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La constitución política debe tener un fundamento de validez, esto es, requiere de una
norma o criterio que le procure un fundamento de validez. Esta norma o criterio proviene
de elaboraciones teóricas más que de un aspecto normativo legal, aportadas por diferentes
autores de la ciencia del derecho. Ahora bien, al respecto Hans Kelsen y H.L.A Hart
determinan corrientes que exponen criterios de validez y por lo tanto de unidad del mismo,
como a continuación se esboza:
La norma fundante básica según Hans Kelsen: para Kelsen, el ordenamiento jurídico se
estructura por un conjunto de normas coactivas válidas. La validez formal de una norma
jurídica depende de la conformidad en su creación con una norma superior en lo que atañe
al procedimiento de creación, competencia y contenido, tanto en el derecho interno como
en el internacional. La unidad en el ordenamiento jurídico se da por la existencia de una
norma de la cual derivan la existencia o validez las demás normas jurídicas constitutivas de
ese orden jurídico, que se denomina norma fundante básica.
La regla de reconocimiento según H.L.Hart. Para este autor existen dos tipos de reglas que
conforman el ordenamiento jurídico. Las primarias y las secundarias, siendo la regla de
reconocimiento un tipo de ésta última. Las primarias prescriben acciones u omisiones,
mientras que la secundaria despliega su sentido en el de conceder potestades públicas o
privadas para el cambio, extinción o limitación de las reglas primarias. Dicha regla de
reconocimiento se conoce como derecho porque procura los criterios conforme los cuales
se determina la pertenencia de una regla cualquiera al sistema jurídico de un Estado, a
quienes se propone identificar el derecho y por tanto, considerar su validez como enunciado
interno. Esta regla, para Dworkin, es insuficiente para determinar lo que es derecho, en la
medida en que solo comprende las reglas jurídicas y no los principios y directrices
jurídicos, que también son normas, aunque de naturaleza diferente a las primeras y a las
normas de derecho consuetudinario. Además, hay principios que no pueden ser
identificados por la regla de reconocimiento, o porque son muy numerosos, o porque son
muy efímeros, o muy susceptibles al cambio, o no permiten ser identificados como
principios de derecho adaptables a la historia institucional y a las prácticas de un orden
jurídico.
Dentro de los tipos de reglas secundarias, encontramos, además, reglas de cambio, las
cuales definen la manera de realizar contratos, celebrar matrimonios, etc.” Ellas consisten
en la concesión de potestades públicas y privadas para la alteración o derogación de los
contenidos con las normas primarias. Por otro lado, las reglas de adjudicación, que
establecen las formas propias como las potestades deben ser ejercidas, indicando funciones,
competencias de tribunales y recursos” y por último , la regla de reconocimiento detallada
con anterioridad.
2.2 La coherencia
La coherencia se refiere a la armonía de los contenidos normativos, dado el presupuesto
lógico de no contradicción en la unidad. Por ejemplo, no pueden subsistir en el
ordenamiento jurídico dos normas contradictorias sobre un mismo objeto de regulación,
una que prohíba y otra que permita un comportamiento de interés para el derecho. El
mismo orden jurídico, procura al operador jurídico de mecanismos para superar las
aparentes contradicciones entre supuestos normativos, a través de la interpretación y la
aplicación del derecho.
Es decir, aluden a la contradicción que puede existir entre normas jurídicas que pertenecen
a un mismo ordenamiento jurídico, como el que puede existir entre una norma posterior y
otra anterior, entre una general y otra especial, o una superior y otra inferior. Las normas
del orden jurídico no deben subsistir contradictoriamente y por ello el mismo orden
establece sus propias reglas para solucionar estas antinomias, y que por ello son aparentes.
Cuando se habla de contradicciones normativas, se hace referencia a los contenidos de las
normas y por ello, la explicación de las antinomias se comprende mejor teniendo en cuenta
el carácter dinámico del ordenamiento jurídico, desde el que la validez de una norma se
fundamenta en la delegación de autoridad de otra superior, y no en la coherencia o
incoherencia de su contenido.
Para dicho problema, Kelsen advierte que las dos normas que entran en conflicto son
válidas, porque de lo contrario no existirían y se resolvería el caso atendiendo a la vigente.
