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En lo principal: Informa. Primer Otrosí: acompaña documentos.

Segundo Otrosí: establece


patrocinio y poder.

I. C. de Apelaciones de Santiago

Fernando Soto Concha, Profesor, en representación en su calidad de Rector del Instituto


Nacional José Miguel Carrera, corporación educacional sin fines de lucros, ambos domiciliados
en Arturo Prat 33, Comuna de Santiago, a US. ILTMA, en autos de protección rol ICA 4-2018,
con respeto digo:

Que encontrándome dentro de plazo, vengo en evacuar el informe solicitado por SS. respecto
del recurso de protección interpuesto por los señores Mauricio Martinez, Antonio Alvarez,
Rodrigo Vallejos, Dante Pesce, en representación de los señores Pedro Prado Peña, Martín
Martínez Mendoza, y Alvaro Alvarez Aguilar, solicitando el rechazo de dicho recurso en virtud
de los antecedentes y consideraciones de hecho y de derecho que trataré brevemente:

I. Extemporaneidad del Recurso


Conforme al Auto acordado sobre tramitación y fallo del Recurso de Protección de las garantías
constitucionales1 el plazo para deducir el recurso es de 30 días hábiles corridos desde la fecha
de la comisión del acto supuestamente ilegal y/o arbitrario que causó la vulneración.

De acuerdo a la lectura del recurso y de los hechos relatados, el supuesto acto ilegal y arbitrario
que alegan los recurrentes se habría producido el día 20 de septiembre de 2018, en
circunstancias que el recurso fue presentado ante este ilustrísimo Tribunal con fecha 15 de
Noviembre. La interposición del recurso excedió en más de 20 días el plazo fatal establecido
por las disposiciones normativas mencionadas. En resumen, la acción de protección intentada
es extemporánea, y por lo mismo debe ser desestimada.

II. Antecedentes
Los recurrentes alegan infracciones en lo esencial a los derechos al resguardo la integridad
física y psíquica de la persona, de igualdad ante la ley y de propiedad conferidos por el artículo
19° números 1, 3 y 24 a raíz de la expulsión de los alumnos del Liceo Instituto Nacional José
Miguel Carrera (Desde ahora IN), acto supuestamente ilegal y arbitrario.

Efectivamente, como se señala en el recurso los alumnos fueron expulsados del colegio
después de haberlo determinado así el Consejo Académico, el día 20 de septiembre del
presente año 2018. Las razones serán desarrolladas a lo largo del presente, pero la principal
puede sintetizarse de la siguiente manera: los estudiantes fueron expulsados al haberles
imputado participación en los hechos ocurridos desde el día 3 a el día 14 de Septiembre que,

1
Corte Suprema, 17 de julio de 2015. Acta nº 94-2015, numeral primero: “El recurso o acción de protección se
interpondrá ante la Corte de Apelaciones en cuya jurisdicción se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión
arbitraria o ilegal que ocasionen privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de las garantías
constitucionales respectivas, o donde éstos hubieren producido sus efectos, a elección del recurrente, dentro del
plazo fatal de treinta días corridos contados desde la ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión o, según la
naturaleza de éstos, desde que se haya tenido noticias o conocimiento cierto de los mismos, lo que se hará constar
en autos”.
en el contexto de una toma de las dependencias del Instituto Nacional, significaron pérdidas
millonarias para el presupuesto del liceo, avaluadas en aproximadamente el 40% de este.

El día 3 de septiembre se inició una toma del establecimiento. El inspector del liceo, don
Alejandro Vargas facilitó las llaves del establecimiento a los estudiantes que lideraron la
movilización, con la salvedad no mencionada en el libelo demandante de que estas llaves no
eran las necesarias para acceder por completo a cada espacio del establecimiento educacional.
Fueron exclusivamente cinco, a saber: 1) llaves que abren las puertas de acceso principal, 2)
llaves que abren las aulas del primer piso del sector, 3) llaves que abren las puertas del casino
JUNAEB, 4) llaves que abren las puertas del salón de honor, y 5) llaves que abren las puertas
del acceso vehicular.

