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ANALES 354

UNIVERSIDAD CENTRAL
DEL ECUADOR

MARX: LA MERCANCIA / SOBRE LUKACS:


H E R NANDE Z / EL PODER: MONCAYO /
POLITICA CULTURAL: J. RON /
ARQUITECTURA Y SOCIEDAD: CORDOVA -
DIAZ / MIGUEL ANGEL: E. RIBADENEIRA /
RECURSOS NATURALES: C. F. MOSQUERA /

DOCUMENTOS: SUDAFRICA, ANGOLA


:kS 111BÏIQORAFICAS /
---- ----------------------------------

Director:

EDMUNDO RIBADENEIRA,
Vicerrector de la Universidad
Central del Ecuador.

Editor:

IVAN EGÜEZ RIVERA,


Director del Departamento de
Información y Cultura.

Canje, pedidos, colaboraciones:


Ap. 11-32 - Quifo.

V____________________________ J
f —- 'V

LA
CARLOS
MARX MERCANCIA

V J

Nueva Traducción La riqueza de las sociedades en las


que domina el modo de producción ca­
Bolívar Echeverría pitalista se presenta como un "inmenso
almacenamiento de mercancías" (1) y
[Las variantes que se introducen aquí son las cada mercancía como su forma elemen­
principales de las que aparecen exclusivamente tal. De ahí que nuestra investigación
en la versión francesa. No se tienen en cuenta comience por el análisis de la mercan­
(con la sola excepción de los subrayados) las cía.
que distinguen al texto de la primera edición;
tampoco, por tanto, aquellas de entre éstas que La mercancía es, ante todo, un ob­
se mantienen en la edición francesa). jeto externo, una cosa que por sus cua­
lidades satisface algún tipo de necesida­
• des humanas. La naturaleza de estas
necesidades, el que broten por ejemplo
Karl Marx del estómago o de la fantasía, no mo­
EL C A P I T A L difica en nada este hecho (2). Tampoco
Crítica de la Economía Política se trata de considerar cómo la cosa satis­
face las necesidades humanas, si direc­
Libro Primero tamente como medio de vida, es decir
EL PROCESO DE PRODUCCION como objeto de disfrute, o indirecta­
mente, como medio de producción.
DEL C A P IT A L
Todo objeto útil, el hierro, el papel,
Sección Primera etc., debe considerarse desde un doble
M E R C A N C IA Y DINERO punto de vista, según su cualidad y se­
gún su cantidad. Cada uno de estos ob­
Capítulo Primero jetos es un todo de muchas cualidades
LA MERCANCIA y puede, por tanto, ser útil en diversos
aspectos. El descubrimiento de estos di­
versos aspectos y, por tanto, de los di­
versos modos como pueden usarse las
CAPITULO PRIMERO cosas es obra de la historia (3). Y lo
mismo la invención de las medidas so­
1 . Los dos factores de la mercancía: va­ ciales para la cantidad de las cosas úti­
lor de uso y valor (substancia del les. La diversidad de las medidas de las
valor, magnitud del valor). mercancías brota, en parte, de la distin-

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ta naturaleza de los objetos que se trata Esto hace que el valor de cambio parez­
de medir y, en parte, de un acto con­ ca ser algo fortuito y puramente relativo
vencional. y que, por tanto, el hablar de un valor
La utilidad de un objeto lo constituye de cambio inmanente, inherente a la
como valor de uso (4). Pero esta utili­ mercancía (valeur intrinsèque) parezca
dad no flota en el aire. Se halla condi­ implicar una contradicho ¡n adjecto [con­
cionada por las cualidades del cuerpo tradicción en el adjetivo] (7). Pero fijé­
de la mercancía y no puede existir sin monos más de cerca en la cosa.
él. El cuerpo mismo de la mercancía, Una cierta mercancía, por ejemplo
por ejemplo, el hierro, el trigo, el dia­ una arroba de trigo, se cambia por x
mante, etc., es, por tanto, un valor de betún, y seda, z oro, etc., en una palabra,
uso o un bien. Y este carácter que posee por otras mercancías en las más diversas
no depende de la cantidad mayor o me­ porporciones. Esto quiere decir que el
nor de trabajo que le cueste al hombre trigo tiene múltiples valores de cambio,
la apropiación de sus cualidades de uso. y no uno solo. Pero, como x betún, lo
Cuando consideramos los valores de uso, mismo que y seda, z oro, etc., es el
presuponemos siempre su determinabi- valor de cambio de una arroba de trigo,
lidad cuantitativa: una docena de relo­ tenemos que x betún, y seda, z oro, etc.
jes, una vara de lienzo, una tonelada de deben ser sustituibles entre sí o, lo que
hierro, etc. Los valores de uso de las es lo mismo, valores de cambio de igual
mercancías ofrecen el material para una magnitud. De donde, por tanto, se si­
disciplina especial, la teoría de los bie­ gue, primero, que los diversos valores
nes. [Warenkunde](5). El contenido ma­ de cambio vigentes de la misma mer­
terial de la riqueza, cualquiera que sea cancía expresan algo igual. Y, segundo,
su forma social, está compuesto de va­ que el valor de cambio sólo puede ser
lores de uso. Y en la forma de sociedad el modo de expresión, la "forma de ma­
estudiada por nosotros estos valores de nifestación" de un contenido diferencia-
uso son, al mismo tiempo, los portado­ ble de él.
res materiales del valor de cambio. Tomemos ahora dos mercancías, por
El valor de cambio se presenta ante ejemplo trigo y hierro. Cualquiera que
todo como la relación cuantitativa o pro­ sea la proporción en que se intercam­
porción en que valores de uso de una bien, siempre podrá expresarse por me­
clase se cambian por valores de uso de dio de una ecuación, en la que una can­
otra (6), proporción que cambia constan­ tidad dada de trigo equivalga a una de­
temente en el tiempo y en el espacio. terminada cantidad de hierro, por ejem-

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pío, una arroba de trigo = a quintales tre en una proporción adecuada. O,
de hierro. ¿Qué nos dice esta ecuación? como dice el viejo Barbón:
Que en dos cosas distintas existe un algo "Una clase de cosas es tan buena
común de idéntica magnitud, lo mismo como otra, si el valor de cambio de la
en una arroba de trigo que en a quinta­ una es igual al de la otra. Entre cosas
les de hierro. Ambas cosas son, por que tienen un valor de cambio igual no
tanto, ¡guales a una tercera, que no es existe diferencia o diferenciabilidad al­
propiamente ni la una ni la otra. Por lo guna" (8).
tanto, cada una de las dos, en cuanto Como valores de uso, las cosas son,
valor de cambio, debe ser reductible a ante todo, de distinta cualidad; como
esta tercera. valores de cambio sólo pueden ser de
Un ejemplo geométrico simple acla­ distinta cantidad, y no encierran por
rará lo que decimos. Para determinar y tanto ni un átomo de valor de uso.
comparar el área de todas las figuras Ahora bien, si hacemos caso omiso
rectilíneas se les reduce a triángulos. Y, del valor de uso de los cuerpos de las
a su vez, el triángulo es reducido a una mercancías a éstos sólo les queda una
expresión completamente distinta de su cualidad, la de ser productos del traba­
figura visible, a la mitad del producto jo. Pero, con ello, también el producto
de su base por su altura. Pues bien, del trabajo se transforma en nuestras
también a los valores de cambio de las manos. Al hacer abstracción de su valor
mercancías hay que reducirlos a un algo de uso, abstraemos también los elemen­
común, del cual cada uno de ellos repre­ tos corporales y las formas que hacen
senta un más o un menos. de él un valor de uso. Deja de ser una
Este algo común no puede ser una mesa, una casa, una hilaza o cualquier
propiedad geométrica, física, química u otra cosa útil. Se borran todas sus cua­
otra propiedad natural cualquiera de las lidades sensibles. Deja de ser, asimismo,
mercancías. Estas cualidades de su cuer­ el producto del trabajo del carpintero,
po sólo interesan en cuanto hacen de del trabajo del agricultor, del trabajo del
ellas cosas útiles, es decir, valores de hilandero o de cualquier trabajo produc­
uso. Y es precisamente la abstracción tivo específico. Junto con el carácter útil
de sus valores de uso lo que evidente­ de los productos del trabajo, desaparece
mente caracteriza la relación proporcio­ el carácter útil de los trabajos que se
nal de intercambio entre las mercancías. manifiestan en ellos y desaparecen tam­
Dentro de ella, tanto da un valor de uso bién, por tanto, las distintas formas con­
como otro, siempre y cuando se encuen­ cretas de estos trabajos, que ya no se

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distinguirán unos de otros, sino que que­ considerémoslo independientemente de
darán todos ellos reducidos a trabajo esta forma.
humano igual, a trabajo humano abs­ Sabemos, pues, que un valor de uso
tracto. o un bien sólo tiene un valor por cuanto
que en él se objetiva o materializa traba­
Detengámonos a considerar lo que
queda de los productos del trabajo. El jo humano en abstracto. Pero, ¿cómo
único residuo de todos ellos es una mis­ medir la magnitud de su valor? Por la
ma expectral objetividad, una simple cantidad de "sustancia creadora de va­
condensación de trabajo humano indis­ lor", esto es, de trabajo, que en él se
tinto, es decir, una condensación del contiene. A su vez, la cantidad de tra­
gasto de fuerza de trabajo humana, en bajo se mide por el tiempo que dura y
la que no está tomada en consideración este tiempo de trabajo, por su parte,
en la forma de este gasto. Estos objetos posee su medida en determinadas frac­
sólo representan el hecho de que en su ciones de tiempo, como horas, días, etc.
producción se ha gastado fuerza de tra­ Podría parecer, a primera vista, que
bajo humana, se ha acumulado trabajo si el valor de una mercancía se determi­
humano. Como cristalización de esta na por la cantidad de trabajo empleada
sustancia social común a ellos, son valo­ en producirla, cuanto más indolente o
res, son los valores de las mercancías. más torpe sea un individuo, mayor valor
tendrá su mercancía, puesto que necesi­
Ya en la proporción de intercambio tará más tiempo para elaborarla. Sin em­
de las mercancías, su valor de cambio se bargo, el trabajo que constituye la sus­
nos aparecía como algo completamente tancia de los valores es trabajo humano
independiente de sus valores de uso. igual, es gasto de la misma fuerza de
Si ahora se hace realmente abstracción trabajo humana. La fuerza total de tra­
del valor de uso de los productos del bajo de la sociedad que se objetiva en
trabajo, se obtendrá su valor, tal como los valores del mundo de las mercancías
acaba de ser determinado. Lo común, entra aquí como una y la misma fuerza
lo que se representa en la proporción de humana de trabajo, aunque esté forma­
intercambio de la mercancía, es, por tan­ da por innumerables fuerzas de trabajo
to, su valor. El curso de nuestra investi­ individuales. Cada una de estas fuerzas
gación, nos traerá nuevamente ante el individuales de trabajo es igual a cual­
valor de cambio como el necesario mo­ quier otra, siempre y cuando que posea
do de expresión o forma de manifesta­ el carácter de una fuerza de trabajo so­
ción del valor; sin embargo, primero cial media y actúe como tal, es decir,

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que sólo requiera para producir una tiempo de trabajo necesario para la pro­
mercancía el promedio de tiempo de tra­ ducción de la otra. "En cuanto valores,
bajo o el tiempo de trabajo socialmente todas las mercancías son solamente de­
necesario. Tiempo de trabajo socialmen­ terminadas cantidades de trabajo cuaja­
te necesario es el que se requiere para do" (11).
hacer ídarstellenl un valor de uso cual­ Así pues, si el tiempo de trabajo ne­
quiera en las condiciones de producción cesario para la producción de una mer­
normales, socialmente dadas, y con el cancía permaneciera constante, la mag­
grado social medio de destreza e inten­ nitud de su valor permanecería también
sidad del trabajo. Así, por ejemplo, des­ constante. Pero el tiempo de trabajo
pués de la introducción del telar a vapor necesario varía al variar la productivi­
en Inglaterra, bastaba aproximadamente dad del trabajo. La capacidad productiva
con la mitad del trabajo que antes para del trabajo depende de una serie de fac­
tejer una determinada cantidad de hila­ tores, entre otros del grado medio de
za. El tejedor manual inglés seguía ne­ destreza del obrero, del nivel de desa­
cesitando, por supuesto, el mismo tra­ rrollo de la ciencia y de la posibilidad
bajo que antes para conseguir el mismo de su empleo tecnológico, de la combi­
resultado, pero ahora el producto de su nación social del proceso de producción,
hora individual de trabajo sólo repre­ del volumen y la eficiencia de los me­
sentaba media hora de trabajo social y dios de producción, de las condiciones
había perdido, por tanto, la mitad de su naturales, etc. Por ejemplo, la misma
valor anterior. cantidad de trabajo se traduce, si el
Por consiguiente, lo que determina tiempo es propicio, en 8 fanegas de tri­
la magnitud de valor de un bien sólo es go y, si es desfavorable, en 4. La mis­
la cantidad de trabajo socialmente nece­ ma cantidad de trabajo rinde mayor can­
sario o el tiempo socialmente necesario tidad de metal en una mina rica que en
para producirlo (9). Aquí, la mercancía otra pobre, etc. Los diamantes se dan
singular vale exclusivamente como ejem­ rara vez en la superficie de la tierra,
plar medio de su especie (10). Mercan­ razón por la cual el extraerlos cuesta
cías que contienen cantidades iguales por regla general mucho tiempo de
de trabajo o que pueden producirse en trabajo. Es así, que en poco volumen
un tiempo de trabajo igual tienen, por ellos representan mucho trabajo. Jacob
tanto, la misma magnitud de valor. El duda de que el oro haya pagado
valor de una mercancía es al valor de nunca todo su valor. Y esto podríamos
otra como el tiempo de trabajo necesa­ decir, con mayor razón, de los diaman­
rio para la producción de la una es al tes. Según Eschwege, en 1823, los re-

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sultados totales de la extracción de dia­ ducto del trabajo humano sin ser por
mantes durante 80 años de trabajo en ello mercancía. Quien satisface su pro­
las minas del Brasil no habrían cubierto pia necesidad con su producto crea va­
el precio del producto de año y medio lor de uso, pero no mercancía. Para pro­
en las plantaciones brasileñas de azúcar ducir mercancía, no basta con que pro­
o café, a pesar de representar mucho duzca valor de uso: tiene que producirlo
más trabajo y, por tanto, más valor. Con para otro, tiene que producir valor de
minas más ricas, la misma cantidad de uso social. IY no sólo para otros, pura
trabajo se materializaría en más diaman­ y simplemente. El campesino feudal
tes y ello haría bajar el valor de éstos. producía el trigo del censo para el señor
Si se lograse convertir el carbón en dia­ feudal y el trigo del diezmo para el
mantes con poco trabajo, su valor podría cura. Pero ni uno ni otro eran mercan­
descender incluso por debajo del de los cía por el simple hecho de haber sido
ladrillos. En general, a medida que au­ producidos para otro. Para que el pro­
menta la capacidad productiva del tra­ ducto se vuelva mercancía, es necesario
bajo, disminuye la cantidad de tiempo que sea transferido al otro, para quien
de trabajo necesario para producir un sirve de valor de uso, por medio del in­
artículo, se reduce la masa de trabajo tercambio! (11 a). Finalmente, ninguna
cristalizada én él y baja, por tanto, su cosa puede ser valor sin ser objeto de
valor. Y, a la inversa, cuando más redu­ uso. Si es inútil, lo será también el tra­
cida es la productividad del trabajo, más bajo contenido en él; no contará como
tiempo de trabajo se necesita para pro­ trabajo ni creará, por tanto, ningún va­
ducir un articuló Y mayor es, por tanto, lor.
el valor de éste. Por consiguiente, la
magnitud de valor de una mercancía 2. Doble carácter del trabajo materiali­
cambia en razón directa a la cantidad y zado en las mercancías.
en razón inversa a la productividad del
trabajo que adquiere realidad en ella. Originalmente, la mercancía se nos
presentó como una dualidad, valor de
Una cosa puede ser valor de uso sin uso y valor de cambio. Después se des­
ser valor. Es lo que -ocurre cuando su cubrió que también el trabajo cuando se
utilidad para el hombre- no existe me­ halla expresado en el valor, deja de
diante el trabajo. Tal es el caso del aire, poseer las mismas características que le
de la tierra virgen, de las praderas na­ corresponden como creador de valores
turales, de los árboles y plantas silves­ de uso. He sido yo el primero en de­
tres, etc. Una cosa puede ser útil y pro- mostrar críticamente esta naturaleza dual

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del trabajo contenido en la mercancía se el uno al otro como mercancías.
(12). Y como este punto es el eje en Una chaqueta no se cambia por otra cha­
torno al cual gira la comprensión de la queta, un valor de uso no se cambia por
economía política, trataré aquí de escla­ otro igual.
recerlo con mayor cuidado. En la totalidad de los distintos tipos
Tomemos dos mercancías, por ejem­ de valores de uso o cuerpos de las mer­
plo, una chaqueta y diez varas de lienzo. cancías se materializa una totalidad de
Supongamos que la primera tiene el do­ trabajos útiles igualmente múltiples y
ble de valor que la segunda, es decir, distintos en cuanto a su género, familia,
que si 10 varas de lienzo son = v, la especie, sub-especie y variedad: una di­
chaqueta = 2 v. visión social del trabajo. Esta es condi­
ción de existencia de la producción de
La chaqueta es un valor de uso que mercancías, aunque la producción de
satisface una necesidad especial. Para mercancías no sea, a la inversa, condi­
producirla se requiere un determinado ción de existencia de la división social
tipo de actividad productiva. Y ésta se del trabajo. En la comunidad de la anti­
determina según su fin, su modo de gua India encontramos una división so­
operar, su objeto, sus medios y su resul­ cial del trabajo sin que por ello los pro­
tado. Al trabajo cuya utilidad se mate­ ductos se conviertan allí en mercancías.
rializa así en el valor de uso de su pro­ O, para poner un ejemplo más cercano
ducto, o en el hecho de que su producto a nosotros, en toda fábrica vemos que el
es un valor de uso, lo llamamos concisa­ trabajo se halla sistemáticamente dividi­
mente trabajo útil. Desde este punto de do, pero esta división no se debe al he­
vista, el trabajo es siempre considerado cho de que los obreros intercambien
en referencia a la utilidad de su efecto entre sí sus productos individuales. So­
ÍNutzeffektl. lamente los productos de trabajos priva­
Así como la chaqueta y el lienzo son dos autosuficientes e independientes
valores de uso cualitativamente distintos, unos de otros se enfrentan entre sí como
así también son cualitativamente distin­ mercancías.
tos los trabajos mediante los cuales ellos Hemos visto, pues, que en el valor
existen: el trabajo del sastre y el del te­ de uso de toda mercancía se encuentra
jedor. Si aquellos dos objetos no fuesen una determinada actividad productiva
cualitativamente distintos y, por tanto, dirigida a un fin, un trabajo útil. Los
productos de trabajos útiles cualitativa­ valores de uso no pueden enfrentarse
mente diferentes, no podrían enfrentar­ como mercancías si no encierran traba-

