Está en la página 1de 9

Lesiones Deportivas

Las lesiones deportivas son lesiones que ocurren durante la práctica de un deporte o durante el ejercicio físico.
Algunas ocurren de forma accidental y otras pueden ser el resultado de malas prácticas deportivas o del uso
inadecuado del equipo de entrenamiento. Algunas personas se lastiman cuando no están en buena condición
física. En ciertos casos, las lesiones se deben a la falta o escasez de ejercicios de calentamiento o estiramiento
antes de jugar o hacer ejercicio.
¿Qué es una lesión deportiva?
Las lesiones deportivas son las que suceden cuando una persona se encuentra realizando un deporte o
actividad física. Normalmente ocurren de manera accidental, pero algunas veces se producen por malos
hábitos deportivos.
Causas de una lesión deportiva
Las causas que provocan las lesiones deportivas son diversas:
Caídas.
Falta de entrenamiento.
No calentar antes de realizar actividad física.
No usar el equipo de protección del deporte.
Utilizar la técnica incorrecta para realizar un deporte.
Sobrecarga muscular.
Entrenamiento excesivo.
Levantamiento de peso mayor a lo debido.
Alimentación inadecuada.
Falta de concentración y coordinación.
Lesiones que produce la práctica deportiva: Las lesiones deportivas más comunes son:
Esguinces o torceduras de ligamentos.
Desgarros de músculos y tendones.
Lesiones en la rodilla.
Hinchazón muscular.
Lesiones en el tendón de Aquiles.
Dolor a lo largo del hueso de la canilla o tibia.
Fracturas.
Dislocaciones.
Tipos de lesiones deportivas
Existen dos tipos de lesiones deportivas, las agudas y las crónicas.
Lesiones agudas: ocurren de forma repentina mientras se está haciendo ejercicio. Son las más frecuentes e
incluyen esguinces de tobillo, distensiones en la espalda y fracturas en las manos.
Lesiones crónicas: ocurren después de practicar un deporte o hacer ejercicio por un largo tiempo. Son
recurrentes y molestas para la persona.
Síntomas de una lesión deportiva
Los síntomas varían si la lesión es aguda o crónica, y también dependerán del tipo de lesión que se tenga
como fracturas, esguinces, torceduras, etc. Los síntomas de una lesión aguda incluyen:
Dolor grave repentino.
Hinchazón.
No poder apoyarse en una pierna, rodilla, tobillo o pie.
Brazo, codo, muñeca, mano o dedo que está muy adolorido.
Dificultades en el movimiento normal de una articulación.
Extrema debilidad en una pierna o un brazo.
Hueso o una articulación visiblemente fuera de su sitio.
Los síntomas de una lesión crónica incluyen:
Dolor mientras está haciendo ejercicio.
Dolor leve incluso en reposo.
Hinchazón.
Tratamiento de una lesión deportiva
Los tratamientos frente a una lesión deportiva dependerán de su tipo, pero existen ciertos lineamientos que se
deben seguir:
Medicamentos antiinflamatorios como la aspirina, el ibuprofeno, ketoprofeno o naproxeno, según prescripción
médica.
Inmovilización con cabestrillos, entablillados, yesos e inmovilizadores de piernas.
Cirugía para que se puedan corregir los tendones y ligamentos desgarrados, o bien para colocar los huesos
quebrados en posición correcta.
Rehabilitación con ejercicios para ayudar a que el área lesionada vuelva a la normalidad.
Reposo, para que sane la lesión.
Prevención de lesiones deportivas
Los consejos para prevenir lesiones deportivas son:
No doblar las rodillas más allá del punto medio al agacharse.
No torcer las rodillas al estirarse.
Al brincar, doblar las rodillas al aterrizar.
Realizar ejercicios de calentamiento antes de practicar cualquier deporte.
Realizar ejercicios de estiramiento antes de hacer ejercicio.
No esforzarse demasiado.
Hacer ejercicios de enfriamiento después de practicar deportes o hacer ejercicio.
Usar calzado de talla apropiada, que provea estabilidad y que absorba el impacto.
Utilizar superficies blandas para hacer ejercicio.
Evitar correr en el asfalto o el cemento.
Correr en superficies planas.

