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1. Introducción:
1.1 ¿Qué es ser sociable?
El Humano es un Ser Social:
2. Inicio de la política:
2.1 Metafísica Política - ¿por qué el Rey gobernaba la Ciudadela?
Siendo el origen de la sociedad algo “natural” puede entenderse, en un primer término,
que proviene del poder divino, i. e., atribuido por una instancia metafísica, en donde una
autoridad extraordinaria y superlativa decreta quién posee el poder político, como un rey
o un emperador o un líder. Esta instancia metafísica ofrece una garantía de continuidad y
una ética que regla el comportamiento de la autoridad humana por sobre la sociedad.
Así, se encuentra que el origen de la noción de Polis en la tradición se corresponde a
una Ciudadela (v. gr., “ciudad fortificada”) o una Acrópolis (v. gr., “parte más alta de la
ciudad”) por lo que no se confunde con la idea del “núcleo urbano”, correspondientes a
la época micénica (1450 a.c. aprox.) presuntamente contemporáneo a la transcripción de
la Ilíada y la Odisea, cuya presencia física funciona como una matriz redistributiva y
económicamente centralizada que parte del centro o la cúspide jerárquica, representada
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por el Rey, y que gracias a un complejo sistema burocrático se dispersa hacia la población
de forma piramidal; luego, el Rey, la Ciudadela y su autoridad emanada de la divinidad
suponen un poder político saturado en el que el derecho tiene un carácter “tradicional” y
que habilita a los privilegiados a tomar decisiones judiciales (p. ej., titularidad de los
cultos).
Durante este período, en la Grecia Antigua encuentra alzamiento de los Aristoi y los
Agathoi (literalmente, “los buenos”, “los mejores”) a causa de la caída de los Reinos
Micénicos. Los aristócratas se verán capaces de ejercer control sobre todo los medios
productivos, y el pequeño terrateniente se verá sumiso ante esas nuevas figuras. Esta élite
minoritaria, este sistema aristocrático, gracias a la eclosión de la polis, producto del
renacimiento griego, dejará paso a un sistema oligárquico donde habrá un fuerte
predominio elitista, más oportunidades y donde encontraremos una élite más amplia.
Los Aristoi se formarán en Genos (v. gr., familias patriarcales, endogámicas, clanes).
Entorno al Genos se creará una leyenda, y se hará que todos desciendan de un ancestro
común (héroe divinizado), consiguiendo de esta manera una justificación ideológica.
En el orden social establecido por una política sacra comprende una analogía natural,
así como la razón es lo común a todos los humanos, sirviéndoles como respaldo y
protección de sí mismos, la ley es lo común de todos los ciudadanos y es lo que les
respalda y garantiza el equilibrio social. La justicia es el equilibrio que surge de la
discordia y de la guerra, de la tensión intra-política del crecimiento y del conflicto
expansivo.
2.2 Iusnaturalismo - ¿el poder viene de nacimiento?:
Cuando los derechos tradicionales se transcriben y se los convierte en “ley de la
Ciudad”, se forjan como leyes independientes de cualquier autoridad personal o familiar
–por lo que ya no está sujeta al rey o al héroe sino que pretende tener un carácter
impersonal–, dando paso a la idea de Estado de Derecho y, consecuentemente, a la de
Polis Griega.
En consecuencia, en un segundo término, la despersonalización de la ley, habilitará un
traspaso del Rey-Dios al Rey-Electo, en donde se establecerá el respeto a los Dioses y
obediencia a las leyes que los participantes de la ciudad pactan, siendo Atenas la primera
Ciudad-Estado en realizar esta transferencia.
Este traspaso se dio en razón de que la isonomía (igualdad ante la ley, v. gr., igualdad
social) daba lugar a la isegoría (el derecho a lo público, v. gr., igualdad política) y con
ella la eleuthería (capacidad de decisión del ciudadano, v. gr., la libertad).
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Así, la determinación de los cargos fiscales y militares debían establecerse por las
ordenanzas del demos (v. gr., el pueblo), para ello se creó el sistema de Asambleas, en
donde el pueblo tiene el poder –y en consecuencia, la obligación– de determinar las leyes
y sus gobernantes a través del voto directo (siendo el primer ejemplo de este ejercicio el
ostracismo).
El desarrollo teórico de la política de la Polis ocurrió durante la Guerra del Peloponeso,
iniciada por la exigencia de un pago de tributo de las ciudades del Mar Egeo a Atenas.
