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Apuntes de Repoblaciones Forestales PDF
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2.- AGUA
3.- SUELO
5.1.- SIEMBRA
5.2.- RIEGOS
5.3.- ABONADOS
5.4.- ESCARDAS
5.5.- REPICADO
5.6.- TRATAMIENTOS SANITARIOS
5.7.- ARRANQUE, ALMACENAMIENTO Y TRANSPORTE DE PLANTA
7.- ESTAQUILLADO
9.- MICORRIZACION
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
Por el contrario, las plantas forestales se instalan en un medio difícil, sin cuidados
especiales incluso en los primeros años, por lo que su capacidad de arraigo y supervivencia
estará relacionada con una morfología en la que exista un gran equilibrio entre la parte aérea y el
sistema radical. Este equilibrio morfológico tiende a ser asegurado utilizando plantas de poca
edad, pues en esta situación, el desarrollo ordinario de las plantas proporciona una mayor
extensión relativa del sistema radical. Por tanto existe una estrecha relación entre edad,
morfología, posibilidad de arraigo y calidad en las plantas forestales. Más adelante, al tratar el
concepto de calidad de planta forestal, se comprobará que un frecuente motivo de pérdida de
calidad es el excesivo desarrollo, especialmente de la parte aérea, de la planta forestal. Este
exceso de tamaño implicará la inutilidad del lote de planta para la repoblación, lo que conduce
ordinariamente a la necesidad de destrucción de la planta cultivada. La viveristería forestal
produce bienes perecederos, lo que requiere un importante esfuerzo de planificación y
coordinación entre la producción de planta y su empleo en el monte.
De lo anterior se deduce que lo que caracteriza a un vivero forestal son los dos atributos
que definen a la planta forestal: relativamente corta edad y tamaño; y ser producida en grandes
cantidades. Todo ello condiciona los procedimientos de cultivo.
Los viveros permanentes o fijos se proyectan y construyen con intención de que tengan
una duración ilimitada y a lo largo de su existencia irán cambiando las especies cultivadas,
ofrecerán una producción diversa en cuanto a formas, edades y clases de planta y no es
infrecuente que incorporen el cultivo de planta ornamental.
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Las ventajas de los viveros temporales serán: menor coste de instalación; producir planta
en el mismo medio o estación que se va a repoblar; no existir desfases temporales de actividad
vegetativa entre el vivero y el monte a repoblar; y producir menos daños y costos de almacenaje
y transporte.
Los inconvenientes de los viveros temporales serán: costos de cultivo mayores por
escasa mecanización; y pérdida final de la inversión en infraestructuras. Las ventajas e
inconvenientes de los viveros permanentes se pueden deducir de los enunciados para los viveros
volantes.
Otro criterio que se puede aplicar para la clasificación de los viveros forestales se refiere
a los procedimientos básicos de cultivo, aunque es frecuente incorporar ambos en una misma
instalación: cultivo de planta a raíz desnuda y cultivo de planta en envase. Las formas de
cultivo enumeradas son a su vez criterio básico de clasificación de las plantas forestales.
En relación con la calidad del agua, hay que garantizar que esté exenta de salinidad, de
forma que la concentración de cloruros más sulfatos sea inferior al 2 por mil. Otra analítica de
salinidad por vía indirecta, medición de la conductividad a 25ºC, debe comprobar que el agua
para regar tenga menos de 0,25 mmohs/cm.
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El origen del agua para el riego del vivero se puede encontrar en cursos superficiales, en
manantiales y en pozos.
El empleo de agua de los cursos superficiales suele aportar semillas de malas hierbas,
requiere la construcción de azudes y canales preferentemente por encima de la cota del vivero y
desarenadores sobre los canales para evitar su colmatación o la llegada de caudales sólidos a las
zonas de cultivo.
Sin entrar en detalles muy concretos, se expresan a continuación las características que
debe reunir un suelo para que sea apto para la instalación sobre él de un vivero forestal con
cultivo de planta a raíz desnuda:
Textura.- Las texturas más adecuadas para instalar un vivero forestal son las arenosas y
las francas. En general, se puede proponer como limitante un contenido en limo o arcilla
superior al 15% cada uno de ellos. El motivo de esta limitación es que cuando existe
impermeabilidad se pueden producir encharcamientos tras las precipitaciones, con riesgos para
las plantas y dificultad en las tareas de cultivo. La impermeabilidad es difícilmente corregible,
mientras que el mayor inconveniente de las texturas arenosas, escasa capacidad de retención de
agua, se puede compensar aumentando las dosis y frecuencias de riego. En otro orden de cosas,
y como se verá más adelante, las texturas arenosas favorecerán la micorrización de las plantas
cultivadas y el arranque y el repicado de las mismas.
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Materia orgánica.- Los valores más adecuados son los comprendidos entre 2,5% y 5%.
El exceso de materia orgánica en el suelo del vivero, al aumentar la capacidad de retención de
agua y la fertilidad, puede producir sistemas radicales de escaso desarrollo. Por otra parte, los
altos contenidos orgánicos favorecen la presencia de hongos patógenos del suelo del grupo
damping-off (Phytium, Fusarium, Alternaria). El defecto de materia orgánica dará lugar a
suelos poco fértiles.