LESIONES DEPORTIVAS:

TENDINITIS

Qué es
La tendinitis es la inflamación de un tendón, la estructura fibrosa que une el músculo con el hueso. Esta
inflamación puede ir acompañada de una hinchazón del tendón.
La tendinitis suele ser una patología crónica que tiene una alta tasa de reincidencia una vez que se produce en
el paciente y que provoca dolor y aumento de sensibilidad alrededor de la articulación.

Causas
El principal motivo por el que surge es como consecuencia de una sobrecarga muscular o por una lesión. Sin
embargo, también puede producirse debido al desarrollo de otra patología o por la edad, ya que con el
envejecimiento los tendones van perdiendo elasticidad y se puede producir la degeneración del tendón.
Las tendinitis se pueden producir en cualquier tendón que haya en el cuerpo humano. Las áreas más comunes
en las que se suele producir son los hombros, los talones, los codos y las muñecas, entre otras.
Generalmente se produce en adultos jóvenes como consecuencia de un esfuerzo repetitivo (a menudo
realizado en una mala postura) o por una sobrecarga en alguna zona del cuerpo. En los últimos años la
prevalencia de la tendinitis ha aumentado debido a que se realizan más actividades deportivas de esfuerzo.
Esto causa que algunos músculos se fortalezcan más que otros y desemboquen en que los tendones se
debiliten. Esta patología también es muy frecuente en determinados trabajos en los que se empleen
movimientos repetitivos y de fuerza.

Existen además situaciones que pueden predisponer a que aparezca la tendinitis. Estos son los traumatismos
pequeños que se repiten con frecuencia e intensidad o ejercicios y movimientos bruscos que no se ejecutan
con frecuencia. Todo esto puede provocar que se desencadenen lesiones que predispongan a las tendinitis.
Entre las principales patologías que pueden causar esta afección destaca la diabetes de tipo 1 y 2 y la artritis
reumatoide.
La presión de algunos tipos de calzado puede agravar algunos tipos de tendinitis como la aquílea.

Síntomas
Las principales manifestaciones de esta patología son:
Dolor y sensibilidad en la movilización del tendón. Estos síntomas se agudizan en las zonas cercanas a las
articulaciones.
La intensificación e incremento del malestar y el dolor con el movimiento o la realización de alguna actividad.
Dolor durante la noche.

Tipos
Entre las alteraciones de los tendones más frecuentes se incluyen las siguientes:

 Epicondilitis lateral (conocida popularmente como codo de tenista): enfermedad producida por la tensión continua
sobre los músculos y los tendones extensores del antebrazo, que tienen su origen en el codo.
 Epicondilitis medial (codo de golfista, codo del tenista directo o codo de neisbolista): enfermedad en la que la flexión
forzada de la muñeca puede dañar los tendones que se insertan en el codo.
 Tendinitis del manguito de los rotadores: patología de los hombres que se caracteriza por la inflamación de la
cápsula del hombro y de los tendones relacionados.
 Tenosinovitis de DeQuervain: es el tipo mas frecuente de tenosinovitis, que consiste en la inflamación de la vaina
tendinosa de los tendones del pulgar.
 Dedo en resorte o pulgar en resorte: tenosinovitis en la que la vaina del tendón se inflama y se engrosa, impidiendo
así que la persona puede extender o flexionar sin dificultad el dedo o el pulgar afectados, El dedo o el pulgar pueden
bloquearse o "dispararse" repentinamente.

Tratamientos
El tratamiento de la tendinitis pretende reducir y aliviar el dolor y la inflamación de la zona afectada. Para conseguirlo,
la principal recomendación que ofrecen los especialistas es el reposo para relajar el tendón afectado y ayudarle a
recuperarse. Si la tendinitis es grave, en algunas ocasiones el médico puede inmovilizar la zona para garantizar que
el reposo se realiza. Además, también suelen aliviar los síntomas mediante la aplicación de frío o calor en la zona
afectada.En muchas ocasiones los especialistas aconsejan combinar el reposo con tratamiento farmacológico,
principalmente con antiinflamatorios no esteroideos, también conocidos como AINE. Los más utilizados son el
ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno. Estos fármacos pueden favorecer que se reduzca la inflamación de la zona. En los
casos más graves los especialistas administran inyecciones de corticoides.

