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¿Qué es el Chan? Podríamos llamar al Chan “mente,” también podríamos creer que esta
mente necesita cultivarse, de manera que pueda volverse iluminada, pueda alcanzar la
sabiduría. Les digo que en realidad no hay nada para cultivarse, nada para lograr, la
sabiduría es inherente a nuestra mente. Aún así, la mayoría de las personas no saben cómo
manifestar esta sabiduría inherente. Sin embargo, el Buda en su gran compasión nos enseñó
cómo comprender la sabiduría. A este método le llamamos Chan.
Por consiguiente, las personas podrían pensar que el Chan, o Zen, es algo exótico que se
originó en la India, se transmitió a China, luego a Japón, y después al Occidente. Un relato
ilustra la idea equivocada de que el Chan es algo externo a nosotros, y que podemos
obtenerlo de un maestro. El relato está relacionado con el monje hindú, Bodhidharma,
quien introdujo el Chan en China en el siglo VI. Un monje preguntó a su maestro Chan:
“¿Qué trajo Bodhidharma del Occidente (India)?” El maestro Chan contestó: “En realidad,
nada. Sólo dijo a las personas que el Dharma del Chan ya está aquí.”
Asimismo, el Dharma del Chan ya está y siempre ha estado aquí, está en cada uno de
nuestros corazones y mentes. Mi única tarea es recordarles y señalarles los conceptos y
métodos correctos para comprender esta realidad. Cuando los conceptos que guían el
método son correctos y cuando el método se aplica precisa, correcta y diligentemente, la
manera de práctica es correcta. Entonces, este Dharma del Chan puede manifestarse de tu
corazón/mente. Cuando eso ocurre, puedes comprender la sabiduría inherente.
Me gustaría compartir con ustedes los conceptos y los métodos del Chan. El concepto o
entendimiento correcto es lo más importante, y viene después el método correcto.
Vienes al retiro para obtener beneficios de la práctica. De manera que comienzas por tu
propio interés, y esto está bien. Sin embargo, una vez que te dediques a la práctica, deberás
dejar de lado las consideraciones de beneficio. Todo lo que tienes que hacer, y todo lo que
debes hacer, es practicar con esfuerzo y consistencia. Si tienes ideas de logro o de
deshacerte de algo, solamente producirás más aflicciones. Sí, el objetivo final del Chan es
alcanzar la iluminación, y sí, el Chan incluso habla de la iluminación repentina. Pero el
progreso real siempre es gradual e implica etapas.
Sin embargo, no importa qué método uses, vas desde la mente dispersa a la mente
concentrada y desde ella a la mente unificada. Luego, uno puede romper esta mente
unificada y experimentar la no-mente, o la iluminación. Estate seguro de que es imposible
tener una mente dispersa y experimentar la realización. Por el otro lado, por favor, no
malinterpretes la mente unificada, el estado de unidad, como iluminación. No son lo
mismo.
De esta manera, vamos a ver más detenidamente a la mente unificada. Hay tres etapas de la
mente unificada. La primera es la unidad del cuerpo y la mente. Esto es cuando desaparece
la sensación corporal, quedando sólo la experiencia de la práctica misma. Si estás contando
las respiraciones y alcanzas este estado, te conviertes en la cuenta de la respiración.
La segunda etapa es cuando desaparece la práctica misma. Por ejemplo, estás contando las
respiraciones, y cuando te vuelves más concentrado, los números desaparecen, no hay más
cuenta. Sólo quedan la conciencia de la respiración y claridad de la mente, pero no hay un
pensamiento de “sólo estoy conciente de mi mente estando clara.” Es lo mismo de
momento a momento, sólo esta conciencia. Esta segunda etapa de la mente unificada es
también la etapa en la que desaparecen las palabras de gong’an quedando sólo la conciencia
de trabajar sobre el gong’an, cada momento como el otro, sin conciencia de sí.
Dos cosas podrían suceder. La primera, la masa de duda puede hacerse añicos, quizás por
alguna acción o por las palabras escuchadas o habladas, y uno podría experimentar la
iluminación como en el caso de Xu Yun. La segunda es que la masa de duda podría
disiparse, dejando al practicante con un sentido profundo de paz y unidad. El practicante
podría experimentar desapego de cualquier cosa interna o externa, incluso no sentir el
entorno. Algunos podrían considerarlo como una experiencia de iluminación, pero éste
todavía es un estado unificado porque este sentido de no interior, no exterior, proviene de
un sentido del yo. En esta etapa, el sentido del yo podría ser extremadamente sutil, pero
está allí aún.
La historia del Chan está llena de relatos sobre discípulos cuyas experiencias no fueron
confirmadas por un maestro. Debido a esto, a veces se fueron creyendo que los maestros
eran incompetentes. Pero también hay casos en los que los discípulos se convirtieron
después en maestros iluminados y estaban verdaderamente agradecidos a algún maestro
anterior por no validar sus experiencias prematuras. Esto les permitió persistir y continuar
su práctica y, a su tiempo, alcanzar la verdadera realización.
Espero que todos ustedes puedan dedicar sus mejores esfuerzos a su práctica. No se
preocupen por la iluminación. Digo esto aunque acabo de dedicar algún tiempo a decirles
qué es la iluminación. Pero necesitan comenzar con puntos de vista correctos, y eso es lo
que he intentado ofrecerles. Para practicar el Chan, uno necesita dedicación y esfuerzo.
Cualquier cosa que experimenten en la práctica, sea una mente concentrada o incluso un
profundo estado unificado, si hay búsqueda, no hay iluminación. Mi objetivo es guiarles de
una mente dispersa a una concentrada, de una mente concentrada a una unificada, de una
mente unificada a la no-mente.