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Número Extraordinario PRECIO: SO CTS

Los grandes concursos


de POPULAR FILM
¿TENGO CONDICIONES PARA
SER ARTISTA DE CINE?
Queriendo contribuir POPULAR FILM de un modo prác-
tico al desarrollo artístico de la cinematografía española y
sabiendo que entre sus numerosos lectores y lectoras hay
muchos que se han preguntado más de una vez si reúnen
condiciones para dedicarse al séptimo arte, abre un con-
curso fotogénico, en colaboración con la casa editora de
películas, HERCULES FILM, de Madrid, bajo las siguientes

BASES
PRIMERA. — Todas las personas residentes en Es- CVARTA. •—¡.as folO}¡rajias que nos envíen los
paña, cualquiera que sea su estado y nacionali' concursantes de ambos sexos, se irán publican-
dad, pueden tomar parte en este concurso. do, por riguroso turno, en POPULAR F I L M .
S}-](",l!NDA. — Los que deseen concurrir a este con- QiUNT.4. — Finalizado el concurso, que se cerrará
curso, deberán enviar a la Redacción de P O P U - a las doce de la mañana del día .3/ de diciembre
LAR F I L M , por correo, y bajo sobre cerrado, diez del año actual, se procederá, ante un notario de
boletines de los que se publican en iodos ¡Uircclona, al recuento de votos.
los números de la revista con el título ti¿Tengo Sh'..\'l'A. — EJ concursante y la concursante que re-
condiciones para ser artista de cijief», escri- sulten elegidos, podrán disponer cada uno de
biendo en uno de ellos el nombre y dirección ellos de doscientas cincnenía pesetas, que la
de la persona que los envía y acompañados de un Administración de POI'ULAR F H . M les adjudica
retrato en hiisío y otro de cuerpo entero del con- ¡'ara el viaje a Madrid, y residencia, de siete días
cursante, en cuyo respaldo especificará éste su en la capital de España.
edad, estatura, peso, color de sus ojos y cabe-
SÍiPTIMA. — N u e s t r o representante literario en,
llos, deportes que cultiva, conocimientos inte-
- Madrid, don Luis tiómez Mesa, presentará a los
lectuales que posee y detalle de las labores ar- Iriuníanícs en este concurso, al director de la
Usticas a que se haya dedicado. casa editora de películas alíércules Film», cui-
TERCERA. — A l mismo tiempo, y para no retra- dándose, además, de su instalación eu Madrid.
sar el resultado de este concurso, publicaremos (HTAl'A y ULTIMA.-'Von Agustín García Ca-
niro boletín de votación para que, una vez ter- rrasco, director de la «Hércnles Film», se com-
minado el concurso, los lectores de P(.)l'iil.AK promete a contratar, para que formen parte de
F I L M llenen dos de estos Ixiletínes en el que su conrpañía, a los que resulten elegidos eu este
escribirán los nombres del concursante y de la concurso, siempre que reúnan las condiciones
concursante a quienes otorgan su voló. artísticas necesarias para triunfar en la pantalla.
AÑO I NÚM. II

Gerente : Isidro Bulto Casanovas


Adminisirador y Apoderado : } . Olívei Viveí Director técnicoortístico : S. Torre» Beneí
Redacción y Administración : París, 134 y Villarroel, 186 - Teléfono 734 G. - 6ARCELONA

Director literario: Maieo Santos Oficinas en Madrid: Hortaleza, 46,pral,


Redactor Jefe : Martínez de Ribera 14 DE OCTUBRE DE 1926 Delegado: D o m i n g o R o m e r o
Director musical : Maestro G. Faura Director; L u i » G ó m e z M e s a
I iNiiiiiiiiiiiii ] niiiiiiiiiii tiiuiiNiirtiiiiiiiiiijiiiitiiiiiuiiiiniiiiitiiMuii IIIIIIUIIUH iiiiiMiiiiiiiiiiiiiMiiiitintniíiiiiiiMiiiiiiiiiii i <i i triniiiii mi