El día martes once de septiembre, a las 13:30 horas se inicia un incendio dentro de las
dependencias del liceo provocado por la manipulación de elementos inflamables dentro del
recinto educacional, en el cual, al momento de iniciarse el siniestro se encontraban 10 alumnos,
de nombres: Juan Juanes, Andrés Andrade, Álvaro Alvaría, Braulio Bravo, Marco Marques,
Hernando Hernández, Martin Martínez, Fernando Fernández, Gonzalo Gonzalez y Pedro
Prado. Al lugar acuden bomberos de la sexta compañía de Santiago, controlando a tiempo el
siniestro. Minutos más tarde, concurren al lugar el rector del liceo, don Fernando Soto, junto al
inspector general don Alejandro Vargas y don José Manuel Subercaseaux, notario público
encargado de dejar constancia de los destrozos y los daños. Don Fernando Soto, habiendo
terminado los peritajes correspondientes hace entrega personal a todos los alumnos
mencionados de una comunicación (adjunta en los instrumentos de prueba) en la cual se cita a
los alumnos junto a sus apoderados a reunión con carácter de urgencia para el día miércoles 12
de Septiembre, donde se discutirá el asunto del incendio, los culpables, los daños y las
acciones administrativas que el establecimiento debiese tomar acorde al conducto regular de la
norma institucional.

Sin embargo, los alumnos Álvaro Álvarez, Martín Martínez y Pedro Prado, tras negarse a recibir
la notificación de manos del rector, en supervisión del notario, procedieron a destrozarlas frente
al ministro de fe, quien se encontraba en compañía del inspector general. Esto últimol fue
consignado ipso facto en la hoja de vida de los alumnos. También se hizo constancia de este
hecho a través de un acta notarial.

El día miércoles 12 de septiembre, en las afueras del Instituto Nacional General José Miguel
Carrera, concurren los alumnos que estuvieron presentes al momento del incendio junto a sus
apoderados, a tener la oportunidad de relatar su versión de los hechos, junto con ofrecer sus
descargos, pruebas y observaciones. Acuden a esta citación sólo 7 de los 10 estudiantes
convocados, los cuales reconocen la responsabilidad recaída en los destrozos que produjo el
incendio provocado el día anterior, incluyendo dentro del relato a los tres alumnos que
rechazaron la posibilidad de ofrecer su versión de lo ocurrido (Antonio Alvarez, Mauricio
Martínez y Pablo Prado), Sin perjuicio de esto, se decidió enviar un correo electrónico a los
apoderados de los 3 alumnos (los cuales se encontraban consignados en la ficha de cada
alumno con los datos proporcionados por los mismos apoderados) con los que fue imposible
comunicar la citación mediante las vías ordinarias establecidas por el Manual de Convivencia
Escolar (Desde ahora MCE). Así, Inspectoría General agotó las vías para comunicar este tipo
de situaciones a los apoderados.

Ninguno de los 6 apoderados ya mencionados concurrió a la reunión citada ni tampoco se


excusó de su participación en estas, lo cual quedó consignado en la ficha de los estudiantes,
firmando el Inspector General Alejandro Vargas y el Profesor Jefe de los alumnos, don Marco
Aurelio Aureliano.De hecho, para el día jueves 13 de septiembre, la Vicerrectoría de
Convivencia Escolar no había recibido ningún indicio de interés por el derecho a apelación.
respecto de la citación, con lo que se da por vencido el plazo fijado por el MCE de un día hábil2.

Producto de los daños que sufrió el recinto educativo, las clases no pudieron ser retomadas
hasta reparar la infraestructura dañada. La toma fue declarada en baja el día viernes 14 de
septiembre por los estudiantes, aún cuando las dependencias fueron evacuadas el día lunes 11
para comenzar con la reparación estructural.

