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B. La precisión por el impugnante del agravio y del vicio o error que lo motiva.
En relación al agravio o gravamen como requisito de procedencia de los medios de
impugnación (como es el caso del recurso de apelación), cabe indicar que es el daño
causado al impugnante derivado del vicio (in procedendo o in iudicando) producido).
Constituye una situación de injusticia que provoca un perjuicio al interés de alguna de
las partes. Habrá agravio cuando no se satisface la expectativa que tiene el sujeto
procesal respecto de la pretensión objeto del proceso. No lo habrá, en cambio, cuando
la decisión judicial es plenamente favorable y radique la disconformidad únicamente en
los considerandos de la resolución, a no ser que la motivación -sobre todo la jurídica-
pueda ser eventualmente perjudicial al justiciable. Lo importante aquí es el resultado
concreto del acto y las consecuencias que produzca en relación al derecho alegado y la
situación jurídica del sujeto.
En lo que toca a los vicios o errores que motivan el agravio como requisito de
procedencia de los medios de impugnación (como es el caso del recurso de apelación),
cabe indicar que aquéllos pueden ser clasificados en:
a) Vicios o errores in iudicando: Tales vicios, denominados también vicios del juicio del
tribunal o infracción en el fondo, configuran irregularidades o defectos o errores en
el juzgamiento, esto es, en la decisión que adopta el magistrado. El vicio o error in
iudicando es aquel que afecta el fondo o contenido y está representado
comúnmente en la violación del ordenamiento jurídico (sustantivo) que tiene lugar
cuando se aplica al asunto controvertido una ley que no debió ser aplicada, o cuando
no se aplica la ley que debió aplicarse, o cuando la ley aplicable es interpretada y -
por ende- aplicada deficientemente. A la violación del derecho (denominada
también error de derecho) se suma el error de hecho que afecta indiscutiblemente
el fondo, formando también así parte del vicio o error in iudicando. El último tipo
de vicio o error tiene que ver con la apreciación de los hechos por el órgano
jurisdiccional, la cual, de ser deficiente (como cuando no se valora apropiadamente
un medio probatorio), afecta la decisión del juez (esto es, la declaración de certeza
sobre los hechos) y causa, por consiguiente, agravio al interesado.
b) Vicios o errores in procedendo: Tales vicios, llamados también vicios de la actividad
o infracción en las formas, constituyen irregularidades o defectos o errores en el
procedimiento, en las reglas formales. El vicio o error in procedendo supone la
inaplicación o aplicación defectuosa de las normas adjetivas que afecta el trámite
del proceso y/o los actos procesales que lo componen. El vicio o error in procedendo
o infracción a las formas acarrea, por lo general –si fuese insalvable-, la nulidad del
acto viciado. Ello conduce al iudicius rescindens, de carácter negativo, que implica
la declaración de invalidez del acto cuestionado y, como efecto secundario, el
retrotraer el proceso al estado inmediato anterior al de aquel en que se produjo el
vicio (siempre y cuando éste fuese determinante en el proceso).
c) La adecuación por el impugnante del medio impugnatorio que utiliza al acto
procesal que impugna:
En lo que atañe a este requisito de procedencia, cabe señalar que significa hacer uso
del medio de impugnación previsto en el ordenamiento procesal (cuestión
probatoria -tacha y oposición-, solicitud de nulidad de actos procesales o recursos -
reposición, apelación, casación y queja-) para atacar determinado acto procesal. No
puede el interesado plantear un medio impugnativo distinto al dispuesto por la
legislación adjetiva, sino que debe, -para que prospere su impugnación- interponer
el que corresponde de acuerdo a la naturaleza del acto procesal cuestionado y a lo
ordenado en la norma procesal. Por ejemplo, el agraviado está impedido de
formular apelación contra un decreto que afecta sus intereses, pues para impugnar
dicha clase de resolución el derecho positivo concede especialmente el recurso de
reposición.
Es de resaltar que, conforme se desprende del artículo 359 del Código Procesal Civil, el
incumplimiento de alguno de los requisitos de admisibilidad o procedencia previstos en
la legislación adjetiva trae como consecuencia la respectiva declaración de
inadmisibilidad o de improcedencia del medio impugnatorio de que se trate. La
resolución que rechaza un medio impugnatorio debe fundamentarse adecuadamente y
únicamente es recurrible en queja en los casos que prevé el artículo 401 del Código
Procesal Civil, cuáles son los siguientes:
Sobre el particular, el articulo 367 del Código Procesal Civil señala lo siguiente:
- La apelación se interpone dentro del plazo legal ante el Juez que expidió la
resolución impugnada, acompañando el recibo de la tasa judicial respectiva cuando
ésta fuera exigible.
- La apelación o adhesión que no acompañen el recibo de la tasa, se interpongan fuera
del plazo, que no tengan fundamento o no precisen el agravio, serán de plano
declaradas inadmisibles o improcedentes, según sea el caso.
- Para los fines a que se refiere el articulo 357 del Código Procesal Civil (que trata
acerca de los requisitos de admisibilidad de los medios impugnatorios en general y
que fuera visto líneas arriba), se ordenara que el recurrente subsane en un plazo no
mayor de cinco días, la omisión o defecto que se pudiera advertir en el recibo de
pago de la tasa respectivo, en las cédulas de notificación, en la autorización del
recurso por el Letrado Colegiado o en la firma del recurrente, si tiene domicilio en
la ciudad sede del órgano jurisdiccional que conoce de la apelación. De no
subsanarse la omisión o defecto, se rechazará el recurso y será declarado
inadmisible.
- Si el recurrente no tuviera domicilio procesal en la ciudad sede del órgano
jurisdiccional que conoce de la apelación, tramitará la causa de manera regular y
será el Juez quien ordene la correspondiente subsanación del error.
- El superior también puede declarar inadmisible o improcedente la apelación, si
advierte que no se han cumplido los requisitos para su concesión. En este caso,
además, declarará nulo el concesorio.
1.1. Jurisprudencia casatoria relacionada con el requisito del pago de tasa judicial por concepto
de apelación
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al requisito del pago de tasa judicial
por concepto de apelación, ha establecido lo siguiente:
- “…El recibo del pago del arancel hace referencia al acto procesal por el cual se ha
hecho el abono; […] cuando se trata de recurso de apelación el recibo debe contener
la precisión de que el pago se hace por dicho concepto…” (Casación Nro. 1700-01 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8565-
8566).
- “…No se satisface la exigencia de forma del artículo 367 del Código Procesal Civil
respecto a la apelación de una sentencia cuando no se acompaña el recibo de la tasa
respectiva, sino se acompañan tasas expedidas por conceptos distintos a la
apelación del referido acto…” (Casación Nro. 2343-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6665).
- “…No existe afectación al debido proceso, cuando se exige que cada apelante
individualmente pague su tasa judicial, pues su exigencia emana de la interpretación
del artículo octavo del Título Preliminar del Código Procesal Civil […], concordante
con el artículo 367 del precitado Código…” (Casación Nro. 1998-2000 / La Libertad
(C-26050), publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2002, págs. 7168-7169).