Reacción (pH).- El intervalo más adecuado se sitúa entre 5,5 y 6,5 de pH e incluso
menor. Los pHs básicos y neutros favorecen el desarrollo de damping-off y limitan las
posibilidades de micorrización. Los valores inconvenientes de la reacción del suelo se pueden
enmendar con encalados en caso de reacciones extremadamente ácidas y con la aplicación de
sulfato amónico o azufre para aumentar la acidez.
Salinidad.- La salinidad de la solución del suelo debe ser muy baja y se tomará como
referencia que su conductividad sea menor de 2 mmohs/cm.
Fertilidad.- Conviene conocer mediante analítica química el contenido del suelo en los
principales macronutrientes, pero éstos valores no serán limitantes para la instalación del vivero
pues sus posibles deficiencias se subsanan fácilmente con una enmienda de fertilidad.
Para escoger correctamente la localización del vivero forestal se tendrán en cuenta los
siguientes factores:
Accesos.- Estarán facilitados por pistas forestales aptas para la circulación de camiones.
En cuanto a la forma del vivero se tenderá a que sea cuadrada para tener los mínimos
costos de cercado a igualdad de superficie. Es muy frecuente que sean rectangulares,
disponiéndose los caminos, acequias y eras según subdivisiones de esta forma rectangular.
Cuando se realizan labores mecanizadas hay que tener en cuenta que la longitud de besana más
adecuada deberá ser del orden de 150 m.
En cuanto al tamaño del vivero, hay que indicar que la superficie total del mismo se
desglosa en: superficie útil o verde que es la que se dedica realmente a producir planta; y
superficie no cultivada, que se dedica a caminos, acequias, depósitos, edificaciones auxiliares,
estercoleros, etc...
Por tanto, para evaluar en anteproyecto el tamaño necesario de vivero y comprobar si es
suficiente la extensión de que se dispone, se parte de la cantidad necesaria de planta a producir,
se determina la superficie útil en función de las densidades de cada método de cultivo y se
considera que la superficie útil en un vivero normal representa del 75 al 70% de la superficie
total.
La división de la superficie útil de un vivero forestal, en el caso más complejo es:
En el cultivo de planta a raíz desnuda se suelen hacer las siembras en líneas, para
facilitar la escarda mecánica, que son longitudinales o paralelas a las sendas si el cultivo está
mecanizado y transversales o perpendiculares a las sendas si el cultivo es manual. En cultivo de
planta en envase, éstos se disponen ordenadamente en cajas o bastidores ocupando toda la
superficie de la era. Los estaquillados se realizan sobre caballones formados directamente en el
suelo de la era y la separación entre caballones es tal que permite la escarda mecánica entre ellos
por lo que en este caso no se suelen formar sendas, o lo que es lo mismo, los bancales no se
dividen en eras.
Las técnicas del cultivo de planta a raíz desnuda, bien por siembra directa en era, bien
por trasplante tras germinación en semillero, son las más complicadas por lo que se describen en
primer lugar de manera que sirvan de referencia para los procedimientos de cultivo en envase y
por estaquillado.
5.1.- SIEMBRAS
La cobertera del semillado consiste en aplicar sobre el terreno sembrado una capa de:
paja de cereales, barrujo o pinocha, corteza de coníferas triturada, turba, arena o serrín. El
objetivo es impedir desecaciones superficiales y por tanto la formación de costras, además de
ocultar la semilla a los predadores. El material más adecuado es la turba y la corteza de
coníferas, pues los dos primeros y la arena pueden aportar semilla de malas hierbas y el serrín
puede contener terpenos que inhiben la germinación. La práctica de aplicar barrujo tomado del
monte como cobertera ha posibilitado en la práctica viverística antigua la micorrización
espontánea de las plantas cultivadas.
La protección de la siembra naciente se debe realizar por dos motivos. Uno es evitar la
predación, sobre todo de aves, sobre la semilla y las plántulas y se consigue cubriendo las eras
con mallas de plástico y la aplicación de repelentes sobre la semilla. Otro, en especies de
temperamento delicado, es evitar una excesiva insolación, lo que se consigue empleando
sombrajos construidos con ramaje o mejor con telas de diferente material y textura.
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5.2.- RIEGOS
Los sistemas de riego son: infiltración lateral; inmersión o imbibición (riego a manta); y
aspersión.
El riego por infiltración lateral consiste en formar caballones sobre las eras y hacer
circular el agua por el fondo de los mismos, estando las plantas situadas en lo alto del caballón.
Las ventajas de este sistema se refieren a la economía de su construcción, pues aprovecha
estructuras previstas por el cultivo y, en relación con el riego a manta, que no se forman costras
en cercanía al cuello de la raíz. Los inconvenientes se refieren al mayor consumo de agua, al
coste de mano de obra en la ejecución del riego y al necesario mantenimiento de los caballones,
continuamente desmoronados por la circulación del agua. Se aplica preferentemente cuando el
desarrollo de la planta forestal es grande, por ejemplo en viveros de chopo que tienden a superar
los cuatro metros de altura.
