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Ensayo de Representacion Sucesoria
Ensayo de Representacion Sucesoria
Se llama representación sucesora cuando los descendientes tienen el derecho de entrar en lugar
y en el grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a éste correspondía si viviese, o la que
hubiera renunciado o perdido por indignidad o desheredación.
Derecho de representación.
Cuando el llamamiento a suceder se dirige a alguien para que haciendo las veces de otra
persona que no hereda, suceda al difunto en puesto de ella y desempeñando su papel, se dice
que se le llama por derecho de representación, o representado a aquel cuyo lugar ocupa. En
otro caso se dice que el heredero es llamado por derecho propio, porque lo es, en atención a él
mismo, omisión hecha de su vinculación con el que no sucedió.
El Código Civil peruano en el artículo 681 regula la representación sucesoria del siguiente
modo:
El jurista peruano Juan Guillermo Lohmann en una impecable fundamentación refiere que tal
LA REPRESENTACION SUCESORIA.
Existen dos maneras de tomar la herencia dejada por el causante:
1) POR DERECHO PROPIO (ius proprio).
Habrá sucesión por derecho propio cuando el único heredero o todos, si son varios, acceden a
la herencia por tener directa e inmediata relación de parentesco con el causante (la relación
filial del hijo con el padre, por ejemplo).
En la sucesión por derecho de representación, en cambio, los que reciben la herencia carecen
de relación inmediata con el causante (hay por lo menos un grado más entre el causante y el
sucesor) y al acceder a ella lo hacen en lugar de su antecesor. Quienes reciben la herencia del
causante se hallan emparentados con éste en segundo o más grados, nunca en primer grado.
Asimismo, en la sucesión por representación no basta el fallecimiento del causante, además, es
necesario que el futuro llamado a una herencia por derecho propio haya premuerto o haya
estado incurso en algunas de las causas por las que no puede recibir directamente la herencia.
La sucesión que opera por representación constituye una excepción al principio conforme al
cual los parientes más cercanos del causante en grado de parentesco excluyen a los más
remotos. Aunque representar desde el punto de vista jurídico significa actuar en nombre de
otro, esto no sucede en la representación sucesoria en la que el representante “actúa” por
derecho propio y en defensa de sus intereses personales
La Representación según el artículo 681 del código civil es el derecho que tienen todos los
descendientes de entrar en el lugar y en el grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a
éste correspondería si viviese, o la que hubiere renunciado o perdido por indignidad o
desheredación.
Por la representación no se recibe la herencia, sino simplemente, la ley coloca al representante
en aptitud de poder tomarla o rechazarla. Cuando el Código civil en el art. 681º pretenda exigir
al representante hacerse cargo de la herencia, será una equivocada interpretación del
dispositivo en cuestión, pues su espíritu no puede llegar a tremenda exigencia. La aceptación de
la herencia renunciada es una mera posibilidad, como tal puede no ser aceptada por los
herederos del renunciante. No hay propiamente herederos sino hasta cuando la herencia haya
sido aceptada en cualquiera de sus formas (expresa, tácita o legal)
CLASES DE REPRESENTACIÓN
La representación, como una forma de recibir la herencia de manera indirecta, puede tener
lugar en línea recta y en línea colateral.
Por lo demás, respecto a la representación en general, no hay posibilidad de que otros parientes
accedan a la herencia por este medio. No hay representación con respecto a los cónyuges, éstos
heredan solamente por derecho propio, la representación ha sido instituida por el sistema
jurídico para favorecer a los descendientes, mediante el sistema de estirpes.
Un ejemplo. Juan quien tiene un patrimonio cuantioso solo tiene dos hermanos; Carlos y Joel,
Carlos padre soltero a su vez dos hijos John y Max, de dicha familia resulta que producto de un
accidente Carlos muere antes que Juan dejando en la orfandad a John y Max; Juan quien
fallece años después deja el “patrimonio cuantioso”.
Por la representación sucesoria en línea colateral estos hijos (sobrinos de Juan) ocupan el lugar
de su padre para poder heredar la herencia de su tío Juan, pero la ley establece que
necesariamente concurran con su otro hermano Joel.
