tuvieron los grupos y partidos de izquierda; vendrían las medidas de
saneamiento de la economía hacia una lógica de mercado y el paulatino pago de la deuda
externa así como la privatización de empresas estatales que fueron rematadas. En lo
político, luego de la derrota de los grupos alzados en armas, la estigmatización de ideas
marxistas y socialistas, la ocupación de las universidades por contingentes militares harían
su parte para alejar a la izquierda peruana del favor estudiantil. La dirección y táctica que
tuvo en programas de asistencia social el fujimorismo fueron también eje en esa campaña.
En 1993 se redactó la Constitución que aun nos rige hasta hoy y se instaló la
unicameralidad en el Congreso Constituyente Democrático que asentó las bases
autocráticas y dictatoriales del gobierno fujimorista y sus secuaces congresistas
teledirigidos por el asesor presidencial Vladimiro Montesinos logrando la reelección con
amplísima votación popular en 1995.

Lo que vino luego de la dictadura entre 1999 y 2000 y de su estrepitosa caída con la
renuncia por fax de Fujimori desde Tokio y la captura del poderoso asesor Montesinos,
había conllevado a la unificación de diversos frentes de grupos civiles y de clara simpatía
de izquierda en la llamada marcha de los 4 suyos, enmarcada en el apoyo a Alejandro
Toledo y a la instalación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación cuya presentación de
su informe final en 2003 tuvo como lema “Para que no se repita”.

Es oportuno detenernos en la conformación de este grupo de investigación, los


comisionados, militantes de izquierda la mayoría de ellos desde aproximadamente tres
décadas atrás, establecieron bajo una metodología (que no permitió la participación de
todos los actores implicados en el denominado conflicto armado interno) su propósito de
difundir las conclusiones, en la que responsabilizaba a las fuerzas insurgentes y a las
Fuerza Armadas como responsables de la destrucción y genocidio de comunidades civiles
a nivel de espacios de discusión e información histórica de aquel sangriento período en
niveles educativos como universidades y el currículo de Educación Básica, pero ello no
rindió el fruto esperado.

En una sostenida guerra ideológica corrientes de medios de comunicación y académicos


afines al fujimorismo han cuestionado reiteradas veces sus resultados emplazando que lo
sucedido y sus consecuencias fue parte de una guerra contra subversiva donde la
población civil estuvo al medio y en consecuencia hubo daños colaterales. Si bien aquello
no logra justificar las desapariciones, entierros clandestinos, violaciones y masacres que
con premeditación llevaron a cabo fuerzas militares y para militares, la CVR es un
documento político que empodera la idea de que la izquierda peruana (que si bien es
cierto sufrió la matanza de muchos de sus dirigentes por atentados del PCP SL) no tuvo en
momentos claves apoyo a determinaciones que tomó el Estado en su lucha contra
subversiva.

Por ultimo, en este análisis sobre la izquierda peruana y su relación de palanca con
relación al ascenso del fujimorismo en el país, es necesario mencionar el rol del
Antikeikismo básicamente desde 2011 cuando cuaja la idea de Keiko Fujimori de formar un
partido y oponen un frente a sus aspiraciones electorales. Este movimiento ha agrupado a
colectivos de organizaciones de derechos humanos, estudiantes y colectivos progresistas a
base de reflexión acerca del pasado reciente de la historia plagada de corrupción,
crímenes y cretinismo en la escena política relacionada con la mafia fujimorista. Ha
movilizado jóvenes provenientes principalmente de clase media y de universidades que
enarbolan como consigna cerrarle paso a repetir la dictadura. Se trató en simples líneas de
cerrarle el paso a Keiko Fujimori quien tiene una presencia decidida desde que en 2006
logró ser la congresista con mayor número de votación en las urnas. Han apoyado en el
2011 el objetivo presidencial de Ollanta Humala y el Partido Nacionalista 8 y en el 2016 de
Pedro Pablo Kuszcinsky.

Podemos concluir esta semblanza de la izquierda resaltando su perdida de rumbo, su falta


de liderazgo político para confluir en objetivos unitarios, la carencia de adhesión popular,
la incapacidad de gestar movilizaciones de antaño, las implicaciones del fujimorismo quien
tiende a relacionar todo accionar de izquierda como “terrorista” 9 relacionándola incluso
con sectores como MOVADEF10 y aprovechando la salida de condenados por terrorismo
como cuña para juntar en su solo saco ante una población inerme y sin bases de análisis
ante lo ocurrido en la historia del país en las últimas décadas del siglo pasado. Todo ello no
es gratuito, forma parte desde el fujimorismo, de una estrategia bien pensada donde la
debacle de la izquierda, la pérdida de consistencia en sectores que tuvieron influencia
sobre masas y pudieron marcar su rumbo, hoy son solo la pieza que justifica el ascenso del
partido fujimorista Fuerza Popular, su acopamiento hacia el poder de cara al bicentenario
de la república en el 202111.

