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Viaje al
país de las
matemáticas

NOVIEMBRE 1989
15 francos franceses
(España: 400 pts. IVA incl.)
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conUuenctas
Amigos lectores,
para esta sección
"Confluencias",

envíennos una fotografía


o una reproducción
m
de una pintura, una
escultura o un conjunto
arquitectónico que
representen a sus ojos un
cruzamiento o mestizaje
creador entre varias

culturas, o bien dos obras

de distinto origen cultural


en las que perciban un
parecido o una relación
sorprendente.
Remítannoslas junto con
un comentario de dos o

tres líneas firmado. Cada

mes publicaremos en una


página entera una de
esas contribuciones

enviadas por los lectores.

Mtâ

*~

Buda Shakyamuni,
1987, pintura sobre algodón hecha con pigmentos naturales triturados,
de Nathalie Gyatso.

El arte del thanka, pintura tibetana sagrada sobre tela, está sometido a
reglas estrictas. "Pero, escribe Nathalie Gyatso, francesa, la imaginación
y la inventiva pueden desplegarse en el marco de un arte de este tipo.
Por ejemplo, aquí he querido simbolizar la aparición tranquilizadora de
Buda, mostrando la desaparición de las nubes agresivas ante la luz y la
invasión de las montañas masivas y amenazantes por una vegetación
más suave. Un pintor tibetano habría, aplicando las mismas reglas,
seguido otra opción iconográfica: a una divinidad apacible habría
asociado probablemente elementos apacibles."
ESTE NU E R 0

Entrevista a
FEDERICO MAYOR
Director General de la Unesco

Amigos lectores,
VIAJE AL PAIS
La aventura ya no tiene un
DE LAS MATEMÁTICAS
horizonte geográfico.

Ya no hay continentes vírgenes, ENTRE EL NILO Y EL EUFRATES


49
ni océanos desconocidos, ni islas LAS FUENTES DEL NÚMERO
por James Ritter 12 RETRATO
misteriosas. Y, sin embargo, en
muchos sentidos los pueblos son _ GABRIELA MISTRAL
INDIA CENTENARIO
aun extraños los unos a los otros,

y las costumbres, las esperanzas


LILAVATI, LA GRACIOSA ARITMÉTICA DE SU NACIMIENTO

por Francis Zimmermann 18


secretas y las convicciones íntimas
de cada uno de ellos siguen
siendo ignoradas en gran medida
CHINA
50
LAS LLAVES DEL CÁLCULO
por los demás...
por Jean-Claude Martzhff 22

LA CIENCIA
Ulises ya no tiene pues un
ANTIGUA GRECIA
Y EL HOMBRE
espacio físico que recorrer. Pero
LA ODISEA DE LA RAZÓN UNA ACADEMIA DE CIENCIAS
hay una nueva odisea por iniciar
por Bernard Vitrac 29 PARA EL TERCER MUNDO
con urgencia: la exploración de los
por Akhtar Mahmoud Farouqui
mil y un paisajes culturales, de la
REGIONES ARABES
infinita variedad de pensamientos
INTERSECCIÓN
y de sabidurías vivientes, en suma
DEL ÁLGEBRA Y LA GEOMETRÍA
el descubrimiento de la
Preguntas a Roshdi Rashed 37
multiplicidad del hombre.

DEL RENACIMIENTO A LAS LUCES


Esta es la odisea que les
EL DESPERTAR DE LA
propone El Correo de la Unesco
al ofrecerles cada mes un tema de
CIENCIA CONTEMPORÁNEA
por Catherine Goldstein y Jeremy Gray 43
interés universal, tratado por
autores de nacionalidades,
Nuestra portada:
competencias y sensibilidades La lección de geometría (1561),
diferentes. Una travesía de la La Redacción agradece al Sr. Tony Levy del pintor flamenco
Nicolas de Neuchâtel.
su valiosa contribución
diversidad cultural del mundo cuya
a la elaboración de este numera Portada posterior: Imagen
brújula sea la dignidad del
mediante computadora de una
Hombre de todas las latitudes. fórmula de geometría "fractal".
ENTREVISTA

Federico Mayor
Federico Mayor' fue rector de la Universidad de Granada, presidente de la
Sociedad Española de Bioquímica, fundador y director del Centro de Biología
Molecular de Madrid, Ministro de Educación y Ciencia de España, y diputado en
el Parlamento Europeo de Estrasburgo, antes de ser elegido por seis años, en
noviembre de 1987, Director General de la Unesco. Con ocasión de la 25.a

reunión de la Conferencia General de la Unesco, Federico Mayor formula


algunas reflexiones sobre el papel clave del sistema de las Naciones Unidas en el
mundo de hoy.

Es indiscutible que la opinión pública de la mayoría de ciales, industriales y financieros desbordaban las fronteras
los países del mundo se ha habituado a la existencia del nacionales e incluso continentales; la información empeza-
sistema de las Naciones Unidas. Pero también es cierto que ba a cruzar regularmente los océanos. Esta aparición del mun-
abriga dudas acerca de su verdadera utilidad. ¿Piensa us- dialismo exigía el establecimiento de una concertación a
ted que este sistema sea realmente indispensable? escala mundial.
El sistema es hoy en día más necesario aun que en el pa¬
sado. En 1945 fue la respuesta a un balance lúcido y amargo ¿La necesidad creó acaso el órgano?
(lucidez y amargura van a menudo juntas) inmediatamente La especie humana es la única dotada, como sello distin-
después del desastre, mientras que ahora responde a una con- tivo, de la capacidad de crear. Son siempre algunos seres cla-
ciencia aguda de la globalidad creciente de los problemas que rividentes los que, llegado el momento, toman las decisiones
sólo podemos afrontar juntos. que corresponden a los nuevos desafíos.
El sistema no ha resuelto, ni mucho menos, todos los La primera estructura internacional institucional
problemas que se le han planteado. Pero se ha revelado in- Sociedad de las Naciones nació al día siguiente de la
sustituible como foro de encuentro, de conciliación y de re- Primera Guerra Mundial. Fue necesaria esa terrible conmo-
conciliación, y como el lugar más idóneo para la pacificación, ción para poner en evidencia que el mundo no era solamente
la búsqueda de nuevas vías y la exploración perseverante de un mercado que repartirse, sino un patrimonio que era ne-
fórmulas de cooperación. Es, en el fondo, el lugar de una cesario proteger contra sus propios extravíos. Algunos esta-
nueva identidad, la de la aldea planetaria. Aldea plural y muí- distas, pero también algunos filósofos, sabios y escritores,
tiforme que reagrupa y debe proteger todas las identidades pensaron entonces que sería útil disponer de dos organis-
culturales, la infinita diversidad de los pueblos y la especifi- mos distintos para resolver las diferencias de carácter
cidad irreemplazable de cada comunidad humana... Contra- político (la Sociedad de las Naciones) y otro para aproximar
riamente a lo que se piensa a menudo, las Naciones Unidas los espíritus y las culturas (el Instituto de Cooperación In¬
no son una construcción ex-nihilo decidida en 1945 por al- telectual Internacional).
gunos visionarios idealistas. Constituyen, por el contrario, Está claro que cuando hablo de patrimonio no me re-
la prolongación de una dilatada historia anterior; son el re- fiero solamente al patrimonio físico ambiental,
sultado de un proceso histórico que se inició a fines del siglo artístico y arquitectónico sino también a nuestro común
XIX y a través del cual un número creciente de individuos, legado espiritual e intelectual frutos del conocimiento,
corrientes y naciones cobraron conciencia de la necesidad los derechos humanos, los valores y principios universales,
de crear estructuras comunes de concertación y de coopera- Pero la Sociedad de las Naciones no fue lo suficiente-
ción, a escala internacional. mente sólida como para resistir, en nombre de todo ello,
Esta toma de conciencia respondía a nuevas realidades: el huracán del fascismo. La Segunda Guerra Mundial iba a
se empezaba entonces a descubrir la unicidad del mundo: : : ;
. . . ........ * Autor de numerosos trabajos científicos, de varios libros de poesía y de un
las Comunicaciones Se intensificaban; los intereses COmer- ensayo titulado Mañana siempre es tarde (Madrid, Espasa Calpe, 1987).
Hihi Bära*

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constituir, para la humanidad, una advertencia mucho más
seria. No sólo las matanzas y las destrucciones que provocó
no podían de ningún modo compararse con las de la ante¬
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rior; no sólo el ámbito del conflicto se extendió gradualmente
a los cinco continentes, sino que, además, la explosión de
dos bombas atómicas señaló a todos que, por primera vez
en su historia, la humanidad acababa de dotarse de los me¬
dios necesarios para su propia aniquilación. Una tercera
guerra mundial podría significar la extinción del género
humano.

Hasta entonces todas las guerras los conflictos-


habían tenido vencedores y vencidos. En lo sucesivo todos
los protagonistas corrían el riesgo de perder. La guerra se
había vuelto sin sentido. La civilización de la guerra comenzó
casi imperceptiblemente a ceder terreno ante la civilización
de la paz no como resultado de un brusco despertar de la
virtud sino por temor al poder que las técnicas de destruc¬
ción acababan de alcanzar. La cultura de la paz no iba a nacer
de la sensatez de los hombres sino de su infinito desamparo.
En ese momento crucial mi juicio, el más importante
de nuestra historia se creó el sistema de las Naciones
Unidas.

Este sistema, mucho más ambicioso que el de la Sociedad

k de las Naciones, se fijó como meta ampliar la esfera de la


cooperación a todas las naciones y a numerosos aspectos de
la actividad intelectual, social, económica y humanitaria. Las
Naciones Unidas son un órgano político. Diversas organi¬
zaciones, organismos, programas, fondos y comisiones
completan el dispositivo internacional: la Unesco, para la
educación, la ciencia y la cultura; la OMS, para la salud; el
Unicef, para la infancia; la OIT, para los problemas del tra¬
bajo; el ACNUR, para la ayuda a los refugiados; la FAO,
para la alimentación y la agricultura, etc.
Es evidente que los éxitos mayores o menores, las reali¬
zaciones más o menos espectaculares, las deficiencias y los
fracasos del sistema de las Naciones Unidas dependen esen¬
cialmente del estado de ánimo de la comunidad de las na¬
'

ciones y en particular de la capacidad de los estados más


influyentes de entenderse para hacer prevalecer una voluntad
de conciliación. A condición de que se reúnan esos factores
I favorables, la familia de las Naciones Unidas puede poner
plenamente en movimiento la dinámica de la cooperación
multilateral y suscitar la elaboración en común de soluciones
que es imposible encontrar individualmente.
Es ése y no otro, a mi juicio, el verdadero sentido de
la acción de las Naciones Unidas. Estas existen para recor¬
darnos que pertenecemos a una sola y misma especie que
habita en un solo y mismo planeta. ¿En qué nos converti¬
ríamos si un día, por desgracia, llegáramos a olvidarlo?

Usted habla de las organizaciones y de los organismos per¬


tenecientes al sistema de las Naciones Unidas. Se puede en¬
tender que haya instancias de concertación y de regulación
internacional en materia de política, de salud, de agricul-
tura o de finanzas, pero, tratándose de la cultura ¿no hay allá de las especificidades culturales. No hay ninguna inge-
una antinomia entre la idea de organización sus nuidad en el enfoque de la Unesco: las culturas no son enti-
reglas, sus programas, sus opciones y la idea de cultura dades intocables; producto de una historia, cada una de ellas
que es, por definición, sinónimo de creación, es decir de tiene sus luces y sus sombras, sus grandezas, sus impulsos
libertad y de espontaneidad? hacia lo sublime y sus sueños de fraternidad, pero también
Es evidente que la misión de la Unesco no es intervenir sus tendencias menos positivas. Nuestro papel es obtener
en los procesos de creación, sino contribuir a crear las con- lo mejor de cada una de ellas, lo que converge hacia el sentido
diciones propicias para la aparición y el desarrollo de las más genuino de lo humano, y que, naturalmente, produce
actividades culturales. Pero hay que comenzar por distin- un espíritu de paz.
guir varios sentidos de la palabra cultura que a veces tienden
a confundirse. ¿Cómo se podría definir, en ese mismo sentido, la finalidad
Se empezó a hablar de cultura para oponerla a la natu- del trabajo de la Unesco?
raleza, para diferenciar al hombre, creador, del animal, que Su finalidad consiste en poner de relieve, a través del plu-
no puede sino seguir las leyes naturales. El término sirvió ralismo cultural, aquello que acerca a todos los hombres,
también para distinguir entre el trabajo de formación del es decir, aquello que en cada cultura alcanza un nivel uni-
espíritu y el trabajo manual de producción de bienes. En versal. Pero para lograrlo, hay que comenzar por el principio,
esta perspectiva, se han dado diversas definiciones, más o esto es, por la idea fundamental de que cada cultura -que
menos amplias, de la cultura. Para algunos, la cultura sólo a su vez es a menudo el crisol de otras culturas posee un
comprende las obras maestras, lo que llega a lo sublime, en carácter propio, una "marca registrada" en la historia de la
los diversos aspectos de la reflexión y de la creación; para civilización humana, un signo de identidad que le permite
otros, la cultura abarca todo lo que hace que un pueblo se reconocerse a sí misma a todo lo largo de su trayectoria y
distinga de los demás, desde sus producciones más complejas gracias al cual el resto del mundo también la reconoce,
hasta sus creencias, sus costumbres, sus maneras de vivir y Soy catalán y amo profundamente a mi país y la lengua
de trabajar. Es esta última acepción la que la comunidad inter- que siempre he empleado para dirigirme a mis padres. Esta
nacional adoptó en la Conferencia Intergubernamental sobre cultura, fruto de varias civilizaciones, define nuestro perfil
las Políticas Culturales, celebrada en Venecia en 1970. específico. Sé que sólo a condición de desarrollarla sin trabas
Y en 1982, en México, la segunda Conferencia, llamada puedo trabajar por la unidad de España y por el fortaleci-
"Mondiacult", ratificó este enfoque "activo" de la cultura, miento de las demás culturas nacionales. A menudo en el
pasado el desconocimiento de esta verdad esencial ha fomen-
Esta definición ha sido criticada por algunos intelectuales tado el desprecio por los demás. Cabe esperar que en el fu-
so pretexto de que implicaría dar mayor importancia a las turo la concertación será tanto más fácil en la medida en
expresiones más triviales de la actividad del espíritu que que los pueblos aprendan a conocerse, a comprender sus
a sus expresiones más elevadas, y hacer hincapié en los motivaciones, sus maneras de ser y sus respectivas escalas
valores específicos de cada pueblo que los separan de de valores, en suma, cuando descubran que a través de esas
los demás y no en los valores universales de la verdad, expresiones concretas, comparten grandes aspiraciones
del bien, de la belleza que, en cambio, acercan a los comunes e ideales que a menudo coinciden en lo esencial.
hombres. Por tal motivo, la misión prioritaria de la Unesco en
mi juicio, esta crítica es errónea. Desconoce lo que yo el plano cultural consiste naturalmente los términos
llamaría el marco de pertinencia de nuestra definición, que mismos de su Constitución- en "desarrollar e intensificar
es de orden práctico y operacional. En el sistema de las las relaciones entre sus pueblos, a fin de que éstos se compren-
Naciones Unidas, donde coexisten filosofías diferentes, las dan mejor entre sí y adquieran un conocimiento más preciso
bases de entendimiento son bases de acción, de una acción y verdadero de sus respectivas vidas". La acción cultural de
guiada evidentemente por los grandes principios en los que la Unesco apunta, en el fondo, a promover los encuentros
se inspira el sistema en su totalidad. y reuniones de artistas, artesanos, intelectuales, pintores, edu-
Las definiciones son, en consecuencia, puntos de parti- cadores, arquitectos, escritores y poetas de todos los países
da. Y en el plano de la cooperación cultural el único punto y regiones, así como a difundir los debates y conclusiones
de partida posible es la aceptación de la diversidad y el respeto de esas reuniones. Estos hombres y mujeres representan la
de esa diversidad, que es la forma primordial del respeto de principal riqueza de la humanidad; pueden esclarecernos el
la dignidad de los individuos que se reconocen en las distintas sentido del pasado, pero también y sobre todo las configu-
culturas. Más exactamente diría que cada persona es bioló- raciones posibles del porvenir. En todos los casos, la Unesco
gica y socioculturalmente única y que el reconocimiento de elabora y realiza sus programas culturales con la colabora-
esa unicidad es la condición sine qua non de una compren- ción de organizaciones no gubernamentales y de asociaciones
sión mutua. Pero ello no quiere decir que, en todas las cul- de profesionales, artistas y creadores,
turas, todo tenga el mismo valor, y que no se pueda ir más No me canso de repetir que el monumento más perfecto
es el ser humano; que las obras culturales más valiosas que se ofrecen a los artistas. Al mismo tiempo, favorece la
y las más amenazadas son las lenguas minoritarias, las profundización de las significaciones universales que el artista
tradiciones orales, los cantos, las danzas y las costumbres puede extraer de su propia cultura,
de numerosos países que no participan todavía en el gran
concierto cultural del mundo. Insisto en ello con vehemencia: No resulta evidente para todo el mundo la relación que
la libertad concreta de los artistas debe ser protegida al mismo existe entre un mejor conocimiento recíproco, el incremento
tiempo que se garantiza la supervivencia efectiva de las artes, de los intercambios culturales y la consolidación de la paz.
los folklores y las culturas populares. Estas dos exigencias Es sorprendente el número de conflictos que oponen a
son inseparables. pueblos vecinos que se conocen y comunican entre sí.
Además, las dos guerras mundiales estallaron en Europa,
El mundo entero conoce las grandes realizaciones de la entre pueblos que compartían valores culturales esenciales
Unesco, como el salvamento de Abú Simbel y de Borobudur. y que disponían, en ese entonces, de los medios de comuni-
Actualmente se habla mucho del acuerdo entre las diver- cación más avanzados.