- “…Los recurrentes cuando menos han litigado como litisconsortes necesarios pues
siendo avalistas de la ejecutada principal […] tienen un interés común en el
resultado de la litis […]. Que por consiguiente, estando a ese interés común de haber
actuado como una sola parte en este proceso, cabe admitir que estén obligados al
pago de una sola tasa judicial, interpretación que en cada caso concreto debe
hacerse conforme a la luz de los preceptos establecidos en la Constitución Política
del Estado, en el sentido de entender los requisitos y presupuestos procesales en el
modo más favorable a la plena efectividad del derecho a obtener una resolución
sobre el fondo, en este caso, a obtener la posibilidad de que el superior pueda
conocer de la sentencia apelada en virtud del principio de la doble instancia…”
(Casación Nro. 1211-2000 /Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-
2001, págs.. 6691-6692).
- “…Los cónyuges demandados […] conforman una misma parte, teniendo derecho e
interés común respecto del bien que defienden (patrimonio autónomo) y […] actúan
en forma conjunta, representando a la sociedad conyugal, de acuerdo a lo dispuesto
en los artículos 292 y 315 del Código Civil; […] asimismo, el articulo 65 del Código
Procesal Civil determina que la sociedad conyugal y otros patrimonios autónomos
es representada por cualquiera de sus partícipes si son demandantes y si son
demandados la representación recae en la totalidad de los que la conforma; siendo
así, no se puede exigir que se recaude una tasa judicial [por concepto de apelación]
por cada cónyuge, pues el hacerlo constituiría un exceso de parte de la
administración de justicia, al exigir mayores requisitos que los que la Ley señala…”
(Casación Nro. 1835-99 / Junín – Huancayo – Pampas, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2002, pág. 8198).
- “…El monto de las tasas [por concepto de recurso de apelación] se fija en atención
a la cuantía de la pretensión contenida en la demanda…” (Casación Nro. 2457-2000
/ Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6672-6673).
- “…Habiendo la recurrente pagado una tasa diminuta de arancel para interponer el
recurso de apelación, no ha cumplido con el requisito formal que exige el artículo
367 del mencionado Código [C.P.C.], por lo que no hay afectación al legítimo
derecho de acción ni a la tutela jurisdiccional efectiva…” (Casación Nro. 2796-2000
/ La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7027).
- “... El tercer párrafo del artículo 367 del Código adjetivo [C.P.C.] establece que: 'Para
los fines a que se refiere el artículo 357 -del acotado cuerpo de leyes- se ordenará
que el recurrente subsane en un plazo no mayor de cinco días. la omisión o defecto
que se pudiera advertir en el recibo de pago de la tasa respectiva...'. Por lo tanto, se
trata de una norma de observancia obligatoria e ineludible cumplimento por ser una
norma de orden público y una garantía de la administración de justicia; ya que el
concesorio del recurso de apelación se encuentra íntimamente ligado al principio
constitucional del derecho de defensa, pues en virtud de él se permite que las partes
puedan impugnar las resoluciones judiciales con arreglo a un debido proceso. Por lo
que se contraviene el derecho a la tutela judicial efectiva cuando se omite conceder
un plazo no mayor de cinco días, para subsanar la omisión o defecto que se pudiera
advertir en el recibo de pago de la tasa respectiva..." (Casación Nro. 2813-2003 /
Cusco. publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs. 14043-14044).
- "... Al no haberse cumplido con regularizar el pago de la tasa judicial, conforme [a]
lo dispuesto por el A Quo, bajo apercibimiento de no admitirse la apelación, no
corresponde a la Sala de mérito pronunciarse respecto de una apelación no
concedida..." (Casación Nro. 039-2000 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001. pág. 7289).
-
- "... Por recurso [...] la recurrente planteó a la Sala Superior la inadmisibilidad del
recurso de apelación interpuesto por el demandante, sustentado en haber pagado
una tasa diminuta [...] la Sala Superior al emitir la sentencia de vista [...] no se ha
pronunciado sobre este pedido de inadmisibilidad del recurso de apelación,
incurriendo en la causal de nulidad contemplada en el artículo 171 del Código
Procesal Civil, porque de accederse a su petición, la sentencia de primera instancia
quedaría firme, lo que importa que era un aspecto procesal que merecía
pronunciamiento..." (Casación Nro. 318-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-10-2001, págs. 7730-7731).
Según se infiere del texto del artículo 357 del Código Procesal Civil, que trate sobre los requisitos
de admisibilidad de los medios impugnatorios en general y que resulta aplicable al que acapara
nuestra atención, el recurso de apelación se interpone ante el órgano jurisdiccional que cometió
el vicio o error. Dicha norma guarda concordancia con lo dispuesto en el primer párrafo del
artículo 367 del citado cuerpo de leyes, conforme al cual la apelación se interpone dentro del
plazo legal ante el Juez que expidió la resolución impugnada.
Al respecto, Alsina refiere que "... el recurso (de apelación) debe interponerse ante el juez que
dictó la providencia, llamado a quo, para ante el juez o tribunal que debe conocer del mismo
por razón del grado, llamado ad quem..." (ALSINA. 1961, Tomo IV: 220).
Máximo Castro apunta sobre la materia que:
- “... La apelación se interpondrá por escrito ante el juez que hubiese dictado la
sentencia.
-
El juez a quo, o sea el que dicta sentencia, es el que más fácilmente puede apreciar
si procede o no la apelación. Además, la interposición del recurso le sirve de aviso
para que suspenda la ejecución de la sentencia" (CASTRO, 1927, Tomo segundo:
227).
El juez que dicta la resolución recurrida recibe el nombre de juez a quo y el que va a
conocer del respectivo recurso de apelación el de juez ad quem (...).
(...) La interposición del recurso de apelación ante el mismo tribunal que dictó la
resolución recurrida se funda en una evidente necesidad de orden procesal; porque
si se entablara, en cambio, ante el tribunal que va a conocer del recurso, el tribunal
a quo podría llevar adelante el procedimiento, o sea, la ejecución del fallo apelado,
por no tener noticias de su interposición.
En principio, y como lo hace notar Monroy Cabra, "... no se admite la apelación interpuesta
antes de proferir la providencia. pero nada impide apelar una vez proferida aquella, así no
se haya notificado" (MONROY CABRA, 1979: 338).
Alsina enseña que "…se trata (el termino para apelar) de un término perentorio (…),
debiendo el superior negarse a conocer el recurso concedido si hubiese sido interpuesto
después de vencido dicho termino. (...) No se interrumpe por el pedido de aclaratoria. Se le
cuenta desde el día siguiente a aquel en que quedó notificada la parte que recurre y solo se
computan los días hábiles..." (ALSINA, 1961, Tomo IV: 218-219).
Kielmanovich apunta que, "como se verifica con todos los plazos legales y judiciales, el
establecido para la interposición del recurso (de apelación) es perentorio, por lo que una vez
transcurrido el mismo, la resolución en cuestión adquiere firmeza; es prorrogable por
acuerdo de partes (...); e individual, por lo que corre separadamente para cada una de las
partes, y para cada uno (sic) de las distintas personas que puedan integrar una misma parte
(litis-consorcio)" (KIELMANOVICH, 1989: 36).
"Es un término perentorio, vencido el cual, la sentencia pasa en cosa juzgada. Los tribunales
examinaran de oficio el detalle, tanto en primera instancia para conceder al recurso, como
en la Alzada para determinar si ha sido bien concedido. La parte adversaria al apelante
puede desde luego plantear cuestión, pero no está obligada a acusar rebeldía.