Fue un conflicto entre dos facciones, por un lado, la Liga de Delos comanda por la
Ciudad-Estado Atenas (alianza de ciudades que cubría las islas del Mar Egeo y las costas
de Asia Menor) y, por otro lado, la Liga del Peloponeso comanda por la Ciudad-Estado
Esparta (alianza de las ciudades que integraban la península del mismo nombre).
En otras palabras, la lucha representaba un conflicto que obligaba a una teorización
constante sobre la organización política, principalmente entre dos sistemas teóricos
contrapuestos, el ateniense y el espartano. Suponiendo, al final, con la victoria empírica
de Esparta sobre Atenas, pero con la victoria cultural de Atenas sobre Esparta:
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natural del hombre. Luego, sólo en una sociedad ordenada por normas el hombre puede
vivir como le corresponde. Enlazándose la teoría política con la teoría ética, i. e., sólo en
sociedad el hombre puede ser feliz: lo político es sustancial, y su forma es ética.
En este contexto Polis Griega, en tanto que Ágora (i. e., “espacio público) se identifica
con:
Ahora bien, según quienes puedan ejercer la verbalidad del logos, se puede pensar en
dos formas de gobiernos griegos clásicos, ambos difundidos tras la derrota de Atenas.
Uno propuesto por Platón (Aristocles) y otro por Aristóteles.
2.2.1 Platón – La política como un arte:
Para Platón (424 – 347 a.c.) la Polis se contrapone a la Physis, pues la segunda es muda
respecto a su existencia, mientras que la segunda aparece desde la instancia dialógica,
corriendo el riesgo de que por su independencia pierda el dominio de la verdad y caiga
en el terreno de la apariencia. Se defiende un modelo aristocrático en donde prima la
naturaleza, no en general, sino de los hombres, en donde sus virtudes los deparan a ser
gobernantes o gobernados. Lo que supone:
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1. La inmutabilidad de la naturaleza (antítesis a Protágoras),
2. El peligro del relativismo discursivo (criticando la eficacia de la Asamblea).
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animal político). En consecuencia, existe un ethos humano que lleva necesariamente a
diagramar formas de sociabilización que sólo difieren por sus convenciones, conflictos y
regímenes particulares.
Al contrario que la perspectiva platónica, en la teoría aristotélica el conflicto es
constitutivo de las relaciones humanas, así, el problema político por excelencia es el de
la gobernalidad en donde el conflicto es algo que, en vez de intentar ser anulado, es algo
que se mediatiza o administra. Encontrándose un motivo ético en la política: establecer
una racionalidad y moralidad práctica cuyos sujetos sean la gran mayoría
Surge la importancia de la idea de justicia, elemento esencial para la existencia de la
Polis, en donde la mejor política es aquella que fomenta la moralidad media y produce
hombres prudentes que dan estabilidad y moderación al Estado, i. e., cuando se producen
ciudadanos.
El ciudadano es capaz de ejercer en su justa medida todas las virtudes para sentirse
pleno, actuando con de acuerdo con la razón en cada instancia, garantizando tanto su
felicidad como la felicidad de sus pares. Luego, constitución y gobierno se identifican,
pues ambas refieren a las condiciones que habilitan el ejercicio de la justicia de la
comunidad
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la “sociedad civil” implica una Iuris Societas, en donde lo cívico no es una agregación
humana cualquiera sino, más bien, es una agregación basada en el consenso de la ley.
Ocurriendo un desplazamiento de la politicidad griega a la juridicidad romana, dando
lugar al Iuspositivismo.
El iuspositivismo entiende que derecho y moral son conceptos distintos no
identificables. Dado que el derecho existe con independencia de su correspondencia o no
con una concepción moral. Una norma jurídica no tiene condicionada su existencia a su
moralidad; en todo caso, puede la moral afectar su eficacia o legitimidad.
Como consecuencia, no hay una coexistencia entre el “politicum animal” y el “social
animal”, pues no son dos facetas del hombre, i. e., no hay una natural horizontalidad sino
una natural verticalidad que debe respetarse para mantener el orden civil.
Sucede una sustitución de antropologías y ontologías políticas:
1. Mientras que en la Grecia Antigua el hombre era en la Polis,
2. En la República Romana el hombre no puede identificar su existencia con una
Ciudad-Estado única,
3. Debe reconocerse en un Estado más amplio, cuya extensión obliga a poner el
acento en su organización jurídica por sobre su planteamiento ético-moral
La idea de Civitas, de esta manera, desarrolla los ideales democráticos de la polis
griega, especialmente la sumisión a la ley pública. La ley pretende encarnar la ética
ciudadana, por lo que acatarla deriva de la forma en que ha sido elaborada y cómo la
acepta el ciudadano individual.
