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toca: 198/2008
1.Autoridades responsables:
1.1 Ordenadora:
1.2 Ejecutoras:
2.Actos reclamados:
1. El ocho de diciembre de dos mil cinco, aproximadamente a las diez horas con
treinta minutos (10:30 am), fui detenida arbitrariamente en la carretera federal
México-Cuernavaca por agentes de la policía federal de investigación,
incomunicada por espacio de veinte horas y luego traslada al rancho “Las
Chinitas” en la madrugada del nueve de diciembre.
1. Ese nueve de diciembre hacia a las seis horas con cuarenta y siete minutos
(6.47 am), sin haber sido puesta a disposición del ministerio público, fui
fotografiada y filmada, contra mi voluntad, por los medios de comunicación en
lo que se hizo aparentar una liberación en directo de personas secuestradas en
el rancho, ubicado en Topilejo, Distrito Federal. La noticia y las imágenes que
ahí se exhibieron fueron ampliamente difundidas en los principales noticiarios
de la televisión, matutinos y en demás horarios.
1. Finalmente, ese día, a las diez horas con dieciséis minutos (10:16 am), fui
puesta a disposición del Ministerio Público adscrito a la Subprocuraduría
Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada (SIEDO). En el
acuerdo de puesta a disposición, la autoridad ministerial omitió ordenar la
notificación inmediata de mi detención al Consulado General de Francia por mi
condición de ciudadana francesa.
1. Ese mismo día, a las quince horas con diez minutos (03:15 pm), sin haber sido
enterada del derecho a la información sobre asistencia consular, rendí mi
declaración ministerial.
1. El diez de diciembre de dos mil cinco a las doce horas con diez minutos (12:10
pm), la autoridad ministerial se comunicó vía telefónica a la representación
diplomática de Francia. A las quince horas con cuarenta y cinco minutos (03:45
pm), recibí la visita del Cónsul General de la República Francesa en México.
1. Ese mismo día, la autoridad judicial decretó mi arraigo por noventa días.
1. El tres de marzo de dos mil seis, se abrió la causa 25/2006 ante el Juzgado
Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal y el
once de ese mismo mes se dictó auto de prisión en mi contra.
1. El veinticinco de abril de dos mil ocho, fui condenada a noventa y seis años de
cárcel.
1. El dos de marzo de dos mil nueve, el tribunal de apelación, Primer Tribunal
Unitario en Materia Penal del Primer Circuito modificó la sentencia y redujo la
pena a sesenta años, al tenerme responsable de los delitos de secuestro (3),
portación de arma de uso exclusivo y delincuencia organizada.
1. El trece de mayo de dos mil nueve, la policía federal presentó a los medios de
comunicación un nuevo video en el que aparece una persona que dijo llamarse
David Orozco, ser secuestrador y haberme conocido como cómplice; el video
es ampliamente difundido.
1. SOY INOCENTE[1].
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
El nueve de diciembre de dos mil cinco, las noticieros de las dos televisoras
nacionales, Televisa y TV Azteca, difundieron unas imágenes que mostraban lo
que parecía ser la entrada “en vivo y en directo” de fuerzas especiales de
policía federal a una casa de seguridad en cuyo interior se encontraban
supuestamente tres víctimas y sus captores.
Y sí, ahí estaba yo, Florence Marie Louise Cassez Crepin, puesta ahí contra mi
voluntad por la Agencia Federal de Investigación, la AFI.
Las imágenes fueron ampliamente difundidas. Los videos que contienen esas
imágenes, especialmente el que muestra el operativo reporteado por Pablo
Reinah para el programa matutino “Primero Noticias” y que empezó a rodar a
las seis horas con cuarenta y siete minutos, son piezas del expediente[2].
Como es bien sabido, las imágenes -impactantes por cierto- que contiene ese
video, no son genuinas. La autoridad pretendió minimizarlas como una simple
recreación. Mi defensa, en cambio, ha argüido la existencia de un montaje.
Las testigos, con los rostros borrados por efecto de la tecnología televisiva,
conceden con percibida calma entrevistas a los reporteros de las televisoras.
Horas más tarde, en sus declaraciones ministeriales, todos ellos eluden
cualquier mención al episodio mediático y omiten cualquier detalle sobre su
anuencia e intervención en el montaje. Abiertamente, faltaron a la verdad al
decir que apenas rescatados, fueron trasladados a las oficinas del ministerio
público (SIEDO).
En lugar de ser puesta, sin demora, a disposición ante el ministerio público, fui
puesta, a la fuerza, en el rodaje de un simulacro policial cuya finalidad era
incriminarme. Las escenas delatan además que la policía permitió a los
periodistas interrogarme en absoluto olvido de mis derechos fundamentales.
“No mereció valor probatorio, la diligencia del ocho de mayo de dos mil seis
(hojas 378 a 387, tomo IX), que consistió en observar el contenido de los
videos formato VHS que contienen copa del Noticiero “Primero Noticias” de
fechas dos y nueve de diciembre de dos mil cinco, así como los videos que
fueron remitidos por el Director General de Supervisión e Inspección Interna
para la Agencia Federal de Investigación de la Visitaduría General…; como
tampoco merecen valor probatorio las citadas videograbaciones, ni el disco
compacto agregado en el tomo VII, ofrecidos como prueba de los defensores
particulares de los procesados Florence Marie Louise Cassez Crepin…, datos
contenidos en esa diligencia que no tienen valor probatorio en virtud de
que en primer término y como se desprende de esas videograbaciones
relativas a lo que en ese momentos se registró en los videos de nueve de
diciembre de dos mil cinco, se trata de una recreación, es decir, no son
sucesos reales, sino actuados…
El tribunal responsable eludió las conclusiones a que obliga una efectiva tutela
judicial. Primero, que no se trató de una recreación sino de un montaje y,
segundo, que su autoría corresponde a la autoridad y es un acto indebido que
mancilla toda la investigación.
Deuteronomio. 5:20
Acaso, convenga empezar por decir que las primeras declaraciones de los tres
testigos que me incriminan, no se verificaron ante el agente ministerial, sino
ante los micrófonos y las cámaras de la televisión.
(…) Que diga el testigo si durante el tiempo que duró su secuestro recuerda
haber visto al señor que describe asegura vio un día antes de su secuestro.
RESPUESTA.- No lo vi porque no los podía ver (…)
(…) eran varias personas quienes nos cuidaban, aclarando que en algunas
ocasiones fingían la voz… al parecer llegaban a la casa siete personas, las
cuales identificaba como ANGEL (1)… su voz era ronca, MARGARITO (2)…
su voz era como el personaje que sale en televisión, a OTRO lo identificaba…
como mi primo (3)… tiene la voz no muy ronca, a OTRO SUJETO… me decía
“Mi Rey” (4), OTRO lo identificaba por que en una ocasión le trajo a mi mamá
una rosa (5)… a otro como MIGUEL (6)… sujeto que hacía la voz fingida…
decía que le dijeramos Gabriel, también la voz de otra persona que llegaba
diario en los primeros días… a esta persona le decían HILARIO quien yo
considero que es el jefe (7…)
(…) se le pone a la vista a través del cristal a Florence Marie Louise Cassez
Crepin … se les solicitó manifestarán en voz alta sus generales, actividades
laborales, nombres de sus hijos y sus edades, por lo que después de haberlos
visto y escuchado con detenimiento el menor, manifestó que… la persona de
nombre Florence Marie Louise Cassez Crepin no la reconozco físicamente ni
por la voz (…)
Christian volvió a declarar dos meses después, el catorce de febrero del dos
mil seis. Esta vez lo hizo en la subagregaduría de la Procuraduría General de
la República en San Diego, California, en los Estados Unidos de América.
Conviene apuntar que para entonces ya se había revelado que las escenas
televisadas de mi detención habían generado un duro cuestionamiento a la
Procuraduría y en especial a la Agencia Federal de Investigación.
Ese programa cerró con una llamada mía al estudio, dónde se produjo un
“careo mediático”, en el que cuestioné y desmentí a los dos servidores
públicos:
Denise Maerker: Adelante, Florence. ¿Tiene algo que decir? Sí, sí fui detenida
el ocho de diciembre en la carretera, y me secuestraron en una camioneta, no
fui arraigada el nueve, eso es falso, perdóneme señor que está diciendo eso,
yo, a mi me detuvieron el ocho de diciembre a las once de la mañana, estaba
yo en un coche, me detuvieron y me pusieron adentro de una camioneta y me
guardaron adentro de esta camioneta todo el día del ocho, parte de la noche
del ocho, el nueve en la mañana, a las cinco de la mañana, me metieron a la
fuerza, y a la fuerza me pegaron y a la fuerza me metieron adentro de esta
cabañita adentro del rancho. Pregunta DM: ¿dónde se ven las imágenes?
Exactamente. DM: pues agradezco Florence Cassez que hable desde el lugar
que se encuentra arraigada…
10-FEB-2006
En todo caso, lo cierto y objetivo es que cuatro días más tarde, Cristina Ríos
Valladares y su hijo Christian, estaban en San Diego, California. Y, ahí, en su
segunda declaración, Christian cambió el sentido de su declaración.