Se distinguen, además, las antinomias solubles y las insolubles. Las primeras las llama
Norberto Bobbio como antinomias “aparentes” por cuanto que su solución se da con las
reglas dispuestas por el derecho legislado como los criterios cronológico jerárquico y de la
especialidad; mientras que existen otras que son aquellas en las cuales el intérprete queda
abandonado a sí mismo, ya sea por la ausencia de un criterio o por un conflicto entre los
criterios dados.
Ahora bien, las antinomias en el derecho colombiano se conforman desde los distintos
ámbitos de válidez de la norma jurídica (temporal, espacial, personal y material). El mismo
ordenamiento provee al operador jurídico las reglas técnicas para su superación. El
ordenamiento jurídico por su parte, otorga las siguientes reglas de corrección: jerarquía,
cronológico, especialidad y concurrencia.
3.1 La analogía
Por disposición legal, cuando no haya ley exactamente aplicable a un caso, se aplicarán las
leyes que regulen casos o materias semejantes y en su defecto la doctrina constitucional y
las reglas generales del derecho. Un ejemplo puede ser la aplicación de las normas del
código civil referidas al contrato de compraventa, a un caso en donde las contradicciones
entre las partes contratantes provengan de un conflicto de intereses derivados de un
contrato de permuta. Segundo, la analogía iuris, en la cual se aplica cuando no existe norma
para la solución de un caso en concreto, usando entonces una regla general del derecho que
es creada e inducida por los altos tribunales a través de sentencias.
Entre las normas de Constitución, ellas tienen la misma jerarquía y dado el evento de que
una norma constitucional contradiga otra de igual índole, podrá preferirse la aplicación de
alguna de ellas. Se habla de jerarquía en las normas constitucionales solo en sentido de
hermenéutica constitucional.
Existen otras normas de rango constitucional que son las que hacen parte del bloque de
constitucionalidad conformado por las reglas y principios de orden constitucional a los
cuales deben sujetarse las normas de rango inferior que conforman el orden jurídico de un
Estado. Una norma de derecho internacional entonces puede considerarse como superior
jerárquica. La norma de derecho internacional posee rango constitucional y es superior
jerárquica de la ley, los actos administrativos y los actos jurídicos particulares.
Las normas del bloque de constitucionalidad pueden ser denominadas como de tipo
dogmático y contienen esencialmente principios y reglas que se dirigen a la protección de la
dignidad humana.
Las normas del bloque de constitucionalidad se han de interpretar en forma consistente con
el texto de la Carta Política, de manera que se integre con este en forma armónica para
constitutir un parámetro coherente de obligatorio cumplimiento para el legislador.
Las normas que forman parte del bloque de constitucionalidad no constituyen referentes
atonomos de control de constitucionalidad, y la Corte Constitucional no es juez de
convencionalidad en el sentido de que no es de su competencia verificar la conformidad de
las leyes con los tratados internacionales. Esta misma entidad ha expresado que las normas
que forman parte del bloque de constitucionalidad cumplen con una función interpretativa
del derecho, en la edida en que a partir de ellas se determina o esclarece el contenido de las
cláusulas constitucionales, así como los márgenes de aplicabilidad de los derechos
fundamentales. Al mismo tiempo cumplen una función integradora del derecho cuando a
falta de las disposiciones constitucionales se amplican las normas que integran el bloque de
constitucionalidad.
El control constitucional
Se advierte que existen corrientes del constitucionalismo contemporáneo que afirman que
el juicio de constitucionalidad, además, puede realizarse conforme valores de contenido
deontológico fundamentales para una sociedad determinada. En el Estado constitucional
existe una recarga de funciones en el juez constitucional y ordinario. Al primero le
corresponde un control de constitucionalidad concentrado, propio de un sistema jurídico
que comprenda un órgano de jurisdicción constitucional, encargado de declarr la
inconstitucionalidad de las leyes y de algunos decretos del presidente con fuerza de leym
conforme la competencia establecida por la constitución y las respectivas acciones
procesales constitucionales. También se le conoce como control normativo abstracto de
constitucionalidad. Otra cosa ocurre con el control difuso de constitucionalidad que
consiste en la facultad y deber de los jueces ordinarios y demás servidores públicos, de
garantizar la supremacía y eficacia de la constitución, al ordenar la subordinación de los
actos jurídicos de las entidades públicas a esta norma, que comprende las decisiones de los
mismos jueces.
