Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EN COUNSELING Y PSICOTERAPIA
Implica, también, descubrir aquellos procesos del cliente que pueden interferir con
la posibilidad de que ambos lleguen a esta profundidad relacional.
La profundidad relacional
¡Cuánto hay entre cliente y terapeuta que se calla! Existen extensas zonas no
comunicadas entre los dos. En mi práctica de Counseling según el Enfoque
Centrado en la Persona, siempre se me plantea una pregunta crucial: ¿cómo hago
para llegar a esos lugares, a todo ese material no comunicado?. La profundidad
de la relación que establezco con el cliente es fundamental para determinar
cuánto se va a comprometer a compartir conmigo.
Otra cuestión interesante que se me plantea en mi práctica clínica tiene que ver
con que los clientes hablan de su experiencia de sí mismos mencionando
diferentes “partes”. Esto me llevó a revisar la teoría del self de Carl Rogers y
llegar a la conclusión de que el self es el autoconcepto + el material que se
encuentra en el limite de la conciencia, al que puede acceder cuando logramos
conectarnos en profundidad relacional.
Lo que le critican al Enfoque es que sólo sirve para establecer el vínculo y, una
vez logrado esto, no tiene demasiado más que ofrecer.
Mi desafío era poder ofrecer a todos mis clientes algo que pudieran llevarse
después de que hubieran rechazado todo lo que hubieran probado antes.
El desafío con estas personas era establecer, quizá por primera vez en sus vidas,
una relación significativa de aceptación incondicional.
Estos momentos pueden ser muy importantes para clientes que no han tenido la
oportunidad de tener una experiencia de este tipo.
En Gran Bretaña, las mujeres han sido entrenadas para mostrar tristeza en vez de
enojo, por ser una emoción más “aceptable” y “segura” y los hombres enojo en vez
de tristeza. Por eso no es de extrañar que se den tantos conflictos en las parejas.
Hay clientes en quienes resulta muy claro ver cómo hay una parte de ellos que
tiene mucho miedo de ser escuchada y otra que lo está pidiendo.
Los indicios que delatan estos “disfraces” son muchos y variados: algunos clientes
desvían la mirada, otros nos miran directamente a los ojos. Quizá cambien el
ritmo de su conversación o usen palabras que son más profundas que el resto del
discurso.
Hay muchos indicios y muchos disfraces, y los conocemos porque somos seres
humanos viviendo en este planeta: nosotros también los usamos.
Es preciso escuchar el mensaje detrás del disfraz, delatado por los indicios
que nos van mostrando.
Estas son las auto-defensas más sutiles. Hay otras que son impermeables: no se
puede ver a través de ellas. Algunas personas necesitan protegerse a sí mismas
de un modo extremo.
4
Ofrecer esto resulta muy poderoso para el cliente, porque son muy pocos
los que se animan a acompañarlos a esos lugares.
a) Respetarlo y motivarlo.
b) No detenernos ahí.
- “Veo tu miedo. Te veo gritar de miedo y quiero que sepas que veo eso; que te
veo a vos. Pero no quiero cerrar la puerta a causa de tu miedo. Puede que no
quieras hacer nada más por ahora, pero quiero que sepas que estoy dispuesto a
acompañarte más allá de este miedo cuando vos estés dispuesto”.
Todo terapeuta que ofrezca una relación de profundidad relacional debe tener
siempre en cuenta dos objetivos fundamentales:
1. Del discurso del cliente, debe estar atento a escuchar la expresión más que
lo expresado.
Escuchar “el expresarse” más que “la expresión” implica encontrarse con el
cliente mientras está vivenciando su experiencia
.
6
Todo lo que “Bill” pudo hacer en el tiempo que duró el episodio que relata, fue
estar con Tony durante su experiencia. Era un ser humano ofreciendo calidez
humana a otro ser humano que estaba sufriendo: se limitó a sentir lo que está
pasando y a estar con esa persona en eso que estaba atravesando.
Hay muchos procesos que los clientes han debido desarrollar para poder
expresarse y defenderse a sí mismos.
En el contacto terapéutico, nos relacionamos con estos lugares difíciles para que
el cliente nos permita acceder a su propia experiencia.
Así es que al cliente le resulta imposible mentir; no como elección consciente sino
que es en efecto imposible.
Es frecuente que el miedo aparezca cuando las cosas no van bien desde el
principio.
CONFIGURACIONES
Hay que tener mucho cuidado con nombrar las partes del self del cliente cuando
éste no lo está haciendo de ese modo.