8 Lo apoyaron pese a que estaba ya en el Poder Judicial la denuncia por matanzas en la zona contra
subversiva de Madre Mía en Ayacucho que recaían directamente en el ex militar. El gobierno de Humala se
deshizo del apoyo a la izquierda (tuvo adherentes como Verónika Mendoza, luego candidata por el Frente
amplio ante PPK) y perdiera el rumbo con promesas incumplidas como el retorno a la Constitución de 1979.
9 Lo que ha dado por conjugar a verbo el adjetivo “terruco” en “terruquear”
10 Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales
11 Pese a ello ¿es posible pensar que algunos sectores que cuentan con base de apoyo regional supongan
escollos para la legitimación electoral de Fuerza Popular de cara al 2021?
La recomposición de las fuerzas marginales

Mencionemos que hechos como el Baguazo del 2009 un levantamiento popular nativo en
defensa de su territorio frente a la explotación de petróleo con peligro para el medio
ambiente que termino en muertes de policías y población y el rechazo de la explotación de
la mina de oro Conga en Cajamarca supuso la aparición de líderes como Alberto Pizango y
Gregorio santos respectivamente, pero en ello la desarticulación con bases políticas de
grupos de izquierda como Frente Amplio no han permitido una alianza que opte
decididamente por una movilización que haga eco en la capital. Puede decirse lo mismo de
la huelga de maestros multitudinaria que se llevo a cabo como marcha de diversos
sectores del SUTE CONARE a la capital y que tuvo éxito como movilización y colocación en
la mesa de planteamiento poniendo en jaque a la ministra de Educación Marilú Martens a
mediados de 2017. Estos hechos colocan en expectativa voces y presencias del interior del
país, fuertes a nivel de sus regiones pero sin arraigo sostenido en Lima. Como hechos
sectoriales reivindicativos se relacionan con acciones y agendas similares a movimientos
de Bolivia y Ecuador que si han llegado a participar del poder en casos como los del
dirigente Evo Morales y Rafael Correa pero con un sesgo de mayor autonomía popular. Si
a ellos mencionamos a Antauro Humala quien dirigió la asonada a Andahuaylas en enero
de 2005 que aun purga prisión pero cuya expectativa esta siendo alentada por algunos
medios de comunicación12, estaremos mencionando a líderes que podrían tener
expectativas hacia el futuro. Depende en mucho del clima pre electoral tomando en
cuenta el rumbo económico y los destinos de personajes sumidos en los miasmas de la
corrupción y sus laberínticos destinos con una justicia penetrada por intereses de poder.
Un panorama bastante confuso y donde los llamados outsiders pueden dar sorpresas. Un
territorio donde todo puede suceder.

Vayamos ahora a un enfoque de un sector decisivo a la hora de pensar en tomar y


mantener el poder.

El rol de los monopolios de comunicación.

No cabe duda de que los medios y determinados periodistas llamados “líderes” de opinión
han aprendido a ser fujimoristas y no morir en el intento. Este “logro” nos remite a un

12 Cuya táctica puede ser utilizar a algunos antisistema para crear condiciones de soporte o plataforma para
el despegue de Kenji Fujmori. Esa es la labor que actualmente viene realizando por ejemplo el periodista
Juan Carlos Tafur en el periódico La Exitosa y en artículos sabatinos en el decano.
precedente referencial: El pacto de la prensa y canales de televisión con el fujimorismo
con especial énfasis luego del 5 de abril de 1992. Sería llover sobre mojado mencionar la
participación clave como asesor que realizó el capitán del ejército, abogado y funcionario
de Inteligencia Vladimiro Montesinos. Entre 1991 y el año siguiente recuerdo que la revista
Oiga de Paco Igartua le seguía los pasos en la sombra a este personaje en una investigación
continua desde sus oscuros días como espía al servicio de la CIA, en los años 70 de la
dictadura militar y su aparición como abogado de Alberto Fujimori.

Es reconocida la función que cumplió en los preparativos del golpe del 5 de abril para lo
cual contó con la aceptación y riesgo del presidente de la República con el cual se
acuarteló en el Pentagonito en meses previos preparándole para la única salida que
acabaría con los insurgentes que habían acrecentado su presencia en la Capital.

Vladimiro Montesinos Torres negoció luego directamente con canales de TV como América
Televisión con la familia Crousillat, y canal 5 con Ernesto Shütz Landazuri. Muchos de los
personajes de medios periodísticos envueltos en servilismo y compra de líneas de noticias,
cesados en tiempos del gobierno toledista volvieron al negocio en tiempos de García como
el caso de Álamo Pérez Luna, Nicolás Lucar y Mónica Delta.

El periodismo, televisión y radio desde las columnas de opinión y programas que enfocan
una supuesta reflexión y análisis político, se matiza cada cierto tiempo por encuestas 13 que
recoge en sondeos el grado de acercamiento y mensura a los cometidos o campañas
objetivas de captación, sugestión y propósito de ideas que definen el panorama donde se
explaya el negocio de las informaciones. Es el baluarte del poder y se destaca una
interpretación del ascenso y afianzamiento en la opinión publica del partido que dirige
Keiko Fujimori. El monopolio que ejerce El Comercio en este plan es fundamental para
ello14 Hay que tener en cuanta que con astucia y ardid, El Comercio (como emporio de
empresas) no refleja una posición definida y trata de llevar el cauce de su opinión editorial
a un sesgo ejemplarmente democrático y principista en el plano legal, sin embargo en las
opiniones de Martha Meier Miro Quesada hacia algunos años, y en el presente en las bien
informadas y con sustento de base análisis de carlos Melendez15, aunque también es
previsible mencionar a entrevistadores como Mariella Balbi y a politólogos (esa especie de

