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COMPRENSION Y PRODUCCION DEL DISCURSO ARGUMENTATIVO

REALIZADO POR:

HERMES DAVID MENDOZA PEREZ

CODIGO: 1.102´877.388

CCAV-COROZAL

GILBERTO BUITRAGO BUITRAGO

Tutor

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA- (UNAD)

CURSO: COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

PROGRAMA: ZOOTECNIA

ABRIL 2018
INTRODUCCION

Teniendo en cuenta las estructuras de todo escrito, se caracterizan y se determinan la idea que
se quiere tramontar, siendo de esa forma un mecanismo que le permite al lector que tipo de
documento al cual se enfrenta.

El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de
persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o demostrar una idea (o
tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas.

La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse
con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación
intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de
la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece
la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.

La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los


científicos, filosóficos, en el ensayo, en la oratoria política y judicial, en los textos
periodísticos de opinión y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además de
aparecer con frecuencia en la conversación cotidiana (aunque con poco rigor), es la forma
dominante en los debates, coloquios o mesas redondas.
INTRODUCCION O TESIS DEL TEXTO

Vivir para contarla ocupa un lugar peculiar al respecto, ya que se focaliza en la emergencia y
la afirmación de una identidad de autor (el origen de la escritura, la construcción de un sujeto
específico), pasando en particular por ese terreno privilegiado para significar el origen que
son la infancia y la historia familiar. De hecho, el libro presenta dos relatos de lo mismo, es
decir las circunstancias que le permitieron a Gabo transformarse en García Márquez.

A manera de tesis:

Ambos relatos responden a la pregunta de cómo un sujeto se vuelve otro, una figura pública,
la de un autor exitoso. Misma pregunta, pero respuestas que difieren: en el primer relato la
escritura es un don, un estado, una situación en alguna medida predeterminada que sólo
espera las condiciones favorables para desarrollarse, como veremos; el segundo relato, que
ocupa en realidad la mayor parte del libro, pone en escena un aprendizaje, es decir un proceso
progresivo, histórico y documentado.
DESARROLLO O EXPOSICION DE ARGUMENTOS DE LA OBRA

(Volver para contarla. Infancia de escritor, orígenes de escritura de Julio Premat)

El primer relato de la autobiografía, de tonalidad literaria, narra el regreso del joven García
Márquez a Aracataca junto con su madre para vender la casa familiar. En contra punto al
episodio, cronológico, emerge progresivamente otra línea, la de un movimiento regresivo
hacia el pasado, retomando historias (la de la casa y, partir de ella, la de la familia, la del
pueblo), las circunstancias del nacimiento de Gabriel y una serie de experiencias de la primera
infancia: puestas así en escena y en perspectiva, la filiación y la niñez son fundamentales. El
conjunto relato del viaje, emergencia de otro tiempo, desplazamiento en la memoria- está
enmarcado por una afirmación de identidad de escritor, afirmación hecha en contra la
voluntad paterna transmitida por repetidas intervenciones de la madre. Se trata de un episodio
de autodefinición, de paso de un "hacer" (escribir) a un "ser" (ser escritor), de una actividad a
una esencia, ante la mirada social y familiar. El viaje es el desencadenante de una obra pero,
ante todo, es el punto de origen de un escritor. Volver es empezar una obra y, simétricamente,
transformar a un hombre. El segundo relato, inmediatamente posterior, vuelve atrás para
seguir, después de la primera infancia y del viaje, los meandros de una autobiografía,
convencional y previsible, que expone precisiones verosímiles (fechas, peripecias, nombres).
A partir del fin del período infantil, se narran episodios de formación, es decir la educación,
las lecturas, las influencias, el encuentro de iniciadores, las experiencias juveniles, los tanteos
iniciales de un escritor de cara a la biblioteca universal, todo lo cual se sitúa, como vemos, en
una lógica diferente, si no opuesta, al primer relato: a la determinación infantil de una
creación literaria surgida mágicamente en un otrora impreciso se la prolonga con un proceso
documentado de tipo histórico y progresivo.

en el primer relato, que ocupa el lugar central y que retoma explícitamente la obra anterior.
Porque si el relato histórico busca recordar, ordenar, nombrar y evocar peripecias del pasado
para salvarlas del olvido, el viaje a Aracataca abre el libro, contradiciendo así una cronología
progresiva (la historia de esa vida empieza a los 25 años), pero también se instaura,
rápidamente, como una repetición, una reescritura, una incorporación de la ficción en la
autobiografía. Esas páginas son la historia fabulosa de la infancia de un escritor, no la de la
infancia de un hombre. Leemos en el epígrafe del libro una declaración de principios: "La
vida no es la que uno
vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla". Por lo tanto, la vida es una
narración, ajena a la verdad comprobable; la vida es la obra, o sea las construcciones a las que
la vida dio lugar en las ficciones. Escribir la autobiografía es volver a lo ya escrito. La obra
determina la biografía, y no al revés, en una mezcla inextricable de la vida y la obra de
raigambre romántica (Antoine Compagnon, forjandoun neologismo expresivo, la llama la
"vidobra"). Una historia que se focaliza en la infancia, y más específicamente en la filiación y
en los primeros años, hasta que la muerte del abuelo y el abandono de la casa irrumpan como
una herida irrestañable, una pérdida productiva, un parteaguas que inmoviliza esos años en el
terreno inalcanzable de la niñez legendaria. Una historia que se interrumpe cuando el tiempo,
con almanaques, acontecimientos ordenados, recuerdos documentados, se pone en marcha.