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observé era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era
de una mujer de piel blanca… le comenté a mi mamá que la persona que me
sacó la sangre había sido una mujer, ya que le vi las manos, mismas que eran
suaves y de piel blanca. Por otra parte, recuerdo que cuando me estaba
sacando la sangre escuche que la misma persona que me la sacó pronunció
unas palabras que eran las siguientes “aprieta el brazo” y en ese momento
escuche que esta persona lo pronunció como extranjera, con un acento raro y
no con el tono de mexicana (…)
(…) Hilario me saca sangre de la vena de mi brazo izquierdo, me dijo que era
para hacerme unos análisis, ya que ellos tenían un doctor (…)
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observe era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era
de una mujer de piel blanca (…)
No obstante haberse ratificado la primera declaración del nueve de diciembre,
en la segunda declaración, Hilario se transformó en unas manos de mujer. La
evidentísima contradicción entre la primera y segunda declaración, no pasó
desapercibida y entonces ineludiblemente tuvo que explicarse en la tercera
ampliación judicial. Tal corrección que no fue pedida ni se aprecia espontánea,
menos aún en un menor de edad, es presumiblemente producto de
aleccionamiento y mala fe:
(…) que en la primera declaración dice que Vallarta me sacó la sangre, pero yo
solo dije que Vallarta fue el que dio la orden, entonces la señorita Florence
Cassez (sic) vi la mano, me dijo aprieta el puño, entonces me sonó raro porque
yo no conocía el acento francés hasta ese momento (…)
Al final del interrogatorio judicial, Christian Hilario eludió dar cualquier detalle
sobre el montaje y sobre la intervención de la televisión. No obstante, es
indubitable que el menor estuvo presente en la escenificación pues él mismo
fue filmado al lado de su mamá. De esto, dieron cuenta las siguientes
preguntas:
34. Que diga el testigo si recuerda qué pasó en el lapso desde el momento que
los rescatan los elementos de la AFI hasta que rinde declaración:
RESPUESTA. No, sólo vi a mi familia, a mis tres tíos, mis tres hermanos y mi
papá en las instalaciones de la AFI. 35. Que diga el testigo si recuerda qué
ocurrió desde que los rescataron los elementos de la AFI hasta que sale de la
habitación donde estaba dormido. RESPUESTA. Nada, sólo me dijeron somos
de la policía, me sacaron y no recuerdo nada más.
Christian se acordó del detalle de mis manos blancas pero no recordó salir en
la televisión.
Al igual que su hijo, Cristina Hilda Ríos Valladares declaró varias veces e
incurrió en múltiples contradicciones sobre circunstancias esenciales de los
hechos. Además, en su caso, es posible apreciar ostensiblemente el efecto vía
inducción o presión que la campaña mediática de la autoridad ejerció sobre sus
dichos.
(Reportero) cómo la trataban señora, que pasó en estos cuarenta y cinco días
en que estuvo Usted aquí (Señora) A mí me trataban bien y al niño, nos
daban de comer, estuvieron al pendiente de mis medicamentos, por que yo
padezco de un riñón mucho, por que yo padezco de las vías urinarias, siempre
estuvieron al pendiente, nos daban de comer lo que pedíamos… (Reportero)
en algún momento recibió Usted malos tratos (Señora) nunca, nunca, al
contrario, siempre estaban, o sea, me decían que quiere de comer, o el niño
nos lo daban…
En ese mismo momento, la testigo contestó sin titubeos, a las preguntas del
reportero:
(…) durante la presente diligencia tuve a la vista a las personas que ahora me
entero responden a los nombres de Israel Vallarta Cisneros y Marie Louise
Cassez Crepin y después de observarlos con detenimiento manifiesto que no
conozco a estas personas y es la primera vez que las veo… también las
escuche articular palabras y manifiesto que noconozco la voz de ellos (…)
Cristina dijo haber sido liberada y enseguida subida a una patrulla y trasladada
a las oficinas de la procuraduría (SIEDO).
Sin embargo, esta narrativa se estrella contra la versión oficial. Cristina nada
dijo de la escenificación. Cristina Hilda eludió contar que luego de su
pretendido rescate, habría venido una “recreación.” Faltó a la verdad pues los
autos de la causa revelan que su salida no fue “enseguida”, no dijo que fue
entrevistada por la televisión, que habría permanecido en la casa y que ahí
habría vuelto a estar junto a sus pretendidos plagiarios. Nada dijo porque nada
de eso estaba previsto.
Tiempo después, cuando se supo que las escenas de televisión no eran reales,
el guión tuvo que ser modificado. Entonces, la autoridad enmendó sus
contradicciones de tal manera, para incluir la especie de que habría ocurrido un
primer rescate hacia las seis y media y que luego habría venido la
escenificación, recreación o montaje, como se quiera, a las seis cuarenta y
siete.
Según los datos del expediente de inspección interna, iniciado con motivo del
escándalo, Cristina habría sido “rescatada” a las seis y media de la mañana, y
a las seis horas con cuarenta y siete minutos estaría adentro de la casa de
seguridad; habría permanecido ahí como hasta las siete horas con quince
minutos, lapso durante el cual participó activamente en la escenificación, pues
accedió a ser filmada y a dar entrevistas a los reporteros.
Qué diga cómo iba vestido en la fecha del operativo. RESPUESTA.- de civil,
iba con ropa negra, pantalón de mezclilla negra y chamarra negra, utilice
chaleco con las insignias de la institución…
Sin embargo, esa versión no cuadra con la historia que narraron los agentes
aprehensores ante el ministerio público visitador y quienes coincidieron haber
ido vestidos de civil y quienes dijeron haber liberado a Cristina y su hijo.
También pugna con la versión de Cristina el informe escrito del director Luis
Cárdenas Palomino a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se
lee[15]:
“Que al llegar el grupo de operaciones especiales procedió a asegurar el
mismo, se entiende el perímetro del mismo, y que los agentes aprehensores
entran al domicilio por la puerta que es abierta por el C. Israel Vallarta
Cisneros.”
“… estaba durmiendo con mi hijo, desperté al escuchar ruido como pasos que
corrían y como que escalaban paredes, enseguida escuché que golpeaban la
puerta…”
Ahora, en febrero del dos mil seis, después de hacerse público el montaje,
después de la entrevista al titular de la Agencia Federal de Investigaciones en
“Punto de Partida[16]”, y después de mi cuestionamiento al aire a los
servidores públicos, la testigo modificó sustancialmente su testimonio y, así
incurrió en más y mayores contradicciones.
Voz de Cristina: “… Yo pienso que es injusto que una persona extranjera que
venga aquí a esta ciudad, cometa delitos y se quiera hacer pasar como que
ella es una inocente… una blanca paloma y no, porque desde la primera casa
de seguridad que a mí me llevaron yo escuché su voz, no una ocasión,
varias…”
Esa declaración tuvo lugar antes del cinco de febrero de dos mil seis, fecha
cuando se transmite la entrevista en Punto de Partida. Esta grabación formó
parte del programa y por la leyenda “Cortesía de la PGR”, se deduce que fue
proporcionada por la procuraduría. Cristina Hilda Ríos Valladares apareció, su
rostro ahora visible, no borrado como al principio. Su voz empezó aclarando
que soy extranjera y luego salió al paso a defender la posición ministerial y
acusarme en los medios.
Cristina había dicho que no reconocía la voz de nadie. Ahora, ante los medios
e inmersa en una crisis de credibilidad, sin más, dice que “escuchó mi voz, no
una, sino varias” veces. Sin embargo, sus declaraciones oficiales no dirán lo
mismo.
Pues bien, si tanto era su miedo ¿Por qué se presta a salir retratada en un
video?, ¿Por qué en un video cortesía de la PGR? ¿Por qué sale a defender la
posición del ministerio público? Su presencia y su respuesta se entienden una
reacción mediática al cuestionamiento público. Y de nuevo, la lógica es la
misma: ¡Qué importa el montaje, si la francesa, extranjera, no es una blanca
paloma!
Es extraño que la memoria de madre e hijo coincidan en forma tan similar. Dos
meses más tarde, en el lapso de una semana, inmediatamente después del
escándalo mediático, madre e hijo experimentaron la misma remembranza, y
así, casi con las mismas palabras, surgió un hecho hasta entonces inédito y
olvidado por ambos.
Un día después de que Christian Hilario supuestamente recordó haber visto las
manos de una mujer, el quince de febrero del dos mil seis, la testigo añadió:
El ocho de febrero, Cristina Hilda dijo que su hijo le comentó que había
escuchado la voz de una mujer con acento raro. Siete días después, el quince
de febrero, ya en San Diego California, Cristina recordó que ella también había
escuchado a la misma mujer.
(…) la voz de una persona extranjera con acento muy peculiar, por lo que una
vez que he analizado esta voz, con la voz que he escuchado en los medios de
comunicación (televisión) de la persona que se identifica con el nombre de
Florence Marie Louise Cassez Crepin, y sin temor a equivocarme reconozco
que es la misma voz que escuche en varias ocasiones en las dos casas de
seguridad… tener a la vista un casete de audio… el cual contiene la prueba
de las voces de los indiciados… muestra que fue editada por la Coordinación
de Servicios Periciales de la Institución, mismo audio que se pone a la
escucha de la declarante la cual una vez que lo escucho con detenimiento
manifestó sin temor a equivocarse… reconozco la voz de quien dijo llamarse
Florence Marie Louise Cassez Crepin, como la voz de la misma mujer que
escucho en las dos casas de seguridad en que estuvo privada de su libertad,
de la misma manera, quiero precisar que derivado de las llamadas efectuadas
y difundidas por los medios masivos de comunicación, es decir la televisión, de
quien refiere ser Florence Marie Louise Cassez Crepin, al respecto deseo
manifestar y sin temor a equivocarme que ratifico conocer su voz como la voz
de la misma mujer que escuche en el interior de las dos casas de seguridad en
las que estuve privada de mi libertad (…)
Yo fui la que negó los cargos desde un principio. Yo fui la que habría generado
el escándalo y sí, yo fui la que llamó por teléfono al estudio de “Punto de
Partida” a cuestionar a los servidores públicos. Bien vistas, las ampliaciones de
los testigos son manifestaciones que apuntaron directamente a mi persona.
La justificación para efectuar la ampliación fue que los testigos superaron el
miedo, sin embargo, es ineludible apreciar estas nuevas declaraciones en el
contexto de todo lo sucedido ese mes de febrero de dos mil seis en torno al
caso.