13 DATUM de Alfredo Torres y …de Paloma urpi son las encuestadora con las que trabaja el Grupo El
Comercio. Muchas veces las bases de investigación y debate no especifican el universo (una gran mayoría de
veces se menciona “pobladores de todos los estratos socio económicos. Las encuestas afianzan el
perfildeterminado que adopta la empresa periodística en pos de construir, delimitar, homogeneizar criterios
y pensamientos. A la larga es la construcción de un referente de poder.
14 El Comercio ejerce influencia y determinación en diarios como Peru21, en co accionariado con EPENSA
(Expreso, Ojo) Gestión, publicación dedicada a la economía, publicaciones de corte masivo popular (El
deportivo El Bocón, El Trome) radios como RPP, Capital, canales de TV como América TV, Canal N.
15 Quien si tiene un planteamiento coherente sobre la reforma de partidos y basamento sobre la estructura
partidaria del fujimorismo a nivel nacional.
aceitadores de la máquina) Diethell Columbus 16, José Carlos Requena, comunicadores
como Sandro Venturo y Gustavo Rodriguez 17a otros como Aldo Mariátegui cuya función de
operador político es evidentísimo. Podríamos colocar aquí no precisamente a
profesionales de prensa solamente sino a quienes desde su rol de investigación le hacen
favores al espíritu autocrático y vertical del fujimorismo, es el caso de la abogada María
Cecilia Villegas con su investigación sobre las esterilizaciones forzadas a mujeres del
campo18

Otro referente a destacar y que cumple con eficacia e inteligencia supina su doble labor
religiosa y comunicadora es el Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani Thorne desde el
púlpito y el importante cargo frente a la curia de Roma, así como en su rol de comunicador
en los medios y en su programa “Dialogos de fe” de RPP.

Existe un correlato desde la compra venta de los medios de comunicación en el Perú de la


década de los noventa, con los diarios chicha y la basura permanente echada a personajes
opuestos al fujimorismo. El Grupo El Comercio abarca periódicos, diarios deportivos, radio
y redes constituyendo una presencia disuasiva y con introducción e influencia en el
quehacer cultural, social y político del país. 19. Véamos, sólo para trazar una muestra de la
tendencia a la quese dirige el peridismo cuando parece cambiar el panorama, lo sucedido
con el asunto Kenji Fujimori. Un sector de la prensa empezaba a aggiornar el camino al
díscolo benjamín del clan, esta necesidad es porque resultaba importante ser viable el
juego divisionista al interior de Fuerza Popular y lanzar la figura de Kenji como opción mas
tolerantes y de cercanía a vientos progresistas. Debemos tener en cuenta que un gran
sector de intelectuales moderados y progresistas escriben en El Comercio, provenientes de
las canteras de la PUCP y de la Universidad del Pacífico. En pocas palabras, la casa nunca
pierde.

16 Columbus se mostró como politólogo desde hace un par de años, en medios como Peru21 y El Comercio.
Sus opiniones cuasi afines al fujimorismo keikista iban abriendo camino hacia sus intenciones políticas a
futuro: Candidato al sillón de la alcaldía de Lima en 2018, nada menos que representando a Fuerza Popular.
17 Creativos de Toronja Comunicación Integral, sin ser portavoces fujimoristas, Como Rolando Arellano o
Elmer Cuba le hacen guiños a “lo inevitable”. De toronjas a naranjas
18 Su libro ”La verdad de la mentira” publicado en el 2017 precisa que no fueron 300,000 mujeres
esterilizadas como los sectores pro derechos humanos, centros feministas y de la izquierda manifestaron
durante años, pero ello no evade su posición de que existieron y aun así avala que el programa se haya
mantenido.
19 Aunque luego del indulto a Alberto Fujimori dado por el ex presidente Kuczyinski en diciembre de 2017 y
la presencia más destacada de Kenji Fujimori, El Comercio optará por resaltar su figura y apoyarlo en sus
planes de distancia con el rol de FP. Luego de los vídeos del congresista Mamani, esto ha quedado mermado,
pero voces de opinión sugieren que determinados medios no abandonaran a Kenji. Aquello supone una
alternativa menos autoritaria, pero siempre afines a un Fujimorismo que saben inevitable como referente
político hacia el 2021.
Explicados brevemente los antecedentes del manejo comunicacional en el cerco al poder y
como el contexto se encuentra ya maduro para su afianzamiento de cara al 2021, apunto a
como se constituyó el partido Fuerza Popular.

La fortaleza de un partido

Loa mismos analistas naranjas dividen en tres etapas al fujimorismo. La primera desde la
fundación de Cambio 90 con el ascenso de Alberto Fujimori a la presidencia hasta el fin
desastroso de su segundo gobierno y su auto exilio en el Japón en el 2000. La segunda
vendría a ser de 2001 a 2009, la miseria de verse expuesto al escarnio y sin embargo pese
a su debilidad mantenerse en el candelero con participaciones electorales, y la tercera
etapa de 2010 hacia adelante con el liderazgo de la hija del patriarca, Keiko Fujimori quien
logró construir un partido de las cenizas, aunque esto pueda ser inexacto en realidad.