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¡os útiles cualitativamente distintos. En sociedad, una necesidad natural eterna
una sociedad cuyos productos adoptan que hace posible el cambio de materias
en general la forma de mercancías, es entre el hombre y la naturaleza, y por
decir en una sociedad de productores tanto la vida humana.
de mercancías, esta diferencia cualitativa
entre los trabajos útiles, ejercidos aquí Los valores de uso, chaqueta, lienzo,
como trabajos privados por productores etc., en una palabra, los cuerpos de las
independientes los unos de los otros, se mercancías son combinaciones de dos
desarrolla hasta formar un sistema de elementos, la materia natural y el traba­
muchas ramificaciones, hasta una divi­ jo. Si descontamos la suma total de los
sión social del trabajo. diversos trabajos útiles contenidos en la
chaqueta, el lienzo, etc., quedará siem­
A la chaqueta le tiene sin cuidado pre un substrato material, que está allí
quién se la ponga, si el sastre o su clien­ por naturaleza, sin la intervención del
te. En ambos casos actúa como valor hombre. En su producción, éste sólo
de uso. Y tampoco cambia la relación puede obrar como obra la naturaleza
entre la chaqueta y el trabajo que la pro­ misma, es decir, haciendo cambiar de
duce por el solo hecho de que la sastre­ forma a la materia (13). Más aún. En
ría se convierte en un oficio aparte, en esta labor de conformación cuenta cons­
un miembro autónomo de la división tantemente con el apoyo de las fuerzas
social del trabajo. A llí donde es acu­ naturales. El trabajo no es, por tanto, la
ciante la necesidad de vestido, los hom­ única fuente de los valores de uso pro­
bres llevaron miles de años cortando ducidos por él, de la riqueza material.
prendas antes de que algunos de ellos Como dice William Petty, el trabajo es
se volvieran sastres. Pero la existencia su padre y la tierra su madre.
de la chaqueta, del lienzo, de todo ele­ Pasemos ahora de la mercancía como
mento de la riqueza material no sumi­ objeto de uso al valor de las mercancías.
nistrado por la naturaleza, se debió
siempre a una actividad productiva des­ Según el supuesto de que partimos,
tinada a un fin específico, que asimila la chaqueta vale el doble que el lienzo.
materias especiales de la naturaleza a Pero esto no es más que una diferencia
necesidades humanas especiales. Así, cuantitativa, que no nos interesa todavía.
como creador de valores de uso, como Sólo tengamos en cuenta que si el valor
trabajo útil, el trabajo constituye una de una chaqueta es el doble que el de
condición de existencia del hombre que 10 varas de lienzo, 20 varas de lienzo
es independiente de todas las formas de tienen la misma magnitud de valor que

14 -
una chaqueta. En cuanto valores, chaque­ des productivas cualitativamente distin­
ta y lienzo son objetos de sustancia tas una y otra son ambos gasto produc­
igual, expresiones objetivas de un tra­ tivo de cerebro, músculos, nervios, ma­
bajo de la misma naturaleza. El trabajo nos, etc. humanos, y en este sentido son
del sastre y el del tejedor son, sin em­ ambos trabajo humano. Se trata simple­
bargo, trabajos cualitativamente distin­ mente de dos formas diferentes de gas­
tos. No obstante, hay épocas sociales tar la fuerza humana de trabajo. Cierto
(Gesellschaftszustándel en las que el mis­ que ésta necesita hallarse ya más o me­
mo hombre ejecuta alternativamente el nos desarrollada para poder gastarse en
trabajo de sastre y el del tejedor, en las tal o cual forma. Pero el valor de la
que estos dos tipos distintos de trabajo mercancía representa pura y simplemen­
son, por tanto, solamente modalidades te trabajo humano, gasto de trabajo hu­
del trabajo del mismo individuo y aún mano en general. Ahora bien, lo que
no han adquirido el carácter de funcio­ sucede en la sociedad civil con el hom­
nes fijas y específicas de diferentes indi­ bre, que en sí mismo tiene un ínfimo
viduos; tal como entre nosotros la cha­ papel mientras es grande el que desem­
queta que hoy corta el sastre y los pan­ peña un general o un banquero, le ocu­
talones que corta mañana sólo presupo­ rre aquí al trabajo humano (14). Trabajo
nen distintas variantes del mismo traba­ humano es aquí el gasto de la fuerza de
jo individual. Por otra parte, basta la trabajo simple que posee por término
simple vista para convencernos de que, medio todo hombre común y corriente
en nuestra sociedad capitalista, una por­ en su organismo físico, sin necesidad de
ción determinada del trabajo humano se un desarrollo especial. Aunque el tra­
encauza alternativamente en forma de bajo simple medio varíe de carácter se­
trabajo de sastrería o en forma de tra­ gún los diferentes países y épocas de la
bajo textil, con arreglo a la tendencia civilización, en cada sociedad existe
variable de la demanda de trabajo. Es­ como algo dado. El trabajo complejo
tos cambios de forma del trabajo pue­ sólo rige como trabajo simple potencia­
den encontrar obstáculos, pero son ine­ do o, por mejor decir, multiplicado, de
vitables. Si prescindimos del carácter manera que una cantidad menor de tra­
determinado de la actividad productiva, bajo complejo equivale a otra mayor de
y por tanto, del carácter útil del trabajo, trabajo simple. Y la experiencia mues­
vemos que éste es siempre un gasto de tra que esta reducción de un trabajo a
fuerza de trabajo humano. El trabajo del otro se efectúa constantemente. Una
sastre y el del tejedor, aunque activida­ mercancía puede ser el producto del

15
trabajo más complicado del mundo, tos de fuerza de trabajo humana. Los
pero su valor la equipara al producto trabajos del sastre y del tejedor son ele­
del trabajo simple, razón por la cual ella mentos que concurren a la creación de
misma representa solamente una deter­ los valores de uso chaqueta y lienzo pre­
minada cantidad de trabajo simple (15). cisamente por sus diferentes cualidades;
Las diferentes proporciones en que dife­ en cambio, sustancia del valor chaqueta
rentes clases de trabajo se reducen al tra­ y del valor lienzo en tanto que se hace
bajo simple como a su unidad de medida abstracción de sus cualidades específicas,
se establecen mediante un proceso social y que ambos poseen una cualidad igual,
que se efectúa a espaldas de los pro­ la cualidad de trabajo humano.
ductores, y ello hace que éstos las ten­ Pero la chaqueta y el lienzo no son
gan por obra de la tradición. Para sim­ solamente valores en general, sino que
plificar, consideraremos en lo sucesivo son valores de una determinada magni­
todo tipo de fuerza de trabajo directa­ tud; según el supuesto de que partimos,
mente como fuerza de trabajo simple, la chaqueta vale el doble que 10 varas
evitándonos así sólo el esfuerzo de te­ de lienzo. ¿Y de dónde proviene esta
ner que reducirlo a ella. diferencia entre sus magnitudes de va­
lor? Sencillamente de que el lienzo sólo
Así, pues, lo mismo que en los valo­
res chaqueta y lienzo se hace abstrac­ contiene la mitad de trabajo que la cha­
ción de la diferencia entre sus valores queta, lo que quiere decir que para pro­
de uso, en los trabajos materializados en ducir ésta la fuerza de trabajo debe ser
gastada durante el doble del tiempo
estos valores se hace caso omiso de la
diferencia que media entre sus formas necesario para producir aquél.
útiles respectivas, entre el trabajo del Así, pues, si con respecto al valor de
sastre y el del tejedor. Así como los va­ uso el trabajo contenido en la mercan­
lores de uso chaqueta y lienzo son com­ cía interesa sólo cualitativamente, en lo
binaciones de dos actividades producti­ tocante a la magnitud del valor interesa
vas de determinadas finalidades con los sólo cuantitativamente, una vez que se
dos materiales, paño e hilaza, y los va­ encuentra reducido ya a trabajo humano
lores chaqueta y lienzo, en cambio, sim­ despojado de toda otra cualidad. En el
ples plasmaciones de trabajo indistinto, primer caso se trata del qué y del cómo
así también los trabajos contenidos en del trabajo, en el segundo de su cuánto,
estos valores no tienen vigencia por su de su duración en el tiempo. Y cómo la
comportamiento productivo hacia el pa­ magnitud del valor de una mercancía
ño o la hilaza, sino solamente como gas­ sólo representa la cantidad de trabajo

16 -
contenida en ella, distintas mercancías, turalmente, la productividad es siempre
establecidas en cierta proporción, son productividad de un trabajo útil, con­
siempre necesariamente valores ¡guales. creto, y sólo determina en realidad, el
Si, por ejemplo, la productividad de grado de rendimiento que tiene una ac­
todos los trabajos útiles necesarios para tividad encaminada a un fin productivo
la producción de una chaqueta perma­ en un lapso de un tiempo dado. Por
nece inalterable, la magnitud del valor tanto, el trabajo útil será una fuente más
de la suma de todas las chaquetas au­ copiosa o más escasa de productos en
mentará al aumentar su cantidad. Si 1 relación directa con el aumento o la dis­
chaqueta representa x jornadas de tra­ minución de su productividad. En cam­
bajo, 2 chaquetas representarán 2 x ¡or­ bio, las variaciones de la productividad,
nadas de trabajo, etc. Pero supongamos de por sí no afectan para nada, al tra­
que el trabajo necesario para producir bajo materializado en el valor. Como la
una chaqueta aumenta al doble o se productividad pertenece a la forma útil
reduce a la mitad. En el primer caso, concreta del trabajo, es natural que, en
una chaqueta valdrá ahora tanto como cuanto se hace abstracción de ésta, la
antes dos y, en el segundo, dos chaque­ productividad deja de afectar al trabajo.
tas pasarán a tener el valor que antes Por consiguiente, el mismo trabajo arro­
tenía una sola, a pesar de que en ambos jará en el mismo lapso de tiempo la
casos la chaqueta seguirá prestando los misma magnitud de valor, por mucho
mismos servicios que antes y de que el que cambie su productividad. Pero su­
trabajo útil contenido en esta prenda no ministrará en el mismo lapso de tiempo
habrá mejorado ni empeorado de cali­ diferente cantidad de valor de uso, ma­
dad. Lo que ha cambiado es la cantidad yor si la productividad aumenta, y me­
de trabajo gastado en su producción. nor si disminuye. El mismo cambio ope­
rado en la capacidad productiva que
Una cantidad mayor de valor de uso aumenta la fecundidad del trabajo y, por
constituye de por sí mayor riqueza ma­ tanto, el volumen de los valores de uso
terial, dos chaquetas más que una. Con suministrados por él, disminuirá la mag­
dos chaquetas pueden vestirse dos hom­ nitud de valor de este volumen total
bres, con una solamente uno, etc. Sin incrementado si reduce la suma del
embargo, al aumento del volumen de la tiempo de trabajo necesario para su pro­
riqueza material puede corresponder un ducción. E igualmente a la inversa.
descenso simultáneo de su magnitud de
valor. Este movimiento contradictorio De una parte, todo trabajo es gasto
brota del carácter dual del trabajo. Na­ de fuerza de trabajo humano en sentido

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fisiológico; con esta cualidad, de trabajo Pero recordemos que las mercancías sólo
humano Igual o trabajo humano abs­ poseen una objetividad de valor en
tracto, crea el valor de las mercancías. cuanto son cristalizaciones de la misma
De otra parte y al mismo tiempo, todo unidad social que es el trabajo humano,
trabajo es gasto de fuerza de trabajo y que su objetividad de valor, por tanto,
humano bajo una forma específica en­ es algo puramente social; así, es de suyo
caminada a un fin; con esta cualidad, de comprensible que tal objetividad sólo
trabajo útil concreto, produce valores de puede manifestarse en la relación social
uso (16). de una mercancía con otra. En efecto,
nuestro punto de partida fue el valor de
3. La forma del valor o el valor de cambio o relación proporcional de inter­
cambio. cambio entre mercancías; escondido en
él, llegamos a descubrir el valor de las
Las mercancías vienen al mundo en mercancías. Debemos ahora retornar a
forma de valores de uso o de cuerpos esa forma de manifestación del valor.
de las mercancías, como el hierro, lien­ Todo el mundo sabe, aunque no
zo, trigo, etc. Es ésta su forma natural sepa otra cosa, que las mercancías po­
original. Pero sólo son mercancías gra­ seen en común una forma de ser valo­
cias a que son algo doble: objetos de res, que contrasta muy llamativamente
uso y, al mismo tiempo, portadoras de
con las abigarradas formas naturales de
valor. Por tanto, sólo aparecen o se pre­ sus valores de uso: la forma de dinero.
sentan como mercancías, sólo poseen la Sin embargo, de lo que se trata aquí es
forma de mercancías cuando poseen esa de realizar algo que la economía bur­
doble forma: una forma natural y una guesa ni siquiera ha intentado, a saber:
forma valor. comprobar la génesis de esta forma-
La objetividad de valor de las mer­ dinero, es decir, seguir el desarrollo de
cancías se distingue de Wittib Hurtig en la expresión del valor, contenida en la
que no se sabe dónde encontrarla. Exac­ relación proporcional de valor entre las
tamente al contrario de lo que ocurre mercancías, desde su figura más simple
con la objetividad tosca y tangible del y menos evidente hasta la fascinante for­
cuerpo de las mercancías, en su objeti­ ma en dinero. Al realizar esto, desapa­
vidad de valor no entra ni un solo áto­ rece al mismo tiempo el enigma del di­
mo de materia natural. Por muchas vuel­ nero.
tas que le demos a una mercancía, como La relación de valor más simple es,
objeto de valor será siempre intangible. evidentemente, la proporción de valor

18 -
entre una mercancía y otra mercancía mo equivalente o se encuentra en forma
singular distinta de ella, cualquiera que equivalencial.
ésta sea. La relación proporcional de Forma valor relativa y forma equiva­
valor entre dos mercancías suministra, lencial constituyen una unidad, son dos
por tanto, la expresión más simple del momentos inseparables que se coperte­
valor de una mercancía. necen entre sí, que se condicionan mu­
tuamente, pero son al mismo tiempo
A) La forma simple singular o fortuita extremos que se excluyen o contraponen
del valor recíprocamente, es decir, polos de la
misma expresión del valor; estos dos pa­
x mercancía A = y mercancía B, o peles se reparten siempre entre las dos
x mercancía A vale y mercancía B. distintas mercancías relacionadas entre
(20 varas de lienzo = 1 chaqueta, o sí por una expresión de valor. No pode­
20 varas de lienzo valen 1 chaqueta). mos, por ejemplo, expresar el valor del
lienzo en lienzo. 20 varas de lienzo =
1 . Los dos polos de la expresión del 20 varas de lienzo no es una expresión
valor. Forma valor relativa y forma de valor. Esta ecuación dice más bien lo
equivalencial. contrario: que 20 varas de lienzo son
simplemente 20 varas de lienzo, una de­
El secreto de toda forma del valor se terminada cantidad del objeto de uso
encierra en esta forma simple del valor. lienzo. Por tanto, el valor del lienzo
Es en su análisis, por tanto, dónde resi­ sólo puede expresarse en términos rela­
de la verdadera dificultad. tivos, es decir, en otra mercancía. La
Aquí, dos mercancías distintas, A y forma valor relativa en el lienzo presu­
B, en nuestro ejemplo lienzo y chaqueta, pone, por consiguiente, que otra mer­
desempeñan evidentemente dos papeles cancía cualquiera adopta frente a ella la
distintos. El lienzo expresa su valor en forma equivalencial. Además, esta otra
la chaqueta, la chaqueta sirve como ma­ mercancía que figura como equivalente
terial de esta expresión de valor. La pri­ no puede encontrarse al mismo tiempo
mera mercancía desempeña un papel en la forma valor relativa. No es ella la
activo, la segunda un papel pasivo. El que expresa su valor. Se limita a sumi­
valor de la primera mercancía se repre­ nistrar el material para la expresión del
senta como valor relativo, es decir, esta valor de otra mercancía.
mercancía se halla en forma valor relati­ Es cierto que la expresión: 20 varas
va. La segunda mercancía funciona co­ de lienzo = 1 chaqueta o 20 varas de
s.-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- 19
lienzo valen una chaqueta implica tam­ en la relación de valor la proporción en
bién la relación inversa: 1 chaqueta = que resultan igualables entre sí deter­
20 varas de lienzo o 1 chaqueta vale 20 minadas cantidades de dos clases de
varas de lienzo. Pero, para expresar en mercancías.
sentido relativo el valor de la chaqueta,
Se pasa por alto que las magnitudes
tengo que invertir la ecuación, y, al ha­
de cosas diferentes sólo se vuelven com­
cerlo, el que se convierte en equivalente
parables cuantitativamente después de
es el lienzo en vez de la chaqueta. La
misma mercancía no puede, pues, apa­ su reducción a la misma unidad. Sólo
en cuanto expresiones de la misma uni­
recer simultáneamente en ambas formas
dad son magnitudes del mismo orden y,
en una misma expresión de valor. Estas
por tanto, conmensurables (17).
dos formas se excluyen la una a la otra
como dos polos. Ya sean 20 varas de lienzo = 1 cha­
queta o = 20 o = x chaquetas, es decir,
El que una mercancía adopte la for­ ya valga una determinada cantidad de
ma valor relativa o la forma contrapues­ lienzo muchas o pocas chaquetas, cada
ta de equivalente depende exclusiva­ una de estas proporciones implica siem­
mente de la posición que ocupe en cada pre que el lienzo y las chaquetas, en
caso en la expresión del valor, es decir, cuanto magnitudes de valor, son expre­
de que sea la mercancía cuyo valor se siones de la misma unidad, objetos de
expresa o aquélla en que un valor es ex­ la misma naturaleza. Lienzo = chaque­
presado. ta: este es el fundamento de la ecua­
ción.
2. La forma valor relativa.
Pero las dos mercancías igualadas cua­
a) Contenido de la forma valor rela­ litativamente no desempeñan el mismo
tiva. papel. Lo que se expresa es sólo el va­
lor del lienzo. Y ¿cómo? Mediante su
Para descubrir como la expresión referencia a la chaqueta como su "equi­
simple de valor de una mercancía se valente" o como algo por lo que él mis­
halla contenida en la relación de valor mo es "intercambiable". En esta rela­
entre dos mercancías, hay que empezar ción, la chaqueta rige como forma de
por considerar esta relación con inde­ existencia del valor, como objeto-valor,
pendencia total de su aspecto cuantita­ pues solamente en cuanto tal es ella lo
tivo. En la mayoría de los casos se pro­ mismo que el lienzo. Y, de otra parte,
cede precisamente al revés y sólo se ve el propio ser valor del lienzo se revela

