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Peralta todas las semanas viajaba para un lugar diferente de La Guajira, iba
a visitar a su familia, a ver sus cultivos y a hablar con los miembros del
negocio. El 29 julio Lisímaco y sus socios ya estaban planeando la mercancía
para ser despachada desde Santa Marta hasta La Guajira. El camión donde
iba a ser enviada, justo, tuvo una falla en el motor en ese instante, lo cual
tardaría varios días en ser arreglada. Peralta, entonces, pensó en viajar junto
a uno de sus socios a la finca, a donde tendría que llegar la mercancía, a
poner al tanto a los vigilantes para que estos no se impacientaran. El 5 de
agosto decidió, al fin, trasladarse hacia la península de La Guajira. Al llegar
les comentó todo a los vigilantes los que había ocurrido con el motor del
camión y les dejó comida para una semana más; cuando iba de regreso hacia
Santa Marta vio la entrada de Las Flores y optó por pedirle a su chofer que
entrara al pueblo para saludar a su familia y amigos. Al llegar, vio a su
compadre y amigo Adalcímenes Brito, quien lo recibió con las siguientes
palabras:
- “Compadre, llegó como caído del cielo, hoy se presentan Diomedes Díaz
y Juancho Rois, el 2 cumplí años, y hoy 5 cumple mi compadre Idefonso
Pimienta, así que nos pusimos de acuerdo para hacer una sola fiesta”.
Contesta Adalsímenes:
Todas las personas estaban impacientes por oír al cantante, y cuando por fin
entró al escenario la primera canción que interpretó fue “Lluvia de verano”, en
pocas palabras, la canción de Lisímaco. Él al escucharla empezó a cantarla
a todo pulmón con mucho orgullo y simpatía; los hermanos Guerra, por otro
lado, se morían de envidia por la alegría que éste presentaba en esos
momentos, uno de ellos se acercó a Lisímaco en varias ocasiones y le refirió
estas palabras: “hoy te voy a matar”. Pero Lisímaco no le dio importancia y
siguió disfrutando de su canción. Al terminar la tanda a la 1:10 de la
madrugada, la cuñada de Lisímaco Peralta, Sidis Mendoza, lo fue a buscar y
tranquilamente le dijo:
Lisímaco contestó:
Por otro lado, los hermanos Guerra intentaron fugarse, pero los
acompañantes de Lisímaco no se quedaron quietos y también les
proporcionaron 44 tiros en total. Mientras tanto, el cantante Diomedes Díaz y
Juancho Rois escaparon de toda esa revolución a toda prisa, volándose
paredes y corriendo lo más rápido, llegaron a la casa más cercana y se
refugiaron debajo de una cama. Los invitados también corrieron y se alejaron
de ese lugar lo más rápido posible. Las personas no sabían quiénes habían
muerto, ya que Salsipuedes quedó sin ninguna persona y así no podían saber
quiénes eran los fallecidos. El ejército llegó aproximadamente a las 3:00 de
la mañana y así fue como se pudieron conocer los muertos. Los miembros de
la patrulla empezaron a sacar a los músicos y cuando ya iban saliendo del
pueblo, el cantante Diomedes, asustado, hizo una promesa: “nunca más
volveré a cantar en Las Flores” y mientras estuvo vivo, la cumplió.
https://www.facebook.com/notes/diomedes-d%C3%ADaz/exclusivo-
lis%C3%ADmaco-peralta-una-canci%C3%B3n-y-44-
balazos/10150136095298650/