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Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos

En Asambleas Constituyentes Argentinas, T. IV, p. 308

Teniendo por objeto acercar el día de la reunión de un Congreso General que con
arreglo a los tratados existentes y al voto unánime de todos los pueblos de la República,
ha de sancionar la Constitución política que regularice las relaciones que deben
existir entre todos los pueblos argentinos como pertenecientes a una misma familia,
que establezca y defina los altos poderes nacionales y afiance el orden y
prosperidad interior y la respetabilidad exterior de la Nación.

Siendo necesario allanar previamente las dificultades que pueden ofrecerse en la


práctica para la reunión del Congreso, proveer a los medios mas eficaces de mantener la
tranquilidad interior, la seguridad de la República y la representación de su soberanía
durante el periodo constituyente. Teniendo presente las necesidades y los
votos de los pueblos que nos han confiado su dirección, e invocando la
protección de Dios, fuente de toda razón y de toda justicia. Hemos
acordado y adoptado las resoluciones siguientes:

1. - Siendo una ley fundamental de la República el tratado celebrado el 4 de enero


de 1831 entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, por haberse
adherido a él todas las demás provincias de la Confederación será religiosamente
observado en todas sus cláusulas, y para mayor firmeza y garantía queda facultado el
Excmo. Señor Encargado de las Relaciones Exteriores para ponerlo en ejecución en
todo el territorio de la República.

2. - Se declara que estando, en la actualidad, todas las provincias de la República en


plena libertad y tranquilidad, ha llegado el caso previsto en el articulo 16 del
precitado tratado, de arreglar por medio de un Congreso General
Federativo la Administración General del país bajo el sistema federal,
su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y distribución
de las rentas generales, el pago de la deuda de la República, consultando
del mejor modo posible la seguridad y engrandecimiento de la República su crédito
interior y exterior y la soberanía, libertad e independencia de cada una de las provincias.

3. - Estando previsto en el articulo 9 del tratado referido los arbitrios que deben mejorar
la condición del comercio interior y recíproco de las diversas provincias argentinas y
habiéndose notado por una larga experiencia los funestos efectos que
produce el sistema restrictivo seguido en algunas de ellas, queda
establecido que los artículos de producción o fabricación nacional o
extranjera así como los ganados de toda especie que pasen por el territorio
de una provincia a otra serán libres de los derechos llamados de tránsito,
siéndolo también los carruajes, buques o bestias en que se transportan y que
ningún derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su
denominación, por el hecho de transitar el territorio.

4. - Queda establecido que el Congreso General Constituyente se instalará en todo el


mes de agosto próximo venidero; y para que esto pueda realizarse, se mandará hacer
desde luego, en las respectivas provincias, la elección de los diputados que deban
formarlo, siguiéndose en cada una de ellas las reglas establecidas por la ley de
elecciones para los diputados de las legislaturas provinciales.

5. - Siendo todas las provincias iguales en derechos como miembros de


la Nación, queda establecido que el Congreso Constituyente se formará con dos
diputados por cada provincia.

6. - El Congreso sancionará la Constitución Nacional a mayoría de


sufragios; y como para lograr este objeto seria un obstáculo insuperable
que los diputados trajeran instrucciones especiales que restringieran
sus poderes, queda convenido que la elección se hará sin condición ni
restricción alguna, fiando a la conciencia, al saber y al patriotismo de
los diputados, el sancionar con su voto lo que creyeran más justo y
conveniente, sujetándose a lo que la mayoría resuelva, sin protestas ni
reclamaciones.

7. - Es necesario que los diputados estén penetrados de sentimientos puramente


nacionales, para que las preocupaciones de localidad no embaracen la
gran obra que se emprende; que estén persuadidos que el bien de los pueblos
no se ha de conseguir por exigencias encontradas y parciales, sino por
la consolidación de un régimen nacional, regular y justo; que estime la
calidad de ciudadanos argentinos antes que la de provincianos y para que esto se
consiga los infrascritos usarán de todos los medios para infundir y
recomendar estos principios y emplearán toda su influencia legitima a
fin de que los ciudadanos elijan a los hombres de más probidad y de un
patriotismo mas puro e inteligente.