La muerte del mandatario lo interrumpe. También la del litigante que actúe por sí...' (IBÁÑEZ
FROCHAM, 1963: 182-183).
"Para la interposición del recurso de apelación (...) existe un plazo perentorio y particular.
El plazo es perentorio (...), es decir que caduca en forma automática. sin necesidad de ningún
acto de la contraparte ni del oficio judicial; en consecuencia, y transcurrido el plazo, las
sentencias (resoluciones, en general) dictadas quedan firmes (pasan en autoridad de cosa
juzgada si corresponde).
Esta regla es aplicable aun al caso de parte múltiple, es decir que el plazo es particular a cada
uno de los integrantes de esa parte, por lo cual, si fueran notificados en días diferentes,
correrá en forma distinta..." (VESCOVI, 1988: 130).
"...EI comienzo del término (para apelar) se computa a partir del día siguiente al de la
notificación personal (...) o por edictos (...).
(…)
El plazo para apelar es perentorio: vence por el solo transcurso del tiempo, sin necesidad de
declaración judicial alguna. Se computan solo los días hábiles (...).
El plazo para apelar corre individualmente para cada parte, no es plazo común (...).
(…)
(...) El recurso de apelación debe presentarse dentro del término de ley (…).
Si se interpone fuera de ese plazo, el juez debe desestimarlo por dicha causal.
Eventualmente, si por error lo concede, la alzada tiene facultad para declararlo invalido por
tardío. No se requiere petición de parte; puede desestimarlo de oficio el tribunal de alzada.
Naturalmente, también puede pedirlo la parte interesada, en segunda instancia, toda vez
que en primera instancia no se puede recurrir del auto que concede un recurso de apelación
de la parte contraria. Y, en definitiva, (...) el destinatario final del recurso -en el caso el
tribunal de alzada-, es el que tiene que verificar si la concesión de él era procedente,
especialmente, por el plazo en que se lo dedujo' (LEVITAN. 1986: 48-50).
Agustín Costa trata lo relativo at plazo para apelar del modo que se reproduce a
continuación:
"El termino para apelar es perentorio o fatal, es decir, que el derecho a la apelaci6n se pierde
por el simple transcurso del plazo, sin necesidad que se solicite al respecto declaración
judicial alguna; la sentencia queda de pleno derecho, firme por su vencimiento, sin que sea
recurrida.
Como consecuencia es improrrogable y de orden público. coma todo lo que se relaciona con
la competencia funcional. Ni el juez ni las partes de común acuerdo podrían ampliarlo o
reducirlo, y un recurso concedido con la conformidad tácita o expresa de la parte contraria,
debe ser declarado ineficaz por el superior si hubiese sido interpuesto después de
transcurrido. El Juez de oficio pronunciara la improcedencia, rechazando el recurso sin
ningún otro trámite.
El transcurso del plazo se tornará innecesario: 1°) si existe aquiescencia expresa del fallo; 2°)
si es cumplido en forma espontánea, puesto que hay renuncia a la apelación y 3°) si la parte
apela directamente, dándose por notificada con el escrito de interposición del recurso.
(...) El efecto normal de transcurso del plazo cuando no se interpone la apelación, hace que
de pleno derecho las resoluciones queden firmes y adquieran autoridad de cosa juzgada. sin
necesidad de declaración alguna, pudiendo ser (...) objeto de ejecución..." (COSTA, 1950:
79-82).
“...El término para apelar no debe ser ni muy largo ni muy corto; ni muy largo, porque deja
inciertos los derechos reconocidos por la sentencia por mucho y ni muy corto, porque un
plazo breve impide a las partes analizar la sentencia y estudiar si conviene recurrir de
apelación o no.
(…)
a) Se trata de un plazo fatal (…); por consiguiente, si dentro de este plazo no se deduce el
recurso de apelación, el derecho a ejercitarlo se entiende irremisiblemente extinguido
por el solo ministerio de la ley (...);
Benavente sostiene que las características del plazo para apelar son las que enuncia a
continuación:
Lino Palacio afirma por su lado que "... el plazo para apelar reviste las siguientes características:
1°) Es, como todos los plazos legales, perentorio (…), de manera que operado su vencimiento sin
haberse deducido el recurso la sentencia o resolución queda firme (...). La jurisprudencia, por lo
demás, (…) se ha inclinado generalmente en el sentido de que el plazo analizado no se
interrumpe ni suspende con motivo de la deducción de un recurso de aclaratoria; 2°) Es
individual, o sea que corre separadamente para cada una de las partes, aun cuando cualquiera
de ellas revista carácter múltiple, y desde el die siguiente a aquel en que se efectuó la
notificación de la resolución" (PALACIO, 1979, Tomo V: 93).
"Si a pesar de ser nula la notificación de la resolución apelable, el agraviado se hace sabedor de
ella, y no la impugna, el término para apelar comienza a correr desde la fecha de la notificación
nula que se convalida por el acto de la parte que se hace sabedor de la misma.
El término para interponer la apelación comienza a correr en contra del agraviado, siempre que
sea válida la notificación que se le haya hecho de la resolución respectiva. En caso contrario no
corre.
El agraviado por una resolución judicial, puede apelar de ella, aunque no haya sido notificado
de la misma en forma alguna..." (PALLARES, 1979: 451).
En lo que concierne a las sentencias, la apelación se interpone dentro del plazo previsto en cada
vía procedimental, contado desde el día siguiente a su notificación (art. 373 -primer párrafo- del
C.P.C.). Así tenemos que:
En lo que se refiere a los autos, la apelación contra éstos, a ser concedida con efecto suspensivo
o sin él, se interpone dentro de los siguientes plazos:
- Tres días si el auto es pronunciado fuera de audiencia (arts. 376 -inc. 1)- y 377 -parte
inicial del primer párrafo- del C.P.C.).
- En la misma audiencia, si el auto fue expedido en ella, pero su fundamentación y
demás requisitos serán cumplidos en el mismo plazo que el acápite anterior (arts.
376 -inc. 2)- y 377 -parte inicial del primer párrafo- del C.P.C.).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al plazo para interponer el recurso de
apelación, ha establecido lo siguiente:
- "... Cuando el recurrente conoció por los edictos que se había expedido sentencia y
dentro del tercer día solicitó se le notifique el texto íntegro de la sentencia, el
Juzgado accedió a dicha petición y notificó la sentencia completa [...]; al haber
interpuesto el recurso de apelación [...] dentro del término que establece el artículo
691 del Código Adjetivo [C.P.C.], lo ha hecho en tiempo hábil, porque el término
debe contarse desde el día en que el Juzgado notificó por cédula el texto íntegro de
la sentencia..." (Casación Nro. 426-2001 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-10-2001, pág. 7731-7732).
- "... Es principio y regla procesal que todos los vicios acontecidos dentro de una
audiencia se impugnan en ella, por los que asistieron o dentro del plazo de Ley de
haber sido notificado [sic -léase notificados-] del contenido de la misma, para los
sujetos que no estuvieron presentes..." (Casación Nro. 346-2005 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág. 14560).