LA PERSONALIDAD DE VALENTINO
L os comentartus (\UL' la prtusa de tudos los paísts Im lie-
d l o a propósito de la figura de Rodolfo Vaientino, de su
vida y de su obra, hacen (nie tiueranios tomar, a luieslra
vez la pluma, para deslindar
ser un defecto cuando tiende a generalizar, pues únicamente
en lo ÍndÍ\'idual, que logra univei-salizarse por su propio méri-
to, puede liasarse un genio ])ara hacer obra de arte.
Kl principal encanto de Rodol-
campos y poner las cosas en su fo Valentino era el de tenor una
sitio, de modo que no falte en el personalidad que tan admirable-
fárrago que la pseudo-literalura mente se acusa y (pie se conti-
cinemática lia dedicado a Rudy, núa, tan formidablemente defi-
la modesta opinión de POPULAR nida, a través de toda la obra rea-
FILM, (jue tiene ideas propias so- lizada. A n t e esta cualidad suya,
bre estos dominadores del éxito tan interesantísima y tan esen-
y sabe la causa del por qué ha cial, nosotros que no le reconoce-
sido tanta la popularidad que mos otras de las muchas que enci-
Rodolfo Valentino ha alcanzado ma le colgaron, nos inclinamos
en el m u n d o entero. ante él y comprendemos sus éxi-
Rodolfo Valentino era, según tos en este, al que llaman y lo es,
alguno de los cronistas que le tra- difícil arte de la pantalla.
taron, un hombre vulgar, o por \',\ triunfo de Valentino es el
lo menos uno de esos seres que triunfo del latinismo y constitu-
suii indiferentes. Ninguna genia- ye la primera piedra del alcázar
lidad ni ningún principal hechizo t[ue la cinematografía latina ha
le hacen colocarse en el puesto de levantar ante los asombrados
(]ue por el renombre alcanzado le ojos del mundo entero, como
IJertenece. A Rodolfo Valentiuo prueba de su genio creador y pro-
eii la calle muchas mujeres le hu- lífieo, tanto en sonido como en
bieran despreciado ; en la panta- forma y concepción.
lla jíocas hubiesen dejado de Para dar.iie cuenta ]ierfecta de
acéjitarle. V es que Rudy tie- la veracidad de este aserto, no
ne dos personalidades : la mía, es preciso lanzarse a campo tra-
llena de encanto, de juventud y viesa por el mundo d"e la imagi-
tle belleza ; la otra, sujeta a la nación : basta tan sólo medir el
vulgaridad de una vida prosaica, alcance de nuestra producción
en la que lo ideal no lle^a nunca artística y compararla con la de
y cuando jiarece haber llegado, esos pueblos jóvenes que no tie-
le iiuye de las manos. nen en su abono — dentro del
Si analizamos bien su obra, nos arte — obra alguna en que ba-
daremos en seguida perfecta sar un futuro por\'enir glorioso,
cuenta de que su personalidad y solamente viven a expensas de
no, vivía ninguna eterna inquie- una producción costosa y sin ca-
Uui espiritual : las (jue alteran rácter definido, cjue no tiene de
su espíritu, son las mismas que arte puro más que lo que algu-
todo hombre lleva consigo y que nos elementos estéticos disjier-
son ]")roducto de los trastornos "^ • • . . , sos la prestan.
en que la lucha diaria nos envuelve. Imagináosle mal estudian- Al perder a este actor, que tan alto supo colocar su nombre
te en Italia, hombre de placer en París y bailarín en Norteamé- y su raza, pierden los norteamericanos uno de sus principales
rica, y reconoced con nosotros que Rodolfo Valentino no era elementos, y los latinos el representante que en Norteamérica
nada más que un hombre gua¡jo, que debió su reputación a lo había llegado a ocupar el puesto de honor de los principales ga-
expansivo del séptimo arte. lanes, por contar precisamente con esa sublime cualidad que
todo buen latino posee, y q u e lia sido causa del esplendor de la
Kl cine, como cnaliiuier arte, exige a sus cultivadores cuali-
raz.a, que a pesar de sus defectos múltiples, poseía en su tan
dades especiales si es que han de sobresalir en él, aunque esto
cacareada individualización el impulso más forniidable (¡tie vive
uo puedo significar desdén por los conjuntos que son los que
eu el hombre y le obliga, ])or creerse rey de la creación y ombli-
hacen que se destaquen y acusen, denidanientc, las líneas y ma-
g o del m u n d o , a todos los g:randes hechos románticos q u e a tra-
tices artísticos de los principales intérpretes. Y esto es lo que,
vés de la historia prueban la potencialidad creadora de esta
e.i realidad, ha hecho el cine americano : rodear a las figuras
raza, domeñadora de pueblos y de voluntades, que dio vida al
]>reeminentes de la ¡.»aiitalla, de grandes y disciplinados con-
alma muerta de las civilizaciones antiguas con su aliento
juntos para que la personalidad de aquél quede mejor perfilada
genial. Con Valentino pierd^e el cine una de sus preeminentes
y definida.
figuras. - •. ,,
Claro que la comijrensión del arte a lo anglo.sajón, puede