sas partes camboyanas sobre el papel de la Unesco en la A menudo son las ciudades vecinas, los pueblos vecinos,
conservación de Angkor Vat... los que tienen más dificultades para comprenderse, precisa-
La Unesco está lista para actuar en cuanto las condiciones mente por hallarse frente a frente, y cada cual siente la
lo permitan. Pero su acción en el plano cultural se extiende tentación de encerrarse en sus propias tradiciones, menospre-
más allá del salvamento de sitios y monumentos. La Unesco ciando las de los demás.
administra tres instrumentos jurídicos internacionales de im- Así, los contactos culturales, políticos o comerciales que
portancia primordial: la Convención para la Protección un pueblo ha establecido con otro no engendran necesa-
de los Bienes Culturales en Casos de Conflicto Armado, la riamente una comprensión mutua. Esos contactos pueden
Convención sobre las Medidas que deben adoptarse para ocasionar conflictos o conducir a un mayor acercamiento,
prohibir e impedir la Importación, la Exportación y la Trans- ya sea que se desarrollen los reflejos del miedo, la descon¬
ferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales y la fianza y el desprecio hacia los demás, o que, por el contrario,
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial se estimule la capacidad, latente en todos los pueblos, de apre-
Cultural y Natural. ciar la verdad y la belleza, procedan de donde procedan, de
Además, la Unesco se consagra a traducir y publicar las respetar la diversidad de las ideas y los estilos, de preferir
obras maestras de la literatura de numerosos países, así como la tolerancia y de buscar la convivencia,
a compilar, grabar y difundir una colección única de discos Piense, por ejemplo, en la ideología nazi. ¿Cómo logró
en los que se reproducen trozos musicales de todas las re- penetrar en la cultura alemana? Pervirtiendo lo más noble
giones del mundo... Ahora, en las publicaciones, los discos de esa cultura y exaltando sólo las fibras del amor de sí
y los programas de radio y televisión de numerosos países mismo. Los responsables nazis ignoraron el humanismo
se concede un lugar cada vez más importante a las obras de de Kant, el universalismo de Goethe, la generosidad de
otras naciones y a las realidades y problemas de regiones di- Beethoven; de manera sistemática se sirvieron de los resortes
versas. De manera lenta pero segura lo universal irrumpe de la superioridad racial y del culto morboso de la violencia,
en la vida cotidiana de cada cual. He ahí uno de los aspectos esforzándose por convencer a sus compatriotas de que toda
importantes y notorios de la acción de la Unesco. la historia alemana los conducía inevitablemente hacia ese
fin. Por supuesto, para conseguirlo hubo que falsear la his-
¿Qué papel desempeña, en este contexto, la creación cultu- toria reduciéndola a un enfrentamiento entre razas y reavi-
ral propiamente dicha? vando el recuerdo de guerras pasadas. Hubo que acentuar
Ella es, y no podría ser de otra manera, la obra de indivi- los rasgos que disminuían a los demás, haciéndolos respon-
duos totalmente libres de seguir su inspiración, su conciencia sables de las sucesivas desgracias de Alemania y justificando
y su talento. Nada debe coartar o censurar esa libertad. Por de ese modo todas las venganzas futuras. Hoy parece una
el contrario, hay que hacer todo lo posible para protegerla locura, algo inverosímil.
y permitir su realización. La acción de la Unesco se lleva Vale la pena recordar a este respecto una experiencia en
a cabo preparando y protegiendo el ejercicio de esa libertad; la que la Unesco participó de manera directa. Inmediata-
por una parte, para favorecer las condiciones óptimas de su mente después de la guerra, nuestra Organización se con-
ejercicio creador y, por otra, para denunciar sus eventuales sagró, entre otras tareas, a revisar los manuales de historia
violaciones. a fin de señalar los errores en el relato de los sucesos así como

Está claro que la libre circulación de las ideas y las obras los juicios deformados. Para llevar a cabo ese trabajo la
procedentes de todas las culturas constituye una de las con- Unesco convocó a historiadores de los dos campos que aca-
diciones más propicias para el desarrollo de la creación y baban de enfrentarse. Lamentablemente, aunque iniciaron
el estímulo del conocimiento, así como para ampliar los ho- su labor con muy buena voluntad, no llegaron a ningún re-
rizontes y enriquecer mutuamente las fuentes de inspiración sultado. Discreparon no sólo en la interpretación de los
hechos sino en cuanto a la existencia misma de ciertos acon¬

tecimientos.

¿Cuál es su conclusión? ¿Acaso el drama de la guerra ha¬


bía marcado demasiado las conciencias para que fuera po¬
sible inmediatamente después tener una visión objetiva de
los hechos?

En efecto, creo que era demasiado prematuro. Pero el mal


se remonta más lejos. Como acabo de señalarlo, la guerra
misma había labrado un terreno ya abonado; había llegado
para abrir antiguas heridas y ahondar surcos trazados por
guerras anteriores, falseando la cultura y la historia. Por otra
parte, la misma situación se produjo después en numerosos
otros conflictos, aunque sus protagonistas no llegaran al
extremo de preconizar la solución final.
La guerra tiene raíces profundas en el pasado de nume¬
rosos pueblos. Para extirparlas, es necesario un esfuerzo cons¬
tante de autenticidad y de valor. Los dirigentes políticos están
llamados sin duda a desempeñar un papel decisivo. Pero no
son los únicos. Los filósofos, artistas, cineastas y periodistas
contribuyen a ese intento, consciente o inconscientemente,
en la medida en que logran suscitar el interés, el respeto y
la admiración por la culturas de los demás así como por la
propia.
La acción de la Unesco en este sentido puede servir de
acicate y ser un instrumento de movilización y animación
a escala mundial. Los científicos, los universitarios y los pro¬
fesores deben también participar en este esfuerzo. La circu¬
lación sin trabas a través del mundo de la información

científica y técnica constituye un medio irreemplazable de


colaboración intelectual y de ayuda mutua entre investiga¬
dores de todas las regiones. Así también, el intercambio de
experiencias entre educadores y formadores de todo el
mundo introduce progresivamente en las mentes de los
hombres la convicción de que cada uno de nosotros posee
una valiosa parte de verdad... Y de que, además, nadie,
absolutamente nadie, posee toda la verdad. Hay que man¬
tener este difícil equilibrio, entre dudas y certezas, entre el
respeto de sí mismo y de los demás, si se quiere servir la
causa de la libertad y promover una tensión creadora per¬
manente.

En el umbral de esta nueva fase que se abre para la his¬


toria del mundo basada en una cultura de la paz, la educa¬
ción y el acceso al conocimiento deben convertirse en el
patrimonio común de todos los hombres sin excepción y
dejar de ser el privilegio de algunas personas en unos pocos
países. Ese es nuestro sueño: escribir una página nueva en
una nueva lengua, forjada, día tras día, por ciudadanos libres
de decidir y de expresar sin restricciones su pensamiento y
su capacidad creadora. Una lengua que traduzca un estado
de ánimo auténticamente pacífico; una lengua liberada de
todo exclusivismo, de toda segregación. Una lengua que sea
por fin, únicamente, vehículo de cultura.
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L ÍAS matemáticas constituyen una de las formas más abstractas de


la creación intelectual. Sin embargo, están íntimamente asociadas al
lenguaje y a la escritura de los hombres y forman parte de sus
interrogantes, prácticos o teóricos, en suma, de la historia de sus culturas.

Su aprendizaje, quién podría olvidarlo, exige tiempo y esfuerzo, y para


los que hacen de ellas su oficio, requiere también pasión.

Hemos aceptado aquí un desafío: el de ofrecer a nuestros lectores, incluso


a los más reacios a los misterios del cálculo, un panorama de los
conocimientos y las prácticas matemáticas a través del tiempo y del
espacio. Es un viaje para profanos. Se trata de Alicia en el país de las
matemáticas.

Los especialistas que nos han hecho el favor de contribuir a esta empresa
se han impuesto una dura tarea: la de decir lo esencial en pocas palabras
y en un lenguaje accesible a todos. Cada vez que ello ha sido posible,
han procurado describir el telón de fondo social, cultural e incluso
lingüístico de la historia.

¿Es posible hablar, más allá de los diversos enfoques y técnicas, de una
sola razón matemática común a todos ellos? La lectura de estas páginas
lo sugiere en más de una oportunidad. Ello nos lleva también a meditar
sobre una descripción que el pensador griego Proclo daba de la razón
Unión de los números 3
en el cubo numérico, matemática hace ya más de quince siglos: esta razón manifestaría lo uno
escultura del artista

mexicano Juan Luis Díaz. en la multiplicidad, lo indiviso en la división y lo infinito en la finitud.

11
ENTRE EL NILO Y EL EUFRATES

Las fuentes
del número

POR JAMES RITTER

LjAS matemáticas y la escritura guardan una


estrecha relación simbiótica. Recientes descubri¬

mientos arqueológicos han revelado que los pri¬


meros sistemas de- escritura surgieron para
responder a la necesidad de calcular, dividir y re¬
partir los bienes materiales de las sociedades. al junco que crece a lo largo del curso del Nilo
Una sociedad que quiera crear unas matemᬠy en el Delta, y, en menor medida, otros mate¬
ticas que se limiten al mero cálculo necesita algún riales perecederos. Esta es la razón por la que
tipo de soporte físico. Si no fuera por la escritu¬ existen muchos menos documentos de Egipto que
ra, las limitaciones de la memoria humana son de Mesopotamia.
tales que no es posible sobrepasar determinado En el tercer milenio empieza a aparecer gra¬
grado de complejidad numérica. dualmente, tanto en la civilización mesopotámica
Al observar la evolución que siguieron dos como en la egipcia, un concepto abstracto del nú¬
sistemas de escritura, uno al sur de Mesopotamia mero. En principio, cada uno de ellos forma parte
a mediados del cuarto milenio y el otro, algo más de un determinado sistema de unidades, razón por
tarde, en las proximidades de Susa en Irán, los des¬ la que el "cuatro" de "cuatro ovejas" y el de
cubrimientos arqueológicos de estos últimos de¬ "cuatro medidas de grano", por ejemplo, no se
cenios han puesto de manifiesto que la afirmación representan con el mismo símbolo. Los distintos
contraria es igualmente válida: para que una so¬ sistemas de unidades tampoco guardan relación
ciedad pueda crear una escritura, las necesidades entre sí. No había correlación entre las medidas
materiales y, sobre todo, la de llevar un registro de superficie y las medidas de longitud y no se
documental, son requisitos imprescindibles. sabía calcular la superficie a partir de la longitud
En esas sociedades a las que hemos aludido, y de la anchura.
el soporte físico era arcilla prácticamente in¬ Pero la práctica de anotar datos, que permite
destructible, y los primeros documentos eran de llevar un registro permanente de medidas, abre
tipo contable. La escritura cuneiforme (en forma la posibilidad de observar las regularidades, las
de cuña) mesopotámica tuvo una gran difusión pautas. Estas dos sociedades aprovecharon esa po¬
en los 3000 años siguientes, ya que sirvió no sólo sibilidad por espacio de unos mil años. Hacia fi¬
para el sumerio y el acadio, sino también para el nales del tercer milenio los escribas egipcios y
hitita, el elamita, el hurrita y otras muchas len¬ sumerios aprendieron a calcular el área y el volu¬
guas del Cercano Oriente en la Antigüedad y no men a partir de la longitud, a distribuir las provi¬
desapareció hasta comienzos de nuestra era. siones entre los obreros, a calcular el tiempo
Al mismo tiempo, hacia finales del cuarto mi¬
lenio, se desarrollaba muy deprisa en Egipto una
Arriba, parte de una regla utilizada en el Antiguo
civilización independiente. En este país, las cir¬
Egipto para medir el codo,
cunstancias que rodean la escritura son más con¬ unidad de longitud equivalente a 525 mm.
fusas. En primer -lugar, el soporte físico, con
excepción de las inscripciones monumentales, era Vista aérea del sitio de Ur (Iraq), dominado por
12 fundamentalmente el papiro, una planta similar el zigurat (al fondo).
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necesario para llevar a cabo una determinada
labor en función de su magnitud, el número de
hombres y el ritmo del trabajo. También hay
pruebas de que, una vez establecidas estas rela¬
ciones, se llegó a un grado más alto de abstrac¬
ción en el que los conceptos numéricos se fueron
desprendiendo progresivamente de la unidad a la
que se aplicaban.
A comienzos del segundo milenio, ambas ci¬
vilizaciones habían conseguido crear unos siste¬
mas igualmente abstractos de numeración, si bien
habían escogido medios diferentes para represen¬
tar las cifras. Los egipcios, al igual que la gran ma¬
yoría de las sociedades modernas, tenían un
sistema numérico escrito decimal, esto es, en el
que se cuenta hasta el nueve de cada unidad antes
de pasar a la unidad superior siguiente (después
de nueve "unos" aparece el "diez", después de
nueve "dieces" aparece la centena, etc.). Pero,
contrariamente a los sistemas modernos, su escri¬
tura numérica era "aditiva", esto es, había signos
distintos para las unidades, las decenas y las cen¬
tenas, y se trazaban tantos como fuera necesario.
En Mesopotamia se procedía de otra manera.
La base de los cálculos matemáticos era sesenta;
para expresar cifras superiores a 59 era necesario
repetir los signos correspondientes.

matemáticas eran consideradas, igual que ahora,


La educación del escriba una de las asignaturas más difíciles.
Hacia el año 2.000 a.C. se compuso en honor
Aprender a manejar estos sistemas numéricos re¬
Abajo, dos escribas de Shulgi, uno de los reyes del tercer imperio de
quería una formación especializada, y la existencia
consignan los datos del, Ur en Mesopotamia, un himno literario que se
de escuelas se remonta a la misma época que la convirtió en texto modelo utilizado como ejerci¬
botín militar de un rey
invención de la escritura. Se sabe, además, que el asirio. Tomado de una
cio escolar en la primera mitad del segundo mi¬
aprendizaje de la aritmética se iniciaba en una fase pintura mural de la época lenio. En esa composición, el soberano se jacta
temprana de la vida escolar de los niños, al mismo neoasiria, desaparecida en
de sus éxitos académicos y proclama orgullosa-
tiempo que la lectura y la escritura, y que las la actualidad.
mente: "Sé sumar y restar a la perfección, soy
diestro en cálculo y en contabilidad."
Más de mil años después, el rey asirio Asur-
banipal repetía prácticamente lo mismo en uno
de sus himnos: "Soy capaz de hallar los números
recíprocos y los productos difíciles que no figu¬
ran en las tablas."

¿Cuál sería la trayectoria de un joven escriba


destinado a convertirse en "matemático" en el

antiguo Egipto o en Mesopotamia? Casi con toda


seguridad de sexo masculino (ya que las mujeres,
aunque no les estaba prohibido recibir formación
como escribas, no aparecen mencionadas en los
documentos), empezaría asistiendo a la escuela,
cuyo ingreso estaba abierto a dos grupos distin¬
tos. Del primer grupo integrado por los hijos de
los ricos y poderosos surgirían los reyes y los altos
\

funcionarios, mientras que la vasta mayoría de los En un texto típicamente egipcio, un escriba Arriba, tres escribas hacen
el inventario de un
afortunados que habían logrado acceder a una ins¬ se mofa de otro en los siguientes términos:
titución educativa, uno de los medios excepciona¬ Vienes hasta mí y me abrumas hablándome de patrimonio fúnebre.
les de ascenso social en la Antigüedad, se Mastaba de Akhethotep,
tu cargo. Yo desenmascararé tu presuntuosa actitud
dinastía V del Imperio
convertirían en meros escribas profesionales. cuando te encomienden un trabajo. Pondré al des¬
Antiguo (2450-2290 a.C).
¿Qué aprendería el escriba durante los diez cubierto tu fatuidad cuando digas: "Soy el escriba,
años de escolaridad como mínimo? De las dos ci¬ capataz de la cuadrilla de obreros"...
vilizaciones han llegado hasta nosotros textos y Hay que construir un terraplén de 730 codos de
ejercicios matemáticos, en particular los llamados largo por 55 codos de ancho, con 120 compartimen¬
"debates de escribas". Así, en un ejemplo proce¬ tos rellenados con baquetas y vigas; con una altura
dente de Mesopotamia, un escriba alardea de sus de 60 codos en su parte más alta, 30 codos en el me¬
capacidades ante otro: dio; con una inclinación de 15 codos; con una base
Quiero escribir tablillas: de 5 codos. Se pregunta al jefe de la cuadrilla cuál
tablas [de medidas] desde 1 gur de cebada basta es la cantidad de ladrillos.

