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‹‹AÑO DEL DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN NACIONAL››

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO Y

CIENCIAS POLÍTICAS

TEMA

ACCIÓN REIVINDICATORIA

ASIGNATURA
Derecho Civil V

DOCENTE
Dr. Noel Villanueva Contreras

INTEGRANTES
Medina Rodríguez Daniela María
Toribio Infantes Abrilldara
Zavaleta Burgos Selene Lucero
Zúñiga Carbonel Roxana Nicole

NUEVO CHIMBOTE – PERÚ

2018
DEDICATORIA

A nuestros Padres por ser el pilar


fundamental en todo lo que somos, en
nuestra educación, tanto académica como
personal, por su incondicional apoyo
perfectamente mantenido a través de todo
este tiempo.

A nuestro Docente por su tiempo


compartido y por impulsar el desarrollo de
nuestra formación académica.

ii
AGRADECIMIENTO

Agradecemos a Dios por darnos la vida,


sabiduría y por guiar nuestros pasos.

A nuestro docente, por haber confiado en


nosotros, por su gran apoyo, comprensión,
paciencia y por la orientación de la
elaboración de nuestra monografía.

iii
INDICE
DEDICATORIA ........................................................................................................................... ii
AGRADECIMIENTO ................................................................................................................. iii
PRESENTACIÓN .......................................................................................................................vi
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................vii
RESUMEN ................................................................................................................................. viii
CAPÍTULO I: ............................................................................................................................... ii
1. ACCION REIVINDICATORIA EN ÉPOCA ROMANA ................................................. 2
1.1. Antecedentes en la Antigua Roma ...................................................................... 2
1.2. Desde un punto de vista Histórico ...................................................................... 2
2. DEFINICIÓN ........................................................................................................................ 3
3. NATURALEZA JURIDICA................................................................................................ 6
4. CARACTERES ................................................................................................................... 7
5. REQUISITOS ...................................................................................................................... 8
6. EFECTOS .......................................................................................................................... 10
6.1. PRESTACIONES ..................................................................................................... 10
A) EN FAVOR DEL REIVINDICANTE ................................................................... 10
B) EN FAVOR DEL POSEEDOR VENCIDO ........................................................ 12
7. FINALIDAD Y/O OBJETO DE LA ACCION ................................................................ 14
8. TITULARES DE LA ACCION REIVINDICATORIA .................................................... 15
8.1. LEGITIMIDAD ACTIVA ........................................................................................... 15
A) REIVINDICACION POR EL CESIONARIO ..................................................... 16
B) POR EL COMPRADOR A QUIEN NO SE LE HA HECHO TRADICION
POR LA COSA .................................................................................................... 16
8.2. LEGITIMIDAD PASIVA ........................................................................................... 18
A) GENERALIDADES .............................................................................................. 18
B) POSEEDOR .......................................................................................................... 19
C) TENEDOR ............................................................................................................. 19
8.3. PRUEBA DE LA PROPIEDAD .............................................................................. 20
9. PERSONAS CONTRA QUIEN SE PUEDE REIVINDICAR ...................................... 21
9.1. Contra el Poseesor Actual en Nombre Propio ............................................... 21
9.2. CONTRA POSEEDORES EN NOMBRE AJENO .............................................. 22
10. OBJETOS ...................................................................................................................... 23
10.1. Reivindicables ..................................................................................................... 23
A) Cosas Muebles .................................................................................................... 23
B) Cosas Inmuebles ................................................................................................ 24

iv
10.2. No Reivindicables .............................................................................................. 25
11. IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCION REIVINDICATORIA .......................... 26
CONCLUSIONES.......................................................................................................................ix
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................................... x
LINKOGRAFÍA ........................................................................................................................... x

v
PRESENTACIÓN

El presente informe en materia de Derecho Civil, específicamente el tema de


propiedad, ha sido elaborado producto del esfuerzo realizado en conjunto por
las alumnas del V ciclo de la Escuela Profesional de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad Nacional del Santa, señalando que para su
cometido se ha obtenido valioso material bibliográfico de las universidades
propias de Nuevo Chimbote, además de una ardua investigación de libros
electrónicos relacionados al tema desarrollado.

Indudablemente, este trabajo se ha realizado con el fin de dar a conocer de


manera primordial el hecho de que todos los derechos subjetivos tienen
mecanismos de protección para el reconocimiento y efectividad de la
prerrogativa y en el caso de la propiedad nos dice, el mecanismo típico de
defensa, pero no único, es la reivindicatoria, por virtud del cual el propietario
puede logar que se compruebe su derecho y, en consecuencia, se le ponga en
posesión de la cosa

Es preciso recordar que la reivindicatoria es el remedio de tutela por


excelencia de la propiedad, por la cual el propietario reclama la entrega del
bien cuando éste se halla en posesión de un tercero sin título alguno. Mediante
ella y según una muy usual definición indica, el propietario no poseedor hace
efectivo su derecho a exigir la restitución del bien respecto del poseedor no
propietario.

Finalmente, este informe formará parte de un conjunto de proyectos realizados


por los alumnos del quinto ciclo de la asignatura de Derecho Civil V. Esperamos
que sirva de reforzamiento para los estudiantes de otros ciclos de Derecho, y
para posteriores trabajos de investigación.

EL GRUPO

vi
INTRODUCCIÓN

Mediante el presente material monográfico, se pretende abordar uno de los


medios que son utilizados frecuentemente para ejercer el derecho de defensa
de la propiedad; la cual se le reconoce como la Acción Reivindicatoria o
llámese simplemente Reivindicación.

Asimismo, se debe entender por Acción Reivindicatoria como aquel derecho


que de cierta forma, le servirá de garantía al propietario no poseedor reclamar y
recuperar su bien ante el poseedor no propietario. No obstante, esto se
tramitará con facilidad, siempre y cuando no haya excedido el tiempo límite
para solicitar la respectiva acción.

Ahora bien, al considerase a la Reivindicación como la acción que tutela al


derecho de propiedad, deberá tenerse en cuenta también que otros puntos se
desarrolla dentro de este procedimiento y especificar en que consiste cada uno
de estos; es por ello que el presente trabajo detallará sus antecedentes y las
diferentes posturas que tienen diversos autores en cuanto a su definición.

Por otro lado, nos vemos en la necesidad de puntualizar su naturaleza jurídica,


qué caracteres engloba, cuáles son los requisitos para llevar a cabo
satisfactoriamente la reivindicación y los efectos que surgen a través de este;
tal es el caso de las prestaciones tanto en favor del propietario o reivindicante,
como en favor del poseedor vencido. De esta manera, también apreciaremos
que tiene por finalidad la Acción Reivindicatoria, los Sujetos Pasivos y Activos
quienes la conforman; y a su vez, la legitimidad que les corresponde a los
titulares de dicha Acción.

Finalmente, este trabajo demuestra verídicamente que para hacer uso de los
puntos mencionados, es necesario recurrir a fuentes bibliográficas confiables,
de tal motivo, se espera que esta monografía incentive la investigación a los
estudiantes de Derecho y Ciencias Políticas sobre este sustancial tema.

EL GRUPO.

vii
RESUMEN

Todos los derechos subjetivos tienen mecanismos de protección para el


reconocimiento y efectividad del conjunto de facultades, poderes o
prerrogativas que otorga.

