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EL APORTE DE LA TEOLOGÍA

AL CRISTIANISMO
CONTEMPORÁNEO

PABLO GONZÁLEZ
El estudio de Dios o teología, mayoritariamente ha sido rechazada en círculos pentecostales. El

argumento de “la letra mata” ha cerrado nuestras mentes al mundo académico. Si bien

antiguamente este verso era aplicado a estudios superiores, ya sea universidad, hoy en día es

aplicada al estudio bíblico. Vemos el día de hoy que los cristianos no leen la Biblia y ni siquiera la

investigan. Con argumentos como “el Espíritu nos dará que hablar” o “el conocimiento mata el

espíritu” los cristianos se excusan para no leer sus Biblias. Vemos el día de hoy que hay mucha

revelación de Dios, que Dios habló aquí y allá, pero no vemos que se predique la Palabra de Dios.

Los cristianos, por lo menos en círculos pentecostales, no se interesan en leer la Escritura y mucho

menos se interesan en aprender teología.

A pesar de esta indiferencia ante las Escrituras, vemos en nuestra década cómo es que

lentamente la teología ha sido introducida en nuestras congregaciones. Los factores, hasta el

momento, son desconocidos. Por un lado, tenemos el fácil acceso a internet, el cual de algún modo

nos ha culturizado en cuanto a la doctrina de Dios. Por otra parte, tenemos un grupo pequeño que

se interesa por la buena literatura, el cual también ha influenciado a quienes les rodean. Finalmente,

vemos cómo es que nuestros líderes, a lo largo de la última década, se han culturizado en cuanto a

la teología. Hoy en día tenemos líderes con estudios superiores, y muchos de hechos han optado

por estudiar teología. Si bien estos pueden ser posibles factores que justifiquen la lenta introducción

de la teología en la iglesia moderna, a la verdad no son estadísticas reales que demuestren este

crecimiento. El asunto en esta cuestión es comprobar en qué ayuda la teología, primeramente, en

nuestra vida diaria y por aplicación a nuestras iglesias.

En primer lugar, ¿en qué ayuda la teología para nuestra vida diaria? Como estudiante en el

Instituto Bíblico Nacional argumento que la teología me ha ayudado, en primer lugar, a traer un

orden en cuanto al conocimiento bíblico. Si bien no todos los cristianos tienen la costumbre de

estudiar las Escrituras en profundidad, se debe reconocer que todo cristiano tiene cierto
conocimiento. Este conocimiento es el fruto de asistir cada domingo a la iglesia y escuchar la

predicación. Por lo tanto, en primer lugar, la teología ayuda a traer orden en cuanto a este

conocimiento. Se comprende el porqué de las enseñanzas bíblicas, se asimilan y se ordenan en

nuestra conciencia. De modo que ya no tenemos conocimientos al azar de lo que la Biblia enseña,

sino que conocemos sistemáticamente sus doctrinas.

En segundo lugar, la teología trae claridad en nuestro conocimiento. Si bien todo cristiano tiene

cierto conocimiento de las Escrituras, muchos de ellos se basan en comentarios superficiales de las

Escrituras e ideas preconcebidas de lo que probablemente enseña la Biblia. La teología nos ayuda al

darnos claridad en cuanto a estos conocimientos. Si son conocimientos correctos, nos los confirma;

si son errados, nos corrige. Por esto igual se desprende la importancia de aprender teología; no solo

nos ordena, sino da claridad. Lo cual también ayuda cuando se escucha todo tipo de herejías. La

teología nos da el discernimiento suficiente para reconocer lo que es de Dios.

En tercer lugar, la teología fortalece nuestra fe en el evangelio. Esto es el producto del punto

anterior; al darnos claridad, la teología produce una fe más firme en cuanto a Jesucristo. Nuestras

mentes ya no son guiadas por meros sentimientos, sino que somos guiados por nuestras

convicciones. Al traernos claridad sobre el evangelio, comprendemos mucho mejor el sacrificio de

Cristo; y debido a esto, nuestra fe en él es mucho más firme.

En cuanto lugar, la teología nos hace ver cuán pecadores somos. Debido a las predicaciones de

hoy, las cuales en su mayoría hablan que Dios nos ama sin importar cuan pecadores somos, nuestra

percepción de nuestra justicia se eleva por montones. No niego que Dios nos ame en gran manera.

Si así fuese, no habría sacrificado a su propio hijo. Sin embargo, este tipo de predicaciones no nos

revela cuán pecadores somos. En cambio, la teología sistemática sí.


Es completamente imposible que el hombre quiera aceptar el llamado del evangelio si no ve su

necesidad. Si predicamos constantemente “ven a Cristo y se arreglará tu matrimonio”, “ven a Cristo

y no te endeudarás” o “ven a Cristo y no te irás al infierno”, los hombres no podrán apreciar cuan

glorioso es el evangelio de Jesucristo. En cambio, al estudiar la antropología desde una perspectiva

bíblica, podemos ver cuán pecadores somos, cuanto necesitamos de un redentor y cuanto

necesitamos a Dios. Solamente un conocimiento profundo de las Escrituras nos puede hacer ver esa

necesidad.