Primero, el nueve de diciembre de dos mil cinco, Cristina Ríos Valladares, ante
las cámaras de televisión, a las siete con diez minutos, al momento del
supuesto “rescate”, respondió a las preguntas de los periodistas:
(Reportero) cómo la trataban señora, que pasó en estos cuarenta y cinco días
en que estuvo Usted aquí (Señora) A mí me trataban bien y al niño, nos
daban de comer, estuvieron al pendiente de mis medicamentos, por que yo
padezco de un riñón mucho, porque yo padezco de las vías urinarias, siempre
estuvieron al pendiente, nos daban de comer lo que pedíamos… (Reportero)
en algún momento recibió Usted malos tratos (Señora) nunca, nunca, al
contrario
Luego, ante el ministerio público, Cristina declaró:
“Por lo que hace a Israel Vallarta en una ocasión, entró al cuarto y me dijo que
me tapara la cara con un pasamontañas pero primero me vendaron los ojos,
sacaron al niño del cuarto e hizo que me desnudara, le tuve mucho miedo y
estaba yo llorando y le pedí que no me hiciera nada y me dijo que solo iba a
buscar algún chip y después (sic) no ese día fui objeto de que abusaran de
mí, y no solo fue él sino las personas que nos cuidaban…”
Sin embargo, las mismas premisas que sirvieron al tribunal para otorgar
convicción a los testimonios de las víctimas, después, fueron utilizadas para
negar fuerza probatoria a mis declaraciones y a la de testigos ofrecidos por la
defensa como fueron los señores Ángel Olmos Morán y Fernando Díaz
González.
(…) una vez transcurrido algún tiempo que fui liberada y superado parte de las
secuelas del secuestro del que fui víctima, así como del miedo que tenía por
las amenazas recibidas por mis secuestradores… he recordado (…)
Ezequiel Elizalde fue el primero en salir a cuadro en las imágenes del supuesto
rescate. En esas imágenes apareció vendado de la cabeza. En sus primeras
palabras, explicó al periodista Pablo Reinah la razón del vendaje. En la imagen
del supuesto rescate, sale a cuadro a las siete horas con seis minutos y
contesta con relativa calma todas las preguntas que le formuló el reportero.
Dijo que fue una agente (femenina) quien lo reconoció como víctima y que así
inmediatamente lo curaron, agarraron una botella de alcohol y lo vendaron. Sin
embargo, su declaración pugna con las versiones de los policías que rindieron
el parte informativo de puesta a disposición, puesto que ninguno de ellos
declaró haber confundido a una víctima por captor y además manifestaron
haber entrado a la cabaña en compañía de Israel Vallarta quien les mostró el
lugar dónde estaban las víctimas. Adicionalmente, ninguno de los dos policías
que ingresaron originalmente a la cabaña o casa de seguridad era mujer, los
dos son varones de nombre José Aburto y José Luis Escalona.
Luego, ¿Por qué, si lo único que hizo fue percibir bien todo lo que veía y
escuchaba, no se acordó o no describió en su declaración ministerial ninguna
golpiza o ningún episodio de violencia física? En suma, su declaración no
explicó ni describió algún suceso relacionado con las supuestas lesiones en la
cabeza.
El dato de las lesiones es tanto más sospechoso puesto que no hay ninguna
fotografía de la lesión en la cabeza y sobre todo porque la venda aparece
blanca, demasiado limpia, sin manchas o rastros de sangre, sin suciedad.
En su ampliación de declaración rendida el treinta de mayo de dos mil seis, al
día siguiente de su visita al médico de la defensa, Ezequiel reconoció lo
siguiente:
En todo caso, Ezequiel, al igual que Cristina, evadió en sus declaraciones, pero
especialmente en su primera declaración, cualquier mención sobre la
escenificación. En su deposado, no dijo nada de los golpes, no describió cómo
lo habían rescatado, no dijo que lo habían vendado los policías y sobre todo
eludió cualquier detalle sobre su permanencia adentro de la casa de seguridad
y su participación en la escenificación del supuesto rescate.
Al igual que Cristina, Ezequiel fue un actor ¿voluntario? del montaje. Y, al igual
que Cristina, participó activamente en el montaje al aceptar entrevistas.
Los policías no pudieron haberle informado a Ezequiel que iban por su caso, y
comunicarle el nacimiento de su hijo. Sin embargo, su respuesta no expresó
dudas. No dijo que suponía, que su esposa estaba a punto de dar a luz, o que
su hijo posiblemente ya habría nacido, al contrario, dijo categórico: ¡Un bebé,
recién nacido! Su respuesta es indicativa de que ya conocía la noticia. ¿Cómo
la supo?
Otro tema, que genera más dudas que convicción, es la historia del piquete o
coloración que presentó el dedo de Ezequiel. En su declaración ministerial,
Ezequiel describió la siguiente escena[20]:
Ezequiel manifestó claramente que, antes del piquete, le pidieron cerrar los
ojos y que se los vendaron. Esto es no vio, sólo sintió. Así lo narró ante la
autoridad ministerial.
Por lo visto, la historia del dedo, al igual que el montaje, formó parte de un
guión preparado. La pregunta indica que el reportero ya estaba al tanto de la
historia del dedo. ¿Quién se la contó? ¿Por qué narró que hoy le iban a cortar
el dedo?
Desde temprano, el mismo nueve de diciembre, la prensa estuvo enterada de
los detalles del piquete, justo cuando se supone acababa de darse el “rescate”.
La única fuente posible de esa información sería que el mismo Ezequiel.
Y tal parece que fue así, pues en las imágenes filmadas el nueve de diciembre
de dos mil cinco, se ve a Ezequiel mostrando el dedo meñique a las cámaras.
Luego, quién relató la historia a la prensa, sería Ezequiel. La imagen da cuenta
de ello:
Ezequiel señaló que la anestesia seguía teniendo efecto sobre su mano al ser
liberado. Es decir, que seguían las secuelas. Ahora bien, ¿Cuánto tiempo
duran los efectos de la anestesia? Unas hora, varias horas, un día (el día
anterior) o tres días como refirió en su declaración ministerial.
En el mejor de los casos, esa inspección lo único que acredita es que había
(¿hubo?) un punto de coloración en el dedo, y de ninguna manera que éste
sea producto de una inyección. Al mismo tiempo, ese mismo día, a las dieciséis
horas, se practicó un dictamen de integridad física que consistió en una
inspección y exploración física. Pues bien, el dictamen plasmó lo siguiente:
Más aún, el treinta de mayo de dos mil seis, siete meses después, el
Juzgado certificó: “que en el dedo meñique en la parte media de la mano
izquierda del ateste de referencia se observa un pequeño punto en color rojo el
cual al ser ligeramente oprimido se le nota un poco de más color y al
transcurso de dos o tres milésimas de segundos toma su color natural.”
La certificación judicial fue tal cual, no dijo que el punto era producto de una
punción, simplemente que ahí estaba. Sin embargo, resulta por demás
inverosímil que siete meses después, la supuesta huella del piquete siguiera
ahí, visible, en el dedo.
El dictamen médico del veintinueve de mayo de dos mil seis, elaborado por el
doctor Juan Carlos Rueda García, quien exploró físicamente al testigo
paciente, afirmó que el punto en superficie de la piel de la falange media del
dedo meñique:
Precisamente, esa versión se repitió exactamente con los demás testigos, que
arrastraba las “eres”, que tenía un acento francés y que dejaba ver un mechón
de pelo güero. Las coincidencias en los recuerdos e impresiones son extrañas
y cuestionables. Mejor vistas parecen fórmulas fabricadas.
b).- Ezequiel Yadir Elizalde Flores no presenta ninguna huella de punción por
aguja en su dedo, como se desprende de la pericial correspondiente, misma
que no fue controvertida por parte del Ministerio Público de la Federación.
2.- Que diga el testigo si recuerda cuántas personas había en la parte externa
como de la parte interna de la cámara de Hessel cuando le presentaron a las
dos personas para identificarlas. RESPUESTA.- externamente estaban mi hijo
Ezequiel, estaba el jovencito secuestrado Christian, la mamá de Christian y por
último estaba el esposo y no recuerdo haber visto más personas y en la parte
interna cuando los pusieron detrás de la cámara de Hessel era FLORENCE
acompañada por un hombre armado de la policía custodiándola y me
parece que el comandante Cárdenas y con Israel fue de la misma manera.
(…) enseguida nos sacaron de la casa y nos subieron a una patrulla de la AFI y
nos trasladaron a estas oficinas; estando a bordo de la patrulla de la AFI me
percate que tenían a dos personas viendo hacia una pared, un hombre y una
mujer rubia, enterándome por uno de los policías que esas personas las
habían detenido en la casa donde estábamos en cautiverio… estoy enterada
, por voz de los Agentes de la AFI, que las personas que detuvieron son
parte de mis secuestradores (…)
Cristina Ríos dio cuenta de la inducción ejercida por los agentes policiales. Su
testimonio carece de certeza de veracidad sobre el hecho a descubrir. Peor
aún, el dato que los agentes transmiten a la testigo es falso, puesto que los
autos de la causa arrojan que yo no fui detenida en la casa. En todo caso, la
testigo dejó constancia, fueron los agentes federales, quienes me atribuyen
responsabilidad.
“Estoy enterada, por voz de los Agentes de la AFI, que las personas que
detuvieron son parte de mis secuestradores, por lo cual denuncio el delito
de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro cometido en mi
agravio de mi menor hijo CRISTIAN HILARIO RAMÍREZ RIOS y procedo en
contra de ISRAEL VALLARTA CISNEROS Y MARIE LUISE CASSEZ CREPIN
La denuncia que cerró el acta de declaración ministerial de Cristina es ilegal.
Su contenido contraviene toda regla de imparcialidad, espontaneidad y certeza.
No obstante, no haberme reconocido por rostro ni voz, la policía indicó a la
testigo que soy parte de los culpables y así procedió a denunciarme. La
inducción se dio en varias formas y momentos, a saber, por los reporteros, en
el traslado cuando le dice un policía que fui detenida en la casa de seguridad y
finalmente cuando reitera que la policía le dijo que soy parte de los
secuestradores.
(…) quiero señalar que nunca vi a ninguno de mis secuestradores, por lo que
me sería difícil identificarlos físicamente (…)
Desde ese mismo día, los testigos estuvieron expuestos a la influencia de las
noticias en los medios. Semanas después del nueve de diciembre, la
controversia sobre el operativo de liberación arreció con fuerza en los
noticieros en los que, además, una y otra vez, se hacía referencia a mi persona
como la francesa[25].