Por último, en algunas ocasiones la intervención del médico se combina con la actividad del fisioterapia para fortalecer
el área, garantizar que el tendón está recuperado y evitar y prevenir futuras lesiones.

La cirugía no suele aplicarse en este tipo de patología, aunque en alguna ocasión es necesaria para retirar tejido
inflamado o calcificado que comprime al tendón.
Si el paciente sigue las recomendaciones de reposo y el tratamiento, los síntomas deberían mejorar en poco tiempo.
En las situaciones en las que la tendinitis deriva de una sobrecarga, en algunas ocasiones los especialistas pueden
recomendar al paciente que cambie algunos aspectos de su vida, como el calzado, que puede modificarse para que
proteja, por ejemplo, el talón de Aquiles.

¿Qué es un esguince de tobillo?

Un esguince de tobillo es una lesión muy habitual en los adolescentes, sean o no deportistas. Sucede cuando los
ligamentos que sujetan el tobillo se distienden demasiado y/o se desgarran. Un esguince de tobillo puede ocurrir
por meter el pie en un hoyo, al resbalarse mientras se camina cuesta abajo o simplemente por apoyar mal el
pie.Algunos esguinces de tobillo son lesiones de poca importancia que se curan con muy poco tratamiento. Pero
hay otros que pueden ser más graves. Los tres grados de los esguinces de tobillo, basados en la medida en que se
lesionan los ligamentos, son los siguientes:

1. Grado I. Es un esguince leve, donde los ligamentos se distienden ligeramente. Una persona con un
esguince de grado I tendrá el tobillo algo dolorido y es posible que lo note un poco hinchado.
2. Grado II. Es un esguince moderado, donde los ligamentos se rompen parcialmente y la articulación
del tobillo se nota demasiado laxa (floja, sin tensión). El tobillo duele y es posible que permanezca
hinchado durante un tiempo. Cuesta apoyar el pie afectado y poner peso sobre él.
3. Grado III. Es el tipo de esguince más grave y ocurre cuando hay una rotura total de un ligamento
del tobillo. La articulación del tobillo duele mucho y está bastante hinchada. La persona notará el
tobillo laxo e inestable y lo más probable es que no pueda apoyar ningún peso en el pie afectado
desde el principio..

¿Qué puede provocar un esguince de tobillo?

La mayoría de los esguinces de tobillo suceden cuando las personas giran o cambian de dirección demasiado
deprisa o cuando el pie se tuerce hacia un lado. Y esto lesiona los ligamentos que unen los huesos del tobillo con
los de la pierna. No hace falta que hagas deporte con mucha intensidad para lesionarte el tobillo: puedes hacerte
un esguince al pisar mal o al tropezar en unas escaleras.El tipo de esguince de tobillo más frecuente es la
"inversión de tobillo", también denominada "esguince del ligamento lateral". En este tipo de esguince, el tobillo se
tuerce de tal forma que la planta del pie apunta hacia dentro, lo que distiende y posiblemente daña los ligamentos
de la parte externa del tobillo.Cuando te tuerces el tobillo hacia el otro lado, de modo que la planta del pie apunta
hacia afuera, esta lesión recibe el nombre de "esguince del ligamento medial". En este tipo de esguince, se
lesionan los ligamentos de la parte interna del tobillo. Los esguinces del ligamento medial son poco frecuentes.Si te
haces varios esguinces repetidamente en el mismo tobillo o tienes dolor en el mismo tobillo durante más de cuatro
a seis semanas, es posible que tengas un esguince crónico. Este tipo de esguince duradero se puede reactivar o
empeorar con actividades donde haya mucho movimiento de pies, como correr, bailar o hacer deporte.