Este control puede ser ejercido de manera automática por la Corte o por via de acción
pública de inconstitucionalidad. Los fallos que la Corte emita hacen tránsito a cosa juzgada
constitucional. También el control de constitucionalidad lo puede ejercer el Conejo de
Estado, pero no sobre las leyes o decretos del presidente con fuerza de ley, sino sobre los
decretos reglamentarios constitutivos de actos jurídico-administrativos o de poder, emitidos
con fundamento en las facultades otorgadas por la Constitución política al presidente de la
república.
Los efectos de las sentencias de exequibilidad son obligatorios, tienen efecto erga omnes,
rigen por regla general hacia el futuro y hacen tránsito a cosa juzgada material.
Dworkin ataca a H.L.A. Hart especialmente porque este no tiene en cuenta en el concepto
de derecho, los principios. Un principio es un estándar que ha de ser observado porque es
una exigencia de la justicia, la equidad o alguna otra dimensión de la moralidad, como
aquel que expresa que nadie puede beneficiarse de su propia injusticia. Directriz es el
estándar que propone un objetivo que ha de ser alcanzado, generalmente una mejora en
algún rasgo económico, político o social de la comunidad. Un principio, según Dworkin es
un imperativo moral como puede ser de justicia. La diferencia entre reglas y principios es
una distinción de naturaleza lógica. Mientras las reglas se aplican de manera disyuntivas, en
la medida en que si los hechos que estipulan una norma están dados, y la norma es válida,
entonces se aplica. Los principios en cambio nisiquiera establecen consecuencias jurídicas
que se sigan automáticamente cuando se satisfacen las condiciones de aplicación.
Otro criterio de diferenciación establecido por Dworkin es el que los principios tienen una
dimensión de peso o importancia, lo que implica en la solución del evento en que concurran
varios de ellos, acudir al criterio de la proporcionalidad e importancia. Las reglas en cambio
cuando colisionan o se contradicen, una de ellas no puede ser válida y su solución se da a
partir de reglas que todo orden jurídico considera. La solución del caso a partir de
principios crea una nueva norma. Es decir, los principios por sí mismo no resuelven un caso
en cuestión sino cuando el juez o el tribunal precisa la prevalencia de un principio sobre
otro, esta decisión es la constitutiva de una regla del derecho para la solución de tal caso.
Con esto se comprueba la inescindible relación entre moral y derecho, que incide en la
decisión judicial, la creación normativa y la crítica al derecho.
Para esteautor las reglas son normas jurídicas de todo o nada, es decir, tienen el carácter de
mandatos definitivos, por ello contienen determinaciones en el ámbito de lo fáctico y
jurídicamente posible. En cambio, los principios son mandatos de optimización que
ordenan que algo sea realizado en la mayor medida posible de acuerdo con las posibilidades
jurídicas y fácticas, entendiendo entonces que los mismos pueden ser satisfechos en grados
diferentes y que ello no solo depende de posibilidades fácticas sino también jurídicas. Esto
implica que cuando colisionan, requieren de la ponderación, que es la forma de
interpretación de estas normas. Frente a la colisión de principios, uno debe ceder ante el
otro, lo que no lleva a su exclusión del ordenamiento jurídico ni a que haya que introducir
una excepción al mismo; lo que sucede es que un principio precede al otro. No existen
principios absolutos que siempre prevalezcan sobre los demás, salvo la dignidad humana.
Las posibilidades fácticas a las que alude Robert Alexy hacen referencia a dos subreglas: la
de idoneidad y la de la necesidad. En segundo lugar, cuando remite a las posibilidades
jurídicas está hablando de la ley de la ponderación que expresa que cuanto mayor sea el
grado de no realización de un principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la
satisfacción del otro.
Para Robert Alexy el sistema juridico más indicado para un estado constitucional de
derechos es el compuesto por reglas, principios y procedimientos (tres niveles).