Lo polémico del caso es que Keiko Fujimori logró aglutinar un partido en una época (y ya
los dijimos, su padre representó el sentido antisistema en el modo de hacer política) que
no soporta partidos de masas, feligresías, credos ni solidaridad militante.

Fuerza Popular surge tejiendo una red de acuerdos y negociaciones con gobiernos
regionales, representantes independientes que a raíz del crecimiento de grupos y
representantes independientes, reconocían lo que el gobierno del “chino” había dejado en
sus pueblos20

Esto se fue materializando desde 2011. Sus principales bases de apoyo o espacios donde
fue sosteniendo su crecimiento fueron estas conexiones que se fueron estableciendo y
que permitieron no sólo dotar de militancia, sino de comprometer capitales particulares e
intereses basados en promesas de participación y puestos expectantes.

En las elecciones de ese año Keiko Fujimori ganó en seis departamentos La Libertad,
Lambayeque, Tumbes, Piura, (notándose el arraigo que le cedió el APRA vía los partidos
independientes y las autoridades regionales) Cajamarca y Junín. No obstante, si bien no
ganó en las otras provincias si contó con un gran respaldo popular, esto se pudo observar
en departamentos como Tumbes, Piura, Cajamarca, Amazonas, San Martín; ya que contó

20 No olvidar que Fujimori recorrió una vasta cantidad de comunidades, pueblos y aldeas en costa, sierra y
selva del país. Una labor que ningún presidente anterior realizó con esa vehemencia (lo que lo relaciona con
la figura de otro presidente como Velasco Alvarado. Ver la referencia más detallada). En ello se mezclan un
afán de intervención directa y demagoga con el desprecio hacia los políticos tradicionales y sus cabales
representativos y voceros que dilataban el encuentro directo. Levantó colegios, postas y centros de salud
principalmente. En el imaginario popular esto quedó y fue recogido por el afán de establecer un partido por
parte de su hija Keiko.
con más de 30% de votos válidos. Sin embargo, no contó con mucho respaldo en los
departamentos ubicados en el sur.

El sur siempre le ha sido esquivo, la misma situación ocurrió con PPK en el 2016 y es
ahora, con miras al 2021 donde pondrá la puntería. Es así como se da el paso de los
partidos membrete momentáneos de las campañas anteriores a 2006 tanto en elecciones
presidenciales como municipales a la constitución de un partido. Keiko Fujimori y su
entorno asumen así esa tarea reconociendo que en la carrera hacia la legitimación del
poder en un entorno de fragilidad sistemática y de quiebres institucionales como el
peruano, la constitución partidaria era necesaria para establecer presencia en un medio
donde ni la derecha ni la izquierda habían logrado articularse. Si bien es cierto, todo lo que
representa el fujimorismo, autoritarismo, pragmatismo en sus relaciones y alianzas,
conservadurismo y buenas relaciones con la ortodoxa jefatura eclesiástica, defensa de
medidas y organismos populistas y asistencialistas (lo que le ha valido el mote de “cultura
taper”) está presente en Fuerza Popular, pero lo cierto es que ha logrado constituir un
cuerpo sólido y disciplinado. En una jugada necesaria para la configuración del partido
desde sus aliados generacionales, Keiko separó a la vieja guardia albertista, pasaron al
retiro Martha Chavez, María Luisa Cuculiza, Alberto Aguinaga, sólo quedó Luz Salgado

Dos aspectos históricos y guías de la relativamente reciente historia del país me llaman la
atención con relación a esta última etapa fujimorista y Fuerza Popular; la primera tiene
que ver con la impronta movilizadora del velasquismo a fines de los 60 y comienzos de los
70, la segunda con el apoyo sostenido que en materia de praxis y decisiones políticas ha
recibido del APRA. En el primer aspecto podemos relacionarlo con la senda movilizadora y
de medidas psicosociales que se hicieron patentes en el trabajo de Inteligencia que brindó
el ex capitán y abogado Vladimiro Montesinos Torres encumbrando la figura casi mítica de
Alberto Fujimori desgajada de la imagen burocrática y señorial de anteriores presidentes,
con un marcado sesgo populista y corporativista que guarda relación con la que ideólogos
como Carlos Delgado Olivera del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas,
específicamente desde SINAMOS, fueron construyendo en Velasco. Esta semblanza es
importante porque fue Juan Velasco Alvarado quien utiliza una versión moderna de la
gesta y articulación de organismos de base en la labor de contacto y disposición
comunicativa con sectores directrices del régimen. El régimen militar creo su propia
estructura de funcionamiento, es por ello21 su rechazo a los partidos tradicionales a los que
acusa de perpetuar mediante burocracia vertical amañada con sectores de poder, políticas
de explotación y miseria en el campo y ciudad. Es importante rescatar la conexión
populista de dos momentos contrapuestos ideológicamente como fueron el Velasquismo y
el Fujimorismo, desde una especie de socialismo nacionalista instaurado en 1968 y 22

21 Como Carlos Olivera Delgado lo manifiesta en su libro compendio de artículos y entrevistas “Testimonio
de Lucha” Ediciones Bibloteca Peruana Editorial Peisa 1973.
años después en 1990 desde un populismo corporativo de derecha que impulsó un
liberalismo de mercado que hoy sostiene la economía del país, abierto a la inversión
privada. Poco le duraría al Velasquismo su permanencia en el poder 22 Como Velasco
también Alberto Fujimori despreciaba la partidocracia local. Su determinación de cerrar el
congreso el 5 de abril de 1992 abona al respecto.