Si bien es cierto, en la posesión, por ejemplo, el mecanismo de tutela típico son


los interdictos, cuya función es la protección de la posesión actual o de la
anterior que ha sido objeto de despojo dentro del año anterior.

Mientras que, en el caso de la propiedad, el mecanismo típico de defensa, pero


no único, es la acción reivindicatoria, por cuya virtud el propietario pretende la
comprobación de su derecho y, en consecuencia, que se le ponga en posesión
de la cosa.

Así, la reivindicación es una acción que tutela al derecho de propiedad:


sirviendo como instrumento para prevenir, impedir o reparar una lesión al
derecho de propiedad y al ejercicio de las facultades que él supone. De manera
que, no se puede concebir el ejercicio de la propiedad sin que puedan ser
ejercidas algunas acciones necesarias para su defensa o tutela, frente a las
eventuales intromisiones ajenas.

De esta manera, la acción reivindicatoria logra que la propiedad sea un


derecho realmente efectivo y exigible.

viii
CAPÍTULO I:

ACCIÓN
REIVINDICATORIA
1. ACCION REIVINDICATORIA EN ÉPOCA ROMANA

1.1. Antecedentes en la Antigua Roma


La acción que amparaba al propietario civil ex iure quiritium contra el
tercero que poseía ilícitamente y que tendía a que se reconozca su
propiedad y, en consecuencia, que se le restituyera la cosa o se le pague el
precio de ella, fue denominada por las fuentes romanas “reivindicatio”.

Por otra parte, para el derecho clásico la posesión, tutelada por los
interdictos, es un estado de hecho, no un derecho. Aunque el propietario
haga uso de los interdictos para defender su posesión, esto no afecta su
derecho, sino al hecho posesorio solamente. Sumado a ello, la discusión
sobre el derecho como propietario debía ventilarse en un procedimiento, no
posesorio sino petitorio.

1.2. Desde un punto de vista Histórico


Al principio el proceso de propiedad se desenvolvió en la forma de las “legis
actio sacramento in rem”. En ella, nos dice Hernández (2014) «que ambos
contendientes afirman el mismo derecho, es decir el de propiedad. Entre
demandante y demandado no hay diferencia de posesión, puesto que la
vindicatio del primero y la contravindicatio del segundo se pronuncian en
idénticos términos: aio hanc rem meam ese ex iure quiritum» (p.426). El
proceso de propiedad es, por tanto, un proceso de pretensores dominicales.

Por su parte, en el proceso formulario, la reivindicación se tramitaba


mediante una fórmula petitoria en la que se ordenaba al juez que condenara
al pago del valor de la cosa al poseedor, siempre que resultara que el
demandante era propietario ex iure quirirtium.

Más, en términos de Hernández (2014) «Se tenía así, un proceso, sin


presencia de la cosa, entre un actor que sostenía ser propietario y un
poseedor que defendía la cosa sin tener que probar nada, lo cual suponía
una evidente ventaja» (p.427). En este procedimiento se siguió exigiendo la
garantía de siempre al poseedor en la forma de cautio iudicatium solvi. La
condena se supeditaba a la no restitución de la cosa entre la pronuntiatio y

2
la sentencia, para coaccionar a la cual, la estimación se fijaba por juramento
del mismo demandante vencedor (iusiurudamdum in litem). Más el pago de
la aestimatio convertía al poseedor condenado en propietario.

La restitución debía abarcar también todos los accesorios de la cosa y los


frutos. En cuanto a los frutos había que distinguir entre el poseedor de buena
fe y el de mala fe, que tenía que abonar todos los frutos percibidos de
aquella cosa ajena e indemnizar además por todo deterioro. El poseedor de
buena fe por su parte tenía derecho a una indemnización por los gastos que
hubiere realizado en la cosa que restituía antes de la Litis contestatio, ya
fuera gastos imprescindibles para la conservación de la cosa (impensas
necesarias) o gastos que hubieran aumentado el valor de la cosa (impensas
útiles). No le cabía la indemnización por los gastos de mero lujo (impensas
voluptuarias), los que tendría que perder si no eran separables de la cosa.
Para aquella indemnización, el poseedor de buena fe se podría hacer valer
su dercho de retención, ejercitándole también por medio de una excepción.

Con el procedimiento cognitorio, la reivindicatio favorecía a todo propietario y


podía ser ejercitada, no solo contra el poseedor, sino también contra quien
había dejado de poseer por dolo, perseguidle e la época clásica por la actio
ad exhibendum y contra el que sin poseer, se había ofrecido dolosamente a
defender la cosa a fin de que un tercero cómplice pudiera cumplir el tiempo
necesario para adquirir la propiedad por usucapio. De este modo la acción
reivindicatoria se convirtió contra esos fiti possesores, en una acción que
podía funcionar como delictual, y respecto de la cual servía como simple
trámite preparatorio, tratándose de muebles, la antigua exhibitoria.

2. DEFINICIÓN
Por una parte, Javier Vargas (citado por Arias Schreiber, 2011) señala que «En
el Imperio Romano no existió realmente esta institución en el sentido que la
consideran las naciones herederas de la civilización romana con sus atributos
esenciales de poseer, usar, usufructuar y disponer de un bien» (p.27). Más bien,
en el Incario lo que rigió fue el usufructo, el disfrute de las cosas obtenidas por el
trabajo o donación del Soberano dentro de una minuciosa reglamentación. El

3
gran propietario era el Estado considerado este como la comunidad
jerárquicamente organizada en cuya cúspide se encontraba el Inca.

Mientras que en términos de Ochoa (2014) nos dice que, la acción reivindicatoria
«Llamada también acción de dominio, es la que tiene el propietario desprovisto
de la posesión para recuperarla» (p. 343). Así pues, es una manifestación del
atributo de la persecución en los derechos reales. En tanto, el titular del derecho
real rescata el ejercicio de su derecho en la cosa; la persigue en manos de quién
esté. Unas veces con la acción posesoria, y otras con la acción reivindicatoria.
En suma, en la acción reivindicatoria nos dice el citado autor, no se persigue el
bien, pues este no se ha perdido, sino su posesión a través del uso y goce que
está en manos del poseedor.

De otro lado, Valencia & Ortiz (2012) nos dicen que «Para todos los casos en
que la propiedad y la relación posesoria se encuentren disgregadas, la ley otorga
al propietario una acción o pretensión de propiedad denominada acción de
reivindicación y cuyo objeto principal es obtener la recuperación de la posesión
que tiene otra persona» (p.207).

Por su parte, Gonzales (2013) en su libro Tratado de los Derechos Reales,


empieza indicando que «todos los derechos subjetivos tienen mecanismos de
protección para el reconocimiento y efectividad de la prerrogativa» (p.1338). En
el caso de la propiedad nos dice, el mecanismo típico de defensa, pero no único,
es la reivindicatoria, por virtud del cual el propietario puede logar que se
compruebe su derecho y, en consecuencia, se le ponga en posesión de la cosa.
Por tanto, el fundamento de la acción de la reivindicatoria para Gonzáles
justamente es convertir a la propiedad en un derecho efectivo y exigible.