Estos criterios parten del problema que reconocen una misma presentación de los
principios, cuando en realidad se muestran de manera heterogenea. Cada caracterización
enfrenta distintas críticas. El primero, los principios suelen formularse de manera más vaga
que las reglas, aludiendo a un criterio de grado, mas no definitivo. Segundo, existen
principios que denotan de manera clara el hecho condicionante, como el principio de
igualdad. Tercero, la fundamentalidad de los principios es subjetiva porque para cada cual
será fundamental o no.
Harnán Valencia Restrepo ha señalado que estos tienen como funciones la creación,
interpretación e integración del derecho. 1. Creación. Porque los principios indican,
limitan, guían, son fuente material del resto de las normas que conforman el ordenamiento
jurídico 2. Interpretación. Porque los rincipios guian e indican el sentido normativo de los
preceptos jurídicos 3. Integración. Porque la corte constitucional ha indicado que a falta de
norma aplicable a un caso, o análoga, se aplicarían los principios jurídicos.
- Sobre la ponderación
Se ha dicho que los conflictos entre principios se resuelven con la ponderación o balance.
Existen diversos tipos de conflictos entre principios, a saber: 1. El conflicto necesario,
cuando los supuestos de hecho concretos regulados por un principio son también regulados
de forma incompatible por otro principio, por ejemplo, la presunción de inocencia con la
detención preventiva. 2. El conflicto contingente, donde dos principios entran en colisión
solo cuando se aplican a casos concretos. Ejemplo, el caso hito en el derecho colombiano
que se denominó como “el de los testigos de Jehová” que consistía en la renuencia de un
miembro de esta religión a aceptar una transfusión de sangre. No existen reglas definidas
por la ley para la solución de esta colisión de normas, por lo que debe aplicarse la
ponderación o balance de principios en caso concreto. La razón radica en que algunos de
los supuestos de hecho de un principio coinciden con algunos supuestos de hecho de otro
principio de forma incompatible, dando mayor peso a un principio sobre otro para que
prevalezca y consecuentemente sea aplicado.
Los principios generales del derecho han sido, y son, no solo fuente supletoria del orden
juridico sino normas jurídicas de aplicación a un caso que se somete a conocimiento de la
jurisdicción. Hernan Valencia Restrepo señala que los principios generales del derecho son
normas jurídicas, implícita o explícitamente positivas, fundamentales, imperativas,
axiológicas y sirven para crear, interpretar e integrar el ordenamiento jurídico.
La sentencia afirma también que recurrir a criterios extra sistemáticos frente al caso de la
ausencia de norma aplicable a un caso implica que, por ejemplo, cuando el juez acude a la
equidad como fundamento de su fallo, proyecta en la decisión del caso su concepción de lo
que es la justicia, construyendo un principio extra sistemático, que encuentre en el sistema
su fundamento formal. Indica además que no existe una decisión arbitraria sino razonable y
proporcionada, soportada en ideas genéricamente mencionadas por el ordenamiento como
derecho natural o equidad, como lo establecen la ley 153 de 1887.
4.3 La jurisprudencia
Concepto y fines
En todo caso debe seguirse por los mismos órganos que la crea, y por los de inferior
jerarquía. Lo constitutivo de fuente de derecho son los principios y doctrinas comunes que
se desprenden del conjunto de decisiones, establecidas por las altas cortes o tribunales de
justicia. A esos principios o doctrinas comunes se les conoce, precisa y acabadamente,
como reglas generales de derecho de origen jurisprudencial. El sentido de la jurisprudencia,
reconoce el hecho de que en la práctica forense hay ciertos fallos que influyen sobre otros.
Junto con el sistema de derecho continental, están el Common Law y el mixto. El common
law o derecho común es un sistema jurídico que se estructura por un determinado tipo de
instituciones jurídicas que se consideran como obligatorias y una determinada manera de
decidir los casos que se someten a la jurisdicción. Rige principalmente en Inglaterra,
Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Se caracteriza porque las sentencias judiciales
deben ser seguidas por el juez que las crea y por otros jueces y tribunales. Las sentencias
establecen el sentido de interpretación de las leyes, o pueden crear nuevas reglas de
derecho.
Una decisión de un juez cualquiera sienta un precedente que debe seguirse por él mismo y
tiene el carácter vinculante de norma legal y por otros jueces y magistrados.