20 -
( ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ----- -- ------- — ----------------- \

o recibe una expresión autónoma, ya equiparamos el trabajo contenido en


que solamente en cuanto valor es él re­ aquella al trabajo contenido en éste.
ferible a la chaqueta como a algo de Ahora bien, el trabajo del sastre que
igual valor o intercambiable por él. Así, hace la chaqueta es un trabajo concreto,
por ejemplo, el ácido butírico es un cuer­ distinto del trabajo del tejedor que hace
po distinto del formiato de propilo. Uno el lienzo. Pero, al equiparar el trabajo
y otro, sin embargo, están formados por del sastre al trabajo del tejedor, reduci­
las mismas sustancias químicas, carbono mos de hecho el trabajo del primero a
(C), hidrógeno (H) y oxígeno (O), y ade­ lo que hay de realmente igual en ambos
más en la misma combinación cuantitati­ trabajos, a su carácter común, de trabajo
va, a saber: C4H80 2. Ahora bien, den­ humano. Mediante este rodeo, decimos
tro de una relación en la que equipará­ que tampoco el trabajo del tejedor, en
semos el formiato de propilo al ácido cuanto teje valor, posee ninguna carac­
butírico, lo que haríamos sería: en pri­ terística que lo diferencie del trabajo
mer lugar, considerar al formiato de pro­ del sastre; decimos que él también es
pilo simplemente como forma de exis­ trabajo humano abstracto. Sólo la expre­
tencia de C4H80 2 y, en segundo lugar, sión de equivalencia entre mercancías
decir que también el ácido butírico está de distinta clase pone de manifiesto el
formado por C4H80 2. Por lo tanto, me­ carácter específico del trabajo creador
diante la equiparación del formiato de de valor, al reducir realmente los dife­
propilo al ácido butírico, la sustancia rentes trabajos contenidos en las diferen­
química del segundo estaría expresada tes mercancías a lo que tienen de común,
a diferencia de su forma corpórea. a trabajo humano en general (17a).
Si decimos que, en cuanto valores,
No basta, sin embargo, con expre­
las mercancías no son más que plasma-
sar el carácter específico del trabajo en
dones de trabajo humano, nuestro aná­ que consiste el valor del lienzo. La fuer­
lisis reduce las mercancías a la abstrac­ za de trabajo humano en estado fluido,
ción valor, pero no les da una forma va­ o trabajo humano, crea valor, pero no
lor distinta de sus formas naturales. No es valor. Se convierte en valor cuando
sucede así en la relación de valor de se halla en estado de condensación, en
una mercancía con otra. Aquí, su carác­ forma objetivada. Para expresar el va­
ter de valor se destaca mediante su pro­ lor del lienzo como plasmación de tra­
pia referencia a la otra mercancía. bajo humano, es necesario expresarlo
Cuando, por ejemplo, equiparamos como una "objetividad" materialmente
la chaqueta como objeto-valor al lienzo, distinta del propio lienzo y al mismo

- 21
tiempo común a él y a otra mercancía. sentar valor ante el lienzo sin que al
El problema está ya resuelto. mismo tiempo, el valor adopte para el
En la relación de valor del lienzo, la lienzo la forma de una chaqueta. Del
chaqueta rige como algo cualitativamen­ mismo modo que el individuo A no pue­
te igual a él, como un objeto de la mis­ de comportarse ante el individuo B co­
ma naturaleza, porque es un valor. Rige mo ante un monarca sin que para A la
aquí, por tanto, como una cosa en que majestad adopte al mismo tiempo la
se manifiesta el valor o que en su forma figura corpórea de B y se identifique,
natural tangible representa valor*. Cier­ por tanto, con los rasgos del rostro, el
to que la chaqueta, el cuerpo de la mer­ pelo y otras cosas más propias del rey
cancía chaqueta, es un simple valor de de que se trate.
uso. Una chaqueta no expresa valor,
En la relación de valor en que la cha­
como no lo expresa el primer trozo de
queta constituye el equivalente del lien­
lienzo con que nos encontremos. Lo cual
zo, la forma de chaqueta rige, pues, en
sólo demuestra que, dentro de la rela­
tanto que forma valor. Por consiguiente,
ción de valor con el lienzo, la chaqueta
el valor de la mercancía lienzo se expre­
significa más que fuera de ella, a la ma­
sa en el cuerpo de la mercancía chaque­
nera como ciertos hombres embutidos
ta; el valor de una mercancía en el valor
en una chaqueta galoneada significan
de uso de la otra. En tanto que valor
más que cuando no la visten.
de uso, el lienzo es una cosa material­
En la producción de la chaqueta se
mente distinta de la chaqueta; en tanto
ha gastado realmente fuerza de trabajo
que valor es "tal como la chaqueta" y
humana, bajo la forma del trabajo del
adquiere, por tanto, el aspecto de una
sastre. Se ha acumulado en ella, por
chaqueta. Asume así una forma valor
tanto, trabajo humano. Vista por este
distinta de su forma natural. Su ser va­
lado, la chaqueta es "portadora de va­
lor se manifiesta en su igualdad con la
lor", aunque no deje trasparentar esta
chaqueta como la naturaleza ovina del
cualidad suya por más raída que se en­
cristiano se revela en su igualdad con el
cuentre. Y en la relación de valor del
Cordero de Dios.
lienzo sólo rige en este aspecto, es
decir, en cuanto valor que ha adqui­ Como vemos, todo lo que de ante­
rido cuerpo o en cuanto cuerpo de mano nos había dicho el análisis del
valor. Aunque haya estado abotona­ valor de la mercancía nos lo dice el
da, el lienzo ha descubierto en ella la lienzo mismo tan pronto como entra en
bella alma del valor emparentada con la tratos con otra mercancía, con la cha­
suya. Pero la chaqueta no puede repre­ queta. Sólo que delata sus pensamien-

* En la versión francesa, el pasaje anterior dice: que, sin dejar de pertenecer a éste, sea también
...De esta manera, las condiciones que es ne­ propio de otra mercancía. Este problema está
cesario cumplir para expresar el valor del lienzo ya resuelto.
parecen contradecirse mutuamente. Por un lado,
es necesario representarlo como una pura con­ En efecto, hemos visto que, en cuanto se
densación de trabajo humano abstracto, puesto encuentra como equivalente, la chaqueta ya no
que, en tanto que valor, esa es la única reali­ tiene necesidad de pasaporte para demostrar su
dad que tiene la mercancía. Al mismo tiempo, carácter de valor. Al desempeñar ese papel, su
esta condensación debe revestir la forma de un propia forma de existencia se vuelve una forma
objeto visiblemente distinto del propio lienzo y de existencia del valor; ...

22 -
------------------------------------------------------------------------------------ ----------------------- — -------------X
tos en el único lenguaje que le es usual, El valor de la mercancía A, expresado
el lenguaje de las mercancías. Para decir así en el valor de uso de la mercancía B,
que lo que constituye su propio valor posee la forma de valor relativo.
es el trabajo en su cualidad abstracta de
trabajo humano, dice que la chaqueta, b) Determinación cuantitativa de la
en tanto que es para él su igual, es forma valor relativa.
decir, en tanto que es valor, está com­
puesta por el mismo trabajo que lo com­ Toda mercancía cuyo valor se trata
pone a él. Para decirnos que su sublime de expresar es un objeto de uso de can­
objetividad de valor es distinta de su tidad determinada, 15 fanegas de trigo,
almidonado cuerpo del lienzo, nos dice 100 libras de café, etc. Esta cantidad
que el valor tiene el aspecto de una dada de mercancías contiene una deter­
chaqueta y que, por tanto, él mismo, en minada cantidad de trabajo humano.
cuanto objeto-valor, es igual a la cha­ Por tanto, la forma del valor no expresa
queta como un huevo a otro huevo. solamente valor en general, si no un
Dicho sea de pasada, el lenguaje de las valor cuantitativamente determinado o
mercancías tiene muchos dialectos, más una magnitud de valor. Así pues, en la
o menos correctos, además del hebreo. relación de valor de la mercancía A con
El término alemán "Wertsein" [ser valor], la mercancía B, del lienzo con la cha­
por ejemplo, expresa menos tajante­ queta, no sólo se equipara cualitativa­
mente que las palabras latinas valere, mente el tipo de mercancía chaqueta,
valer, valoir, el hecho de que la equipa­ como cuerpo-valor en general, al lienzo,
ración de la mercancía B a la mercancía sino que a una determinada cantidad de
A es la propia expresión de valor de lienzo, por ejemplo a 20 varas de lienzo,
esta última. París vaut bien une messe! se le equipara una determinada cantidad
[¡París bien vale una misa!] del cuerpo-valor o equivalente, por
ejemplo una chaqueta.
En virtud de la relación de valor, la
forma natural de la mercancía B se con­ La ecuación "20 varas de lienzo = 1
vierte en la forma valor de la mercancía chaqueta o 20 varas de lienzo valen 1
A o el cuerpo de aquella en espejo del chaqueta", presupone que en una cha­
valor de ésta. (18) Al referirse a la mer­ queta se contiene exactamente la misma
cancía B como cuerpo-valor, como mate­ cantidad de sustancia de valor que en
rialización de trabajo humano, la mer­ 20 varas de lienzo, es decir, que ambas
cancía A hace del valor de uso B el ma­ cantidades de mercancías han costado
terial de su propia expresión de valor. igual cantidad de trabajo o un tiempo

- 23
de trabajo igual. Pero el tiempo de tra­ chaqueta cambia. Si, en estas circunstan­
bajo necesario para producir 20 varas de cias, se duplica el tiempo de trabajo ne­
lienzo o una chaqueta cambia al cambiar cesario para la producción de la chaque­
la capacidad productiva del trabajo del ta, a consecuencia, supongamos, de que
tejedor o del trabajo del sastre. Veamos al esquilar las ovejas se obtenga un ren­
más de cerca cómo influyen estos cam­ dimiento menor, tendremos, en vez de
bios en la expresión relativa de la mag­ 20 varas de lienzo = 1 chaqueta: 20 va­
nitud del valor. ras de lienzo = Vi chaqueta. En cambio,
I. El valor del lienzo cambia (19), si el valor de la chaqueta baja a la mi­
mientras que el valor de la chaqueta se tad, la fórmula se invertirá: 20 varas de
mantiene constante. Si el tiempo de tra­ lienzo = 2 chaquetas. Es decir que, man­
bajo necesario para producir el lienzo se teniéndose inalterable el valor de la mer­
duplica, a consecuencia, por ejemplo, del cancía A, su valor relativo, o expresado
menor rendimiento de la cosecha de en la mercancía B, aumentará o dismi­
lino, se duplicará también su valor. En nuirá en razón inversa al cambio de va­
vez de 20 varas de lienzo igual a una lor de B.
chaqueta, tendremos que 20 varas de Comparando los distintos casos con­
lienzo = 2 chaquetas, ya que 1 chaque­ siderados en I y II, tendremos que el
ta sólo contiene ahora la mitad del tiem­ mismo cambio de magnitud del valor
po de trabajo que 20 varas de lienzo. relativo puede ser el resultado de causas
En cambio, si el tiempo de trabajo nece­ completamente opuestas. Así, la fórmula
sario para producir el lienzo desciende 20 varas de lienzo = 1 chaqueta se con­
a la mitad, al perfeccionarse los telares, vierte: 1) en la ecuación 20 varas de
por ejemplo, descenderá también a la lienzo = 2 chaquetas, bien porque el
mitad el valor del lienzo. Por tanto, aho­ valor del lienzo se duplique o bien por­
ra, 20 varas de lienzo = Vi chaqueta. El que el valor de las chaquetas descienda
valor relativo de la mercancía A, o sea a la mitad, y 2) en la ecuación 20 varas
su valor expresado en la mercancía B, de lienzo = Vi chaqueta, sea porque el
aumenta o disminuye, por tanto, en ra­ valor del lienzo baje a la mitad o por­
zón directa al aumento o disminución que el valor de la chaqueta aumente al
del valor de la mercancía A, siempre y doble.
cuando que el valor de la mercancía B III. Las cantidades de trabajo nece­
permanezca inalterado. sarias para la producción del lienzo y la
II. El valor del lienzo permanece chaqueta pueden cambiar simultánea­
constante, mientras que el valor de la mente en el mismo sentido y en idéntica

24 -
proporción. En este caso, 20 varas de ría su valor. Y, por último, las variacio­
lienzo seguirán siendo, al igual que an­ nes simultáneas de su magnitud de va­
tes, = 1 chaqueta, cualquiera que sea el lor y de la expresión relativa de ésta, no
cambio experimentado en sus valores. tienen por qué coincidir entre sí necesa­
Su variación de valor se descubre al riamente, ni mucho menos (20).
comparar estas dos mercancías con una
tercera cuyo valor permanezca constante. 3. La forma equivalencia!.
Si los valores de todas las mercancías
aumentaran o disminuyeran simultánea­ Hemos visto que en cuanto la mer­
mente y en la misma proporción, sus cancía A (el lienzo) expresa su valor en
valores relativos permanecerían invaria­ el valor de uso de una mercancía dis­
bles. Sus variaciones de valor reales se tinta B (la chaqueta), imprime a ésta una
traslucirían en el hecho de que el mismo forma valor peculiar, la forma equiva­
tiempo de trabajo suministraría ahora, lencia!. El lienzo en tanto que mercan­
en general, una cantidad de mercancías cía manifiesta su propio ser valor en el
mayor o menor que antes. hecho de que la chaqueta rige para él
como su igual, sin que para esto ella ne­
IV. Los tiempos de trabajo necesa­ cesite revestir una forma valor distinta
rios respectivamente para la producción de su forma corpórea. Así, el lienzo
de lienzo y chaquetas y, por tanto, los expresa efectivamente su propio ser va­
valores de éstos pueden variar simultá­ lor gracias al hecho de que la chaqueta
neamente en el mismo sentido, pero en es directamente intercambiable por él*.
distinto grado; pueden variar en sentido La forma equivalencia! de una mercan­
opuesto, etc. Para averiguar la influen­ cía es, por consiguiente, la forma de su
cia que todas estas posibles combinacio­ intercambiabilidad inmediata por otra.
nes ejercen sobre el valor relativo de
una mercancía no hay más que aplicar Pero el que una clase de mercancías,
los casos I, II y III. la chaqueta, sirva de equivalente a otra
Por lo tanto, los cambios reales de clase de mercancías, el lienzo; el que,
la magnitud de valor no se reflejan de por tanto, las chaquetas reciban la pro­
un modo inequívoco ni exhaustivo en su piedad característica de encontrarse en
expresión relativa o en la magnitud del la forma de la intercambiabilidad direc­
valor relativo. El valor relativo de una ta por lienzo, no indica en modo alguno
mercancía puede variar aunque su valor la proporción en que uno y otras son
permanezca constante. Su valor relativo cambiables entre sí. Esta proporción de­
puede permanecer constante aunque va­ penderá, puesto que la magnitud de

' ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------ — N

* La versión francesa introduce aquí los dos natural la forma valor de la otra mercancía. No
párrafos siguientes, cuyo texto se basa en el del necesita adoptar una forma diferente de su fo r­
Apéndice a la edición de 1867: ma natural para manifestarse como valor ante
En tanto que valores, todas las mercancías la otra mercancía, para tener vigencia como
son expresiones iguales de una misma unidad, valor y, por tanto, para ser intercambiable por
el trabajo humano, reemplazables unas por otras. ella. La forma de equivalente es, pues, para una
Por consiguiente, una mercancía es intercam­ mercancía, la forma bajo la cual ella es inme­
biable por otra cuando posee una forma que la diatamente intercambiable por otra.
hace aparecer como valor.
Una mercancía es inmediatamente intercam­
biable por toda otra mercancía de la que ella Cfr. La forma valor. I, §3, a), en: C. Marx y F.
sea el equivalente, es decir: el lugar que ella Engels, Escritos económicos varios, México,
ocupa en la relación de valor hace de su forma 1962.

