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LA INTELIGENCIA FRENTE A LAS AMENAZAS TRANSNACIONALES

Luego de la finalización de la Guerra Fría, el mundo fue caminando hacia la


búsqueda de un nuevo orden mundial, que se puede afirmar, todavía no está
definido en cuanto a la polaridad que terminará adoptando.
Se sabe que los Estados Unidos ocupan una posición de súper potencia, también
se debe tener en cuenta al gigante asiático, China, pero no se debe descartar un
bloque europeo cuando éste logre salir de la crisis que está atravesando.

El mundo pos Guerra Fría se introdujo primero en una etapa de globalización,


entendiendo a ésta como un fenómeno de “desterritorialidad” de relaciones
sociales articuladas entre sí, en las cuales los medios de comunicación desempeñan
un papel fundamental.

Los avances tecnológicos, sumado a la inmediatez de la noticia, hicieron que los


Estados compartieran problemas y necesidades. Que compartieran culturas y
realidades. La lógica de la globalización masificó, de alguna manera, a la sociedad,
logrando una metamorfosis general.

Traspasando las fronteras

Pero este conjunto de posibilidades fue virando hasta transformarse, en algunos


temas puntuales, en serias amenazas para la sociedad y para los Estados. Lo
particular es que tomaron el perfil de transnacionalidad.
Estos problemas superan las fronteras de los países afectando a más de uno, sean
vecinos o no. Se puede citar como ejemplos el narcotráfico y sus organizaciones:
los cárteles; el flujo migratorio; el crimen organizado y el terrorismo internacional.

La amenaza del narcotráfico

Estados Unidos fue protagonista de la implementación de una ley de inmigración


para proteger su frontera de mexicanos y latinos. México se vio golpeado en las
últimas cuarenta y ocho horas por la aparición de setenta y dos cadáveres de
indocumentados, cuyas muertes, se dice, están relacionadas con sicarios del
narcotráfico.

Los cárteles de la droga pasaron a ser preocupación de diferentes países, ya que se


constituyeron en una fuerza transfronteriza, llegando a tener su propia fuerza
paramilitar. Siendo la violencia desatada por estos comerciantes de la muerte más
sangrienta de lo que cualquier fuerza de seguridad pueda contener.

No muy alejado de esta realidad están los resultados del crimen organizado, que
no es más que otro de los disfraces de la mafia, cuya diversificación de actividades
es múltiple: pasando del tráfico de armas nucleares y biológicas, hasta la venta
ilegal de obras de arte, contrabando, blanqueo de dinero, explotación de la
prostitución y, últimamente, el lucrativo turismo sexual.
No puede quedar fuera de esta ajustada lista el flagelo del terrorismo, como
emergente de la posguerra fría, cuyo accionar no se detiene en una frontera, sino
que se instala en el lugar donde, por lo general, está el blanco, sea civil o no.
Siendo su característica la desproporción entre el objetivo y los métodos utilizados.

El problema medioambiental, si bien es antiguo, logró en los últimos años una


jerarquización internacional en la agenda de los países, constituyendo tema de alta
política, por ejemplo, el manejo de recursos peligrosos, la energía nuclear y la
utilización desmedida de recursos no renovables por parte de las mega industrias,
causantes del gran deterioro ambiental, pero que reportan inconmensurables
ganancias.

Y la de más reciente aparición como amenaza transnacional: la sofisticada guerra


cibernética o informática, en donde la información y la captura de la misma se
transformó en un recurso estratégico de los gobiernos y de los factores de poder.
Constituyéndose el capital informático de un país en el blanco ideal para las armas
inherentes como los virus informáticos.

La seguridad de los Estados

Estas amenazas transnacionales están directamente relacionadas con la seguridad


de los Estados, poniendo en riesgo economías y sistemas sociales y políticos de los
países, logrando la inestabilidad del conjunto.

La transnacionalidad comprende el desarrollo de cuestiones o fenómenos que se


llevan a cabo sin tener en cuenta las fronteras nacionales y/o internacionales. Se
maneja de manera independiente y obliga a la acción conjunta de más de un
Estado para tratar de evitar los resultados negativos de su proceder. Los países y
sus gobiernos deben repensar sus políticas en función de evitar los efectos
nefastos de estos grupos, teniendo en cuenta la seguridad y la defensa de sus
ciudadanos por sobre las políticas individuales.

Estas amenazas transnacionales no deben transformarse en el nuevo paradigma.


No se puede -ni se debe- permitir la globalización de las amenazas.

Conclusiones

Para hacer frente al problema de las amenazas en nuestros días hay que
embarcarse resueltamente por la vía de la prevención; las consecuencias de dejar
que amenazas latentes se hagan manifiestas o de dejar que amenazas que ya
existen se propaguen son demasiado graves.

Los servicios de Inteligencia han visto revalorizada su posición como consecuencia


de la eclosión de los nuevos riesgos y amenazas asimétricos. Disponer de
Inteligencia adecuada que permita conocer los riesgos y posibles amenazas que
puedan afectar a un país es fundamental para actuar de la manera más
conveniente.

Para ello, debe racionalizarse el esfuerzo en recursos humanos, materiales y


económicos a la función de Inteligencia de forma que el sistema resultante sea
conjunto y único, y aglutine y coordine medios y recursos.

Los servicios de Inteligencia trabajan bajo un modelo de esfuerzo continuado y no


sólo como respuesta a necesidades eventuales u ocasionales. La necesidad de
disponer de superioridad en la información, en cualquier actividad, requiere una
gestión muy selectiva, para producir una inteligencia que sea objetiva, oportuna y
de calidad, lo que acentúa aún más la necesidad de disponer de personal
especializado con permanencia.

No es posible realizar el planeamiento de ninguna operación, por sencilla que


parezca, sin que antes se haya tenido la valoración del riesgo correspondiente.

Coronel FAP
VICTOR AGUILAR BARREDA

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