Para el citado autor, la reivindicatoria es el remedio de tutela por excelencia de la


propiedad, por la cual el propietario reclama la entrega del bien cuando éste se
halla en posesión de un tercero sin título alguno. Mediante ella y según una muy
usual definición indica, el propietario no poseedor hace efectivo su derecho a
exigir la restitución del bien respecto del poseedor no propietario. Incluso, señala
que las ventajas de la reivindicatoria son de tres tipos:

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 El actor solo requiere la prueba de su propiedad, no necesita probar la
existencia de una específica obligación de restituir por parte del
demandado.
 La reivindicatoria tiene éxito no solo contra el usurpador, sino contra
cualquiera que tuviese el control del bien luego de la usurpación.
 El legislador suele acordar a favor del reivindicante términos largos para
ejercer su pretensión.

Dentro de esta lógica nos dice, la acción reivindicatoria puede definirse como el
instrumento típico de protección de propiedad de todo tipo de bienes, muebles o
inmuebles, en cuya virtud se declara comprobada la propiedad a favor del actor,
y por lógica consecuencia, se le pone en posesión del bien para hacer efectivo el
ejercicio de su derecho.

Por tanto, es una acción real; en tanto protege la propiedad frente a cualquiera,
con vínculo o sin él en cuanto busca el reconocimiento jurídico del derecho y la
remoción de los obstáculos de hecho para su ejercicio, de doble finalidad
(declarativa y de condena); plenaria o petitoria (amplia cognición y debate
probatorio, con el consiguiente pronunciamiento con autoridad de cosa juzgada)
e imprescriptible.

Seguidamente, Barassi (citado por Hinostroza, 2014) nos dice que:


Mediante esta acción el propietario reclama la cosa a su actual
poseedor. Para Bonnecase, la verdadera protección a la
propiedad, en el terreno meramente civil consiste en la
reivindicación. Señala que esta es la acción en virtud de la cual
una persona reclama la posesión de una cosa de la cual se
pretende propietaria. (p.249)

Por su parte, Puig Brutau, concibe a la acción reivindicatoria como la acción que
puede ejercitar el propietario que no posee, contra el poseedor que frente al
propietario no puede alegar un título jurídico que justifique su posesión. Arean de
Diaz de Vivar explica que la acción reivindicatoria es una acción que nace de
todo derecho real que se ejerce por la posesión, cuando su titular ha sido
privado totalmente de ella, por lo cual exige de aquél que se encuentra en la
posesión de la cosa, se la restituya con todos sus accesorios.

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No podíamos dejar pasar a Albaladejo, el mismo que afirma que la acción
reivindicatoria tiende a que la cosa sea restituida a su propietario por quien la
posee indebidamente. Compete pues, al propietario que tiene derecho a
poseerla, contra el poseedor que carece de él. En el marco de las ideas
anteriormente expuestas, Ripert y Boulanger entiende que la reivindicación es la
acción ejercida por una persona que reclama la restitución de una cosa de la que
se pretende ser propietario. Se funda en la existencia del derecho de propiedad
y tiene por finalidad la obtención de la posesión

Diez Picazo y Gullón consideran que la acción reivindicatoria es la que compete


a un propietario no poseedor contra quien posee la cosa indebidamente. La
acción tiene por objeto recuperar la posesión de la cosa de la que se carece, por
lo que es una acción que condena y de carácter restitutorio, dado que con ella se
trata de imponer al demandado la condena a un determinado comportamiento:
esto es, dar; restituir la cosa. Es por tanto, una acción real, como derivada de un
derecho real y ejercitable erga omnes.

Dentro de esta lógica Trabucchi pone de manifiesto que, la acción reivindicatoria


tiene por fin conseguir para el legítimo propietario la posesión definitiva de la
cosa con todas sus mejoras. Así, se deberá ejercitar por el propietario que
carece de la posesión del bien; como típica acción real, se dirige contra cualquier
persona que posea o detente la cosa.

Finalmente y no menos importante, Papaño & Otros (2011) sostienen que:

La acción reivindicatoria es la acción real que tiene por objeto


hacer declarar en juicio la existencia del derecho real en
aquellos casos en que haya mediado desposesión de la cosa
mueble o inmueble y así obtener su restitución, con el objeto
accesorio, cuando hubiere lugar, de indemnización del daño
causado. (p. 721)

3. NATURALEZA JURIDICA
En relación con lo expuesto, se deduce claramente que la acción reivindicatoria
es una ACCIÓN REAL, en tanto la dirige el propietario contra cualquier tercero
que se encuentre en posesión del bien, sea que mantenga vínculo, o no, con el
titular.

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 Frecuentemente, la acción se dirige contra la persona a quién pasó la
posesión de la cosa.
 Más el carácter real de la acción hace que sea posible ejercerla contra
aquel en cuyo poder se encuentra actualmente, es decir, contra los
sucesores de quién privó al propietario de la posesión.

4. CARACTERES

Según Valiente Noailles (citado por Hinostroza, 2014) son caracteres de la


acción reivindicatoria los siguientes:
 Nace del dominio que cada uno tiene de sus cosas particulares.
 La ejerce el propietario de la cosa reivindicada, pero también pueden
ejercerlo los titulares de otros derechos reales en nombre del propietario.
 Requiere la ley, la pérdida de la posesión de la cosa objeto de la
reivindicación.

Por su parte, Gonzales (2014) establece lo siguiente:


 En primer lugar la reivindicatoria es una acción real, es decir, la dirige el
propietario contra cualquier tercero que se encuentre en posesión del bien,
sea que mantenga vínculo, o no, con el titular.

Por tanto, el actor debe comprobar el dominio como presupuesto para el


éxito de la acción. Sí así ocurre, entonces el efecto inmediato en reponer al
demandante en ejercicio del derecho que le corresponde, hacer efectiva la
titularidad. En suma, si el propietario tiene derecho a usar y disfrutar del
bien, entonces la reivindicatoria busca restablecer este goce.

 En segundo lugar, la reivindicatoria cumple doble función: es acción


declarativa y acción de condena. Es declarativa, en cuanto el juez
concluye con una comprobación jurídica de titularidad que elimina
definitivamente el conflicto de intereses. Es de condena, pues la ejecución
de la sentencia produce un cambio en el mundo físico, por lo que el
poseedor vencido deberá ser despojado legítimamente para efecto que el
propietario vencedor inicie el disfrute directo de la cosa.

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 En tercer lugar, la reivindicatoria es un remedio procesal de carácter
plenario o petitorio, es decir, la controversia es amplia y no está sujeta a
limitación de medios probatorios, por lo que se trata de un proceso
contradictorio, con largo debate, que concluye mediante una decisión con
autoridad de cosa juzgada. Esta característica es muy importante para
diferenciar la reivindicatoria de otras acciones donde se busca probar la
propiedad, pero sin que se trate de procesos plenarios. Es el caso de la
tercería de propiedad y de la oposición a la inscripción en los predios
rurales.

5. REQUISITOS
En opinión de Ochoa (2014) existen cuatro requisitos que debe reunir la acción
reivindicatoria:

a) Acreditar la legitimación por activa, es decir, establecer la calidad de


dueño, poseedor regular o titular de otro derecho real, etc., según la
calidad en que se demande.

b) Acreditar la legitimación por pasiva, es decir, establecer que el


demandado es el poseedor de la cosa, pues este a quien se demanda.

c) Determinar exactamente el bien, es decir, singularizarlo. Si es un bien


mueble debe ser identificado plenamente. Si es un bien raíz, se deben
identificar con precisión sus linderos y localización.

d) Hay que demostrar que el bien perseguido por el demandante es el


mismo que posee el demandado, es decir, establecer el nexo causal entre
la posesión del demandado y el bien perseguido. Es esta la razón por la
cual en este tipo de procesos es indispensable la inspección judicial, para
que el juez constate estas realidades.