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observe era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era
de una mujer de piel blanca… recuerdo que cuando me estaba sacando la
sangre escuche que la misma persona que me la sacó pronunció unas
palabras que eran las siguientes “aprieta el brazo” y en ese momento escuche
que esta persona lo pronunció como extranjera, con un acento raro y no con el
tono de mexicana (…)
Pues bien, Cristina Ríos quien, antes del cinco de febrero, había salido a los
medios a decir que me había escuchado; en su segunda declaración ministerial
del ocho de febrero, se limitó a decir que tuvo conocimiento de unas manos de
mujer por el dicho de su hijo. La contradicción existe. En los medios, Cristina
dijo una cosa, y en la averiguación, bajo protesta de decir verdad, otra distinta.
El reconocimiento de voz fue realizado a partir de una prueba ilícita -el audio
editado- y, por ende, lo que se desprenda de éste, también lo es.
PRUEBAS EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. SUPUESTOS EN QUE DEBE
NULIFICARSE SU EFICACIA. La eficacia de las pruebas en el procedimiento
penal debe nulificarse en los casos en que la norma transgredida establezca:
(i) garantías procesales, (ii) la forma en que se practica la diligencia, o
bien, (iii) derechos sustantivos en favor de la persona. Por su parte, las
pruebas derivadas (aunque lícitas en sí mismas) deben anularse cuando
aquellas de las que son fruto resultan inconstitucionales. Así, los medios de
prueba que deriven de la vulneración de derechos fundamentales, no deben
tener eficacia probatoria, pues de lo contrario se trastocaría la garantía de
presunción de inocencia, la cual implica que nadie puede ser condenado si no
se comprueba plenamente el delito que se le imputa y la responsabilidad penal
en su comisión, circunstancia que necesariamente implica que las pruebas con
las cuales se acreditan tales extremos, deben haber sido obtenidas
lícitamente.[26]
Más aún, del dicho del menor, se desprende que una de sus referencias fue:
“…al escuchar esta voz en los noticieros que pasan en la televisión, la
reconozco.” Esto es el menor y la diligencia dejan constancia de no ser ajenas
o abstraídas del escándalo mediático. Christian reconoció mi voz como la que
pasó en televisión. En efecto, mi voz pasó en el programa Punto de partida.
En su declaración del quince de febrero del dos mil seis, Cristina Ríos
Valladares introdujo a un supuesto testigo, Leonardo Cortes López, quien
sorprendemente, cinco días antes, el diez de febrero, ya había rendido su
declaración ministerial.
La declaración de este testigo nuevo presenta contradicciones y omisiones
graves en hechos sustantivos y, al igual que el resto de los testimonios, su
dicho evidencia inducción dirigida en mi agravio y con miras a incriminarme.
(…) recordé que antes de que la señora Cristina se ausentara, logré darme
cuenta que en varias ocasiones, es decir, dos o tres veces, cuando la señora
Cristina Ríos, iba a mi puesto de verduras a comprar, inmediatamente llegaba
una persona (…)
En el caso que nos ocupa, el testimonio de Leonardo Cortes López dio cuenta
del impacto mediático sobre su percepción de los hechos, cuando manifestó:
“ 10/02/2006.
Como haya sido, el testigo reconoció la influencia que las noticias del momento
ejercieron sobre él y sobre su percepción de los hechos. La televisión ya había
emitido su veredicto y lo había dicho: Florence Cassez era la “francesa
secuestradora.” Leonardo Cortes López no hizo más que repetirlo.
(…) no cumplió con los requisitos establecidos por la ley para la celebración
de dichas diligencias, principalmente, por el hecho de que las únicas
personas que se encontraban a la vista del testigo que intervenía en la
confronta eran los ahora quejosos (…)
El quince de febrero del dos mil seis, Cristina Ríos Valladares informó al
ministerio público encargado de la investigación, por primera y única vez, la
existencia de Leonardo Cortés:
(…) cabe aclarar que un comerciante que vende verduras sobre la banqueta
cerca de mi domicilio, en días pasados me pregunto si me habían secuestrado
y al decirle que si me comentó que la mujer francesa que ha salido en la
televisión en varias ocasiones la había visto por ahí (…)
Antes del quince de febrero del dos mil seis, ninguna persona vinculada a los
hechos investigados, había referido la existencia de Leonardo Cortes.
(…) el día de anteayer miércoles ocho de febrero del presente año, fue a mi
puesto la señora Cristina Ríos Valladares, la cual me sorprendió, e
inmediatamente le pregunté que como seguía de su enfermedad (…)
(…) siendo las once horas con diez minutos del día ocho de febrero del año
dos mil seis, ante el C. Licenciado Alejandro Fernández
Medrano…. comparece voluntariamente la persona que dijo llamarse Cristina
Ríos Valladares (…)
Cinco días antes de que la principal involucrada y única testigo refiera la
existencia de Leonardo Cortés, éste ya rendía testimonio ante el órgano
investigador.
Por otro lado, en su declaración del quince de febrero, rendida en San Diego,
California, Cristina Ríos mencionó la existencia de una persona que,
supuestamente, podía dar noticias de los hechos investigados. Respecto al
nuevo testigo, el testimonio de Cristina Ríos no aportó ningún elemento de
identificación:
¿Cómo supo Leonardo Cortés López que Cristina había sido secuestrada, si
Cristina y su hijo aparecieron en televisión con los rostros borrados?
Si Cristina Ríos supo del testigo el ocho de febrero antes de declarar ante el
Ministerio Público, por qué no lo refirió en su comparecencia de esa fecha.
¿Por qué lo introdujo siete días después?
Si, por el contrario, ella se enteró del testigo después de rendir declaración
ministerial. ¿Entonces cómo se enteró el Ministerio Público de Leonardo Cortes
antes del quince de febrero?
Por otro lado, el diez de febrero del dos mil seis, no existe registro de entrada a
las oficinas de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada (SIEDO) de Leonardo Cortes López.
Finalmente, cierro este capítulo con el pertinente voto expresado por el Ministro
Juan Silva Meza en la discusión sobre el caso Acteal que llevó a la resolución
del amparo directo 9/2008:
Detrás de esa visión se encuentra un falso dilema con el que, por lo regular, se
ha tratado de explicar la relación entre la justicia y la seguridad.
Frecuentemente para garantizar la segunda es necesario doblar la primera. El
dilema es falso y no puede, por lo mismo, dar pie a argumento alguno; lo es
porque cuando el estado y las autoridades que lo representan dejan de
observar los estándares, reglas y garantías procesales que en materia
penal establece la constitución, se configura el más claro caso de
inseguridad contra la propia sociedad. …”
El video explica en buena medida las violaciones que plagan el sumario. Más
aún, por efecto del montaje fui sometida a un trato degradante que anuló el
debido proceso y la presunción de inocencia.
“Toda persona detenida o retenida debe ser llevada sin demora ante un juez o
funcionario autorizado por la ley…”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, interpretando este
artículo, ha opinado que la demora tolerable “es aquélla necesaria para el
traslado.”[34]
responsable.
El tribunal responsable tuvo por cierta como hora de mi detención las cuatro
horas con treinta minutos (04.30 am) del día nueve de diciembre de dos mil
cinco.[35] También señaló que la liberación de las víctimas en el rancho habría
ocurrido a las seis con treinta minutos (06:30 am).
A su vez, el inicio del video muestra las seis horas con cuarenta y siete minutos
y su último registro grabado se ve a las siete horas con veinticuatro o treinta y
cuatro minutos. De ahí, se aprecia cuando mínimo una hora retenida, tiempo
durante el cual ni fui trasladada ni puesta a disposición del Ministerio Público,
sino colocada frente a las cámaras de televisión en la escenificación de un
irreal rescate.
Así las cosas, aceptando sin conceder la versión y horas oficiales, se aprecia
que en violación al mandato del cuarto párrafo del artículo 16 constitucional,
habría sido retenida más allá del plazo constitucional. Esto es, desde las cuatro
horas con treinta minutos de la madrugada hasta las diez horas con dieciséis
minutos de la misma mañana. Ese tiempo no puede tenerse como pronto o
inmediato.
Ahora bien, los autos acreditan que fui retenida ilegalmente cuando menos dos
horas en el rancho “Las Chinitas” para efectos de la escenificación mediática,
desde las seis horas con treinta minutos hasta las ocho con veinte,
concretamente hasta que terminara la emisión de los noticieros matutinos. Esa
dilación es ilegal.
No hay fundamento legal o protocolo policial que permita a una autoridad poner
a un indiciado a disposición de los medios y a ser fotografiado, menos aún ser
filmado y ser obligado, contra su voluntad, a estar en un simulacro escénico.
El tribunal responsable ignoró el artículo 193 del código adjetivo y dice que no
padecí “algún tipo de violencia.” Tal afirmación pugna con el elenco probatorio.
Conviene repetir que no existe fundamento legal para que la policía o cualquier
otra autoridad retengan a una persona -que no ha sido puesta a disposición del
Ministerio Público- a disposición de los medios para ser filmada.
Tras mi detención, sí hubo violencia a mis derechos fundamentales. La
Suprema Corte de Justicia ha llegado a tal conclusión. Por su novedad y
relevancia me permito transcribir la tesis relevante, que aplica al caso:
Secuencia:
Los autos dan cuenta que entre las seis cuarenta y siete, hora de inicio del
video, hasta la salida del rancho a las ocho con veinte de la mañana, fui
ilegalmente retenida para propósitos ilícitos, prohibidos por la Constitución y el
código adjetivo.
Prueba de ello, fue la publicación, que aparece en autos, del diario “La Crónica
de hoy”, cuyo encabezado apareció en la primera página de la edición impresa
del dieciséis de diciembre de dos mi cinco y que decía:
“La secuestradora francesa iba por 7 clientes VIP del Fiesta Americana[42]”
Y en páginas interiores:…
Ahora, la violación que expongo en este apartado, deviene tanto más grave
cuando se considera que en realidad no fui detenida el nueve de diciembre de
dos mil cinco, sino un día antes, el ocho de diciembre sobre la carretera.