600 gur; Todos los escribas están reunidos pero ninguno


tablas [de peso] desde 1 sido hasta 20 minas de sabe cómo hacerlo. Depositan en tí su confianza y
plata, dicen: "¡Amigo, tú eres un escriba inteligente! De¬
con los contratos de matrimonio que pueden cide rápidamente por nosotros, ya que tu nombre
presentarme, esfamoso. "... Que no se diga: 'Hay algo que ignora '.
los contratos comerciales,... "Indícanos la cantidad de ladrillos. Mira, aquí tienes
la venta de viviendas, campos, esclavos, las medidas; cada uno de los compartimentos tiene
prendas de plata, contratos de arriendo de jO codos [de largo] y 7 codos [de ancho]."
campos, Ahora bien, los textos citados son más litera¬
contratos de cultivo de palmeras, [...], rios que matemáticos. Se conocen, de hecho, al¬
incluso las tablas de adopción; todo esto sé gunos textos matemáticos escolares de cada una de
escribir. esas civilizaciones, casi todos ellos de dos periodos 15
nuevo paso se basa en el resultado de un paso an¬
terior o bien en uno de los datos facilitados al
Sistemas numéricos
principio.
egipcios y babilonios No se recurre a ningún argumento para jus¬
tificar el procedimiento ni se da la menor expli¬
He aquí cómo los escribas de Egipto y de Babilonia
cación de la fórmula, pero incluso con los valores
habrían escrito 1989 utilizando sus respectivos
sistemas numéricos.
numéricos citados, lo esencial de ella resulta per¬
fectamente comprensible. El alumno quedaba así
capacitado para resolver cualquier otro problema
Egipto
del mismo tipo que pudiera presentársele. Además
?<?<? estos problemas solían reagruparse de modo que
nnnn 1 1 1
las técnicas aprendidas pudieran aplicarse inme¬
<?<?<? 1 1 1
diatamente en otros casos. El problema mencio¬
<?<?<? nnnn 1 1 1 nado más arriba, por ejemplo, aparecía después
1000 900 80 de otro en el que se trataba de determinar la incli¬
El sistema egipcio, que aparece aquí en escritura
nación de una pirámide en función de su longitud
jeroglífica, se basaba en el 10. Se observan un signo y de su altura, y tras él venía uno nuevo relativo
al cálculo de la inclinación de un cono.
para los miles, nueve signos para las centanas, ocho
para las decenas y nueve para las unidades. Ahora bien, no todos los problemas matemá¬
ticos tenían una orientación tan práctica como
Babilonia
éste. La finalidad principal de los ejercicios mate¬
máticos escolares era familiarizar al futuro escriba

ÏÏÏ con las técnicas matemáticas empleadas para re¬


solver problemas. El objetivo que se trataba de
33 9
alcanzar era la instrucción técnica y no la aplica¬
El sistema babilonio se basaba en 60. A partir de ción directa, motivo por el que muchos de los
60, mil novecientos ochenta y nueve se habría problemas aparentemente "prácticos" que figuran
escrito con treinta y tres veces sesenta y nueve uni¬ en estos textos tenían muy poco que ver con la
dades. La posición del 9, a la derecha indica que vida real. Como ejemplo de la prioridad que se
constituye las unidades, en tanto que el 33, a la daba a la preparación técnica sobre la aplicación
izquierda, representa los múltiplos de 60.
realista, cabe citar una tablilla babilónica que plan¬
tea un problema en el que se utiliza para medir
un terreno una vara de medición rota, o bien el
diferentes: la primera mitad del segundo milenio problema egipcio de un escriba al que se pide que
y la época de la dominación griega y romana, a calcule las primitivas dimensiones de un rebaño
finales del primer milenio. Son de dos tipos, en función del número de reses con las que el pro¬
textos de tablas y textos de problemas. pietario ha pagado sus impuestos.
Un ejemplo típico de los primeros es una La finalidad pedagógica de estos ejercicios
tabla babilónica de raíces cuadradas que data del salta a la vista. Además, la estructura de los tex¬
segundo milenio. Para componer estas tablas de tos de los problemas y las tablas permite abordar
cálculo sistemáticas y estructuradas se requiere ha¬ de otro modo la cuestión de la abstracción y la
ber alcanzado un alto grado de abstracción. ¿Qué generalización en las matemáticas. En vez de
hacía el escriba cuando necesitaba conocer una optar por elevar la simbolización, caracterizada
raíz cuadrada? Si no figuraba en la tabla, podía por una jerarquía de "grados de generalidad", el
calcularla, mediante una simple interpolación, a planteamiento de los egipcios y babilonios con¬
partir de los valores próximos que sí aparecían siste en crear una cadena de ejemplos típicos
en ella. Este método era el habitual, incluso en gracias a la cual es posible, por interpolación, es¬
Occidente, hasta fechas bastante recientes, y así tablecer una relación entre un problema nuevo
es como los egipcios y los babilonios utilizaban y los ya conocidos.
sus tablas de multiplicación, raíces cuadradas y Exactamente este mismo planteamiento fue
sumas de fracciones. el que se adoptó en otras ramas del saber antiguo
Otra categoría de textos matemáticos pro¬ como la medicina, la adivinación y la astronomía,
JAMES RITTER, pone problemas como, por ejemplo, este proble¬ consideradas en Egipto y en Mesopotamia, al igual
estadounidense, es profesor ma tipo hallado en un papiro egipcio de mediados que las matemáticas, como una práctica concep¬
de matemáticas y de historia
de las ciencias de la
del segundo milenio: tual particular.
Universidad de París VIH. Una pirámide. El lado tiene 140 [codos] y la
Sus trabajos versan sobre la
inclinación es de 5 palmos y 1 dedo [por codo\ ¿Cuál "Matemático",
teoría de la relatividad y su
es su altura?
historia, así como sobre
una palabra que no existe
las prácticas de la razón Estos textos se inician con una exposición del
en el Antiguo Egipto
problema matemático que se trata de resolver, y Es posible seguir la trayectoria de un joven aspi¬
y en la Mesopotamia. Ha
los datos se presentan como cifras concretas y no rante a escriba una vez concluida su formación
participado, bajo la
dirección de Michel Serres, gracias a un número considerable de fuentes
como variables abstractas. Sigue a la exposición
en una obra colectiva sobre
la historia de las ciencias del problema la forma de irlo solucionando paso textos contables, listas de profesiones y referencias
16 (París, Bordas, 1989). por paso, para llegar finalmente al resultado. Cada en textos literarios o históricos.
ft-ÁÜl
MI -A-
- J\-
l'A

* -Á

Arriba, un extracto de la
gran tabla de duplicación
de las fracciones impares
del papiro Rhind. Este
papiro, que data del
Imperio Medio (2040-1785)
y fue recopiado en la época
de los hicsos (1650-1551), es
una de las escasas fuentes
disponibles para el
conocimiento
de las matemáticas del

Antiguo Egipto.

A la izquierda, tablilla
mesopotámica de comienzos
del segundo milenio a.C.

Sin embargo, es infructuosa la búsqueda de Pero lo más probable es que el joven gra¬
ia sola mención de un "matemático" en el sen- duado ejerciera como contable, calculando el tra¬
lo moderno del término, esto es, un individuo bajo, las raciones, los terrenos y los cereales. Estos
e trabaja en una comunidad reconocida de in- . escribas estaban omnipresentes, y su diligente
stigadores con objeto de ampliar nuestros co¬ actividad al servicio de su señor está minuciosa¬

cimientos de las propiedades de los números mente representada en los frescos murales egip¬
las cifras. En las antiguas lenguas de Egipto y cios y en los relieves asirios. Su posición aparece
ssopotamia no existía una palabra para desig- como subalterna pero privilegiada. Al igual que
r a un "matemático". sus colegas que habían elegido la docencia, no eran
Así pues, el joven escriba podía seguir dos ellos los depositarios del poder en aquellas anti¬
mbos distintos. Unos cuantos se dedicarían a guas sociedades, pero estaban al servicio de
enseñanza de las matemáticas y tal vez inven¬ quienes regían sus destinos y gozaban de suficien¬
ían nuevos problemas para presentarlos a la tes privilegios como para haber sido inmortali¬
óxima generación de alumnos, lo que, con el zados en los muros de sus amos como signo
so del tiempo, iría ampliando y perfeccionando visible de ese poder que tanto se esforzaban por
acervo de técnicas matemáticas de su tiempo. contabilizar. 17
INDIA
Lilavati, la graciosa
aritmética
POR FRANCIS ZIMMERMANN

OS sabios árabes, presentes en la India desde la casualidad sino que respondían a las preocupa¬
1 exto sánscrito del año el siglo VIII de nuestra era, hicieron en los textos ciones tradicionales de la India, cuyos sabios han
750 con dibujos de figuras sánscritos dos descubrimientos capitales que de¬ mostrado siempre un gusto y un talento parti¬
geométricas. Manuscrito de sarrollaron posteriormente por su cuenta y trans¬ cular en relación con la gramática.
fecha desconocida. mitieron a Octidente: la escritura de los números

en el sistema decimal, con la noción de cero por


Matemáticas y escritura
1 agina de la derecha, reloj una parte y, por otra, la trigonometría de los
senos. Estas incursiones de los matemáticos de la
de sol del Observatorio al Las matemáticas comparten, en efecto, con todas
aire libre de Jaipur (India), India antigua en el ámbito de la escritura, del cál¬ las demás disciplinas científicas de la India antigua
construido en 1728. culo y de la triangulación no eran producto de ciertas limitaciones y un estilo ligados a la lengua
sánscrita y a la versificación.
Los grandes textos matemáticos están en sáns¬
Problema de aritmética tomado
crito; en principio, son la obra de un brahmán.
del Lilavati (Aritmética) Un texto básico a menudo elíptico
de Bhaskara, matemático indio (es el significado de la palabra sutra) o bien estrofas
que se aprenden de memoria es objeto de una
del siglo XII.
sucesión ininterrumpida de comentarios en prosa.
Estos esclarecen el sentido junto con confirmar
WttfUfefBWtfWWto ftsf'H ait- el carácter aforístico de los textos antiguos, con¬
cebidos manifiestamente como resúmenes de la
iÎJBif'39'îi .«*»»§ $z<á «fiwnww 1
enseñanza de un maestro deseoso de dejar su
impronta en la memoria de sus discípulos.
eTriifa jwat 3 ij$îisfe«^t *? n

Ejemplo de reducción de fracciones


al mismo denominador
Cifras y simbolismos numéricos
Existen testimonios antiguos del empleo de cifras,
De un enjambre de abejas, 1/5 de las abejas vinie¬
ron hacia una flor de loto, 1/3 hacia un banano.
en el sentido de símbolos gráficos, en las inscrip¬
(Un número igual a) tres veces la diferencia entre ciones en piedra o en cobre que estudian los ar¬
las dos (cifras precedentes) bella con ojos de queólogos. Así, las cifras 4 y 6 se han encontrado
gacela! (voló) hacia un árbol Codaga (con corteza en las inscripciones de Asoka que datan del siglo
amarga, sucedáneo de la quina). Otra, por último, III a.C; pero están poco presentes en los textos
balanceándose, deambula por aquí y por allá en los matemáticos propiamente dichos. Los denomi¬
aires, atraída al mismo tiempo por el delicioso per¬ nados números "arábigos", porque fueron trans¬
fume del jazmín y del pandano. Dime, querida mía, mitidos por autores árabes, dieron origen a los
¿cuántas son esas abejas?
números indios; pero por lo general se emplean
poco en los textos sánscritos, en los que los nú¬
Llamemos x el número de abejas:
meros se indican en letras o se simbolizan me¬
x =_x+2L+ 3 x il "J) + 1
diante ordenaciones alfabéticas.
5 3 3 5

Los números se disponían verticalmente en


Reduciendo las fracciones a un común denomi¬
varias líneas; por lo menos es lo que se desprende
nador, se obtiene:
del comentario del Aryabhatiya compuesto por
x = 3_x +5_x + 3 x (5 -3}_ + 1 Bhaskara el Antiguo en 629 d.C. Ahora bien, que
15 15 15 15
estén hechos en papel o en hojas de palmera, los
15 manuscritos indios por lo general no duran más
18 de tres siglos; transcurrido este lapso, son
destruidos por los insectos o por el moho. Los Dronce del siglo XI que
manuscritos de ese comentario que han llegado representa a Shiva
hasta nosotros son copias modernas y no pueden Vinadhara. La palabra
constituir un testimonio de la forma de escribir sánscrita Rudrasya (los
cinco rostros de Shiva)
en una época anterior. El manuscrito de Bakhsali
simboliza el 5.
(siglo XII) es sin duda en ese sentido el documento
más antiguo: ilustra operaciones en números ará¬
bigos dispuestas en varias líneas, en unas especies
de cartuchos o recuadros.

En cuanto a los textos matemáticos clásicos,


la ausencia de símbolos gráficos, de cifras, en los
aforismos o las estrofas no impide que se recurra
a un simbolismo. Simplemente, ese simbolismo
es de carácter gramatical o retórico. Las cifras se
representan mediante clichés literarios y metáfo¬
ras, gracias al juego ilimitado de sinonimias que
caracteriza la lengua sánscrita. Así, nayana (ojo)
o bahu (brazo) son nombres del número dos. Agni
(el fuego) designa el 3 (hay tres fuegos rituales vé-
dicos) y adri (montaña) designa el 7 (las siete mon¬
tañas de la India en la geografía religiosa). Los
vocablos sánscritos para "cielo" o "espacio" de¬
signan el cero. El orden del enunciado de las cifras
en el interior del número es el inverso del nuestro:

23 se dice agni-nayana.
Este simbolismo es útil para escribir en verso
series de números que hoy día se presentarían en
forma tabulada. En los almanaques, en la India
como en otras partes desde hace siglos, los datos sistema katapayadi, muy difundido en el sur de la
astronómicos se disponen en columnas de cifras, India, que permite expresar los grandes números
pero esta forma de presentación, inventada por y las tablas trigonométricas en forma de juegos
los árabes, es relativamente reciente. Las series de de palabras, aforismos o estrofas mnemónicos. El
cifras en los textos sánscritos antiguos aparecían sistema es suficientemente flexible como para per¬
en forma de versos o de estrofas. mitir escribir números recurriendo a expresiones
Otro tipo de simbolismo numérico utilizado que admiten una doble interpretación. Por
frecuentemente en los textos astronómicos y ma¬ ejemplo, acaryavag abhedya, exhortación brahmá-
temáticos se basa en el alfabeto sánscrito. Varios nica que significa literalmente "no debe traicio¬
son los sistemas empleados, y en particular el narse la palabra del Amo", es la escritura en clave
del número 1434160, cronograma que designa el
día 1434160 de la era Kali, día en que el filósofo
Sankaracarya introdujo ciertas reformas.
La relación entre la circunferencia
¿Tuvo en este caso la escritura poética una
y su diámetro influencia sobre el razonamiento? ¿Existía acaso
an carácter específico, algo especial en el pensa-
niento y en la posición social de los matemáticos
ndios que los movía a volcar su enseñanza en el
*J y H4M[c|khulWlUs=fr -yriHÍ(UII«£: II
nolde de un discurso literario?

caturadhikam satam astagunam dvasastis t.uh.i


sahasrânâm
"Especialistas en astros"
ayutadvayaviskambhasyasänno vrttaparinähah
Nunca hubo en la India una casta de matemáticos,
"Sumar cuatro a cien, multiplicar por ocho, sumar ni verdaderamente una escuela. Los matemáticos,
todavía sesenta y dos mil. Se obtiene así un valor
si denominamos así a los autores y a los usuarios FRANCIS
aproximado (asanna) de la circunferencia de un cír¬ ZIMMERMANN,
de los textos sánscritos que tratan de geometría,
culo cuyo diámetro es de dos miríadas." filósofo y etnólogo francés,
de aritmética y de álgebra, trabajaban en relación es director de

Este verso de Aryabhata, matemático indio del siglo más o menos estrecha con los especialistas en el investigaciones del Centro
ritual védico o brahmánico. Brahmanes o Nacional de Investigaciones
IV, nos da la más antigua formulación sobre el valor Científicas (CNRS) de
aproximado de la relación que más adelante se deno¬ miembros de castas elevadas, de cultura sánscrita, Francia. Ha publicado
minará pi: eran, en la clasificación de los hombres de ciencia, recientemente Le discours

des remedes au pays des


jyotirvid, "especialistas en astros." La mayoría
circunferencia 62832 épices (El discurso de los
de los textos matemáticos figuran en tratados de remedios en el país de las
3,1416
diámetro 20000 astronomía; la trigonometría, por lo demás, no especias, 1989).

adquiere todo su sentido sino en el estudio de las


20 distancias angulares entre los astros.
Como todas las ciencias (las sastra) brahmá-
nicas, las matemáticas se cultivaron en principio
con fines religiosos: contribuían a la ejecución
adecuada de los ritos. Nada sabemos de la vida

de los grandes matemáticos, pero podemos ima¬


ginar sin temor a equivocarnos el marco ritualista
y escolástico en el que trabajaban pues impregna
el estilo de los textos sánscritos. Apoyándose en
un texto que los alumnos aprendían repitiéndolo
palabra por palabra hasta que "se les pegara en
la garganta" (lo supieran de memoria), la ense¬
ñanza oral del maestro proporciona las ilustra¬
ciones, las demostraciones y las operaciones que
implica el texto. Este es una llave que abre el
campo del saber, un instrumento de realización
espiritual.
El Lilavati de Bhaskara (siglo XII) desempeña
tradicionalmente este papel para la aritmética y
por ello concluye con una estrofa con doble sig¬
nificado en la que Bhaskara compara su Lilavati,
su "graciosa" (palabra que también designa la arit¬
mética), con una mujer adornada de todas las
bellezas de la jati (término que significa a la vez
un noble "linaje" y, en sentido técnico, la reduc¬
ción de las fracciones al "común denominador"):
"Júbilo y felicidad no cesarán de aumentar en es¬
te mundo para los que la tienen kanthasakta,
estrechamente enlazada o pegada en la garganta
(repitiéndola hasta saberla de memoria)."