Lo que realmente se busca es determinar cuáles son las medidas y cuáles son los límites
de la ley, dicha ley está concebida como el instrumento de la justicia e incluso está ideada
como la garantía de la libertad.
Dentro de esta pretensión se comprende al fin del Estado como un hacer ciudadanos:
cualquiera podía ser un “romano”, no había impedimento en su origen, lengua o religión,
pues el marco de identidad es el espacio político que coincide con el espacio controlado
en el que los hombres libremente acatan la ley.
El crecimiento del poder de Roma y su expansión territorial, junto con el aumento de
las desigualdades y la polarización social en su interior, fueron llevando a una progresiva
reducción del papel de la generalidad de los ciudadanos en el diseño de las políticas
estatales y a la conversión de la ciudadanía en un tipo de adhesión individual a los valores
republicanos y la asociación bajo un ordenamiento común, pero con una escasa
participación en la esfera pública.
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3.2 Simultaneidad de Soberanías - ¿Quién gobierna nuestras almas?:
Cuando se produce la caída del imperio romano, en el año 400 d.C. se inicia la Edad
Media, que se extiende hasta el descubrimiento de América en 1492.
Anterior a esto, el poder estuvo centralizado en Roma, al caer se produce un fenómeno
conocido como poliarquía, i. e. “descentralización del poder político”, y supone que los
señores feudales (sistema de arrendamiento por la fragmentación de la tierra) concentren
el poder disperso en sí mismo: quien domina militarme un territorio, es quien ejerce el
poder.
Hay una fragmentación por la presencia de pluralidad de centros de poder, lo que se
traduce a un vacío de poder por la falta de centralización. Ese vacío va a ser llenado por
la Iglesia, que en esta época va a tener un gran poderío económico y ejercerá una gran
influencia en lo político.
El problema político de la Edad Media será el conflicto entre el poder espiritual y el
poder temporal. La cuestión radica en que el hombre en su vida se prepara para la
salvación en el mundo futuro, y por tal razón debe seguir dos guías diferentes,
estableciéndose el problema de la existencia simultánea de dos poderes coactivos sobre
un mismo súbdito:
Hasta el S. XIII la relación entre estos poderes fue un intento de neutralizar a uno
transformándolo en un elemento conceptual de la teoría del otro, en donde las
interpretaciones se justificaban por distintos escritos de carácter religioso-histórico.
Pero en la segunda mitad del siglo surge la relectura de la Ética y la Política de
Aristóteles gracias a la recuperación de su escrito, llevando al pensamiento político
medievalista a constituirte en tres ejes:
1. Mientras que para Aristóteles la Polis satisface más que las simples necesidades de
la vida, en la teoría política medieval el orden político parece surgir para satisfacer
las necesidades humanas.
2. Mientras la Polis de Aristóteles presenta relaciones de dominio que descansan en
la razón y en el libre consentimiento del ciudadano, en la teoría política medieval
las relaciones de dominio comienzan a ser despóticas y a semejarse más a las
relaciones de dominio que tienen lugar en el Oikos, y, con ello, a transformarse en
relaciones económicas.
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La integridad de la naturaleza humana sólo es posible de ser conservada cuando existe
el gobierno, pues el control político garantiza que los hombres se conduzcan
homogéneamente hacia el Bonum Commune (v. gr., Bien Común).
Luego, primero es la sociedad, en tanto que un orden económico precedido por una
monarquía, y luego surge la política, en tanto un instrumento que neutraliza los intereses
particulares para impulsar el bien común.
Cada uno de estos estados –el estado de naturaleza y la sociedad civil– son
excluyentes. Siempre el estado de naturaleza representa una situación que, en sí, se
encuentra en desventaja con respecto al estado civil. Por lo tanto, es necesario un pacto
que permita el pasaje de un estado a otro.
Paradójicamente, el estado de naturaleza constituye, al mismo tiempo:
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en la sociedad, en donde lo bueno y lo malo refieren a una conducta específica
creada por un Estado Artificial.
4. El Estado de Naturaleza es una situación ficticia en donde prima la competencia,
el riesgo constante de muerte y la imposibilidad de asegurarse una propiedad, en
una palabra, es un estado de guerra permanente.