El día viernes 14, luego de un catastro sobre la totalidad de daños a la institución,


investigaciones constatan que hubo acceso por parte de los ocupantes a casi la completitud del
establecimiento. Es más, en las investigaciones que se produjeron en días posteriores al
término de la toma de la institución, se constató la pérdida de elementos patrimoniales de la
biblioteca, entre los cuales se encuentra el extravío de la primera edición traducida al español
castizo de "El Leviatán" de Thomas Hobbes, además de una copia de las cartas más
importantes del epistolario de Diego Portales, con autoría del ilustrísimo Barros Arana, sumado
a la pérdida de gran parte del mobiliario del edificio principal, como extravío de proyectores
recientemente adquiridos en el presente año escolar y materiales tanto instrumental-
educacional (ya el laboratorio de ciencias, ya el laboratorio de química) como ornamental y
estructural, caso de la destrucción de ventanales en la mayoría de las salas, fracturas de
puertas, candados, closets, etc.

Transcurridas dos semanas desde el incidente, el día jueves 20 de septiembre, la rectoría, la


vicerrectoría en conjunto con el CA toman la decisión de expulsar del Liceo a los tres jóvenes,
Álvaro Alvarez, Martín Martínez y Pedro Prado, los cuales no se presentaron a la cita antes
mencionada, ni mostraron interés en el procedimiento llevado a cabo por el mismo CA.

III. El Derecho
a. Respecto del derecho al Debido proceso

Tal como relatamos los hechos, agregando situaciones que la contraparte omitió, y junto a las
pruebas que entregamos, se aprecia en todo momento se cumplió con el procedimiento
establecido en el título VII del MCE, cobre las Faltas y Abordaje Disciplinario, el que a su vez se
subsume a la Circular que Imparte Instrucciones sobre Reglamentos Internos de los
Establecimientos Educacionales de Enseñanza Básica y Media con Reconocimiento Oficial del
Estado, del MINEDUC.

En un primer momento, después de haber hecho el peritaje correspondiente, el Rector con


conocimiento del Inspector General, les hace entrega a los alumnos encontrados en la toma al

2
Manual de Convivencia Escolar del Liceo Instituto Nacional José Miguel Carrera, 2018, nº43, letra k.
momento del incendio, de la comunicación que les informa a sus apoderados sobre la
investigación que se iniciaría contra ellos, cumpliendo con los requisitos de notificación
impuestos en el número 43, letras e) y f) del Manual: Se deja constancia en los respectivos
libros de clases -cuyas páginas se adjuntan-; Y se comunica a los apoderados agotando las
vías ordinarias -comunicación y llamado telefónico- e incluso extraordinarias -correo electrónico-
A diferencia de lo expuesto en la demanda y siguiendo lo señalado con anterioridad en el
presente escrito, Pedro, Martín, y Álvaro fueron debidamente notificados de la investigación de
la cual serían parte. La vicerrectoría, al no haber recibido ningún indicio de interés por el
derecho a apelación dio por vencido el plazo fijado por el MCE3 de un día hábil para responder.
Los aludidos, al no haber ejercido su derecho a apelación, garantizado por el actuar del
establecimiento dan paso a la siguiente consideración: declarados en rebeldía y se presume su
allanamiento. Luego, precluyó el derecho a apelación de los estudiantes con plazo de un día.

En lo referente a la supuesta parcialidad que se alega en contra de los profesores que


componen el CA que tomó parte en la decisión de la expulsión de los recurrentes, es necesario
señalar que la alineación de estos con el rector no deja de ser una aseveración poco seria,
gratuita y carente de toda prueba.

En segundo término, en el argumento aducido por la contraparte hay un reconocimiento real la


existencia de daños en contra de las dependencias del colegio. Es dable destacar que dentro
de las numerosas dependencias que sufrieron perjuicios, está precisamente la sala de
profesores de uso común de todo el cuerpo docente. Por ello, si se aceptase el razonamiento
de la contraparte acerca de la falta de imparcialidad de los profesores integrantes del CA por
haberse vistos perjudicados en los espacios que ellos ocupaban, se llegaría al absurdo que
ningún académico podría formar parte de dicho órgano por el mismo motivo.