5.3.- ABONADOS
El planteamiento de la fertilización del vivero a raíz desnuda debe ser doble: por una
parte se trata de comparar la concentración en los macronutrientes importantes (nitrógeno,
fósforo, potasio, calcio y magnesio) en el momento de la instalación con los valores tenidos por
aceptables, para realizar lo que podemos denominar enmienda de fertilidad y por otra parte se
trata de compensar las extracciones de nutrientes que se realizan con la saca periódica de planta,
a lo que denominaremos fertilización o abonado ordinario.
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No hay recetas de abonado que cubran todas las situaciones posibles, ni siquiera
patrones previos de concentración que se puedan extrapolar a todo tipo de suelos, pues varían
con las características físicas y químicas de los mismos y con la especie a cultivar. Nos
limitaremos en este epígrafe a plantear algunas generalidades de tipo cualitativo sobre el
abonado de viveros.
Los abonados orgánicos en vivero tienen como objetivo, más que la restitución de
nutrientes extraídos, la recuperación del contenido en materia orgánica que las labores y la
extracción tiende a disminuir. Es conveniente mantener este valor entre 2 y 4% para asegurar
buena estructura edáfica, mantener un complejo arcillo-húmico capaz de fijar los nutrientes
aportados por el abonado mineral, favorecer la vida microbiana edáfica y favorecer los procesos
de micorrización. No deben ser excesivos por el riesgo de favorecer los hongos del grupo
damping-off. Para este objetivo se procede a hacer estercolados en los períodos de descanso de
cultivo, aplicando estiércol bien curado o mejor compost para reducir la posibilidad de aporte de
malas hierbas. Como cifras de referencia para abonados orgánicos y reiterando que en cada
caso, con la analítica correspondiente, se debe calcular la dosis adecuada, se puede tomar como
dosis de enmienda orgánica inicial de 30 a 40 T/ha y para reposición cada 3 o 4 años de 20 a 30
T/ha de estiércol bien curado.
Un control muy conveniente del estado fisiológico de las plantas del vivero en relación
con la fertilidad del suelo y que orienta sobre las necesidades de abonado mineral se consigue
con análisis foliares de nutrientes, a comparar con la analítica edáfica y con tablas patrón por
especies.
5.4.- ESCARDAS
El principio general en relación con las escardas en vivero es evitar que las semillas de
malas hierbas lleguen a las eras. Los vectores de semillas son: el material de cobertera del
semillado; el estiércol de abonados orgánicos; el agua de riego; y la diseminación desde la
superficie no cultivada del vivero o zonas colindantes. En relación con los tres primeros
vectores, la prevención pasa por utilizar turba o corteza de coníferas en la cobertera, emplear
estiércol bien curado, y preferir el riego por aspersión. La diseminación lateral es más difícil de
evitar, aunque respecto de las zonas no cultivadas del vivero se deberá procurar mantenerlas
limpias continuamente.
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Los tipos de escarda se clasifican según su forma de ejecución en: escardas mecánicas y
escardas químicas.
Las escardas mecánicas se realizan por corte o siega, por arranque, por enterramiento o
impidiendo mecánicamente el desarrollo de las malas hierbas. Se deberán ejecutar antes de la
floración de las especies afectadas para evitar su diseminación, aunque esto no es siempre
posible por la diversidad de especies implicadas. Además, algunas especies poseen mecanismos
de regeneración vegetativa. Los modos de ejecución son:
En siembras nacidas se pueden aplicar herbicidas selectivos, aunque para esta aplicación
hay que hacer pruebas previas para comprobar con detalle: productos, dosis, época de
aplicación, edad de las plantas de cultivo, método de aplicación, y especies afectadas. Para
cultivo de coníferas se citan como selectivos los herbicidas neburon, linuron, hexacinona y
simazina. En cultivo de frondosas la selectividad se consigue mejor sobre especies de hoja
caediza actuando en invierno, para especies de hoja persistente el problema es mayor.
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En relación con la época más adecuada para realizar el repicado se tendrá en cuenta que
la ejecución tardía (final del invierno o principio de primavera) refuerza la reducción de la altura
de la parte aérea, al contrario de la ejecución temprana (final de otoño y principio de invierno).
Dado que las coníferas presentan un máximo de crecimiento longitudinal al inicio del período
vegetativo y un máximo de crecimiento radicular bien entrado éste, le corresponde para el
repicado la ejecución tardía. Al contrario, las frondosas tienden a presentar un crecimiento
longitudinal escaso en las primeras edades y centran el crecimiento radicular en parte del
invierno y primavera temprana, por lo que es más conveniente repicar temprano.
- Repicado manual.- Se emplea una pala recta de jardinero que se clava en un lateral de
la fila de siembra a una distancia de la planta igual a la profundidad a la que se quiere repicar,
con una inclinación de 45º. Es un procedimiento de menor rendimiento y precisión que el
mecanizado, quedando frecuentemente muchas plantas sin repicar, que más adelante lo denotan
creciendo en altura mucho más que sus compañeras. Únicamente se aplica en viveros volantes
de pequeña superficie.
