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ELOGIO DE LA LOCURA

ERASMO DE ROTTERDAM
Fernanda Paola Velarde Torres

Sobre el autor
Erasmo nació en Róterdam el 28 de octubre de 1466 y falleció en Basilea el 12
de julio de 1536. Es conocido como Desiderius Erasmus Rotterdamus, pero fue
bautizado como Geert Geertsen, también llamado Gerrit Gerritszoon. Fue un
humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés, autor de importantes obras
en latín, de ahí que sea considerado por muchos como “El príncipe de los
humanistas”. Fue hijo de un sacerdote de Gouda y una mujer de procedencia
burguesa.
Cursó estudios en colegios monásticos de Deventer y Hertogenbosch y, cuando
su padre falleció, se hizo agustino en Steyn. En 1492 se ordenó sacerdote y
trabajó para el obispo de Cambray, estudiando las filosofías escolástica y
griega en la Universidad de París. Trabajó enseñando griego en Cambridge, con
lo que contribuyó al establecimiento del humanismo en Inglaterra, y en
especial, al desarrollo de los estudios clásicos en la enseñanza cristiana.
Su ideal fue el de una reforma gradual y pacífica de la Iglesia y la sociedad civil,
hasta conseguir una sociedad humanizada, donde el hombre pudiera
desarrollarse al máximo.

El Erasmismo
El erasmismo, fue fundamental y primordialmente un movimiento de carácter
religioso que tuvo como fin la renovación de una espiritualidad que había caído
muy bajo en los últimos siglos de la Edad Media.
En este siglo Erasmo se alzó en denuncias contra la corrupción de las jerarquías
eclesiásticas, a favor de un cristianismo renovado por la acción del Espíritu
presente en el corazón de cada persona. Para entrar en esa renovaci6n
bastaba abrirse a la acción de Dios mediante la oración mental llena de
contenido vital y humano.
Erasmo basó su pensamiento en san Pablo; estableció como horizonte la forja
del «hombre nuevo» cuyo principal tesoro es la caridad cristiana. Preconizó la
libertad cristiana frente a la ley y actualizó el mensaje evangélico al aplicarlo a
las circunstancias de su tiempo.
Pero, precisamente por esta aplicación temporal, el erasmismo fue también
mucho más que un movimiento religioso; su significación es múltiple: cultural,
política, filosófica.

Más de la mitad de los Libros del Nuevo Testamento de la Biblia se le atribuyen a San Pablo.

Cabe destacar, que conceptos como los del pecado original, la creencia que Jesús murió en la
cruz por los pecados de los hombres y que su sufrimiento redime a la humanidad, que
Jesucristo era el mismísimo Dios y no tan solo un predicador, el rechazo de la sexualidad y la
subordinación de la mujer, entre otros, se le deben a San Pablo.

En Jerusalén, sus ideas no fueron aceptadas de ningún modo por los judíos más ortodoxos, en
tanto, una vez allí fue detenido, juzgado, y enviado a Roma, donde probablemente murió
Elogio de la locura ejecutado cuando corría el año 67.
El Elogio de la locura fue escrito por Erasmo en los Alpes, camino a Inglaterra
en 1509. La obra está dedicada a su amigo Tomas Moro e incluso fue
El principal santuario de San Pablo es
terminada en la casa del mismo. Su primera edición se publicó en Paris, en
1511.
... Fuente https://www.quien.net/san-pablo.php
Existen dos formas de entender el texto, la locura como moria, que es la
denuncia de que todo acto humano en el mundo está regido por la misma, y
la locura como manía, es decir, como condición necesaria para realizar todo
acto creativo. Erasmo utiliza ambas concepciones de la locura en el texto, por
lo que es importante saber distinguir cuándo crítica y cuándo valora, sea dicho,
cuándo aparece cada una de las dos. De esta manera, podemos decir que, a lo
largo de toda la obra, son dos los grandes temas que se entrelazan: el de la
saludable locura, que es la verdadera sabiduría, y el de la supuesta sabiduría,
que es mera locura.
A raíz de eso, en el Renacimiento, la locura surge como una nueva encarnación
del mal, sustituyendo el tema de la muerte. El interés por la locura en esta
época suscita la denuncia de la misma por medio del ingenio plástico y literario
del renacentista. Es entonces que ésta se vuelve un ente fascinante y
fantástico que estimula las ideas y la imaginación del pensador.
A su vez según Erasmo, la razón, la cordura, al parecer no lleva a ningún lugar:
cuanto más sensata es una persona peor vive, el cuerdo no emprende a
menudo grandes acciones (el miedo al fracaso es un freno), se ensalza la
ignorancia o el error, se admira a quien más incompetente resulta, las ciencias
no conducen a la felicidad, la civilización es un castigo. Pero afirmar todo esto
es reconocer también su propio fracaso y el de todo su pensamiento. Tal vez,
por eso, Erasmo haya optado en este caso por divertirse escribiendo el
encomio de la estulticia.
Luego de toda esa crítica de los aspectos que fortalecen a la locura o estulticia,
el ensayo termina con una exposición de los verdaderos ideales cristianos,
criticando los excesos a los que son capaces de llegar los católicos por librar la
culpa.
“Finalmente no hay locos más rematados que aquellos que están poseídos
por el ardor de la piedad: entregan lo que tienen, olvidan las injurias, se dejan
engañar, no distinguen entre amigos y enemigos, aborrecen los placeres,
abundan en ayunos, vigilias, lágrimas sufrimientos y desprecios; desprecian la
vida y sólo ansían la muerte”
Pensar en esto ahora sería demasiado duro. ¿Es posible que por un momento
desee no ser consciente de todo esto, vivir en la ignorancia, dejarse arrastrar
por la insensatez? Aunque así lo sienta, Erasmo no se da por vencido. Esta
obra no es fruto de su pesimismo, sino de una ironía llevada al extremo, que
busca, como siempre, llevar a la reflexión. Si Erasmo condena la guerra es
porque ama la paz, si denuncia los vicios es para exaltar las virtudes, si critica
la iglesia es porque ama la iglesia, porque está decepcionado de la misma. Su
texto no es más que una manera de exaltar la decadencia del cristianismo, un
cristianismo que ha olvidado el Evangelio.

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