- "... Acusa [la recurrente] la infracción del Inciso tercero del articulo 122 del Código
adjetivo [C.P.C.], pues la recurrida ha omitido con pronunciarse sobre el [...] punto
de su escrito de apelación, referido a que no se le notifique de la inadmisibilidad de
sus pruebas, y que fuera resuelta en la Audiencia Única; [...] la oportunidad para
apelar de los autos que se emitan dentro de una Audiencia, se realiza dentro de ésta,
pero [...] su fundamentación y demás requisitos se cumplirán dentro del tercer día
de realizada ésta, según lo prescriben los artículos 376 y 377 del Código Procesal
Civil; en consecuencia, no hay afectación al debido proceso cuando la recurrente no
asistió a la Audiencia Única, donde se declaró inadmisible la admisión de sus medios
probatorios .." (Casación Nro. 3370-2000 / Lima. publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001 pág. 7066).
Azula Camacho refiere que "la apelación procede contra las sentencias de primera instancia
y los autos interlocutorios, aunque en relación con estos algunos ordenamientos procesales
(...) los limitan a los que taxativamente indica la norma” (AZULA CAMACHO, 2000, Tomo I:
363)
De la Plaza sostiene que “… son impugnables. por este medio (apelación), las sentencias
definitivas de todo negocio y los autos resolutorios de excepciones dilatorias e incidentes
(DE LA PLAZA, 1955, Volumen II, Segunda parte 775)
A decir de Rocco:
"... La regla general es que In apelación, constituyendo una impugnación normal contra la
sentencia, es proponible contra todas las sentencias, las cuales, por su misma naturaleza,
son siempre apelables.
Pueden, por tanto, ser impugnadas con apelación las sentencias en primer grado, siempre
que la apelación no sea excluida por la ley o por el acuerdo de las partes..." (ROCCO. 1976,
Volumen III: 340).
Para Liebman, "están sujetas a apelación todas las sentencias pronunciadas en primera
instancia, tanto si han juzgado el fondo, como si han debido limitarse a decidir una cuestión
preliminar; Canto si son definitivas como si no lo son, con las solas excepciones
expresamente establecidas por la ley..." (LIEBMAN, 1980. 478)
Según Levitán:
"... En principio, son apelables las sentencias definitivas, las interlocutorias y las providencias
simples que causen gravamen que no pueda ser reparado por sentencia definitiva, salvo
disposición en contrario. Asimismo, podrán ser apelables, si alguna disposición legal lo
determine, las providencias simples que no causen agravio.
(...) Es principio general que todas las providencias simples que causan agravio irreparable y
las sentencias definitivas e interlocutorias son apelables.
Contra tales resoluciones se tiene que admitir el recurso de apelación, salvo el caso de que
existan disposiciones que le quiten apelabilidad. En caso de dudas, (...) debe concederse el
recurso" (LEVITAN, 1986: 33).
En opinión de Benavente:
"Son apelables codas las sentencias definitivas y las interlocutorias de primera instancia,
salvo los casos en que la ley deniega expresamente este recurso, atendida la naturaleza o la
cuantía de la acción deducida (...).
La regla general es que los autos y los decretos no sean apelables. Sin embargo, (...) procede
la apelación en contra de ellos en dos casos:
Casarino Viterbo asevera que las resoluciones judiciales apelables son las que describe a
continuación:
a) Las sentencias definitivas de primera instancia. (...) Sentencia definitiva es la que pone
fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio (...); y de
primera instancia aquella que, precisamente, es susceptible de recurso de apelación (...).
c) Los autos y los decretos de primera instancia, siempre que alteren la sustanciación
regular del juicio o recaigan sobre trámites que no están expresamente ordenados por
la ley (...).
(…)
(...) La apelación que se deduzca en contra de los autos y decretos. en los casos en que
ella es procedente, presenta una particularidad muy especial. Debe interponerse con el
carácter de subsidiaria de la solicitud de reposición, y para el caso que ésta sea
denegada. En otros términos, el legislador desea que, si el tribunal se ha equivocado,
dictando un auto o decreto que altera la sustanciación regular del juicio o que ordena
trámites no establecidos expresamente por la ley, sea él mismo quien subsane el error,
reponiendo la resolución respectiva y evitando así la concesión y tramitación de una
apelación inoficiosa" (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 228-229).
Andrés de la Oliva y Miguel Ángel Fernández afirman que pueden recurrirse en apelación:
a) Todas aquellas resoluciones (generalmente autos), frente a las que (...) (se) concede
recurso de apelación de modo expreso (...).
c) Los autos que resuelven el recurso de reposición interpuesto frente a autos 'ordinarios’
(es decir, los que no sean resolutorios de excepciones dilatorias o incidentes...) (DE LA
OLIVA; y FERNÁNDEZ, 1990, Volumen II: 219).
Alsina, en relación a las resoluciones contra las que procede el recurso de casación, expresa que:
"... En primer término, el recurso procede contra las sentencias definitivas, entendiéndose por
tales las que ponen fin al litigio (...)
Puede apelarse de toda la sentencia o solo de una parte de ella, debiendo en la duda entenderse
que se ha recurrido en su totalidad, pero en todo caso debe referirse exclusivamente a la parte
dispositiva porque los considerandos son inapelables.
(...) Procede también el recurso contra las sentencias interlocutorias que deciden algún artículo.
(...) La palabra artículo está empleada como sinónimo de incidente (...). Así, serán apelables las
resoluciones que recaigan en las excepciones, rebeldías, negligencias, levantamiento de
embargo y todas aquellas que resuelvan una cuestión debatida entre partes (...).
(...) Por último, son apelables los autos que, aun cuando no resuelvan una incidencia, causen
gravamen irreparable pare la definitiva..." (ALSINA, 1961, Tomo IV: 210-212).
"El recurso de apelación (...) procede contra las sentencias; en principio contra las definitivas, y
también contra las interlocutorias o autos interlocutorios. Y, en algunos regímenes, contra los
decretos o autos de trámite. Respecto de estos últimos, solo en ciertos casos que (...) se
establece que es cuando causan gravamen irreparable.
En cuanto a las sentencias interlocutorias, (...) (se) admitió dicha apelación de las interlocutorias
que decidían los incidentes (artículos).
Tal es el criterio que predomina en el Derecho comparado, (...) aun cuando con limitaciones en
cuanto al efecto (no suspensivo, o a un solo efecto, o diferido).
Aparece, también aquí, una tendencia restrictiva que tiene dos vertientes principales: la de
establecer a texto expreso cuales son las interlocutorias apelables (...) o exclusión de la apelación
de las interlocutorias en ciertos procesos especiales (...). En ciertos sistemas, por combinación
de estas dos limitaciones, se establecen a texto expreso las excepcionales interlocutorias
apelables en los procesos especiales (…).
Ibáñez Frocham estima que el recurso de apelación procede contra estas resoluciones:
Se apela de la parte 'dispositiva’ pero a menos que en ésta se sinteticen las decisiones
que se van tomando en los ‘considerandos' lo que no se acostumbra, debe entenderse
que tales decisiones están implícitas en el dispositivo del fallo.
b) Las interlocutorias substanciadas. que resuelven incidentes debatidos entre las partes
(excepciones, negligencias, rebeldías) lo son también.