En los tres casos, tras el repicado, conviene aplicar un riego para asentar el terreno y
asegurar el contacto de las raíces, evitando la muerte de algunas.
El espaciamiento tras el trasplante depende del tamaño de planta que se quiera obtener,
para lo que se pueden utilizar las siguientes cifras:
Según los diferentes agentes causales de daños sobre la planta del vivero, se aplicarán
distintos tratamientos:
- Hongos.- El ataque fúngico más peligroso es el del grupo damping-off. En este caso lo
tradicional ha sido aplicar tratamientos preventivos que se resumen en: no aumentar la materia
orgánica en el suelo; adelantar todo lo posible la época de siembra de forma que los tallos se
encuentren lignificados cuando la temperatura del aire alcance los 20 a 22 ºC; y mantener una
reacción ácida en el suelo aplicando sulfato ferroso o sulfato amónico o azufre. Más
recientemente, (ABREU, 1991), los tratamientos preventivos de damping-off se orientan por:
lucha química con empleo de fungicidas selectivos que no afecten a organismos no patógenos;
lucha biológica mediante empleo de otros grupos de hongos antagonistas; y lucha integrada
combinando los dos procedimientos anteriores. La forma de aplicar los fungicidas y los inóculos
aludidos es proceder al revestimiento o rebozado (pelliculage en francés, pelleting en inglés) de
las semillas con algún adhesivo hidrosoluble que libera los productos en la zona de
germinación.
- Insectos.- El grupo de insectos que predan sobre las raíces (preferentemente larvas de
elatéridos y melolontinos) se tratan por aplicación de insecticidas por espolvoreo y labor ligera
si no hay plantas en la era y con insecticidas líquidos si las hay. Los defoliadores se tratan
fácilmente con insecticidas específicos para cada caso. Los perforadores de tallos y yemas
plantean problemas graves de eficacia en los tratamientos, por lo que lo más indicado será
destruir la planta afectada para evitar que sea llevada la plaga a la masa futura. La misma
determinación se tomará cuando las plantas de chopo sean afectadas por hongos de corteza.
- Nematodos.- Los nematodos patógenos en el suelo del vivero se tratan cuando las
superficies de cultivo están en descanso con dicloropropeno.
Estas son operaciones muy delicadas en las que hay que asegurar que las plantas sufran
el mínimo daño, lo que las puede convertir en inviables, evitando en todo caso: daños
mecánicos a la parte aérea o al sistema radical; desecaciones; y calentamientos que puedan
desembocar en fermentaciones.
El arranque mecanizado, el habitual en grandes viveros, se realiza con aperos tales como
rastrillos especiales o con la cuchilla de repicar colocada oblicua al suelo de forma que al
progresar va ahuecando y mullendo la tierra, para facilitar la extracción manual de las plantas.
- Clasificación.- Se pueden clasificar las plantas útiles por tamaños (longitud), para
aplicar los lotes obtenidos a diferentes sistemas de plantación en monte.
Para almacenamientos prolongados en los que la falta de luz en la parte aérea puede ser
perjudicial, se embala en sacos de plástico transparente, previo recubrimiento de las raíces con
arpillera o musgo humedecido. La parte aérea estará seca para evitar fermentaciones. Se
dispondrán las plantas verticales y los cierres herméticos. Se conservarán a una temperatura
entre 4 y 7 ºC.
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Se hará lo mas rápidamente posible, con cuidado en las operaciones de carga y descarga
y sin apilar los embalajes cuando sean flexibles. Existe riesgo durante el transporte de que las
plantas alcancen temperaturas excesivas dentro de los camiones.
Los envases en desuso, pero que pueden tener interés en relación con las causas que
determinaron su abandono son los siguientes:
Se deben preferir para planta forestal las de forma larga y estrecha, aunque tendrán
mayor dificultad en el llenado y manipulación. El llenado, normalmente con tierra natural, es
caro pues la mecanización de la operación no ha sido bien conseguida y el rendimiento en
llenado manual es de 1.000 bolsas por jornal.
Paper-pot.- Son envases formados por rectángulos de papel pegados con cola
permanente en forma de cilindro, que a su vez se pegan unos a otros con cola hidrosoluble y que
se presentan vacíos y plegados como un acordeón. Para su llenado con un sustrato adecuado,
generalmente turba, se extienden en bandejas con fondo en rejilla que impide la caída del
sustrato y posibilita que la raíz principal detenga su crecimiento al llegar al fondo por causa de
la luz, produciéndose un fenómeno que llamaremos autorrepicado. Tras la siembra en los
cilindros, se producen los riegos que independizan cada uno de los envases.
Se trata de una patente finlandesa que los comercializa con diferentes diámetros y
longitudes (el tamaño del alvéolo oscila entre 2 y 10 cm de diámetro y entre 5 y 20 cm de
longitud), siendo un procedimiento bastante extendido, apto para casi todas las especies, para
planta de una savia y con cultivo en invernadero. La consecución de un buen autorrepicado
requiere que las bandejas se coloquen elevadas sobre el suelo para que exista aireación inferior.
