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LOS ACTOS «ULTRA VIRES»* EN

LAS SOCIEDADES ANONIMAS

Enrique Elías Laroza


Profesor de Derecho Mercantil
Pontificia Universidad Católica del Perú
Universidad de Lima

Se denominan actos ultra vires aquellos que reali-


zan los apoderados de una sociedad mercantil y
que no están contemplados expresamente en el
objeto social

El cumplimiento estricto del objeto social es de


singular importancia en la vida societaria, pues
aquél representa la razón misma de la existencia
del ente jurídico. Es el negocio para el cual se for-
mó la empresa. Tanto el Directorio como la Geren-
cia (y la propia Junta General de Accionistas) de-
ben conducir los actos de la sociedad dentro del
gran cauce del objeto social Su modificación re-
presenta una de las pocas causales que facultan a
un accionista a separarse de la sociedad, de con-
formidad con el artículo 210 de nuestra Ley Gene-
ral de Sociedades.

Sin embargo, es usual que en las sociedades


anónimas los órganos societarios tengan poderes
Teniendo como base jurídica la Ley General de So- muy amplios para realizar toda clase de operacio-
ciedades, el autor analiza la posibilidad de sostener nes. La Junta General de Accionistas, órgano su-
en nuestro ordenamiento jurídico que las faculta- premo de la sociedad, tiene facultad para otorgar
des conferidas por las sociedades anónimas a sus toda clase de poderes. Igual sucede con el Direc-
representantes se encuentran limitadas, de acuerdo torio y la Gerencia, cuando la Junta General o el
a cómo se encuentre definido su objeto social. El Estatuto así lo establecen.
centro del artículo consiste pues, en la revisión de
los alcances y efectos que tienen los denominados ¿Qué ocurre entonces, cuando se realiza una ope-
actos «ultra vires» en nuestro medio. La posibilidad ración aprobada por un órgano social que tiene
de anularlos o de restarles eficacia es descartada poderes para realizarla, pero que excede el objeto
ante una serie de argumentos de orden práctico y social? ¿Es un acto nulo? ¿La nulidad afecta al ter-
doctrinal, a los que se añade lo dispuesto por los cero que contrató con la sociedad y que constató
artículos 19 y 173 de nuestra Ley Societaria, que la existencia y la legitimidad de los poderes? ¿Está
regulan la determinación de la responsabilidad de obligado el tercero, además, a verificar si no es un
los representantes. acto ultra vires? En suma, ¿la responsabilidad de