8. - Una vez elegidos los diputados e incorporados al Congreso no podrán ser juzgados
por sus opiniones ni acusados por ningún motivo, ni autoridad alguna hasta que no esté
sancionada la Constitución. Sus personas serán inviolables durante este período. Pero
cualquiera de las provincias podrá retirar sus diputados cuando lo creyere oportuno,
debiendo, en este caso, sustituirlos inmediatamente.

9. - Queda a cargo del Encargado de las Relaciones Exteriores de la


Confederación, el proveer a los gastos de viáticos y dietas de los
diputados.

10. - El Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación instalará y abrirá


las sesiones del Congreso por si, o por su delegado en caso de imposibilidad; proveerá a
la seguridad y libertad de sus discusiones; librará los fondos que sean necesarios para la
organización de su despacho, y tomará todas aquellas medidas que creyese oportunas
para asegurar el respeto de la corporación y de sus miembros.

11. - La convocación del Congreso se hará para la ciudad de Santa Fe, hasta que,
reunido e instalado, él mismo determine el lugar de su residencia.
12. - Sancionada la constitución y las leyes orgánicas que fueren
necesarias para ponerla en práctica- será comunicada por el
Presidente del Congreso al Encargado de las Relaciones Exteriores de
la Confederación y éste la promulgará inmediatamente como Ley de la
Nación, haciéndola cumplir y observar. En seguida será nombrado el
Presidente Constitucional de la República y el Congreso Constituyente
cerrará sus sesiones dejando a cargo del Ejecutivo poner en ejercicio
las leyes orgánicas que hubiese sancionado.

13. Siendo necesario dar al orden interior de la República, a su paz y respetabilidad


exterior todas las garantías posibles, mientras se discute y sanciona la Constitución
nacional, los infrascritos emplearán por sí cuantos medios estén en la esfera de sus
atribuciones para mantener en sus respectivas provincias la paz pública y la concordia
entre los ciudadanos de todos los partidos, previniendo o sofocando todo elemento de
desorden o de discordia y propendiendo al olvido de los errores pasados y
estrechamiento de la amistad de los pueblos argentinos.

14. Si, lo que Dios no permita, la paz interior de la República fuese perturbada por
hostilidades abiertas entre una u otra provincia, o por sublevaciones armadas dentro de
la misma provincia, queda autorizado el encargado de las Relaciones
Exteriores para emplear todas las medidas que su prudencia y
acendrado patriotismo le sugieran para restablecer la paz sosteniendo
las autoridades legalmente constituidas; para lo cual los demás gobernadores
prestarán su cooperación y ayuda en conformidad con el tratado del 4 de enero de 1831.

15. Siendo de la atribución del Encargado de las Relaciones Exteriores representar la


Soberanía y conservar la indivisibilidad nacional, mantener la paz interior, asegurar las
fronteras durante el periodo constituyente, defender la República de cualquier
pretensión extranjera y velar sobre el exacto cumplimiento del presente acuerdo, es una
consecuencia de estas obligaciones el que sea investido de las facultades y medios
adecuados para cumplirlas. En su virtud queda acordado que el Excmo. Señor General
Don Justo José de Urquiza, en el carácter de general en jefe de los ejércitos de la
Confederación, tenga el mando efectivo de todas las fuerzas militares que actualmente
tiene en pié cada provincia, las cuales serán consideradas desde ahora como partes
integrantes del ejército nacional. El general en jefe destinará estas fuerzas del modo que
crea conveniente al servicio nacional, y si, para llenar sus objetos, creyere necesario
aumentarlas podrá hacerlo pidiendo contingentes a cualquiera de las provincias: así
como podrá también disminuir-las si las juzgase excesivas en su número u organización.