Kielmanovich, en lo atinente a las resoluciones contra las que procede el recurso de apelación,
formula estas observaciones:
La excepción al principio de la apelabilidad de las sentencias definitivas, está dada por la cuantía
del monto que se reclama en la demanda (y no por la diferencia que pudiera encontrarse
cuestionada en la segunda instancia)
Vale decir que, como regla, toda sentencia definitiva sería apelable, cualquiera fuera el proceso
en el que se la hubiera dictado.
En segundo lugar, las sentencias interlocutorias, esto es, las que resuelven cuestiones originadas
en el curso del procedimiento y que requieren sustanciación, son también apelables 'salvo
disposición en contrario'.
Son también apelables las providencias simples o de trámite, que son aquellas que ordenan
actos de mera ejecución y tienden sin sustanciación al desarrollo del procedimiento, cuando
puedan causar un gravamen insusceptible de ser reparado por la sentencia definitiva..."
(KIELMANOVICH, 1989: 27-29).
Como se ha podido apreciar, las resoluciones judiciales (autos y sentencias en nuestro medio))
constituyen el objeto del recurso de apelación. Este es un acto procesal de impugnatorio dirigido
a poner en evidencia el error o vicio en que incurri0 el órgano jurisdiccional y que se halla
contenido en una resolución, la misma que se espera sea modificada o dejada sin efecto por el
Juez ad quem. Es objeto, pues, del recurso de apelación toda resolución judicial (auto o
sentencia) que adolece de vicio o error y que, por lo tanto, causa agravio a alguno de los
justiciables. Y aquella puede ser apelada en todo o en parte, sujetándose la impugnación a lo
expresamente manifestado por el agraviado en su recurso respecto de los alcances del vicio o
error alegados por él.
Es de destacar que la resolución cuestionada no debe tratarse de un proyecto, sino que debe
haber sido ya expedida para que sea materia del recurso que analizamos, no importando si se
produjo su notificación o no.
El artículo 365 del Código Procesal Civil claramente establece que procede apelación:
A. Contra las sentencias, excepto las impugnables con recurso de casación y las excluidas
por convenio entre las partes.
Al respecto cabe señalar, en principio, que mediante la sentencia el Juez pone fin a la
instancia o al proceso, en definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y
motivada sobre la cuestión controvertida declarando el derecho de las partes, o
excepcionalmente sobre la validez de la relación procesal (art. 121 -último párrafo-del
C.P.C.)
B. Contra los autos, excepto los que se expidan en Is tramitación de una articulación
(incidente) y los que el Código Procesal Civil excluya.
Sabre el particular, el segundo párrafo del artículo 121 del citado cuerpo de leyes precisa
que mediante los autos (o resoluciones interlocutorias) el Juez resuelve la admisibilidad
o el rechazo de la demanda o de la reconvención, el saneamiento, interrupción,
conclusión y las formas de conclusión especial del proceso; el concesorio o denegatorio
de los medios impugnatorios, la admisión, improcedencia o modificación de medidas
cautelares y las demás decisiones que requieran motivación para su pronunciamiento.
C. En los casos expresamente establecidos en el Código Procesal Civil.
Cuando se habla de la resolución judicial coma objeto del recurso de apelación debe
entenderse que se hace referencia no a sus partes expositiva y considerativa, sino
únicamente a la dispositiva o resolutiva, por cuanto el pretendido agravio (concreto y
justificante del recurso) no puede hallarse en la motivación de la resolución sino en la
decisión contenida en ella, que es la que establece o fija el derecho de las partes. Se apela
así lo ordenado en la resolución y no el razonamiento lógico, jurídico y de hecho que opera
como antecedentes y sustento de tal conclusión. Pese a lo señalado, advertimos que el tema
se presta a discusión, sobre todo en aquellos casos excepcionales en que para determinar
con exactitud la decisión contenida en la resolución es preciso acudir a sus considerandos,
existiendo así una suerte de nexo directo, inmediato y subordinado entre ambas partes de
la resolución.
En consecuencia, no cabe alegar agravios, ni revisar los motivos de la decisión, esto es, los
considerandos. Salvo, por ejemplo, que se los utilice para interpretar el fallo, en cuyo caso
se considera que lo integra, sea implícitamente y, a veces, expresamente. (Así se dice:
‘condénase a los perjuicios, los cuales se liquidarán conforme a las bases establecidas en el
considerando...') (VESCOVI, 1988: 105).
A decir de Levitán:
"... El principio general es que sólo cabe apelar la parte dispositiva de la sentencia y no la de
sus considerandos, ni de sus motivaciones, ni de sus fundamentos. Empero, ese es el
principio general que normalmente se cumple.
"... Cuando la sentencia no adolece de ningún vicio o defecto, es decir que, por ejemplo, no
es susceptible de ser atacada por arbitrariedad, los considerandos y la parte dispositiva
integran un totum, de ahí que lo apelable es la decisión que contiene la sentencia.
Los considerandos, o sea la parte en que el juez funda su decisión, si bien no son
directamente apelables, si lo son en forma indirecta y constituirán el contenido propio de la
fundamentación del recurso a través de la expresión de agravios (...).
Loutayf Ranea expresa sobre el tema que, "... en principio (...), los considerandos de un
pronunciamiento no causan agravios invocables para admitir el recurso de apelación; en
general es en la parte dispositiva de la sentencia donde el magistrado pronuncia su fallo, y
lo lesivo o perjudicial que autoriza la apelación son las decisiones tomadas y no sus
motivaciones. Excepcionalmente son recurribles los considerandos, como ocurre en los
supuestos de contener directivas enderezadas a orientar el cumplimiento de la sentencia, e
integra como tal la decisión" (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 208). Dicho autor, acerca de
la parte de la sentencia que es objeto de apelación, señala, edemas, lo siguiente:
"... El principio general es (...) que solo puede apelarse de la decisión contenida en la
sentencia. Esta decisión está generalmente ubicada en la parte dispositiva de la resolución;
pero hay supuestos en que esté en la parte de la sentencia llamada 'considerandos', sin que
por tal circunstancia pierda su calidad de 'decisión'.
Basta que exista una decisión judicial, cualquiera sea la ubicación de ella para que pueda ser
apelada (...).
La doctrina y la jurisprudencia (...) han destacado que, como principio, solo es apelable la
parte dispositiva de la sentencia. Y no sus fundamentos, salvo supuestos excepcionales. En
tal sentido se ha resuelto: a) que el vencedor no tiene ni el deber ni el derecho de apelar los
fundamentos del fallo que en definitiva le dan la razón; b) que la apelación no procede
contra los considerandos de la sentencia, sino exclusivamente contra su parte dispositiva,
de suerte que el vencedor no puede apelar aunque aquéllos le resulten agraviantes; c) que
no existe gravamen y por lo tanto se carece de interés para recurrir cuando se ha obtenido
plena satisfacción de las pretensiones, aun cuando puedan no coincidir los fundamentos
expuestos por la parte y los vertidos por el juez, en la medida que ellos no tengan efectos
sustanciales; d) que es apelable únicamente la parte dispositiva de la sentencia, por lo que
las consideraciones formuladas por el sentenciante en el fallo no pueden fundar los agravios
traídos a la instancia; e) que el recurso de apelación no resulta, en principio, procedente,
referido sólo a las motivaciones de un fallo, sino a su parte dispositiva; f) que la apelación
no procede contra los considerandos de la sentencia, sino exclusivamente contra su parte
dispositiva; g) que en principio solo es apelable la parte resolutiva de la decisión como norma
individual que es, y no los considerandos.