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los actos que exceden el objeto social se dilucida Estos son argumentos de peso para descartar la
en el interior de la sociedad, o afecta también a los aplicación de los efectos rígidos de la teoría ultra
terceros que contratan con ella? vires en nuestro medio. De acuerdo a nuestro or-
denamiento legal vigente si un funcionario de
Para iniciar el análisis y tratar de responder a es- una sociedad solicita un crédito, o vende un bien,
tas preguntas tenemos que remitimos al Derecho o pacta garantías, facultado por poderes expresos
anglosajón y, principalmente, a la interpretación o por su Directorio, el que a su vez está autoriza-
de la jurisprudencia inglesa. Seria así ultra vires el do por el estatuto, nada obliga al acreedor a verifi-
principio según el cual adolece de nulidad absolu- car si el crédito, la venta, o las garantías otorgadas,
ta todo acto de una sociedad que exceda el objeto representan «actos ultra vires». Esto seria extender
social; corno consecuencia de ello, la sociedad no las obligaciones de fiscalización de un acreedor a
respondería por ninguno de los efectos del acto extremos que nuestra ley no contempla, ni expre-
nulo y los accionistas no tendrían facultad para sa ni tácitamente.
convalidar ni ratificar a posteriori dichas operacio-
nes ni sus consecuencias. Al respecto, un análisis de nuestra Ley General
de Sociedades nos lleva a igual conclusión El inci-
Creernos que la teoría anglosajona sobre la conse- so 4 del artículo 5 determina que el objeto social
cuencia de los actos ultra vires no encuentra debe constar en el contrato. Pero el texto de nues-
asidero en la costumbre mercantil peruana ni en tra Ley no es restrictivo. Por el contrario, es inclu-
las disposiciones de nuestra Ley General de So- sive más lato que el inciso b) del artículo 11 de la
ciedades. En primer lugar, porque la teoría ultra Ley española de 1951 sobre sociedades anónimas,
vires es inaplicable en el ámbito legal de las socie- que fue el modelo de ley extranjera escogido por
dades anónimas peruanas, donde los efectos de el legislador peruano. Aquí nos encontramos
una operación ajena al objeto social no son simila- frente a un caso en que nuestro legislador se
res a los reconocidos en la jurisprudencia inglesa. aparta del modelo. Nuestra ley no adopta el texto
En segundo lugar, porque en nuestro Derecho es simple de la Ley española, que menciona sola-
la Junta General de Accionistas la encargada de mente «el objeto social». Por el contrario, añade
interpretar si los demás órganos sociales se ex- «señalándose clara y precisamente los negocios y
cedieron o no en sus representación y si origi- operaciones que lo constituyen».
naron o no daños al patrimonio social,de confor-
midad con el artículo 173 de la Ley General de So- ¿Cuál de los dos textos es más restrictivo? Un
ciedades (los accionistas sólo pueden hacerlo si análisis ligero conduce a pensar que nuestra Ley
reúnen, por lo menos, un tercio de las acciones desea enfatizar una especificación más estrecha
representativas del capital social). En tercer lugar, («señalándose clara y precisamente»). Pero si estu-
porque en el Derecho latino la decisión sobre si diamos con más detenimiento vemos que, acto
un acto excede o altera el objeto social, como dice seguido, nuestra ley añade «los negocios y opera-
Vivante, «es una interpretación del contrato social ciones que los constituyen». ¿Negocios y operacio-
que debe hacerse teniendo en cuenta el conjunto nes? ¿Hay diferencia entre ambos conceptos?.
de sus cláusulas y de la primitiva intención de los
contratantes» 1• En cuarto lugar, porque la rígida y La diferencia es clara. «Negocios» son los rubros
limitativa formulación del objeto sociaL propia del generales del fin social. «OperacioneS>> son aque-
Derecho anglosajón, se sustituye en nuestro me- llos actos que la doctrina considera complementa-
dio por un sistema de texto enunciativo, el que, rios, extensivos o afines al objeto. Lo cierto es que
como expresa Halperin, «debe interpretarse en el nuestra Ley ha elegido una forma menos restricti-
sentido que le otorga el hombre corriente de los va que la de su norma inspiradora.
negocioS>> 2• Y, finalmente, porque la teoría ultra
vires, como destaca Miguel A Sasot, «ha ido per- Por ejemplo, si una empresa industrial faculta a su
diendo adeptos en el Derecho inglés y se propug- Directorio para que realice operaciones financie-
na su abandono, como forma de terminar con la ras o de garantía, además de los negocios indus-
confusión que la misma ha creado entre el "objeto triales descritos en su objeto social, no hay impe-
social" y los "poderes de la sociedad", o sea los dimento alguno para que ese Directorio invierta
actos que la sociedad puede y debe realizar por sus recursos financieros en la forma que conside-
cumplir su objeto» 3• re prudente, aunque el resultado posterior sea ad-