La norma jurídica nace de las decisiones adoptadas por las jurisdicciones superiores, y se
contiene en el razonamiento o ratio decidendi que es la norma jurisprudencial fundamental
o núcleo en que se basa la decisión.
Según jurisprudencia reiterada por la Corte, se entiende por precedente “aquel antecedente
del conjunto de sentencias previas al caso que se habrá de resolver, que por su pertinencia
para la resolución de un problema juridico debe considerar necesariamente un juez o una
autoridad determinada al momento de dictar sentencia”. La pertinencia de un precedente se
predica de una sentencia previa cuando i) la ratio decidendi de la sentnencia que se evalua
como precedente presenta una regla judicial relacionada con el caso a resolver
posteriormente ii) cuando se trata de un problema juridico semejante iii) los hechos del caso
o las normas juzgadas en la sentencia son semejantes.
No puede decirse que el precedente jurisprudencial sea obligatorio en la misma medida que
la ley pero si es vinculante y su desconocimiento acarrea al operador consecuencias
jurídicas adversas, tanto como sanciones penales.
La doctrina probable y constitucional hace parte de lo que el articulo 230 denomina como
imperio de la ley, que la corte entiende como ordenamiento jurídico. La Corte además, ha
distinguido entre precedente horizontal y vertical. El primero es aquel que debe observar el
mismo juez o corporación que lo generó y el segundo es aquel que proviene de un
funcionario o corporación de superior jerarquía, concretamente de aquellas que en cada uno
de los distintos ámbitos de la jurisdicción se desempeñan como órganos de cierre.
- La doctrina constitucional
Las sentencias de tutela en cambio tienen doble efecto. Por un lado, son inter partes en lo
que respecta a los sujetos accionante-demandado, y por otro, inter pares, cuando la ratio
decidendi de la revisión de tutela por la Corte puede extenderse a otras personas que
demandan sobre el mismo punto controversial de derecho en casos análogos y también inter
comunis cuando los efectos se extienden a personas que no recurren a la jurisdicción pero
que son amparadas por la decisión que resuelve la tutela en la medida en que se les
conculca un derecho fundamental.
Cuando se dice que las ratio decidendi de las sentencias de tutela son vinculantes se quiere
decir que no son absolutamente obligatrias, por lo que el juez podrá apartarse del
precedente asumiendo la debida carga argumentativa. El precedente supone la existencia de
una ratio decidendi.
Entre las consecuencias de desconocer la doctrina constitucional están: por ejemplo, que el
funcionario o servidor público incurra en el delito de prevaricato por no acatar dichas
sentencias. Respecto del precedente vinculante de la corte, si el funcionario se aparta sin
asumir la carga argumentativa también incurrirá en prevaricato. Si el precedente es
desconocido por la sala, se constituirá causal de nulidad de la sentencia. Si el precedente es
desconocido por un juez en una decisión, la consecuencia es que ello constituye una causal
de precedibilidad de tutela contra la sentencia.
- Doctrina probable
La Corte al respecto precisa los contornos del lenguaje jurídico, especificando en primer
lugar que los problemas del lenguaje son evidentes y en segundo término, que la Corte a
través de la decisión judicial los precisa.
Se entiende que a los jueces se les reconoce la autonomía para interpretar las normas que
integran el ordenamiento jurídico, atendiendo los derechos fundamentales de los individuos
y los fines y la naturaleza del Estado Colombiano. No obstante se encuentra limitado al
precedente vinculante, como se encuentra sujeto a la constitución y a la ley. La razón de la
limitación está en aras de la preservación de la confianza legítima, la seguridad jurídica, la
racionalidad y la coherencia.
Toda autoridad pública debe acatar el precedente judicial dictado por las altas cortes de la
jurisdicción ordinaria, contencioso administrativa y constitucional. Pero, aquel nivel de
vinculatoriedad de las autoridades administrativas es reforzado, en tanto que por virtud del
principio de legalidad, las autoridades están sujetas al orden económico que comprende el
precedente vinculante como fuente de derecho, por cuando que el orden jurídico
colombiano no les reconoce autonomía funcional, en la forma como existe la autonomía
judicial. A las autoridades administrativas pues, les está encomendada la aplicación del
derecho vigente.