¿Se pueden prevenir los esguinces de tobillo?

Los esguinces de tobillo son imposibles de prevenir. Pero todos podemos adoptar una serie de precauciones para
disminuir las probabilidades de que nos ocurran.La mejor forma de prevenir los esguinces de tobillo consiste
en mantener los tobillos flexibles y la musculatura de las piernas fuerte. Tu entrenador, médico o profesor de
educación física te puede proporcionar una serie de ejercicios sencillos para hacer en casa a fin de desarrollar la
musculatura que rodea al tobillo (lo que protegerá sus ligamentos) y de aumentar su flexibilidad.

¿Cómo se tratan los esguinces de tobillo? :El tratamiento de los esguinces de tobillo depende de su grado.
La mayoría de los esguinces se curan en un plazo de 4 a 6 semanas si el paciente se protege bien el tobillo y
sigue las instrucciones que le dé el médico.Algunas de las cosas que te pueden ayudar si tienes un esguince de
tobillos son:

o Descanso. Limita el tiempo que dedicas a andar e intenta no apoyar peso en el tobillo lesionado si el médico te
lo recomienda.
o Hielo. Durante las 48 horas inmediatamente posteriores al esguince, utiliza una bolsa de hielo envuelta en una
toalla o una compresa fría para ayudar a reducir la hinchazón. Empieza lo antes posible después de hacerte el
esguince y repítelo cada 3 o 4 horas durante 20 a 30 minutos seguidos hasta que remita la hinchazón.
o Compresión. Es posible que el médico te inmovilice el tobillo con una férula inflable o un vendaje elástico.
Sigue bien las instrucciones y no te lo quites hasta que te lo indique el médico.
o Elevación. Cuando estés sentado o tumbado, ten la pierna en alto.
 Tomar medicamentos antiinflamatorios. El ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) alivian
el dolor y reducen la hinchazón del tobillo.
 Evitar aquellas actividades que implican forzar el tobillo.No practiques deportes que exigen correr, cambiar
bruscamente de dirección o parar en seco hasta que el médico lo autorice. No camines, corras ni hagas
ejercicio en superficies irregulares hasta que el tobillo esté bien curado.
 Hacer estiramientos y ejercicios de fuerza. Cuando te mejoren el dolor y la hinchazón, pregunta a tu médico
sobre un programa de ejercicios para aumentar la fuerza y la flexibilidad de tu tobillo. Dependiendo de la
gravedad del esguince, es posible que el médico te recomiende sesiones de rehabilitación para favorecer el
proceso de curación.

DESGARRO MUSCULAR:

¿QUÉ ES UN DESGARRO MUSCULAR?


Un desgarro muscular o tirón muscular es una rotura parcial o completa de las fibras musculares a causa de
un fuerte impacto ( lesión traumática) . Además de verse afectadas las fibras musculares, también pueden verse
afectadas las estructuras circundantes como el tejido conjuntivo que rodea los vasos sanguíneos.
En pádel esta lesión es frecuente sobre todo en músculos como los gemelos (¿Cómo cuidar tus GEMELOS y
no tener lesiones?), isquiotibiales o cuadriceps, debido a los cambios de dirección y arrancadas.

¿CÓMO SE PRODUCE UN DESGARRO MUSCULAR?


Estas son algunas de las posibles causas de desgarros:
 Traumatismo una de las principales causas, especialmente en deportes de contacto. En pádel puede
producirse por impactos contra el compañero, el cristal o con la propia pala.
 Mal esfuerzo o fatiga muscular intensa, más que todo en la practica deportiva y es cuando se excede
temporalmente el uso del músculo. Una de las causas más habituales de esta lesión en pádel, así que
cuidado con los esfuerzos.
 Una mala circulación sanguínea (tanto venosa como arterial), ocasiona que durante el ejercicio el
músculo no recibe el aporte suficiente de flujo sanguíneo con lo que las sustancias de desecho no se
eliminan adecuadamente; ello implica a su vez una posible “intoxicación” del propio músculo.
 Mala preparación previa del músculo no realizar o realizar de forma incorrecta ejercicios de
calentamiento, estiramientos o incluso masoterapia antes de la actividad física.
 Sedentarismo, en personas sedentarias se debilitan las fibras musculares haciéndolas mas propensas a
sufrir un desgarro.
 Desnutrición, que debilita la capacidad contráctil de las fibras musculares
 Enfermedades, como por ejemplo la diabetes.