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verso. Son los «errores propios e inevitables de dad plena y general que se extiende a todo campo
una correcta administración empresarial» a que [_.]sin que el fin de ellas constituya por sí un limi-
alude Halperin, citando a Colambres y Grower 4• te de su capacidad, en el sentido de que la perso-
Cuando otra empresa dedicada, por ejemplo, a na jurídica sólo existe en el círculo cerrado de su
operaciones inmobiliarias, faculta a su Directorio fin, fuera del cual el ente se desvanece como una
o le otorga poderes al Gerente para que realice sombra, debiendo concluirse que las personas ju-
operaciones de garantía, además de los negocios rídicas son reales y capaces, aunque se extralimi-
descritos en su objeto social, no hay impedimento ten de su fin, sin perjuicio de las reacciones de la
alguno para que el Directorio o el Gerente avalen autoridad administrativa y de la responsabilidad
o garanticen en nombre de la sociedad otra opera- de sus órganos» 6•
ción, pues así cumplen con el fin esencial de lucro
de la empresa mercantil Creo necesario analizar también el artículo 19 de
nuestra Ley General de Sociedades, que a la letra
Esa (y no otra) es la interpretación enunciativa, determina:
amplia, tradicional, del Derecho latino, que consi-
dera que la sociedad anónima es un ente respon- «Artículo 19.- Quienes no están autorizados debi-
sable, una realidad jurídica capaz de enfrentar las damente para ejercer la representación de la so-
obligaciones y riesgos de la personalidad, y sobre ciedad no la obligan con sus actos, aunque los
todo, una persona que, en el ámbito de la buena celebren en nombre de ella y bajo la firma social».
fe propio del mundo mercantil, no se escudará
tras de discutibles nulidades para responder por La Ley señala aquí, con toda claridad, la obliga-
los actos de sus mandatarios debidamente faculta- ción primordial de los terceros que contratan con
dos. Veamos, al respecto, una cita de Miguel A. una sociedad mercantil: verificar que la persona
Sasot: que firma por la sociedad tenga poderes suficien-
tes para realizar el acto. Si el que firma no detenta
«Quienes ven en la sociedad anónima una reali- esas facultades, no obliga a la sociedad. Contrario
dad jurídica, nacida de la condición naturalmente sensu, quien las tiene sí obliga a la sociedad
asociativa del ser humano, a la que el Estado sólo
reconoce y no crea, consideran que el enunciado Se trata, entonces, de una obligación objetiva y
de las actividades que las mismas puede realizar, clara: verificar los poderes del firmante, que obli-
según relación contenida en sus estatutos, es pu- gan a la sociedad. Ni en la letra ni en el espíritu
ramente enunciativa, pero no limitativa; de donde de la Ley encontramos la intención de obligar a
se afirma que la sociedad puede realizar todas los terceros a ingresar en el terreno, impreciso y
aquellas operaciones o actos que, pese a uno estar subjetivo, de la interpretación de los alcances del
expresamente enumerados en los estatutos, de- objeto social de la empresa poderdante.
ben considerarse como complementarios o exten-
sivos de los enunciados de estos últimos, o como Nótese, finalmente, que tampoco en el ámbito del
señala Rodríguez-Rodriguez, como medio para la Derecho Civil peruano encuentra asidero la teoria
consecución del objeto perseguido en la medida de los <<actos ultra vires» acogida por la jurispru-
que ella no implique un cambio de finalidad» 6• dencia anglosajona. Ello resulta claro si se anali-
zan las causales de nulidad y anulabilidad conte-
Por otro lado la opinión, categórica, de Joaquín nidas en los artículos 219 y 221 del Código Ovil.
Garrigues y Rodrigo Una:
En suma, consideramos que cualquier responsabi-
«En cualquier caso, el objeto social no constituye lidad derivada de actos que exceden el objeto so-
un marco que delimite la capacidad jurídica de la cial, celebrados por apoderados debidamente fa-
persona moral sociedad anónima en Derecho es- cultados, se dilucida en el interior de la sociedad,
pañol. Así lo ha reconocido la Jurisprudencia del de acuerdo al procedimiento establecido por el ar-
Tribunal Supremo (Sentencia de 5 de Noviembre tículo 173 de la Ley General de Sociedades. Conse-
de 1959) y la Dirección General de los Registros cuentemente, la empresa no puede argumentar la
(Resolución de 8 de Octubre de 1964), quienes po- nulidad de los mismos frente a terceros, ni mucho
nen de relieve que en nuestro Derecho, por prin- menos exceptuarse de responsabilidad frente a
cipio, las personas jurídicas gozan de una capad- estos últimos.

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