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Viviana Cotrina

El problema del mal en la historia de las religiones

Desde las primeras comunidades los hombres vivieron con la disyuntiva entre el bien y
el mal, estos conceptos a través de los años han ido adoptando diferentes posturas de
acuerdo al lugar de origen de sus comunidades. Es decir, en las sociedades occidentales
el mal es más una visión pecaminosa, mientras que en las comunidades orientales se
relaciona con la conciencia individual.
En el presente ensayo se abordarán las 5 religiones y cómo se manifiesta en estas el
concepto del mal. Asimismo, se realizará la comparación entre estas para aclarar si la
concepción del mal difiere de acuerdo a territorio e historia religiosa y cómo esta
relaciona las normal de la sociedad. A su vez, se citará al filosofo griego Epicuro para
dilucidar la ecuación del cristianismo y el mal.
Antes de abarcar los temas mencionados anteriormente, es preciso explicar dos
religiosas concepciones acerca del bien y el mal. En primer lugar, se habla del
monismo, considerando a Dios como único y creador incluyendo el bien y el mal;
dominando la concepción occidental. Por otro lado, se tiene el dualismo predominante
en las religiones orientales en donde proponen la existencia de dos principios: bien y
mal.
Las normas en el hinduismo se relacionan con las acciones de las personas; además,
tienen una visión cíclica de la vida: después de morir, el alma deja el cuerpo y renace,
formando el proceso imparable samsara, en donde la calidad de la vida esta
directamente relacionada al karma, resultado de sus acciones pasadas. Sin embargo,
estas leyes pueden ser aminoradas a través de rituales. Es decir, la concepción del mal
existe por naturaleza; sin embargo, los resultados pueden ser combatidos, en su
mayoría, por los mismos individuos llevando una vida de despoje de los deseos
terrenales.

Por otro lado, el budismo como religión indica que el camino para llegar a la liberación-
iluminación- se tiene que practicar la meditación, sabiduría y acciones morales; que en
diversas ocasiones son vistas de manera subjetiva. Es decir, no se puede hacer una
distinción clara entre el bien y el mal ya que son vistos desde una perspectiva moral: lo
que es bueno para unos, puede ser malo para otros; todo está incluido en un todo por lo
que no existe dualidad entre Dios y el mal, provienen de lo mismo. Entonces cabe
resaltar que la salvación es un esfuerzo personal por alcanzar el nirvana, ya que al
situarse en la mente todas las personas, la iluminación es un estado posible de alcanzar
por todos.
En el caso del judaísmo, empiezan sus orígenes en el antiguo testamento de la Biblia, en
donde se origina la idea de un pueblo elegido acompañado de crónicas tales como la
muerte de Caín y la torre de Babel, siendo muestras del pecado enemistando a los seres
humanos con Dios, quien exige que haya arrepentimiento para su perdón. En este
sentido, se tiene la idea de la venida de Dios para destruir el pecado y la necesidad de
cumplir las reglas impuestas por él. En un principio fueron los 10 mandamientos; sin
embargo, al día de hoy existen aproximadamente 613 reglas las cuales en su mayoría
son restricciones. Es por ello por lo que los diferentes libros como la Torá revelan la
sabiduría interior en donde el hombre podrá discernir entre los objetivos del bien y
cómo alcanzarlos.
Abordando el islam, basada en la sociedad tribal, es una religión teocéntrica en donde la
verdad es Dios. Asimismo, su libro sagrado es el Corán en donde se niega la doctrina
del pecado original afirmando que Dios perdonó a Adán por lo que el pecado es
consecuencia de la debilidad humana más que una condición heredada. Además, todo lo
que la realidad acontece pertenece al decreto divino, inclusive lo malo, por lo que en
cierto modo todo esta en manos de Dios; esto viene relacionado con la creencia en el
juicio final en donde las personas serán recompensadas según sus actos.
En el caso del cristianismo, centra su fe en la existencia de un salvador llamado
Jesucristo, además por ser una religión histórica comparte similitudes con el islam. La
concepción del mal en el cristianismo es conocida a nivel mundial; sin embargo, al ser
una religión viva – aún en construcción- es difícil unificar ideas. Se empezará por la
idea de que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios; es decir, hacer el mal
hacia tu prójimo es como hacerle el mal a tu propio Dios, ir en contra de la ley principal
del cristianismo: el amor.
Considerando lo antes afirmado, es válido mencionar la reflexión de Epicuro que ha
generado diversas respuestas de diferentes doctrinas; sin embargo, se puede sacar una
conclusión homogénea confirmando la existencia del mal en el mundo y la convivencia
del hombre con este.
Finalmente, para darle una visión diferente al mal presentado por las religiones, se
abordará el tema del mal como acción del hombre usando como instrumento a las
religiones. Como dijo Karl Marx, “La religión es el opio del pueblo”1, se entiende por
aceptar la realidad que se presenta al creer que nuestro destino es un plan divino; esto
originaría la costumbre de culpar a agentes externos de lo que sucede al alrededor.
Además, la religión aceptó la violencia como medio para cumplir objetivos a lo largo de
la historia humana junto con la corrupción dejan capítulos imborrables a lo largo de la
existencia en sociedad.

En conclusión, a pesar de las diferentes doctrinas compartidas entre religiones, la idea


del mal está presente en cada una de estas y viene acompañado de diferentes tipos de
salvación: juicio final, cumplir reglas, acciones morales, entre otros. En las religiones
orientales es más fácil explicar la idea del mal ya que viene acompañada por el
dualismo; mientras que en las occidentales sigue siendo todavía un reto la coexistencia
entre la divinidad y el mal. Por otro lado, el mal puede ser manifestado también por
como las personas se aprovechan de la religión para lograr objetivos, en su mayoría,
corruptos.

1
Marx K., Religión (Ideario), página3.

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