La parte acusadora afirmó que yo fui detenida el nueve de diciembre de dos mil
cinco a las cinco treinta de la mañana. Luego, cuestionada por la prensa,
aclaró que tenía que revisar la averiguación “hojita por hojita” y “empatar” las
cosas en los medios de comunicación. El diez de febrero de dos mil seis, la
autoridad ministerial no podía contestar una sencilla pregunta y ofrecer una
explicación la opinión pública.
El tribunal responsable tuvo por buena la fecha que postuló la acusación, sin
embargo, existen indicios de peso que inclinan la balanza hacia el ocho de
diciembre. Esos indicios se hallan en diversas piezas de la averiguación.
¿Qué hicieron los agentes federales los días siete y ocho de diciembre?
Más adelante, en el mismo informe, los agentes federales dicen haber recibido
apoyo a las siete horas con quince minutos (07:15am) en el puente de Topilejo
y acto seguido dirigirse al rancho y entrar, gracias a Israel Vallarta Cisneros,
quien abrió el zaguán para así permitir el ingreso al predio y liberar a tres
personas.
Hasta ahí todo empataba, sin embargo, resulta que el parte de policía federal
investigadora contradice directamente las imágenes vistas en televisión. La
transmisión del operativo inició a las 06:47 am, seis horas con cuarenta y siete
minutos, es decir: ¡Media hora antes que la versión del parte oficial original!
El parte de policía pugna directamente con las imágenes de televisión. Una vez
descubierto el montaje, la cronología del informe resultó tan incongruente como
insostenible. El escándalo mediático obligó a componer la cronología. Ese
hecho explica que al diez de febrero, la autoridad era incapaz de proporcionar
un día y una hora ciertos de mi detención.
El expediente de inspección interna DII/113/DF/06. Desvelada la irrealidad,
la autoridad no tuvo más remedio que abrir expediente administrativo. El
montaje generó una investigación a cargo de la Dirección General de
Supervisión e Inspección Interna para la Agencia Federal de Investigación,
Visitaduría General, expediente: DII/113/DF/06[46].
Todos coincidieron en advertir el mismo error y todos recularon los hechos una
hora. Todos además lo hicieron justo después del descubrimiento del montaje
y la apertura del expediente de inspección interna.
Comparecencia del agente José Luis Escalona Aldama (10:50 horas am):
¿Ninguno de los cuatro agentes se percató del error cronológico cuando ratificó
su parte informativo original el mismo nueve de diciembre?
[…] señaló que le permitieron realizar las entrevista necesarias, sin embargo,
agregó que de las declaraciones de la ciudadana francesa ante el Consulado
de Francia dieron como resultado que Genaro García Luna […] argumentara,
al ser cuestionado al respecto de los medios de comunicación,
específicamente (que) las televisoras le solicitaron la recreación del operativo
en que fue detenida dicha mujer …
Este oficio aporta un indicio adicional: A las cuatro horas treinta minutos, el
reportero Pablo Reinah ya era informado sobre el operativo y quien le llama es
un director de la Agencia Federal de Investigación, Luis Cárdenas Palomino.
“En los últimos meses hemos sido testigos de una serie de contradicciones por
parte de las autoridades encargadas de la impartición de justicia en nuestro
país.
El día 9 de diciembre de 2005 fui avisado alrededor de las 4.30 am, vía
celular por el director de operaciones de la AFI, Luis Cárdenas, sobre un caso
relacionado con la liberación de personas secuestradas.
…
Mientras esperábamos el momento de entrar al aire, los representantes de
la AFI nos informaron, a un servidor y al equipo de Televisión Azteca, que
se trataba de la detención de dos secuestradores, uno de ellos una mujer
de origen francés, y de la liberación de tres secuestrados.
Ahora ¿Por qué no pudo contestar la autoridad esa sencilla pregunta? A esa
fecha, la autoridad apenas y salía al paso de los cuestionamientos. Una de sus
respuestas fue revisaremos “hojita por hojita” y empataremos en los medios.
En ese momento, las cosas no estaban “empatadas.” En otras palabras, no
había versión que ofreciera consistencia. Las cosas se empezaron a “empatar”
en el expediente de inspección interna y con la reculada de horarios que
manifestaron los agentes aprehensores del primero de marzo. Ahí apareció la
nueva versión, de que la detención habría ocurrido, más temprano, a las cuatro
y media.
“Florence Marie Louise Cassez Crepin tenía un contrato firmado por tiempo
determinado del 07 de noviembre al 09 de diciembre de 2005 presentándose a
laborar por última vez el día 07 de Diciembre no reportando el motivo de su
ausencia los días 08 y 9 de diciembre 2005.”
El informe genera más que una duda razonable contra la versión de que la
detención ocurrió el nueve de diciembre. El informe del hotel tiene peso
suficiente para inclinar el peso de los indicios a favor del ocho de diciembre
como fecha de detención. Este indicio permite establecer que mi detención fue
el ocho y no el nueve de diciembre.
Este debate convoca a los principios de equidad judicial y de in dubio por reo.
La policía no dijo la verdad, no lo hizo ni a los medios ni con el Ministerio
Público. Yo digo la verdad y he sido consistente, en cambio, la policía ha
variado su versión repetidamente. Mis declaraciones tienen respaldo en
diversos indicios.
A las cinco de la mañana, Televisión Azteca recibió una llamada de la AFI: ¿La
llamada se dio apenas detenidas las personas? ¿Antes de haberse liberado a
las víctimas?
“Que diga… de qué forma hicieron uso de la fuerza legítima cuando detienen al
hoy procesado. Respuesta. Él empezó a manotear y lo que se trata de hacer
es tomarlo de las manos para pasárselas a la espalda e inmovilizarlo.”
CONCLUSIONES
“[…] Téngase, por recibido el oficio número 2471 del día de la fecha, signado
por la C. Maestra Concepción Cornejo, Fiscal adscrita a la Unidad
Especializada en Investigación de Secuestros, con el que remite el oficio
número PGR/SIEDO/CIF/672/2005, del día de la fecha, signado por el C.
Licenciado Alberto Aguirre Nila, Fiscal Especial de la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, por medio del cual
informa que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hizo
la recomendaciónque a la persona de nombre ISRAEL VALLARTA
CISNEROS, se le realice un estudio radiológico consistente en una placa
antero posterior y lateral del tórax y placa simple de abdomen para
destacar lesión ósea o lesión visceral; así mismo, manifiesta que cuentan
con los Laboratorios Chihuahua S.A. de C.V. para la práctica de dicho estudio,
pero deberá trasladarse el antes mencionado; […] visto lo anterior, y tomando
en consideración las constancias que anteceden por lo que se considera
necesario que ISRAEL VALLART[A] CISNEROS, se[a] trasladado a los
Laboratorios Clínicos Chihuahua S.A. de C.V., para que se le tomen las
radiografías recomendadas por la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, […] se ordena,
Protocolo De Estambul
Capítulo I Capítulo V Capítulo IV
Entrevistas a
Señales Físicas de la
Tema Derecho Aplicable víctimas de
Tortura
tortura
Las lesiones que presenta Israel Vallarta Cisneros no son congruentes ni con
los tiempos de detención que reportan los agentes aprehensores. Tampoco
son consistentes con la versión de los policías federales quienes se dijeron que
sometieron a Israel Vallarta y que ese sometimiento se limitó a inmovilizarlo.
Israel Vallarta Cisneros es sujetado por la nuca a nivel de la espalda por una
persona vestida de civil frente a dos micrófonos; la escena, muestra como
Israel Vallarta, al contestar una pregunta, es doblegado y violentado:
Diálogos y secuencia:
Reclamo que el tribunal unitario ante evidencia contundente, haya dado valor
en juicio a la declaración (“confesión”) ministerial de Israel Vallarta del nueve
de diciembre de dos mil cinco y haya omitido la aplicación del artículo 8º de la
Ley Federal que anula el valor de una declaración rendida bajo violencia.
Reclamo que esa declaración no haya sido excluida del cumulo acervo
probatorio y que, bajo esa misma regla de exclusión, no haya sido valorada
como indicio que opera en contra de la parte acusadora, y de ninguna manera
en mi contra. Me causa agravio directo que la declaración de Israel Vallarta
Cisneros haya sido valorada como un indicio en mi contra y sea tenida como
prueba circunstancial y de ubicación de lugar y tiempo, cuando carece de
validez legal.
Pablo Reinah, reportero: … Pepe, pues mira más que nada indignado porque
en esta farsa caímos todos, se nos mintió a todos, y… bueno yo levanto la voz
en contra de que se haga este tipo de operaciones… Yo recibí una llamada
muy temprano del director de Operaciones en dónde él me dijo que en
ese momento se estaba dando un duro golpe contra la delincuencia, me
dijo que no me podía dar más detalles y lo cierto es que no manejaron los
tiempos a pesar de que se les preguntó claramente pues qué estaba
pasando. Fue algo bien mañoso…
“… Israel Zaragoza Rico, quien arribó al lugar, es decir al rancho las chinitas
aproximadamente entre seis treinta y seis cuarenta de la mañana en los
momentos que se daba auxilio médico a las víctimas… Acto seguido se
hace constar que en este momento se le pone a la vista el contenido del video
transmitido en el noticiero Primero Noticias del día nueve de diciembre de dos
mil cinco… después de ver el contenido manifiesta… deseo aclarar que el
ingreso al rancho las chinitas ocurrió cuando amanecía en un ambiente claro
oscuro, no con luz de día, no estaba la persona que aparece de abrigo
negro en la toma que se aprecia en el video en los momentos del ingreso
a la construcción donde estaban las víctimas, tampoco estaban ahí las
armas, únicamente se encontraba la chamarra policial, había credenciales de
elector con foto regadas, donde estaba la televisión había varios papeles, fotos
de las personas aseguradas, el pasamontañas, los celulares, la televisión y el
mueble donde estaba acomodada. Durante el contacto con las víctimas como
lo precise con anterioridad, no me percate de ninguna caravana de
vehículos…, no me percate de ninguna entrevista con florence ni con israel
vallarta ni con las victimas ni tampoco la entrevista que sale en el video, lo
que sí me percate que había varios medios de telecomunicación como tv
azteca, un helicóptero de radio red y varios reporteros en el rancho.