En cuanto a su relación con el APRA quizás sea importante señalar algunas referencias
previas a la llegada de Fujimori al poder.

En 1987 en pleno gobierno aprista, siendo rector de la Universidad Nacional Agraria,


Alberto Fujimori, impuso la medalla de esa casa de estudios al entonces ministro de
Agricultura, Remigio Morales Bermúdez, por méritos desconocidos. La otra es el
programa de TV que Fujimori dirigió también en ese año y hasta 1989 el programa
Concertando desde Canal 7 un medio del Estado. Pero ya luego como gobierno otro
hecho que desconcierta y cuyo relato fue construido por los medios, es la huida de
Alan García que estuvo sazonada por versiones dadas por el mismo ex presidente
quien apela a una fuga cinematográfica a un exilio que lo llevó a Colombia y luego a
Francia de donde no regresaría sino luego de 8 años para volver a postular a la
presidencia. García armó una historia truculenta donde tuvo al parecer mas apoyo
que peligro.

Ahora, en la constitución de un partido político prima el mito. No bastaba la victimización


del líder, había que apoderarse de circunstancias de lucha, apoderarse de una hoja de
triunfo en el libro de historia del Perú plagada de derrotas y fracasos. Esta suerte de
mitificación viene construyéndose actualmente.

En años mas recientes se viene dando una ofensiva mediática por colocar dos hechos
fundamentales en la derrota del PCP SL y del MRTA como sendas páginas de gloria en la
historia reciente del Perú: La captura de Abimael Guzmán y su cúpula en setiembre de
1992 y la toma de la embajada de Japón por comandos del ejército que lograron el rescate
de casi la totalidad de rehenes y la consiguiente muerte de el destacamento subversivo. A
la par que se ha servido de los juicios a los militares implicados en la matanza de
emerretistas supuestamente rendidos en abril de 1997 y de los responsables de las
matanzas de los penales de El Frontón en el develamiento de un motín de presos del PCP
SL para victimizarse, sectores adherentes al fujmorismo desde el partido Fuerza Popular de
Keiko Fujimori y otras figuras están afianzando una aureola de heroísmo ejemplar 23 He

22 Es necesario un estudio pormenorizado de como se gestó la caída del régimen que tuvo en los sucesos de
la huelga de la policía, los constantes rumores y el enfrentamiento de la División Blindada con un sector
amotinado, saqueos y pánico social ocurridos el 5 de febrero de 1975 uno de sus hechos previos a la
sucesión de mando por Francisco Morales Bermudez. Se dice que el APRA tuvo incidencia en la siembra de
rumores que empujaron a muchedumbres a las calles.
23 La historia de las fuerzas armadas del Perú no guarda hecho concretos de victoria en su historial. A su
incipiente profesionalismo ya que no existía un ejército profesional se debió la derrota, desastre y ocupación
de las fuerzas chilenas en la Guerra del Pacífico. Se trata forzadamente de rescatar hechos donde la
aquí otros aspecto de la derrota de la izquierda y las fuerzas progresistas que han sido
incapaces de gestar un propósito a las conclusiones emitidas por la CVR y del cual los
medios de comunicación, parte importante en la presencia de FP como bastión de poder,
ha sido y sigue siendo una herramienta más que eficaz.

El fujimorismo nunca perdió crédito y soporte en la estructura de ideas provenientes de


sectores que apostaban por una fuerza vertical, autoritaria apoyada en la imagen
poderosa que Alberto Fujimori supo construir y que pese a su fuga del país se mantuvo
latente. Los sectores más conservadores de la política, del campo legislativo, militar y
eclesiástico apostaron con cautela y otras veces de manera más abierta en medios de
comunicación afines, a que el fujimorismo era la única fuerza capaz de someter al país. Lo
había demostrado ya con su decisión de encarar la terrible crisis económica a fines de los
80 y con la derrota infligida al PCP SL y al MRTA.

Si el fujimorismo logró catapultar a un caudillo surgido desde las antípodas de la política


oficial burguesa y tradicional y esto engarzó con la figura de Alberto Fujimori, los dos
hechos mencionados suplen de alguna manera el historial de derrotas que los ejércitos de
Perú han sufrido permanentemente en su historia. Esta estrategia no es poca cosa, es
parte del plan que desde lo simbólico representativo llevan a cabo con el soporte que les
ha dado en las elecciones de 2016 una presencia de poder que logrado, desde la mayoría
absoluta del Congreso empujaría a la vacancia al ex presidente PPK a fines de 2017 y que
regula el accionar presente con Martín Vizcarra como presidente de la República.