La poca consistencia del papel permite la plantación con envase, aunque no es conveniente (es
mejor quitar el papel al hacer la plantación, pues se ha comprobado la persistencia del mismo
hasta 17 años después de plantar). Se comercializa también impregnado de sales de cobre para
obtener un repicado lateral de acción química. En envases de plástico, que se describen más
adelante, también se puede realizar la impregnación con sales de cobre para repicado lateral
químico.
Otros.- Dentro del grupo de los envases no recuperables se pueden mencionar otros
sistemas que no responden exactamente al esquema de un continente y un contenido
independientes.
El espaciamiento escaso de que disponen las plantas no lo hace aconsejable para plantas
de dos savias. El coste es relativamente barato.
WM.- Se trata de un envase de origen francés, denominado así por estar formado por
dos valvas simétricas que se encastran frontalmente, construidas en lámina de plástico
semirígido. Se disponen en bandejas con fondo en rejilla y tienden a ocupar todo el espacio. La
angulosidad del espacio interno evita los enrollamientos de raíces. Las dimensiones son de 5 por
6 cm abertura superior, de 17 a 20 cm de longitud y capacidad de más de 350 cc. La extracción
del cepellón se hace separando las valvas. Con esta forma de alvéolo también se fabrican
bandejas de varios elementos.
El primer modelo citado tiene 60 envases por bandeja (478 plantas/m2), y cada envase
de forma troncocónica, 4.2 cm de diámetro superior, 2 cm de diámetro inferior, 13 cm de
longitud y 150 cc de capacidad. Con estas dimensiones es útil para planta de una savia en
invernadero o exterior.
El segundo modelo citado tiene 53 envases por bandeja (410 plantas/m2) y los envases
son de forma de tronco de pirámide con 5 x 4 cm en lado superior y 4 x 3 cm el lado inferior
que es una rejilla que impide la caída del sustrato y posibilita el autorrepicado, la capacidad de
cada envase es de 300 cc y la longitud es de 18 cm.
Los dos modelos poseen resaltos longitudinales interiores que tienden a impedir la
espiralización de las raíces y las aberturas inferiores permiten el autorrepicado.
6.3.- SUSTRATOS
La base más extendida para la formación de sustratos para el cultivo de planta forestal es
la turba natural, pura o mezclada con otros componentes, que es biológicamente estéril, de baja
densidad, higroscópica y bastante estable.
- Químicamente inertes: arena, grava, roca volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de
roca, poliespán, etc.
Lo más frecuente es emplear turbas puras o con mezcla de vermiculita o perlita. Esta
última se emplea habitualmente para el recubrimiento de las semillas, lo que además evita la
formación de musgos en la parte superior del sustrato y alrededor del tallo de la planta. La
escasa fertilidad de las turbas obliga a realizar fertilizaciones más o menos continuas. También
es frecuente el empleo de corteza de pino triturada.
Las dosis para fertilización serán variables en función del volumen del envase, la edad
de la planta, la especie y el tipo de sustrato. Las técnicas modernas en fertilización de planta en
envase se orientan por: incorporar abonos de liberación lenta en la mezcla del sustrato; o aplicar
la fertirrigación que permite variar dosis según la evolución del cultivo. En todo caso, la
fertilización debe ser equilibrada respecto de los tres macronutrientes principales. Como cifra
orientadora, para un sustrato de turba pura se indica el aporte del orden de 2,5 Kg/m3 de un
abono mineral 20-10-10. Con abonado de liberación lenta (Osmocote 16-8-9) con plazo de
liberación mínimo del orden de 9 meses, se aplican en la formación del sustrato del orden de 5
Kg/m3, para crecimientos ordinarios. Con la misma dosis pero con formulación 9-13-18, se
consigue un mayor endurecimiento de la planta (Oliet et al., 1999)
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Salvo con el empleo de bolsas de plástico, que dispuestas en eras hipógeas, permiten el
riego por el pie, lo normal en cultivo exterior es disponer los envases en cajas o bastidores
elevados sobre el suelo y proceder al riego por aspersión, frecuente, y que permite la
fertirrigación. Se forman eras de 60 a 120 cm de ancho separadas por sendas o pasillos de 45 cm
o más. Los riegos han de ser muy frecuentes para evitar la desecación de la parte inferior del
cepellón, fácil al existir las aberturas necesarias para el autorrepicado, que puede producir dos
efectos muy inconvenientes: muerte de los extremos de las raíces autorrepicadas o reviramiento
con crecimiento hacia arriba de raíces que tienden a encontrar más humedad en la parte
superior.
Tras la nascencia se eliminan los envases o cepellones con marras y se sustituyen por
otros, para completar 100% de supervivencia en toda la superficie. Esto implica,
independientemente del cálculo de superficies útiles de cultivo en relación con el número de
envases a utilizar, que para el cálculo del peso de semilla a emplear, el coeficiente de cultivo se
considere igual a la unidad, ya que todas las plantas producidas, en estas controladas
condiciones, se puedan considerar como de calidad suficiente.