De la geometría ritual
al tratado de Bhaskara

Los textos más antiguos que han llegado hasta no¬


sotros son los sulbasutra, "aforismos sobre los cor¬
deles", que fueron compuestos probablemente
entre los siglos V y I a.C. Consisten en textos que
establecen las reglas de construcción de los altares,
hechos de ladrillos amontonados en formas sim¬

bólicas, para el ritual de los sacrificios védicos.


Las construcciones geométricas que en ellos se en¬
señan se basan en el conocimiento de numerosos

casos particulares de triángulos rectángulos (lados


3-4-5, por ejemplo, o 5-12-13, 7-24-25, etc.) y en I\anda, padre adoptivo de un trabajo de construcción geométrica que efec¬
la regla general de que "la cuerda diagonal de un Krishna, consultando a un tuará el lector o el comentarista. Incluso en ál¬

rectángulo produce (al construirse sobre ella un astrólogo. Miniatura de la gebra, la forma de razonamiento más típica asocia
cuadrado) a la vez lo que producen separadamente escuela de Kangra (fines del áreas a los productos de factores e implica la cons¬
el largo y el ancho, y la cuerda diagonal de un siglo XVIII).
trucción de una figura.
cuadrado produce (al construirse sobre ella otro Se sostiene a menudo que los indios no fueron
cuadrado) el doble de su área". Es la fórmula geómetras sino algebristas. En realidad, a cada ins¬
india del teorema de Pitágoras. Aquí esta regla no tante en los comentarios sobre los textos de Ar-
se formula como un teorema sino como un afo¬ yabhata (siglo VI), Brahmagupta (siglo VII) y
rismo, una disposición para la buena marcha del Bhaskara (siglo XII), la geometría permite la apli¬
ritual, una regla de construcción. La propia pa¬ cación de reglas de aritmética y de álgebra. Se
labra sutra, que en un principio designaba un es¬ tratan al mismo tiempo, como dos aspectos de
tilo, el aforismo, llegó a significar una "regla", una misma realidad, una magnitud geométrica y
y en sentido técnico, en los tratados ulteriores, un conjunto numérico. La solución algebraica
una regla de construcción. viene a incorporarse en la construcción geomé¬
No hay teoremas en las matemáticas indias trica. Demostrar es exhibir la solución, hacerla
sino reglas que son objeto de una intuición en el intuitivamente manifiesta y, como dice el comen¬
punto de partida del razonamiento. Las reglas, los tarista: "La demostración por las cantidades debe
aforismos y las estrofas mnemónicos de los textos exhibirse a los que no comprenden la que se ob¬
básicos no son el resultado de una demostración, tiene por las áreas." Así, en matemáticas indias,
sino, por el contrario, disposiciones con miras a razonar es aclarar una intuición. 21
CHINA
Las llaves del
POR JEAN-CLAUDE MARTZLOFF

JL/OS antiguos chinos definían sus matemáticas


como "el arte del cálculo" (suanshu), que consiste
en realidad en un vasto conjunto de prácticas y
de corrientes que se desarrollaron en el mundo
chino entre el primer milenio antes de nuestra
era y la caída de la dinastía manchú, en 1911. Ul¬
teriormente, las matemáticas chinas se occiden-
talizaron y el saber matemático tradicional se
tornó casi impenetrable sin una formación clásica.

Adivinación, astronomía
y matemáticas
Aunque la escritura china cumplía una impor¬
tante función ya en la época remota en la que se
constituyeron los grandes textos canónicos chinos
(los "clásicos", elemento esencial de la formación
de las elites intelectuales de todas las épocas), las
matemáticas no se consideraban un saber que va¬
liera la pena preservar en textos autónomos.
No obstante, las matemáticas aparecen ya al
surgir lo que el sinólogo L. Vandermeersch cali¬
fica de "racionalidad divinatoria", organizada en
sus comienzos en torno a la adivinación mediante

el carey de tortuga, los huesos de diversos cuadrú¬


pedos o la aquilea.1 Esta adivinación fundaba sus
pronósticos en la interpretación de los signos na¬
turales más variados, especialmente meteoro¬
lógicos y astronómicos (arco iris, halos, vientos,
meteoros, conjunciones astrales, eclipses, manchas
solares, posición de los astros, etc.). Sin embargo,
esta estructuración mágica del mundo no excluía
los medios de investigación puramente racionales;
los adivinos intentaron, con cierto éxito, incor¬
porar todo lo que observaban en esquemas nu¬
méricos y aritméticos, destinados al registro de
los signos memorables del pasado y a la predic¬
ción de ciertos acontecimientos recurrentes. Al¬ Las 1420 estrellas
gunas predicciones relativas a fenómenos celestes de este mapa polícromo
periódicos y regulares comenzaron a verificarse del cielo, que data de 1453,
decoran el techo artesonado

1. Aquilea o milenrama: planta de hojas recortadas, de la familia de una sala del templo d<
22 de las compuestas. Longfu, Beijing.
claramente, lo que dio origen al calendario y a mente una situación social modesta y sus cono¬
la astronomía-matemática. cimientos se transmitían de generación en gene¬
Ahora bien, cada dinastía solía afirmar su legi¬ ración, a menudo se denigraba su actividad y no
timidad mediante el establecimiento de un nuevo se veía en ella más que estancamiento y respeto
sistema de cálculo cuyas técnicas debían servir obtuso de la tradición.

tanto para apreciar los acontecimientos del pasado, En realidad, se advierte más bien una extra¬
consignados por los redactores de anales, como ordinaria permanencia de los conflictos que opo¬
para predecir los acontecimientos futuros. Por lo nían a las escuelas rivales. Desde el comienzo de

tanto, la clase dirigente necesitaba personas com¬ nuestra era hasta el siglo XVI el calendario fue
petentes en la práctica de los cálculos astronómi¬ reformado por lo menos cincuenta veces. Esos
cos y de calendarios. Así nació, poco a poco, un conflictos, empero, resultaron más constructivos
cuerpo especializado de cronólogos imperiales que que destructivos, pues llevaron a una adecuación
cumplían simultáneamente funciones de progresiva entre la realidad observada y los cál¬
historiadores-analistas y de astrólogos-calendaristas. culos previos.
La persistencia de las exigencias de quienes es¬ Lamentablemente sólo han llegado hasta
taban en el poder explica que en China la escena nosotros unas pocas obras dedicadas exclusiva¬
Yao, emperador
matemática haya estado dominada por la bús¬ mente a la astronomía-matemática; a menudo sólo
legendario, encarga a los
astrónomos Hsi y Ho que
queda de procedimientos adecuados para predecir existen monografías redactadas por letrados no
establezcan el calendario y los grandes acontecimientos celestes (conjun¬ especialistas e insertadas en forma abreviada en
ciones, ocultaciones, eclipses). los sucesivos anales dinásticos.
rindan homenaje a los
astros. Grabado de fines de Sin embargo, como los astrónomos-
la época manchú (1905). calendaristas de la China imperial tenían general- Los funcionarios matemáticos

del Celeste Imperio


Bajo la dinastía Han (206 a.C-220 d.C.) aparece
otra clase de matemáticas, consignadas ahora en
manuales autónomos e independientes compues¬
tos por colecciones de problemas acompañados
de recetas para resolverlos y agrupados en capí¬
tulos en función de centros de interés determi¬

nados. Con frecuencia, los datos son tan precisos


y los enunciados tan realistas que casi permiten
reconstituir cabalmente la vida socioeconómica

de la China en determinadas épocas. No se deja


de lado ningún detalle concreto, trátese ya de la
recaudación de los impuestos, de las prestaciones
personales, de los pesos y medidas, de la moneda,
de la construcción de diques o de canales, ya de
gestión de la mano de obra o de los transportes
terrestres o fluviales, de asuntos policiales o de
logística militar. Con estos manuales se formaron
las generaciones de "funcionarios-matemáticos"
que requería la burocracia imperial.
La dinastía Tang (618-907) había establecido
un sistema de exámenes que sancionaba ciclos de
estudios relativos tanto a las letras como a las ma¬

temáticas. Aunque en los programas de estudios


las matemáticas figuraban en último lugar, los es¬
tudios de esta disciplina en el Guozijian, el "Co¬
legio de los hijos del Estado", duraban siete años
y comprendían las "Diez obras canónicas de ma¬
temáticas" (Suanjing shi shu). Bajo los Song del
Sur, en 1084, las autoridades centrales considera¬
ron conveniente hacer imprimir todos los ma¬
nuales de matemáticas, pero después de 1230 se
excluyeron definitivamente las matemáticas de
estos programas de exámenes que pasaron a abar¬
car solamente las materias literarias.

Paradójicamente, los breves periodos de ins-


titucionalización de la enseñanza de las matemá¬

ticas no fueron aquellos en los que éstas alcan¬


zaron su apogeo. Por el contrario, los progresos
)5E*gga TWmBXMVWWMSSÍ más sobresalientes coincidieron con fases de divi¬
24 sión del Imperio, de guerras y de descomposición
de la burocracia. En la época de los Reinos Com¬
batientes (453-222 a.C.) una secta de monjes
predicadores, los Mohistas (discípulos de Mozi),
elaboró los rudimentos de una lógica que cayó
rápidamente en el olvido. En la etapa de la divi¬
sión de la China en tres reinos (220-265) apareció
el matemático más importante de la China anti¬
gua, Liu Hui, autor de verdaderas demostraciones
matemáticas, y de cuya vida lamentablemente
nada se sabe. En tiempos de las conquistas de los
mongoles se ven surgir repentinamente soluciones
inéditas que se olvidan con la misma rapidez.
En la misma época aparece Zhu Shijie, origi¬
nal profesor itinerante que, hacia el año 1300, re¬
corría China enseñando los resultados de sus

investigaciones. También en esos años turbulen¬


tos el ermitaño Li Zhi (1192-1279) organizó un
círculo privado dedicado al estudio de los miste¬
1 roblemas de trigonometría esférica de los rios del mundo y del número, que dio origen al
astrónomos-calendaristas Kuo Shou Ching (1276, a la izquierda) álgebra china. Finalmente, en el siglo XIX, poco
y Hsing Yun Lu (1600, a la derecha). después de la guerra del opio, cuando el Imperio
chino se encontraba en una situación desastrosa,

1 apa de un cofre de la época de los Reinos Li Shanlan (1811-1882), habiendo fracasado en los
Combatientes (hacia 433 a.C): la Osa Mayor, en el exámenes literarios, se entregó a las delicias del
centro, rodeada de los nombres y símbolos arte y descubrió asombrosas fórmulas sumatorias
de las 28 casas lunares.
acabadas, perfectamente correctas, que un siglo
más tarde iban a sumir en la mayor perplejidad
a matemáticos de tanta envergadura como el hún¬
garo Paul Turan.
Las razones por las cuales las matemáticas flo¬
recían de esta manera tan súbita como efímera son

obscuras. Es posible que la anarquía política li¬


berara a la elite intelectual de la obligación de pre¬
parar los esterilizantes concursos que daban
acceso a los cargos de mandarín. Como el confu¬
cianismo, ideología dominante, atribuía a las ma¬
temáticas un lugar subalterno, quienes se sentían 25
Atraídos por esa disciplina podían dar libre cur¬ gendraron a veces el gusto por las matemáticas
so a sus inclinaciones sin correr ningún peligro. puras, independientes de sus aplicaciones.
A partir del siglo XVIII, algunos amantes de También podríamos destacar el papel que de¬
la filología y especializados en crítica de textos sempeñaron los contactos con los extranjeros: con
concibieron la idea de recurrir a las matemáticas los indios en la época de la difusión del budismo
como ciencia auxiliar de la historia. Hubo quienes durante el primer milenio de nuestra era, con los
procuraron utilizar la astronomía matemática pueblos árabes y persas durante la expansión
para verificar la autenticidad de los clásicos, tra¬ mongol, o con los misioneros europeos a partir
tando, por ejemplo, de determinar mediante el de fines del siglo I.
cálculo la realidad histórica de ciertos aconteci¬ Antes de 1600 se observan coincidencias con

mientos naturales mencionados en documentos matemáticas de otras culturas, sin que se pueda
antiguos (sobre todo eclipses lunares o solares). decidir si son una muestra de influencias recípro¬
Otros se apasionaron por el estudio de las "cien¬ cas o simplemente de una evolución paralela.
cias concretas": economía monetaria, hidráulica, Por ejemplo, el cero chino, que aparece por
ingeniería civil, arquitectura, etc. Estas incur¬ vez primera hacia 1200 en tablas astronómicas
siones por senderos solitarios y escarpados en y que se representa por escrito en forma de un

Kjuadrante lunar
ecuatorial en bronce dorado

de la época de la dinastía
26 Qing (1744).
El sistema numérico chino

Hacia el siglo III a.C. se


desarrolla en China el
8 9
empleo de varillas para UNIDADES

escribir los números. Las CENTENAS

unidades se anotan DECENAS DE MIL


TIÏI
verticalmente y las decenas
horizontalmente. El valor DECENAS

de los signos se determina MILES

por su posición:

EN CONSECUENCIA EL NUMERO

34.567 SE ESCRIBÍA ASÍ:


= mu i. t

pequeño círculo, como se hace actualmente, principios no excluyen de ningún modo el


podría ser de origen indio. Numerosas represen¬ empleo de un sistema axiomático pero, en reali¬
JEAN-CLAUDE
taciones matemáticas, antiguas o medievales, dad, las figuras chinas no son generalmente obje¬ MARTZLOFF,

helénicas, indias, árabes, europeas o chinas, pre¬ tos ideales abstractos, sino más bien piezas de un sinólogo francés, es
encargado de investigaciones
sentan semejanzas sorprendentes. En China y rompecabezas, perfectamente tangibles, que es po¬ del Centro Nacional de
en Grecia existían técnicas matemáticas muy sible distinguir gracias a su color y manipular a Investigaciones Científicas
similares: la determinación del volumen de la voluntad. La geometría china se basa esencialmen¬ (CNRS) de Francia.
Ha estudiado, en particular,
pirámide, primero por Euclides y más tarde por te en ingeniosas disecciones que permiten mostrar los intercambios entre la

Liu Hui (siglo III de nuestra era); el cálculo del ciertos resultados. Un procedimiento de esta na¬ ciencia cbina y otras
tradiciones científicas. Es
volumen de un sólido mediante la intersección turaleza desempeña un importante papel, pues autor de una historia de las
de dos cilindros ortogonales, efectuado por sirve no sólo para calcular áreas y volúmenes, sino matemáticas chinas

Arquímedes y por el mismo Liu Hui; y podrían también para poner de manifiesto algunas pro¬ (París, Masson, 1987).

citarse muchos otros ejemplos. piedades relativas al triángulo rectángulo, para el


Aunque estas coincidencias expresen esencial¬ cálculo de la suma de series, la resolución de
mente verdaderas influencias, las matemáticas ecuaciones o de sistemas de ecuaciones, y para de¬
chinas poseen una coherencia interna y su propio mostrar en forma visual el equivalente de las
modo de desarrollo. "identidades extraordinarias".