- 25
valor del lienzo está dada, de la magni­ hecho de que el equivalente, en la ecua­
tud de valor de las chaquetas. Sea que, ción de valor, no posee nunca más que
en la expresión de valor, la chaqueta se la forma de una simple cantidad de una
encuentre como equivalente y el lienzo cosa, de un valor de uso, indujo a Bailey
como valor relativo o, por el contrario, y a muchos autores que le anteceden y
el lienzo como equivalente y la chaque­ le siguen a ver falsamente en la expre­
ta como valor relativo, la magnitud de sión de valor una relación puramente
valor de la chaqueta dependerá siempre cuantitativa*. Por el contrario, la forma
del tiempo de trabajo necesario para su equivalencial de una mercancía no en­
producción y se determinará, por tanto, cierra una determinación cuantitativa de
independientemente de la forma valor su valor.
que ella adopte. Pero, tan pronto como
La primera peculiaridad que salta a
la clase de mercancías chaqueta pasa a
la vista cuando se considera la forma
ocupar en la expresión de valor el lugar
equivalencial es ésta: el valor de uso se
del equivalente, su magnitud de valor
convierte en la forma de manifestación
carece de expresión en tanto que mag­
de su contrario, el valor.
nitud de valor. La mercancía chaqueta
figura en la ecuación de valor simple­ La forma natural de la mercancía se
mente como una determinada cantidad torna forma valor. Pero, nótese bien,
de una cosa. este quid pro quo [sustitución] se da para
una mercancía B (chaqueta, trigo, hierro,
Por ejemplo, 40 varas de lienzo "va­ etc.) sólo dentro de la relación de valor
len" . .. ¿qué?: 2 chaquetas. Puesto que que establece con ella otra mercancía A
la clase de mercancías chaqueta desem­ cualquiera (lienzo, etc.), y solamente
peña aquí la función de equivalente, y dentro de esta conexión. Puesto que nin­
que por tanto el valor de uso chaqueta guna mercancía puede referirse a sí mis­
actúa con respecto al lienzo como cuer­ ma como equivalente ni, por tanto, ha­
po-valor, basta con una determinada cer de su propia piel natural la expresión
cantidad de chaquetas para expresar de su propio valor, tiene necesariamen­
una determinada cantidad del valor lien­ te que referirse a otra mercancía en
zo. Por lo tanto, 2 chaquetas pueden tanto que equivalente, es decir, tiene
expresar la magnitud de valor de 40 que hacer de la piel natural de otra mer­
varas de lienzo, pero no pueden expre­ cancía su propia forma valor.
sar jamás su propia magnitud de valor,
la magnitud de valor de las chaquetas. Para ¡lustrar esto que decimos, pode­
La visión superficial de este hecho, del mos tomar el ejemplo de una medida

0 1

* La versión francesa continúa: . . . Pero una


mercancía, bajo la forma de equivalente, figura
como simple cantidad de una materia cualquiera
precisamente porque la magnitud de su valor no
está siendo expresada.
Las contradicciones que encierra la forma de
equivalente exigen ahora un examen más dete­
nido de sus peculiaridades.

s__________________________ _______________ /

26 —
/------ — -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- \
que pertenece a los cuerpos de las mer­ tanto, en determinada proporción, son
cancías en cuanto tales, es decir, en también del mismo peso [Gewicht!. Pues
cuanto valores de uso. Un pilón de bien, así como el cuerpo del hierro en
azúcar, por ser un cuerpo, es pesado cuanto medida de peso sólo es para el
[schwere] y, por tanto, tiene un peso [Ge- pilón de azúcar representante de la pe­
wicht], pero este peso no es algo que santez, así, en nuestra expresión de va­
sea visible o palpable en un pilón de lor, el cuerpo chaqueta sólo es para el
azúcar. Tomemos ahora diferentes pie­ lienzo representante del valor.
zas de hierro, cuyo peso se ha estable­ Pero aquí termina la analogía. En la
cido de antemano. La forma corpórea expresión de peso del pilón de azúcar,
del hierro, de por sí, no es forma de el hierro representa a una propiedad na­
manifestación de la pesantez ÍShwere!, tural común a ambos cuerpos, que es su
como tampoco lo es la forma corpórea pesantez, mientras que en la expresión
del pilón de azúcar. Sin embargo, para de valor del lienzo la chaqueta represen­
expresar el pilón de azúcar en cuanto ta a una propiedad sobrenatural de am­
pesantez [Schwere], establecemos una re­ bas cosas: su valor, algo puramente so­
lación de peso ÍGewichtl entre él y el cial.
hierro. Dentro de esta relación, conside­
ramos al hierro como un cuerpo que no Por cuanto que la forma valor relati­
representa otra cosa que pesantez. De va de una mercancía, por ejemplo el
este modo, ciertas cantidades de hierro lienzo, expresa su ser valor como algo
sirven de medida de peso del azúcar y absolutamente distinto de su cuerpo y
representan, frente al cuerpo del azúcar, de sus propiedades corpóreas, por ejem­
la figura pura y simple de la pesantez, la plo, como algo igual a la chaqueta, esta
forma en que ésta se manifiesta. El hie­ expresión indica ya por sí misma que
rro desempeña este papel sólo dentro de oculta una relación social. Con la forma
la relación que entabla con él, el azúcar equivalencia! ocurre lo contrario. Esta
consiste precisamente en que el cuerpo
o cualquier otro cuerpo cuyo peso se
de una mercancía, la chaqueta, por ejem­
trata de determinar. Si ambos objetos no
plo, la cosa misma, tal como es y como
fuesen pesados [Schwere], no podrían en­ se la ve, expresa valor, es decir, posee,
trar en esta relación ni servir el uno de por naturaleza, forma valor. Cierto es
expresión del peso [Schwere! del otro. que esto sólo tiene vigencia dentro de
Si los ponemos a los dos en la balanza, la relación de valor en que la mercan­
vemos en efecto que, en tanto que pe­ cía lienzo se refiere a la mercancía cha­
santez, ambos son lo mismo y que, por queta como equivalente (21). Pero co-

- 27
mo las propiedades de una cosa no bro­ como mera realización, el trabajo del
tan de su relación con otras, sino que sastre que se realiza efectivamente en
simplemente se actualizan en esta rela­ ella será una mera forma de realización
ción, parece como si también la chaque­ de trabajo humano en abstracto. En la
ta poseyera por naturaleza su forma de expresión de valor del lienzo, la utilidad
equivalente, su propiedad de ser direc­ del trabajo del sastre no consiste en ha­
tamente intercambiable, ni más «ni me­ cer trajes — y, por tanto, personalida­
nos que sus propiedades de ser un cuer­ des— sino en hacer un cuerpo al que se
po pesado o de conservar el calor. De le ve que es valor, es decir, cristalización
ahí el carácter misterioso de la forma de trabajo, de un trabajo que no se dis­
equivalencia!, que la mirada burda del tingue absolutamente en nada del que
economista sólo alcanza a descubrir se halla objetivado en el valor del lien­
cuando esta forma se presenta ante él, zo. Para poder crear semejante espejo
ya lista y acabada, en el dinero. Este del valor, el trabajo del sastre necesita
trata entonces de escamotear con sus ex­ no reflejar por su parte nada que no sea
plicaciones íwegklárenl el carácter mís­ su cualidad abstracta consistente en ser
tico del oro y la plata, reemplazándolos pura y exclusivamente trabajo humano.
con mercancías menos fascinantes y reci­
tando con júbilo constantemente reno­ Bajo la forma del trabajo del sastre
vado el catálogo de toda la chusma de como bajo la del trabajo del tejedor, se
mercancías que en su día desempeñaron gasta fuerza de trabajo humana. Ambas
la función de equivalente mercantil. No formas comparten, por tanto, la cualidad
sospecha siquiera que la más simple ex­ general de ser trabajo humano, razón
presión de valor, tal como 20 varas de por la cual pueden, en determinados
lienzo = 1 chaqueta, despliega ya ante casos, por ejemplo en la producción de
nosotros el misterio de la forma equiva­ valor, considerarse solamente desde este
lencia!. punto de vista. Todo esto no tiene nada
de misterioso. Pero, en la expresión de
El cuerpo de la mercancía que sirve valor de la mercancía, la cosa aparece
de equivalente actúa siempre como ma­ invertida. Para expresar, por ejemplo,
terialización del trabajo humano abstrac­ que el trabajo de tejer no crea el valor
to y es siempre producto de un determi­ del lienzo en su forma concreta de tra­
nado trabajo útil, concreto. Este trabajo bajo textil, sino en su cualidad general
concreto se convierte, por tanto, en ex­ de trabajo humano, se le enfrenta, en
presión del trabajo humano abstracto. Si calidad de forma tangible de realización
consideramos, por ejemplo, la chaqueta del trabajo humano en abstracto, el tra-

28 -
' -------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------------------------- ‘N
bajo del sastre, el trabajo concreto que Aristóteles empieza expresando cla­
produce el equivalente del lienzo. ramente que la forma dinero de la mer­
Por lo tanto, una segunda peculiari­ cancía no es sino la figura más desarro­
dad de la forma equivalencia! es que en llada de la forma simple del valor, esto
ella el trabajo concreto se convierte en es, de la expresión del valor de una mer­
la forma de manifestación de lo contra­ cancía en otra mercancía cualquiera,
rio de él, es decir, del trabajo humano pues dice:
en abstracto. "5 cojines = I casa" (“ KAívai tcívxe
Pero, este trabajo concreto, el del ávxi O Í/.Íapa) "no es diferente de":
sastre, al ser considerado como mera ex­ "5 cojines = tanto y tanto dinero"
presión del trabajo humano indiferencia- (“K/iva: TtávxE ávxl... oaov ai tísvxs xAf-
do, posee la forma de la igualdad con vac“).
otro trabajo, el trabajo encerrado en el Advierte, a continuación, que la re­
lienzo, y es, por tanto, aunque trabajo lación de valor en que esta expresión
privado al igual que todos los otros tra­ de valor se halla inserta implica, a su
bajos productores de mercancías, al mis­ vez, el que la casa se equipare cualitati­
mo tiempo, y sin embargo de ello, tra­ vamente al cojín, y que estas dos cosas
bajo en forma directamente social. Pre­ materialmente distintas entre sí no po­
cisamente por ello, el producto en que drían relacionarse la una con la otra en
se representa es un producto que puede cuanto magnitudes conmensurables, de
intercambiarse directamente por otra no mediar entre ellas esa identidad de
mercancía. Por tanto, una tercera pecu­ esencia. "No puede haber intercambio
liaridad de la forma equivalencia! es sin igualdad", dice, "ni igualdad sin con­
que en ella el trabajo privado se con­ mensurabilidad" (uotjx'la6xr¡g [ifj ouaTjs
vierte en la forma de su propio contra­ auppLExpíap“ ). Pero, al llegar aquí, se
rio, en trabajo de forma directamente queda perplejo y deja de avanzar en el
social. análisis de la forma del valor. "Pero, en
Las dos últimas características de la verdad, es imposible (uxf¡ ¡jtév oúv áAy¡-
forma equivalencial resultan todavía más EiKá áfhjvaxov“ ) que cosas tan distintas
claras si nos remontamos hasta el gran sean conmensurables entre sí", es decir,
investigador que fue el primero en ana­ que sean cualitativamente iguales. Esta
lizar la forma del valor, así como tantas equiparación sólo puede ser algo ajeno
otras formas: del pensamiento, de la so­ a la verdadera naturaleza de las cosas,
ciedad y de la naturaleza. Nos referi­ es decir, sólo un "expediente para resol­
mos a Aristóteles. ver una necesidad práctica".

- 29
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
El propio Aristóteles nos dice, por to del trabajo y en la que, por tanto, la
tanto, cual es el escollo que le Impide relación social dominante sea la relación
continuar su análisis: la ausencia del con­ de los hombres entre sí en cuanto pro­
cepto del valor. ¿Qué es lo idéntico, es pietarios de mercancías. El genio de
decir, la sustancia común que la casa Aristóteles brilla precisamente en el he­
representa para el cojín, en la expresión cho de haber descubierto en la expre­
de valor de éste? Es "imposible en ver­ sión del valor de las mercancías una
dad" que eso pueda "existir", dice Aris­ relación de igualdad. Y fue sólo el lími­
tóteles. ¿Por qué? La casa representa te histórico de la sociedad en que vivía
frente al cojín algo igual, en la me­ el que le impidió descubrir en qué con­
dida en que este algo es lo que en am­ siste "en verdad" esta relación de igual­
bos, en el cojín y en la casa, hay real­ dad.
mente de igual, y este algo igual es el
trabajo humano.
4. La totalidad de la forma simple
Ahora bien, Aristóteles no podía del valor.
descifrar íherauslesenl en la sola forma
del valor el hecho de que, bajo la forma La forma simple del valor de una
de valores mercantiles, todos los traba­ mercancía se encuentra contenida en la
jos se encuentran expresados como tra­ relación proporcional de valor que ella
bajo humano igual, y por tanto como guarde con una mercancía distinta o en
equivalentes, porque la sociedad griega su relación proporcional de intercambio
se fundaba en el trabajo de los esclavos, con la misma. El valor de la mercancía
razón por la cual tenía como base natu­ A se expresa cualitativamente mediante
ral la desigualdad entre los hombres y la intercambiabilidad inmediata de la
entre sus fuerzas de trabajo. El secreto mercancía B por la mercancía A. Cuan­
de la expresión del valor, la igualdad y titativamente, se expresa mediante la in­
la validez igual de todos los trabajos, tercambiabilidad de una determinada
por ser y en la medida en que son tra­ cantidad de la mercancía B por la canti­
bajo humano en general, sólo puede dad dada de la mercancía A. En otros
llegar a descifrarse íentziffern] cuando términos: el valor de una mercancía se
ya el concepto de la igualdad humana halla expresado autónomamente median­
ha adquirido la solidez de un prejuicio te su presencia como "valor de cambio".
popular. Y esto sólo puede ocurrir en Al comenzar este capítulo decíamos, lisa
una sociedad en la que la forma mer­ y llanamente, que la mercancía es valor
cancía sea la forma general del produc­ de uso y valor de cambio: pero esto es,

30 -
en rigor, falso. La mercancía es valor de lor relativa. Para ellos, por consiguiente,
uso u objeto de uso y "valor". Y se pre­ ni el valor ni la magnitud de valor exis­
senta como este algo doble que es, tan ten fuera de su expresión en la propor­
pronto como su valor posee una forma ción de intercambio, lo que quiere decir
propia de manifestarse, distinta de su que sólo existen en los boletines diarios
forma natural, la forma de valor de cam­ de cotización de precios. El escocés Ma-
bio; la forma que no posee nunca ais­ cleod, cuyo oficio consiste en vestir con
ladamente considerada, sino siempre el ropaje más erudito posible las confu­
solamente en su relación de valor o de sas y rematadamente falsas ideas de
intercambio con otra mercancía diferen­ Lombardstreet, constituye la síntesis por
te de ella. Una vez que se sabe esto, fin lograda de los supersticiosos mer­
aquella manera usual de expresarse no cantilistas y los ilustrados mercachifles
perturba en nada y sirve para abreviar. librecambistas.
Nuestro análisis ha demostrado que La consideración detenida de la ex­
la forma del valor o la expresión del presión del valor de la mercancía A, con­
valor de la mercancía brota de la natu­ tenida en su relación de valor con la
raleza del valor mercantil, y no a la in­ mercancía B, ha mostrado que en ella
versa, el valor y la magnitud del valor la forma natural de la mercancía A rige
de su modo de manifestarse como valor sólo en cuanto configuración del valor
de cambio. Esta es, sin embargo, la qui­ de uso y que la forma natural de la mer­
mera de que se dejan llevar tanto los cancía B rige exclusivamente en cuanto
mercantilistas y sus modernos restaura­ forma valor o figura del valor. La con­
dores, tales como Ferrier, Ganilh y otros tradicción que encierra la mercancía, la
(22), como también sus antípodas, los contradicción interna entre valor de uso
modernos viajantes de comercio del li­ y valor, se expone así en una contradic­
brecambio, los Bastiat y consortes. Los ción externa, es decir, en la relación
mercantilistas hacen hincapié en el as­ entre dos mercancías, relación dentro
pecto cualitativo de la expresión de va­ de la cual una de las m ercancías,
lor y, por tanto, en la forma equivalen­ aquella cuyo valor se trata de expresar,
cia! de la mercancía, cuya figura aca­ sólo funciona directamente como valor
bada es el dinero; por su parte, los mo­ de uso, mientras que la otra, aquella en
dernos vendedores ambulantes del libre que el valor se expresa, funciona direc­
cambio, empeñados en colocar a todo tamente sólo como valor de cambio. Por
trance su mercancía, ponen el acento en tanto, la forma simple del valor de una
el aspecto cuantitativo de la forma va­ mercancía es la forma simple de mani-

- 31
festarse la contradicción entre valor de otra. Así, la chaqueta, en la expresión
uso y valor contenido en ella. relativa del valor del lienzo, posee for­
El producto del trabajo constituye un ma equivalencial, o sea la forma de in-
objeto de uso en toda condición social, tercambiabilidad directa, solamente con
pero sólo en una época históricamente respecto a esta clase singular de mer­
determinada del desarrollo — la que hace cancía que es el lienzo.
aparecer el trabajo gastado en la pro­ Pero la forma singular del valor tran­
ducción de un objeto útil como una cua­ sita por sí misma hasta una forma más
lidad "objetiva" del mismo, es decir, completa. Mediante ésta, el valor de
como su valor— se convierte en mercan­ una mercancía A se limita todavía a ex­
cía*. De donde se deduce que la forma presarse en una mercancía de otra clase.
simple del valor de la mercancía es, al Pero ahora es indiferente qué tipo de
mismo tiempo, la forma mercantil sim­ mercancía sea ésta: chaqueta, hierro, tri­
ple del producto del trabajo y que, por go, etc. Así, pues, según que entre en
tanto, el desarrollo de esta forma mer­ una relación de valor con ésta o la otra
cancía coincide con el desarrollo de la clase de mercancía, se forman distintas
forma del valor. expresiones simples del valor de una y
la misma mercancía (22a). El número
A primera vista se advierte ya la in­ de sus posibles expresiones de valor
suficiencia de la forma simple del valor, sólo está limitado por el número de las
forma puramente embrionaria, que sólo clases de mercancías distintas de ella.
llega a desarrollarse hasta la forma pre­ Su expresión singularizada de valor se
cio a través de una serie de metamor­ convierte, por tanto, en la serie perma­
fosis. nentemente ampliable de sus distintas
La expresión en una mercancía B expresiones simples del valor.
cualquiera sólo distingue el valor de una
mercancía A del valor de uso de la mis­ B) La forma total o extendida del valor.
ma; por tanto, lo que hace es únicamen­
te ponerla en una relación de intercam­ z mercancía A = u mercancía B, o
bio con cualquiera otra clase singular de = v mercancía C, o = w mercancía D, o
mercancías distintas de ella, en lugar de = x mercancía E, o = etc.
exponer su igualdad cualitativa y su
proporcionalidad cuantitativa con todas (20 varas de lienzo = 1 chaqueta, o
las demás mercancías. A la forma valor = 10 libras de té, o = 40 libras de café,
relativa simple de una mercancía corres- o = 1 arroba de trigo, o = 2 onzas de
; ponde la forma equivalencia! singular de oro, o = V i tonelada de hierro, o = etc.).

* La edición francesa introduce aquí abriendo


un nuevo párrafo, esta frase: "El producto del
traba¡o adquiere la forma mercancía cuando su
valor adquiere una forma de manifestación, el
valor de cambio, opuesta a su forma natural;
por consiguiente, cuando él mismo es concebido
como la unidad en la que se fundan estos con­
trastes...".