Desde ya esto puede ser polémico, no solo es la exigencia de reconocimiento histórico de


quienes tuvieron a cargo en el terreno mismo de lucha la erradicación de los insurgente
por medios poco lícitos, pero que, según sus responsables, resultaban válidos en el
contexto de una guerra sucia, sino, porque esta reivindicación representa una jugada que
les eximiría de responsabilidad en actuales juicios en diferentes instancias nacionales e
internacionales. El fujimorismo requiere de potenciar su imagen de heroísmo en su
relación con las fuerzas armadas, la edificación partidaria lo necesita y la perspectiva es,
obviamente, a largo plazo. El autoritarismo en su esencia como manifestación política (y
como en diferentes experiencias cercanas al fascismo y corporativismo lo comprueban)
requiere de una alianza estrecha con sectores militares y del Ministerio Público.

abrumadora diferencia de los contrincantes y la situación de rendidos de amotinados (Caso El Frontón) y


secuestradores (caso Embajada de Japón) viene siendo parte de un plan de manipulación a partir de sun
referente a la heroicidad y reforzamiento de la imagen de Alberto Fujimori como el adalid de la lucha contra
subversiva) todo ello en función del plan de fondo hacia el 2021 de parte del fujimorismo unificado (Kiko –
Kenji esperando resolver sus “diferencias”)
La praxis del autoritarismo pese a que en determinados momentos tanto Keiko 24 como en
la táctica aparentemente divisionista de su hermano Kenji aparecen guiños de apertura y
simpatía por ideas liberales, lo cierto es que desde la derrota de 2016 Keiko y Fuerza
Popular enfocan con claridad a su enemigo en el Ejecutivo y el partido da por hecho la
instauración de un esquema de guerra en la forma de ver y hacer política. La disciplina y el
atosigamiento de sus operadores políticos y sus congresistas como operarios de sus
planes. El jacobinismo cuasi absoluto en la estrategia de choque del bloque congresal de
Fuerza Popular como un ejemplo de ello. El acosamiento a los ministros que,
efectivamente caían en sus propias trampas (el caso de las computadoras y su compra
fraguada en la caída del ministro de Educación Juan Saavedra, el caso del aeropuerto de
Chinchero con Vizcarra, el torpe manejo político en la huelga de los maestros del SUTE
CONARE con Martins, el Gabinete Zavala y su apresurado pedido de confianza al Congreso
ante el pedido de renuncia de Martins, la denuncia al Fiscal Pablo Sánchez por su
interpretación en la participación de Keiko en situaciones de dolo, la vindicta frente a los
magistrados del tribunal Constitucional) una seguidilla de acciones políticas que fueron
minando a sectores del estado y por ende a Kuczyinski.

Este último tramo en la trayectoria de Fuerza Popular ha dado un vuelco a lo que parecía
un debilitamiento a raíz del indulto otorgado por PPK a Alberto Fujimori. Keiko se veía
confrontada por la imagen de su padre parcializándose con Kenji por las ideas de ruptura y
de oportunidad que clamaba este. No era más que una añagaza en el trámite de afirmar
políticamente a Fuerza popular, pero veamos los antecedentes.

Entre discrepancias y fotos oportunas Kenji fue logrando la configuración de un grupo que
lo siguió en sus poses rebeldes y se escindió del partido luego de logrado el indulto al
patriarca y a raíz del apoyo y agradecimiento político a PPK por la gracia pre navideña y
con lo cual se contuvo el pedido de vacancia en el Congreso. Aparentemente fortalecidos y
envalentonados por esta alianza, los llamados Avengers de Kenji pasaron de los disfuerzos
de comic japonés a los hechos. No se imaginaron que Keiko utilizaría las artimañas del tío
Vladi con los llamados Mamani o Kenji vídeos grabados por el congresista keikista puneño
Moisés Mamani desde su reloj de pulsera, donde se aprecia al mismísimo Kenji, a
Bienvenido Ramirez y a otro avenger ofreciendo repartijas a quienes se abstuvieran de
votar a favor de revocar a PPK. Aquello terminó por enlodar al benjamín de los Fujimori.

Pero la prueba definitiva de la alianza entre hermanos estuvo en la negativa de Kenji de


delatar a su hermana por supuestos fondos recibidos de Odebrecht cuando había
afirmado indignado horas después de verse implicado en las ofertas mencionadas que
develaría a congresistas naranjas implicados, entre ellos a Úrsula Letona. Todo ello fue un
ardid, doy por seguro que ya con la sartén por el mango Keiko se encargó de hacerle ver
24 Quizás el ejemplo mas claro estuvo en el discurso que como candidata a la presidencia Keiko Fujimori dio
en la Universidad de Harvard y donde tuvo frases elogiosas para la CVR.
que las pretensiones presidenciales de su torpe hermano podría ser castigada con cárcel al
tener pruebas fehacientes que sostienen una acusación constitucional que primero
lograría su desafuero, así como de los otros implicados por la compra de votos.

Ese desafuero acaba de ocurrir el día 7 de junio.

Ahora, no parece casual que la elección del cuasi invisible congresista Moisés Mamani
como agente de inteligencia que logró, cual súper agente, registrar los videos y audios que
condujeron a la vacancia a PPK. Puno puede ser la base de operaciones desde donde keiko
está trabajando revertir ese voto duro en la región sur de la sierra que le ha sido esquivo
en varias elecciones. Los intereses de presupuestos y obras pueden ser la llave para este
plan de cara al 2021, habida cuenta que Puno posee un fuerte capital de comercio y
muchos de sus hijos han propiciado crecimiento en zonas como Arequipa, Moquegua o
Tacna.