16. Será de las atribuciones del Encargado de las Relaciones Exteriores: reglamentar la
navegación de los ríos interiores de la República, de modo que se consulten los intereses
y seguridad del territorio y de las rentas fiscales; y lo será igualmente la administración
de correos, la creación y mejora de los caminos públicos y de postas de bueyes para el
transporte de mercaderías.

17. Conviniendo para la mayor respetabilidad y acierto de los actos del Encargado de
las Relaciones Exteriores, en la dirección de los negocios nacionales, durante el período
constituyente, el que haya establecido cerca de su persona un Consejo de Estado con el
cual pueda consultar los casos que le parezcan graves, queda facultado el Excmo. Señor
para constituirlo, nombrando a los ciudadanos argentinos que por su saber y prudencia
pueden desempeñar dignamente su elevado cargo, sin limitación de número.

18. Atendidas las importantes atribuciones que por este convenio recibe el Excmo.
Señor Encargado de las Relaciones Exteriores, se resuelve que su titulo sea de Director
Provisorio de la República Argentina.

19. Para sufragar los gastos que demande la administración de los negocios nacionales
declarados en este Acuerdo, las provincias concurrirán proporcionalmente con el
producto de sus aduanas exteriores hasta la instalación de las autoridades
constitucionales, a quienes exclusivamente competerá el establecimiento permanente de
los impuestos nacionales.

Artículo adicional. Los gobiernos y provincias que no hayan concurrido al Acuerdo


celebrado en esta fecha, o que no hayan sido representadas en él; serán invitados a
adherir por el director provisorio de la Confederación Argentina, haciéndoles a este
respecto las exigencias a que dan derecho el interés y los pactos nacionales.

Dado en San Nicolás de los Arroyos a los treinta y un días del mes de mayo del año mil
ochocientos cincuenta y dos.

Justo J. de Urquiza, por las provincias de Entre Ríos y Catamarca - Vicente López -
Benjamín Virasoro - Pablo Lucera - Nazario Benavides - Celedonio Gutiérrez - Pedro P.
Segura - Manuel Taboada - Manuel Vicente Bustos - Domingo Crespo.

PACTO FEDERAL DE 1831

PACTO FEDERAL
4 de Enero de 1831

Deseando los Gobiernos de Buenos Aires, Entre-Ríos y Santa-Fé, estrechar cada vez
mas los vínculos que felizmente los unen, y creyendo que así lo reclaman sus intereses
particulares y los de la República han nombrado para este fin sus respectivos diputados,
a saber: el Gobierno de de Buenos Aires al señor D. José María Rojas y Patrón, el de
Entre-Ríos al señor D. Antonio Crespo, y el de Santa-Fé, al señor D. Domingo Cullen;
quienes después de haber canjeado sus respectivos poderes, que se hallaron extendidos
en buena y debida forma, y teniendo presente el tratados preliminar, celebrado en la
cuidad de Santa-Fé el veintitrés de febrero último, entre los Gobiernos de dicha
provincia y la de Corrientes; teniendo también presente la invitación que con fecha
veinticuatro del expresado mes de febrero, hizo el Gobierno de Santa-Fé al de Buenos
Aires, y la convención preliminar ajustada en Buenos Aires el veintitrés de marzo
anterior, entre los Gobiernos de esta provincia y el de Corrientes; así como el tratado
celebrado el tres de mayo último en la capital de Entre Ríos, entre su Gobierno y el de
Corrientes, y finalmente considerando que la mayor parte de los pueblos de la República
ha proclamado del modo mas libre y espontáneo la forma de gobierno federal, han
convenido en los artículos siguientes:

Art. 1. Los Gobiernos de Buenos Aires, Entre-Ríos y Santa-Fé, ratifican y declaran en


su vigor y fuerza todos los tratados anteriores celebrados entre los mismos Gobiernos,
en la parte que estipulan paz firme, amistad y unión estrecha y permanente:
reconociendo recíprocamente su libertad, independencia, representación y derechos.