Este agente dice que la persona de abrigo negro que aparece en las imágenes
no estaba en el rescate, también que no había armas en la casa de seguridad.
Este agente reconoce la presencia de los medios, incluso de un helicóptero
que identifica de radio red.
Que el mando intermedio, Israel Zaragoza Rico, arribó a las seis cuarenta.
Que entre el rescate de las víctimas (06:25/30) y el arribo del subdirector
(06:40) mediaron apenas diez o quince minutos a lo sumo.
Que el lugar donde se filmó el supuesto rescate, fue alterado o preparado para
la filmación. Un agente señala que, adentro de la construcción dónde se filmó
el supuesto rescate, no había ni credenciales de elector, ni pasamontañas.
Tres testigos afirman que NO había armas. El contraste con la imagen es duro.
El dato más grave es el más evidente. Las escenas quisieron mostrar a los
acusados en la casa de seguridad al lado de las víctimas, pero la averiguación
previa claramente refleja que no fuimos detenidos ahí, sino en la carretera.
Más aún, tres agentes federales coinciden que en la construcción dónde habría
ocurrido el rescate no había armas. Pues bien, si en la construcción no había
armas, entonces alguien las puso ahí. Las armas fueron colocadas,
“sembradas” para la escenificación.
Los testimonios arrojan que una de las pretendidas víctimas participó vendado
en el montaje y que no lo estaba al ser supuestamente liberado. Sus vendas
aparecen limpias y sin manchas de sangre. Convoca a duda razonable el
hecho de que una persona supuestamente lastimada y traumatizada, accediera
con tanta premura (¿Quince o diez minutos?) a ser filmado y entrevistado.
Los policías refieren que su prioridad era la seguridad de las víctimas, empero,
sorprende que, nada más liberadas y atendidas médicamente, en cuestión de
minutos, se les pidiera participar en la escenificación. Más increíble aún, que
accedieran. El dato resulta absolutamente inverosímil.
El hecho se aviene tanto más incierto, cuando se considera que tal acto
significaba permanecer en un sitio que representaría traumatismo y miedo y
además implicaba continuar al lado de sus supuestos captores. Todavía más
increíble mantener al menor de edad en un lugar de cautiverio.
Los agentes refieren que las víctimas estaban en estado precario, muy
alteradas: ¿Cómo pedirles entonces, en tan reducido tiempo y apenas
“rescatadas” de un trauma grande, que se dejaran filmar y entrevistar por
periodistas?
Empero, el tribunal no valoró los folios (Tomo XII) que integran la queja.
La llamada a los medios necesariamente se repitió puesto que al rancho, no
sólo acudieron Televisa y TV Azteca, sino además medios impresos e incluso
un helicóptero de radio red.
De nuevo resulta increíble que, sin haberse dado la liberación de las víctimas,
la policía convocara ya a los medios a presenciar o reportear un supuesto
rescate.
Y luego a las seis horas con cuarenta y siete minutos empezó la transmisión
del programa Primero Noticias del Televisa con la participación del reportero
Pablo Reinah, como consta en el registro del videotape.
Tal versión pugna con el más elemental sentido común y de tiempo. Ahora
bien, el tribunal responsable coincide con el cómputo de los tiempos arriba
expuesto, pero sus conclusiones son distintas.
“Este tribunal de apelación considera que no fue posible que en ese lapso de
quince o treinta minutos que transcurrió desde que fueron liberadas las tres
víctimas que estaban privadas ilegalmente de su libertad en el domicilio que
vivía la inculpada con su novio, aproximadamente a seis horas con treinta
minutos del nueve de diciembre de dos mil cinco, hasta el momento que
llegaron los medios informativos, aproximadamente seis con cuarenta y cinco
minutos o siete de la mañana… esto es quince minutos, sea la temporalidad en
que la policía haya podido preparar de manera dolosa y de mala fe el montaje
contra la sentenciada con la intención de inculparla…”
El tribunal observó que el tiempo fue muy corto, sin embargo, procedió a
justificar el montaje como una precipitación cuando no hay datos en el sumario
que permitan sostener tal presunción, cuando de hecho hay datos que indican
que desde las cuatro y media de la mañana, la policía se comunicó con los
medios.
Reclamo la interpretación que justifica todo como una confusión. Tal conclusión
es incorrecta pues pugna con los elementos de autos y es además
contradictoria con los pronunciamientos de la misma sentencia, cuando por
ejemplo, señala:
En suma, los datos del sumario arrojan –y la sentencia así lo reconoce- que se
alteró la escena de los sucesos, que sí se preparó un escenario.
Uno de estos datos robustece la presunción de que la policía tomó más tiempo:
la llamada a Pablo Reinah a las cuatro horas y media de la mañana (04:30
am).
Aparece probado que se alteró la escena y que lo visto fue actuado. Estos
datos indican que la policía forzosamente necesitó más tiempo, que su versión
es inconsistente y, por consecuencia, destruyen la presunción de buena fe.
Reclamo que el tribunal no haya tomado en cuenta las copias certificadas del
expediente de queja 2006/656/5/Q de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos que concluyó con el reconocimiento de la Agencia Federal de
Investigación que: “(en el) operativo desarrollado por elementos de la Agencia
Federal de Investigación no se precisó que la detención de las personas
ocurrió antes de su llegada y por lo tanto no se le proporcionó información
completa, objetiva y veraz.”
Más aún, las declaraciones de los agentes y las imágenes confirman que sí se
montó un escenario para el montaje, que se pusieron armas de alto poder, que
se acomodaron credenciales de elector y que sembró un pasamontañas.
Aunque se puede afirmar que un tribunal hace pleno uso de todos los métodos
científicos cuando, por ejemplo, en un caso de asesinato, es necesario analizar
una gota de sangre seca, también es cierto que, cuando se trata de algo
mental, principalmente la declaración de un testigo basada en sus recuerdos, a
ese mismo tribunal le parecen completamente convincentes los métodos
menos científicos y más caprichosos del prejuicio común y la ignorancia.
2. Que viajé en verano de dos mil cinco a Francia y regresé a México el nueve
de septiembre de ese año.
3. Que para el mes de diciembre de dos mil cinco, había firmado un contrato de
arrendamiento del departamento 302 de la calle de Hamburgo 316, con fecha
primero de diciembre de dos mil cinco.
Adicionalmente, está acreditado que estuve fuera del país de julio a septiembre
de dos mil cinco. Esto es que no pertenezco a una organización criminal.
Ahora, el arrendador manifestó también que el portero del edificio le dijo que no
me quedé a dormir en ese departamento. Así, el tribunal responsable incurrió
en falta de equidad pues se sirvió de lo que es en esencia una declaración de
oídas para desvirtuar mi declaración y sostener que es confusa.
Lo más grave e inequitativo, es que el tribunal haya tolerado y pasado por alto
el montaje, los dictámenes de lesiones, la contradicción manifiesta sobre la
hora de mi detención, las contradicciones de los testigos y, en cambio, se
pronuncie, sobre detalles mucho menores, que mis declaraciones son confusas
y contradictorias.
“Artículo 36. Comunicación con los nacionales del estado que envía.
Asimismo, tendrán derecho a visitar a todo nacional del Estado que envía que,
en su circunscripción, se halle arrestado, detenido o preso en cumplimiento de
una sentencia. Sin embargo, los funcionarios consulares se abstendrán de
intervenir en favor del nacional detenido, cuando éste se oponga expresamente
a ello.
El artículo 128 del código procesal detalla los derechos fundamentales de las
personas detenidas ante el Ministerio Público. Se trata de un catalogo de
garantías procesales, entre ellas, el llamado derecho a la notificación consular.
Conforme a constancias, a las diez horas con dieciséis minutos (10:16 am) del
nueve de diciembre de dos mil cinco fui formalmente puesta a disposición del
Agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad Especializada en
Investigación de Secuestros de la Subprocuraduría de Investigación
Especializada en Delincuencia Organizada en la averiguación
previa PGR/SIEDO/UEIS/190/2005.
Es de notar que justo diez minutos antes de rendir declaración ministerial, a las
quince horas con cinco minutos (03:05 pm), cinco horas después de quedar a
disposición, obra una constancia ministerial[64], en la que se hace constar una
llamada telefónica a la Embajada de Francia y en la que se asentó
que contestó una grabadora en francés y español.
En efecto, ese mismo día, a las quince horas con diez minutos (03:15 pm), sin
ser enterada del derecho a la información sobre asistencia consular, rendí mi
declaración ministerial.[65]
No fue sino hasta el diez de diciembre de dos mil cinco a las doce horas con
diez minutos (12:20 pm), pasadas más de veinticuatro horas después de mi
puesta a disposición oficial y después de haber rendido declaración ministerial,
que finalmente el ministerio público avisó a la representación diplomática[66].
Opinión Consultiva 16. Reclamo lo anterior puesto que este punto ha sido
precisamente elevado por el Estado mexicano ante tribunales internacionales.
20. Esta argumentación de los Estados Unidos ante la CIJ no podría ser más
clara, sumándose a la de los Estados latinoamericanos intervenientes en el
presente procedimiento consultivo ante la Corte
Interamericana…, contribuyendo todos, en conjunto, a situar el artículo 36
de la citada Convención de Viena de 1963 ineluctablemente en el universo
conceptual de los derechos humanos. Al haber sostenido esta tesis ante la
CIJ, en mi entender no pueden los Estados Unidos pretender prevalerse, en el
presente procedimiento consultivo ante la Corte Interamericana, de una
posición orientada en sentido opuesto sobre el mismo punto:…allegans
contraria non audiendus est.