JW\ vv^rtAi%%vv^'Vi/'-v^AA^Aívvv.%vuvvvvvv^vw•J^i
m
Sobre una existencia corta, pero rica en acontecimientos
Rffunuzciimus, a n l e todo, mérito a! artista I ico : (iuglieimi), nacido e n un pueblecito nales proporcionábanle cotidianos disgustos—,
(](-• cine, pues si no es así, sobra ciianlo va- del mediodía tle llalla y perteneciente a una N'alenlino viaja con su esposa |)or el viejo
mos a oscriliir. familia de burgueses, sintió, apenas traspuso Continente, Y visitan ('"rancia, Ingíatei-ra e
Para jiriUar fn la panlalla im lj;ista tener los Luiibi'ales de la adolescencia, la comezón Italia. La querida patria de Valentino le re-
liiiena fif*ura y una cara bonita, se necesita de la popularidad. .M siquiera apuntaba el cibe fríamente. Esto desazona al artista. Re-
a|cío mi'is : listeza en ^rado que se salga de lo bigote en su rostro aniñado, y ya simulaba gresa el matrimonio a París, y Nalacha y
eumiin, r;i]>ida comprensión de las cosas y un afeitado para presumir de hombrecito. Su Rodolfo, al notar que Cupido deshabitó sus
conoi-imiento [jcrfectct de lo que es y sif^nifira (•.'ir;iiíi'r independiente ocasionóle Inunidad cor;izones, se se¡iaran amlstosrinicnle.
la pi'ofesión que se cultiva. El arte mudo, ya de enfados con SUS padres. Aunque le a g r a - V otra vez a la vorágine neoyori|UÍna.
lu diiT su mismo nombre - - disimulad la pa- daba estudiar, le fastidiaba ceri¡rs<í a un plan D u r a n t e l;i prolong;ida ausencia de \':den-
radoja—, es arfe de í^eslos, de moviiiiienlus, lijo, y se neg('^ a seguir una carrera. Dotado lino, se adueñí'i de la multitud ta polaca Pola
de expresi()n ; por lo que requiere una pi^e- de finísimo oídíj a]>rentlió música y baile. 1)1- Negri, Iniída de Alemania ]Kir la h'anuius-
paracii'in muy distinta que la teatral. Lo que \ c r s a s clrcLuisl anclas, que sería ¡irolijo e Players p a m resucitar (iLa marca de fuegon
iTi LUÍ csreuariu son palabras, en el blani'o inútil eniunerar, le fuerzan a recurrir a su y ((lícita Donna». Se relacionan Pola y Ro-
lienzo se i-onvierle en a d e m a n e s y actitudes, habilidad de bailarín para no morirse de Iiam- dolfo y surge una pasión a\'asalladora, que
por eso succd<' con frecuenL-ia quo aquellos bre. Y es entonces cuando aparece en los promete transformarse en la boda tercera de
que provienen de las huestes de Talía fraca- Hcabaretsii y ndanclngs)) de moda de Europa la serie. Pero se revehí de sopetón la traidora
san en el cinematójfrafo (evtiquenios entriste- Rodolfo Valentino. enfermedad. .Se impone una extrema res(.i-
cidos los desgraciados ensayos peliculeros de i'Lm|)Lijado por su ansia de celebridad, se lución. Y se opera a Valentino de apendicitls,
los formidables Sarali B e r n h a r d t , Eleonora marcha a Yan(.|uiland¡a a buscar el vellocino en aparienci:i felizmente. Sin enibm^go, el
Muse, Tina di Lorenzo, María tluerrero, Er- de oro. V la suspirada utlerra de promisióni) mal se complica por el lado menos esjjerado
nu'tU' / a c c o n i , Mouney SouUy y Enrique Bo- \t: es, al principio, ingrata. Agotados SLLS — se temía la gangrena—, por una endocar-
r^rá s). ahorros se le quedan los bolsillos limpísimos, ditis séptica. V el gastado corazón, pese a su
l'^s, de^de luego, preferible contar con an- y \ese obligado a dormir al raso, en los ban- poca edad — treinta y un año-—, del :istro,
tei-edenles artísticos a ser un adven<'dizo. cos de los paseos ; colocado, luego, como ca- se para en medio de desoladora conslernación.
Mas si el arsenal de cultura artística que se marero, la fatalidad se ceba en él, y es des- D e t r á s del fallecimiento del moderno Don
posee no proi-etle del ejercicio del noble—no- [ledido injustamente, Y en escaso tiempo es J o a n desfila un interndnable cortejo de noti-
ble, ya que contribuye a que las gentes olvi- iicow-boyn, !im]íiabotas -—• a la sazón si V a - cias sensacionales, que sirven para propagar
den por un ratt) y de agradable manera las U-nlino no andaba con los pies de.scalzos y los reestrenos de sus obras : el suicidio de la