Se desconoce el precedente judicial cuando las autoridades niegan el valor del precedente
como fuente formal de derecho, o se apartan del mismo sin asumir y desarrollar la carga
argumentativa. Esto lleva a la afectación del derecho a la igualdad, lo que genera la nulidad
de la decisión judicial o administrativa.
Otra de las consecuencias es que puede incoarse una acción de tutela contra aquellas
providencias que desconocen el precedente jurisprudencial, pero dicho recurso procede
excepcionalmente. Se trata de la vulneración al debido proceso por el desconocimiento del
precedente jurisprudencial, que se origina cuando el juez ordinario desconoce o limita el
alcance de un derecho fundamental señalado por la Corte Constitucional a través de una
regla, sub regla o ratio decidendi.
Se reitera que este orden jerárquico es discutido y se refiere meramente a un orden formal
porque, materialmente una ley de inferior categoría podría ser soporte para declarar la
inconstitucionalidad de otra superior.
Las leyes orgánicas y estatutarias tienen una superioridad jerárquica sobre las demás
normas del orden jurídico y por razón de las mayorías cualificadas que requieren para su
aprobación, y por lo fundamental de su contenido, por lo que no pueden ser derogadas por
leyes ordinarias, que requieren mayoría simple.
Son aquellas que precisan o concretan los derechos y deberes jurídicos en una persona
determinada, en las circunstancias de tiempo, modo y lugar y en cosas y cantidades
determinadas. También se encuentran las sentencias que realizan un control abstracto de
constitucionalidad o legalidad.
Entre este tipo de normas se encuentran las sentencias judiciales y los fallos o actos
administrativos de contenido particular, los contratos, convenciones, actos jurídicos de
solución pacífica de conflictos, etc.
En cuanto al objeto del derecho internacional o materias que regula, se encuentran las que
confieren la capacidad jurídica a los sujetos de derecho internacional a los ámbitos de
validez de este derecho, y a las relativas a la convivencia y cooperación entre los sujetos de
derecho internacional, como las reglas y principios de la diplomacia.
Los destinatarios del derecho internacional son en primer lugar, los Estados. Sin embargo
existen otros sujetos con limitada capacidad internacional, como la Santa Sede, la Cruz
Roja y la Media Luna Roja internacional. La soberana ORDEN DE Malta y de Rodas,
organizaciones internacionales como la ONU, la humanidad y los individuos. De tal suerte
que, en cuanto a los sujetos de derecho internacional, no existe una identificación siquiera
permanente de ellos, por la aparición de nuevas entidades con esta capacidad limitada de
derecho.
Entre el derecho internacional y el derecho interno existen diversas diferencias, entre las
cuales pueden citarse que la heteronomía y la coercibilidad son desconcentradas.
Las normas jurídicas son coercibles, sin embargo la coercibilidad del derecho internacional
es desconcentrada. Una vez trasgredidas las normas jurídicas de derecho interno, debiera
ser la atribución de consecuencias jurídicas por parte del competente jurisdiccional del
Estado. Es por esto que el derecho es fundamentalmente un orden jurídico coercitivo. El
derecho internacional apela de manera certera a la conciencia de los individuos y
representantes de los Estados para que cumplan con el derecho por la simple evidencia de
que cada norma de derecho internacional entraña valores, que desconociéndolos, harían
sucumbir a la sociedad internacional.
Comparar el derecho internacional con el derecho interno conduciría a afirmar que las
normas de derecho internacional poseen una estructura lógica de supuesto jurídico y
consecuencia jurídica, no obstante dicha consecuencia no se imputaría como en el derecho
interno, por un órgano concentrado que imponga sanciones, sino por diversos mecanismos.
Las normas morales relativas a las relaciones entre miembros de la sociedad internacional,
en ningún caso son susceptibles de ser exigidas coercitivamente ante un tribunal
internacional de justicia o de arbitramento. La consecuencia normativa de la trasgresión de
las normas morales sería el rechazo por la sociedad internacional del comportamiento que
inobserva la conducta del sujeto de derecho internacional.
Los críticos del derecho internacional y quienes niegan su juridicidad traen a colación los
infortunios que se vienen con la ineficacia de este derecho para luego considerarlo como de
mera moralidad, aunque los hechos con los que se justifica son incontrastables.