El nueve de enero de dos mil tres, los Estados Unidos Mexicanos iniciaron una
controversia contra los Estados Unidos de América sobre la aplicación e
interpretación de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Tal
controversia ante la Corte Internacional de Justicia, conocida ahora como el
caso Avena, versó sobre el caso de mexicanos “arrestados en los Estados
Unidos de América” que “sin tener acceso a la protección consular de su país
de origen… pueden ser condenados a penas severas, incluso la pena de
muerte, en violación de las garantías del debido proceso.”
Pues bien, siendo que mi nacionalidad era más que evidente, yo no fui
informada de ese derecho al ser detenida, ni al ser exhibida ante los medios,
ni al ser puesta a disposición de la autoridad ministerial, ni antes de rendir
declaración ministerial.
“La tutela profesional del juez como tutor y garante de los derechos
fundamentales de todos los ciudadanos… el poder judicial se vincula con la
soberanía popular, la garantía de derechos fundamentales de todos,
enunciados formalmente por la Constitución pero concretamente verificados
por su tutela y justiciabilidad… y es únicamente sobre esta base como se
puede refundar una cultura del poder judicial… de la independencia del poder
judicial como contrapoder institucional…”
La petición del fiscal sugirió que los testigos se presentaran ante el Cónsul
General de México en Los Ángeles, California en los Estados Unidos de
América.
Otro eje rector del debido proceso es la garantía de igualdad entre las partes,
igualdad de derecho y obligaciones en el juicio[80].
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro
de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella…
Mi defensa contaba con esa garantía mínima, pero ésta fue disminuida en el
curso de la instrucción procesal. El acuerdo que admitió y ordenó el desahogo
de las ampliaciones a través del sistema de videoconferencia y vía el
Consulado General, obstaculizó el ejercicio de la defensa al no ofrecer en pie
de igualdad la oportunidad de interrogar a los testigos presentes ante y en
sede judicial.
I. Directos: …
II. Suplementarios:…
He insistido que los videos son pieza clave del elenco probatorio. Asimismo, el
sumario arroja la existencia de un testimonio que hubiera sido clave para
desentrañar la verdad y cuyo desahogo no se logró.
Por no haber sido localizado, el siete de febrero de dos mil siete, la juez de la
causa ordenó girar oficios a diversas dependencias.
4. Que diga la testigo si recuerda la hora en que le informaron que tenía que
cubrir la nota en el rancho citado. Dicha pregunta no ha lugar a calificarla de
legal en virtud de que la misma se advierte un aviso previo lo cual en su
análisis la Magistrada del Cuarto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer
Circuito en los autos del Toca Penal 477/2006 insta a que la misma no se
cuestione al ateste de que se trata a las fuentes y medios por los cuales
se allegó para cubrir la nota a que ha referencia, en tal virtud,… con apoyo
en el artículo 41, párrafo segundo del Código Federal de Procedimientos
Penales, dicho cuestionamiento se considera inconducente para los
fines…
“Los problemas con los reportes médicos se deben a varios factores. Primero,
las condiciones de trabajo de los médicos legistas no son adecuadas al debido
ejercicio profesional. Los doctores son empleados del Estado y no reciben
remuneración ni entrenamiento adecuados y a menudo trabajan con equipos
pobres y viejos… Segundo, los médicos legistas no suelen gozar de la debida
independencia de las autoridades administrativas, particularmente el Ministerio
Público…”
Las reglas del debido proceso legal comprenden el derecho de las partes,
especialmente en enjuiciamientos de orden penal, de ofrecer medios de
prueba. Este derecho, a su vez, exige que las pruebas sean admitidas y que
los mecanismos de desahogo agoten exhaustivamente el debate de tal modo
que contribuyan al esclarecimiento de la verdad.
Así, es regla procedimental que, cuando dos dictámenes ofrecidos por partes
contrarias en juicio, sean discordantes, entonces el juez debe citar a una junta
y, en su caso, señalar a un perito tercero para allegarse mayores elementos y
conservar la imparcialidad. De esta manera, el debate pericial busca iluminar
zonas oscuras o debatidas del proceso.
14. CONCLUSIÓN
Luego entonces, es claro que el Perito Médico sí señaló que lo que presenta
Ezequiel Yadir Elizalde Flores en su dedo meñique corresponde a una
alteración en piel denominada petequia o hipervascularización sub-dérmica o
cúmulo de varios capilares o vasos sanguíneos ya que desaparece con la
digito presión y reaparce al recibir flujo sanguíneo normal.
La sentencia que reclamo y pone fin al juicio, resulta violatoria de mis garantías
individuales, contenidas en los artículos 14 y 16, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, al no encontrarse debidamente fundada, ni
motivada.
“[…] Destaca el hecho de que Israel Vallarta Cisneros, sujeto señalado como
uno de los que participó en la privación ilegal de la libertad de Valeria Cheja
Tinajero, sea el novio o amasio de la sentenciada FLORENCE MARIE LOUISE
CASSEZ CREPIN, como se verá al analizar los medios de prueba de los que
resulta especialmente relevante ese dato, porque al tiempo en que las víctimas
Ezequiel Yadir Elizalde Flores, del menor de edad Christian Hilario Ramírez
Ríos (de once años de edad) y Cristina Ríos Valladares, permanecían privadas
de su libertad en el domicilio ubicado en la carretera federal a Cuernavaca,
Kilómetro veintinueve y medio, calle cerrada de Ahuacatitla, de nombre
“Rancho Las Chinitas”, dicha sentenciada vivía en ese mismo domicilio,
respecto al cual como ya se vio, los agentes de policía tuvieron noticia de que
sirvió como la casa en que permanecieron privadas de su libertad otras
personas que fueron secuestradas además de las víctimas que ocupan el
estudio de este asunto.”
“Los anteriores medios de prueba sirven para establecer de manera fehaciente
que la detención de la sentenciada FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ
CREPIN, fue producto o consecuencia de la investigación que los agentes de
policía de la Agencia Federal de Investigación efectuaron respecto al diverso
ilícito de secuestro de Valeria Cheja Tinajero, ya que hasta el día nueve de
diciembre de dos mil cinco, antes de la detención de Israel Vallarta Cisneros y
de la sentenciada FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, los agentes
de policía desconocían que en ese domicilio donde vivía la inculpada y su
novio o amasio Israel Vallarta Cisneros…”
“Lo anterior debe ser destacado para que al momento de apreciar y valorar los
restantes elementos de prueba, no pase inadvertida que la implicación de la
sentenciada en los delitos que se le atribuyen no fue una circunstancia fortuita,
antes bien, como ya se dijo, fue consecuencia o producto de la investigación
que los agentes de policía efectuaron en cumplimiento a la orden de
investigación de la privación de la libertad de Valeria Cheja Tinajero.”
Las anteriores afirmaciones del tribunal responsable son inexactas, pues son
resultado producto de un indebido análisis y apreciación de los diversos
elementos de convicción dado que las piezas del sumario no resultan, ni
aptas, ni suficientes, para acreditar la responsabilidad penal. El tribunal
responsable no analizó, ni tomó en consideración, lo siguiente:
1.- De los informes elaborados por la agente federal, Catalina Jessica Murgui
Hernández y sus ratificaciones, de fechas treinta y uno de agosto de dos mil
cinco, siete de septiembre de dos mil cinco y su ampliación de declaración el
doce de julio de dos mil seis, relacionados con la investigación de la privación
ilegal de la libertad en agravio de Valeria Cheja Tinajero, se advierte que no
menciona la intervención de una persona del sexo femenino.
2.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico, de diez de noviembre de dos mil cinco y
su ratificación del mismo, el once de noviembre de dos mil cinco, se observa
que en relación a los secuestradores, tampoco se menciona la presencia de
una persona del sexo femenino.
3.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico y ratificación del mismo de cuatro de
diciembre de dos mil cinco, claramente se advierte que solo mencionan a un
sujeto del sexo masculino que conducía un automóvil Volvo, de color gris, el
domicilio ubicado en la calle Moctezuma número doscientos cincuenta y siete,
Colonia Barrio San Miguel y a Marco Antonio y José Fernando Rueda Cacho,
pero no mencionan a una persona del sexo femenino.
4.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico y la ratificación del mismo de cinco de
diciembre de dos mil cinco, en la investigación de los hechos donde fue privada
de la libertad Valeria Cheja Tinajero solo se menciona como lograron llegar al
domicilio ubicado en la carretera federal a Cuernavaca, a la altura del kilómetro
veintinueve y medio, esquina con la calle cerrada de Ahuacatitla, colonia San
Miguel Topilejo, “Rancho las Chinitas”, en donde dicen implantaron vigilancia
en dicho inmueble.
6.- De las declaraciones rendidas en autos por Óscar Sergio Mena Serrano, no
se aprecia que se mencione la intervención de una mujer por parte de quien
señala como “los secuestradores.”
“…1.- Que diga el testigo si en algún momento de los hechos que narra en el
parte informativo de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma
personal habló con mi defendida.- RESPUESTA.-Únicamente cuando se le
aseguró, yo no le hice ninguna manifestación… 3.- Que diga el testigo si con
anterioridad al día de la detención de Florence Cassez, la había visto.-
Respuesta.- No. …”.
“…1.- Que diga el testigo, si en algún momento de los hechos que narra en el
parte informativo, de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma
personal habló con mi defendida.- RESPUESTA.-No, en ningún momento. . .
.3.- Que diga el testigo, con anterioridad al nueve de diciembre de dos mil
cinco, en cuantas ocasiones se implementó servicio de vigilancia en el
domicilio que menciona en su parte de la fecha antes indicada.- RESPUESTA.-
Fueron varias, en diferentes horas y días, sin poder especificar.-5.- Que diga el
testigo, si con anterioridad al día de la detención de Florence Cassez, la había
visto.- RESPUESTA.- No. . . .”
“…1.- Que diga el testigo, si en algún momento de los hechos que narra en el
parte informativo de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma
personal habló con mi defendida. RESPUESTA.-No, en ningún momento.-. .