Por su parte, Gonzales (2014) señala que los requisitos de procedencia de la


reivindicatoria son los siguientes:

a) El actor debe probar la propiedad del bien, No basta acreditar que el


demandado no tiene derecho a poseer; pues si el demandante no prueba
su pretensión entonces, la demanda será declarada infundada.

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b) El demandado no debe ostentar ningún derecho que le permita mantener
la posesión del bien. Sin embargo, durante el proceso el demandado
puede invocar cualquier título, incluso uno de propiedad. Por tanto, no es
correcto pensar que el demandado es un mero poseedor sin título, pues
bien podría tener alguno que le sirva para oponerlo durante la contienda.
En tal sentido, la reivindicatoria puede enfrentar tanto en tanto a sujetos
con título como a sujetos sin título frente a un mero poseedor. En
cualquiera de las dos hipótesis, el juez se encuentra legitimado para
decidir cuál de los dos contendientes es el verus dominis (verdadero
propietario).

c) El demandado debe hallarse en posesión del bien, pues la reivindicatoria


pretende tornar en efectivo el derecho del actor, recuperando la posesión.

d) No basta individualizar al demandante y al demandado en el proceso de


reivindicación, pues también es necesario que el objeto litigioso sea
identificado.

Según Albaladejo, para que prospere la acción reivindicatoria se precisa:

a) Que se acredite que el demandante es efectivamente el dueño.


b) Que se demuestre que la cosa reclamada es precisamente aquella sobre
la que recae ese dominio.
c) Que el demandado la posea sin derecho a ello frente al demandante.

A juicio de Puig Brutau, son requisitos de la acción reivindicatoria:

a) Que el demandante justifique su derecho de propiedad.


b) Que la acción se dirija contra quien tenga la cosa en su poder.
c) Que no concurra ningún derecho del demandado que justifique su
pretensión a retener la cosa frente al propietario.
d) Que la cosa de que se trate quede debidamente identificada.

En términos de Rojina Villegas, son elementos de la acción reivindicatoria:


a) Tener la propiedad de una cosa.
b) Haber perdido la posesión de la misma.

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c) Estar la cosa en poder del demandado.
d) Identificar el bien del que se trate.

6. EFECTOS
El objetivo principal de la acción reivindicatoria es obtener la restitución del bien
son sus accesorias, es decir que no se trata de una mera pretensión declarativa,
sino de condena. En este sentido, a continuación se señalarán los efectos propios
de la sentencia.

6.1. PRESTACIONES

A) EN FAVOR DEL REIVINDICANTE

a) OBLIGACION DE RESTITUCION

Constituye el objetivo principal de este tipo de acción. El poseedor que


retiene indebidamente el bien, está en la obligación de restituir al
propietario no poseedor su bien, concreto y determinado. Es decir, el
poseedor vencido tiene el deber de restituir la cosa que se reivindica
dentro del plazo que acuerden las partes o en el tiempo que en la
sentencia el juez estipule.

En la restitución de un bien inmueble, por ejemplo una casa, no es lo


mismo que la restitución de un mueble, la de ésta es fácil y sencilla y
puede hacerse inmediatamente si la tiene en su poder el poseedor
vencido y se halla en el lugar de pleito; mientras que la de un inmueble
requiere que el demandado vencido, si él la tiene personalmente, la
desocupe y retire de ella las cosas muebles que le pertenecen, o si la
tiene entregada a otra persona, la reclame para poder devolverla.

Así pues, la cosa debe restituirse con todos sus accesorios, y si se


trata de una cosa inmueble debe restituirse con todas aquellas cosas
que se reputan inmuebles, por adherencia o destinación, y estas cosas
deberán restituirse aun cuando no hayan sido incluidas en la demanda,
porque sabemos que lo accesorio sigue Ia suerte de lo principal.

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b) PAGO DE DETERIOROS SUFRIDOS POR EL BIEN

La responsabilidad por deterioros no se refiere solamente a los daños


materiales en la cosa, sino que también puede consistir en perjuicios
jurídicos, por ejemplo, en caso de que el bien haya sido gravado con
prenda, hipoteca o servidumbre, deberá cancelarse dicha orden, una vez
que se establece que el bien no pertenece al poseedor, sino a quien lo ha
reivindicado.

Por ejemplo, en la legislación colombiana, se distingue a los poseedores de


buena y mala fe. Para tal efecto, si el poseedor actuó de mala fe debe
pagar, todos los deterioros que la cosa haya sufrido por su hecho o culpa,
porque el que a sabiendas de que una cosa no es suya ocasiona en ella
deterioros, es evidente que tiene el propósito de lesionar el derecho ajeno.
En cambio, el poseedor de buena fe solo es obligado a pagar los
deterioros, si con ellos se benefició, es decir, que haya aumentado en
alguna forma su patrimonio, como cuando se trata de una finca, por
ejemplo, de la que se lucró cortando los árboles para vender la madera,
pues el deterioro de la finca enriqueció al poseedor.

c) PAGO DE FRUTOS

En materia de frutos también es importante el concepto de la buena o la


mala fe del poseedor, pues según sea esa, la sentencia va a tener efectos
distintos. Ordena el artículo 964 (Legislación colombiana): El poseedor de
mala fe es obligado a restituir los frutos naturales y civiles de la cosa, y no
solo los percibidos sino los que el dueño hubiera podido percibir con
mediana inteligencia y actividad, teniendo la cosa en su poder.

Por consiguiente, Ochoa (2014) señala que el poseedor de mala fe no


podría ampararse en el hecho de no haber explotado el bien, pues debió
haberlo explotado (P.249). Tampoco podría legar en su favor el que no
hubiera producido nada el bien o muy poco, a menos que lo hubiera
explotado con mediana inteligencia y actividad, pues la norma es perentoria
al afirmar que el monto de los frutos se establecerá de acuerdo con un

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criterio ideal: lo que hubiera obtenido el dueño “con mediana inteligencia y
actividad”. Aquí desempeñan papel importante la inteligencia y el sano
criterio del juez, ayudado del dictamen pericial, en caso este sea necesario.
En caso contrario, afirma Ochoa (2014):
Si el poseedor actuó de buena fe no deberá dar frutos, pero
esa buena fe se termina con la notificación que le hagan de la
demanda al poseedor. No como la norma afirma, con la
contestación de la demanda, puesto sería un absurdo que le
permitiría al poseedor no contestar la demanda y seguir siendo
mirado como de buena fe. (p.249)

La jurisprudencia y la doctrina han aclarado este error y ahora se entiende


la buena fe hasta la notificación de la demanda, ya que en este momento,
aunque el poseedor venia actuando de buena fe, su situación tiene que
variar, pues al enterarse de un pleito que le inician, su posición frente al
bien no es igual. Ya no podrá decir que no sabía.

Finalmente, es necesario tener en cuenta que en toda restitución de frutos,


según lo manda la parte final del artículo 964 (Legislación colombiana), se
le descuentan al poseedor, sea de buena o mala fe, los gastos ordinarios
que hizo para producirlos, habida cuenta de que el dueño también habría
incurrido en esos gastos.

