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EL AYUNO

El ayuno ha sido fuente de energía y salud desde nuestros ancestros. La


ayunoterapia o el ayuno terapéutico, gracias a las aportaciones de la medicina
científica, hoy es una de las herramientas más importantes de la medicina
naturista. El ayuno terapéutico potencia las fuerzas auto-regenerativas y de
desintoxicación del organismo.
Aunque puede tratarse de un proceso simple y breve, puede ser también un
tratamiento integral y complejo, por lo que deberemos realizarlo bajo la
supervisión y el asesoramiento de expertos ya que nuestro organismo y
nuestra mente muchas veces no están acostumbrados a estar privados de
comer.
Sabemos que es una práctica habitual en muchas culturas o religiones
pero quizás no sepamos que es una terapia física y psíquica. Gracias al
gran trabajo realizado por muchos médicos e investigadores, la
ayunoterapia ha ayudado a mejorar y/o sanar muchas enfermedades; pero
el ayuno terapéutico debería ser una herramienta obligatoria para la
prevención de muchas enfermedades.

¿QUÉ ES EL AYUNO?
Se llama ayuno al acto de abstenerse voluntariamente de toda o algún tipo de
comida y en algunos casos de ingesta de líquidos, por un periodo de tiempo.
El ayuno no es un invento de los tiempos modernos. Desde hace miles
de años lo practican religiones y civilizaciones de todos los continentes. En sus
orígenes, el ayuno estuvo por lo general al servicio de fines más metafísicos
pero en la actualidad es una de las herramientas más importantes de la medicina
naturista.
Hemos de destacar que la renuncia voluntaria es una de las
características más importantes del ayuno, no suele ser un método impuesto
donde debamos sufrir de hambre.

1.2. TIPOS DE AYUNO

a) Ayuno ritual o religioso


El ayuno suele ser una parte importante de la práctica religiosa. Sus principales
objetivos son la purificación del alma, la penitencia, la depuración o el equilibrio
espiritual. En su práctica, las personas renuncian total o parcialmente tanto a
alimentos como a estimulantes.
En diferentes ámbitos culturales, religiosos y disciplinas, encontramos
muchas “reglas” relativas a la alimentación e incluso algunas de ellas prescriben
a sus seguidores o creyentes una renuncia a la ingesta de alimentos limitada en
el tiempo.
Algunas de las religiones más conocidas que tienen el ayuno más
arraigado son el hinduismo, el jainismo indio o el budismo (su fundador
Siddartha utilizó el ayuno como vía hacia la iluminación y se convirtió así en
Buda).

b) Ayuno terapéutico
El ayuno es una cura natural del cuerpo cuando está enfermo, para purificarse y
limpiarse profundamente. El motivo de realizar un ayuno es distinto en cada
caso, pero por lo general se trata de una limpieza y purificación profundas
del cuerpo y todos sus sistemas, ayudándole a reencontrar un equilibrio
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natural. Además, el ayuno nos ayuda a encontrar un nuevo sentido y valor


hacia la comida, haciéndonos descubrir la comida sana y saludable.
Durante estos días se suele notar más vitalidad, más creatividad, menos
sueño pero sueños más profundos y regeneradores, más ligereza y alegría, e
incluso, un exceso de energía.

2. EL AYUNO TERAPÉUTICO

2.1. FUNDAMENTOS

Cuando hablamos de ayuno terapéutico, generalmente hacemos referencia a las


llamadas curas de ayuno (de 1 a 4 semanas) en las que no se ingieren alimentos
sólidos y se procura que el aporte diario de calorías no sobrepase las 300. Estas
calorías, además, suelen proceder de la ingesta de zumos naturales de frutas,
verduras y hortalizas, de infusiones o de caldos. En el
ayuno debe suprimirse todo lo superfluo, como el tabaco, alcohol, café o
bebidas de cola, que están totalmente contraindicados.