Desde algún punto de vista, la autobiografía de García Márquez se corresponde con las
convenciones del género y no contradice sus postulados básicos, puestos en duda en los últimos
treinta años. Sin embargo, desde otras perspectivas el recorrido propuesto va más allá. Vivir
para contarla narra un mito de origen, que supera la evocación de un puñado de anécdotas
infantiles o de fábulas familiares que aparecen en la obra posterior. De lo que se trata es de una
instrumentalización radical de la idea del tiempo, del espacio y de las creencias originarias.

Argumentos del autor.


Teniendo en cuenta las temáticas expuestas en cada uno de los relatos, donde se presentan dos
explicaciones del devenir escritor y del surgimiento de una obra se observa que: una en los
hechos, en los textos, en la relación con el campo literario, en el trabajo periodístico yante la
peculiar situación política de Colombia. La otra en el redescubrimiento e invención del
pasado intemporal de la infancia, de la magia del origen, y del movimiento en sí de volver a
ellos y poder repartir, entreviendo la inmensidad de la pérdida y el valor generativo, fértil, de
la nostalgia. Se exponen así una concepción, un funcionamiento y una serie de valores de la
infancia. Por lo tanto, las primeras páginas corroboran la interpretación autobiográfica de la
obra, siempre postulada por García Márquez: decenas de anécdotas e inclusive de frases o
expresiones de Cien años de soledad y otros relatos se repiten, esta vez, en el marco de un
pacto autobiográfico, marcado, como ya se sabe, si no por la verdad, al menos por la intención
de sinceridad. Y no sólo se corrobora esa interpretación, sino que se reafirma el
carácter excepcional de la realidad colombiana o americana. Estas afirmaciones contradicen
algunos datos biográficos: esa escritura febril que prolonga la visita a Aracataca no es más
que una continuación de la redacción de su primera novela, iniciada antes. Y él mismo
recuerda que ya había utilizado, en el momento del viaje, el nombre Macondo en varios
textos, lo que tiende a matizar la idea de una "revelación" o de fundación. Y luego, buena
parte de los comentarios y anécdotas del viaje se refieren a una actividad de escritor,
proyectando lo vivido en una esfera aparte, en la que se combina la memoria, la percepción y
las ficciones futuras, es decir que se combinan los tres planos de la creación (el recuerdo, el
presente, lo imaginario proyectado hacia una escritura por venir).

Prefiero, a partir de lo dicho, ampliar conceptualmente un aspecto, la infancia, gracias a


lecturas teóricas de orden general. Porque en el origen está la infancia, dispuesta a desplegarse
y a ampliarse a los relatos primero sobre América, a los tópicos sobre éxodos y fundaciones, a
los mitos griegos o bíblicos. La infancia, tierra aparte en el mapa de nuestra comprensión del
sujeto, permite, en su curiosa manera de reflejar deformando y de darle cabida, con un
realismo aparente, a lo imposible. El viaje a Aracataca viene a justificar, con un relato (en el
sentido de organización cronológica y causal de acontecimientos), la función atribuida a un
espacio-tiempo peculiar en la génesis de la obra y en la instauración de un sujeto como
escritor. Ese espacio-tiempo es esencialmente mítico, no por las contradicciones entre el
relato documentado y este relato que lo hace existir, sino por las características que se le
atribuyen: espacio aparte, tiempo fundación al determinante, tiempo perdido y recuperable
gracias a la nostalgia, lugar ontológicamente distinto al del resto de la vida, pero intensamente
operativo. Dispositivo de creación y mecanismo de un combate triunfante contra la
melancolía, una melancolía a la que en el idiolecto de la obra se denomina, la soledad.
LINK DE LA LECTURA DEL SEGMENTO:

Vocaroo: https://vocaroo.com/i/s19plbkzupIJ
CONCLUSION PERSONAL

Hay que aprender a determinar las diferencias en todos los textos que a diario estamos
leyendo o recitando, puesto que cada uno de ellos tiene una diferencia común, en la forma de
exposición de su autor, en el propósito que cada uno le imprime, en el enfoque
predeterminado, en el publico al cual llegar o el objetivo que se quiere alcanzar, y mas si se
trata de escritos del gran maestro de las letras Gabriel García Márquez quien en cada palabra
dio vida a una historia.

CONCLUSION DEL AUTOR

De cara a una carrera de escritor, y al final de su vida, García Márquez reanuda, una última
vez y gracias a un nuevo relato de infancia, el gesto de apropiación de un pasado que no fue,
que pudo haber sido, que se sueña como real. Es decir que, al actualizar la vivencia infantil de
pérdida, de creencia, de magia, muestra, hasta el final, que no renuncia a evocar y volver
verosímil ese mundo fantasmático, repitiendo que lo perdido tuvo cierto tipo de existencia,
todo lo cual es una manera privada y quizás anacrónica de defender la enigmática fuerza de
transmisión que tiene la literatura. En lo que se refiere a la melancolía, puede recordarse para
terminar que la queja ante la pérdida de algo que nunca se poseyó o que nunca sucedió o de
algo que es un objeto inventado, ese lamento inexplicable del melancólico es una manera,
retrospectiva, de poseer ese imposible32. Así puede entenderse esta nueva y vehemente
declaración sobre la verdad de lo imaginario; se trata de defender, con uñas y dientes y contra
vientos y mareas, la realidad del deseo, el valor y la trascendencia de la ficción, la realidad de
una pérdida fabulada. Es lo que hace García Márquez; hasta la última palabra, repite: "ya les
había dicho que todo era cierto".
REFERENCIA BIBLIOGRAFIA

Araújo, F. O. (2015). El legado de Macondo: antología de ensayos críticos sobre Gabriel


García Márquez. Bogotá, COLOMBIA: Universidad del Norte.
http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2460/lib/unadsp/detail.action?docID=4183559#

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