a m a r g u r a s del eterno batallar por la vida •— c-ublerto de mugre y harapos, como un por- joven y chillLida Margarot Murray Scott, pre-
oficio tle 'l'alma y Maiquez, mejor que mejor, diosero, poco le faltaba—, jardinero, mance- sa de inmenso ilotor por la desaparición del
pues el peligro de caer en afectaeit'in es mi?- bo de botica, recadero y h a s t a «extra» en los ídolo ; las Imunerables histéricas que rasgan
nnr. Al L[uf actuó en el retablo de maese P e - estudios cídlfornianos. Por esta época des- sus vestiduras y vií^rten raudales de lágrimas
dro, sirnipie se le notan ciertos resabi.-s de empeña pa¡)eles sin Importancia —- y empeña delante dcd adorado cad/iví'r, en señal de
hablador y niíircada tendencia a gesticular sus ropas — en varias producciones, contem- hondísima y escandalosa ]jena ; las cargas de
cual si precisaran la espontaneidad y la na- jiladas [)or n o s o t r o s : KLOS farsantes", de la la |)olÍi-ía, con sus correspondientes heridos
turalidad de la exageración, cuando son in- Metro y por May .Allison ; «Ambiciones m u n - para despejar los alrededores de la capilla
compatibles. danas», de la Lhiiversal y por Dorothy P h i - Campbell de grupos de curiosos que anhela-
l i e ahí las primordiales cualidades cinéti- llips ; UILI canilno del a m o m , con Clara Kim- ban contemplar al muerto ; la fabulosa canll-
cas. Con espont.aneidad, con naturalidad, el bal Voung de protagonista, e t c . . d;id (.pie cobrará la cas¡i editora que aseguró
Iriíaifo es seguro. Y si se sabe adoptar de Iri vida a Valentino ; el millón de dólares de
Vuelto \'a!entino a la danza, nconqulstai)
\'ez en \'ez y con oportunidaci determinadas íierencia...
a una muchachita romántica, J u a n a Acker,
y personales posturas, al éxito \rá unida la
con la que se casa. La dicha es fugaz y \'Iene Con \elocidad de visiém cinematográfica y
admiración sincera del público. Incluso se
el di\'orcio ¡íur m u t u o hastío. en forma desordenada, de bosí.[uejo, traza-
i-onsiderar;'L como estilista al que tal h a g a ,
Cansado de luchar, negro pesimismo se mos !a biografía de Rodolfo Valentino, que
y se le e l e \ a r á a extraordinarias alturas,
apodera de Valentino, y añora, nostálgico, el era lo que prelí'ndíamos, Realiz;ido nuestro
como ocuriMi'i i-on el desventui'ado Rotlolfo
cielo de Ñapóles, los canales y palacios de propósito, cúnq)lenos re]jelir con el filósofo
\'ali'ntÍno.
X'enecia, los Imjionentes y venerables m o n u - Ignorado : e| vivir no es extensión, sino inten-
Rodolfo Valentino, inteligencia despiert.a,
mentos de R o m a . . . ; m a s conoce a WInifred sIclaLl, no es [lermanecer largo tiempo en este
descubrió en.seguida todas las intríngulis tiel
H u d n u l (más adelante N a t a c h a R a m b o w a ) , mundo, sino no desperdiciar ni un minuto.
camjio del film. Y su victoria íu¿ casi de
su segunda mujer, y, con el a m o r en su pe- ^^ para conseguirlo, lejos de abandonarse al
fulmitiantes efectos. Casi y no instantánea
cho, enira de nuevo en liza con insospechado ci''mo(io K; para riiatro cochinos días que vive
por complelo. porque, no obstante sus tenta-
brío. imo !", lo indicado es imitar los ejemplos de
tivas para usar el ascensor, subió a la meta
Se digna ndrarle la Fortuna, y se encuen- constancia que la realid;id ofrece a diario. La
de la gloria y del dinero por una molesta
tra de golpe y porrazo en m a r e a n t e cúspide. breve existencia de Rodolfo Valentino, no
escalera de caracol y tramo a Taimo. El que
Es ya el creador de Julio Desnoyers en <iLos abimdará en virtutles ; m a s constituye, para
su llegada ni final llamase poderosamente la
cuatro jinetes del Aitocalipslsi», y de A r m a n d o los débiles de voluntad, una enseñanza que
alención, debióse s!n duda a lo sÍlenci()SO de
Duval en <iLa D a m a de las Camelias», y las estiinida a liLchar y a venctM".
su pisada.
Valentino (apellido que sustituyó al aulén- esplendentes eestrellasji Alice Terry y Alia Lt*[s (;<')Mi';/, ME:S.\
Nacimova son sus c o m p a ñ í r a s .
AclanKuio por la aflcléin ent<M"a, al iiaslro» 0