La escarda dentro de los envases suele ser innecesaria, pues el medio no tiene
inicialmente semillas de malas hierbas y se riega por aspersión. Si se produce diseminación
aérea, se escarda a mano. Para evitar el crecimiento de malas hierbas en el suelo, debajo de los
envases, se recubre éste con una lámina de plástico negro, o de otro material, que impide la
germinación de las semillas caídas y el crecimiento de las plántulas o la germinación de las
semillas que quedan debajo.
Finalmente, antes de su despacho hacia el monte, la planta en envase puede pasar por
una fase de endurecimiento, cuyos objetivos son: detener el crecimiento iniciando la fase de
reposo; acumular hidratos de carbono en la cepa y sistema radical; preparar a la planta para
resistir situaciones de helada y sequía. Las prácticas de endurecimiento pueden ser: reducción de
temperaturas si el cultivo está en condiciones controladas; reducción de la aportación de N y
aumento de la de K; aplicación de estrés hídrico moderado.
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7.- ESTAQUILLADO
- Las estaquillas con hojas enraízan mejor con la temperatura del suelo algo más elevada
que la del aire (cama caliente).
- La humedad del sustrato debe ser mantenida pero no ser excesiva para permitir la
aireación, evitando las pudriciones. La humedad ambiente próxima a la saturación es favorable.
- El suelo en el que se colocan las estaquillas a de ser ligero, permeable y que se caliente
fácilmente. Las texturas más adecuadas son las arenosas y los sustratos artificiales más
convenientes son: turba, perlita, vermiculita, tierra volcánica y la arena pura.
Las estaquillas de madera dura son trozos de tallo de dimensión variable, siempre
alrededor de 20 cm, recogidas en invierno sobre tallos de uno o dos años, con más de dos nudos
y que a su vez se clasifican en: recta, la más común y que no lleva madera vieja en la base; de
talón, que se extrae con una pequeña porción de madera más vieja del tallo o rama en que estaba
inserta; y de mazo, que incluye un trozo corto y completo del tallo en que estaba inserta.
Las estaquillas de madera semidura se recolectan en plena savia sobre ramas del año
que, lógicamente, tienen hojas que se dejan enteras o seccionadas para reducir la transpiración.
La longitud suele ser de 10 a 15 cm. Se enraízan en cámaras con atmósfera saturada y control de
temperatura. Si la estaquilla conserva la yema terminal de la rama se llama estaquilla de cabeza.
Las estaquillas de madera suave se preparan sobre madera nueva, de primavera, con
tejidos suculentos, de especies de hoja caduca o perenne. Enraízan con más facilidad que las
anteriores y en las mismas condiciones, siendo casi siempre de cabeza.
Profundidad de
Longitud Diámetro
Nombre Edad (años) enterramiento Observaciones
(cm) (mm)
(cm)
Estaquilla 1 25 a 30 > 10 20 a 25 4 yemas
Estaca 2a3 50 a 90 > 15 30 a 50
Vareta 1a2 60 a 120 > 10 30 a 50 yema terminal
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Las estaquillas se colocan en lo alto de caballones que se han preparado en los bancales,
separados de 110 a 130 cm según el ancho del apero a emplear en las escardas mecánicas
(motoazadas o tractores) y la separación entre estaquillas regula el espaciamiento total,
oscilando entre 40 y 50 cm, para planta de una savia (0,5 m²/planta; 200 plantas/área), y 70 a 90
cm, para planta de dos savias (1,0 m²/planta; 100 plantas/área), todo ello según indican
González Antoñanzas y Grau (2000) . Después del estaquillado se da un riego de asiento.
QI=[peso seco total (gr)]/[(altura (cm)/diámetro (mm)) + (peso seco aérea (gr)/peso seco raíz
(gr)] que resulta ser directamente proporcional a la calidad.
Las dos primeras Directivas han sido trasladadas a la legislación española mediante las
siguientes disposiciones, aparecidas ambas en el BOE nº 33 de 8 de febrero de 1989 con los
siguientes números y títulos: 3079, Orden del Ministerio de Agricultura de 21 de enero de 1989,
por la que se regula la comercialización de los materiales forestales de reproducción; y 3080,
Orden del Ministerio de Agricultura de 21 de enero de 1989, relativa a normas de calidad
exterior de los materiales forestales de reproducción que se comercialicen.
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Para mejorar la comprensión de las disposiciones citadas hay que aclarar que una región
de procedencia es el territorio o conjuntos de territorios de condiciones ecológicas uniformes
en los que existe una comunidad de árboles potencialmente intercruzables, de constitución
genética similar y significativamente diferentes de otras poblaciones de la especie. Además,
debe ser definida por fronteras de clara identificación y lo suficientemente grande para permitir
la recogida en cantidades significativas para la práctica forestal. A este concepto nos referiremos
más adelante, al tratar la elección de especie para la repoblación, como ecotipo.