Quiero enfatizar lo fenomenológico. Cuando durante una sesión aparece algo que
rechazo del cliente, diría al respecto todo cuanto me sea posible de lo que me está
pasando. Incluiría mi lucha con lo que no estoy aceptando de esta otra persona y
lo agregaría a mi agenda de temas a trabajar en mi propio desarrollo personal,
porque cuantas más veces rechace algo de alguien, más estrecho será el
“repertorio humano” con el que contaré para acompañar a otros.
***000***
Cuando el cliente está identificado con una parte, no introduciría la parte que no
está pudiedo recibir, pero escucharía con mucha atención para detectar la voz de
esa otra parte cuando se asome.
***000***
¿Podemos asistir con calma y ecuanimidad al proceso de un cliente que nos dice
que se quiere matar si además sentimos afecto por él?
Si estás realmente con alguien que te está diciendo que se quiere matar, no hay
nada que puedas DECIR. Sólo acompañarlo en eso.
Lo más peligroso que podés hacer con alguien que se quiere suicidar es
alcanzarlo para tratar de sacarlo de ese lugar, ya que obtendrías la reacción
contraria a la que buscás. Pretender sacar a alguien de una actitud suicida podría
resultar contraproducente.
[Vuelve al caso de “Bobby” que en una sesión le dice que ha decidido suicidarse]
En Counseling, dependemos del diálogo. Si el cliente dice: “no quiero hablar”, eso
puede darte mucho miedo, porque el “hablar” es la herramienta con la que
contamos.
Dave: Por Dios, Bobby, esto es muy duro para mí. Quiero permanecer con eso y
quiero llevarte lejos de eso.
Bobby: No podrías pararme. Es curioso: sentirme tan solo y al mismo tiempo tan
acompañado por otro.
Lo mejor que puedo hacer en este momento es permanecer en contacto con él.
Me quedaría acompañándolo en eso, teniendo mucho cuidado de no tratar de
manipularlo porque me podría descubrir y se iría.
9
Algo que descubrí desde el principio es que las “partes” se expresaban desde la
exigencia de su propio crecimiento: “la parte mía que quiere más de esta vida”; “la
voz dentro de mí que grita ¿es esto todo lo que hay??”.
Yo considero que ambas tendencias son importantes: hay que atender a las
dos ya que forman parte natural del proceso humano. La “tendencia
actualizante” que busca el crecimiento y la “fuerza restrictiva” que quiere
mantener el control y permanecer en terreno conocido.
Los niños interiores pueden ser tiernos y sensibles pero también malvados y
dañinos. Parte de la agenda de desarrollo personal del terapeuta sería averiguar
si hay “partes” de él que podrían ser admitidas en su consulta.
Hay otra parte de mí que me resulta difícil nombrar porque no encuentro una
palabra para describirla, pero en mi experiencia es una configuración clara: se
trata de una parte en mí aislada que se refiere a mi condición de haber sido hijo
único, y que me resulta muy útil permitirle aparecer porque me acerca mucho a
lugares parecidos de mis clientes.
Pero, ¿cómo puedo ganarme a esa parte para que resulte un potencial para mí?
Cuando estoy con alguien que está en un lugar tan aislado que con su
mirada me dice: “no hay modo de que puedas captar cómo se siente esto”,
poder entrar en esa parte en mí, hace que se sienta comprendido.
A veces, una parte nuestra nos sirve como un puente para conectarnos con el
otro. Otras, también puede ser una simple experiencia a la que podamos acceder
para tomar el sabor de lo que puede estar vivenciando el cliente. Sé que no es lo
mismo que vivencia él, pero también sé que estamos compartiendo el mismo
territorio. Y compartir el territorio, ayuda a estar con el cliente.
[A continuación leyó partes del texto que nos fue repartido al llegar a la
conferencia, relacionado con las experiencias compartidas por la terapeuta
“LESLIE”].
Así, Leslie comparte que cuando trabaja con una persona que está “tomada” por la
bronca, ponerse en contacto con la bronca que le provocó una experiencia
negativa, la acerca a la experiencia existencial que está vivenciando el cliente.
Luego de capitalizar todas sus experiencias “negativas”, siente que puede sentirse
segura en prácticamente cualquier situación y con cualquier persona.
La experiencia de haber “caído muy bajo” podría ser un referente desde el cual
conectarse con un cliente que siente que su vida no tiene sentido y que él carece
de todo valor como persona.
Todo lo que nos pasa en la vida y la experiencia que tenemos de nosotros mismos
en esas ocasiones, nos ayuda a expandirnos y profundizar nuestra experiencia de
nosotros mismos.