hallailo por Rex Ingram le llue\'on los con-


BOlETtN para tomar parte en el tratos. Y se le a p l a u d e : en ta ada|)Iación de BOLETÍN de votación para el Concurso de
Concurso de POPULAR FILM la novela de Honorato Balzac idiugcnia
' irandet» ; en KI-^I grimieít- del veleron, con
P O P U L A R F I L M
"¿Tengo condiciones para la arrebatadora Dorothy Dalton ; en ((Sangre
y ai-enai), encarnando al bravo torero J u a n
ser arüsfa ae cine?" Nombre del votante
liali;irdo; en ¡(El ca/tbi, realzando su ¡3ers(j-
Nombre del concursante naje de enérgico y ardiente hijo del desierto,
domador de fierecillas rebeldes, como la en-
cantadora Agnes Ayres ; en la galante recons-
Domicilio tituci('in de la corte de Luis X V de l-'rancia,
titulada (¡Monsleur Beaucalren, junto con
Número
Bebé Daniels, Lois Vilson y Dorls Kcnyon ;
Población y en «Más fu<'rte que el amor», con (¡loria
Provincia Swanson, y en (¡Ei Raja de D h a r m a g a r » y
en i(El águila negra», etc... Firma:
Firma!
Deseoso de disfrutar una temporada de
ileseanso —- acababa la P a r a m o i m t de ga-
narle un pleito, y enojosos asuntos profesio-