TIPOS DE DESGARROS MUSCULARES


Vamos a realizar 2 tipos de clasificaciones de los desgarros musculares.
La más frecuente, es según la gravedad:
 Grado 1 o leve: existe un estiramiento o rotura de alguna fibra muscular. La persona experimenta una
molestia ligera y una tumefacción mínima, se mantiene una movilidad completa.
 Grado 2 o moderado: en este grado existe una rotura moderada de fibras del músculo y del tendón. La
palpación en la zona afectada es dolorosa, tumefacción y una pérdida de movilidad.
 Grado 3 o grave: en este grado presenta la rotura completa del vientre muscular, de la unión
miotendinosa o de la inserción del tendón. A la palpación se aprecia un defecto notable y amplio en la
fibra muscular. Existe menos capacidad de movilidad y carga que en el grado 2, dolor más intenso que
en los grados precedentes.

SIGNOS Y SÍNTOMAS DE UN DESGARRO MUSCULAR:


¿Cómo detectamos que tenemos un desgarro muscular?
Síntomas: Al momento de producirse se siente un dolor como de puñalada o una punzada y se puede escuchar
un chasquido, Limitación muscular funcional.
Signos: Tumefacción, la zona desgarrada se hincha y tumefacta por edema y hemorragia, Signo clínico de
depresión, al pasar los dedos se nota un agujero en la zona.

TRATAMIENTO DE LOS DESGARROS MUSCULARES:


El tratamiento de un desgarro muscular común para cualquier tipo, es la terapia conocida como RICE (del
ingles rest, ice, compression, elevation) reposo, aplicación de hielo al producirse la lesión , compresión con
venda y elevación del miembro.
En este tipo de tratamiento la duración de cada etapa varia dependiendo la gravedad del desgarre.
Tratamiento de Terapia Física: si bien es cierto el tratamiento RICE que se menciono anteriormente es el mas
utilizado, los terapeutas físicos hacen provecho de otras técnicas para tratar la lesión dependiendo de la
gravedad de la misma.
Este es el tratamiento de terapia física que se puede aplicar en desgarres según su gravedad.

✓ DESGARRO GRADO 1 O LEVE


* Días 1-3
Compresión, Hielo, Elevación, Movilización activa, Entrenamiento isométrico, tens.
* Días 4-7
Entrenamiento en piscina, estiramientos sin dolor, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a
más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
* Día 8
Entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a
excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte practicado.

✓ DESGARRO GRADO 2 O MODERADO


* Días 1-3
Compresión, Hielo, Elevación, Movilización activa indolora, Marcha con muletas.
* A partir del día 4
Entrenamiento isométrico indoloro.
* A partir del día 7
Entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a
más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
* A partir de la segunda semana
Entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a
excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte.

✓ DESGARRO GRADO 3 O GRAVE


* Días 1-3
Compresión, Hielo, Elevación. Marcha con muletas.
* A partir del día 4
Electroestimulación muscular.
* A partir del día 7
Movilización activa indolora, Entrenamiento isométrico indoloro.
* A partir de la segunda semana
Entrenamiento en piscina, estiramientos indoloros, potenciación isotónica (comenzando con pesos ligeros a
más pesados y primero con acciones concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales.
* A partir de la tercera semana
Entrenamiento isocinético (desde velocidades angulares rápidas a lentas y desde acciones concéntricas a
excéntricas), entrenamiento pliométrico, ejercicios específicos del deporte.
Fractura

¿Qué es una fractura?


Es la ruptura total o parcial de un hueso por diversas causas; lo más común es que se deba a un accidente,
una caída fuerte o una lesión deportiva. La fractura provoca un dolor intenso y dependiendo de la gravedad
puede necesitar cirugía para recomponer el hueso.