B) EN FAVOR DEL POSEEDOR VENCIDO


Este tiene derecho al reconocimiento de mejoras, tal como pasamos a
explicarlo.

a) RECONOCIMIENTO DE LAS MEJORAS

El poseedor vencido tiene derecho a que se le reconozcan las mejoras


que realizó en el bien, por lo menos algunas (Ochoa, 2014). Todo esto
también depende de la buena o mala fe del poseedor y del tipo de
mejoras realizadas.

Entonces, para ello es necesario conocer las diferentes mejoras que se


pueden abarcar, tenemos así: 1) mejoras necesarias, aquellas
indispensables para la conservación o subsistencia del bien; 2) mejoras

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útiles, aquellas que aumentan el valor venal de la cosa pero no son
indispensables; 3) mejoras voluntarias, solo se les considera en objetos
de lujo y recreo, pero que no aumentan el valor venal de la cosa, en el
mercado general, o solo lo aumentan en una proporción insignificante; 4)
mejoras ordinarias, las que se ocasionan con periodicidad
permanentemente; y 5) mejoras extraordinarias, que son los gastos que
se hacen una sola vez o muy ocasionalmente. En tanto, para poder
valorarlas de la mejor manera, seria evaluando las circunstancias en cada
caso concreto.

Teniendo en cuenta lo mencionado líneas arriba, ¿Cuáles mejores se le


reconoce al poseedor en la legislación colombiana? En consecuencia,
tenemos que no es cierto que se le deban reconocer a todo poseedor las
mejoras ordinarias, sino las necesarias, que además son extraordinarias.
En otros términos: las mejoras son necesarias ordinarias y necesarias
extraordinarias. Se reconocen estas últimas mencionadas. Las
necesidades ordinarias no se reconocen porque el propietario también
habría tenido que hacerlas. En cuanto a mejoras útiles, se le reconocen al
poseedor de buena fe. No sobra advertir que son las últimas
extraordinarias, pues las útiles ordinarias son gastos ordinarios con mayor
razón.

El poseedor de mala fe no puede reclamar nunca las expensas útiles. Es


importante recalcar que el Código Civil Colombiano admite la buena fe en
el poseedor, para efectos de reconocimiento de mejoras útiles, hasta el
momento de la contestación de la demanda. Ya habíamos dicho que se
debe entender la buena fe desde el momento de la notificación de la
demanda. En adelante las mejores útiles que realice no se le reconocen.

Este mandato, además, contraría otro según el cual la buena fe solo se


mira al comienzo de la posesión, de tal manera que si después de daña,
ello sería irrelevante. Tratándose de expensas la buena fe, no es inicial.
Por el contrario, se debe ver en el momento de efectuarse la expensa, y
de todas maneras, si se hace después de notificada la demanda, habría

13
mala fe, por lo que si se trata de una expensa o mejora útil, no se
reconoce.

En cuanto a las mejoras voluntarias, la solución legal es absolutamente


clara: no se le reconocen a ningún poseedor.
Una razón de equidad le permite a quien realice mejoras, retirarlas, es
decir, llevarse los materiales, siempre y cuando no haya detrimento de la
cosa reivindicada al separarlos y que el propietario rehúse pagar dichos
materiales.

Entendido como es que se tiene visión en cuanto a la legislación


colombiana, ahora tocaremos la legislación peruana. En nuestro artículo
916 C.C. (a diferencia de Colombia) solo regula tres clases mejoras, que
básicamente son las tres primeras explicadas en la legislación
colombiana: 1) mejoras necesarias, 2) mejoras útiles y, 3) mejoras de
recreo. En cuanto, las que se reconocen al poseedor, las necesarias y las
útiles. Las ultimas seria a criterio del juez basándose en las circunstancias
del caso concreto.

7. FINALIDAD Y/O OBJETO DE LA ACCION


A decir de Brugi (citado por Hinostroza, 2014):

La finalidad de la reivindicación consiste en hacer declarar el derecho de


propiedad de la cosa y obtener, en consecuencia, la restitución de ésta con
todos sus accesorios. La condena del demandado produce la caducidad de
los derechos que concediera a terceros, o que estos hubiesen adquirido sobre
la misma después de la transcripción de la acción de reivindicación. El
demandado tiene derecho a que se reembolsen los gastos necesarios y
utilices hechos en la cosa, por la diferencia entre lo mejorado y lo gastado,
con tal que las mejoras subsistan en el momento de la evicción. La cosa
puede ser sustituida por su valor con lo que nace, fundada en la acción real,
una pretensión accesoria que no es dueño y está ligado con el demandado
por una relación creditoria, debe necesariamente entablar contra éste la
acción personal. (p.256)

Las acciones personales de restitución solo pueden entablarse cuando el


demandado está ligado por una relación personal o de crédito con el
demandante. Por tanto, si se pide la restitución de la cosa de un tercero que la
posee, forzoso es intentar la acción reivindicatoria. Esta última está

14
subordinada o no a una acción personal contra el causante del tercero, según
que el reivindicador haya estado ligado o no por una relación personal con
dicho causante.

Cuando el causante del actual poseedor no ha estado ligado por ninguna


relación obligatoria con el reivindicador, la acción reivindicatoria procede sin
depender de ninguna acción personal previa.

Citando a este autor podemos fijar que para él, la pretensión principal de la
acción reivindicatoria es la declaración de derecho de propiedad sobre la cosa,
y como accesoria lo que es la restitución de la misma.

En cuanto Valencia (citado por Hinostroza, 2014) señala que la acción


reivindicatoria tiene por objeto principal la recuperación de la cosas o su
equivalente en dinero. Igualmente se encamina a la recuperación de los frutos
que haya producido la cosa en poder del poseedor, como la indemnización de
los daños que haya sufrido. (p. 255)

Gran diferencia que podemos notar en cuanto a la posición sobre la finalidad


de la acción reivindicatoria, puesto que el primero pone en preponderancia al
reconocimiento de un derecho sobe el dominio de la cosa; y el segundo toma
como más importante la recuperación de la cosa, incluyendo claramente los
frutos producidos como los daños causados.

8. TITULARES DE LA ACCION REIVINDICATORIA

8.1. LEGITIMIDAD ACTIVA


Según Ochoa (2014) están legitimados para ejercer la acción reivindicatoria:

a) El propietario pleno o nudo y el propietario fiduciario.


b) El poseedor regular, siempre y cuando no ejerza la acción contra
el dueño ni contra quien posea con igual o mejor derecho,
c) El usufructuario, el usuario y el habitador.
d) El copropietario.
e) El acreedor prendario, en la prenda civil, cuando se ha visto
desprovisto.

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Pues todo ellos basado en cada uno de los artículos referente al tema en
cuto .a la legislación colombiana.

Como nota adicional también tenemos que en la legislación argentina, para


el ejercicio de la acción reivindicatoria es menester la titularidad del
derecho real respectivo, siendo esta una regla general. (Papaño, Kiper y
Causser, 2011)

Así pues en nuestra legislación de igual manera, solo puede ser ejercida
por el propietario. Naturalmente no es necesario demostrar la propiedad
antes de intentar la acción; pero es necesario invocar el carácter de
propietario en la demanda y luego demostrarlos en el proceso.