Si bien, en principio, los fundamentos o considerandos del fallo no son apelables, tal regla
de hermenéutica debe aplicarse de acuerdo con las particularidades de cada caso; se trata
de una proposición que no es absoluta y admite excepciones. Así, se ha admitido la apelación
de los considerandos de una sentencia cuando lo dispositivo se remite a ellos en forma
expresa, o integran implícitamente la parte dispositiva del pronunciamiento, o constituyen
un antecedente lógico absolutamente inseparable (cuestión prejudicial) de lo dispositivo, o
influyen en la interpretación de la parte dispositiva, o contienen directivas enderezadas a
orientar el cumplimiento de la sentencia, (...) o cuando la declaración de derecho en favor
del vencedor es de una naturaleza jurídica distinta de la reclamada y puede resultar
frustratoria de su interés, (...) o cuando pueden constituir cosa juzgada con independencia
de la parte dispositiva, como ocurre en los casos en que existe decisión sobre un punto de
interés para las partes emitida en los considerandos.
En general puede decirse como nota común que cuando existe un perjuicio concreto
derivado de lo expuesto en los considerandos o fundamentos de una sentencia resulta
admisible el recurso de apelación" (LOUTAYF RANEA, 1989, Tomo 1: 315-320).
4.2. Resoluciones contra las que no procede la apelación por ser inimpugnables.
En lo que atañe a las resoluciones contra las que no procede la apelación por ser
inimpugnables debe tenerse presente los siguientes artículos del Código Procesal Civil
(respecto de los cuales, advertimos, el subrayado es nuestro):
"Tratándose de escritos y anexos sobre los que deba recaer alguna de las
resoluciones citadas en el Articulo 157" (del C.P.C., sobre la notificación por cédula
de todas las resoluciones judiciales), quien los presente debe acompañar tantas
copias simples de ambos como interesados deba notificarse.
Todo reclamo sobre la idoneidad de las copias será resuelto por el Juez en el día, por
resolución inimpugnable".
- Art. 184 del C.P.C. (sobre el impedimento, recusación y abstención del apoderado):
- Art. 187 del C.P.C. (sobre el fin del auxilio judicial durante el proceso):
"En cualquier estado del proceso, si cesaran o se modificaran las circunstancias que
motivaron la concesión de auxilio judicial, el auxiliado deberá informar de tal hecho
al Juez, debiendo éste sin otro trámite que el conocimiento del hecho indicado
declarar su finalización.
"Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para
formar convicción, el Juez, en decisión motivada e inimpugnable. puede ordenar la
actuación de los medios probatorios adicionales que considere convenientes.
Cuando los mismos medios probatorios hayan sido ofrecidos por ambas partes,
se actuarán primero los del demandante.
- Art. 217 del C.P.C. (sobre la forma del interrogatorio en la declaración de parte):
"El interrogatorio es realizado por el Juez. Las preguntas del interrogatorio deben
estar formuladas de manera concreta, clara y precisa. Las preguntas oscuras,
ambiguas, impertinentes o inútiles, serán rechazadas, de oficio o a solicitud de
parte, por resolución debidamente motivada e inimpugnable.
Ningún pliego interrogatorio tendrá más de veinte preguntas por cada pretensión"
(Puntualizamos que el art. 217 del C.P.C. es aplicable también para la declaración
testimonial, pues ello se infiere del art. 230 del C.P.C., el cual prescribe que son
aplicables a la declaración de testigos, en cuanto sean pertinentes, las disposiciones
relativas a la declaración de parte).
- Art. 301 del C PC. (sobre la tramitación de las cuestiones probatorias -tacha y
oposición-):
"La tacha u oposición contra los medios probatorios se interponen en el plazo que
establece cada vía procedimental, contando desde notificada la resolución que los
tiene por ofrecidos, precisándose con claridad los fundamentos en que se sustentan
y acompañándose la prueba respectiva. La absolución debe hacerse de la misma
manera y en el mismo plazo, anexándose los medios probatorios correspondientes.
El medio probatorio cuestionado será actuado, sin perjuicio de que su eficacia sea
resuelta en la sentencia, salvo decisión debidamente fundamentada e
inimpugnable".
- Art. 306 del C.P.C. (sobre el trámite del impedimento del Juez):
- Art 310 del C.P.C. (sobre la formulación y el trámite de la recusación del Juez):
- Art. 315 del C. PC. (sobre la recusación y abstención de los auxiliares jurisdiccionales
y los órganos de auxilio judicial):
Los Auxiliares jurisdiccionales y los Órganos de auxilio judicial pueden ser recusados
por las causales contenidas en los Artículos 305° y 307° [del C.P.C.] quo les sean
aplicables. Asimismo, tienen el deber de abstenerse si se encuentran afectados por
alguna de las causales de impedimento.
- Art. 317 del C. PC. (sobre la interrupción del plazo o diferimiento del término para
realizar un acto procesal)
Además de los casos en que este Código [C.P.C.] lo disponga, de oficio o a pedido de
parte, el Juez puede ordenar que se reserve el trámite de una apelación sin efecto
suspensivo, a fin de que sea resuelta por el superior conjuntamente con la sentencia
u otra resolución que el Juez señale. La decisión motivada del Juez es inimpugnable.
- Art. 405 del C.P.C. (sobre los electos de Ia interposición del recurso de queja):
El Juez no puede alterar las resoluciones después de notificadas. Sin embargo, antes
que la resolución cause ejecutoria, de oficio o a pedido de parte, puede la aclarar
algún concepto oscuro o dudoso expresado en la parte decisoria de la resolución o
que influya en ella. La aclaración no puede alterar el contenido sustancial de la
decisión.
El pedido de aclaración será resuelto sin dar trámite. La resolución que lo rechaza
es inimpugnable".
Antes que la resolución cause ejecutoria, el Juez puede, de oficio o a pedido de parte
y sin trámite alguno, corregir cualquier error material evidente que contenga. Los
errores numéricos y ortográficos pueden corregirse incluso durante la ejecución de
la resolución.
Mediante la corrección las partes también piden al Juez que complete la resolución
respecto de puntos controvertidos, pero no resueltos.
Las costas serán liquidadas por la parte acreedora de ellas, después de ejecutoria-
da la resolución que las imponga o la que ordena se cumpla lo ejecutoriado. La
liquidación atenderá a los rubros citados en el Artículo 410° [del C.P.C., numeral que
prescribe que las costas están constituidas por las tasas judiciales, los honorarios de
los órganos de auxilio judicial y los demás gastos judiciales realizados en el proceso],
debiéndose incorporar solo los gastos judiciales comprobados y correspondientes a
actuaciones legalmente autorizadas.
Las partes tendrán tres días para observar la liquidación. Transcurrido el plazo sin
que haya observación, la liquidación será aprobada por resolución inimpugnable.
Interpuesta observación, se conferirá traslado a la otra parte por tres días. Con su
absolución o sin ella, el Juez resolverá. La resolución es apelable sin efecto
suspensivo.
El pago se exige ante el Juez de la demanda. Las resoluciones que se expidan son
inimpugnables".