Existen diversos consejos estatuidos por el IN para ser consultados. Ejemplo de uno de ellos es
el Consejo de Escuela. Este consejo está compuesto por diversos funcionarios e integrantes de
la comunidad escolar. Por ello, sin perjuicio del supuesto que el voto de profesores
supuestamente alineados con el rector, cuestión que en todo caso desmentimos, dada la
magnitud de los daños y el hecho que estos se extendieron a innumerables dependencias del
establecimiento, si se extrapola la argumentación de los recurrentes se llegaría, incluso, a la
paradoja que cualquier persona medianamente ligada al Instituto Nacional – Directivos,
auxiliares, alumnos, ex-alumnos, apoderados, inspectores, funcionarios municipales, etc. –
estaría impedida de formar parte de dicho comité, por verse afectada directa o indirectamente.

En tercer término, respecto de la composición del CA que adoptó la decisión, de acuerdo con
las disposiciones especial del MCE4, el consejo académico está facultado para tomar parte en
la toma de decisiones respecto de este tipo de actos.

Aun cuando lo expuesto hasta este punto resultase insuficiente y se considerase razonable el
argumento expuesto por los recurrentes acerca de la imparcialidad imbuida en la toma de la

3
Ibídem.
4
MCE, Disposiciones especiales, nº2.1: “El consejo de académicos tiene facultades resolutivas”.
decisión, este razonamiento, ateniéndonos al tenor literal del recurso5, implica solamente a los
profesores, que son solo una parte del consejo académico. Es inconsistente alegar la
parcialidad de la completitud de un órgano solo porque se le adjudique esta misma a una parte
específica.

Creemos improcedente la afirmación de que la expulsión de los alumnos responsables de los


daños ya señalados sea un acto que no considera los principios de proporcionalidad e
ilegalidad. Por un lado, existe un claro equilibrio entre los fines perseguidos por la actuación del
establecimiento y los medios utilizados, siendo el fin perseguido la retribución que requiere la
comunidad escolar en su totalidad en vista de la cuantía de los daños y el medio, la expulsión
de los alumnos que los cometieron. Por otro lado, el acto posee pleno respaldo en la normativa
correspondiente, esto es, lo dispuesto en el MCE, en las disposiciones especiales nº2.26: “La
sanción establecida para el daño a la infraestructura o mobiliario del establecimiento, será la
suspensión o expulsión”.

b. Improcedencia del recurso de protección respecto del derecho a la propiedad privada


recaído sobre la matrícula de los alumnos

En vista de los incidentes imputados a los aludidos, tomando en consideración del


incumplimiento conductual materializado en daños que afectan a ambas partes, a decir verdad,
los expulsados y el colegio. La invocación del derecho de propiedad sobre la matrícula, derecho
supuestamente contraído a raíz del perfeccionamiento de un contrato educacional, es bastante
antojadiza. En realidad la jurisprudencia demuestra que la acogida del derecho de propiedad en
subsidio de la defensa derecho de educación es un caso bastante particular. Si bien distintas
cortes de apelaciones han considerado que la prestación del servicio educacional cabe dentro
de los derechos que componen el patrimonio de una persona, esta consideración contempla
casos como por ejemplo el de una mujer a la que se le cancela la entrega de la prestación de
un establecimiento privado de educación superior al no inscribir los ramos que había aprobado,
motivado únicamente por deudas impagas. La jurisprudencia parece razonar en pos de que “el
establecimiento universitario mediante un acto arbitrario e ilegal le ha conculcado sus derechos
constitucionales previstos en el artículo 19 N° 10 y 24 de la Carta Fundamental, el derecho a la
educación y a la propiedad, en forma arbitraria e ilegal, al no permitírsele inscribir sus ramos no
obstante haber aprobado satisfactoriamente los certámenes del segundo semestre del año
2005”7. La regla general en los fallos respecto de estos casos dilucida que la propietarización
del derecho a la educación no es el medio adecuado para proteger el derecho a la educación,
no contemplado dentro de los derechos de los que puede exigirse su respectiva tutela a través
del recurso de protección, sobre todo, porque a priori no tiene relación con el ámbito