Para que internamente se haga la distribución de los bienes, derechos y obligaciones que a cada
miembro de la estirpe le corresponde. La representación acaece únicamente en la sucesión por
estirpes, debido a la normal disparidad de miembros en cada tronco familiar, por consiguiente
jamás la encontraremos en la sucesión in cápita. Aun cuando, fallecieran todos los hijos del
causante, heredarían los nietos (si todos son únicamente nietos) por derecho propio y no por
representación, así no encontremos la disparidad antes señalada, según parece establecerlo el
sistema jurídico en los arts. 684º, 818º y 819º del Código civil13.
La solución a la que se arriba, puede dar lugar a situaciones en las que maliciosamente se
renuncie a una determinada herencia con la exclusiva finalidad de propiciar una sucesión por
cabezas, de esta manera, muy sutilmente, se mejore exagerada e injustamente a los miembros
de una determinada estirpe, en detrimento de los miembros de las otras. Esta circunstancia,
que si bien aparenta un origen lícito, otorga a los herederos perjudicados el derecho de intentar
su nulidad, alegando finalidad ilícita, evidenciándose en el acto jurídico de renuncia una
conducta dirigida a menoscabar determinados derechos hereditarios, el hecho encuadra dentro
de la prohibición normativa del inc. 4º del art. 219º del Código civil.
REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA
Para que la representación opere se requieren de las siguientes condiciones:
a) Que el representado no pueda o no quiera aceptar la herencia por las razones previstas en la
ley. Cuando no desea la herencia la repudia mediante la renuncia. En cambio, si ha premuerto
o muerto conjuntamente con el causante, si ha sido desheredado o declarado indigno, no puede
recibirla porque ya no existe, en consecuencia deja de desplegar su personalidad: ya no es
sujeto de derecho.
b) Que el representante sea pariente del causante, en línea recta o colateral, siempre de manera
descendente, pues nuestro Código regula la representación en ambas líneas, pero del tronco
hacia las ramas.
c) Que el representante sea descendiente consanguíneo del representado, tanto en
la representación en línea recta o en línea colateral.
d) Que el representante tenga aptitud para suceder, se exige que sea hábil para suceder al
causante, no importando, de otro lado, que no lo fuera en relación al representado. Podría
especularse esté, habiendo sido declarado indigno o desheredado de la herencia del
representado, no estaría habilitado para ocupar su lugar mediante la representación sucesoria.
Semejante afirmación es insostenible, para que haya representación se requiere que el
representante tenga aptitud con relación al causante y no con relación a otra persona, además
que sea pariente directo del representado; y,
e) Que no exista sucesor con mejor derecho que el representante, pues de haberlo, éste toma la
herencia y no el posible representante por la regla mediante la cual el pariente más próximo
excluye al más remoto
Que el ejercicio de aquel derecho de representación los hace actuar por otro, el representante
actúa por atribución normativa y exclusivamente a su favor.
Si la renuncia es impugnada, por haberlo así establecido el art. 676º del Código civil, por los
acreedores del renunciante y se declara fundada la impugnación, los herederos del renunciante
reciben el remanente, una vez pagadas las deudas del renunciante. Por lo tanto aun cuando la
renuncia fuere impugnada, la representación sucesoria se mantiene incólume y los herederos
del renunciante pueden llegar a tomar la herencia (o parte de ésta) a través de la
representación. Esta circunstancia permite contrarrestar los efectos que la renuncia maliciosa
produce: La renuncia es maliciosa e ineficaz únicamente cuando daña los derechos de los
acreedores, y es eficaz en cuanto al exceso, que permite a los herederos del renunciante recibir
el saldo por vía de representación.
La representación sucesoria no impide el pago de las deudas del renunciante. Quien renuncia a
una herencia con la intención de perjudicar a sus acreedores, provoca la ineficacia de su
renuncia respecto de sus acreedores, pero es válida para sus descendientes en cuanto al exceso.
La indignidad debe ser judicialmente declarada, no basta que el llamado haya incurrido en
alguna de las causales por las que se pierde la herencia por indignidad, es necesario que haya
sentencia firme que la establezca. La inacción de los herederos dentro del plazo para intentar la
acción de exclusión por indignidad, consolida la calidad de sucesor en el heredero y a quien se
atribuyó una causal de indignidad.