^i^^A%^b^rtrtfliftru^A.•^^rtftAAnl^vwA%^iV^•vvv1.vv^•^
^¿/£/i

[p-;i''*íív i'
^rt^Art^vvv^i%^i%vvvhA•^^.vv'-vvvv'<.•.%^^.v^^^•-v%••^.•L

Rodolfo Valentino, o la emocionante novela de su vi da


La existencia de Rodolfo Valen Lino estal)a en consonancia con lo (pie él ha- bién buenas ]»ruebas de lo (pie decimos.
constituye en la aclnalidad la más emo- bía Síjfiado. Mil veces clamó contra la h'u amores no fué más afortunado que
fi')nante ílc las novelas. negrura de su estrella, que parecía per- en la elección de sus primeros oficios en
Hijo do un médico militar italiano, seguirle con encono en aquella tieri'a, América.
Rodolfo Gu8;lielmi, y de una ilania fran- ¡>ara él hostil y poco acogedora. V.u iQiQ tomó ]>or esposa a Jean Ac-
cesa, Valentina d'Anton.tíuu, Rodolfo es- ¡ Qué de bajezas se vio ol)ligado a so- ker, la cual le al)andonó seis días después
taha destinado a seR"inr la carrera de las portar liara no sucumbir a la miseria ! de la boda, presentaiulo una demaiula de
a]-nias ; pei'o el deslino quiso llevarle la Pero lodo tiene un término, y Valen- (h'vorcio con el ¡íretexto tie que Valentino
contraria. tino llegó íi ser pronto uno de los bailari- se conducía cruelmente con ella.
Al jíoco tiempo de infi'resar en una nes más famosos de Nueva York. Y esto Sin end>ai-go, fué Jean Acker la i)ri-
Academia militar salía de ella dirifíiún- fué, ¡precisamente, lo que le llevó al cine, niei'a en acudir a la cabecera de su lecho,
dose a Francia, donde se lan/.ó a ima vitla pues algunos directores cinematográficos asistiéndole con gran abnegación en sus
alcfíre y alocaila, (|ne le cost('i la fortinia se fijarfin en él por su dominio de las últimos momentos.
<le sus padres. dan/as modernas y antiguas, y de un Su segunda nuijer fué Winifred H u n -
A! \-urse arruinado se marchó a Anié- modo esijecial R e x I n g r a m , el cual con- (hntt, hija del rey de los perfmnes y có-
i"ica, en cuyo país numerosos compatrio- siguió Iiacerle un nond)re entre los artis- micf) y pintor decorador de mucho talen-
tas suyos hahían hecho fortuna. tas de la pantalla. to. A Winifred H u n d u n t se la conoce
Sin endiar.co, sus comienzos en Anié- Su conocimiento de la danza le con- más (pie por su nombre, jior el de Nata-
i'ica no indicahan (]ue fuese a inntar a quistó el afecto de Mae Murray y de cha Ramiíova. Natacha o Winifred hizo
sus compatriotas en lo de hacerse rico Nazimova, y la danza ocupa siempre en anular su matrimonio en París, el año
en sep^nida, jiues vióse oldipado a des- el curso de su carrera, corta, pero bri- pasado, y cuando efectuaba con Valenti-
empeñar los más di\-ersus oficios liara llante, uno de los primeros lugares, üas- no el viaje de novios.
ganarse el sustento, siendo, sncesi\'amen- ta con recordar sus principales creacio- TJltimaniente se dijo, y és cierto, (jue
le, camarero de un hotel, ]>alafrenero, nes, lín (iLos cuatro jinetes del A]>ocaH]i- Rodolfo Valentino se iba a casar ¡tor ter-
jardinero \-, más tarde, secretario de un sisii ejecuta, al comenzar la película, un cera vez con Pola Negri.
nnllíjuario y a s e n t e de Ivolsa. tango que todavía está presente en el re- Además, en una villa de r,os Angeles,
No obstante, Valentino no se desani- cuerdo de todos los amantes del cine. En una hermosísima trágica, llora con hondo
nn'i, y poco tiempo desi>ués cantó for- ((Monsieur Beaucaireí» dirige con singular dolor un bello sueño roto.
mando parte de una compañía de opé- maestría los ininnets y las danzas anti- V cientos de mujeres de todos kis iiaí-
rela, y Uieíío, en un cfirto intervalo de guas, llenando su cometido a la perfec- ses, han soñado también, más de una vez,
tiempo, se hizo bailarín y figurante ci- ción. ICl tango de (d/i Hacienda Roja», con ser las enamoradas del genial artista,
nematoííráfico. con ítelene D'Algy, y e! voluptuoso al tpie ha arre!)atado la Muerte del aii-
CM;u-o <|ue ninguno de a{|uellos oficios \-als de <'l<)\ Águila Negra)), son tam- clu) escenario del mundo.