El término materiales de base se refiere a las zonas concretas que suministran los
materiales de reproducción o fuentes de producción y son los rodales semilleros selectos, los
huertos semilleros y los pies padre o árboles "plus". La identificación de materiales de base para
algunas especies es oficial y ha sido desarrollada en Ordenes Ministeriales de Agricultura, que
han sido ampliadas en disposiciones posteriores, a otras especies y/o lugares, pues en buena
parte estas materias han sido trasferidas a las competencias de la Comunidades Autónomas. A
título de ejemplo se citan a continuación las primeras disposiciones publicadas:
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
* La Orden de 24 de junio de 1992 publica el catálogo nacional de los clones admitidos como
materiales de base para los materiales forestales de reproducción controlados, relativos al género
Populus L. (BOE 27 de julio de 1992), según art. 17 de la O.M. de 21 de enero de 1989:
* Populus x euramericana (Dode) Guinier.: Agathe F.; Campeador; Canadá blanco; Flevo; I-MC.; I-214; I-488;
Luisa Avanzo; Triplo.
Pinus sylvestris: Todas las localizaciones que se expresan a continuación dan lugar a material forestal de
reproducción seleccionado, constituyen material de base autóctono por lo que se identifica origen y procedencia y,
excepto La Granja, Valonsadero y Javierregay que son huertos semilleros, son todos rodales selectos.
Región de Nombre de la
procedencia localización Altitud
-------------------------- ------------- -------------
Sierra de Guadarrama La Garganta 1500
" Cercedilla 1400-1850
" Valsaín 1350-1700
" Rascafría 1300-1600
" Rascafría 1400-1600
" Navafría 1350-1700
" La Granja 1100
Montaña Soriano-Burg. Pinar Grande 1200
" Pinar Grande 1150
" Pinar Grande 1100
" Covaleda 1200
" Covaleda 1200-1600
" Covaleda 1600-1800
" Santa Inés 1150
" Santa Inés 1450-1700
" Santa Inés 1400-1650
" Santa Inés 1600-1800
" Valonsadero 1200
Pirineos Borau 1400-1700
" Javierregay 1300
Montes Universales Pto. Bronchales 1600-1735
" Vega del Tajo 1500-1700
" La Sierra 1500-1840
Sierra de Gúdar Saladar 1460-1600
" Montes Gúdar 1420-2015
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
Pinus nigra : Todas las localizaciones de Pinus nigra Arn. expresadas son de masas autóctonas, son rodales
selectos y dan lugar a material forestal de reproducción seleccionado.
Región de Nombre de la
procedencia localización Altitud
---------------------------- ------------------------ -------------
Sistema Ibérico Merid. Ensanche Majadas 1360-1490
" Cerro Gordo 1340-1565
" Cerro Candalar 1290-1480
" Palancares 1150-1280
" El Palancar 1300
" Loma Escarbadero 1200
" Madero-Tajo 1200
" Cadorzo-Llecos 1100
" Pinar Hueco 1220-1630
" Pinar Manzanera 1200-1520
" La Sierra 1200-1700
Región de Nombre de la
procedencia localización Altitud
------------------ ---------------- -----------
Cordillera Cant. Occid. Muniacos 800 - 1000
Cordillera Cant. Occid. Reres 1000 - 1500
Cordillera Cant. Occid. Peloño 1100 - 1500
Cordillera Cant. Oriental Saja 500 - 900
Cordillera Cant. Oriental Pesquera 650 - 800
Cuenca del Alto Ebro Erramuza 820
Litoral Vasco Navarro El Bojeral (Oiz de Santesteban) 500 - 900
Litoral Vasco Navarro Santa Engracia (Huici) 700 - 820
Litoral Vasco Navarro Altube 440
Aralar, Urbasa, Entzia Limitaciones 950
Aralar, Urbasa, Entzia Parzonería de Entzia 970
Aralar, Urbasa, Entzia Marumendi 780
Aralar, Urbasa, Entzia Parzonería de Guipúzcoa y Alava 900
Pirineo Occidental Garayoa 755 - 1200
Pirineo Occidental Espinal 825 - 925
Sierras Exteriores de Navarra Lumbier 1100 - 1220
Pirineo Oriental Baga de Castilla 1100 - 1200
Pirineo Oriental Castilla Carbonell 800 - 900
Pirineo Oriental Fageda Jorda 600 - 700
Pirineo Oriental Monte Rodola 1100 - 1400
Pirineo Oriental Mas Espuña 650 - 900
Montseny Coll de Te y Convento 1000 - 1200
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
Quercus robur:
Región de Nombre de la
procedencia localización Altitud
------------------ ---------------- -----------
Galicia Caldes de Reis 20-30
“ Cartelos 600
“ Casa do Grado 480
Quercus petraea:
Región de Nombre de la
procedencia localización Altitud
------------------ ---------------- -----------
Cordillera Cantábrica Meridional Poniente 500-700
Litoral Vasco-Navarro Arlabán 630
Pirineo Navarro Garralda 850-700
Litoral Catalán Cant Torrent 400-600
“ Sant Hilari 700-800
- para la calidad externa de lotes de semillas se limitan las proporciones de impurezas relativas a
presencia de semillas de otras especies.
- los requisitos que deberán cumplir las plantas forestales se determinan con requisitos relativos
a su morfología (altura y diámetro), en relación con la especie y edad, así como con referencias
al estado sanitario.