Es más, la geometría china no considera es¬


La originalidad candaloso (como lo habría hecho Euclides) re¬
de las matemáticas chinas currir al cálculo o a cualquier arbitrio que pueda
ser útil en una situación determinada. En una pa¬
No se hallarán en las matemáticas chinas los ra¬ labra, no repara en medios. Este rasgo proviene
zonamientos geométricos insertados en tramas ló¬ sin duda del taoísmo; en efecto, se sabe que los
gicas y discursivas a base de axiomas, de postu¬ matemáticos chinos de los siglos III a V de nuestra
lados, de definiciones o de teoremas, ni las ver¬ era admiraban incondicionalmente a Zhuangzi,
dades absolutas al estilo euclidiano, sino solamente padre del taoísmo filosófico, que negaba que el
verdades relativas y provisionales. En geometría el lenguaje fuera un medio fundamental de acceso
no hay ángulos ni paralelas, sino únicamente lon¬ a la realidad.

gitudes, áreas y volúmenes. Tampoco existe un Sosteniendo que sus límites quedaban de¬
álgebra semejante a la árabe, ni la búsqueda de mostrados por los razonamientos falaces de los
raíces de ecuaciones mediante radicales o por in¬ sofistas, había llegado a la conclusión de que el
tersección de Curvas algebraicas, ni el álgebra "re¬ razonamiento discursivo, capaz de engendrar
tórica", es decir, expuesta por escrito en frases conclusiones a todas luces falsas, no era un medio
largas y verbosas. seguro de aprehender la realidad. De ahí que los
No obstante, las matemáticas chinas no se matemáticos chinos, bajo la influencia del taoís¬
fundan en procedimientos puramente empíricos. mo, confiaran muy poco en el lenguaje. En cam¬
En realidad, se basan en razonamientos o en pro¬ bio, se observa en ellos una tendencia a emplear
cedimientos operatorios construidos en torno a todos los medios a su alcance, sin menospreciar
principios heurísticos; se trata de poner de relieve jamás el testimonio concreto de los sentidos. Esto
el proceso de descubrimiento antes que presentar explica que fueran propensos a los cálculos y a
los detalles del razonamiento de lo ya adquirido. toda clase de manipulaciones que les permitieran
Por ejemplo, uno de los principios cardinales de evitar la verbalización, y que sólo recurrieran en
la geometría china estipula que el área o el volu¬ última instancia al razonamiento discursivo.

men de una figura no experimentan variación al¬ Cabe preguntarse cómo es posible que una
guna después de fragmentarla y de volver a matemática tan invadida por lo concreto haya
ensamblar los trozos, incluso si el número de és¬ producido resultados tan complejos. En realidad,
el carácter concreto de las manipulaciones chinas 27
tos se torna potencialmente infinito. Este tipo de
no supone en absoluto una falta de abstracción; en el uso de instrumentos para calcular. Sin duda,
muy por el contrario, algunos resultados obteni¬ el más conocido de estos instrumentos es el abaco,
dos mediante la manipulación de piezas de rom¬ que apareció tardíamente (hacia el siglo XV). La
pecabezas suponen un gran ingenio y una práctica de los matemáticos chinos se basaba ante
extraordinaria capacidad de abstracción. todo en la manipulación de varillas de calcular
Además, los matemáticos chinos se vieron a Chosuan, cuya posición relativa permitía distin¬
menudo obligados a deformar a sabiendas la reali¬ guir los diversos coeficientes numéricos de las
dad, pues les era muy difícil enseñar su disciplina ecuaciones. Expresados en forma de configura¬
respetando escrupulosamente la profusión y la ciones de la posición de las varillas de calcular,
complejidad de las experiencias vividas. Por esta los problemas chinos quedan en cierto modo de¬
razón muchos problemas chinos ocultan, bajo purados de su contexto concreto y pasan a depen¬
una apariencia concreta, situaciones puramente der únicamente de procedimientos de cálculo
ficticias: valores muy grandes o muy pequeños, preestablecidos.
imposibles en la realidad, o desprovistos de sen¬ Se trata del método conocido por el nombre
tido, como por ejemplo un número de hombres genérico de fangcheng (en esta palabra, fang sig¬
no entero; datos combinados entre sí de manera nifica "cuadrado" o "rectángulo" y cheng signi¬
arbitraria con respecto a la realidad, especialmente fica "repartir"; es pues un método que consiste
s
cuando se añaden aritméticamente áreas a volú¬ en distribuir números distinguiendo dos direc¬
menes y a precios; inversión del papel de los datos ciones principales y formando un cuadrado o un *" ^V
y de las incógnitas, cuando se pide calcular las di¬ rectángulo, o sea, como diríamos ahora, una
mensiones de los objetos a partir de sus volúme¬ "matriz"). Además, había dos clases de varillas,
nes, el capital a partir.de los intereses devengados, las rojas y las negras, es decir, las positivas y las
o la cantidad de mercancías sobre la base de la negativas, que representaban las fuerzas comple¬
V o O f K*Uf» <-*->* "
parte recibida por cada uno. Claro está, estos pro¬ mentarias que organizan el universo chino, el yin
cedimientos permiten el acceso a situaciones y el yang.
mucho más interesantes desde el punto de vista Estamos pues ante un álgebra "instrumental",
matemático que desde el de la vida cotidiana. que elude todo razonamiento discursivo. De allí t l-JUJUXJbj» «**"»
Sobre ese terreno "ficticio" se desarrolló el procede su vigor, pero también su debilidad; en «.*\, y» «* «
álgebra china. En los manuales más antiguos se sus procedimientos manipulatorios, los cálculos
observa la acumulación de recetas de cálculo útiles desaparecen a medida que se efectúan. Este "arte
para solucionar tipos limitados de problemas. En de las varillas" se asemeja al arte del virtuoso que
el caso extremo, cada problema constituye un ejecuta una partitura sin mirarla; no es casual que R-*Ti p 'Tin? *Á
caso particular, aunque más tarde aparecieron algunos matemáticos chinos comparen explícita¬
procedimientos uniformes capaces de resolver mente las matemáticas con la música.
11/ fcjUI»ï»l"'«OfV*
tipos cada vez más amplios de problemas. En este Cálculo y manipulación, tales son los ingre¬
nuevo marco, la fantasía concreta ya no sirve dientes básicos de una matemática que nunca se
como guía en la búsqueda de soluciones. sintió limitada por ningún sistema dogmático, y
Empero, nada de todo esto tendría importan¬ que integró sincréticamente, en diversos momen¬
cia sin la intervención del cálculo. La originalidad tos de su historia, numerosos elementos venidos
china consiste en este caso en una práctica basada de otros lugares.

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[~*P)JL»<bïCUPt&

Los Elementos de
1 abla de multiplicación Euclides. Manuscrito griego
28 (1593). del siglo XII.
F Tt*rZJL>P9p*Trm.
ANTIGUA
GRECIA
La odisea de la razón
POR BERNARD VITRAC

JL/S un lugar común poner de relieve la contri¬


bución fundamental de las matemáticas griegas al
desarrollo de esta ciencia en Occidente. La desig¬
nación misma de "matemáticas" y "matemáti¬
V
cos" o sus equivalentes en la mayoría de las
*-* 0-1- \<-' - -l'^Q- /^' lenguas europeas modernas son de origen griego,
derivados del verbo "conocer, aprender"; mathe-
ma significa en griego "lo que se enseña", esto
es, todas las formas de conocimiento, antes de que
esta palabra, en plural, adquiriera en la época clá¬
líi» "P ï xjrrnr^oeop fc^op fl ^. sica el sentido más especializado que nosotros le
damos: "ciencias matemáticas".

Se sabe poco sobre la enseñanza de las mate¬


máticas en la Antigua Grecia. Al parecer, algunas
« > / escuelas filosóficas, en una época en la que la
» o ^y^r»»»*! cunero «n»o»7fl«i» especialización intelectual no era todavía habitual,
tuvieron un importante cometido en la forma¬
ción de los matemáticos. En la época clásica se
habla incluso de escuelas llamadas "científicas",
\-»«^ «
«x/^KjVq-r como la de Quíos o la de Cízico, pero ignoramos
H»» ïw^tttsc u e «H *>Vp 60 -sí. « si impartían una formación general o especiali¬
zada y si eran algo más que un grupo de discípulos
en torno a un maestro prestigioso. Al igual que
* '~s,^_*l * ^ * V..* .? - con la medicina, de la que se tienen pruebas más
sólidas y antiguas de la existencia de escuelas, hay
indicios de que el medio familiar pudo influir en
la formación del sabio. Tenemos muy pocos datos
biográficos de los matemáticos, pero se sabe, sin
embargo, que Arquímedes era hijo de un astró¬
/-o v * ' r*v * 1 /
nomo, Hipsicles de un matemático, y que los geó¬
"M ' »p rM «A C K.«4o>i f 1 xaaj E * metras Menecmo y Dinóstrato eran hermanos;
en cuanto a la única mujer griega de la que se sabe
que se dedicó a las matemáticas, Hipatia, era hija
del matemático Teón de Alejandría.
En la Grecia de la época clásica no existe un
estado centralizado como los del Cercano Oriente

de la Antigüedad en los que muy pronto se hizo


sentir la necesidad de formar una clase de escri¬

bas "funcionarios". Existen tan sólo pequeñas


ciudades independientes, permanentemente
triff *- v .. , j \
enfrentadas, u organizaciones gentilicias cuyas
t»^-. airttfoüjruíofvqcu
estructuras estatales poco consistentes no origi¬
u * TJTÍ CO »» «rj *m v*LLu[d^4 4* nan necesidades de formación comparables a las
que se observan en Egipto, Babilonia o China.
Si bien el comercio, la agrimensura o la na¬
vegación exigen un mínimo de conocimientos
matemáticos y aunque el cálculo se enseña en la
escuela elemental, la ciudad griega se interesa poco
por la formación intelectual y técnica de los niños
y jóvenes. La aparición de escuelas, algunas de las
cuales llegarán a ser famosas, se debe a la iniciativa
privada; así, los dos grandes pedagogos atenienses
de principios del siglo IV a.C, Isócrates y Platón, 29
fundan cada uno su propia escuela, el primero de estudio de la filosofía es, del idealismo

retórica y el segundo de filosofía. platónico y también como medio de selección,


Los dos consideran las matemáticas un ins¬ pues esas matemáticas y esa filosofía, convertida
trumento indispensable de la formación intelec¬ en una auténtica ascesis intelectual, forman parte
tual y ambos reconocen la dificultad de esos de un proyecto de reforma política.
estudios, la "gimnasia" y la concentración inte¬ En los siglos III a II a.C. las ciencias matemá¬
lectual que requieren. Pero sus enfoques respec¬ ticas experimentan un auge considerable. La ma¬
tivos son muy distintos: según Isócrates, las yoría de las obras que se conservan de esta época
matemáticas, al igual que los debates contradic¬ pertenecen a matemáticos relacionados de algún
torios que tanto atraen a la juventud, deben modo con Alejandría, capital de la dinastía griega
formar mentes "bien hechas", aunque su conte¬ de los Lágidas que gobierna Egipto desde el 306
nido resulte inútil para el ciudadano cuyo ideal al 31 a.C. Es sabido que esos reyes fomentaron
consiste en dedicarse a la vida política. Para considerablemente una política de mecenazgo que
Platón, si las matemáticas cumplen también una antes se practicaba en ocasiones en beneficio de
función propedéutica, ésta es de muy distinta individuos aislados veces poetas y crea¬
magnitud, pues deben servir de introducción al ron instituciones, las más conocidas de las cuales
son el Museo y la Biblioteca de Alejandría. No
cabe poner en tela de juicio el impulso que dieron
esas instituciones a los estudios literarios. Salta
menos a la vista, tal vez, la correlación con el de¬
sarrollo científico, pero tampoco puede dese¬
charse, ya que el clima que así se había creado sólo
podía serle favorable.
Ignoramos, sin embargo, si los grandes sabios
' de la época (Herófilo de Calcedonia, Euclides,
Straton de Lámpsaco, Aristarco de Samos, Era¬
tóstenes de Cirene, Apolonio de Perga), cuya pre¬
sencia en Alejandría está documentada o es
probable, formaron discípulos, impartieron en¬
señanzas o dieron simples conferencias en el
Museo mismo o con carácter privado; así, no hay
ninguna seguridad de la existencia de una escuela
como tal en Alejandría. De hecho, el Museo sólo
funcionó como una universidad en la época del
Imperio Romano, siendo emulado entonces en
Efeso, Atenas, Esmirna y Egina.

1 itágoras, Los textos matemáticos


grabado del siglo XVI.
Junto a las matemáticas puras, propias de la tra-
I dición griega, existe también un corpus de textos
I matemáticos que denominaremos "calculatorios",
I bastante parecidos a los de las matemáticas egip-
I cias, babilónicas o chinas. Así, un corpus de textos
I matemáticos bastante tardío, atribuido a Herón
I de Alejandría, se compiló y utilizó hasta la época
I bizantina probablemente para dar formación
I matemática a los técnicos. Al igual que en los
I textos babilónicos o egipcios, los problemas plan-
I teados se refieren explícitamente a una situación
I concreta, incluso si ésta no es muchas veces más
que un artificio con fines pedagógicos.
Nada similar existe en los tratados clásicos de
I Euclides, Arquímedes o Apolonio, quienes no
I prestan la menor atención a las aplicaciones prác-
I ticas. La exposición euclidiana de la teoría de los
I números no recurre para nada a ejemplos nume-
I ricos; las obras que se han conservado parecen
I obedecer a las exigencias de una clara delimita-
I ción entre la investigación abstracta y las aplica-
I ciones prácticas. No obstante, si hay una perfecta
I separación de los temas, los mismos autores llevan
I a cabo trabajos tanto de matemáticas puras como
I aplicadas.
1 ales de Mileto,
grabado del siglo XVII.

Cuatro son los rasgos fundamentales que ca¬ gica y pedagógica, del aspecto lógico que se con¬
racterizan esta parte de las matemáticas griegas centra en la arquitectura necesaria y objetiva del
que por convención hemos llamado "puras": razonamiento.
BERNARD V1TRAC,

francés, es profesor de La organización deductiva: los tratados clᬠLa orientación geométrica: incluso en la
matemáticas y dirige, junto sicos como los Elementos están organizados de¬ teoría de los números, la estática o la astronomía,
con J. Ritter, una colección la orientación de los tratados demostrativos es
sobre historia de las
ductivamente; se llega a los resultados por una
ciencias, publicada por la demostración, bien partiendo de resultados de¬ fundamentalmente geométrica. Las matemáticas
Universidad de París VIH.
mostrados previamente, bien de principios ex¬ antiguas recurrieron a simbolismos varios para
Es autor de Medicine et

philosophie au temps puestos al comienzo; cabe decir que se trata de anotar los números y las fracciones, y también
d'Hippocrate (Medicina y un procedimiento axiomático parcial; este proce¬ utilizaron abreviaturas. Pero fue en el empleo de
filosofía en tiempos de
dimiento destaca el aspecto lógico y necesario de las figuras geométricas donde más lejos llevaron
Hipócrates, 1989).
Actualmente prepara una las matemáticas. Hay que señalar, sin embargo, los griegos sus investigaciones sobre las "repre¬
traducción comentada de los
que no siempre es fácil disociar el aspecto retóri¬ sentaciones simbólicas": la posibilidad de descom¬
Elementos de Euclides, cuyo
primer volumen aparecerá
co, que permite conseguir la aquiescencia del lec¬ poner las figuras en elementos, de determinar las
reglas de construcción autorizadas y el descubri- 31
este año. tor o del alumno y persigue una eficacia psicoló
32
miento de propiedades que parecen estar ya "pre¬
sentes" en las figuras son aspectos todos ellos que
se combinaban ya a la perfección con la exposi¬
ción deductiva.
El ideal de ciencia desinteresada: las mate¬

máticas deben estudiarse por afición al saber en sí.


Matemáticas y filosofía: este desarrollo de las
matemáticas puras es contemporáneo del de la
filosofía.

Los filósofos

y las matemáticas

De hecho, al mismo tiempo que van cobrando


auge las matemáticas, surge una especulación a la
vez metodológica e ideológica sobre las ciencias.
La clasificación de Gemino, astrónomo y mate¬
mático griego del siglo I a.C, constituye un buen
ejemplo de ello (véase el recuadro p. 34). Esta cla¬
sificación, que supone la existencia de un corpus
considerablemente desarrollado y muy diversifi¬
cado, retoma y hace suya una diferenciación que
da primacía al estudio abstracto, separándolo de
sus posibles aplicaciones.
Según Aristóteles, las matemáticas estudian
propiedades que pueden ser "abstractas" de los
objetos del mundo físico. Además las matemáti¬
cas, al igual que todas las ciencias demostrativas,
se basan en principios, de modo que una ciencia
puede presuponer otra o, en palabras de Aristó¬
teles, "estar subordinada a otra": la óptica, por
ejemplo, está "subordinada" a la geometría. Exis¬
te, pues, una jerarquía de las ciencias que es de
orden lógico. Es preciso distinguirla de una opo¬
sición, que por lo general recalcan todos los auto¬
res griegos, entre las matemáticas "utilitarias" y
las matemáticas "desinteresadas". Sólo estas últi¬

mas son dignas, a juicio de Aristóteles, de una edu¬


cación liberal: "ser libre" significa ser su propia
causa.