A) REIVINDICACION POR EL CESIONARIO

El dueño de una cosa cuya posesión ha perdido puede intentar la acción


reivindicatoria para recuperarla. Ahora bien, puede ocurrir que, en lugar de
hacerlo por sí mismo, ceda a un tercero los derechos y acciones que
tengan sobre esa cosa, en tal caso, habrá cedido al cesionario también la
acción reivindicatoria. (Hinostroza, 2014)
En esta situación, el cesionario puede incoar contra el poseedor la acción
reivindicatoria a pesar de no ser titular de un derecho real, dado que no se
le ha hecho la tradición de la cosa, pues el cesionario ocupa el lugar del
cedente y puede ejercer los derechos que les correspondían a éste, quien
sí podía

B) POR EL COMPRADOR A QUIEN NO SE LE HA HECHO


TRADICION POR LA COSA
Peña Guzmán (citado por Hinostroza, 2014) nos informa lo siguiente:
Puede suceder en la práctica que, enajenando un inmueble, el
vendedor no lo entregue al otro contratante al que ni siquiera
se le ha dado la posesión por alguno de los medios
establecidos (…) y que el bien hubiera llegado a poder de un
tercero que se negare, con o sin razones, a entregarlo al
adquirente (…). (p. 288)

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La situación puede crear al mismo serias dificultades ya que solo cabría recurrir
a su enajenante, por mantener este el dominio, reclamándole su intervención a
fin de que proceda a reivindicar la cosa para así cumplir con el contrato de
venta celebrado, por los inconvenientes y complicaciones que pueden
presentarse al comprador al obrar por interpósita persona.

Asimismo, las decisiones de los tribunales se inclinan hacia la tesis que permite
ejercer la reivindicación al comprador de un inmueble cuya posesión no le ha
sido dada por el vendedor.
Por otro lado el profesor Borda, nos hace una aclaración muy importante que
se debería tomar en cuenta; puesto que resulta verdaderamente sustancial
saber si el comprador que no ha recibido la tradición de la cosa, podría ejercer
la acción de reivindicatoria contra el tercero que la posee. Es por ello, que
sobre esta cuestión se han fundamentado dos teorías opuestas:

a) Conforme a la primera, el comprador no tiene acción reivindicatoria,


porque esta nace del dominio y no habiendo recibido la tradición de la
cosa, nunca ha ostentado dicho dominio. En consecuencia, no puede
reivindicar.
b) De acuerdo con una segunda opinión, hoy decididamente predominante,
el comprador que no ha recibido la tradición tiene acción reivindicatoria
contra los terceros.

Ahora bien, los fundamentos de esta última doctrina parecen


incontrovertibles, ya que hay que observar, según Hinostroza que «en
primer término, la acción real y derecho real no son conceptos equivalentes
y, por ello, es perfectamente posible el ejercicio de una acción real sin la
titularidad actual de un derecho real» (2014, p. 288), dado que la trasmisión
de las acciones reales es independiente de los derechos reales que le
sirven de base.
En otros términos, resulta evidente que quien enajena una cosa y no la
entrega al adquirente, simultánea y necesariamente le trasmite también el
poder jurídico de reclamarla contra cualquiera.
Un claro ejemplo de ello, es el contrato de compraventa, puede
quedar perfeccionada y, sin embargo, no se le transfiere el

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dominio al comprador por no habérsele entregado la cosa
vendida. Y a eso, hay que añadir que debemos distinguir según la
cosa permanezca en manos del vendedor o esté en poder de un
tercero.

8.2. LEGITIMIDAD PASIVA


Del lado pasivo, la regla es que la acción se intenta contra el poseedor
no propietario.

A) GENERALIDADES
La legitimidad pasiva quiere indicar que se dirige contra el poseedor actual; es
decir, la persona quien es demandada en la reivindicación y presunto
propietario salvo prueba en contrario; y esto se da con el fin que se le condene
a la integración posesoria.

Para Piug (citado por Hinostroza, 2014) manifiesta que «la acción
reivindicatoria ha de dirigirse contra la persona que tenga la posesión de la
cosa sin ostentar ningún derecho que le faculte para la posesión» (p. 295).
Del mismo modo, diversos autores concuerdan con lo expresado en líneas
anteriores, ya que consideran a la legitimidad pasiva como aquella que dirige la
acción reivindicatoria contra el poseedor o detentador de la cosa, puesto que
estos son los que perturban y están en condiciones de restituirla.

En ese sentido, deberá expresarse que por regla general, solo el actual
poseedor de la cosa puede ser sujeto pasivo de acción reivindicatoria; pero en
determinados casos esta procede contra el que fue poseedor y dejó de serlo.

Por otro lado, también cabe indicar que la acción reivindicatoria ha de


ejercitarse tanto contra quien tiene la posesión real como contra quien ostenta
la posesión jurídica. Eso implica que el demandado ha de poseer actualmente
los bienes reclamados, pero no puede enervar dicha acción la trasmisión que,
después de presentada la demanda, haga el demandado a una tercera
persona.

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En opinión de Valencia Zea, afirma:
La acción reivindicatoria puede ejercerse, en primer lugar,
contra el poseedor actual que se encuentra amparado con la
presunción de propiedad (…); en segundo término, contra los
poseedores en nombre ajeno (o meros tenedores) que retienen
indebidamente una cosa y que no están amparados con la
presunción de propiedad. (2012, p. 209)

B) POSEEDOR
Aquel demandado por la acción reivindicatoria ha de ser precisamente
el que posea la cosa que se reclama. Entonces, se le concede la
acción al propietario contra el tenedor y el poseedor de la cosa, y por
consecuencia; cualquier poseedor actual de la cosa podrá ser
demandado siempre que su posesión niegue el derecho del
propietario. Es decir, que el poseedor demandado podrá alegar que
está facultado frente al propietario para poseer por virtud de un
derecho real u obligatorio (usufructo, arrendamiento, etc.), pues en
virtud de dicho derecho su posesión no desconoce el derecho del
propietario, sino que, por el contrario, implica su reconocimiento
(Hinostroza, 2014).
Como ya se sabe, el titular debió haber sido desposeído contra su
voluntad, ya que de lo contrario, si se hubiera producido un
desprendimiento voluntario de la posesión, la acción reivindicatoria no
es procedente.

C) TENEDOR
Se hace referencia a estos dos supuestos

C.1. A Nombre de un Tercero

No cabe duda de que el demandado representa, en este caso, la


posesión de un tercero. Asimismo el titular de la acción puede dirigirla
contra quien tiene la cosa porque, en definitiva, en la mayoría de los
casos, este tenedor va a representar para aquel la única referencia
concreta de que va a disponer a los efectos de enderezar su

19
requerimiento para obtener judicialmente la recuperación de la posesión,
es por ello que al tratarse de estas condiciones, la ley allana el camino al
titular del derecho real, al no obligarlo a practicar indagaciones previas
acerca del carácter que inviste su futuro demandado.

C.2. A Nombre del Reivindicante

Según Papaño (2011) se dice que «al admitir la procedencia de la acción


en este implicaría legitimar pasivamente a quien es poseedor» (p. 734);
y, por otro lado, reconocer la titularidad de ella en cabeza de quien es
poseedor actual y que, por ende, no ha sido desposeído, habiéndose
limitado a trasferir la mera tenencia de la cosa por un acto voluntario.

8.3. PRUEBA DE LA PROPIEDAD

La acción reivindicatoria se funda en la existencia del derecho de


propiedad, y, por lo tanto, el reivindicante tiene que acreditar que es
titular de ese derecho, pero ¿cómo hacerlo?

La cuestión se reduce a examinar cuál es la prueba de la propiedad;


pero frente a esto, una persona puede acreditarla manifestando el
medio bajo el cual lo adquirió, como por ejemplo alguno de estos
podrían ser, mediante la prescripción adquisitiva o usucapión, una
herencia, entre otros.