¿Por qué El fujimorismo vuelve a las andadas entre cohecho, negociaciones turbias,
videítos y promesas de montañas de favores y dinero? El fujimorismo le debe al trabajo
organizado durante estos últimos 8 años, la creación de una plataforma de poder que
amparándose bajo una normativa electoral dispar y sujeta a correcciones para lo cual no
terminan de ponerse de acuerdo intereses para mantener el status quo, es hoy, como
dijimos, la principal fuerza política del país. 73 congresistas de la bancada de su partido
Fuerza Popular asumieron una más que abrumadora mayoría en el Congreso y por su
estrategia política hemos visto que el objetivo de lograr el alejamiento de PPK y luego
esperar momento de golpe en su bastión del Congreso obtiene claros e inobjetables
logros.

Analizando y a modo de conclusión.

Resulta clave comprender el actual tablero político en Perú, donde el partido de mayor
consistencia y participación Fuerza Popular sufre un supuesto intento divisionista. Ello no
ha ocurrido y la jugada de poner en evidencia las intenciones del bloque Kenjista no sólo
los expuso públicamente al ridículo, sino reconduce a la oveja descarriada al redil.
Maquiavelo decía que el Príncipe debía tener y exhibir un enemigo y si su poder es
omnímodo y no existe contrincante debe fabricarse urgentemente uno. Kenji vino a cubrir
ese puesto ante la ausencia casi total de oposición. Por el lado de la izquierda con la
división pueril de Fuerza Social y la configuración del grupúsculo Nuevo Perú no tienen
presencia definida en el panorama, y Kenji 25, que ahora debe morder el polvo de la derrota
y asimilarse de rodillas ante Keiko, viene a jugar ese rol.

No existe una prueba mas contundente del copamiento y asentamiento de Fuerza Popular
y el neo fujimorismo que representa Keiko y su cúpula partidaria en el presente del Perú
que la constatación de que merced a sus viejas artimañas y tretas: la intriga, el
pragmatismo, el delito, chantaje y aceitamiento de medios de comunicación serviles, ha
madurado un soporte en el cual los sectores de poder en manos de pocos se ven
fortalecidos. Todo ello como colofón de una tragedia a la que me refería al principio de
este escrito. Se constata así la debacle en la posibilidad de construir un país de justicia y
progreso real y democrático

Si colocamos la historia peruana en un marco del último medio siglo, desde el intento de
una Revolución transformadora que intentaron llevar a cabo las Fuerzas Armadas con el
golpe del 3 de octubre de 1968; vemos que el proceso histórico del país se ha visto
zarandeado por la restauración de otra facción de militares que retrocedió en el proceso
de cambio, los hechos consecuentes: el retorno a una democracia ficticia, una guerra civil
que desangró las regiones mas pobres, el fujimorismo como forma de asunción no solo
carente de referentes ideológicos a la vieja usanza y de constitución partidaria, aquello
que representaba el anhelo de ruptura con la partidocracia tradicional que representaron
partidos como APRA, Acción Popular o el PPC y que llevó a cabo nos guste o no el proceso
hacia una economía de mercado que marca la pauta de un capitalismo globalizador y que
también condensa la transformación social, cultural, económica y política que ha sucedido
en el país.

No se trata de justificar la ideologización del fujimorismo que al no evidenciar contacto


con estructuras y formas de organización convencionales, no deja de expresar un conjunto
de ideas que están lejos de ser banalizadas; ello constituye el primer error de sectores
académicos y bien pensantes que desestiman y desprecian la movilización y formas de
actividad política de este movimiento populista. Habría que comprender profundamente
cuales han sido las expectativas reales de ingentes masas empobrecidas que durante
décadas llegaron a Lima y empujaron aquello que estudiosos como José María Arguedas
en la literatura y la poética del desarraigo, Matos Mar desde el campo sociológico y su
aplauso a un capitalismo popular, Fernando Fuenzalida desde la antropología y la agonía
de un Estado, Hernando de Soto y su comprensión de ese otro sendero desde la
economía, estos intelectuales y otros fueron vislumbrando este trasuntar, no solo ya
desde la maquinaria fujimorista afín a una lectura política de evidente presencia actual,

25 Y con Kenji, aquellos analistas políticos como Juan Carlos Tafur o Rosa María Palacios que desde su
presencia en prensa y radio empezaban a articular puentes hacia un fujimorismo moderado que diese cabida
al oportunismo inveterado de progres e izquierdistas desvalidos y sin cuota de presencia en la factibilidad de
poder. Aquello hoy se ve desmoronado pero no totalmente perdido..
sino desde esa movilización de masas que pudo tener en los anhelos de una
transformación desde dentro y la posibilidad de un liderazgo en una izquierda que no se
comprendió asimismo, demasiada apegada a dudas e incertidumbre e incapaz de un
ideario que antepusiera intereses procedentes de la pequeña burguesía y apostara por
unidad, aquello por lo que José Carlos Mariátegui clamó.

Y eso es lo que le faltó, unidad.