El conocimiento "de adorno" tiene, pues, la


primacía sobre las técnicas necesarias; la ciencia
desinteresada, que tiene su propio fin en sí misma,
es la actividad suprema. Para Platón, las matemá¬
ticas de los Bárbaros, por muy prestigiosas que
sean sus civilizaciones, no son artes, porque no
están libres de las coacciones de la necesidad. Así

pues, la filosofía griega entremezcla considera¬


ciones propias de dos enfoques distintos, el me¬
todológico y el ideológico.
Si los tratados de óptica y astronomía adoptan
la forma de la exposición geométrica, a saber la
deducción, que se presta particularmente bien
a la eliminación de cuanto pertenece al mundo
de lo "sensible" y lo "práctico", no por ello
resulta fácil saber cómo los matemáticos integra¬
ban esta manera de concebir sus actividades. Por

otra parte, no hay que caer en la tentación


de superponer la distinción moderna "puras"/
"aplicadas" a la distinción antigua "inteligible"/
"sensible", ya que no existe ninguna coincidencia
entre ellas.
La referencia al ideal de ciencia "desintere- 33
sada" obliga a plantear el problema de la motiva¬
ción del desarrollo de las matemáticas. Hay que
distinguir los fenómenos que han podido actuar
como causas externas y los que se podrían consi¬
derar causas internas. Entre los primeros, desta¬
quemos la importante función que han
desempeñado la óptica y la astronomía que, para
nosotros, forman parte de la física y que en la An¬
tigüedad se clasificaban dentro de las matemáticas.
Debe sumárseles la estática o ciencia de los

equilibrios.
¿Qué sabemos de las motivaciones internas?
Es posible tratar de descubrirlas en los prefacios
PAGINA ANTERIOR
con los que los autores matemáticos, al parecer
La muerte de desde Arquímedes, inician sus tratados; se observa
Arquímedes", mosaico que que, lejos de ser producto de características psi¬
representa a Arquímedes cológicas propias de la mentalidad griega, la in¬
sorprendido por un soldado vestigación desinteresada presupone la existencia
romano durante la toma de de una comunidad de matemáticos sometida a
la ciudad de Siracusa
ciertas reglas.
(212 a.C.) mientras estaba
Téngase en cuenta, en primer lugar, que esos
abstraído en sus trabajos de
matemáticos no estiman que tengan que justificar
geometría. Según la
tradición, a la orden de su práctica de la ciencia por sí misma; es algo que
rendirse, Arquímedes no requiere ninguna explicación. A lo sumo pre¬
respondió con la frase ya cisan por qué se dedican a las matemáticas y no
legendaria: "¡Por favor no a la física o a la teología; evidentemente, porque
desordenes mis pequeños son seguras y rigurosas, en la medida en que se
círculos!".
ocupan de un objeto "estable" (a diferencia de

La clasificación de las

'mathêmata" por Gemino

Otros, como Gemino, pretenden dividir la ciencia


matemática de una manera diferente. A un lado

colocan lo que se refiere solamente a las cosas inte¬


ligibles, al otro, lo que concierne a las cosas sensibles
o que se relaciona con ellas; llaman sin duda inteli¬
gibles los objetos de contemplación que el alma ela¬
bora en sí misma, apartándose de las formas
materiales. Consideran la aritmética y la geometría
como las dos partes primordiales y más importantes
de la matemática que tratan de las cosas inteligibles,
y en cuanto a las que abordan las cosas sensibles,
son seis: la mecánica, la astronomía, la óptica, la
geodesia, la canónica y la logística.
En cambio, para ellos, contrariamente a la opi¬
nión de otros, la táctica no es digna de ser conside¬
rada una parte de la matemática, aunque utilice ya
sea la logística, como en el empadronamiento de las
tropas, ya sea la geodesia, como en las divisiones
de los terrenos y la agrimensura. Tampoco consi¬ la física) pero, no obstante, "accesible" (a dife¬
deran que la historia y la medicina forman parte rencia de la teología).
de la matemática, aunque los autores de obras his¬ En la época helenística se observa que esos
tóricas recurran a menudo a teoremas matemáticos
matemáticos constituyen una comunidad "inter¬
para indicar la posición de los climas o para calcular nacional" cuyos miembros están diseminados en
la dimensión de las ciudades, sus diámetros o sus
el perímetro de la cuenca mediterránea (Grecia,
contornos, y pese a que los médicos esclarezcan me¬
Asia Menor, Egipto, Sicilia...). Con todo, man¬
diante este tipo de procedimientos muchas cosas de
tienen relaciones personales, bien porque se
su competencia; e Hipócrates y todos los que han
tratado de las estaciones y los lugares han dejado
visiten unos a otros, bien gracias a la circulación
perfectamente en claro la utilidad de la astronomía de sus obras. Se trata ante todo de plantear proble¬
para la medicina. mas a los colegas, de resolver los que ellos mismos
han planteado, de criticar incluso las soluciones
Proclo: Comentario del Libro I de los Elementos de Euclides.
imperfectas que otros han propuesto. Así, algunos
34
matemáticos adquieren una autoridad reconocida;
las publicaciones se someten a sus dictámenes y Ahora bien, no conviene exagerar demasiado esta Ll Faro en el puerto
ellos se encargan de darlas a conocer a quienes es¬ comparación, ya que la diferencia de escala entre de Alejandría
timan dignos. Otros son impostores a los que se una y otra comunidad es muy perceptible: el nú¬ (grabado de 1801).
desenmascarará en su momento planteándoles un mero de eruditos de la época helenística, sobre
problema imposible que pretenderán, empero, re¬ todo de matemáticos, no era superior a algunos
solver. Desde luego, todo ello sucede en el marco centenares. Tampoco caben dudas acerca de la
de relaciones establecidas entre individuos y no precariedad de la comunidad que forman, a falta
en el de una institución en el sentido moderno de una auténtica institución: así, a partir de la
de la palabra. época romana, los mejores autores (Tolomeo,
En definitiva, el ideal de las matemáticas "de¬ Pappus...) parecen preocuparse esencialmente por
sinteresadas" parece depender de la existencia de perfeccionar los resultados ya obtenidos; aparen¬
un grupo dentro del cual los problemas de rivali¬ temente, la emulación y la búsqueda de la nove¬
dad y competencia recuerdan bastante algunas ca¬ dad que caracterizan al periodo anterior han
racterísticas de la comunidad científica actual. 35
desaparecido.
REGIONES

ARABES
Intersección del álgebra
y la geometría PREGUNTAS A ROSHDI RASHED

¿Cómo pueden describirse los comienzos de las


matemáticas redactadas en árabe?

La investigación matemática árabe parece haber


comenzado a principios del siglo IX. En esa
época, en Bagdad, el movimiento de traducción
de las grandes obras helenísticas llega a su apogeo.
Así, al-Hajjaj ibn Matar traduce dos veces los Ele¬
mentos de Euclides, y el Almagesto de Tolomeo;
Hilal ibn-Hilal al-Himsi vierte al árabe los cuatro

primeros libros de las Cónicas de Apolonio. En


el mismo siglo se traducen al árabe varias obras
de Arquímedes, Pappus y Diofanto de Alejandría.
La empresa presenta dos características pri¬
mordiales: las traducciones las realizan matemá¬

ticos de primer orden y se basan a su vez en las


investigaciones más avanzadas de la época. Así,
quien tradujo los libros V a VII de las Cónicas
de Apolonio fue el gran matemático Thabit ibn
Qurra (muerto en 901). Por otra parte, todo in¬
dica que la traducción por Qusta ibn Luqa de las
Aritméticas de Diofanto, hacia 870, se debió a una
investigación ya iniciada sobre el análisis indeter¬
minado o el análisis diofántico racional.

Son múltiples los ejemplos que muestran la


estrecha relación existente entre la traducción, por
una parte, y la innovación matemática, por otra.
En suma, la traducción representa un gran mo¬
mento de expansión en árabe de las matemáticas
helenísticas.

Al-Jwarizmi es el más conocido de los matemá¬


ticos árabes y su nombre está ligado a la apari¬
ción del álgebra. ¿Cómo caracterizar esta
empresa?
Precisamente en esta época, en el siglo IX, y
en ese lugar, la Academia (Casa de la Sabiduría)
de Bagdad, al-Jwarizmi redacta un libro que se ca¬
racteriza por la novedad del tema y del estilo. En
esas páginas, tituladas El libro del álgebra y de al-
muqabala, surge por primera vez el álgebra
como disciplina matemática diferente e indepen¬
diente. El acontecimiento fue crucial y conside¬
rado como tal por sus contemporáneos, tanto por
el estilo de esta matemática como por la ontología
de su objeto y, sobre todo, las extraordinarias po¬
sibilidades que ofrecía para el futuro.
Lo que se había concebido era un ente mate¬
mático suficientemente general para recibir de¬
terminaciones de géneros diferentes, pero dotado .
a la vez de una existencia independiente de esas
determinaciones. En al-Jwarizmi el objeto alge¬
braico remite tanto a un número como a una

cantidad irracional o a una magnitud geométrica.


Esta nueva ontología, así como la combinación
NLiniatura otomana de de los dos procedimientos, el demostrativo y el
1534 que representa la aplicado, impresionaron a los filósofos de la
ciudad de Bagdad. época. 37
Nunca podrá insistirse demasiado en la no¬ En esta perspectiva, ¿podría usted comentar un
vedad de la concepción y del estilo de al-Jwarizmi, ejemplo significativo de este encuentro entre arit¬
que no se basan en ninguna tradición anterior co¬ mética y álgebra?
nocida. Con esta álgebra se captan ya las inmensas Es posible mencionar, a este respecto, la contri¬
posibilidades que se abrirán a las matemáticas a bución matemática árabe en el ámbito de la teoría

partir de ese momento: la aplicación de las dis¬ clásica de los números.

ciplinas matemáticas las unas a las otras. Dicho A fines del siglo IX se tradujeron los textos
de otro modo, si el álgebra, a causa de la genera¬ griegos más importantes, en particular los Libros
lidad de su objeto y de la nueva ontología así aritméticos de Euclides, la Introducción aritmética
introducida, hizo posible esas aplicaciones, éstas, de Nicómaco de Gerasa y las Aritméticas de
a su vez, por su número y su diversidad, modifi¬ Diofanto de Alejandría. A raíz de esas traduc¬
carán sin cesar la configuración de las matemáticas ciones se constituyen varios capítulos de la teoría
después del siglo IX. de los números. Tomemos el ejemplo de la
Los sucesores de al-Jwarizmi emprenden teoría de los números amigos.1 Su evolución
progresivamente la aplicación de la aritmética al comprende dos etapas significativas. La primera
álgebra, del álgebra a la aritmética, de una y otra etapa conduce, en el marco de la geometría eucli-
a la trigonometría, del álgebra a la teoría eucli- diana, a resultados nuevos. La segunda etapa da
De las ecuaciones, texto diana de los números, del álgebra a la geometría, lugar, algunos siglos más tarde, gracias a la apli¬
de Sharaf ai-Din al-Tusi de la geometría al álgebra. Esas aplicaciones entra¬ cación del álgebra a la teoría elemental de los nú¬
(segunda mitad del siglo ñaron la creación de nuevas disciplinas o, al me¬ meros, a la creación de una región no helenística
XII). Manuscrito de 1297. nos, de nuevos capítulos de la ciencia matemática. en lo referente a la teoría de los números. Preci¬

semos ambos aspectos.


Si bien al final del libro IX de sus Elementos

Euclides formula una teoría de los números per¬


fectos, ni él ni Nicómaco de Gerasa enunciaron
la teoría de los números amigos. Thabit ibn

! Qurra, traductor del libro de Nicómaco, revisor


de una traducción de los Elementos y él mismo
eminente matemático, decidió elaborar esa teoría.
Enuncia y demuestra, en el más puro estilo eucli-
diano, el más importante teorema aplicable a esos
números y que hoy día lleva su nombre.
Si se descarta aquí la mística de los números
amigos que tenía vigencia desde la Antigüedad
para considerar solamente a las matemáticas, no
cabe sino constatar que, hasta fines del siglo XVII
por lo menos, la historia de los números amigos
se limita a una evocación de ese teorema de Ibn

Qurra y de su transmisión por los matemáticos


tardíos. Entre estos últimos, cabe citar a los ma¬
temáticos de lengua árabe como al-Antaki, al-
Bagdadi, Ibn al-Banna, al-Umawi y al-Kashi. Estos
nombres prueban suficientemente, tanto por su
diversidad cronológica como geográfica, la gran
I difusión del teorema de Ibn Qurra, que retoman
en 1636 Pierre de Fermât y en 1638 René
Descartes.

La segunda etapa se expresa en el hecho si¬


guiente. El célebre físico y matemático Kamal ai-
Din al-Farisi elaboró una relación en la que in¬
tenta demostrar el teorema de Ibn Qurra, pero
por una vía diferente: basa su demostración en
un conocimiento sistemático de los divisores de

un entero y de las operaciones que es posible apli¬


carles. Al hacerlo procede en realidad a una reor¬
ganización que conduce no sólo a modificar, por
lo menos localmente, la perspectiva de la aritmé¬
t . tica euclidiana, sino también a impulsar nuevos
teoremas sobre la teoría de los números. Cabe

hablar entonces de una región no helenística de


la teoría de los números.

1. Los números amigos son un par de números cada uno de


38 los cuales es igual a la suma de las partes alícuotas del otro.
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71 /a derecha: traducción
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latina de El álgebra de al-
Jwarizmi. Manuscrito de
'M .Wg^ «¿te* fiívl tf.y* ç^\ «*4-4&4
1145. En el extremo

derecho: los Elementos de

Euclides comentados por


Nasir ai-Din al-Tusi

(1201-1274). Manuscrito
persa del siglo XV.
I
Para que este nuevo estudio de los divisores nuevas relaciones que se establecen entre el ál¬
fuese posible, era necesario que el matemático es¬ gebra y la geometría dan origen a nuevas técnicas ROSDHI RASHED,
tableciera explícitamente lo que sólo existía de de gran importancia. francés, es director de

manera latente en los Elementos de Euclides; por Sin ninguna justificación teórica, los matemᬠinvestigaciones del Centro
Nacional de Investigaciones
otra parte, tenía que recurrir a los resultados del ticos del siglo X inician una doble traducción in¬ Científicas (CNRS) de
álgebra desde al-Karaji (siglos X-XI) y en parti¬ concebible anteriormente: la de los problemas Francia y autor de
numerosos trabajos sobre
cular a los métodos de combinación. El procedi¬ geométricos en la lengua del álgebra y la de los historia de las matemáticas

miento de al-Farisi, lejos de limitarse por problemas algebraicos en la lengua de la geo¬ árabes. Varios artículos

consiguiente a la demostración del teorema de Ibn metría. Es así como expresan algebraicamente suyos se han reunido en
Entre arithmétique et
Qurra, permite emprender un nuevo estudio: el problemas concretos, que no pueden resolverse algebre. Recherches sur
de las dos primeras funciones aritméticas, la con una regla y un compás, como la trisección l'histoire des mathématiques

del ángulo, las dos medias, el heptágono regular. arabes (Entre la aritmética y
suma de los divisores de un entero y el número
el álgebra. Investigaciones
de esos divisores. Por otra parte, ante la dificultad que plantea la sobre la historia de las

Un estilo de este tipo, que aplica el álgebra resolución por radicales de la ecuación de tercer matemáticas árabes,
París, 1984).
y el análisis de combinación a la aritmética eucli- grado, algunos algebristas, pero también geó¬
diana, se encuentra aun en vigor en Europa en metras como Abu al-Jud ibn al-Leith, proceden
el siglo XVII, por lo menos hasta 1640. El análisis a traducir esa ecuación en la lengua de la geo¬
de las conclusiones de al-Farisi y de los métodos metría, lo que les permite aplicar al estudio de
aplicados muestra que ya en el siglo XIII se había la ecuación la técnica de intersección de las curvas.