L a s grandes creaciones Je Valentino gico el fin del torero, exi)Íi-ante sobre la das por los Artistas Tenidos, fiara los
arena del circo, mientras la muchedum- cuales, y bajo la dirección de Clarence
Vamos a mencionar, si bien sucinta- bre, cpie llenaba la i.)laza, gritaba emu'- lírown, realiza ulil Águila Negra)), í|ue
mente, algunas creaciones del genial ac- decida ! es otra de sus grandes creaciones.
tor, ha poco desaparecido para siem]M-e, Después de «Sangre y Arena)), Valen- Caballero admirable, actor experto y
aunque vivo en la pmilalla i)or su arte tino interpretó MEI joven Raj'ah)), la (pie galán joven capaz de ex])rimir los senti-
soberano. no se realizó a su gusto, i>or lo (jue res- mientos más delicados y diversos, Ro-
lín clvl Caíd)i, de George Melford, un cindió su contrato con la Paramqunt. dolfo Valentino ha llegado a ser d artis-
drama de aventuras donde el amor juega lista tregua en su trabajo la aprovechó ta dilecto de las damas a las tpie su corto
el iirincipal iiajiel, conquista la sim]")atía Valentiuo para hacer un viaje de recreo eclipse en la pantalla, hacíalas soñar en
del público, a pesar de lo inverosímil ]>or Luropa, donde se asegnral)a que el las nuevas creaciones de su ídolo.
del argumento. Jamás se había coníeni- gran actor filmaría una lidíenla para una Kntretanto, la muerte acechaba a este
idado en el blanco lienzo un caballero casa francesa o italiana. Ksto no ]iasó de favorito de la gloria y, apenas terminado
del desierto tan simpático, ni nunca pudo jH'oyecto, y al \'oU'er a Nueva York se su último film, nlíl hijo del Caíihi, una
ima^íinarse un momento m á s bello que el contrató de nuevo cou la Paramount para enfermedad traidora lo llevó a la tumba.
que realizan el jefe árabe y su linda \- la que, inmediatamente dcs]")ués de su re- i Cuántas lág-rímas han vertido ya por él
enamorada cautiva. greso, interpretó el papel de Monsieur ' 1-is mujeres de todo el mniidcj !
Más de]iortivo, en nlíl grumete del ve- lieaucaire ]iara la obra del mismo nom-
lero)), personifica un jo\'en y vigoroso bre, liu la caracterización de este i>er-
sonajc obtuvo mío de los mayores triun- " Vedettes ' que han trabajado con
loh.o d c m a r , dando muestras en esta pe-
fos de su vida artística, ¡mes resucita
lícula, de ese temperamento apasioiuKlo Valentino
>• lUilce f|ue culmina en ^^lás fuertes (pie a uno de los ,irandes señores del siglo
el amor)), film en el i|Ue viste a la moda .xviii, lle\'ando la roiia con soi'pix-ndente
I'ueron muchas las (iveilettesi) (|ue ac-
de la Restauración y en el ipie juega su naturalidad y ejecutando, con suma des-
tuaron ctjii Rodolfo Valentino, habiendo
papel en compañía de Gloria .Swanson. treza minuels, danzas de la época, sin
sido seleccionadas entre las más notables
que altandoiiara por eso la pai'te senti-
\ ( i transcurrió mucho tieinp'> í^'u cpie estrellas de la p:mlal!a.
mental del argumento. ¡ Qué de cuadros
la hd)or de Valentino íuese admirada-por Bastará nombrar algunas para darse
n<hnirables contemplamos en este film,
l'red Niblo, el cual le confió, encantado, una idea exacta de que ])ara trabajar jun-
en el (pie Wateau, F]-ag(.)iiard y ILielier,
el ¡lapel (h- Juan fiallardo, de uSaugre y to al desaparecido actor, era ¡ireciso haber
parecían haber colabora<lo !
AreiuM, [)Ues nadie como este actor (]o- adquirido antes un nombi-e artístico res-
día llevar el traje de luces y hacer vivir, Kn ((La Hacienda Roja», Rodolfo rea- I)landeciente y sólido.
con una fogosidad tan latina, la existen- liza una labor admirable, cuya acción se Alice Terry, Alia Nazimova, Ghjria
cia emo(i\-a de este rey de la arena, que desarrolla en el país ile los g a n d í o s , y Swanson, Nita Naldi, Lila Lee, Dor<.>-
huí magistralmente lia sido creado por en la (pie obtuvo un éxítí) iiersonal. thy n a l t o n , Wanda Hawley, líebé Da-
Vicente líhisco Iháñez. ((Col)raii, que nuestros lectores ])odráu niels, Lois VVilson, Helene D'Algy,
¿Oniéii no recuerda las famosas esce- admirar muy pronto, y de la que ])ubli- Duris Keuvon, Agnes Avres, Vihna
nas ijasionales (pie realiza en esta pelícu- camos varias escenas en este mismo nú- Banky...
la c(in Nita Naldi y los dolorosos momen- mero, es la última película realizada ¡lor ¿ N o iíastan estos nombres para recal-
tos cpii.' vive con Lila Lee, encarnadoi-a Valentino i)ara la Paramount. car (jue Valentino ocupaba el ]irimei- lu-
'le la esposa a b a n d o n a d a ? V, ¡cuan trá- Sus últimas ¡)roducciones fueron edita- gar entre los mtistas del ai'tc m u d o ?

'^''^•^••VW,^rt.'V\r-^'\.V>.-. i W W " B * - - - " . r - " B ' V ' ^ i - . ^ v % | ^ . ' ^ " f c ' ' i , . % ^AAAn^/v••vvv^.v^.•^."^.'^A.%%^l••'•.•\,'^,vv^^.•^.n-•\.'v•u•^fl.í*
: ^
'vv^.vvv^Jvvvv^.vv^^JVVJVvv^^vv^i^J^AAr^ftiv^vvv^r•^Ar^

Valentino en ''Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis'' y "Sangre y