Es por ello, que si la persona quien ejerce la acción de reivindicación


llega a mostrar y acreditar el modo por el cual adquirió el bien, se
encuentra tutelado su derecho de propiedad. Finalmente, como ya se
sabe, se recalca que la posesión de propietario engendra la propiedad
por el transcurso del tiempo, lo que se denomina como usucapión o
prescripción adquisitiva; en efecto, es esta una de las pruebas más
eficaces de la propiedad para corroborar los fundamentos del
reivindicante.

20
9. PERSONAS CONTRA QUIEN SE PUEDE REIVINDICAR

9.1. Contra el Poseesor Actual en Nombre Propio


Los autores colombianos Valencia y Ortiz sostienen al respecto que por lo
general, este caso es uno de los más comunes para ejercer la acción
reivindicatoria; es decir, «se ejercerá contra el poseedor actual, quien puede
ser una persona distinta de la que originalmente tomó la posesión de una
cosa ajena» (2012, p. 217).
Asimismo, se puede ejemplificar de la siguiente manera:
Una persona B entra en posesión de una cosa; no obstante, posteriormente
la enajena a otra persona C; empero, la pierde y actualmente la posee otra
persona denominada D. A todo esto, debe quedar claro que el verdadero
propietario puede interponer una acción reivindicatoria ante esta última
persona, es decir, D.

Por otro lado, el Derecho Romano, aceptaba dos importantes excepciones


en la que la Acción Reivindicatoria podía ejercerse contra alguien que no
posee actualmente, se refiere en el momento de instaurar la demanda.

a) La del poseedor que dolosamente hubiera cesado en la posesión para


frustrar la demanda del actor.
b) La del que declare falsamente que posee, a fin de engañar al actor.
Por otro lado, Hinostroza (2014) manifiesta que «el demandado por la acción
reivindicatoria ha de ser precisamente el que posea la cosa que se reclama»
(p. 299). Eso quiere decir, que se concede la acción al propietario contra el
tenedor y el poseedor de la cosa. Por consecuencia, cualquier poseedor
actual de la cosa podrá ser demandado, siempre que su posesión niegue el
derecho del propietario.

No obstante, si el poseedor demandado podrá alegar que está facultado frente


al propietario para poseer por virtud de un derecho real u obligatorio
(usufructuario, arrendamiento, etc.), pues en virtud de dicho derecho su

21
posesión no desconoce el derecho del propietario, sino que, por el contrario,
implica su reconocimiento.

9.2. CONTRA POSEEDORES EN NOMBRE AJENO


En otras legislaciones, se señala que la acción reivindicatoria puede
ejercerse no solo contra el que posee en nombre propio, sino también contra
el poseedor en nombre ajeno o mero tenedor, cuando este acrece de título
(contractual o legal) para seguir reteniendo la cosa.

En este caso, Hinostroza (2014) manifiesta que: «se contempla el supuesto


en que el accionante se encuentre con la persona contra quien iniciaría la
acción, la misma que no es realmente el verdadero “desposeedor”, sino que
ella obra en nombre de este» (p. 303). Buscando de esa forma la posibilidad
que el accionante no se vea perjudicado demandando a quien no sea el
poseedor y también que el tenedor pueda librarse de la acción persecutoria.

Otros autores sostienen que esto se admitiría siempre y cuando el que


posee por otro, denuncia el nombre y domicilio del verdadero poseedor o
veris possessor.

Asimismo, se ha resuelto que procede la reivindicación contra el detentador


aunque declare que posee en nombre de otro, si se probase la inexactitud
de su afirmación. No obstante, autores como Papaño, Kiper, Dilon y Causs
(citado por Hinostroza, 2014); afirman que la reivindicación no compete
contra el tenedor, porque la posesión de la cosa en cabeza del demandado
constituye una condición inexcusable.

En ese sentido, la ley nos advierte que el tenedor no es el sujeto


naturalmente pasivo en este juicio, cuando se aclara que no está obligado a
responder a la acción, si declara el nombre y la residencia de la persona a
cuyo nombre lo tiene. Entonces, una vez producida la nominatio auctoris, en
tiempo oportuno, la acción debe dirigirse contra el verdadero poseedor de la
cosa, a quien en forma exclusiva, se legitima pasivamente para responder a

22
la acción reivindicación intentada por el titular del derecho real que procura
recuperar la psoesion perdida sin participación de su voluntad.

10. OBJETOS

10.1. Reivindicables

Dado que la reivindicación tiende a la recuperación de la posesión


perdida por el titular de un derecho real, solo podrán ser objeto de la
acción las cosas susceptibles de ser poseídas que, a la misma vez,
son las mismas cosas que pueden ser objeto de un derecho real.

Al respecto, «Puig (1978) comenta que la acción reivindicatoria solo


procede para reclamar una cosa señalada, concreta y determinada, y
precisamente de quien la tenga en su poder, y que no permite pedir
otra de la misma especie y calidad» (Hinostroza, 2014, p.260).

Siguiendo la misma línea, los autores Papaño, Kiper, Dillon y Causse,


refieren que:

Debe tratarse de cosas singulares o individualmente


determinadas. Esta exacta determinación requerible, en materia
de inmuebles se logra indicando su ubicación, superficie,
linderos, etc. En este punto se debe tener presente como datos
identificatorios del inmueble, su ubicación y descripción, sus
medidas, superficie y linderos y cuantas especificaciones
resulten necesarias para su complementa individualización. En
cuanto a los muebles, sus características, su calidad y todos
aquellos otros datos relativos a su completa individualización.
(Hinostroza, 2014, p.262).

Como ya se mencionó anteriormente, el objeto de la acción


reivindicatoria son las cosas particulares, fueren ellas muebles o
inmuebles.

A) Cosas Muebles

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Los bienes o cosas muebles constituyen todos aquellos que
pueden moverse o trasladarse de un lugar a otro, por si mismas o
mediante fuerza externa; sin que se pierda su originalidad.

Por ejemplo:

 Los muebles inscritos en los registros de bienes muebles: de


acuerdo a los artículos 2043 y 2044 del C.C., son inscribibles
en el registro los bienes muebles identificables, esto es,
aquellos que por sus caracteres naturales o adquiridos sean
susceptibles de ser individualizados. La individualización ha
de servir para poder identificarlos en cualquier momento y
consiguientemente los hace susceptibles de reivindicación.

 Los muebles perdidos: Aquellos en que sin voluntad del


poseedor se pierde la posesión, sin saber tampoco el lugar
donde se encuentran. Se trata de los objetos técnicamente
extraviados, con relación a los cuales la ley establece la
obligación del hallador de entregarlo a la municipalidad, la que
enunciará por avisos públicos el hecho del hallazgo y si en el
plazo de 910 días no se presenta el dueño, se vendrán en
subasta pública, partiéndose el hallador y el municipio el
resultado de la subasta. La reivindicación procede solamente
en el caso del que el hallador cometa delito de apropiación
ilícita o haya transmitido el bien a favor de tercero. Si este lo
hubiera adquirido de buena fe, seria de todos modos
reivindicable (el derecho no puede amparar el delito). No
serán aplicables en este caso las normas de la tradición
adquisitiva de dominio, (Art. 948 C.C).