5
Dice el recurso: “[…] se vulnera el derecho al debido proceso en tanto quienes juzgaron y determinaron la sanción
disciplinaria no contaban con la imparcialidad necesaria para determinar la sanción correspondiente, pues el
consejo académico que determinó la sanción está compuesto precisamente por algunos de los profesores que se
vieron directamente afectados por los destrozos de la toma, al ser sus oficinas y espacios comunes perjudicados
por la acción de algunos estudiantes. […]”.
6
MCE, Disposiciones especiales, nº2.2.
7
Humberto Nogueira. (2008). El derecho a la Educación y sus regulaciones básicas en el Derecho Constitucional
chileno e internacional en Revista Ius et Praxis, año 14, n° 2, p. 249.
patrimonial8, salvo que para ejecutar una sentencia se tenga que considerar de tal forma. Esto
último significa que hay un derecho de propiedad que recae sobre la prestación siempre y
cuando sea considerado por un tribunal de tal manera tomando en consideración los hechos
que motivan su afectación. La jurisprudencia, respecto de estas consideraciones, no tiene una
línea unívoca. No siempre se acogen los recursos de protección que invocan la defensa del
derecho de propiedad en subsidio de la defensa del derecho a la educación y generalmente,
cuando no se acogen, es porque la corte que toma conocimiento del caso considera el acto en
cuestión como un acto proporcional en vista de los hechos que lo motivan. y ateniéndonos a los
hechos de este caso, no se puede constatar que dicho derecho haya significado una variación
en el patrimonio de los recurrentes, pues no hay ninguna incorporación pecuniaria al
Patrimonio, ni tampoco hay una disminución en los activos, puesto que al tratarse de un
establecimiento de educación fiscal, tanto su matrícula como su arancel son gratuitos.

No obstante la doctrina y el derecho reconoce que no es necesario que una cosa deba tener
utilidad pecuniaria, para considerarla como un bien susceptible de ser apropiado; y que además
se reconoce la apropiabilidad de derechos sobre bienes incorporales, esta discusión se refiere a
materias de derecho civil que escapan al conocimiento que se pide al tribunal con la acción de
los demandante. El derecho a la matrícula es fruto de una relación contractual con derechos y
obligaciones recíprocas. Cierta jurisprudencia reconoce distintos ámbitos del derecho de
propiedad de la educación, contraídos con la matrícula: como a la condición de alumno; a la
progresión en los cursos, satisfechos los requisitos internos; y derecho sobre la graduación.9
Pero dichos derechos van relacionados con los deberes de cumplir el reglamento escolar
vigente y el Proyecto Educativo del Establecimiento, que sus padres declararon conocer y
aceptar al momento de firmar la matrícula. Mientras tanto, las autoridades del Instituto Nacional,
desprendido de la garantía consagrada en el número 11 del artículo 19 de la Constitución
Política de Chile, tiene las facultades para poder llevar a cabo su Proyecto Educativo, cuya
concreción se manifiesta en distintos reglamentos, entre ellos el Manual de Convivencia Escolar
que estipula las medidas disciplinarias y las formas de aplicarlas en caso de contravención de
las normas internas. Dicho ello, el incendio, los destrozos, y en general todos los daños y
perjuicios provocado por los estudiantes en contra la comunidad educativa, se constata como
un incumplimiento de sus obligaciones como estudiantes.

Cómo se hace notar el carácter contractual que tomarían los argumentos iniciados por los
recurrentes, junto a los hechos y conclusiones demostradas a lo largo de nuestro libelo, la
acción de protección referente al derecho de propiedad sobre la matrícula es improcedente. Tal
como arguye la contraparte y la doctrina, el recurso de protección es una “acción cautelar de
derechos constitucionales, que tiene por objeto restablecer el imperio del derecho frente y dar la
debida protección al ofendido cuando aquél se ve quebrantado por actos u omisiones arbitrarios
o ilegales que perturban, privan o amenazan el legítimo ejercicio de algunos de los derechos
garantizados en la misma Constitución.”10