2. Las provincias de Buenos Aires, Entre-Ríos y Santa-Fé, se obligan á resistir


cualquiera invasión extranjera que se haga; bien sea en el territorio de cada una de las
provincias contratantes, ó de cualquiera de las otras que componen el Estado Argentino.

3. Las provincias de Buenos Aires, Entre-Ríos y Santa-Fé, se ligan y constituyen en


alianza ofensiva, y defensiva contra toda agresión ó preparación de parte de cualquiera
de las demás provincias de la República (lo que Dios no permita), que amenace la
integridad é independencia de sus respectivos territorios.

4. Se comprometen á no oír, ni hacer proposiciones, ni celebrar tratado alguno


particular, una provincia por si sola con otra de las litorales, ni con ningún otro
Gobierno, sin previo avenimiento expreso de las demás provincias que forman la
presente federación.

5. Se obligan á no rehusar su consentimiento expreso para cualquier tratado que alguna


de las tres provincias litorales quiera celebrar con otra de ellas ó de las demás que
pertenecen a la República, siempre que tal tratado no perjudique á otra de las mismas
tres provincias, ó a los intereses generales de ella, ó de toda la República.

6. Se obligan también á no tolerar que persona alguna de su territorio ofenda á


cualquiera de las otras dos provincias, ó á sus respectivos Gobiernos, y á guardar la
mejor armonía posible con todos los Gobiernos amigos.

7. Prometen no dar asilo á ningún criminal que se acoja á unas de ellas, huyendo de las
otras dos por delito cualquiera que sea, y ponerlo á disposición del Gobierno respectivo
que lo reclame como tal. Entendiéndose que el presente artículo solo regirá con respecto
á los que se hagan criminales después de la ratificación y publicación de este tratado.

8. Los habitantes de las tres provincias litorales, gozarán recíprocamente la franqueza y


seguridad de entrar y transitar con sus buques y cargas en todos los puertos, ríos y
territorios de cada una, ejerciendo en ella su industria con la misma libertad, justicia y
protección que los naturales de la provincia en que residan, bien sea permanente ó
accidentalmente.
9. Los frutos y efectos de cualquier especie que se importen ó exporten del territorio ó
puertos de una provincia á otra por agua ó por tierra, no pagarán mas derechos que si
fuesen importados por los naturales de la provincia, á donde ó de donde se exportan ó
importan.

10. No se concederá en una provincia derecho, gracia, privilegio ó exención á las


personas o propiedades de los naturales de ella, que no se conceda á los habitantes de
las otras dos.

11. Teniendo presente que alguna de las provincias contratantes ha determinado por ley,
que nadie pueda ejercer en ella la primera magistratura, sino sus hijos respectivamente,
se exceptúa dicho caso y otros de igual naturaleza que fueren establecidos por leyes
especiales. Entendiéndose que en caso de hacerse por una provincia alguna excepción,
ha de extenderse á los naturales y propiedades de las otras dos aliadas.

12. Cualquiera provincia de la República que quiera entrar en la liga que forman las
litorales, será admitida con arreglo á lo que establece la segunda base del artículo
primero de la citada convención preliminar, celebrada en Santa-Fé á veintitrés de
febrero del presente año; ejecutándose este acto con el expreso y unánime
consentimiento de cada una de las demás provincias federales.

13. Si llegase el caso de ser atacada la libertad é independencia de alguna de las tres
provincias litorales, por alguna otra de las que no entran al presente en la federación, ó
por otro cualquier poder extraño, la auxiliarán las otras dos provincias litorales con
cuantos recursos y elementos están en la esfera de su poder, según la clase de la
invasión, procurando que las tropas que envíen las provincias auxiliares, sean bien
vestidas, armadas y municionadas, y que marchen con sus respectivos jefes y oficiales.
Se acordará por separado la suma de dinero con que para este caso debe contribuir cada
provincia.

14. Las fuerzas terrestres ó marítimas que según el artículo anterior se envíen en auxilio
de la provincia invadida, deberán obrar con sujeción al Gobierno de esta, mientras pisen
su territorio y naveguen sus ríos en clase de auxiliares.