llegado a un conjunto de proposiciones, de resul¬ El primer intento de fundar esta doble tra¬
tados y de técnicas que equivocadamente se ha¬ ducción surge con al-Jayam (1048-1131 aproxima¬
bían atribuido a los matemáticos del siglo XVII. damente). Procurando superar la investigación
ligada a una determinada forma de ecuación cú¬
Habría que hablar también de las nuevas rela¬ bica, al-Jayam elabora una teoría de las ecuaciones
ciones que se establecen entre el álgebra y la algebraicas de grado inferior o igual a tres y, al
geometría. mismo tiempo, propone un nuevo modelo de re¬
Ya se ha visto que a partir del siglo IX el pa¬ dacción. Estudia las ecuaciones de tercer grado
norama de las matemáticas se transforma y que con ayuda de las curvas cónicas. Para elaborar esta
sus horizontes se amplían. Se observa, en primer nueva teoría se ve obligado a concebir mejor y
lugar, una expansión de la aritmética y de la geo-~. a formular las nuevas relaciones entre el álgebra
metría helenísticas. Por otro lado, en el seno de y la geometría. La teoría de las ecuaciones parece,
esas matemáticas helenísticas se crean regiones no en adelante, aunque todavía con timidez, superar
helenísticas; ocurre que las relaciones entre las an¬ las diferencias entre ambas disciplinas.
tiguas disciplinas ya no son las mismas y se han En su célebre tratado de álgebra al-Jayam
producido muchas otras agrupaciones. Esta mo¬ logra obtener dos resultados trascendentales atri¬
dificación de las relaciones es capital si se quiere buidos equivocadamente a Descartes: por una
entender la historia de las matemáticas. Así, las parte, una solución general de todas las ecuaciones 39
A la izquierda, el de tercer grado por la intersección de dos cónicas resolución numérica de las ecuaciones con el de
Observatorio de Estambul.
y, por otra, un cálculo geométrico que resulta po¬ Viète (siglo XVI), o su investigación de los máxi¬
Miniatura turca de 1581.
sible gracias a la elección de una longitud unidad, mos con la de Fermât; los trabajos de al-Jazin
concepto que es fundamental. (siglo X) sobre el análisis diofántico entero con
A la derecha, portada de
un manuscrito de 1228
Medio siglo después que al-Jayam, su sucesor, los de Bachet de Meziriac (siglo XVII), etc. Si, por
donde se encuentra la Sharaf ai-Din al-Tusi, da un nuevo paso. Para de¬ otra parte, hacemos abstracción de los trabajos
primera teoría de los mostrar la existencia del punto de intersección de de al-Jwarizmi, de Abu Kamil, de al-Karaji, entre
números amigos formulada dos curvas, este matemático planteó los pro¬ otros, ¿cómo comprender la obra de Leonardo
por Thabit ibn Qurra blemas de localización y de separación de las de Pisa (siglos XII-XIII) y la de los matemáticos
en el siglo IX. raíces de la ecuación y estudió las condiciones de italianos, así como las matemáticas más tardías del
su existencia; problemas para cuya solución tuvo siglo XVII?
que definir la noción de máximo de una expre¬ Existe ciertamente una ruptura con esa ma¬
sión algebraica y esforzarse por encontrar con¬ temática; en efecto, las postrimerías del siglo XVII
ceptos y métodos para la definición de los
máximos. Este enfoque no sólo condujo a al-Tusi
a inventar nociones y métodos que sólo fueron
bautizados más tarde la derivada sino

que lo obligó a cambiar de procedimiento: por


primera vez, que yo sepa, descubre la necesidad
de proceder localmente, en circunstancias que sus
predecesores sólo consideraban las propiedades
globales de los objetos estudiados. Todos estos re¬
sultados obtenidos por al-Tusi, así como la teoría
que los abarca, son de suma importancia y a me¬
nudo se atribuyen a matemáticos posteriores a él
en varios siglos.
Tales son los principales aspectos de lo que
yo llamo la dialéctica entre el álgebra y la geo¬
metría. Para completar el análisis, habría que
mencionar los dos obstáculos que han entorpe¬
cido la progresión de esas nuevas matemáticas: la
falta de audacia en el empleo de números nega¬
tivos como tales, en circunstancias que aun no es¬
taban definidos, y la debilidad del simbolismo.
se caracterizan por la aparición de nuevos méto¬
La historiografía política distingue entre Anti¬ dos y de nuevas regiones matemáticas en Europa.
güedad, Edad Media, Renacimiento y Tiempos Sin embargo, la ruptura no fue necesariamente
Modernos. ¿Le parece que esta clasificación es repentina y no se produjo simultáneamente en
aplicable a la historia efectiva de las matemᬠtodas las disciplinas. Por otra parte, rara vez las
ticas y en particular la contribución árabe? líneas de separación esquivan a los autores, pero
Es cierto que se han opuesto las matemáticas a menudo atraviesan las obras. En el ámbito de
"medievales" a las matemáticas "modernas". La la teoría de los números, por ejemplo, la novedad
primera entidad, que agruparía las matemáticas no se traduce, como se ha sostenido, en el empleo
latinas, bizantinas, árabes, incluso indias y chinas, de métodos algebraicos por Descartes y Fermât,
se distinguiría de otra entidad histórica nacida en los cuales, procediendo así, no hacían más que
el Renacimiento. Esta dicotomía no es pertinente volver a los resultados de al-Farisi. Es más bien

ni desde un punto de vista histórico ni epistemo¬ dentro de la obra de Fermât donde puede obser¬
lógico. Está claro que las matemáticas árabes son varse una ruptura, con la invención del método
una prolongación y un desarrollo de las matemᬠde "descenso infinito" y el estudio de ciertas
ticas helenísticas, que efectivamente las alimen¬ formas cuadráticas, hacia 1640. Algo muy distinto
taron. Lo mismo ocurre con las matemáticas que ocurre con el capítulo sobre la construcción geo¬
se desarrollan en el mundo latino a partir del siglo métrica de las ecuaciones, iniciado por al-Jayam,
XII. Para ajustamos a los análisis que hemos es¬ proseguido por al-Tusi, enriquecido por Descartes
bozado, me parece que los trabajos realizados y retomado por muchos otros matemáticos hasta
tanto en árabe como en latín (o en italiano) entre fines del siglo XVII, incluso mediados del siglo
el siglo IX y comienzos del siglo XVII no pueden siguiente.
separarse en eras diferentes. Es realmente a partir del final de la primera
Todo indica que se trata de la misma mate¬ parte del siglo XVII cuando se producen los entre¬
mática. Para convencernos de ello, hoy en día po¬ lazamientos y se localizan las principales ruptu¬
demos comparar los escritos de al-Samaw'al (siglo ras. La contribución de los matemáticos árabes

XII), por ejemplo, en álgebra y en cálculo numé¬ se inserta en una configuración coherente, llamé¬
rico, con los de Simon Stevin (siglo XVI); los re¬ mosla matemáticas clásicas, que se desarrolla entre
sultados de al-Farisi en teoría de los números con el siglo IX y la primera mitad del siglo XVII.
los de Descartes; los métodos de al-Tusi para la 41
DEL RENACIMIENTO A LAS LUCES

El despertar de la ciencia

42
LiA enseñanza de las matemáticas que las univer¬
POR CATHERINE GOLDSTEIN Y JEREMY GRAY sidades europeas impartían en sus comienzos
(fines del siglo XII y principios del siglo XIII) era,
en lo esencial, heredera de la tradición antigua.
En París, Oxford o Bolonia los programas de es¬

contemporánea tudio comprendían las materias del quadrivium


pitagórico: aritmética, geometría, música (elemen¬
tos de teoría musical) y astronomía. Pero se con¬
sideraba que la ciencia de las cosas divinas era más
importante pues permitía acceder a los textos
fundamentales de la fe cristiana; y la Facultad de
Artes, en la que se dictaban los cursos de mate¬
máticas, gozaba de mucho menor prestigio que
las facultades de Derecho, de Medicina y, sobre
todo, de Teología.
El contenido de la enseñanza se limitaba a los

principios elementales de cálculo y a los primeros


libros de los Elementos de Euclides. Se estudiaban

no obstante los principios del movimiento a


partir de las obras de Aristóteles y, en las escuelas
de Oxford y de París, se comenzó a recurrir a la
mediación de las matemáticas para el estudio de
los fenómenos naturales. Así, por ejemplo, en el
siglo XIV, en París, Nicole Oresme trató de
representar gráficamente la relación entre tiempo
y velocidad en ciertos tipos de movimientos.

Los matemáticos prácticos:


de la agrimensura al comercio
A fines de la Edad Media, dos grupos distintos,
aun cuando a veces hubiesen egresado de las
mismas universidades, compartían el ejercicio de
las matemáticas: por un lado, los agrimensores,
ingenieros y contables que pertenecían a la cate¬
goría de los artesanos y, por otro, los médicos-
astrólogos que gozaban de una situación social
superior.
En el siglo XIV los cambios económicos, así
como el desarrollo de las ciudades y del comercio
van a favorecer el ascenso social de los matemá¬

ticos prácticos. Los intercambios comerciales cada


vez más complejos exigían técnicas idóneas de
cálculo y de contabilidad. Los matemáticos
ofrecían sus servicios en las "tiendas de abaco" y
redactaban en las lenguas vernáculas tratados
donde las explicaciones teóricas sobre el cálculo
aparecían junto a la solución de cuestiones finan¬
cieras relativas a las tasas de interés, los cambios,
la circulación y el peso de las monedas, o la re¬
partición de los beneficios.
Para poder subsistir, estos artesanos no sólo
debían competir con los otros miembros de su
profesión, sino también convencer a sus emple¬
adores o a sus clientes de la utilidad de sus

conocimientos y de su competencia personal. Así,


por ejemplo, el dominio de las técnicas al¬
gebraicas, tomadas del mundo árabe, consolidaba
el prestigio profesional.

zj* beaztoc *JT~r±r*r


La Academia de Ciencias y de Bellas Artes,
TeremxAj *Wolfr txcuâ . ¿lut jw grabado de Gottfried Stein (1687-1747)
a partir de una obra de Sébastien Le Clerc. 43
Al principio, esta técnica algebraica no se for¬
mulaba de la manera simbólica que hoy en día
nos resulta familiar. Consistía más bien en la cla¬

sificación de los tipos de relaciones posibles entre


diferentes dimensiones y en la descripción de los
métodos generales que permitían determinarlos.
En los tratados, estos métodos solían presentarse
en forma de casos concretos, integrándose en un
contexto totalmente práctico. La introducción en
Europa de los números decimales acompañó y fa¬
cilitó el progreso del cálculo: las aproximaciones
de raíces y las fracciones complicadas abundaban
en los escritos que circulaban por entonces y a
los que el desarrollo de la imprenta daría amplia
difusión.

En suma, la constitución de una profesión


matemática con un radio de competencia más
vasto, cuyo prestigio estaba vinculado al de sus
usuarios preferentes, los mercaderes, respondió
al surgimiento de nuevas prioridades económicas
y sociales.

El movimiento humanista del griego, y al asimilar gradualmente los traba¬


jos de los geómetras griegos, suscitaron un rena¬
Esas transformaciones no sólo afectaron a las tran¬ cimiento de la ciencia matemática.
sacciones bancarias. Desde fines de la Edad Media

empezaron a llegar a Occidente muchos inventos El arte de la guerra


prácticos, como el compás y los gemelos. Además,
las obras de álgebra solían estar acompañadas de Si el legado matemático de la Antigüedad dio
tratados en los que se describían los instrumentos frutos fue porque el terreno ya estaba abonado.
de medición, su funcionamiento y características. En efecto, los príncipes recurrían cada vez con
Los viajes de descubrimiento pero también el más frecuencia a los servicios de sabios, como los
simple tráfico comercial favorecieron una mayor astrónomos Tycho Brahe y Johannes Kepler, ma¬
utilización del astrolabio y del cuadrante. Los tra¬ temáticos imperiales de la corte de Rodolfo II en
tados de perspectiva, en parte prácticos y en parte Praga, no sólo para hacer establecer sus horósco¬
teóricos, eran obra de pintores, cartógrafos y pos sino también para construir fortificaciones o
arquitectos. El conjunto de esas preocupaciones para resolver problemas de balística. La aplicación
estaba también vinculado a lo que hoy en día lla¬ de las matemáticas al arte militar suscitaba un in¬

maríamos óptica geométrica. Así pues, coexistían terés creciente. Así, la educación profundamente
hasta llegar incluso a confundirse los creadores humanista que recibían los aristócratas comenzó
auténticos y los matemáticos prácticos más a conceder mayor importancia a las matemáticas,
interesados por las aplicaciones concretas de su y a algunos ingenieros militares se les otorgaron
ciencia. títulos de nobleza a cambio de sus servicios. Así,
Esta época fue también la de la aparición del en el siglo XVI aparecen consejeros en navega¬
movimiento humanista, que se consagró al estu¬ ción apasionados por la alquimia como John Dee,
dio y la difusión de las obras de la Antigüedad que prologó una edición de Euclides, médicos al¬
clásica. En sus comienzos este movimiento no fue gebristas como Jérôme Cardan, o juristas expertos
favorable a las matemáticas prácticas. Si hacia fines en criptografía como François Viète.
del siglo XV los humanistas mostraron un cierto La indiferencia e incluso la hostilidad hacia

interés por la aritmética lo hicieron bajo la las matemáticas aplicadas comenzó a desvane¬
influencia platónica y pitagórica y continuaron cerse, al punto que ciertos reformadores del sis¬
menospreciando las prácticas de cálculo. tema educativo se mostraron favorables a ellas.

La vida intelectual, de la que la Reforma fue Pierre de la Ramee, por ejemplo, consagró su cá¬
sólo una de las manifestaciones más espectacula¬ tedra en el Colegio Real a las matemáticas y a sus
res, se orientó más hacia el estudio de los textos aplicaciones concretas. Uno de sus discípulos,
que hacia el contacto con los artesanos. Pero
esos eruditos realizaron una nueva serie de tra¬

ducciones de las obras maestras de la Antigüedad, Ll banquero y su mujer


44 primero a partir del árabe y después directamente de Quentin Metsys (1455-1530).
Snellius, contribuyó activamente a la introduc¬ beneficiarse tanto del prestigio de los resultados
ción de las matemáticas universitarias en los Países que se le atribuían puso su descubri¬
Bajos, y su acción se vio favorecida por la cre¬ miento de los satélites de Júpiter al servicio de los
ación de una escuela de ingenieros militares en Médicis cuyo emblema era precisamente ese
Leyden. En las universidades europeas las mate¬ planeta como del convencimiento de que esta
máticas, la geografía y la hidráulica compitieron ciencia permitía acceder al verdadero lenguaje
primero con la astrología hasta llegar gradual¬ natural del universo: "La filosofía, afirmaba Ga¬
mente a reemplazarla. lileo, está escrita en ese gran libro que es el uni¬
verso en el lenguaje de las matemáticas, y sus
El nacimiento de las academias caracteres son los triángulos, los círculos y otras
figuras geométricas sin los cuales es humanamente
El redescubrimiento de las matemáticas griegas imposible comprender una sola palabra de ella."
llegó a su apogeo en los albores del siglo XVII. Hacia esta misma época comenzaron a surgir
Las traducciones y reediciones se multiplicaron; en Europa las academias científicas según el
pero, además, los numerosos intentos de recons¬ modelo de las sociedades italianas más precoces:
titución de tratados perdidos o alterados ponen algunas de ellas, como la Academia dei Lince de
de manifiesto la nueva envergadura que alcanzó la que Galileo era miembro, habían sido fundadas
en esa época la cultura matemática. Esta va a por un mecenas, otras estaban formadas por
grupos autónomos de aficionados a las ciencias
que se reunían para intercambiar libros recientes,
informaciones científicas o correspondencia, o
para asistir a una sesión de disección o de obser¬
vación de las estrellas.

Como las obras impresas y sobre todo los


libros científicos- eran todavía escasos y su difu¬
sión estaba muy limitada, estas academias contri¬
buyeron sobremanera a la divulgación de los
conocimientos. En una de las más célebres, en
París, se reunían en torno del abate Marin Mer-
senne científicos de gran prestigio como Pascal,
Descartes, Fermât, Roberval y Desargues.
Formados gracias a la lectura de las grandes
obras clásicas, estos matemáticos fueron los con¬
tinuadores de la tradición humanista, adoptando
sus interrogantes y sus amplias perspectivas. Pero
fueron también los herederos de los artesanos al¬

gorítmicos, tanto por la importancia que atribu¬


El quadrivium pitagórico yeron en sus obras a las técnicas algebraicas como
por su origen familiar, ya que muchos de ellos
Gracias a los textos de Platón (y de Isócrates) es po¬ eran hijos de mercaderes enriquecidos que habían
sible conocer el modo de organización de las ciencias adquirido cargos y títulos nobiliarios.
matemáticas que se impuso en la cultura general Ya fueran consejeros parlamentarios, monjes
de la época helenística. En el sistema educativo me¬ eruditos, diplomáticos o militares, en el siglo
dieval se le dio el nombre de "quadrivium pitagó¬ XVII los aficionados a las matemáticas no vivían
rico" y comprendía la aritmética, la geometría, la de sus trabajos, ni siquiera de la enseñanza que
astronomía y la música. La astronomía podía de¬
impartían, y no dependían tampoco de un mece¬
signar ya sea los conocimientos elementales sobre
nas. En otras épocas, la práctica del reto mate¬
la salida y la puesta de los astros, el calendario y
mático permitía a los maestros defender su KJrabado en madera
las estaciones, ya sea nociones matemáticamente más
reputación y ganarse la vida, ya que el triunfo (1503) en el que la
complejas relativas a los movimientos reales y apa¬
público frente a un adversario les garantizaba una Aritmética (en el centro)
rentes del Sol, la Luna o los planetas. A la parte
estrictamente matemática de la astronomía se le clientela. Ahora bien, aun cuando en el siglo XVII parece zanjar el desacuerdo
daba a veces el nombre de "Esférica" debido a las existente entrç- los que
los miembros de una academia continuasen plan¬
calculaban con ayuda de
hipótesis de esfericidad de la Tierra y del cosmos teando a sus corresponsales problemas difíciles
un abaco y los partidarios
formuladas a partir del siglo V a. C. Del mismo cuya solución ellos conocían, se diría que lo que del cálculo por escrito
modo, en este contexto la música significaba la
perseguían era más bien demostrar su propia com¬ utilizando números
teoría de los intervalos musicales, en particular la
petencia o incitar a sus interlocutores al estudio. "arábigos".
determinación numérica de los intervalos consonan¬
Siguiendo el ejemplo de Descartes, su portavoz
tes; se la llamaba también "Canónica". Al parecer
este sistema existía desde el siglo V a. C. posible
en este punto preciso, estos hombres establecían
que en relación efectivamente con la escuela una clara distinción entre la "geometría" basada
exclusivamente en la exactitud del razonamiento
pitagórica en un contexto que aparece vinculado
al comienzo a la enseñanza "superior" y posterior¬ y la "mecánica" sometida a las limitaciones prác¬
mente a la "secundaria". ticas de la artesanía.
Bernard Vitrac
La geometría misma no se asemejaba necesa¬
46 riamente a la de los griegos. Descartes y Fermât
-»^-v

la hicieron analítica: búsqueda de tangentes a las de sabios que se realizaban en el Gresham College Isaac Newton, gran jefe
curvas, cálculos de áreas, evaluación de las posi¬ de Londres; y la Academia de Ciencias, fundada de escuela que conserva
bilidades en los juegos de azar, problemas sobre en Francia por el ministro Colbert en 1666, con¬ su sencillez, grabado
los números enteros y muchas otras cuestiones japonés atribuido a Hoshu
taría entre sus primeros miembros a los conter¬
(hacia fines del siglo XIX).
salpicaban la correspondencia y los tratados de tulios del círculo de Mersenne. En cuanto a las
estos sabios. Se interesaban también por las cues¬ publicaciones periódicas, el Journal des Savants
tiones de óptica y, de manera más general, por en Francia y las Philosophical Transactions en
los fenómenos naturales que se estimaban regidos Inglaterra mantenían informados a los aficiona¬
por leyes matemáticas: la mecánica constituía el dos a las ciencias sobre los descubrimientos más
modelo de esta "matematización" de las ciencias recientes.