En todos estos casos existe un elemento común que es la dificultad de sancionar y hacer
cumplir las sanciones de manera pronta para evitar los daños en la población o su
restitución y reparación.
Todo esto ha llevado a Hart a afirmar que el derecho internacional solo se compone de
reglas primarias pero no secundarias, de lo que se avienen, como en las coeidades
primitivas problemas de aplicación y validez del derecho. El derecho internacional, carece
entonces de una regla de reconocimiento que le permita identificar una regla como
perteneciente al sistema jurídico internacional. Hart supera este obstáculo afirmando que la
validez del derecho internacional se encuentra en los hechos mismos. Por la heteronomía y
coercibilidad desconcentrada no puede consentirse la presencia de una norma fundante
básica en el derecho internacional o de reconocimiento de derecho.
Lo esencial es que para afirmar la juridicidad del derecho internacional o definirlo, no se
requiere la unión de reglas primarias y secundarias. Como en derecho interno, el Derecho
Internacional debe ser aceptado por una mayoría y cuenta con una presión ejercida sobre
quienes transgreden o amenazan con transgredir el derecho internacional, aunque en
comparación con el derecho interno, la del derecho internacional es relativamente débil, y
ha estado por lo común descentralizada o no organizada.
Son normas de Ius Cogens la costumbre internacional y los principios generales de derecho
reconocidos por las naciones civilizadas. Llamadas también normas imperativas de derecho
internacional, limitan cualquier acto jurídico del Estado de índole interna o internacional.
Las normas del Ius Cogens son aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional y
pueden encontrarse en los principios generales de derecho reconocidos por las naciones
civilizadas. No admiten acuerdo en contrario y solo puede ser modificada por otra norma
del Ius Cogens posterior.
Puede existir un derecho consuetudinario universal, regional o bilateral. Cuando se trata del
primero, se exige que la mayoría de los Estados participen en el proceso de formación de la
costumbre. La segunda clase de costumbre se refiere a un conjunto geopolítico o región,
que tiene una costumbre determinada. La costumbre bilateral es la formada por la práctica
de todos los Estados.
Tratados internacionales
Son los actos jurídicos internacionales, realizados por el acuerdo de voluntades entre dos o
más Estados, para crear, modificar o extinguir situaciones jurídico-internacionales, sin
contrariar las normas del ius cogens. Los deberes que se crean son denominados jurídico-
relativos. La forma de creación de un tratado internacional se encuentra regulado por la
Conveción de Viena de 1969 y 19872.
No se hace una mención expresa de los mismos en el Estatuto de la CIJ pero ello no implica
que no sean fuentes de obligaciones internacionales. En la doctrina existe reticencia a
reconocerlos como fuentes formales de derecho internacional. La asamblea general de
naciones unidas consideró que debía codificarse esta fuente de derecho y para tal fni le
encomendó a la Comisión de Estudios de Derecho Internacional, adelantar un proyecto de
codificación. Con fundamento en dichos informes, se presentan a continuación los
diferentes actos y comportamientos unilaterales en los siguientes términos:
Las decisiones de las Cortes como la Interamericana de Derechos humanos son pauta
relevante para interpretar el alcance de tratados sobre derechos humanos que pertenecen al
bloque de constitucionalidad y por ende de los propios derechos constitucionales.
La equidad
Las partes pueden acordar la concreción de la justicia en un caso particular, justicia que se
presenta como general. Los requerimientos aportados por la filosofía moral, serían la
prudencia y las demás actividades intelectuales que conduzcan a la apreciación de un caso
determinado. La equidad no es una fuente formal de derecho pero las partes en una
controversia ante la Corte, pueden solicitar su aplicación.
El derecho internacional y el derecho interno son dos órdenes normativos autónomos, con
sus respectivos ámbitos de validez, pero que se integran entre sí.
Lo contrario ocurriría en una teoría monista con primacía del derecho interno sobre el
internacional, en la que el derecho interno serí el presupuesto de validez del internacional.
Las normas del derecho internacional general o del ius cogens que se incorporan al orden
jurídico interno integran el bloque de constitucionalidad, limitan materialmente la potestad
creadora de los órganos competentes de derecho interno, incluso, el derecho internacional
que se incorpora a este bloque fija el marco de creación de normas de derecho
constitucional para el constituyente originario.