32 -
1 . La forma valor relativa: extendida. mente un fondo que se distingue esen­
cialmente de la apariencia casual y que
la determina. El valor del lienzo sigue
El valor de una mercancía, por ejem­ teniendo la misma magnitud, ya se ex­
plo del lienzo, se expresa ahora en otros prese en la chaqueta, o en café, en hie­
innumerables ejemplares del mundo de rro, etc., en innumerables y diversas
las mercancías. Todo otro cuerpo de mer­ mercancías, pertenecientes a los más di­
cancías se convierte en espejo del valor versos poseedores. Desaparece la rela­
del lienzo (23). Sólo de esta manera el ción fortuita entre dos poseedores indi­
valor mismo aparece verdaderamente viduales de mercancías. Se pone en evi­
como condensación del trabajo humano dencia que no es el intercambio lo que
indistinto. En efecto, el trabajo que lo regula la magnitud del valor de la mer­
crea se representa ahora, expresamente, cancía, si no al revés: es la magnitud del
como trabajo equivalente a todo otro valor de la mercancía lo que regula sus
trabajo humano, cualquiera que sea la relaciones proporcionales de intercam­
forma natural que posee, y sea, por tan­ bio.
to, que se objetive como chaqueta o
como trigo, como hierro o como oro, etc.
Por consiguiente, gracias a esta forma de
su valor, el lienzo no se halla ya en rela­ 2. La forma equivalencia! particular.
ción social sólo con otra clase singular
de mercancías, sino con todo el mundo
de las mercancías. Como mercancía, tie­
ne ciudadanía en este mundo. Al mismo Toda mercancía, chaqueta, té, trigo,
tiempo, la serie infinita de las expresio­
hierro, etc., rige en la expresión de valor
nes de su valor lleva implícita el hecho del lienzo como equivalente y, por tan­
de que al valor de la mercancía le es to, como cuerpo-valor. La forma natural
indiferente la forma particular del valordeterminada de cada una de estas mer­
de uso bajo el que aparezca. cancías es, ahora, una forma equivalen­
cia! particular ¡unto a muchas otras. Y lo
Bajo la primera forma: 20 varas de mismo las múltiples clases de trabajo
lienzo = 1 chaqueta, el que estas dos útil determinado, concreto, contenido en
mercancías sean intercambiables en una los diversos cuerpos de las mercancías:
determinada proporción cuantitativa pue­ rigen ahora como otras tantas formas
de ser un hecho casual. En cambio, bajo particulares de realización o manifesta­
la segunda forma se trasluce inmediata­ ción de trabajo humano en general.
Y_____________________________________________________________________________

- 33
3. Defectos de la forma total o ex­ concreto, contenido en cada mercancía-
tendida del valor. equivalente particular, no es más que
una forma particular, y por tanto no
exhaustiva de manifestación del trabajo
En primer lugar, la expresión relati­ humano. Es cierto que éste posee su
va del valor de la mercancía es incom­ forma de manifestación total o completa
pleta, porque la serie de sus representa­ en toda la serie de aquellas formas par­
ciones no se cierra nunca. La cadena en ticulares de manifestación. Mas, por
que una ecuación de valor se engarza a ello mismo, carece de una forma unita­
otra es permanentemente prolongable ria de manifestación.
por medio de cualquier nueva clase de Pero la forma valor relativa exten­
mercancías que aparezca y suministre el dida consiste únicamente en una suma
material para una nueva expresión del de expresiones relativas simples del va­
valor. En segundo lugar, constituye un lor o de ecuaciones de la primera forma,
abigarrado mosaico de dispersas y dife­ tales como:
rentes expresiones de valor. Por último,
si, como necesariamente tiene que ocu­ 20 varas de lienzo = 1 chaqueta
rrir, el valor relativo de todas y cada 20 varas de lienzo = 10 libras de
una de las mercancías, se expresa en té, etc.
esta forma extendida, la forma relativa Y cada una de estas ecuaciones con­
del valor de cada mercancía será una tiene también, invertida, otra ecuación
serie infinita de expresiones de su valor, idéntica:
diferente de la forma relativa del valor
1 chaqueta = 20 varas de lienzo
de cada una de las demás mercancías. 10 libras de té = 20 varas de lienzo,
Y los defectos de la forma valor relativa
etc.
total o extendida se reflejan, a su vez,
en la forma equivalencia! que a ella co­ En efecto, si una persona intercam­
rresponde. Como la forma natural de bia su lienzo por otras muchas mercan­
cada clase singular de mercancías es cías y, por tanto, expresa el valor de
aquí una forma equivalencial particular éste en una serie de mercancías distin­
¡unto a otras formas equivalenciales par­ tas, los otros muchos poseedores de mer­
ticulares innumerables, resulta que sólo cancías tendrán necesariamente que in­
existen, en general, formas equivalen­ tercambiar sus mercancías por lienzo y,
ciales limitadas, cada una de las cuales por tanto, que expresar los valores de
excluye a la otra. Y, del mismo modo, sus distintas mercancías en la misma ter­
la clase de trabajo útil, determinado, cera mercancía, en lienzo.

34
Invirtamos, entonces, la serie: 20 algo que es igual al lienzo, el valor del
varas de lienzo = 1 chaqueta, o = 10 té como algo que es igual al hierro, etc.,
libras de té, o = etc., es decir, hagamos pero estos dos "algos", expresiones de
expresa la relación inversa que esta se­ los valores de la chaqueta y del té, son
rie contiene en sí misma, y tendremos: tan distintos entre sí como las dos cosas
a las que son iguales, el lienzo y el hie­
C) La forma general del valor rro. Evidentemente, esta forma sólo se
da, prácticamente, en los primeros ini­
1 chaqueta cios, allí donde un intercambio ocasional
10 libras de té y fortuito convierte a ciertos productos
40 libras de café del trabajo en mercancías.
1 arroba de trigo 20 varas La segunda forma distingue más efi­
2 onzas de oro de lienzo cazmente que la primera el valor de una
Vi tonelada de hierro mercancía del valor de uso de la misma;
x mercancía A en efecto, el valor de la chaqueta, por
etc. ejemplo, se enfrenta ahora a la forma
1. — Modificación del carácter de la natural de ésta bajo todas las formas
forma del valor. posibles, como algo que es igual al lien­
zo, al hierro, al té, etc., a todo lo demás
Las mercancías, ahora, exponen sus menos a la chaqueta. Pero, de otra
valores: 1? de un modo simple, puesto parte, toda expresión común del valor
que lo hacen en una sola mercancía, y de las mercancías queda aquí directa­
2 ° de un modo unitario, puesto que lo
mente excluida, ya que en la expresión
hacen en la misma mercancía. La forma del valor de cada una de ellas todas las
de su valor es simple y colectiva, y por demás mercancías aparecen sólo en for­
consiguiente general. ma de equivalentes. La forma extendi­
Las formas I y II sólo alcanzaban, da del valor sólo se presenta de manera
una y otra, a expresar el valor de una efectiva cuando un producto del trabajo,
mercancía como algo distinto de su pro­ el ganado por ejemplo, es intercambia­
pio cuerpo o valor de uso. do por otras diversas mercancías, pero
La primera forma conducía a ecua­ ya no de un modo excepcional, sino
ciones de valor tales como: 1 chaque­ consuetudinariamente.
ta = 20 varas de lienzo, 10 libras de La nueva forma a la que llegamos
té = V i tonelada de hierro, etc. El valor expresa los valores del mundo de las
de la chaqueta se expresa aquí como mercancías en una y la misma clase de

35
mercancías, que es aislada de ese mun­ tente así el hecho de que la objetividad
do; lo hace, por ejemplo, en lienzo, ex­ de valor de las mercancías, por ser sim­
poniendo así los valores de todas las plemente la "existencia social" de estas
mercancías mediante la igualdad de to­ cosas, sólo puede expresarse también
dos ellos con el lienzo. Como algo que mediante su relación social ilimitada; se
es igual al lienzo, el valor de cada mer­ hace patente, por tanto, que la forma
cancía no sólo se distingue ahora del del valor debe ser una forma que tenga
valor de uso de ella sola, sino de todo una vigencia social general.
valor de uso en general; precisamente Bajo la forma de ser algo que es
por esto, es expresado como aquello igual al lienzo, todas las mercancías apa­
que cada una de las mercancías tiene de recen ahora, no sólo como cualitativa­
común con todas las demás. Sólo esta mente iguales, como valores en general,
forma llega, pues, a relacionar entre sí sino al mismo tiempo, como magnitudes
a las mercancías realmente en cuanto de valor cuantitativamente comparables.
valores o a hacer que se tengan unas a Gracias a que todas las mercancías refle­
otras por valores de cambio. jan sus magnitudes de valor en un mis­
Las dos formas anteriores expresan mo material, en lienzo, toda magnitud
de valor se ve reflejada en cada una de
el valor de cada mercancía, ya en una
las demás. Por ejemplo, 10 libras de
sola mercancía de otra clase, ya en una
serie de muchas mercancías distintas de té = 20 varas de lienzo y 40 libras de
café = 20 varas de lienzo. Por tanto,
ella. En ambos casos es, por así decirlo,
incumbencia privada de cada mercancía 10 libras de té = 40 libras de café o, lo
el darse una forma de valor, lo que que es igual, en 1 libra de café se con­
logra sin la intervención de las demás tiene solamente Va de sustancia de valor,
mercancías. Estas desempeñan frente a de trabajo, de lo que se encierra en
ella el papel puramente pasivo del equi­ 1 libra de té.
valente. En cambio, la forma general La forma valor relativa general del
del valor sólo brota como obra colectiva mundo de las mercancías imprime a la
del mundo de las mercancías. Una mer­ mercancía-equivalente excluida de él, al
cancía sólo alcanza una expresión gene­ lienzo, el carácter del equivalente gene­
ral de su valor, porque, al mismo tiem­ ral. La propia forma natural de éste es
po, todas las otras mercancías expresan la configuración común del valor de ese
su valor en el mismo equivalente, y toda mundo de las mercancías; el lienzo es,
nueva clase de mercancías que surja por tanto, directamente intercambiable
tiene que hacer otro tanto. Se hace pa­ por cualquier otra mercancía. Su forma

36 -
corpórea es considerada como la encar­ 2. Relación entre el desarrollo de
nación visible, la representación social la forma valor relativa y el de
general de todo trabajo humano. El tra­ la forma equivalencia!.
bajo textil, el trabajo privado que pro­
duce el lienzo, se encuentra además en Al grado de desarrollo de la forma
forma social-general, en la forma de la valor relativa corresponde el grado de
igualdad con todos los otros trabajos desarrollo de la forma equivalencia!.
Las innumerables ecuaciones en que con­ Pero — y esto es conveniente subrayar—
siste la forma general del valor van el desarrollo de la forma equivalencia!
equiparando por turno el trabajo mate­ es solamente expresión y resultado del
rializado en el lienzo al trabajo conte­ desarrollo de la forma valor relativa.
nido en cualquier otra mercancía, con­ La forma valor relativa simple o sin­
virtiendo con ello al trabajo textil en la gular de una mercancía hace de otra su
forma general de manifestación de todo equivalente individual. La forma exten­
trabajo humano. De este modo, el tra­ dida del valor relativo, que expresa el
bajo objetivado en el valor de las mer­ valor de una mercancía en todas las de­
cancías no se halla representado sola­ más, imprime a éstas la forma de equi­
mente, de un modo negativo, como tra­ valentes particulares de distinta clase.
bajo en que se hace abstracción de todas Por último, una clase especial de mer­
las formas concretas y todas las cualida­ cancías adquiere la forma general de
des útiles de los trabajos reales. Se des­ equivalente, porque todas las otras la
taca expresamente su propia naturaleza convierten en material de la forma ge­
positiva: la reducción de todos los traba­ neral y unitaria de su valor.
jos reales al carácter, común a todos Pero, en el mismo grado en que se
ellos, de trabajo humano, de gasto de desarrolla en general la forma del valor,
fuerza de trabajo humano. se desarrolla también la antítesis entre
sus dos polos: la forma valor relativa y
La forma general de valor, que ex­ la forma equivalencia!.
pone a los productos del trabajo como Ya la primera forma — 20 varas de
simples condensaciones de trabajo hu­ lienzo = 1 chaqueta— implica esta antí­
mano indistinto, muestra por su propia tesis aunque sin darle un carácter fijo.
estructura que es la expresión social del Según que esta ecuación se lea hacia
mundo de las mercancías. Revela así adelante o hacia atrás, cada una de las
que, dentro de este mundo, el carácter dos mercancías que forman los términos
social del trabajo se constituye específi­ de la ecuación, el lienzo y la chaqueta,
camente como carácter humano general. aparecen una vez con la forma valor re­

- 37
\
lativa y otra con la forma de equiva­ mercancías. Para que el lienzo, es decir,
lente. Aquí resulta difícil todavía rete­ cualquier mercancía que se encuentre en
ner la antítesis polar. forma equivalencial general, pudiera
Bajo la forma II, es siempre sólo una participar al mismo tiempo de la forma
clase de mercancías la que puede en valor relativa general, tendría que ser­
cada caso extender totalmente su valor virse a sí misma como equivalente. Y
relativo; o lo que es lo mismo, ella tendríamos entonces: 20 varas de lien­
posee la forma valor relativa extendida zo = 20 varas de lienzo, tautología que
sólo en virtud y en la medida en que no expresa ni valor ni magnitud de va­
todas las mercancías se encuentran fren­ lor. Para expresar el valor relativo del
te a ella en la forma equivalencial. Aquí equivalente general, tenemos más bien
ya no es posible invertir los dos térmi­ que invertir la forma III. La forma valor
nos de la ecuación de valor — como 20 relativa del equivalente general no tiene
varas de lienzo = 1 chaqueta, o = 10 nada en común con la de las demás mer­
libras de té, o 1 arroba de trigo, etc.— cancías; su valor, se expresa relativa­
sin hacer cambiar todo su carácter y con­ mente en la serie infinita de todos los
vertirla de forma total en forma general demás cuerpos de las mercancías. Por
del valor. donde la forma valor relativa extendida,
La última forma, la forma III, infunde o forma II, se revela ahora como la for­
finalmente al mundo de las mercancías ma valor relativa específica de la mer­
la forma valor relativa social-general en cancía-equivalente.
virtud y en la medida en que, con una
sola excepción, todas las mercancías 3. Transición de la forma general
pertenecientes a él quedan excluidas de del valor a su forma general en
la forma equivalencial general. Aquí, dinero*.
por tanto, una mercancía, el lienzo, re­
viste la forma de la intercambiabilidad La forma equivalencial general es, en
directa por todas las demás, o se pre­ general, una forma del valor. Puede,
senta en forma directamente social, en por tanto, corresponderle a cualquier
virtud y en la medida en que todas las mercancía. Mas, por otra parte, una mer­
otras mercancías no revisten dicha for­ cancía sólo reviste la forma equivalencial
ma (24). general (la forma III) en virtud y en la
Y, a la inversa, la mercancía que fi­ medida en que es excluida como equiva­
gura como equivalente general es ex­ lente por todas las demás mercancías.
cluida de la forma valor relativa unitaria, Y, sólo a partir del momento en que
y por tanto general, del mundo de las esta exclusión se circunscribe definitiva-
V___ ___________________________ /

* En el original: [. . ] a la forma de dinero


[zur Geldform],

____ /

38 -
mente a una clase específica de mercan­ En el paso de la forma I a la forma
cías, la forma valor relativa unitaria del II y de la forma II a la III se producen
mundo de las mercancías adquiere fir­ modificaciones esenciales. En cambio, la
meza objetiva y cobra vigencia social forma IV en nada se distingue de la for­
general. ma III, salvo por el hecho de que la for­
Ahora bien, la clase específica de ma de equivalente general pertenece
mercancías con cuya forma natural se in- ahora al oro, en vez de al lienzo. En la
terpenetra socialmente la forma equiva­ forma IV, el oro sigue siendo lo que en
lencia! se convierte en mercancía-dinero la forma III era el lienzo: equivalente ge­
o funciona como dinero. El desempeñar neral. El único progreso consiste en que
dentro del mundo de las mercancías el la forma de la ¡ntercambiabilidad gene­
papel de equivalente general se con­ ral y directa o la forma equivalencia!
vierte en su función social específica y, general se encuentra ahora, en virtud de
por tanto, en su monopolio social. Este la costumbre social, entretejida definiti­
lugar de preferencia lo ha conquistado vamente, con la forma natural específica
históricamente entre las mercancías que de la mercancía oro.
en la forma II figuran como equivalentes
particulares del lienzo y que en la forma El oro sólo se enfrenta a las demás
III expresan conjuntamente su valor re­ mercancías como dinero porque ya antes
lativo en el lienzo, una determinada estaba frente a ellas como mercancía.
mercancía: el oro. Así pues, si en la for­ Funcionaba ya, al igual que todas las
ma III sustituimos la mercancía lienzo demás mercancías, también como equi­
por la mercancía oro, obtendremos: valente, sea como equivalente singular
en actos de intercambio aislados, sea
como equivalente particular ¡unto a otras
D) La forma general del valor: mercancías equivalentes. Poco a poco,
en dinero*. en círculos más restringidos o más am­
plios, fue funcionando como equivalen­
20 varas de lienzo = ' te general. Tan pronto como llega a
1 chaqueta = conquistar el monopolio de esta función
10 libras de té = 2 onzas en la expresión del valor del mundo de
40 libras de café = I de oro las mercancías, se convierte en la mer­
1 arroba de trigo = f cancía-dinero, y sólo a partir de este
Vi tonelada de momento, cuando el oro se ha vuelto ya
hierro = dinero, la forma IV se distingue de la
x mercancía A = „ forma III o la forma general del valor

/ ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ N.

* En el original: D) La forma de dinero [D) Geld-


form].