15. Interín dure el presente estado de cosas, y mientras no se establezca la paz pública
de todas las provincias de la República, residirá en la capital de Santa-Fé, una comisión
compuesta de un diputado pos cada una de las tres provincias litorales, cuya
denominación será Comisión Representativa de los Gobiernos de las Provincias
Litorales de la República Argentina, cuyos diputados podrán ser removidos al arbitrio
de sus respectivos Gobiernos, cuando lo juzguen conveniente, nombrando otros
inmediatamente en su lugar.

16. Las atribuciones de esta Comisión serán:

1ª. Celebrar tratados de paz á nombre de las expresadas tres provincias, conforme á las
instituciones que cada uno de los diputados tenga de su respectivo Gobierno, y con la
calidad de someter dichos tratados á la ratificación de cada una de las tres provincias.
2ª. Hacer declaración de guerra contra cualquier otro poder, á nombre de las tres
provincias litorales, toda vez que estas estén acordes en que se haga tal declaración.
3ª. Ordenar se levante el ejército, en caso de guerra ofensiva ó defensiva, y nombre el
general que deba mandarlo.
4ª. Determinar el contingente de tropa con que cada una de las provincias aliadas deba
contribuir, conforme al tenor del artículo trece.
5ª. Invitar á todas las demás provincias de la República, cuando estén en plena libertad y
tranquilidad, á reunirse en federación con las tres litorales, y á que por medio de un
Congreso General Federativo se arregle la administración general del país bajo el
sistema federal, su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y distribución
de las rentas generales, y el pago de la deuda de la República, consultando del mejor
modo posible la seguridad y engrandecimiento general de la República, su crédito
interior y exterior, y la soberanía, libertad é independencia de cada una de las
provincias.

17. El presente tratado deberá ser ratificado á lo tres días por el Gobierno de Santa-Fé, á
los seis por el de Entre-Ríos y á los treinta por el Gobierno de Buenos Aires.

Dado en la cuidad de Santa-Fé á cuatro del mes de enero del año de Nuestro Señor mil
ochocientos treinta y uno.

José Maria Rojas y Patrón; Antonio Crespo; Domingo Cullen.

ARTÍCULO ADICIONAL
Siendo de la mayor urgencia la conclusión del presente tratado, y no habiendo
concurrido la provincia de Corrientes á su celebración, por haber renunciado el Señor
General D. Pedro Ferré la comisión que le confirió al efecto; y teniendo muy fundados y
poderosos motivos para creer que accederá á él en los términos en que está concebido,
se le invitará por los tres comisionados que suscriben á que adhiriendo á él, lo acepte y
ratifique en todas y cada una de sus partes, del mismo modo que si hubiese sido
celebrado conforme á instrucciones suyas con su respectivo comisionado.

Dado en la cuidad de Santa-Fé a cuatro del mes de Enero del año de nuestro Señor mil
ochocientos treinta y uno.

José Maria Rojas y Patrón; Antonio Crespo; Domingo Cullen.

Nos el Gobernador y Capitán General delegado de la Provincia de Buenos Aires, en


virtud de especial autorización de la Honorable Sala de Representantes, por decreto de
veinte y nueve de Enero de presente año, aprobamos, aceptamos y ratificamos el
presente tratado, que fue celebrado en la cuidad de Santa Fé, á cuatro días del mismo
mes y año, en diez y ocho artículos; y nos comprometemos solemnemente á guardar,
cumplir y ejecutar cuanto se halla estipulado en todos y cada uno de ellos: á cuyo efecto
damos el presente instrumento de ratificación firmado con nuestra mano, sellado con el
sello del Gobierno de la provincia, y refrendado por el ministro secretario en el
departamento de relaciones exteriores, en Buenos Aires, á primero del mes de febrero
del año del Señor de mil ochocientos treinta y uno. Juan Ramón Balcarce; Tomas M. De
Anchorena.

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