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Zona escolar 071 Sector VII

“Feria de las ciencias”


Ciclo escolar 2017-2018

Los hijos son como los barcos.

Dejar zarpar a nuestros hijos y educarlos para navegar.

Al ver un barco en el puerto, lo vemos en un lugar seguro.


Mientras está en el puerto, el barco está preparándose y abasteciéndose para lanzarse al
mar, ese es destino para el que fue creado, navegar los mares, saliendo al encuentro de sus
propias aventuras. Dependiendo de lo que la naturaleza le tenga reservado, podrá desviar
la ruta, trazar otros caminos o buscar otros puertos.

Seguramente con el tiempo el barco y sus tripulantes volverán más experimentados por el
aprendizaje adquirido y enriquecidos por las diferentes
culturas que conoció. Saben que siempre habrá gente
en el puerto esperándolos. Así son los hijos. Ellos tienen en
sus padres un puerto seguro.

Pero, por más seguridad y sentimientos de protección


que puedan dar los padres, todos nacimos para navegar
los mares de la vida, correr nuestros propios riesgos y
vivir nuestros propios retos.

En nuestro camino llevaremos los conocimientos y fortalezas adquiridas en nuestro puerto.


Muchas veces, como padres, queremos mantener a nuestros hijos en lugar seguro, en
nuestro puerto.. pero ellos están hechos para navegar, para zarpar cuando llegue el
momento, y la estancia en el puerto ha de prepararles a la navegación.
Algunos padres no desean dejar salir del puerto a sus hijos, desean que se queden en el
lugar seguro para siempre, y olvidan prepararlos para navegar y encontrar su propio lugar,
donde podrán sentirse seguros, felices y adquirir la fortaleza necesaria para en un futuro ser
puerto para otras personas.
Zona escolar 071 Sector VII
“Feria de las ciencias”
Ciclo escolar 2017-2018

Los hijos nacieron para convertirse un día en ciudadanos de este mundo. Los padres
podemos desear la sonrisa de los hijos, mas no podemos sonreír por ellos. Podemos
contribuir por la felicidad de los hijos, mas no podemos ser felices por ellos.
Los hijos deben continuar desde donde los padres llegaron, así como los barcos parten del
puerto para sus propias conquistas.
Sin embargo, para eso necesitan saberse preparados y amados, fortalecer sus valores
morales, su autoconfianza, y reforzar sus virtudes y fortalezas. Prepararlos para sus travesías.

¡Qué difícil es soltar las amarras!

Pero como padres podremos tener el orgullo de verlos partir a navegar sus propios rumbos
con la seguridad de que es un barco fuerte, independiente y capaz, que están bien
abastecidos de todo lo que les hemos inculcado para poder enfrentarse al mundo y
capear las tormentas que se les presenten. Pues les hemos educado para navegar, para la
independencia.

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