Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
vivir a un pueblo que estaban repoblando. Y mis amigos, nuestras tardes de cine,
museos, zoológico, mis talleres de pintura, patinar sobre hielo…
Les expuse a mis padres que tenía mis amigos y mis lugares, no hubo nada que hacer
aunque me puse con mis peores galas: una rabieta…
Tras el traslado mi enfado siguió durante un mes, poco a poco me fui enamorando de
sus calles antiguas adoquinadas, de sus casitas, de su alrededor. No servía de nada que
siguiera con aquella actitud así que decidí dar una tregua y mostrar algo de interés.
Soy un niño extremadamente curioso y no pude seguir mucho más tiempo enfadado,
encerrado en casa, así que empecé a fijarme en mis compañeros del colegio, a hablar
con ellos, me invitaron a ir con ellos al campo a investigar.
-Sí- respondí.
-Sí, sube arriba al despacho, ya sabes dónde guardo estos útiles y los coges. Id con
cuidado.
-Me voy.
-¡Hola!
-¿Quién os ha enseñado?
-Ahora verás.
-Vamos a subir
Trepamos y cuando estábamos cerquita pude vislumbrar lo que pasaba: las hormigas
estaban construyendo un refugio con hojas, usé mis prismáticos y me quedé
boquiabierto, lo estaba viendo con mis ojos, las hormigas estaban tejiendo las hojas con
las gotas que caían de una larva, mientras que otras subían cargadas con hojas al árbol y
otras se unían formando un puente y van juntando las hojas poco a poco.
Mis amigos cogieron la linterna y miraban por un agujerito que había en el árbol,
cuando pude mirar vi una bellota (describirlas) en su interior y varios huevos y En este
caso, el pájaro carpintero nos muestra las ventajas de ser trabajador, previsor y de cuidar
de los suyos. ¿Quién puede negar que la naturaleza es sabia?
Por más y más que me movía no encontraba ninguna compañera, nos habíamos alejado
bastante de casa ¿dónde estaban? Han de venir, les he de mostrar el camino. Cada vez
estaba más y más cansada porque estaba perdiendo parte de mis secreciones. Decidí
volver a casa, ya casi no me podía mover arrastrando el abdomen. Por más vueltas que
daba no encontraba el camino de vuelta.
De repente se puso a llover, llovía tanto que mi rastro desaparecía conforme iba
avanzando. Estaba desesperada, no sabía qué hacer ni donde estaba mi casa.