Hay veces que sentimos que no nos animamos a tocar algún lugar puntual
en nosotros mismos porque no podríamos soportar el dolor que nos
produciría. Como terapeutas es un desafío determinar cuántas de estas
experiencias podemos incorporar y así poder aprovechar la fuerza que nos
traen.
Con respecto a la identificación con el cliente, siempre es mejor que te des cuenta
que te estás identificando que sentir que no te identificás nunca: primero porque el
darte cuenta es el primer paso para desidentificarte y, segundo, porque si tenés
una experiencia de vos como que “nunca me identifico”, es probable que lo estés
haciendo sin darte cuenta.
Cuando alguien nos hace una gran pregunta y no podemos estar a la altura con la
respuesta, si no permanecemos en silencio, es probable que metamos la pata . . .
Esto me enfrenta al hecho de que, además de haber dicho una pavada, como
identificaba a Dominic con su parte sobria, estaba esperando que se presentara
¡para sentir que comenzábamos la sesión . . .!
Dave: Y . . .
Cuando un cliente no sigue adelante, voy hacia atrás y me encuentro con él donde
quedó. La sensación básica era la de no ser nada, no tener ningún valor. Aquí es
importante poder tener un referente personal propio para acercarnos.
Dominic: “Sí”.
Dave: “Un borracho de mierda. Eso es todo lo que sos. [Estaba captando la
cualidad de cómo lo estaba diciendo]. [Esta intervención no estuvo bien
porque es jugar “juegos” con el cliente. No era necesario que le repitiera
nuevamente lo mismo porque estaba procesando su experiencia
interiormente].
Dave rodea con su brazo los hombros de Dominic. Dominic llora con más
desconsuelo.
Dave: “Lo que me estás diciendo es que existencialmente lo único positivo que
obtenés de la vida es cuando estás borracho”.
Dominic: “Sí. Cuando estoy borracho es cuando me siento “vivo” pero me está
matando a mí y está matando todo lo que amo”.
Dave: “Dom, ¿puedes ayudarme a captar esto? porque siento que es muy
importante.
14
Cuando menciona más de una parte tengo que preguntar por todas: finalmente
surge que una es la parte que se siente viva cuando está borracho y la otra es la
parte de esposo y padre amante.
Dave: “Creo que entiendo: la parte enganchada con el alcohol abandonaría tu vida
de padre y esposo, y la otra dejaría la bebida. ¿Es así?
Para tratar esta revelación seriamente tuve que validar la seriedad de la decisión.
Dominic: “He tenido miedo de vivir toda mi vida. Nunca me sentí seguro, como
los demás. Si te sentís seguro podés salir y hacer cosas con tu vida.
No podés hacer nada con tu vida si te sentís como me he sentido
siempre yo, todo el tiempo teniendo que hacer elecciones seguras, sin
poder tomar riesgos . . .
Mi silencio fue la única respuesta posible ante un comentario tan poderoso: había
tomado decisiones seguras durante tanto tiempo que no había podido desarrollar
las fuerzas necesarias para tomar decisiones que implicaran riesgos que lo
llevaran a la vida real.
Dave: “Me siento triste por esto. Esta parte quiere desesperadamente hacer algo
pero ha estado tan aterrada todo el tiempo que no sabe cómo hacer”.
Pudimos llegar a este punto del proceso porque no traté a Dominic como si su
problema fuese el alcohol.
En la próxima sesión vino sobrio y trajo una larga lista de aspectos muy negativos
acerca de sí mismo. El problema ahora era su borrachera y la sensación de que
se merecía todos los castigos posibles por su conducta. No sentía miedo de
recibir todos sus sentimientos.
Dominic: “Porque estoy borracho . . . Odio escuchar esto porque no soy yo”.
Dominic: “Es como que estoy escuchando esa parte de mí por primera vez [su
“yo” borracho]. Sentía antagonismo y negación con respecto a ella. Es
una parte de mí no sólo cuando estoy borracho sino cada minuto de
cada día: mi yo triste, abandonado”.
Llegar a este punto es muy poderoso porque admitió que podía estar con esa
parte de sí aún cuando no estaba borracho.
16
Dominic: “Se siente raro: entusiasmado y tenso. Vine a terapia para matar a ese
borracho y ahora estoy llorando con él. Es parte de mí; una parte a la
que yo no tenía acceso; que estaba separada de mí por una botella de
vodka . . . Dirigiéndose a Dave: Recién ahora me doy cuenta de que
estás aquí . . .”