Por consecuencia, el quinto beneficio que la teología trae a la vida del creyente, es una mayor

apreciación del sacrificio de Cristo. El hombre, al comprender su necesidad, y al comprender lo que

Cristo hizo en la cruz, el hombre automáticamente verá cuan gloriosa es la cruz. Es en ese momento

en el que se cumple lo que Pablo dijo: “para los llamados Cristo es poder de Dios y sabiduría de

Dios”. Por lo cual, en quinto lugar, la teología nos ayuda a ver cuán glorioso es el evangelio y cuán

sabio es Dios. Cierto autor dijo: “una buena teología conduce a una buena doxología”.

En sexto lugar, la teología produce una culturización en cuanto a doctrina. Poco a poco se tiene

un mayor conocimiento de lo que la Biblia enseña para nuestras vidas. Si bien existen doctrinas que

cambiar dependiendo de la denominación a la que se asista, la teología ha puesto un punto en

común dándonos a conocer cuáles son las doctrinas fundamentas de nuestra fe. Como lo es, por

ejemplo, la justificación por fe y la salvación por gracia. Doctrinas que no deben ser transadas ni

pasadas por alto.

Por otro lado, una de las características que tiene el pentecostalismo es la ignorancia respecto a

las Escrituras. Si se entablara un debate entre un bautista y un pentecostal respecto a doctrina, por

lejos el debate lo ganaría el bautista. Así también, si se entabla un debate entre un pentecostal y un

testigo de Jehová respecto a la divinidad de Cristo, el pentecostal no sabría qué decir. La teología

sistemática, en este caso, nos quita esa ignorancia y capacita al pueblo de Dios a responder ante los
argumentos heréticos. Por lo tanto, en séptimo lugar, y en consecuencia del punto anterior, se

entiende que la teología nos informa y capacita para defender nuestra fe.

En octavo lugar, la teología sistemática, si es aceptada con fe, nos transforma en la imagen de

Jesucristo. Se debe entender que la teología no se basa en conocimientos extra-bíblicos. Más bien,

la teología sistemática es el orden de las distintas doctrinas que hay en la Biblia. Por lo tanto, se

entiende que la teología no es nada más que estudiar la Biblia y sus doctrinas. Por lo tanto, al tener

un mayor conocimiento de Dios y su Palabra, el buen creyente crecerá constantemente en su

piedad.

En noveno lugar, no tanto en relación con la teología sistemática en sí, sino más bien con el

estudio teológico, se entiende que la teología nos ayuda en la interpretación bíblica. Esto es más

bien lo que académicamente se conoce como hermenéutica bíblica. Esta herramienta es útil tanto

para predicadores como para los miembros de las iglesias. La Escritura habla de los creyentes de

Berea, quienes escudriñaban las Escrituras para ver si el mensaje del evangelio era cierto. Lo mismo

debería suceder en nuestras congregaciones. Cómo sabremos si lo que se nos predica es cierto si no

conocemos la Escritura. Cómo sabremos si la interpretación del predicador es correcta si no

sabemos interpretar las Escrituras.

Una de las falencias de los creyentes de hoy, como se mencionó con anterioridad, era sobre las

nociones de lo que la Biblia dice. Afirmamos a muerte lo que creemos a pesar de que otros textos

digan lo contrario. Solamente la hermenéutica bíblica nos puede guiar a una correcta interpretación

de las Escrituras, lo cual también conduce a una correcta aplicación. Ejemplo de esto vemos en

aquellos textos que aparentemente no permiten a la mujer hablar en la congregación. Hoy en día,

gracias al Espíritu Santo y la hermenéutica, nos hemos dado cuenta que esas aplicaciones no son

tan correctas. Es así como es que la teología, en cierto modo, nos ha dado claridad en cuanto a la

interpretación bíblica.
Si bien la teología nos ha dado grandes ayudas, también tiene sus contras. Es muy común que

estudiantes de teología se pierdan en el camino confiándose en su propio conocimiento. Por eso

destaco la gran necesidad de la oración devocional en la vida del teólogo. Lo mismo aplico en cuanto

a nuestras iglesias: si no permanecemos en oración intima, todo nuestro conocimiento será en vano.

En conclusión, la teología ha hecho un gran aporte a nuestro entendimiento de Dios. Nos ayuda

a interpretar y aplicar la Biblia, no trae claridad, afirma nuestra fe, no hace ver cuán glorioso es el

evangelio y nos mueve a una adoración más verdadera. Aun así, todo conocimiento es vano si el

Espíritu de Dios no está presente. Es necesario que en nuestras congregaciones se enseñe teología,

pero también es necesario que nuestra vida sea una adoración devocional constante.

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