La constitución de partidos en el Perú, aquella de una sólida y poderosa ideología, de


estructuras piramidales basadas en la presencia descollante de un líder ha pasado por dos
experiencias históricas gravitantes, el APRA bajo la férula de Victor Raúl Haya de la Torre
que devino luego en circunstancias de desmembramiento y cambio de eje, que supo del
fracaso en su primer gobierno al segundo en la figura de Alan García Pérez. La otra
presencia está en el PCP SL rama escindida de Patria Roja y Bandera Roja en las purgas y
divisiones reiteradas de una izquierda contradictoria y constituyó un partido basado en su
base por catedráticos y estudiantes ayacuchanos y que le declaró una guerra total al
Estado, el PCP SL. Los dos partidos supieron de persecuciones, cárcel, destierro y
martirologio, y saben a ciencia cierta lo que es batirse desde las casi cenizas.

La tercera visión de esa construcción de partido surge paradójica y contradictoriamente en


una época donde toda idea de constituir un cuerpo orgánico es rechazado por la
atomización y el descreimiento en principios que no sean individualismo y salvataje
personal. Pero ya dimos un marco de nuestra época al principio y quizás haya llegado el fin
de una forma de ver y constituir lo político y social. Lo cierto es que el fujimorismo es hoy
una real presencia y lo estamos viendo de la mano de una mujer. Un aspecto
importantísimo creo en la práctica y devenir de su accionar lo vuelvo a repetir, se lo debe a
la experiencia del APRA y su relación estrecha con la configuración táctica de ese partido.
Considero necesarios realizar y difundir estudios sobre los antecedentes de esta relación
donde en la práctica y la supervivencia del aprismo se da no ya desde su presencia
orgánica muy venida a menos hoy, sino de la mano de sus aliados naranjas. ¿Sabía o intuía
el aprismo aquel lejano 1990 que en los vientos de cambio que soplaban en el mundo su
estructura militante se cuasi desintegraría y sería un líder carismático enarbolando
banderas de anti partidismo y negación de doctrinas ideológicas quien llevaría el rumbo
político del país a futuro?

Que sirva este punto de reflexión donde no he pretendido llegar a posiciones


incontrovertibles, sino propiciar discusión y respuesta hacia un debate necesario donde se
aporte a comprender que es el fujimorismo como fenómeno, más allá de la carga
emocional que significa verlos en escena, para poner sobre la mesa la táctica de su
accionar de cara al futuro.
Colofón

¿Qué hacer con el Fujimorismo? O lo que es lo mismo ¿cómo enfrentar esta realidad? En
primer lugar comprendiéndola a fondo, y esto implica realmente reconocer que
históricamente nuestros pasos nos han dirigido hacia esta situación en Perú. Nos han
conducido inevitablemente a este contexto. Ejercer una comprensión que nos lleve a una
certidumbre podría darnos elementos con los cuales vislumbrar aquellos aspectos que
rodean una forma determinada y particular de ejercer la política en un contexto plagado
de incertidumbre, corrupción generalizada, movilización ilegal de capitales, relación con el
negocio del narcotráfico y un punto clave que afina su accionar: el manejo y control de los
medios de comunicación. A semejanza del nazismo y el fascismo, las preguntas de marras
se plantearon solo cuando las organizaciones políticas que les representaban estaban ya
enquistadas en el poder, luego de un paciente tejido con los sectores mas conservadores
de los países donde estos fenómenos cundieron, ¿cuando? ¿Cómo? ¿Por qué? Y luego
¿hasta cuando?

Analizar y opinar sobre el fujimorismo no significa en absoluto, necesariamente, pactar


con ellos. Sin embargo soy consciente de los riesgos y tentación por identificarse con un
populismo que como las experiencias históricas mencionadas, así como el peronismo en
Argentina surgidas desde las entrañas de un populismo fervoroso y lejano de un real
proceso de transformación, es una suerte de poderoso imán.

El empoderamiento fujimorista de 2005 hacia adelante ha sido consecuente y alentador


de los cambios dados en el Perú en los planos económico y socio cultural estos últimos
años; allí tenemos a Marca Perú, del llamado boom de la gastronomía con Gastón Acurio
al pensamiento del éxito empresarial con la familia Añaños y el empuje del Cholo power
con el estudio Arellano, hasta llegar a la clasificación en el fútbol al Mundial Rusia 2018,
resulta obvio que no necesariamente estas formas de constituir emprendimiento y logro
se identifican y alinean con el fujimorismo, pero les son consustanciales en la medida de
que la real opción política que las representa mantiene una visión de mercado que ha
dirigido el proceso directriz y legislativo hacia el panorama que ahora constatamos en el
presente. Es la representación que encaja en este proceso paulatino de desmovilización
social y el escepticismo a ultranza, el pánico, la anomia y el descreimiento en la forja y la
decisión de una real transformación social.

Por ello, termino con las palabras con las cuales empecé este artículo de análisis, a manera
de reiterar el círculo vicioso en el cual estamos insertos desde la constitución de la
república. No hemos salido de el y allí radica el eje por donde transitan estos
pensamientos: Este análisis del fujimorismo brota desde la derrota, una derrota
contundente y certera que se dirige principalmente a las fuerzas progresistas del país.

A las fuerza reales y de las otras.

Lima, junio de 2018

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