I ________________________________________________________________________________

- 39
se convierte en forma [del valor] en no hay en ella nada de misterioso, sea
dinero. que la consideremos como algo que por
La expresión relativa simple del va­ sus cualidades satisface ciertas necesida­
lor de una mercancía, por ejemplo del des humanas o como algo que sólo ad­
lienzo, realizada en la mercancía que quiere esas cualidades al ser producto
funciona ya como mercancía dinero, por del trabajo humano. Es claro como la
ejemplo en el oro, es su expresión en luz del día, que el hombre, por medio
forma de precio. Por tanto, la "forma de de su actividad, modifica de un modo
precio" para el lienzo será: útil para él las formas de las materias
20 varas de lienzo = 2 onzas de oro naturales. La forma de la madera, por
o, si 2 Ibs. esterlinas es el nombre mo­ ejemplo, cambia al hacer de ella una
netario de 2 onzas de oro, 20 varas de mesa. No obstante lo cual, la mesa si­
lienzo = 2 Ibs. esterlinas. gue siendo madera, un objeto sensible
En el concepto de la forma [del valor] como otro cualquiera. En cambio, en
en dinero, la dificultad está únicamente cuanto se presenta como mercancía, se
en captar conceptualmente la forma equi­ transforma en una cosa sensible y a la
valencia! general, es decir, en definitiva, vez suprasensible. No sólo descansa con
la forma general del valor, la forma III. sus patas sobre el suelo, sino que se
La cual, en sentido retrospectivo, se re­ pone de cabeza frente a las demás mer­
duce a la forma II, a la forma extendida cancías, y de su cabeza de palo comien­
del valor, cuyo elemento constituyente za a soltar extravagantes ocurrencias,
es la forma I: 20 varas de lienzo = 1 mucho más asombrosas que si de pronto
chaqueta o x mercancía A = y mercan­ ella, por sí misma, se pusiese a bai­
cía B. La simple forma mercancía [del lar (25).
producto] es, por tanto, el germen de la
forma [del valor] en dinero. El carácter místico de la mercancía
no brota, entonces, de su valor de uso.
4. El carácter de fetiche que tiene Ni brota tampoco del contenido de las
la mercancía, y su secreto. determinaciones del valor. Puesto que,
en primer lugar, por muy diferentes que
A primera vista, una mercancía pa­ sean los trabajos útiles o las actividades
rece una cosa trivial, que no plantea nin­ productivas, es una verdad fisiológica
gún problema. Pero de su análisis re­ que son funciones del organismo huma­
sulta que es algo muy intrincado, lleno no y que cada una de estas funciones,
de sutilezas metafísicas y de caprichos cualesquiera que su contenido y su for­
teológicos. En tanto que valor de uso, ma sean, constituyen esencialmente un

40 -
gasto de los órganos sensoriales y los Lo que hay de misterioso en la for­
músculos del hombre, de sus nervios, su ma mercancía reside, pues, simplemente
cerebro, etc. En segundo lugar, respec­ en que refleja ante los hombres el ca­
to de lo que sirve de base para deter­ rácter social del propio trabajo de éstos
minar la magnitud del valor — es decir, como carácter objetivo de los mismos
la duración en el tiempo de aquel gasto productos del trabajo, como cualidad so­
o la cantidad de trabajo— la cantidad cial propia de la naturaleza de estas mis­
puede ser distinguida incluso tangible­ mas cosas; por tanto, en que refleja tam­
mente de la calidad del trabajo. El tiem­ bién la relación social de los producto­
po de trabajo que al hombre le cuesta res con el trabajo de todos como una
producir sus medios de vida es algo que relación social existente en exterioridad
tuvo que interesarle necesariamente en a ellos, entre los objetos. Este quid pro-
todas las situaciones, aunque no por quo [sustitución] es lo que hace de los
igual en las diferentes fases de su desa­ productos del trabajo mercancías, obje­
rrollo (26). Por último, tan pronto como tos sensibles y suprasensibles a un tiem­
los hombres trabajan de algún modo los po, objetos sociales. Es como la impre­
unos para los otros, su trabajo cobra sión luminosa de una cosa sobre el ner­
también una forma social. vio óptico, que se presenta como forma
objetiva [gegenständlich] exterior al ojo,
¿De dónde emana, pues, el carácter propia de esa cosa, y no como lo que
misterioso del producto del trabajo, en ello realmente es: una excitación subje­
cuanto adopta la forma mercancía? Sólo tiva del mismo nervio óptico. Pero en el
puede emanar, evidentemente, de esta caso de la visión hay realmente una
forma misma. La igualdad de los traba­ cosa, el objeto exterior, que proyecta
jos humanos recibe la forma cósica de luz sobre el ojo. Se trata de una rela­
objetividad igual de valor de los pro­ ción física entre objetos físicos. En cam­
ductos del trabajo; la medida del gasto
bio, la forma mercancía y la relación de
de fuerza de trabajo humana según el
valor de los productos del trabajo, en la
tiempo de su duración reviste la forma
de magnitud del valor de los productos que ella se pone de manifiesto, no tiene
del trabajo; finalmente, las relaciones absolutamente nada que ver con su na­
entre los productores, en las que se efec­ turaleza física ni con las relaciones ma­
túan aquellas determinaciones sociales teriales nacidas de ella. Lo que adopta
de sus trabajos, cobran la forma de una aquí para los hombres, la forma fantas­
relación social entre los productos del magórica de una relación entre cosas no
trabajo. es más que la propia relación social de-

- 41
terminada que media entre ellos mismos. ciones que el intercambio impone a los
Para encontrar una analogía debemos, productos del trabajo y, por su interme­
por tanto, recurrir a la nebulosa esfera dio, a los mismos productores. Por ello,
del mundo religioso. En él, los produc­ ante éstos, las relaciones sociales entre
tos de la cabeza humana aparecen como sus trabajos privados aparecen como lo
figuras independientes y dotadas de que son, es decir, no como relaciones in­
vida propia, que se relacionan entre sí mediatamente sociales entre personas en
y con los hombres. Lo mismo ocurre, en sus trabajos mismos, sino como relacio­
el mundo de las mercancías, con los pro­ nes cósicas entre personas y relaciones
ductos de la mano del hombre. Es lo sociales entre cosas.
que yo llamo el carácter de fetiche, que
se adhiere a los productos del trabajo Es sólo dentro de su intercambio
en cuanto son producidos como mercan­ cuando los productos del trabajo cobran
cías y que es, por tanto, inseparable de una objetividad socialmente igual de va­
la producción mercantil. lor, aparte de su objetividad de uso sen­
siblemente diferenciada. Esta escisión
Este carácter de fetiche del mundo del producto del trabajo en cosa útil y
de las mercancías brota, como ha reve­ cosa de valor sólo se efectúa práctica­
lado ya el precedente análisis, del pecu­ mente cuando el intercambio ha adqui­
liar carácter social del trabajo productor rido ya la extensión y la importancia su­
de mercancías. ficientes como para que ciertas cosas
Los objetos de uso sólo se convierten útiles se produzcan con el fin de ser in­
en mercancías porque son productos de tercambiadas, es decir, cuando el carác­
trabajos privados, independientes los ter de valor de las cosas se toma en
unos de los otros. El conjunto complejo cuenta ya en su producción misma. A
de estos trabajos privados constituye el partir de este momento, los trabajos pri­
trabajo total de la sociedad. Y, como los vados de los productores cobran de he­
productores sólo entran en contacto so­ cho un doble carácter social. De una
cial mediante el intercambio de los pro­ parte, en cuanto trabajos útiles determi­
ductos de su trabajo, también los carac­ nados, tienen que satisfacer una deter­
teres específicamente sociales de sus minada necesidad social y afirmarse, por
trabajos privados aparecen sólo dentro tanto, como miembros del trabajo total,
de este intercambio. O, lo que es lo mis­ del sistema naturalmente dado de la di­
mo, los trabajos privados sólo se com­ visión social del trabajo. Y, de otra
portan, en realidad, como miembros del parte, sólo satisfacer las múltiples nece­
trabajo social total en virtud de las rela­ sidades de sus propios productores en

42 -
la medida en que cada particular traba­ tanto, no lleva escrito en la frente lo que ¡
jo útil es intercambiable por cualquier es. Lejos de ello, el valor convierte todo
otro trabajo privado útil y rige, por tan­ producto del trabajo en un jeroglífico
to, como igual a él. Ahora bien, la igual­ social. Más tarde, los hombres tratan de
dad entre trabajos toto cáelo [a todas descifrar el jeroglífico, de descubrir el
luces] distintos sólo puede consistir en misterio de su propio producto social,
una abstracción de su desigualdad real, pues la determinación de los objetos de
en la reducción de todos ellos al carácter uso como valores es un producto social
común que poseen en cuanto gasto de suyo, ni más ni menos que lo es el len­
fuerza de trabajo humana, en cuanto guaje. Y después, aunque el descubri­
trabajo humano abstracto. La mente de miento científico de que los productos
los productores privados no hace más del trabajo, en cuanto valores, son me­
que reflejar este doble carácter social de ras expresiones cósicas del trabajo hu­
sus trabajos privados bajo las formas mano gastada en su producción hace
que aparecen en su convivencia práctica, época en la historia del desarrollo de la
en el intercambio de productos: el carác­ humanidad, no disipa sin embargo la
ter socialmente útil de sus trabajos pri­ apariencia cósica del carácter social del
vados, bajo la forma de que el producto trabajo. Lo que sólo tiene vigencia en
del trabajo tiene que ser útil, y útil para esta forma particular de producción, en
otros; el carácter social de la igualdad la producción de mercancías — a saber: el
entre los diferentes trabajos, bajo la for­ hecho de que el carácter social especí­
ma del carácter común de valor de estas fico de los trabajos privados indepen­
cosas materialmente distintas, los pro­ dientes unos de otros consiste en que
ductos del trabajo. todos ellos son iguales en cuanto trabajo
humano, y de que este carácter adopta
Por consiguiente, los hombres no la forma de carácter de valor de los pro­
ponen en relación como valores a los ductos del trabajo— se presenta, para
productos de su trabajo porque estas quienes se encuentran atrapados en las
cosas consistan para ellos en simples en­ relaciones de la producción de mercan­
volturas cósicas de trabajo humano del cías, y lo mismo antes que después de
mismo tipo. A la inversa. Es al equipa­ dicho descubrimiento, como si fuera
rar entre sí sus diferentes productos algo tan definitivo como lo es la forma
como valores en el intercambio, que aire, en tanto que forma de un cuerpo
igualan entre sí a sus distintos trabajos físico, que subsiste después de la desin­
en tanto que trabajo humano. No lo tegración científica del aire en sus ele­
saben, pero lo hacen (27). El valor, por mentos.

43
Lo que ante todo interesa práctica­ la división social del trabajo— son redu­
mente a quienes intercambian sus pro­ cidos constantemente a su medida so­
ductos es saber cuántos productos aje­ cialmente proporcional debido a que, en
nos recibirán por el suyo, es decir, en las relaciones fortuitas y siempre osci­
qué proporción pueden intercambiarlos. lantes de intercambio de sus productos,
Cuando estas proporciones llegan a ad­ el tiempo de trabajo socialmente nece­
quirir cierta firm e z a consuetudinaria, sario para su producción se impone a
dan la apariencia de brotar de la natu­ la fuerza, como una ley natural regula­
raleza misma de los productos del tra­ dora, a la manera como se impone, diga­
bajo; así, por ejemplo, una tonelada de mos, la ley de la gravedad, cuando a
hierro y 2 onzas de oro parecen tener, uno le cae la casa encima (28). La deter­
por su propia virtud, el mismo valor, a minación de la magnitud de valor por
la manera como una libra de oro y una el tiempo de trabajo constituye, por
libra de hierro tienen el mismo peso tanto, un misterio oculto bajo los movi­
[Schwere) aunque poseen cualidades físi­ mientos fenoménicos de los valores rela­
cas y químicas diferentes. En realidad, tivos de las mercancías. Su descubri­
el carácter de valor de los productos del miento suprime la apariencia de la deter­
trabajo sólo adquiere fijeza cuando estos minación puramente fortuita de las mag­
productos actúan ya como magnitudes nitudes de valor de los productos del
de valor. Estas cambian constantemen­ trabajo, pero no destruye en modo algu­
te, al margen de la voluntad, el conoci­ no su forma cósica.
miento previo y el hacer de quienes par­
ticipan en el intercambio. Para ellos, su La reflexión acerca de las formas de
propio movimiento social posee la for­ la vida humana y también, por tanto,
ma de un movimiento de cosas; cosas su análisis científico sigue en general un
que los gobiernan, en vez de ser gober­ camino opuesto al desarrollo real. Se
inicia post festum [después de lo ocurri­
nadas por ellos. Y es necesario que la
do] y parte, por consiguiente, de los re­
producción de mercancías llegue a de­
sultados ya terminados del proceso de
sarrollarse plenamente para que, de la desarrollo. Las formas que configuran a
experiencia misma, brote la ¡dea [Ein- los productos del trabajo como mercan­
sicht] científica de que los trabajos pri­ cías, y que se encuentran por tanto pre­
vados — que se ejercen independiente­ supuestas en la circulación de mercan­
mente los unos de los otros, pero que cías, han llegado ya a poseer la firmeza
son interpendientes en todo sentido, de formas naturales de la vida social,
como miembros naturalmente dados de antes de que los hombres comiencen a

44 -
----- s

tratar de explicárselas — y no en busca producción de este modo social de pro­


de su carácter histórico— , pues las con­ ducción históricamente determinado, el
sideran ya inmutables, sino de su con­ de la producción de mercancías. De ahí
tenido. Fue así que sólo el análisis de que todo el misticismo del mundo de
los precios de las mercancías llevó a la las mercancías, todos los encantamientos
determinación de la magnitud del valon­ y apariciones que envuelven a los pro­
es decir, sólo la expresión colectiva de ductos del trabajo, cuando existen sobre
las mercancías en el dinero condujo a la base de la producción de mercancías,
establecer su carácter de valor. Pero es desaparezcan inmediatamente tan pron­
precisamente esta forma acabada del to como escapamos a otras formas de
mundo de las mercancías — la forma de producción.
dinero— la que, en vez de poner de ma­
nifiesto, vela bajo el manto de una cosa Como la economía política gusta de
el carácter social de los trabajos privados las robinsonadas (29), representémonos,
y, por consiguiente, las relaciones so­ en primer lugar, a Robinson en su isla.
ciales entre los trabajadores privados. Robinson, aún siendo como es de por sí
Cuando digo que la chaqueta, las botas, un hombre sobrio, tiene diferentes ne­
etc. se refieren al lienzo en tanto que cesidades que satisfacer y ello le obliga
materialización general del trabajo hu­ a realizar trabajos útiles de diversas cla­
mano abstracto, en seguida salta a la ses, tales como fabricar instrumentos,
vista lo absurdo [Verrücktheit] de esta construir muebles, domar animales, pes­
expresión. Ahora bien, cuando los pro­ car, cazar, etc. Y no hablamos de rezar
ductores de chaquetas, botas, etc., refie­ y otras actividades similares, pues nues­
ren estas mercancías al lienzo — o al oro tro Robinson encuentra en ellas un pla­
y la plata, lo que no altera para nada el cer y las cuenta más bien como entrete­
asunto— como equivalente general, es nimientos. Por muy diversas que sus
la relación de sus trabajos privados con actividades productivas sean, Robinson
el trabajo total de la sociedad la que sabe perfectamente que no son más que
aparece ante ellos precisamente bajo diferentes modos suyos de ponerse en
esta forma absurda. acción, es decir diversas modalidades
del trabajo humano. Es la misma necesi­
Formas como ésta, son justamente dad la que le obliga a dividir exacta­
las que constituyen las categorías de la mente su tiempo entre sus diversas fun­
economía burguesa. Son formas concep­ ciones. El que una ocupe un espacio
tuales socialmente válidas, y por tanto mayor y otra uno menor dentro de su
objetivas dentro de las relaciones de actividad total, dependerá de la mayor

- 45
o menor dificultad que tenga que ven­ no necesitan adoptar una forma fantás­
cer en cada caso para alcanzar el efecto tica, diferente de su realidad. Entran
útil perseguido en ellas. La experiencia en el mecanismo social como servicios
se lo enseña así, y nuestro Robinson, naturales y prestaciones naturales. Es la
que ha salvado del naufragio el reloj, forma natural del trabajo, su especifici­
el libro de cuentas, tinta y pluma, co­ dad, y no, como en la producción de
mienza, como buen inglés, levantando mercancías, su generalidad, lo que cons­
un inventario acerca de sí mismo. En él tituye aquí directamente su forma social.
figura una relación de los objetos útiles El trabajo servil se mide por el tiempo,
que posee, de las diferentes operaciones ni más ni menos que el trabajo produc­
necesarias para producirlos y, finalmen­ tor de mercancías, pero todo siervo sabe
te, del tiempo de trabajo que, por tér­ que es una determinada cantidad de su
mino medio, le cuestan determinadas fuerza personal de trabajo la que rinde
cantidades de estos diferentes produc­ al servicio de su señor. El diezmo que
tos. Todas las relaciones entre Robinson debe pagar al cura es más evidente que
y las cosas que forman la riqueza crea­ la bendición que el cura imparte. Por
da por él son tan simples y transparen­ tanto, como quiera que se juzguen las
tes que hasta el señor M. Wirth podría máscaras escénicas con que los hombres
comprenderlas sin grandes quebraderos se enfrentan aquí los unos a los otros,
de cabeza. Y, sin embargo, se contie­ las relaciones sociales entre las personas,
nen en ellas todas las determinaciones en sus trabajos, se manifiestan, en todo
esenciales del valor. caso, como sus propias relaciones perso­
nales, y no aparecen revestidas bajo el
Trasladémonos ahora de la luminosa manto de relaciones sociales entre las
isla de Robinson a la sombría Edad Me­ cosas, entre los productos del trabajo.
dia. En vez del hombre independiente,
encontramos aquí que todos son depen­ Para considerar el trabajo en común,
dientes: siervos y señores feudales, va­ es decir, el trabajo directamente sociali­
sallos y patrones, clérigos y seglares. La zado, no necesitamos remontarnos a la
dependencia personal caracteriza aquí forma naturalmente dada del mismo,
tanto las relaciones sociales de la pro­ que encontramos en el umbral histórico
ducción material como las esferas de la de todos los pueblos civilizados (30). Un
vida erigidas sobre ellas. Pero, preci­ ejemplo más al alcance de la mano nos
samente porque las relaciones persona­ lo ofrece la industria patriarcal rural de
les de dependencia forman la base una familia campesina, que produce tri­
social dada, los trabajos y sus productos go, ganado, hilaza, lienzo, piezas de

46 -
vestir, etc. para el propio consumo. Es­ bajo social. Volvemos a encontrarnos
tos diferentes objetos están frente a la aquí con todas las determinaciones del
familia en tanto que productos del tra­ trabajo robinsoniano, pero ahora con
bajo familiar diferenciado, pero no están carácter social y no individual. Todos los
ellos mismos unos frente a otros como productos de Robinson eran su exclu­
mercancías. Los diferentes trabajos de sivo producto personal y, por tanto, ob­
los que provienen estos productos: la jetos directos de uso para él. El produc­
agricultura, la ganadería, el trabajo de to total de la asociación a que nos refe­
hilar y tejer, el de sastrería, etc., son, rimos es un producto social. Una parte
bajo su forma natural, funciones socia­ de este producto sirve, a su vez, de me­
les, por ser funciones de la familia, la dio de producción. Sigue siendo social.
cual posee, dada naturalmente, su pro­ Otra parte es consumida por los miem­
pia división del trabajo, ni más ni menos bros de la asociación en forma de me­
que la producción de mercancías. Las dios de vida. Tiene, por tanto, que ser
diferencias de sexo y edad, así como las distribuida entre ellos. El tipo de dis­
condiciones naturales de trabajo, que tribución variará según el tipo particular
cambian al cambiar las épocas del año, del propio organismo social de la pro­
regulan la distribución del trabajo en el ducción y el correspondiente nivel his­
seno de la familia y el tiempo de trabajo tórico de desarrollo de los productores.
de los distintos miembros de ésta. Y si Presupongamos, solamente a modo de
el gasto de las fuerzas individuales de paralelo con la producción de mercan­
trabajo, medido por su duración en el cías, que la porción de los medios de
tiempo, aparece aquí, de por sí, como vida que corresponde a cada productor
la determinación social de los trabajos se determine por el tiempo de trabajo
mismos, ello se debe a que las fuerzas de éste. El tiempo de trabajo desempe­
individuales de trabajo actúan, acordes ñaría, según esto, un doble papel. Su
con su consistencia original, sólo como distribución socialmente planificada re­
órganos de la fuerza común de trabajo gularía las justas proporciones entre las
de la familia. distintas funciones del trabajo y las dis­
Por último, para variar, imaginémo­ tintas necesidades. Y, de otra parte, el
nos una asociación de hombres libres, tiempo de trabajo serviría, a la vez,
que trabajan con medios de producción como medida de la participación indivi­
comunes y que, con autoconciencia, em­ dual del productor en el trabajo común
plean sus muchas fuerzas de trabajo in­ y también, por tanto, en la parte del
dividuales como una sola fuerza de tra­ producto común destinada al consumo