Cuando no existe aporte alimentario, el organismo utiliza mediante la autólisis


materiales estructurales y energéticos propios a partir de los depósitos
almacenados en distintos tejidos y, sólo en algunos casos extremos, pueden
verse afectados tejidos vitales o nobles como el sistema nervioso y el corazón.
Los depósitos de grasas y de proteínas suelen ser suficientes para que una
persona de peso normal pueda ayunar hasta un período 4 semanas (en caso de
curas largas sólo en clínicas especializadas). En cambio el organismo sí que
necesita un aporte diario y suficiente de líquido (de 2 a 3 litros), vitaminas, sales
minerales y oligoelementos, por lo que diariamente se deberán ingerir ciertas
cantidades de agua mineral sin gas, zumos de frutas y de hortalizas ecológicas
–procurando no hacer mezclas para evitar incompatibilidades– caldos vegetales
o tisanas.
Ayunar no significa sufrir de hambre. El cuerpo es inteligente y entiende la señal
de no comer, y se alimenta desde sus reservas. Durante el ayuno es
importante de mantener una mayor atención a nuestra higiene corporal porque
el cuerpo se purifica y saca las toxinas a través del sudor, mucosas, aliento,
oídos y otras secreciones.
Aunque el ayuno puede seguirse durante la vida cuotidiana normal, se aconseja
realizarlo en períodos de ritmo de vida más relajados y mimarse más de
la cuenta con masajes, baños relajantes, saunas y paseos o ejercicio físico
moderado al aire libre.

a) Objetivos
Los objetivos principales del ayuno terapéutico son, por un lado, una
limpieza y desintoxicación integrales del organismo – principalmente a nivel
digestivo – y, por otro lado, el tratamiento y mejora de enfermedades en las
que la alimentación tiene un papel fundamental.
Gracias a la depuración profunda de la totalidad de nuestro organismo, la
ayunoterapia consigue retrasar el proceso de envejecimiento biológico y, al
mismo tiempo, ofrecernos una mayor calidad de vida para los años por venir.
Al terminar el ayuno, las personas comprueban que se sienten con más vitalidad
y rejuvenecidas.
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b) Indicaciones
Ayuno preventivo. En general, es aconsejable para prevenir la mayoría de
factores de riesgo relacionados con la alimentación y la salud de nuestro
sistema digestivo y prevenir así enfermedades autoinmunes,
cardiovasculares, digestivas, etc. en las que se produce un “ensuciamiento”
y una “intoxicación” del organismo.
c) Contraindicaciones
Aunque se aconseja siempre realizar un ayuno bajo supervisión y control
médicos, algunas personas acostumbran a realizar períodos de ayuno
terapéuticos por su cuenta pero hemos de saber que existen algunas
contraindicaciones:
 En caso de desnutrición o anemias
 En caso de diabetes
 En estados avanzados de enfermedades degenerativas como
SIDA o cáncer
 En algunas enfermedades nerviosas como epilepsia

2.2. EL PROCESO

a) Antes
En todos los casos, el ayuno requiere una
preparación que consiste en pasos sencillos que no deben
ser obviados bajo ningún aspecto. En primer lugar, se
debe realizar un chequeo médico mediante análisis de
sangre, control de la frecuencia cardíaca y tensión arterial.
En siguiente lugar, se debe hacer una preparación
a nuestro organismo para no cortar abruptamente la
ingesta de sólidos, entre uno y los tres días previos al
inicio del ayuno intentaremos evitar al máximo la ingesta
de proteínas animales y de harinas, además, intentaremos
alimentarnos a base de frutas, verduras y cereales
integrales.
En casos de “barrera psicológica”, es decir, cuando aparece el miedo ante la
situación de hambre, es aconsejable ir acostumbrando al organismo durante
mucho tiempo antes.

b) Durante

Paradójicamente durante el ayuno terapéutico se


pierde de forma transitoria el apetito. Para favorecer los
procesos de eliminación y ayudar a movilizar y expulsar los
residuos y toxinas, la práctica del ayuno se suele acompañar
de tomas regulares de zumos de frutas, verduras u
hortalizas, de infusiones diuréticas, de masajes y de
procedimientos sudoríficos (saunas y ejercicio físico
moderado).

c) Después
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Es necesario controlar el impulso de “comerse todo” después del ayuno. Se


recomienda primero beber de dos a seis vasos de agua con un poco de
limón y sal, que le dan al agua el mismo pH que los fluidos corporales y
ayudan a terminar de limpiar el aparato digestivo antes de volver a utilizarlo. La
proporción de la mezcla debe ser tal que no tenga sabor ni ácido ni salado.
Después se aconseja comer una banana madura como primer alimento sólido y
esperar a que el estómago retome su funcionamiento normal. Ese día es mejor
ingerir alimentos naturales y livianos y no abarrotar el estómago de comida para
permitirle recobrar su ritmo natural.
Durante los primeros tres días se aconseja introducir paulatinamente las
proteínas animales y las harinas y, además, no ingerir platos muy cocinados.
Mejor frutas y verduras y cereales integrales.

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