B) Cosas Inmuebles

Son de esta clase aquellos que no pueden ser transportados de


un lugar a otro por si mismos o mediante fuerza externa.

Por ejemplo:

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 Los inmuebles, inscritos o no inscritos: Deben estar en el
registro de la propiedad inmueble, la reivindicación procederá
solamente si el derecho del reivindicante está inscrito con
anterioridad al del demandado. Si fuesen inmuebles no
inscritos, procederá la acción reivindicatoria en cualquier
circunstancia debiendo anotarse previamente la demanda, tal
cual lo dispone el artículo 2019 en su inciso 7°.

10.2. No Reivindicables

Arean de Díaz de Vivar asevera que no son reivindicables:

 Los bienes que no son cosas: así como no puede poseerse un


derecho, tampoco es posible su reivindicación.

 Las cosas futuras: ´pues no tienen existencia jurídica propia y el


objeto de la reivindicación, como el de la posesión, debe ser
actual.

 Las cosas accesorias: al igual que las cosas futuras, no pueden


ser objeto de la acción mientras sigan la suerte de la otra de la
cual depende o a la que están adheridas. Se podría reivindicar la
cosa principal y en ella quedarían incluidas las accesorias.

 Las cosas muebles cuya entidad no puede ser reconocida, como


el dinero o las cosas fungibles: la exclusión se justifica, porque no
se podría individualizar al objeto de la acción. (Hinostroza, 2014,
p.263-264)

Además, De Ruggiero añade que «excluidas (de la reivindicación)


resultan solamente las cosas muebles particulares poseídas por un
tercero de buena fe, es decir, por quien haya adquirido en virtud de un
título apto a transferir el dominio, ignorando los vicios del título»
(Hinostroza, 2014, p.262).

25
Por otro lado, ya aterrizando en nuestra legislación, son bienes que
no pueden reivindicarse de acuerdo a López (s.f.):

a. Los bienes muebles adquiridos de buena fe por un tercero aunque


no fuere el verdadero propietario el enajenante (art. 948).

b. Los bienes muebles comprados en una tienda o almacén, aun


cuando hubieren sido robados o se tratare de perdidos, pero con
la debida factura o póliza (art. 1542).

c. Los bienes, sean inmuebles o muebles, ganados por usucapión


(arts. 950 y 951, respectivamente, y 927).

d. Los inmuebles adquiridos de buena fe y a título oneroso de quien


en el registro aparece con facultades para otorgarlo, siempre y
cuando haya inscrito su derecho (art. 2014).

e. Los valores que se negocien en rueda de bolsa y, en general, en


los mecanismos centralizados de negociación regidos por la Ley
del Mercado de Valores, Decreto legislativo N° 861, art. 115.
(p.17)

11. IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCION


REIVINDICATORIA

En efecto, “Candian (1961) afirma que la acción de reivindicación no


prescribe, salvo los efectos de la adquisición de la propiedad por parte
de otro, por usucapión” (Hinostroza, 2014, p.256)

En virtud del art. 927 del Código Civil, se declara imprescriptible la


acción reivindicatoria, salvo si el propietario ya hubiese perdido esa
condición en virtud de la usucapión consumada por un tercero. De esta
norma se infiere que la acción reivindicatoria será procedente sin
importar el tiempo de no-uso del derecho y, en consecuencia, la sola
inacción del propietario, su simple falta de diligencia en accionar por la
restitución del bien, no hace que este pierda su derecho. En pocas

26
palabras, mientras el bien no hubiese sido ganado por prescripción se
encuentra vigente la acción reivindicatoria en cualquier circunstancia.

Así pues, la imprescriptibilidad de la acción reivindicatoria implica que el


derecho de propiedad no es susceptible de extinguirse por prescripción
extintiva, esto es, por el no-uso. No obstante, el art. 2001 inciso 1 del
mismo código establece que las acciones reales prescriben en el plazo
de diez años. Gonzales (2005) comenta al respecto:

La cuestión se soluciona fácilmente a través de la interpretación


sistemática: la reivindicatoria es imprescriptible por mandato del
art. 927 C.C., mientras que el art. 2001-1 se refiere a las otras
acciones reales, con excepción obviamente de la reivindicatoria.
Lo que el legislador no dice es a cuáles otras acciones se refiere
la norma sobre prescripción extintiva decenal. (p.594)

En suma, teniendo por objeto la acción reivindicatoria la protección del


derecho de propiedad, es claro que entretanto este no se extinga,
aquella permanece viva y solamente cuando por virtud de la usucapión
haya desaparecido el derecho de propiedad, también habrá
desaparecido la acción reivindicatoria.

27
CONCLUSIONES

1. La reivindicación es la acción ejercida por una persona que reclama la


restitución de una cosa de la que se pretende ser propietario. Se funda en la
existencia del derecho de propiedad y tiene por finalidad la obtención de la
posesión

2. Es de suma importancia determinar si el poseedor actuó de buena o mala fe


para poder invocar el pago de frutos y el reconocimiento de mejoras.
Teniendo así la finalidad de la acción reivindicatoria la declaración de un
derecho de propiedad sobre la cosa, lo que causaría, la restitución de la
misma. Por tanto, quien se encuentra legitimado para invocar la acción
reivindicatoria, es el titular del derecho real respectivo.

3. Resulta de suma importancia, indicar que el el demandado por la acción


reivindicatoria ha de ser precisamente el que posea la cosa que se reclama.
Eso quiere decir, que se concede la acción al propietario contra el tenedor y
el poseedor de la cosa. En efecto, cualquier poseedor actual de la cosa
podrá ser demandado, siempre que su posesión niegue el derecho del
propietario.

4. Como se ha venido señalando en la presente monografía, que el código civil


en su articulado 927 establece que la acción reivindicatoria es
imprescriptible, ello porque el dominio es perpetuo, y no se pierde con el no
uso; y no procede contra quien adquirió el bien por prescripción. El
fundamento de esto es que en la usucapión, el propietario pierde la acción
(reivindicatoria) y al mismo tiempo el derecho a la propiedad.

5. En suma, teniendo por objeto la acción reivindicatoria la protección del


derecho de propiedad, es claro que entretanto este no se extinga, aquella
permanece viva y solamente cuando por virtud de la usucapión haya
desaparecido el derecho de propiedad, también habrá desaparecido la
acción reivindicatoria.

ix
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Gonzáles, G. (2005). Derechos Reales. Lima: Jurista Editores.

2. Hernández, R. (2014). Derecho Romano. Historia e instituciones. Lima:


Jurista Editores.

3. Hinostroza, A. (2014). Procesos Civiles relacionados a la Propiedad y la


Posesión. Lima: Jurista Editores.

4. Valencia, A. y Ortiz, A. (2012). Derecho Civil. Tomo II. Bogotá: Editorial


Temis.

5. Ochoa, R. (2014). Bienes. Bogotá: Editorial Temis.

6. Papaño, R. (2011). Manual de Derechos Reales. Buenos Aires: Editorial


ASTREA.

7. Schreiber, M. (2011). Exegesis del Código Civil Peruano de 1984. Lima:


Gaceta Jurídica. S.A.

LINKOGRAFÍA

1. López (s.f.). Estudio sobre las acciones de Defensa a la Propiedad.


Recuperado de:
http://www.justiciayderecho.org.pe/revista6/articulos/Estudio%20sobre%
20las%20Acciones%20de%20Defensa%20a%20la%20Propiedad.pdf

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