47
/ ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ 'N

individual. Las relaciones sociales de los bien la inmadurez del hombre indivi­
hombres con sus trabajos y con sus pro­ dual, que aún no ha roto el cordón um­
ductos permanecen aquí perfectamente bilical de su entrelazamiento genérico
simples y claras, tanto en lo tocante a natural con otros, o bien relaciones di­
la producción como en lo que se refiere rectas de señorío y servidumbre. Se
a la distribución. hallan condicionados por un bajo nivel
de desarrollo de las fuerzas productivas
El cristianismo, con su culto del hom­ del trabajo y por la correspondiente su­
bre abstracto, sobre todo en el desarro­ jeción de las relaciones humanas — es
llo burgués de esta religión, el protes­ decir, de los hombres entre sí y con la
tantismo, el deísmo, etc., es la forma naturaleza— a los límites del proceso
de religión más adecuada para una so­
material de creación de vida. Esta suje­
ciedad de productores de mercancías,
ción rea! se refleja idealmente en las
cuya relación social general de produc­
viejas religiones naturales y populares.
ción consiste en comportarse hacia sus
productos como hacia mercancías, es En general, el reflejo religioso del mun­
decir, hacia valores, y en relacionar do real sólo podrá desaparecer cuando
entre sí trabajos privados, bajo esa mis­ las relaciones de la vida práctica de tra­
ma forma cósica, en calidad de trabajo bajo representen para los hombres, co­
humano igual. En el modo de produc­ tidianamente, relaciones racionales y
ción de la vieja Asia, en el de la Anti­ comprensibles [durchsichtig vernünftige]
güedad, etc., la transformación del pro­ entre sí y con la naturaleza. La configu­
ducto en mercancía, y por tanto la exis­ ración del proceso social de vida, es
tencia del hombre como productor de decir, del proceso material de produc­
mercancías, desempeña un papel secun­ ción, sólo se despojará de su nebuloso
dario, que tiende sin embargo a acen­ velo místico desde el momento en que
tuarse a medida que la comunidad entra
se halle, como producto de hombres
en su fase de decadencia. Verdaderos
libremente socializados, bajo el gobier­
pueblos comerciales sólo existen en los
intermundios del antiguo orbe, como los no consciente y planificado de ellos.
dioses de Epicuro o como los judíos en Para esto se requiere, sin embargo, una
los poros de la sociedad polaca. Aque­ base material de la sociedad o una serie
llos viejos organismos sociales de pro­ de condiciones materiales de existencia,
ducción son extraordinariamente más las que, a su vez, son el producto natu­
simples y más claros que la sociedad ralmente dado de una larga y dolorosa
burguesa, pero tienen como base, o historia de desarrollo.
V_____________________________________________________________________________________________________________ y

48 -
Es cierto que la economía política, presar el trabajo empleado en una cosa,
aunque de un modo imperfecto (31), ha razón por la cual no puede contenerse
analizado el valor y la magnitud de va­ en él más materia natural de la que se
lor y ha descubierto el contenido que contiene, por ejemplo, en la cotización
se esconde bajo estas formas. Pero ja­ de una divisa monetaria.
más ha llegado siquiera a plantearse la Como la forma mercancía es la for­
pregunta: ¿por qué este contenido adop­ ma más general y menos desarrollada
ta aquella forma, es decir, por qué el de la producción burguesa — razón por
trabajo se manifiesta en el valor y la me­ la cual aparece desde muy temprano,
dida del trabajo según su duración se aunque no del mismo modo dominante,
presenta en la magnitud de valor del es decir, característico, como hoy en
producto del trabajo? (32). Fórmulas día— , parece todavía relativamente fácil
que llevan grabadas en la frente su per­ mirar a través [durchschaven] de su ca­
tenencia a una formación social en la rácter de fetiche. Bajo formas más con­
que el proceso de producción domina a cretas, incluso esta apariencia de senci­
los hombres y el hombre no manda aún llez desaparece. ¿A qué se deben, si
sobre el proceso de producción, pasan
no, las ilusiones del sistema monetario?
por ser, ante su conciencia burguesa,
Este no se percató de que el oro y la
una necesidad natural tan evidente co­
plata, en cuanto dinero, representan
mo el trabajo productivo mismo. Es así
una relación social de producción, sólo
que las formas preburguesas del orga­
que bajo la forma de cosas naturales,
nismo social de producción son tratadas
dotadas de cualidades sociales especia­
por ella del modo como los Padres de
les. Y la moderna economía, que mira
la Iglesia trataban a las religiones pre­
por encima del hombro al sistema mo­
cristianas (33). netario, ¿acaso no revela de un modo
Hasta qué punto una parte de los tangible su fetichismo, tan pronto como
economistas se dejan engañar por el se da al estudio del capital? ¿Cuánto
fetichismo adherido al mundo de las tiempo hace que desapareció la ilusión
mercancías, o apariencia objetiva de las fisiocrática de que la renta del suelo
determinaciones sociales del trabajo, lo brota de la tierra, y no de la sociedad?
demuestra, entre otras cosas, esa disputa Pero, para no adelantarnos, bastará
tan aburrida y absurda en torno al papel con que pongamos aquí un ejemplo en
de la naturaleza en la formación del relación con la misma forma mercancía.
valor de cambio. El valor de cambio es Si las mercancías pudieran hablar, di­
una manera social determinada de ex­ rían: A los hombres puede interesarles
Y-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- 49
nuestro valor de uso. Pero éste no nos la realización inmediata entre el hom­
es inherente en cuanto cosas. Lo que sí bre y la cosa, mientras que el valor se
nos es inherente en cuanto tales es nues­ realiza solamente en el intercambio, es
tro valor. Así lo demuestran nuestras decir, en un proceso social. Quién no
propias relaciones como cosas-mercan­ recuerda, al oír esto, al buen Dogberry
cías. Sólo como valores de cambio nos cuando, aleccionando a Seacoal, el sere­
referimos las unas a las otras. Escuche­ no, le decía:
mos ahora como se expresa el economis­ "Ser un hombre bien parecido es un
ta, hablando desde el alma de las mer­ don de las circunstancias; el saber leer
cancías: y escribir es lo que viene por naturale­
"El valor" (valor de cambio) "es una za" (36).
cualidad de las cosas, la riqueza" (el va­
lor de uso) "lo es del hombre. El valor,
así entendido, implica necesariamente
el intercambio, la riqueza no" (34). "La NOTAS AL CAPITULO PRIMERO
riqueza" (el valor de uso) "es un atri­
buto del hombre, el valor un atributo de
las mercancías. Un hombre o una comu­ 1. — C. Marx, Zur Kritik der Politischen Oe-
nidad son ricos; una perla o un diamante konomie ["Contribución a la crítica de la eco­
nomía política"], Berlín 1859, pág. 3.
son valiosos... Una perla o un diamante
tienen valor como perla o como diaman­ 2. — "La apetencia implica necesidad,- es el
te" (35). apetito del espíritu y algo tan natural como lo
es el hambre para el cuerpo... La mayoría (de
Hasta ahora, ningún químico ha des­ las cosas) tienen un valor porque satisfacen las
cubierto el valor de cambio en una perla necesidades del espíritu". (Nicholas Barbón, A
o un diamante. Pero los economistas Discourse concerning coining the new money
lighter. In answer to Mr. Locke's Considerations
descubridores de esta sustancia química, etc. ["Discurso sobre la acuñación más ligera
con todas sus pretensiones de profun­ de la moneda. Respuesta a las Consideraciones
didad crítica, consideran que el valor de etc. de Mr. Locke"], Londres 1696, págs. 2 s.)
uso de las cosas es independiente de sus
3. — "Las cosas tienen una virtud intrínseca"
cualidades materiales, mientras que el (Vertue, tal es el término específico empleado
valor es inherente a ellas como tales por Barbón para designar el valor de uso), "que
cosas. Lo que les reafirma en esta opi­ es siempre la misma, como la virtud del imán
nión es el hecho curioso de que el valor de atraer al hierro" (l.c., pág. 6). Pero esta
cualidad del imán sólo se reveló como útil a
de uso de las cosas se realiza para los partir del momento en que ayudó a descubrir
hombres sin el intercambio, es decir, en la polaridad magnética.

50 -
4. — "El valor natural (natural worth) de una 9. — Nota a la 2? ed.: "The value of them
cosa consiste en la aptitud que tiene para satis­ (the necessaries of life) when they are ex­
facer las necesidades o servir a las comodidades changed the one for another, is regulated by
de la vida del hombre" (John Locke, Some Con­ the quantity of labour necessarily required, and
siderations on the Consequences of the Loweing commonly taken in producing them". ["El valor
of Interest ["Algunas consideraciones sobre las de los objetos de uso, cuando se intercambian
consecuencias de reducir el ¡nterés'1 1691, en unos por otros, se determina por la cantidad
Works ["Obras"], ed. Londres 1777, t. II, pág. de trabajo requerido necesariamente y emplea­
28). En el siglo XVII, era frecuente que los au­ do ordinariamente en su producción"]. Some
tores ingleses emplearan todavía la palabra Thoughts on the Interest of Money in general,
"w o rth " para designar el valor de uso y "v a lu e " and particularly in the Public Funds, etc. ["A l­
para denotar el valor de cambio, como corres­ gunas ideas sobre el interés del dinero en gene­
ponde al espíritu de una lengua que gusta de ral, y en especial en los fondos públicos, etc."].
expresar el objeto inmediato con una palabra Londres, págs. 36 s.). Esta curiosa obra anóni­
germánica y el objeto de reflexión con un tér­ ma del siglo pasado no tiene fecha, pero de su
mino latino. contenido se infiere que debió de publicarse
durante el reinado de Jorge II, hacia 1739 o
5. — En la sociedad civil reina la fic tio juris 1740.
[ficción jurídica] de que toda persona, en tanto
que comprador de mercancías, posee un cono­ 10. — "Todos los productos de la misma cla­
cimiento enciclopédico acerca de éstas. se forman en rigor una sola masa, cuyo precio
se determina con carácter general y sin aten­
der a las circunstancias particulares". (Le Tros-
6. — "El valor consiste en la relación de
ne, l.c., pág. 893).
cambio que media entre dos cosas, entre una
porción de un producto y otra de o tro " (Le Tros-
11. — C. Marx, l.c., pág. 6.
ne, De L'lnteret Social, [en] "Physiocrates", ed.
Daire, París 1846, pág. 889).
l i a . — (Nota a la 49 ed.: Intercalo lo que
figura entre corchetes, porque el no tenerlo en
7. — "Nada puede tener un valor de cam­ cuenta conduce frecuentemente al malentendido
bio interno" (N. Barbón, l.c., pág. 6) o, como según el cual Marx consideraría como mercan­
dice Butler: cía todo producto consumido por otro que no
"El valor de una cosa sea el productor, F.E.).,
es exactamente igual a lo que habrá de apor­
ta r". 12. — C. Marx, l.c., págs. 12, 13 y passim.

8. — "One sort of wares are as good as ano­ 13. — "En todos los fenómenos del universo,
ther, if the value be equal. There is no d if­ ya los provoque la mano del hombre o respon­
ference or distinction in things of equal value... dan a las leyes generales de la física, no se
One hundred pounds worth of lead or iron, is trata propiamente de creaciones, sino simple­
as great a value as one hundred pounds worth mente de transformaciones de la materia. Los
of silver and gold". ["... Plomo o hierro por un únicos elementos que el espíritu humano en­
valor de cien £ tiene el mismo valor de cambio cuentra, una y otra vez, cuando analiza la idea
que la plata u oro por un valor de cien £"]. (N. de la reproducción son los de la combinación y
Barbón, l.c., págs. 53 y 7). la separación; y lo que ocurre es una repro-

- 51
ducción del valor" (se refiere al valor de uso, bajo, tratando por tanto de demostrar que can­
aunque el mismo Verri, al polemizar aquí con­ tidades ¡guales de trabajo tienen siempre el
tra los fisiócratas no está muy seguro de la mismo valor. Por otra parte, barrunta que el
clase de valor de que habla) "y de la riqueza, trabajo, en cuanto se expresa en el valor de las
cuando, en los campos, la tierra, el aire y el mercancías, rige sólo como gasto de fuerza de
agua se convierten en trigo, o también cuando, trabajo, pero concibiendo este gasto, simple­
por la mano del hombre, la secreción de un mente como un sacrificio del descanso, la liber­
insecto se convierte en seda o algunas partícu­ tad y la dicha, y no también como una reali­
las de metal se combinan para form ar un reloj zación normal de la vida. Aunque no hay que
de repetición". (Pietro Verri, Meditazioni sulla olvidar que a quien se refiere es precisamente
Economie Política, ["Meditaciones sobre econo­ al moderno trabajador asalariado. Es mucho
mía política"] — obra primeramente impresa en más acertado lo que dice el precursor anónimo
1771— , en la Colección de Economistas Italianos de A. Smith citado en la nota 9: "Un hombre
de Custodi, Parte moderna, t. XV, págs. 21 s. ha empleado una semana en producir este ob­
jeto necesario... y aquel que quiera ofrecerle
14. — Cfr. Hegel, Philosophie des Renchts algún otro objeto a cambio de él puede estimar
["Filosofía del Derecho"], Berlín 1840, pág. 250 más acertadamente cual es propiamente su
§ 190. equivalente, si calcula que objeto es el que le
ha costado el mismo trabajo [labour] y tiempo.
15. — El lector advertirá que aquí no habla­ En realidad esto significa intercambiar el tra ­
mos del salario o valor que el obrero percibe, bajo [labour] que un hombre ha empleado en
supongamos, por una jornada de trabajo, sino un objeto en determinado tiempo por el trabajo
del valor de las mercancías en que se objetiva [labour] de otro, empleado durante el mismo
su ¡ornada de trabajo. En esta fase de nuestra tiempo en otro objeto" (Some Thoughts on the
exposición aún no existe la categoría de sala­ Interest of Money ¡n general, etc., pág. 39). —
rio. (Adición a la 4? ed.: La lengua inglesa tiene la
ventaja de poseer dos términos distintos para
16. — Nota a la 2? ed.: Para demostrar "que expresar estos dos aspectos diferentes del tra­
sólo el trabajo constituye la medida real y de­ bajo. El trabajo cualitativamente determinado,
finitiva por la que en todo momento puede que crea valores de uso, se llama work, por
estimarse y compararse el valor de todas las oposición a labour,- el que crea valor y sólo
mercancías", dice A. Smith: "Para el propio se mide cuantitativamente se llama labour, por
trabajador, cantidades iguales de trabajo tienen oposición a work. V. nota a la traducción in­
necesariamente, en cualquier época y en cual­ glesa. F.E.).
quier lugar, el mismo valor. En condiciones
normales de salud, fuerza y actividad, y con el 17. — Los pocos economistas que, como S.
grado medio de destreza que hay que suponér­ Bailey, se han ocupado del análisis de la forma
sele, tiene siempre que sacrificar la misma por­ del valor no han podido llegar a ningún resul­
ción de su descanso, libertad y dicha" (Wealth tado, por dos razones: en primer lugar, porque
of Nations ["Riqueza de las Naciones"], lib. I, confunden la forma del valor y el valor, y en
cap. V). Por una parte, A. Smith confunde aquí segundo lugar, porque, bajo la burda influencia
(no siempre) la determinación del valor por la del burgués práctico, se fijan, de una vez por
cantidad de trabajo invertida en la producción todas, exclusivamente en la determinación cuan­
de una mercancía con la determinación de los titativa. "El poder de disposición sobre la can­
valores de las mercancías por el valor del tra­ tidad... constituye el valor" (Money and its Vicis-

52 -
/----------------------------------------------------------------------------------------------------------- — — --------- "N
situdes, ["El dinero y sus vicisitudes"], Londres 19. — La palabra "v a lo r" se usa aquí, como
1837, pág. 11). Autor. S. Bailey. ya antes lo hemos hecho ocasionalmente, para
significar el valor cuantitativamente determina­
17a.— Nota a la 2 f ed.: Uno de los prime­ do, es decir, la magnitud de valor.
ros economistas que, después de W illiam Petty,
advirtió la naturaleza del valor, el famoso Fran- 20. — Nota a la 2? ed.: Esta incongruencia
klin, dice: "Como el comercio en general no es entre la magnitud de valor y su expresión re­
otra cosa que el intercambio de un trabajo por lativa es explotada por la economía vulgar, con
otro trabajo, es en trabajo como más acerta­ su sagacidad acostumbrada. Por e¡.: "Recono­
damente se estima el valor de las cosas". (The ced únicamente que A baja porque sube B (lo
Works of B. Franklin ["Obras de B. F."], ed. por dado a cambio por A), aunque entre tanto no
Sparks, Boston, 1836, t. II, pág. 267). Franklin se invierta en A menos trabajo que en B, y
no es consciente de que, al estimar el valor de vuestro principio general del valor se vendrá
todas las cosas "en trabajo", hace abstracción a tierra... Si se concede que, al aumentar el
de la diferencia entre los trabajos intercam­ valor de A con relación a B, disminuye relati­
biados, reduciéndolos así a trabajo humano vamente el valor de B, desaparecerá bajo sus
igual. Pero, aunque no lo sepa, lo dice. Habla pies el fundamento en que Ricardo hace des­
primero de "un trabajo", luego "del otro tra­ cansar su gran tesis de que el valor de una
bajo" y por último del "tra b a jo " en general, mercancía se determina siempre por la canti­
sin calificación alguna, como sustancia del valor dad de trabajo que en él se contiene,- puesto
de todas las cosas. que, si al cambiar los costos de A, no sólo
[En la parte correspondiente de la edición cambia su propio valor en relación con B sino
francesa, el texto continúa: De no ser así, ten­ que cambia también el valor de B en relación
dría que haber dicho: puesto que el intercam­ con A, pese a no mediar cambio alguno en
bio de botas o zapatos por mesas no es más cuanto a la cantidad de trabajo necesario para
que un intercambio de zapatería por carpintería, la producción de B, lo que se viene abajo no
¡es mediante el trabajo del carpintero como se es sólo la doctrina según la cual es la cantidad
habrá de estimar con mayor exactitud el valor de trabajo invertido en un artículo la que
de las botas! Al servirse en general de la pala­ determina su valor, sino también la que sos­
bra "trabajo", hace abstracción del carácter tiene que el valor de un artículo se regula oor
útil y de la forma concreta de los distintos su costo de producción". (J. Broadhurst, Politi­
trabajos]. cal Economy ["Economía Política"], Londres,
1842, p á g s .ll, 14).
1 8 .— Al hombre le ocurre, en cierto modo, El señor Broadhurst pudo haber dicho igual­
lo que a la mercancía. Como no viene al mundo mente: Véase la serie de proporciones 10/20,
con un espejo — ni en calidad de filósofo fich- 10/50, 10/100, etc. El número 10 permanece
teano: "Yo soy y o "— , el hombre se reconoce invariable, a pesar de lo cual su magnitud pro­
ante todo reflejado en otro hombre. Sólo al porcional, su magnitud en relación con los de­
relacionarse con el hombre Pablo como igual nominadores 20, 50, 100, etc., va decreciendo
suyo, el hombre Pedro se relaciona consigo constantemente. Se viene a tierra con ello, el
mismo en cuanto hombre. De este modo, Pablo gran principio según el cual la magnitud de
rige [gilt]— para él, con pelos y señales, en su un número entero, por ej. 10, se "re gula" por
paulina corporeidad, como forma de manifes­ el número de veces que en él se contiene la
tación del genus [género] hombre. unidad.