8
Ibídem, pp. 241-266.
9
Ibídem, p. 260.
10
Marcelo Brunet Bruce, José García García. (2006). Libertad de enseñanza, jurisprudencia de protección y justicia
constitucional. En Sentencias Destacadas 2006.
Se desprende que la procedencia del recurso de protección sobre la propiedad de algún bien,
depende de que la vulneración, privación o amenaza provenga de un acto u omisión que sea
arbitrario o ilegal. Cómo queda demostrado a lo largo de esta contestación, el actuar del rector
Fernando Concha al imponer las medidas disciplinarias que significó la vulneración de la
propiedad sobre la Matrícula, se atuvieron en todo momento al procedimiento establecido con
anterioridad a la perpetuidad del hecho, y la gravedad del asunto -destrucciones y daños que
equivalen a mil quinientos millones de pesos- es proporcional de acuerdo al mismo reglamento
a la medida de expulsión. No existe arbitrariedad e ilegalidad que hagan aceptar a vuestra
ilustrísima Corte la acción requerida.

En fin, si consideramos la gracuantía de los daños de los que resultan, ser importantes los hijos
de los recurrentes, estamos en vista de una afectación razonable del supuesto derecho de
propiedad que recae sobre el derecho de propiedad.

c. Inconsistencia de la referencia a la afectación del derecho a la integridad física y


psíquica de la persona

En el recurso, pese a que se invoca la defensa del derecho a la integridad física y psíquica de la
persona no se aduce de forma clara y concisa la vulneración de dicho principio por parte del
acto del establecimiento educacional. En efecto y respecto de la primera, es necesario tener
muy presente que el recurso no señala la forma en que se ha producido la vulneración a la
integridad física de la persona y cabe recalcar que visto objetivamente la enunciación de la
defensa de este principio está fuera de todo contexto. Además, no es deber del tribunal ni del
recurrido presumir la vulneración solo por ser enunciada.

Respecto del derecho a la integridad psíquica, cabe esgrimir algo similar: la falta de pruebas
solo nos deja ante la mera enunciación de la afectación del derecho al respeto de integridad
psíquica debido a una supuesta estigmatización sufrida por los tres alumnos expulsados a
modo de consecuencia de los hechos que a ellos les fueron imputados.

Nuevamente, recalcamos el carácter legal del acto cuestionado. Ahora, como en toda actuación
administrativa cabe la posibilidad de afectación de derechos conferidos a personas11, en este
caso, a personas imputadas como responsables de los destrozos ocurridos entre el 3 y el 10 de
septiembre del año 2018. Lo importante se encuentra en determinar la calidad de legal y no
arbitraria del acto.

Si los argumentos hasta acá expuestos son insuficientes y suponemos que la aducción de la
defensa de los derechos a la protección de la integridad física y psíquica de la persona - una
defensa caracterizada por ser infundada, imprecisa y, por lo bajo, exagerada - es considerada
por el tribunal cabe señalar que la afectación de estos derechos se produjo en miras de aplicar
una medida legítima y necesaria, visto y considerando los hechos que se les imputan a los
alumnos expulsados. Primero, la medida es legítima por estar basada en las disposiciones del
MCE12. Luego e insistimos en considerar lo siguiente: es necesaria por ser una medida que

11
Andrés Bordalí, Juan Carlos Ferrada. (2002). Las facultades juzgadoras de la Administración. En Revista de
Derecho Vol. XIII, p. 189.
12
MCE, nº43, Abordaje de la Indisciplina y Debido Proceso; nº44, letra e, Expulsión.
busca una sanción para los responsables de pérdidas millonarias que afectan a la comunidad
del liceo en su conjunto, utilizando un criterio claramente retributivo.