- Art. 422 del C.P.C. (sobre la liquidación de la multa): "La liquidación de la multa es
hecha por el Secretario de Juzgado y aprobada por el Juez de la demanda.
- Art. 477 del C.P.C. (sobre la fijación por el Juez de la vía del proceso de conocimiento
en sustitución a la propuesta):
En los casos de los incisos 1. y 3. del Artículo 475° [del C.P.C., vale decir: a) cuando
los asuntos contenciosos no tengan una vía procedimental, no estén atribuidos por
ley a otros órganos jurisdiccionales y, además, cuando por su naturaleza o
complejidad de la pretensión, el Juez considere atendible la tramitación del proceso
de conocimiento (inciso 1 del art. 475 del C.P.C.); y b) cuando los asuntos
contenciosos son inapreciables en dinero o hay duda sobre su monto, y siempre que
el Juez considere atendible la procedencia del proceso de conocimiento (Inciso 3 del
art. 475 del C.P.C.)], la resolución debidamente motivada que declara aplicable el
proceso de conocimiento en sustitución al propuesto, será expedida sin citación al
demandado y es inimpugnable".
- Art. 484 del C.P.C. (sobre la acumulación sucesiva de procesos que versen sobre
pretensiones accesorias en relación al proceso principal de separación de cuerpos o
divorcio por causal especifica):
- Art. 487 del C.P.C. (sobre la fijación par el Juez de la vía del proceso abreviado):
En el caso del inciso 8. del Articulo 486 [del C.P.C., esto es, en caso de asuntos
contenciosos que no tienen una vía procedimental propia, son inapreciables en
dinero o hay duda sobre su monto o, por la naturaleza de la pretensión, el Juez
considere atendible el empleo del proceso abreviado], la resolución que declara
aplicable el proceso abreviado, será expedida sin citación al demandado y es
inimpugnable".
- Art. 539 del C.P.C. (sobre la suspensión de la medida cautelar sin tercería):
- Art. 549 del C.P.C. (sobre la fijación por el Juez de la vía del proceso sumarísimo):
"En el caso del inciso 6. del Artículo 546° [del C.P.C., vale decir, en caso de asuntos
contenciosos que no tienen una vía procedimental propia, son inapreciables en
dinero o hay duda sobre su monto, o porque debido a la urgencia de tutela
jurisdiccional, el Juez considere atendible el empleo del proceso sumarísimo], la
resolución que declara aplicable el proceso sumarísimo, será expedida sin citación
al demandado, en decisión debidamente motivada e inimpugnable'.
- Art. 692 del C.P.C. (sobre limitación cautelar en caso de crédito asegurado con
derecho real de garantía):
Cuando se haya constituido prenda [entiéndase garantía mobiliaria en la
actualidad], hipoteca o anticresis en favor del ejecutante en garantía de su crédito,
no podrá cautelarse este con otros bienes del deudor, salvo que el valor de los
bienes gravados no cubran el importe de lo adeudado por capital, intereses, costas
y costos, o por otros motivos debidamente acreditados por el ejecutante y
admitidos por el Juez en decisión inimpugnable".
No es necesaria la tasación si las partes han convenido el valor del bien o su valor
especial para el caso de ejecución forzada. Sin embargo. el Juez puede, de oficio o a
petición de parte, ordenar la tasación si considera que el valor convenido está
desactualizado. Su decisión es Inimpugnable.
La tasación será puesta en conocimiento de los interesados por tres días, plazo en
el que pueden formular observaciones. Vencido el plazo. el Juez aprueba o
desaprueba la tasación. Si la desaprueba, ordenará se realice nuevamente, optando
entre los mismos peritos u otros.
En cualquier estado del proceso, a solicitud del deudor bajo su responsabilidad y con
citación del acreedor, el Juez puede autorizarlo, en decisión motivada e
inimpugnable, que proceda a la venta inmediata del objeto de la prestación cuando
ésta sea susceptible de deterioro o perecimiento. La decisión que rechaza lo
solicitud as apelable con efecto suspensivo.
Efectuada la venta se consigna el importe del precio deducidos los gastos realizados.
Por último, cabe indicar que la Corte Suprema de Justicia de la Republica, en relación
a las resoluciones contra las que no procede la apelación por ser inimpugnables, ha
establecido lo siguiente:
- "... El otorgamiento de auxilio judicial resulta ser una facultad discrecional atribuida
al Juez, la cual no resulta ser impugnable, menos aún en sede de casación..."
(Casación Nro. 1917-2004 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30. 03-2005, pág. 13798).
- "... La inspección judicial con peritos fue ordenada de oficio [...], lo que no es
impugnable..." (Casación Nro. 2784-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7026).
Al respecto, Escobar Fornos enseña que "… la parte agraviada puede apelar. Sin agravio que
cause perjuicio, no existe interés para apelar. El victorioso, por ejemplo, carece de interés
pare apelar. También lo pueden hacer los terceros interesados..." (ESCOBAR FORNOS, 1990:
224).
Para Alsina, "... el recurso de apelación se concede únicamente a las partes en el pero (...)
también se acuerda a los que no revistiendo esa calidad pudieran resultar afectados por el
mismo..." (ALSINA, 1961, Tomo IV: 215-216).
Chiovenda asevera que "el derecho de apelar corresponde a todo el que haya sido parte, y
sea perjudicado por la sentencia, incluyendo el sustituto procesal, y además al coadyuvante
adhesivo y at obligado..." (CHIOVENDA, 2003: 526).
Ovalle Favela sostiene que "... pueden apelar la parte que creyere haber recibido algún
agravio, los terceros que hayan salido a juicio y los demás interesados a quienes perjudique
la resolución judicial. No puede apelar el que obtuvo todo lo que pidió; pero el vencedor
que no obtuvo la restitución de frutos, la indemnización de daños y perjuicios o el pago de
costas, sí puede apelar" (OVALLE FAVELA, 1980: 193).
"... En principio, (...) la parte es la que se halla legitimada para apelar, ya sea que lo haga
por derecho propio o a través de su apoderado (...).
En segundo lugar, están legitimados para apelar los integrantes del Ministerio Público, toda
vez que se encuentra en juego un interés por ellos defendido y la resolución que haya
recaído vaya en contra de él.
En cuanto al tercero solo podrá apelar cuando la sentencia lo haya perjudicado...a (ALVAREZ
JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1990: 320-321).
"En principio, debe afirmarse que sujetos titulares del recurso de apelación son las partes
(el actor, el demandado, eventualmente el tercerista). Pero esta regla no es totalmente
exacta y se dan casos en los cuales las partes se hallan privadas de recurso. Además se dan
situaciones en las cuales pueden deducir apelación aun aquellos que no han sido partes en
el juicio.
Puede establecerse en esta materia una máxima de carácter general. De manera paralela
al aforismo de que el interés es la medida de la acción, podría aquí admitirse que el agravio
es la medida de la apelación.
Puede deducir recurso, por lo tanto, aquel que ha sufrido agravio en la sentencia. Y esto
puede ocurrir siendo parte en el juicio o siendo ajeno a él" (COUTURE, 1985: 360-361)
Dicho autor hace notar que "la sentencia inhibitoria puede ser apelada tanto por el
demandante a quien perjudica al no decidir sobre las pretensiones de la demanda, como
por el demandado, quien también sufre agravio, por cuanto tiene que afrontar un nuevo
proceso..." (MONROY CABRA, 1979: 337).