- 53
21. — Con estas determinaciones de reflexión terra, cree haber destruido toda determinación
recíproca ocurre algo muy particular. Tal conceptual del valor con esta referencia a las
hombre, por e¡., sólo es rey porque otros hom­ abigarradas expresiones relativas del mismo
bres se comportan hacia él como súbditos. A valor de una mercancía. Es innegable, por lo
la inversa, éstos creen que son súbditos porque demás, que, a pesar de su propia limitación,
él es rey. localizó y puso el dedo en ciertas llagas de la
teoría ricardiana,- esto quedó demostrado, por
22. — Nota a la 2? ed.: F. L. A. Ferrier (Sous- la irritación con que la escuela de Ricardo lo
¡nspecteur des douanes [Subinspector de adua­ atacó, por e¡. en la "W estminster Review".
nas]), Du Gouvernement consideré dans ses rap­
ports avec le commerce, ["Sobre el gobierno 24. — En realidad, no es perceptible, en la
considerado en sus relaciones con el comer­ forma de la intercambiabilidad general directa,
cio"], París 1805, y Charles Ganilh, Des Sys­ el que ella sea una forma de la mercancía que
tèmes D'Economie Politique, etc., ["Sobre los siendo antagónica de la forma de su intercam­
sistemas de economía política, etc."] 2? ed., biabilidad indirecta, es tan inseparable de ella
París 1821. como el carácter positivo de un polo magnético
lo es del carácter negativo del otro. Cabe, por
22a. — Nota a la 29 ed.: En Homero, por e¡., tanto, la ilusión de que es posible im prim ir a
el valor de una cosa es expresado en una serie todas las mercancías al mismo tiempo el cuño
de cosas distintas. de la intercambiabilidad directa, como cabe
también la ilusión de que todos los católicos
23. — Por eso se habla de lo que el lienzo pueden estar en funciones de Papa. Para el
vale en chaquetas, cuando su valor se expresa pequeño burgués que ve en la producción mer­
en chaquetas, de su valor en trigo, cuando se cantil el nec plus ultra [la realización insupera­
expresa en trigo, etc. Cada una de estas expre­ ble] de la libertad humana y de la independen­
siones indica que es su valor el que se expresa cia del individuo, sería muy deseable, natu­
en los valores de uso chaqueta, trigo, etc. ralmente, verse a salvo de los inconvenientes
"Como el valor de toda mercancía indica la que esta forma lleva aparejados, principalmente
proporción de ésta en el intercambio, podemos el de la no intercambiabilidad directa de las
designarlo como valor en trigo, en paño, etc., mercancías. La pintura de esta utopía de filis ­
según la mercancía con que ella se compare; teo nos la ofrece el socialismo proudhoniano,
por eso hay mil clases distintas de valores, que, como ya hube de señalar yo en otro lugar,
tantos como mercancías existen y todos ellos no presenta siquiera el mérito de la origina­
son valores igualmente reales que nominales". lidad, pues fue desarrollado mucho antes que
(A Critical Dissertation on the Nature, Measures, él, y bastante mejor, por Gray, Bray y otros. Lo
and Causes of Value: chiefly in reference to the que no impide que, en ciertos círculos, seme­
writings of Mr. Ricardo and his followers. By the jante sabiduría se extienda bajo el nombre de
Author of Essays on the Formation, etc. of Opin­ "science". Jamás una escuela ha empleado tan
ions. ["Disertación Crítica sobre la naturaleza, a troche y moche la palabra "science" como la
medidas y causas del valor; con referencia prin­ de Proudhon, por aquello de que:
cipalmente a las obras del Sr. Ricardo y sus "Donde faltan conceptos,
seguidores, por el autor de ensayos sobre la se instala oportunamente una palabra".
formación, etc. de opiniones"], Londres, 1825,
pág. 39). S. Bailey, autor de esta obra anóni­ 25. — Recuérdese que China y las masas
ma, que en su día hizo mucho ruido en Ingla- rompieron a bailar cuando todo el mundo pare-

\ '

54 -
cía haberse detenido... Pour encourager les au- tos de trabajo, las tablas de anualidades vigen­
tres [Para animar a los otros]. tes en 1817 en la Bolsa de Londres. Fuera de
26. — Nota a la 2? ed.: Los antiguos germa­ la sociedad burguesa la única forma de socie­
nos calculaban la extensión de una yugada de dad que Ricardo parece conocer son los "para-
tierra tomando como base el trabajo de un día, lelogramos" del señor Owen. (C. Marx, Zur Kri-
razón por la cual la yugada se llamaba Tagwerk tic, etc. ["Contribución a la crítica, etc."], págs.
(o Tagwanne) [obra de un día], (en latín: ¡urnale 38 s.).
o jurnalis, terra ¡urnalis, ¡ornalis o diurnalis
["tierra diaria], Mannwerk [trabajo de un hom­ 30. — Nota a la 2<? ed.: "Es un prejuicio
bre], Mannskraft [fuerza de un hombre], Manns- ridículo, que se ha extendido en estos últimos
maad, Mannshauet, etc. V. Georg Ludwig von tiempos, el creer que la forma de la propiedad
Maurer, Einleitung zur Geschichte der Mark- común naturalmente dada es específicamente
Hof, usw. Verfassung ["Introducción a la histo­ eslava e incluso exclusivamente rusa. Es, en
ria de la organización de la Marca, alquería, realidad, la forma prim itiva cuya existencia
etc."], Munich 1854, págs. 129 ss. puede demostrarse entre los romanos, los ger­
manos y los celtas, y de la que seguimos encon­
2 7 . — Nota a la 2? ed.: Por tanto, cuando trando todo un mapa modelo con numerosos
Galiani dice que el valor es una relación entre testimonios, aunque parcialmente ya en ruinas,
personas —"La Richezza é una ragione tra due entre los hindúes. Un estudio preciso de las
persone"—, habría debido añadir: una relación formas asiáticas, especialmente hindúes, de
oculta en una envoltura cósica. Galiani, Della propiedad común pondría de manifiesto como
Moneta, pág. 221, t. III, de la colección Custodi las diferentes formas de la propiedad común
de Scrittori Classici Italiani di Economia Poli- naturalmente dada conducen a diferentes fo r­
tica, parte moderna, Milán 1803). mas de disolución de este régimen. Por e¡., los
diversos tipos originales de propiedad privada
28. — "¿Qué pensar de una ley que sólo romana y germánica son derivables de las dife­
puede imponerse mediante revoluciones periódi­ rentes formas de la propiedad común de la
cas? Se trata precisamente de una ley natural India". (C. Marx, Zur Kritik, etc., pág. 10).
basada en la inconciencia de los interesados".
(Friedrich Engels, Umrisse zu einer Kritik der 31. — En los libros tercero y cuarto de esta
Nationalökonomie ["Esbozo de una crítica de la obra tendremos ocasión de ver en qué consiste
economía política"], en Deutsch-Französische la limitación [das Unzulängliche] del mejor de
Jahrbücher ("Anales Franco-Alemanes"), dirig. los análisis de la magnitud del valor, el de Ri­
por Arnold Ruge y C. Marx, París 1844). cardo. Por lo que se refiere al valor en general,
la economía política clásica nunca distingue
29. — Nota a la 2? ed.: Tampoco a Ricardo expresamente y con clara conciencia el tra ­
le falta su robinsonada. "A l pescador y al caza­ bajo, en cuanto se expresa en el valor, del
dor primitivos los hace aparecer ya desde el mismo trabajo expresado en el valor de uso
primer momento como poseedores de mercan­ del producto. No queremos decir, naturalmen­
cías, que intercambian sus piezas cazadas y te, que no registre de hecho la diferencia, pues­
pescadas con arreglo al tiempo de trabajo ob­ to que considera el trabajo, en un caso, cuan­
jetivado en estos valores de cambio. Con esta titativamente y, en otro, cualitativamente. Pero
oportunidad, Ricardo cae en el anacronismo de no llega a ocurrírsele que la diferencia pura­
presentar al pescador y cazador prim itivos apli­ mente cuantitativa entre los trabajos presupone
cando, para calcular el costo de sus instrumen­ su igualdad o unidad cualitativa y, por tanto.

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f - ........................................................................................ — ------------------------------------------------
la reducción de todos ellos a trabajo humano cide con Say en lo que se refiere al concepto
abstracto. Ricardo, por e¡., se manifiesta de del valor.
acuerdo con Destutt de Tracy, cuando éste dice:
"Puesto que es evidente que nuestra única ri­ 32. — Una de las deficiencias fundamentales
queza originarla son nuestras dotes físicas y de la economía política clásica es que no logró
espirituales, el empleo de éstas, es decir, un nunca extraer del análisis de la mercancía, y
cierto tipo de trabajo, constituye nuestro tesoro especialmente del valor de ésta, la form a-valor,
originario; es el empleo de estas dotes el que que es precisamente la que lo constituye como
crea todas las cosas a que damos el nombre valor de cambio. Precisamente en la persona
de riqueza... Es evidente, además, que todas es­ de sus mejores representantes, A. Smith y Ri­
tas cosas representan solamente el trabajo que cardo, trata la form a-valor como algo perfecta­
las ha creado, y si tienen un valor, o incluso dos mente indiferente o exterior a la naturaleza
valores distintos, lo deben solamente al "(Va­ misma de la mercancía. La razón de ello no
lor) del trabajo del que nacen". (Ricardo, The está solamente en que su atención se ve total­
principies of Pol. Econ., ["Los principios de la mente absorbida por el análisis de la magnitud
ec. pol."] 3? ed., Londres 1821, pág. 334). (Cfr. del valor. Es más profunda. La form a-valor
Destutt de Tracy, Elements d'ideologie ["Elemen­ del producto del trabajo constituye la forma
tos de Ideología"], partes IV y V, París 1826, más abstracta pero también la más general del
págs. 35 s.). Nos limitamos a indicar que Ri­ modo de producción burgués; caracteriza a éste
cardo atribuye a Destutt el sentido, más pro­ como un tipo particular de producción social y,
fundo, que él da a las palabras de éste. Es cier­ con ello, al mismo tiempo, en su determinación
to que Destutt dice por una parte que todas histórica. Por ello, si equivocadamente se ve
las cosas que forman la riqueza "representan [versieth] en ella la forma natural y eterna de
el trabajo que las ha creado", pero dice tam­ la producción social, se pasa también por alto
bién, por otra, que sus "dos valores distintos" [übersieth], necesariamente, lo que hay de es­
(el valor de uso y el valor de cambio) los deben pecífico en la form a-valor y, por tanto, en la
al "valor del trabajo". Cae con ello en la sim­ forma-mercancía y en esta forma misma pero
pleza de la economía vulgar que da por supues­ desarrollada hasta llegar a la forma-dinero, a
to el valor de una mercancía (aquí, del trabajo) la forma-capital, etc. De ahí que en economis­
para determinar luego, sirviéndose de él, el tas que coinciden por entero acerca del tiempo
valor de las demás. Ricardo lee a Destutt como de trabajo como medida de la magnitud del
si éste dijera que tanto en el valor de uso como valor, nos encontremos con las más variadas y
en el valor de cambio se contiene trabajo (no contradictorias ideas acerca del dinero, es decir,
valor del trabajo). Pero él mismo se halla tan de la figura definitiva del equivalente general.
ajeno al análisis del carácter dual del trabajo Ello resalta con toda intensidad, por ej., en el
— que se halla representado doblemente—, que modo de tratar el sistema bancario, donde ya
en todo el capítulo de su obra titulado "Valué no sirven de nada las definiciones del dinero
basadas en lugares comunes. Así es como, en
and Riches, their Distinctive Properties" ["V a­
contraposición a ellos, ha surgido un sistema
lor y riqueza,- sus propiedades distintivas"],
mercantilista restaurado (Ganilh, etc.) que ve en
tiene que debatirse trabajosamente con las t r i­ el valor sólo la forma social o, mejor dicho,
vialidades de un J. B. Say. De ahí que, al final, sólo la apariencia, carente de sustancia, de
se manifieste asombrado ante el hecho de que esa forma. Para señalarlo de una vez por
Destutt coincida con él acerca del trabajo como todas, diré que entiendo por economía política
fuente del valor, mientras, por otra parte, coin­ clásica toda la que, desde W. Petty, investiga
V -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------x

56 -
la interdependencia interna de las relaciones ña? Si así lo hiciera, se colocaría en un terreno
burguesas de producción, por oposición a la peligroso. Si hasta un gigante del pensamiento
economía vulgar, que simplemente vaga dentro como Aristóteles podía equivocarse en la apre­
de la interdependencia aparente, rumiando in­ ciación del trabajo de los esclavos, ¿por qué
cansablemente el material suministrado mucho ha de acertar en sus juicios sobre el trabajo
tiempo atrás por la economía científica, a fin asalariado un economista enano como Bastiat?
de encontrar una explicación plausible a los Aprovecho la ocasión para salir brevemente al
fenómenos más toscos y para satisfacer las ne­ paso de una objeción que me fue formulada
cesidades domésticas de la burguesía, limitán­ por un periódico alemán de los Estados Unidos,
dose, por lo demás, a sistematizar, pedantizar al publicarse mi obra Contribución a la crítica
y proclamar como verdades eternas las ¡deas de la economía política, en 1859. Decía el crí­
banales y autocomplacientes que los agentes tico que mí concepción, según la cual el modo
burgueses de la producción se forman acerca de producción determinado y las relaciones de
de su mundo, considerado por ellos como el producción que a él corresponden en cada caso,
me¡or de los mundos posibles. en una palabra, "la estructura económica de
la sociedad, compone la base real sobre la que
33. — "Los economistas tienen una manera se erige una supraestructura jurídica y política
muy curiosa de proceder. Para ellos, hay dos y a la que corresponden determinadas formas
clases de instituciones, ias naturales y las a rti­ sociales de conciencia", según la cual "el modo
ficiales. Las instituciones del feudalismo son de producción de la vida material condiciona
instituciones artificiales, las de la burguesía en genera! el proceso de la vida social, política
naturales. Se asemejan en esto a los teólogos, y espiritual", que todo esto era sin duda exacto
que distinguen también dos clases de religiones. aplicado al mundo actual, en el que imperan
Toda religión que no sea la suya propia es una los intereses materiales, pero no con respecto
invención de los hombres,- en cambio, la suya a la Edad Media, cuando dominaba el catoli­
es una revelación de Dios. Según esto, ha habi­ cismo, ni a Atenas y Roma, donde mandaba la
do una historia, pero ya no la hay". (C. Marx, política. Es extraño, ante todo, que a alguien
Misère de la Philosophie, Réponse à la Philo­ se le ocurra dar por supuesto que puede haber
sophie de la Misère par M. Proudhon, ["M iseria nadie a quien no le sean familiares estos ma­
de la Filosofía. Respuesta a la filosofía de la nidos tópicos sobre la Edad Media y el mundo
miseria por el Sr. Proudhon"] 1847, pág. 113). antiguo. Si hay algo claro es que ni la Edad
Es verdaderamente chusco el señor Bastiat, Medía podía vivir del catolicismo ni la Anti­
cuando se imagina que los griegos y los roma­ güedad de la política. Es, por el contrario, el
nos sólo vivían del botín. Para poder v iv ir del modo cómo ganaban su vida el que explica por
botín durante varios siglos, tiene sin embargo qué el papel principal lo desempeñaba en este
que haber algo que saquear o aquello que se caso la política y en el otro el catolicismo.
saquea tiene que reproducirse constantemente. Dicho sea de paso, no hace falta estar muy
Parece, pues, que también los griegos y los
versado, por e¡., en la historia de la República
romanos tenían un proceso de producción, es
romana para saber que su historia secreta es
decir, una economía, que constituía la base ma­
terial de su mundo, ni más ni menos que la la historia de la propiedad de la tierra. Por lo
economía burguesa constituye la del mundo ac­ demás, ya don Quijote debió pagar caro su
tual. ¿0 acaso cree el señor Bastiat que un error de creer que la caballería andante era
modo de producción basado en el trabajo de compatible con todas las formas económicas de
ios esclavos tiene por base un sistema de rapi- la sociedad.

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34. — "Value is a property of things, riches 36. — El autor de las observations y S.
of man. Value, in this sense, necessarily implies Bailey culpan a Ricardo de convertir el valor
exchanges, riches do not". (Observations on de cambio, de algo puramente relativo, en algo
some verbal disputes in Pol. Econ., particularly absoluto. Todo lo contrario. Ricardo reduce la
relating to the value and to supply and demand. aparente relatividad que estas cosas, por ej. el
["Observaciones sobre algunas disputas verbales diamante o la perla, poseen en cuanto valores
sobre econ. pol., especialmente relacionadas con de cambio a la verdadera relación que se oculta
el valor y la oferta y la demanda"], Londres tras la apariencia, a su relatividad como meras
1821, pág. 16). expresiones del trabajo humano. Si los ricar-
dianos contestaron a Bailey de un modo vio­
35. — "Riches are the attribute of man, va­ lento, pero no convincente, ello se debió sen­
lue is the attribute of commondities. A man or cillamente, a que no encontraban en el propio
a community is rich, a pearl or a diamond is va­ Ricardo ninguna luz acerca de la interdepen­
luable... A pearl or a diamond is valuable as a dencia interna que existe entre el valor y la
pearl or diamond". (S. Bailey, l.c., págs. 165 forma del valor, o sea el valor de cambio.
ss.).

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IMPRESO EN EL ECUADOR
Editorial Universitaria.-Quito

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