IV. Se concluye
Que al negarse a participar, los expulsados, de la instancia ofrecida por el IN para hacer
descargos respectivos y presentar pruebas precluyó su oportunidad de presentar argumentos a
su favor en el proceso que se llevaba a cabo para estos tres alumnos. Con esto, el acto no
omite los requisitos impuestos y cumple con el derecho a ser oído de los estudiantes, antes de
determinar la sanción. Cabe resaltar también que, habiendo el establecimiento cumplido con su
deber de realizar las notificaciones pertinentes de las citaciones a los apoderados de los
alumnos sindicados como presuntos responsables de los daños y destrozos producidos a la
infraestructura del establecimiento, como se mencionó anteriormente, utilizando las vías
formales establecidas por el MCE e incluso otras extraordinarias como se consta a continuación
mediante copia íntegra de la comunicación tipo que fue entregada a los alumnos, fotocopias de
las fichas de los estudiantes, y copia de los correos electrónicos enviados y, además, habiendo
expuesto razones para que el argumento acerca de la imparcialidad de los profesores que
fueron consultados es, bajo los suficientes puntos de vista, un absurdo, declaramos la
invocación de la defensa del derecho al debido proceso completamente improcedente. Y es
improcedente en tanto y en cuanto, los aludidos han sido sancionados acorde a un proceso
conforme a las distintas normas provistas tanto en el reglamento del establecimiento como por
los organismos correspondientes y no se han visto sujetos a ningún otro acto administrativo que
implique alguna afectación de derechos mediante mecanismos irregulares sin relación con la
normativa dispuesta para regirá a la comunidad escolar del Instituto nacional. Finalmente, la
invocación del resguardo al derecho de debido proceso encuentra dentro de su argumentación
más potente la implicancia que se hace de los profesores que formaron parte del consejo al que
le fue consultada la decisión. Siendo esta argumentación un absurdo, la contraparte está
exigiendo a un tribunal de justicia la inhabilidad de resolver a un órgano eminentemente
resolutivo.

Referido a la afectación del derecho de propiedad de la matrícula, corresponde aceptar recurso


alguno cuando el acto u omisión sea arbitrario e ilegal, cosa que no sucede en este caso. Por lo
tanto aceptarlo sería discutir un tema civil en una acción de justicia constitucional, cosa que
disminuiría eficacia al recurso de protección como institución para cautelar garantías
constitucionales, y proteger el Estado de Derecho.

En cuanto a la vulneración de la integridad física y psíquica de los alumnos sancionados, la


contraparte no ha presentado siquiera un relato que permita establecer una relación de
causalidad entre hechos y derechos vulnerados, no siendo responsabilidad de esta contraparte
probar la no comisión de un presunto acto injusto que hubiese ocasionado daño a los
recurrentes.

Por último, como se ha demostrado a lo largo del presente, tanto los principios de
proporcionalidad como el de legalidad han sido debidamente considerados por parte del
establecimiento educacional al momento de tomar acción. Negamos de plano la arbitrariedad e
ilegalidad del acto en cuestión
POR TANTO:

RUEGO A S.S. ILTMA., tener por evacuado el informe solicitado y en mérito de lo informado,
antecedentes y disposiciones citadas, rechazar el recurso de protección, con costas.

PRIMER OTROSÍ: Sírvase SS Iltma. tener por acompañado en parte de prueba los siguientes
documentos:

1) Hoja de vida de los estudiantes expulsados.

2) Acta notarial en la que consta la fecha de los sucesos que causaron graves daños a la
constitución.

3) Comunicación en la que se notifica al estudiante el inicio del proceso de conocimiento sobre


los acontecimientos ya previstos.

SEGUNDO OTROSÍ: Sírvase SS Iltma. tener presente que confiero poder y designo abogados
patrocinantes a los señores Mauricio Muñoz Hernández, cédula de identidad 19.958.129-5;
Jonatán Espinoza Cayupán, cédula de identidad 18.276.314-4, Joaquín Olbertz Tossi, cédula
de identidad 19.685.899-7, y Ulises Nanjarí Suazo cédula de identidad 19418109-4, con
domicilio para estos efectos en Pío Nono N°1, comuna de Providencia, Santiago, quienes
podrán actuar conjunta o separadamente en esta causa. El poder conferido a los mencionados
abogados, comprende todas las facultades de ambos incisos del artículo 7° del Código de
Procedimiento Civil.

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