- los criterios de calidad de tipo morfológico para la planta forestal, especialmente la evaluación
del diámetro en el cuello de la raíz que se relaciona muy estrictamente con la extensión del
sistema radical, son imprescindibles pero no suficientes. Se hace necesario reflejar la calidad a
través de valoraciones del estado fisiológico de las plantas y de su estado de micorrización.
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
- los defectos excluyentes que figuran en los cuadros de las disposiciones oficiales, aplicados
con criterio cualitativo, se valorarán en función de la especie de que se trate, para lo que puede
servir de ayuda los siguientes comentarios (PEÑUELAS, 1991):
Criterio b): “Plantas parcial o totalmente desecadas”. Sólo concierne a la desecación del tallo o de la
parte radical. La desecación de acículas u hojas corresponde al criterio i). El estado de frescor de tallos y
raíces puede evaluarse por simple arañazo en la corteza.
Criterio c): “Tallos con fuertes curvaturas”. Cierta curvatura en la guía terminal en el abeto de douglas y
cierta flexuosidad del tallo y curvatura en la base en algunos clones de chopo, pueden considerarse
normales. El criterio se aplica exclusivamente para fuertes curvaturas de tallos, debidos a un mal manejo
o accidentes en vivero.
Criterio d): “Tallo múltiple”. Por tallo múltiple se entiende cuando del cuello de la raíz de la planta
surgen varios tallos susceptibles de desarrollarse independientemente.
Criterio e): “Tallo con muchas guías”. Para Pseudotsuga, Fagus y Quercus la presencia de varias guías
no es un defecto excluyente. La poda del exceso de guías está permitida en todas las especies, antes de
la plantación, con la condición de no generar desequilibrios fisiológicos.
Criterios f) y g): “Tallos y ramas con parada invernal incompleta o tallos desprovistos de yemas
terminales sanas”. No requieren comentario.
Criterio h): “Ramificación inexistente o claramente insuficiente”. Es excluyente para Abies, Picea y
Pseudotsuga.
Criterio i): “Acículas más recientes gravemente dañadas hasta el punto de comprometer la supervivencia
de la planta”. Para que la supervivencia de la planta esté comprometida debe admitirse que es necesario
que más de la cuarta parte de las acículas de la última estación vegetativa estén dañadas, desecadas por
ejemplo.
Criterio k): “Cuello dañado”. Existirá daño en caso de heridas, destrozos por animales o insectos, o
estrangulamientos (debidos, por ejemplo, a fitotoxicidad por herbicidas).
Criterio l): “Raíces principales intensamente enrolladas o torcidas”. No se excluyen las pequeñas
deformaciones debidas a la germinación, ni las divisiones del pivot por la misma causa. Son de temer, y
por tanto excluir, los defectos en “bucle”, en “Y”, en “S”, en “L”, y en general, aquellos que originan
una raíz principal formando un ángulo igual o inferior a 110º con el tallo.
SERRADA, R. 2000. Apuntes de Repoblaciones Forestales. FUCOVASA. Madrid.
Criterio m): “Raicillas secundarias ausentes o seriamente amputadas”. Se excluyen especies como
Populus sp. o Quercus borealis, en las que no hay, de forma natural, gran desarrollo de cabello
radicular. No obstante, la ausencia total implicará el rechazo de la planta.
Criterio n): “Plantas que presentan graves daños causados por organismos nocivos”. Se refiere a
insectos, hongos, micromamíferos, etc.
Recordamos que las micorrizas forestales son sensibles a las siguientes condiciones del
suelo o ambientales: escasa aireación, lo que refuerza la elección de sustratos porosos en el
cultivo en envase o texturas arenosas para el cultivo a raíz desnuda; encharcamiento, por lo que
el drenaje frente a riegos excesivos o precipitaciones abundantes debe estar asegurado; exceso
de fertilidad en el suelo, lo que condiciona la fertilización, especialmente la nitrogenada y el
porcentaje de materia orgánica; la basicidad, lo que aconseja reacción ácida; la salinidad, que
debe ser escasa; la incorporación de fitocidas al suelo, que debe ser evitada; a la alteración del
perfil por laboreos, actividad ineludible en el cultivo a raíz desnuda por lo que la inoculación de
micorrizas debe ser periódica; y a la iluminación, por lo que el almacenaje y transporte de las
plantas debe garantizar oscuridad a los sistemas radicales.
En algunos casos se ha comprobado que, tras una micorrización efectiva en vivero con
alguna cepa determinada, al ser instalada en el monte la planta, la micorriza ha decaído o
desaparecido por falta de adaptación al nuevo ambiente. Este hecho obliga a seleccionar cepas
de inóculo adaptadas a cada comarca forestal, aunque siempre es mejor inocular aún teniendo
dudas sobre la adaptación descrita.
- Aportar al suelo del vivero o al sustrato de los envases, en proporción del 10% al 20%,
tierras tomadas de montes con masas naturales de la misma especie en las que se ha
comprobado la existencia de micorrizas, lo que puede incorporar esporas y micelios, pero
también propágulos de organismos patógenos.
- En viveros a raíz desnuda sobre suelos agrícolas, otro procedimiento es plantar en las
eras de cultivo planta micorrizada obtenida en otro vivero.
10.- BIBLIOGRAFÍA
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