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Rafael José Rodríguez

13-3454

Agorafobia
Tratamiento cognitivo - conductual de la agorafobia
Partiendo del diagnóstico de la agorafobia y su asociación a los ataques de pánico, se
muestra su tratamiento cognitivo conductual, asociada o no a los ataques de pánico. Se
hace hincapié en los avances de la tercera generación de la terapia cognitivo conductual
y se revisan los resultados que se obtienen con estas técnicas. Se resumen algunas técnicas
adicionales aplicables en el tratamiento y se repasa el impacto que tiene este problema en
las relaciones sociales y de pareja.
Diagnóstico
La agorafobia es un trastorno de ansiedad que puede aparecer o no asociado con ataques
de pánico. Se caracteriza por una gran ansiedad que se da en distintas situaciones, en
general en sitios públicos, que se acompañan con conductas de evitación que reducen el
malestar.
Tratamiento básico
Existen varios tipos de tratamiento de la agorafobia. Los más estudiados y contrastados
experimentalmente son el farmacológico y el cognitivo conductual. El cognitivo
conductual muestra como ventaja sobre el farmacológico que permanece después de cesar
la administración, mientras que el que se restringe a la medicación pierde sus efectos
cuando cesa la toma de medicación (Echeburúa y Corral, 1992). También se pueden
emplear de manera conjunta, aparentemente con ventajas en los resultados que se
obtienen, aunque los resultados de la terapia combinada aún están en estudio.La tercera
generación de la terapia cognitivo conductual ha supuesto un progreso importante en la
aplicación de las técnicas clásicas que han mostrado empíricamente su validez. El
objetivo de la terapia no es acabar totalmente con el sufrimiento, sino que la persona sea
capaz de aceptar el sufrimiento inevitable y que evite luchar contra él, porque si lucha, se
va a causar una ansiedad mucho mayor. Esta ansiedad añadida constituye el núcleo de la
agorafobia. Las técnicas son las mismas; pero el objetivo es diferente: antes se pretendía
la eliminación de la ansiedad a ultranza para que el paciente pudiera seguir con su vida.
Claustrofobia

La claustrofobia pertenece al grupo de fobias específicas, entre las que figuran


también otros miedos irracionales como la aerofobia (o miedo a volar) o la aracnofobia
(o miedo a las arañas).
“Es un trastorno de ansiedad que afecta a la persona cuando se expone a espacios
cerrados: habitaciones pequeñas sin ventilación, ascensores, sótanos, túneles, etcétera. En
general, las personas que sufren claustrofobia experimentan temor irracional en cualquier
situación que implique cierre, restricción o confinamiento, pues piensan que no podrán
salir o se quedarán sin aire, es decir, no podrán respirar. Las personas con claustrofobia
también pueden sentir un gran malestar en lugares donde hay una gran multitud de
personas”, explica Llorach.
Algunos individuos pueden rechazar un empleo por la incapacidad de viajar en tren o en
coche durante periodos relativamente largos o pueden evitar ir al cine con su pareja por
el malestar que sienten cuando se encuentran en una sala oscura, en la que buscan
automática y compulsivamente las salidas.
Síntomas y señales
 Ansiedad extrema y miedo ante  Hiperventilación.
la presencia o imaginación del  Hipersudoración.
estímulo fóbico.  Latidos acelerados del corazón.
 Conductas de evitación.  Temblores.
 Pensamientos de que la persona  Dolor u opresión en el pecho.
se va a quedar sin aire.  Aturdimiento, náuseas, mareo y
 Pensamientos de muerte dolores de cabeza.
inminente.
Tratamientos y terapia
La terapia psicológica es la mejor opción para dejar atrás este miedo irracional. Existen
muchos tipos de psicoterapia, pero las investigaciones han concluido que una de las más
efectivas es la terapia cognitivo conductual, que tiene como finalidad la intervención
enfocada a los cambios en los procesos mentales (pensamientos, creencias, emociones…)
y en las conductas que la persona realiza y que pueden ser desadaptativas y causar
sufrimiento.
Las técnicas de relajación o las técnicas de exposición son dos metodologías
ampliamente utilizadas en el tratamiento de los trastornos fóbicos. En concreto, la técnica
de exposición que más se utiliza es la desensibilización sistemática, que consiste en
exponer al paciente de manera gradual al estímulo fóbico y fomenta las habilidades de
afrontamiento más útiles. El Mindfulnesstambién ha demostrado ser altamente efectivo
para tratar todo tipo de trastornos de ansiedad.
En casos extremos, el tratamiento farmacológico (principalmente ansiolíticos).

Glosofobia
El término glosofobia proviene de la unión de los términos de origen griego “glossa” que
se traduce como “lengua” y “fobos” que corresponde a “miedo”. Aunque a primera vista
puede no ofrecernos ninguna pista acerca de qué es la glosofobia, esta se trata de un
trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta temor ante la acción de
hablar en público.
1. Síntomas físicos
Cuando la persona se enfrenta o piensa en enfrentarse al estímulo fóbico, en este caso
tener que hablar en público, se produce una hiperactividad del sistema nervioso central
que provoca una gran cantidad de cambios y alterciones en el organismo. Entre estos
síntomas se encuentran:
 Aumento de la tasa cardiaca.  Aumento de la sudoración.
 Aumento de la tasa repiratoria.  Temblores.
 Sensación de falta de aire o  Alteraciones gástricas.
asfixia.  Confusión.
 Vértigos o mareos.  Desmayos.
 Náuseas y/o vómitos.  Sensación de irrealidad
2. Síntomas cognitivos
Ideas como que va a ser humillado, que no va a estar a la altura de las circunstancias o
que el resto de personas van a notar la ansiedad que experimenta son pensamientos muy
recurrentes que invaden la mente de las personas con glosofobia.
3. Síntomas conductuales
Finalmente, estos síntomas se acompañan y se manifiestan a través de una serie de
síntomas conductuales que aparecen como una respuesta al estímulo o situación aversiva,
Estas conductas tienen como finalidad o la evitación de dicha situación o la huída.
Todos aquellos comportamientos que se lleven a cabo con la finalidad de rehuir o
esquivar la posibilidad de tener que hablar en público con conocidas como conductas
de evitación. Por ejemplo, la persona con glosofobia puede alegar falsamente que ha
enfermado para tener que acudir a una cita donde sabía que tenía que hablar en público.
En cambio, todas aquellas conductas que se llevan a cabo una vez iniciada la situación
temida se denominan conductas de escape y aunque en la glosofobia no son tan comunes,
permiten a la persona escapar lo más rápidamente de la situación fóbica.
Tratamiento
Puesto que la glosofobia puede llegar a ser altamente incapacitante, es muy recomendable
que las personas que la sufran acudan a un especialista en psicología o salud mental.
Por suerte, existen tratamientos que pueden disminuir notablemente la intensidad de los
síntomas e, incluso, llegar a eliminarlos del todo.
Mediante técnicas como la exposición en vivo o la desensibilización sistemática, la
persona se enfrenta de manera gradual a la exposición temida. Por lo que si van
acompañadas de un entrenamiento en técnicas de relajación y una reestructuración
cognitiva, la persona puede llegar a superar su miedo fóbico y llevar a cabo esta actividad
de manera normal.

Bibliografía:

 Dr. Boeree George. (1999). Trastornos de Ansiedad. 2016, de Psicología Online


 Dr. Bueno, José A.. (2015). Trastornos fobicos:Fobia simple y fobia social. 2016,
de Centro médico Teknon
 Pellini Claudio. (2011). Fobias y manias miedos trastorno por ansiedad conducta
humana. 2016, de Historia y biografias

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