5. Para crear una situación de seguridad en donde la lucha no anule al individuo (i.
e., no lo conduzca a la muerte) y pueda garantizarse su libertad (i. e., asegurarse
una propiedad privada) los individuos ceden todos sus derechos menos el de vivir.
6. Surge así el Pacto Social, un evento de egoísmo colectivo en el que los individuos
se sustraen de determinados derechos y los entregan a una instancia superior creada
para tal fin, nombrada como Leviathán e identificada con el Estado Monárquico
cuyo rol es establecer un orden artificial.
7. El Estado es un poder soberano que no forma parte del contrato colectivo, por ello
no está sujeto a las legislaciones que garantiza y ejecuta para que perviva el orden
artificial, por lo tanto es absoluto en la cantidad de derecho que puede disfrutar, i.
e., es irresistible e indivisible;
8. Aquí Estado Civil, la Moral y la Política se identifican en donde el bien y el mal
depende de la norma promulgada por el soberano.
1. Los hechos históricos desde el cual surge su reflexión son la Revolución de 1688,
el Derrocamiento de Jacobo II que da comienzo a la Democracia Parlamentaria
Inglesa y la Declaración de los Derechos Humanos.
2. Su postura antropológica es positiva pues la naturaleza del hombre supone su
libertad, igualdad e independencia.
3. En consecuencia, la perspectiva ética-moral que se tiene sobre las acciones y
valoraciones humanas es liberalista, pues el humano es una criatura que tiene el
deber y el derecho de conservar su vida.
4. El Estado de Naturaleza es una situación benéfica que corre el riesgo de ser
agredida por el conflicto de intereses contrapuestos, necesitando la asistencia de
formar una autoridad que pueda resolver todos los casos de conflicto.
5. Con razón de suplir las carencias del Estado de Naturaleza, en donde la igualdad
impide identificar una autoridad, se establece una Orden Social u Orden Civil cuya
función es aplicar una justicia que determine qué hacer en cada conflicto social.
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6. Surge así el Pacto Social en el que se cede el “derecho de hacer justicia por mano
propia” con el fin de crear un tercero imparcial, un juez que dirima las
controversias por medio del dictado de normas que sean una extensión y/o
continuación de las leyes naturales benéficas, i. e., que aseguren la igualdad, la
vida y la propiedad.
7. Tras el Pacto Social, se da lugar a un Segundo Contrato, el Pacto Civil, en donde
se forma al Estado como una Autoridad Parlamentaria (Rey y Parlamento como
expresión del pueblo) que representa el conjunto de la comunidad a través de la
otorgación de la autoridad para crear normas, derechos y deberes que garanticen el
bienestar de la sociedad.
8. Diferenciándose lo Civil de lo Político, pues el primero es el carácter jurídico que
administra a la justicia imparcial –por lo que no es absoluto, es simplemente
ejecutivo–, y el segundo es la organización social para conseguir una instancia
neutral de orden –siendo universal y de carácter legislativo–.
4.2.3. Jean Jaques Rosseau (1712-1778) – “El hombre es bueno por naturaleza”:
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garantizar, desde la voluntad general, el beneficio del individuo, es un paso de lo
natural a lo “civil y político”, es el sometimiento a la ley de uno mismo.
6. El Pacto Social es un Contrato de Libertad, en donde se apela el sometimiento a
una ley con el fin de perpetuar la libertad individual dentro de la expresión popular
–universal, inapelable y normativa–.
7. El Estado es Republicano pues el soberano es el pueblo y su expresión colectiva
está anclada al bien común, luego, lo que el designio común defina como “bien”
es lo que se normalizara, moralizara y racionalizará para que se instaure como tal.
8. Existe, en consecuencia, una igualdad de expresión y de acción entre los
ciudadanos, por más que queden supeditados a un representante pues este no puede
sobrepasar los límites de la voluntad general.
9. Lo Civil es la superación del estado natural y salvaje por medio de la subscripción
a un derecho imputable que es la libertad individual y, por lo tanto, depende
estrechamente de la Comunidad Política que lo reconozca como tal.
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7. El Estado es Republicano pues no sigue los intereses de la mayoría sobre la minoría
–como lo haría la democracia– sino, más bien, respeta la voluntad general.
8. Luego, existe una diferencia necesaria entre lo Civil y la Moral, en donde la Ley
Jurídica representa la coacción externa, artificial y singular del estado para que se
cumpla la Ley Moral, de carácter natural y universal.
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Lo Político conduce a las formas en que la política se expresa en la vida cotidiana
de las personas.
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