.4.- Que diga el testigo, con anterioridad al nueve de diciembre de dos mil
cinco, en cuantas ocasiones se implementó servicio de vigilancia en el
domicilio que menciona en su parte de la fecha antes indicada.- RESPUESTA.-
En diferentes ocasiones son (sic) recordando días y horas.-5.-Que diga el
testigo, si con anterioridad a la detención de Florence Cassez, la había visto.-
RESPUESTA.- No, sino hasta el aseguramiento del señor Israel. …”
Por tanto, no se puede construir una prueba circunstancial donde no la hay, tal
y como en el caso acontece. No existe indicio alguno que me vincule y que sea
resultado de las investigaciones realizadas por los agentes de la Agencia
Federal de Investigación. En efecto de investigaciones tales como el
seguimiento de un vehículo Volvo y la vigilancia fija realizada en el domicilio
denominado “Rancho las Chinitas”, no se desprende que los agentes
investigadores me hayan siquiera tenido a la vista. Es evidente que esos
elementos de convicción, no son aptos ni generan indicio alguno en mi contra.
“…,cabe señalar que hasta la parte de atrás del rancho donde vivo, tengo una
cabañita, en la cual desde hace tres meses, se fue a vivir mi novia de nombre
FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, la cual conozco desde
aproximadamente un año, cuando me la encontré en un elevador, misma que
actualmente se pasa todo el día trabajando en un hotel de nombre “Fiesta
Americana” de Polanco, motivo por el cual ella no estaba enterada de las
personas que tenía secuestradas dentro de mi casa, ni participo en ninguno de
los secuestros que he narrado, sino hasta el momento en que el día de ayer en
compañía de mi novia salimos de mi domicilio, momento preciso en el cual
fuimos detenidos en el kilómetro 28 veintiocho de la carretera Federal México-
Cuernavaca por los elementos de la Agencia Federal de Investigación, donde
me pasaron a otro vehículo hasta el día de hoy en la madrugada volví a ver
a FLORENCE en mi casa…”
De ahí que se sostenga, que ninguno de los elementos del sumario, es apto o
suficiente para acreditar mi responsabilidad penal en la comisión del delito de
Violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Por otra parte, resulta insuficiente, en términos de lo dispuesto por los artículos
40 y 41 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, para pretender
acreditar mi responsabilidad penal, que el tribunal responsable señale, sin
acreditarlo, que la principal función era la dirección, supervisión en las casas
de seguridad a manera de proveer la despensa o medicamentos, ya que
respecto que la parte acusadora no aportó prueba idónea.
“…,cabe señalar que hasta la parte de atrás del rancho donde vivo, tengo una
cabañita, en la cual desde hace tres meses, se fue a vivir mi novia de nombre
FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, la cual conozco desde
aproximadamente un año, cuando me la encontré en un elevador, misma que
actualmente se pasa todo el día trabajando en un hotel de nombre “Fiesta
Americana” de Polanco,… hasta el día de hoy en la madrugada volví a ver a
FLORENCE en mi casa…”
Este parte informativo tuvo que ser modificado a raíz del escándalo mediático y
los mismos agentes aprehensores que lo suscribieron, se vieron obligados a
variar su contenido. Por las mismas razones asentadas en anteriores
conceptos de violación, carece de valor probatorio.
Conviene expresar además que le diverso informe o parte policial del cinco de
diciembre de dos mil cinco, correspondiente a la vigilancia previa, arroja datos
que resultan cuestionables. Si se observa con detenimiento las fotografías que
lo acompañan, se podrá apreciar que existen fotografías tomadas desde el
interior del rancho las Chinitas, lo que resulta dudoso puesto que en ese
momento se supone que tan sólo existía una vigilancia exterior. Ese dato es un
elemento adicional que apunta hacia falta de probidad y respalda la duda sobre
todos los informes policiales, particularmente el parte informativo del nueve de
diciembre.
Fui imputada, porque un primer testigo dijo haber visto un mechón de pelo
güero. A partir de ese dicho y luego de la escucha de un audio que contenía
una voz con acento raro, de extranjera que arrastra las “erres”, fui condenada a
sesenta años de prisión.
En el proceso ofrecí prueba idónea para contradecir ese hecho, puesto que no
soy rubia o güera como fue el dictamen pericial de anatomía y patología y de
que mi cabello no presentaba huellas de haber sido teñido químicamente.
Empero, al tribunal responsable le bastó refutar tal prueba con un mero
razonamiento cultural.
La presunción de inocencia y el debido proceso son principios
complementarios: “una fórmula sintética” “dos caras de una misma
moneda”[91]. Dos ejes sobre los cuales se estructuran las garantías
protectoras del acusado y las bases sobre las que descansa una sentencia
sustentada en hechos verificables y en un juicio razonado.
Por mérito del impacto mediático, la opinión pública y los testigos quedaron
familiarizados con mi rostro y mi voz. Una vez que empezaron a reconocerme,
Cristina y su hijo siguieron la misma fórmula, la mujer que arrastra las “erres”,
la de acento raro, como francés, y con manos blancas.
Como sea, los tres testimonios que me incriminan, mención aparte de sus
inconsistencias y contradicciones, son islas en un océano de dudas e
irregularidades. No tienen asidero más allá de los propios dichos.
En resumen, esas son las certezas a las que arribó el tribunal responsable.
Los testigos pueden mentir, esa es una realidad tan antigua como la Biblia y el
Viejo Testamento. También los testigos pueden faltar a la verdad por
manipulación o sugestión. La sentencia reclamada, toleró las contradicciones a
partir de lo que apreció como una paulatina recuperación de memoria después
de un hecho traumático. Empero, el tribunal no contó con ninguna base pericial
u objetiva para sostener tal afirmación, simplemente hizo suya la justificación
de los testigos que tuvieron que cambiar su declaración y que sabían estar
contradiciendo sus dichos.
Un giro que además está marcado por lo que bien puede describirse un
“reconocimiento condicionado”. Cristina y su hijo me reconocieron a partir de
que les fueron mostradas fotografías mías y sobre todo desde que escucharon
grabaciones con mi voz. Mi voz, la misma que el cinco de febrero llamó a un
programa de televisión, y en vivo cuestionó a altas autoridades policiales y
ministeriales. A otro testigo le fue mostrada mi foto, quien me reconoció por
haber salido en la televisión.
Los testigos pueden mentir o faltar a la verdad por error de memoria, por mala
fe, por agradecimiento o por complacer a la policía y al ministerio público,
también por condicionamiento. Las motivaciones internas pueden ser muchas y
fácilmente pueden convencer al dicente de sus yerros. Sin embargo, los giros
radicales de los testimonios, las irregularidades de los reconocimientos, el
contexto de crisis y los excesos mediáticos que los rodearon, son datos ciertos.
El efecto condicionante no es una apreciación subjetiva, sino una tipología
estudiada y documentada.
“[El principio in dubio pro reo] no se trata de ningún beneficio a favor del reo
o una prebenda legislada “para favorecer” sino, muy por el contrario, una
limitación muy precisa a la actividad sancionatoria del Estado. Este principio
rige, fundamentalmente, como principio rector de la construcción de la
sentencia como un todo… El principio in dubio pro reo aplicado a la
valoración de la prueba o a la construcción de la sentencia es una de las
consecuencias directas y más importantes del principio de inocencia.”[98]
¿Acaso es creíble que la policía hubiese convocado a los medios desde las
cuatro y media de la mañana del nueve de diciembre, dos horas antes del
momento cuando supuestamente se habría controlado la situación?
La evidencia del sumario arroja indicios de mayor peso sobre el hecho de que
la detención ocurrió el ocho de diciembre y no el nueve. La autoridad fue
incapaz de aclarar la incertidumbre cuando fue cuestionada sobre fecha y hora
de detención por la prensa. Finalmente, al justipreciar el peso de indicios
consistentes que inclinan la balanza por el ocho de diciembre, el tribunal
responsable debió aplicar la regla in dubio pro reo. No lo hizo.
Las imágenes del cateo al rancho las Chinitas son otro dato que apuntan a la
manipulación y a que mi detención ocurrió el ocho de diciembre. Si se
observan esas imágenes con detenimiento, se podrá apreciar que en los
muebles que están en la entrada de la cabaña se encontraron objetos
personales, especialmente varias fotografías familiares mías. Esas fotografías
fueron extraídas de mi departamento y colocadas junto con mis muebles en la
cabaña del rancho.
Fotografías
PGR/SIEDO/UEIS/190/2005
En esencia se trata del mismo tipo de manipulación que mis tres fotografías,
casi idénticas, colocadas sobre el sillón de la entrada y que aparecen en las
imágenes del simulacro de rescate. En verdad, ¿Qué sentido tendrían objetos
personales y fotografías de familia en una casa de seguridad? El dato va
contra toda lógica.
Ezequiel dijo haber sido anestesiado pero la versión sobre el día cuando ese
episodio habría sucedido es equívoca. Además, la autoridad investigadora
nunca practicó una prueba médica o química determinar la presencia de un
anestésico.
Después del cinco de febrero de dos mil cinco, la investigación se centró sobre
y contra mi persona. Mi osadía selló mi suerte pues en esa fecha me atreví a
cuestionar las imágenes de televisión, a exponer el montaje urdido por la
policía y a controvertir públicamente a servidores públicos.
La exhibición mediática importa una violación del más grave orden, determinó
mi culpabilidad a priori, y provocó que la autoridad quedara comprometida con
el veredicto de un juicio mediático, y mejor dicho quedara atada a mi
culpabilidad, contra toda evidencia o razón que abra la posibilidad de mi
inocencia.
La construcción de una mentira selló el inicio del proceso. Repito aquí las
palabras del periodista Pablo Reinah cuando dijo: “Si son capaces de mentir
en un operativo, son capaces de mentirnos todo y eso es lo preocupante.”
Con fundamento en los artículos 170, 171 y 172 de la Ley de Amparo pido se
mande suspender de plano la ejecución de la sentencia que se reclama para
todos les efectos legales a que haya lugar y quede a disposición del Tribunal
Colegiado de Circuito competente que prevenga y conozca de la presente
demanda de garantías.