Quinteros Velasco, en lo que atañe al objeto de nuestro estudio, hace estas apreciaciones:
"El aspecto de legitimación procesal en lo que se refiere a los recursos se concreta en quien
puede interponerlos eficazmente, es decir, quienes están facultados para impugnar el fallo
o decisión.
Puede afirmarse categóricamente que todos los recursos solo funcionan a iniciativa de las
partes contendientes, consecuentemente a estas corresponde interponerlos. Pero existen
casos en que se les niega su ejercicio, y otros en que se conceden a personas extrañas al
proceso, es decir, a los terceros.
Por ello resulta necesario determinar concretamente quienes pueden o no pueden ejercitar
el recurso. Del mismo modo que el interés es la medida de la acción, puede aceptarse que
el agravio es la medida del recurso, por tal razón se concede a los que no habiendo sido
partes en el proceso, sufren un daño, ocasionado por la sentencia pronunciada; (...) nadie
puede ser privado de sus derechos sin ser oído ni vencido en juicio conforme a la ley (...);
per ello se concede aun a los que no habiendo formado parte del cuasicontrato de litis
contestatio, sufren el efecto dañoso que se origina en la sentencia (QUINTEROS VELASCO,
1962: 37).
Existen casos, finalmente, en los cuales la interposición del recurso de apelación comporta
un deber. Tal es el de los procuradores, quienes están obligados a recurrir contra toda
sentencia definitiva adversa a su parte..." (PALACIO. 1979 Tomo V. 84-85)
“... (Se) exige dos condiciones para que se puede tener derecho a interponer la apelación:
1° que es un recurso concedido al litigante, y 2° cuando ha recibido algún agravio por la
sentencia del interior.
“... Para apelar se requieren dos condiciones fundamentales: ser parte y, además, ser parte
agraviada.
Ahora bien, las partes en juicio pueden ser directas e indirectas o terceros. Son partes
directas el demandante y el demandado, y las partes indirectas o terceros den ser
coadyuvantes, excluyentes e independientes.
Todavía más: si son vanos los demandantes o varios los demandados. pueden apelar todos
ellos, e incluso pueden hacerlo el o los demandantes y el o los demandados, a la vez; de
suerte que es exacto afirmar que pueden interponerse tantas apelaciones corno partes
haya o figuren en el proceso.
El segundo requisito para apelar es ser parte agraviada. Este as un concepto jurídico y
significa que la resolución contra la cual pretendemos alzarnos nos ha perjudicado, en razón
de haber negado, en todo o en parte, lo que habíamos solicitado. Ejemplos: la sentencia
que da lugar a la demanda agravia al demandado; la sentencia que niega lugar a la demanda
agravia al demandante, y la que acoge la demanda en parte, perjudica a demandante y
demandado, a la vez" (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 230-231).
Kielmanovich trata lo relativo a las personas que pueden apelar del modo que se reproduce
a continuación:
Sólo pueden interponer el recurso, por principio, quienes revisten la calidad de partes, sus
sucesores (individuales y universales), los sustitutos y los peticionarios (en el proceso
extracontencioso), sea que actúen por sí o por intermedio de sus representantes
voluntarios (vgr. Procurador, letrado-apoderado) o necesarios (los padres, curadores, los
órganos de representación de las personas jurídicas, etc.).
Cabe agregar que la facultad o derecho de apelar compete a todas las personas colocadas
en el mismo lugar de parte -así todos los litisconsortes- variando los efectos de la
interposición según se trate de un litisconsorcio facultativo o necesario.
Dentro del concepto de parte, involucramos a los terceros quo han sido autorizados a
intervenir en alguna de las formas que la ley autoriza (partes accesorias), sea por su propia
voluntad o a requerimiento de alguna de las partes principales.
Los funcionarios del ministerio público se encuentran también habilitados para interponer
el recurso de apelación, tanto cuando actúan en representación de ciertas personas (vgr.
menores, ausentes, Estado) cuando en defensa del interés público o social (cuestiones de
estado, de capacidad, etc.) reconociéndoles para ello la calidad de parte, o si se prefiere
legitimación.
Excepcionalmente los terceros perjudicados por alguna resolución pueden apelar de ella,
siempre que ella les ocasione algún perjuicio..." (KIELMANOVICH, 1989: 31-32).
Loutayf Ranea, en lo atinente a las personas que pueden apelar, nos ilustra de esta manera:
El principio general es que son las partes las que están facultadas para deducir el recurso
de apelación, presuponiendo, lógicamente, que tienen interés en la apelación, porque no
baste ser parte, sino que es necesario tener interés en la interposición del recurso.
Puede apelar toda persona que revista calidad de parte; ya sea que ella en forma individual
ocupe la situación de parte o que se trate de un litisconsorcio en donde puede recurrir
independientemente cada litisconsorte; cada litisconsorte puede adoptar frente a la
sentencia la actitud que le parezca, consintiéndola o recurriéndola y aun cuando se hubiere
unificado la personería (...) la facultad de apelar compete autónomamente a cada
litisconsorte y también al representante único.
Puede apelar cualquiera de las partes, es decir, tanto la actora como la demandada; la
legitimación para apelar se atribuye a las partes sin referencia a la posición en que, como
tales partes, se situaron en el proceso de primera instancia: es decir, puede apelar no solo
el demandante, sino también el demandado.
Igualmente, pueden recurrir, tanto quienes originariamente figuran como parte actora o
demandada como quienes luego ingresan al proceso en virtud de una intervención de
terceros, ya se trate de la intervención obligada (...). o de la intervención voluntaria (...). o
cuando ocurre la acumulación de procesos y se sustancian conjuntamente.
La parte puede recurrir aun cuando no haya comparecido al proceso; (...) la condición de
parte comprende tanto a los que realmente participaron en el proceso como también a
aquellos que sin haber comparecido hubieran podido hacerlo.
Son también partes que pueden apelar los sucesores universales de quienes revestían la
condición de parte que son continuadores de la personalidad de los causantes (...).
Igualmente ocurre con los sucesores particulares en los juicios respecto de los bienes en
que suceden (p. ej., donatarios, legatarios respecto a los juicios en que estén en discusión
los bienes donados o legados).
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a las personas que pueden apelar,
ha establecido lo siguiente:
- "... El recurrente dejó consentir la resolución apelada; […] quien interpuso el recurso
de apelación fue su codemandante, y no el recurrente; [...] en el presente caso, la
parte accionante formó un litisconsorcio facultativo, razón por la cual los efectos de
la apelación sólo beneficia a quien lo interpuso..." (Casación Nro. 3321-2001 / Madre
de Dios, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8996).
- "... Del artículo 364 del Código Formal [C.P.C.] no se desprende que el acto de
apelación sea uno de disposición de derechos sustantivos y de acuerdo con el
artículo 290 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el abogado no requiere poder
especial para impugnar por su cliente..." (Casacion Nro. 2683-2003 / Sultana, publi
cada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, pags. 13694-13695). Por
resoluciOn expedida por la Sala Civil [] se declare nulo el concesorio de apelaciOn
[...j e inadmisible el recurso de su proposito [...] per considerar que el