Tipos
Existen distintas formas de clasificar las roturas de los huesos. Dependiendo del tipo de daño, se clasifican de la
siguiente manera:
 Fractura completa: El hueso se rompe en dos partes.
 Fractura en tallo verde: El hueso se rompe pero no se separa en dos partes. Es típica de los niños.
 Fractura simple: El hueso se quiebra por una parte.
 Fractura conminuta: El hueso se quiebra en más de una parte o se astilla.
 Fractura abierta: El hueso sobresale a través de la piel.
 Fractura cerrada: Hay rotura pero no sobresale el hueso por la piel.

Fracturas por estrés


Son las que se dan al ejercer presión de forma repetitiva en los huesos. Se pueden distinguir dos tipos:
 Fracturas por debilidad: por haber algún tipo de deficiencia ósea que debilite los huesos, como la osteoporosis.
 Fracturas por fatiga: a causa de una actividad exagerada y repetitiva. Es frecuente en los deportistas o en aquellas
personas que realizan actividades físicas de manera frecuente.

Síntomas
 Deformación de la zona.
 Hinchazón, hematoma o sangrado en la zona afectada.
 Entumecimiento y hormigueo.
 Movimiento limitado o incapacitado.
 Fiebre: en algún caso que aparece hematoma o sobreinfección.

Tratamiento
Es importante que la persona que ha sufrido una
fractura realice la menor cantidad de movimiento
posible, ya que puede causar más dolor o
complicaciones. Se debe esperar a que lleguen
profesionales médicos que sepan cómo actuar. En
caso de que se trate de una fractura abierta, es
necesario intervenir rápidamente para evitar que se
infecte.
El médico que intervenga al paciente realizará
una radiografía para identificar la posición del
hueso fracturado. Es importante conocer la causa de
la fractura, pues ayuda al médico a identificar los
huesos dañados y cómo tratarlos. Una vez
identificada, se recolocará el hueso en su posición original. Si el hueso es muy largo o se ha fracturado en más
de dos partes, es posible que el médico realice una cirugía e introduzca un clavo de metal para consolidarlo.
Este clavo será quitado una vez el hueso haya sanado.
Si no hay necesidad de insertar un clavo, el hueso se recompondrá de forma natural. Los huesos comenzarán
a producir células y vasos sanguíneos que irán cerrando las partes fracturadas del hueso hasta recuperar su
forma original. También se pueden utilizar injertos óseos para acelerar la cicatrización que producen estas
células.
Cuando los huesos se han desplazado en gran medida más allá de su posición original, se lleva a cabo
una osteosíntesis, es decir, una cirugía para recolocar los huesos. Esto se hace mediante placas, tornillos, agujas
o cerclajes con alambres.
Una vez recolocado el hueso, el médico aplica una escayola sobre la parte afectada y no la retirará hasta que el
hueso se haya soldado, proceso que puede tardar de una o varias semanas dependiendo de la gravedad de la
fractura.

Prevención
Mantener los huesos fuertes puede evitar una fractura. Para ello es imprescindible realizar ejercicio de
manera habitual, especialmente aquellos que impliquen saltar o correr. La dieta también es importante;
consumir calcio y vitamina D ayuda al desarrollo de los huesos
y a su fortalecimiento.
También es importante utilizar la equipación adecuada al
realizar ejercicio: casco, coderas o rodilleras pueden evitar que
un hueso se rompa al caer o frente a un impacto fuerte.
Los niños corren más riesgo de sufrir una fractura al no tener
los huesos completamente desarrollados, por lo que también es
importante que estos se mantengan en un entorno seguro para
evitar caídas que puedan tener consecuencias graves. Sin
embargo, los niños tardan mucho menos tiempo en recuperarse
de una fractura que un adulto.
De la misma forma, las personas mayores son más propensas a
sufrir una fractura por la debilitación de sus huesos con el paso
de los años. Otras acciones como fumar o consumir
alcohol también pueden afectar a la densidad de los huesos y
facilitar su fractura.

También podría gustarte