que había comenzado con los trabajos oxfor-


dienses del siglo XIV. Newton, Leibniz
Desde mediados del siglo XVII, los gobiernos
y el cálculo infinitesimal
comenzaron a suplir la iniciativa privada para
apoyar, al menos en parte, el desarrollo de las Durante la segunda mitad del siglo XVII comen¬
ciencias. En 1662 mediante una carta real, la zaron a desarrollarse las cuestiones que la lectura
Royal Society dio carácter oficial a las reuniones analítica de los tratados de geometría había 47
suscitado. Así, el vínculo entre el cálculo del área a San Petesburgo y Lagrange de la Academia mi¬
y la búsqueda de las tangentes se fue aclarando litar de Turin se trasladó a la corte de Federico II CATHERINE GOLDSTEIN,

gradualmente y quedó sintetizado en los trabajos de Prusia, y más tarde a la de Luis XVI en Francia. matemática francesa, es

encargada de investigaciones
de Newton y de Leibniz. Ambos publicaron muy De manera aun más sistemática que en el siglo del Centro Nacional de

poco y de manera tardía: cada uno por separado precedente, estos matemáticos se escribían, inter¬ Investigaciones Científicas
cambiando temas de reflexión y problemas ma¬ (CNRS) de Francia y
dio respuestas coherentes pero distintas al pro¬
miembro activo de la
blema constitutivo del cálculo integral. Ninguno temáticos, y publicaban artículos ya no sobre Asociación "Mujeres y
de los procedimientos propuestos obtuvo una tratados concluidos sino sobre las investigaciones Matemáticas". Ha efectuado
estudios sobre la teoría de las
aprobación unánime y los seguidores de uno y que estaban realizando. Así, ampliaron las pro¬
curvas elípticas y la historia
otro reivindicarían durante muchos años la su¬ piedades del cálculo integral y analítico, procu¬ de la teoría de los números en

perioridad de la metodología empleada por sus rando multiplicar sus utilizaciones y sus el siglo XVII. Ha colaborado
en la redacción de una obra
respectivos maestros. posibilidades numéricas. Al mismo tiempo, redac¬
colectiva, dirigida por Michel
Pero esta evolución señaló también el co¬ taron obras didácticas como la Introducción al Serres, sobre la historia de las

mienzo de una nueva etapa en las relaciones de análisis de los infinitos (1748) de Euler. Estos textos ciencias (París, Bordas, 1989).

los matemáticos con el mundo físico: en 1687, permitían el aprendizaje directo de nuevas mane¬ JEREMY GRAY,
en su obra maestra, Principios matemáticos de la ras de pensar, proponían notaciones y métodos británico, es profesor de
matemáticas de la
filosofía de la naturaleza, Newton propuso una y normalizaban las cuestiones que se estimaba de
"Universidad Abierta" del
comprensión unificada de los movimientos de los interés. Lo que distingue este siglo del anterior Reino Unido. Ha publicado
cuerpos terrestres y celestes, formulada en un len¬ es la confianza creciente en el instrumento al¬ varias obras sobre historia

de las matemáticas
guaje geométrico semejante al de los Elementos gebraico: el cálculo ya no recurre a la geometría
modernas, entre las que
de Euclides. Esta obra, profusamente comentada en busca de justificación y adquiere por fin cabe mencionar Ideas of

durante el siglo siguiente, permitió comprender autonomía. space (Nociones de espacio,


1989) y, en colaboración con
mejor algunos fenómenos nuevos; basándose en Para recuperar, asimilar y superar el legado John Fauvel, una
ella, en 1731, el matemático francés Clairaut lle¬ greco-árabe fue necesaria la contribución de varias compilación comentada de
textos, The history of
garía a precisar la trayectoria periódica de cier¬ generaciones que participaron en complejos movi¬
mathematics
tos cuerpos celestes, como la del famoso cometa mientos de reivindicaciones sociales, de emancipa¬ and the reader (La historia
de Halley (bautizado con el nombre del astróno¬ ción y de retorno a las tradiciones intelectuales, de las matemáticas en
s en

los textos, 1987).


mo inglés que en el siglo XVII predijo su retorno). interesándose a veces por las nuevas técnicas de
drenaje o de arquitectura, a veces por las teorías
Nuevas luces cosmogónicas o por los métodos de cálculo de la
superficie.
La tradición instituida a fines del siglo XVII se
mantuvo durante los primeros años del siguiente.
Pero si bien los militares, los diplomáticos o los
nobles siguieron interesándose por las matemáti¬
cas, tuvieron que ceder gradualmente su lugar a
los matemáticos profesionales en busca de empleos
a tiempo completo. En algunos países éstos perte-
I necían a un establecimiento de enseñanza, en otros
ejercían funciones en una academia científica o en

la corte de algún soberano. Se daba prioridad a


las aplicaciones prácticas de las matemáticas, a su
contribución al desarrollo de la técnica y al bienes¬
tar de la humanidad. Sobre todo en Francia el

siglo de las Luces fue favorable a la difusión de


las ideas científicas, que debían garantizar el
progreso y liberar a los espíritus de los prejuicios
religiosos. DAlembert escribió numerosos artí¬
culos sobre las matemáticas para la Enciclopedia.
No sólo circulaban las ideas sino que también se
desplazaban los hombres: así, Euler pasó de Berlín

Ll sistema solar según Galileo.


48 Grabado anónimo del siglo XVI.
RETRATO

GABRIELA MISTRAL
CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

De"esde su nacimiento en un pueblo del aparecen hoy cargadas de sentido visiona¬ Gabriela Mistral señaló entre sus maestros
norte de Chile el 7 de abril de 1889 hasta rio y profético frente a los destinos de a Santa Teresa y a Góngora pero también
su muerte en Nueva York en 1957, la América. Pero también Europa y aun a Dante, a Tagore y a los autores rusos,
existencia de Gabriela Mistral constituye países de culturas tan diferentes como y aunque cristiana manifestó su admira¬
una fervorosa búsqueda intelectual y es¬ Israel, China y Japón descubren los escri¬ ción por el budismo.
piritual. El periplo de esta vida, un largo tos de Gabriela Mistral como una revela¬ Identificada entrañablemente con su
y casi continuo viaje del cuerpo y del ción poética y humanística en la que se paisaje y su pueblo decía, una
alma, primero dentro del Valle de Elqui, reconocen.
criatura rematadamente regional"
luego en su país y después, desde la Libros, tesis de grado, inspiraciones Gabriela Mistral supo transformar su pro¬
segunda mitad de su vida, por todo el es¬ poéticas y aun filosóficas surgen de este pia experiencia en voz arquetípica de la
pacio del mundo occidental, reviste una encuentro con alguien venido de Chile, comunidad y hallar en el dolor del amor
dimensión casi mítica. En efecto, la niña nación que produce en casi sólo la prime¬ frustrado la fuente del amor universal.
campesina, pobre y silenciosa, introver¬ ra mitad del siglo tres figuras universal- Porque en ella, siempre conmovida y
tida y soñadora, se convertirá en la mente representativas de la cultura atenta a la causa de los humillados y ofen¬
"reina" de la literatura hispanoamericana, latinoamericana: Gabriela Mistral, Vicen¬ didos, de todos los perseguidos del mun¬
pasando de la humilde cátedra de maestra te Huidobro y Pablo Neruda. do, poesía y humanismo se confundieron
rural a recibir los mayores honores mun¬ Si la obra de la poetisa chilena ha al¬ en una sola dimensión: "Hay que trans¬
diales, incluido el Premio Nobel de Lite¬ canzado una resonancia universal ello se mitir la intensidad del alma y decir con
ratura en 1945.
debe tal vez a que en ella, como en toda valentía el mensaje que brota del corazón,
Con una lengua áspera, coloquial y creación auténtica, el apego por el mun¬ antes de que lo rompa la muerte."
apasionada, tanto su obra poética, desde do próximo y cotidiano no es un obstá¬
Texto adaptado de un artículo del Sr. Gastón Von
Desolación (1922)' hasta Lagar (1954), culo para la comprensión y el contacto Dem Bussche, profesor investigador de la Uni¬
como su formidable obra en prosa se nos con otras lenguas y otras culturas. Así, versidad Metropolitana de Chile. 49
LA CIENCIA Y EL HOMBRE

Una academia de ciencias para el Tercer Mundo


POR AKHTAR MAHMOUD FAROUQUI

S IEMPRE se ha considerado a la bibliotecas, las editoriales, los labo¬ conferencias sobre problemas esen¬
ciencia como la máxima expresión de ratorios y los particulares a fin de que ciales para el Tercer Mundo. Una
la solidaridad internacional, como el donaran libros, publicaciones periódi¬ Conferencia sobre el Papel de la
acervo común de los que lo tienen to¬ cas y equipo a los países en desarrollo Mujer en el Desarrollo de la Ciencia
do y de los más desfavorecidos. Sin ha dado resultados muy alentadores. y la Tecnología, celebrada en Trieste
embargo, su difusión ha sido suma¬ En el marco de este programa se pro¬ en el mes de octubre, contó con la
mente desigual. Mientras en las na¬ porcionan anualmente alrededor de participación de 240 mujeres de
ciones industrialmente desarrolladas 50.000 libros y publicaciones periódi¬ ciencia de más de 70 países.
del Norte la ciencia progresa constan¬ cas a unas 500 instituciones de 90 La TWAS es una organización no
temente, en el Sur los científicos son países. gubernamental sin fines de lucro fi¬
relativamente escasos. Trabajan al Un importante proyecto de la nanciada actualmente en gran
margen de la comunidad científica desde su creación y que celebra este TWAS es un programa de becas Sur- medida por el Canadá e Italia. La in¬
mundial y los recursos de que dispo¬ año su vigésimo quinto aniversario. Sur cuya finalidad es que un científi¬ tegran diez Premios Nobel proceden¬
nen son reducidos. La Academia fue lanzada oficial¬ co de un país en desarrollo pueda tes de países del Tercer Mundo, 106
En estos últimos años ha surgido mente en julio de 1 985 por el Secre¬ trabajar en otro. La Academia da miembros provenientes de países en
una nueva institución, la Academia tario General de las Naciones Unidas. también apoyo a las visitas de cientí¬ desarrollo, 42 miembros asociados
de Ciencias del Tercer Mundo En los cuatro años transcurridos ficos del Tercer Mundo a laboratorios (científicos de países industrializados
(TWAS), que ha contribuido eficaz¬ desde su fundación, ha iniciado y apli¬ de biología, química y geología de nacidos en países en desarrollo o que
mente a los esfuerzos encaminados cado diversos mecanismos para dar Italia. se han distinguido en actividades
a subsanar el desequilibrio que existe impulso a la ciencia en el Sur. Así, ha En 1987 la Academia creó un científicas en el Tercer Mundo) y tres
en el plano científico entre el Norte otorgado unos trescientos subsidios Premio de Historia de la Ciencia para miembros correspondientes.
y el Sur. La Academia es el primer de investigación para científicos es¬ destacar la labor de un científico de A fines de 1988, sólo tres años
foro internacional en el que se agru¬ pecializados en diferentes aspectos un país del Tercer Mundo cuyos re¬ después de su creación, Ronald
pan hombres y mujeres de ciencia del de la ciencia, como la óptica, la física sultados no hubiesen sido reconoci¬ Léger, del Organismo Canadiense de
Tercer Mundo a fin de dar impulso nuclear, la energía solar y física con dos previamente. El primer premio Desarrollo Internacional, afirmaba "

en los países en desarrollo a las cien¬ rayos láser. Los postulantes, cuyos fue otorgado en 1988 a un ensayo que la TWAS había prestado ya una
cias básicas y aplicadas. proyectos son examinados por cuatro acerca de las tablas astronómicas ayuda importante a numerosos cien¬
Fue creada por iniciativa de expertos internacionales, proceden compiladas por el matemático tíficos del Tercer Mundo que traba¬
Abdus Salam, Premio Nobel Pakista¬ de numerosos países Shams-al-Din-al-Jalili y utilizadas en jan aisladamente. "Para ellos,
ni, que ha dedicado más de cuarenta China, Argentina, India, Brasil, Pakis¬ Damasco para medir el tiempo desde señalaba Léger, la TWAS ha signifi¬
años de su vida a ayudar a los cientí¬ tán, México, Angola, Perú, Tailandia, el siglo XIV hasta el siglo XIX. El con¬ cado contar con piezas de repuesto
ficos de los países en desarrollo más Turquía y Madagascar, para men¬ curso, abierto a especialistas de todas de laboratorio, subsidios de viaje, in¬
pobres a superar su aislamiento y a cionar solamente unos pocos. las nacionalidades, permite obtener tercambios Sur-Sur para científicos jó¬
participar en las actividades que se Gracias a un programa de dona¬ un premio de 10.000 dólares. venes o la suscripción a una publica¬
encuentran en la vanguardia del co¬ ciones realizado en colaboración con La Academia ha concedido tam¬ ción especializada para un científico
nocimiento científico. el ICTP, la Academia proporciona bién premios anuales de 10.000 aislado. Y, sobre todo, la TWAS ha
La sede de la Academia, en también literatura científica a los dólares a científicos eminentes de abierto nuevas esperanzas."
Trieste (Italia), está en el edificio del países en desarrollo que carecen de países del Tercer Mundo en el ámbito
Akhtar Mahmoud Farouqui es redactor
Centro Internacional de Física Teórica las divisas necesarias para procurár¬ de la física, la química, las matemᬠdel Boletín de la Academia de Ciencias del

(ICTP), que el profesor Salam preside sela. Un llamamiento formulado a las ticas y la biología, y ha organizado Tercer Mundo.

Créditos fotográficos

Portada, página 3: J. Blauel © Artothek, Munich / Bayer, Staatsgemäldesamlungen i. Germ. Nationalmuseum, Nurenberg. Portada posterior: H. Jürgens, H-O Peugen, D. Saupe (Universität
Bremen) © The Beauty of Fractals, H-O Peitgen, P. Richter, Heidelberg, Springer Verlag, 1986. Página 2: © Nathalie Gyatso, Montfort l'Amaury. Páginas 3, 6 recuadro, 9 recuadro: Unesco
/ Michel Claude. Páginas 5, 9: Unesco / Belmenouar. Página 10: © Pedro Tzontemoc. Página 12: Erich Lessing, Kunst und Kulrurarchiv © Laenderpress, Dusseldorf Páginas 12-13: Georg
Gerster © Rapho, París. Página 14: Tomado de Eléments d'histoire des sciences, bajo la dirección de Michel Serres, Paris, Bordas, 1989 © Réunion des Musées nationaux, Archives Photeb,
Pan's / Musée du Louvre. Páginas 14-15, 44-45: © Réunion des Musées Nationaux, Musée du Louvre, París. Páginas 16, 27: Derechos reservados Página 17: © Trusties of the British Mu¬
seum, Londres. Página 18: Wellcome Institute Library, Londres. Página 19: Scheldegger © Rapho, París. Página 20: © Roger Viollet, Musée Guimet, París. Página 21: © Roland y Sabrina
Michaud, París. Páginas 22-23: © Vivian Bastian-Olmi, Suiza. Páginas 22-23, 25 abajo, 26: © Communauté Flamande, Commissariat Général à la Coopération Internationale, Bruselas. Pagi¬
nas 24, 25 arriba, 28: Tomado de Science and Civilisation m China de Joseph Needham, vol. 3 © Cambridge University Press, Reino Unido Página 29: © J. L. Charmet, Bibliothèque Nationa¬
le, París. Páginas 30, 31: © J. L. Charmet, París. Páginas 32-33: © Stadtische Galerie - Liebighaus, Francfort. Páginas 34-35: © The Mariners Museum, Newport News, Virgina. Paginas
36-37, 39, 40: Roland y Sabrina Michaud © Rapho, Pan's. Páginas 38, 41: © Roshdi Rashed, Bourg-la-Reine. Páginas 42-43: © Graphik Sammlung ETH, Zurich. Páginas 44, 46, 48: © Colección
Viollet, París. Páginas 46-47: © Bibliothèque Royale Albert I, Bruselas, Réserve Précieuse Página 47 derecha: © Stillman Drake, Institute for the History and Philosophy of Science and
50 Technology, Toronto. Página 48: © Roger Viollet, París. Página 49: © Unations. Página 50: © Third World Academy of Science, Trieste.
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DEPOT LEGAL: CI-NOVEMBRE 1989

Fotocomposición: El Correo de la Unesco, Fotograbado- impresión:


Maury-lmprimeur SA, Z.I. route d'Etampes, 45330 Malesherbes.

ISSN 0304 310X NO 11 . 1989 Off-

Este número contiene, además de 54 páginas de textos, un encarte


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