Arena", películas basadas en dos novelas de Vicente Blasco Ibáñez í

i-

En "Los Cuatro Jinetes


del Apocalipsis", Atice
Terry fué la co-
star del gran ac-
tor desaparecido
para siempre; pe-
ro que t)í~

viAAívwJ^rtflA^^Aft^^AArtJ^AAAAV^v^A/wyvuw^i VWVVV^ArtrtA^V\Art^WVVV%ArtrtJV%AflAVVSftftrtJVi^
^JVSl^r.•^AH^iV'.",^.v°-v•i/vv^^v-.%»<^'vv^^%•.%^iPí,^-•,,^vv^J^ni^^

RODOLFO
VALENTINO ?
EN LA PELÍCULA

PARAMOUNT

''MÁS
FUER TE
QUE EL
AMOR"

La "partenaire" de Rodolfo
Valentino en la película a que
pertenecen las fotografías que
ilustran esta página, fué la encan-
tadora y célebre "estrella" Gloria
Swanson, una Je las primeras
artistas que admiraron el arte
exquisito de Valentino y que
tuvieron la suerte de aparecer
con él en la pantalla.

5
^Art^w^v^Aí^.viívws^rtíw^wwLW-v^wvwvw^'wvw^%rvwv^ "v^wvwww^wv^wv^w^wLW^•^^r,ft^^A.•v^vwW^

Rodolfo Valentino, creador de la película Un comentario de "L'íntransigeant" ¡'


romántica americana
Con R<xlolfo Valentino perdemos el
Ai!ÍL-s (le debutar Valentino en los cs- entusiasmaron con el trabajo tlel fi;ran lirototipo del cineasta latino y un verda-
tuílios (Ic Nortuaniúrica, merced a la ini- actor (|ue introducía una nueva modali- dero carácter de la pantalla.
ciali\'a du R e x ínjíraní, la mayor parte dad en la película americana. Se ha ]iodido discutir su talento de ac-
iK' las películas íiiUL-ricanas estallan inter- ¡ ( í h , las escenas de amor de Julio y tor, su tan cacareado encanto, su atra-
pretadas por jíívenes l)ien nmscnlados, de i\Iar,ííar¡ta Laurier (Alice Terry), en yente simpatía ; lo que no se le ha [to-
para los cuales la razón del más fuerte KLOS cuatro jinetes del Apocaliiisisi) ; es- dldo negar nunca es (pie él ha llevado
era siempre la mejor. Para ellos, el golpe ceiuis de amor que llenaban los ojos de a la pantalla, con su propia personalidad,
de puño, o la destrc/a para conducir un láj^rimas por lo admirablemente realiza- un elemento nuevo con el que ha logra-
automóvil o un avión, importaba más das ! ¡ V qué emoción la que producían do la conquista del mundo.
<|Ue los sentimientos, en el iiúblico femenino, por estar anima- TCxtraña cclebi-idad es la de un hondire
ICl método americano se diferenciaba das con tan natural y sincera intensidad ! como él. No se sal.)e nunca si es buen ac-
de la escuela latina en que, mientras en Desde entonces, el nombre de Rodolf<j tor o si es solamente jiasable, y su sim-
aquél ])redomÍnaba la fuerza física y el Valentino lofíró tanta celebridad como el patía no es ima cosa que, co]no cierta,
héroe era el (|Ue tenía más fuertes ]>ufios, pi-iniero. Y fué admirado por todos : den los que le trataron. Además, su mi-
en ésta triunfaba don Juan o el héroe de homlires y nnijeres. INfuchas de éstas se rada está falta de Ixindad, y únicamente
Musset, el concpiistador del corazón fe- forjaron un ideal a su imagen y seme- es excelente ]iai"a las escenas de vengan-
menino. janza. za y pasión.
Al surfíir Valentino, con ((líusenia Las cartas jierfumadas de sus admira- Conocemos dos galanes jóvenes que,
ÍM-andet)) y «ha Dama de las Camelias», doras, las cartas que llcjíalían a sus ma- estéticamente, son más bellos que Va-
dos creaciones en que vibra la ])asión in- nos de los lugares más lejanos, se amon- lentino y más armoniosamente simétri-
tensamente, el fxvan público adnu'ró en tonaban en la mesa de su despacho. lira cos ; mas a pesar de todo esto, Rodolfo
él :d actor aureolado de romanticismo. el hombre de moda, el artista que más Valentino nos atrae con un ¡loder casi
Con (il.o.s cuatro jinetes del Apocalipsis» dinero ganaba y, en una palabra, el (lAsn invencible.. Los (pie no le admiran y le
se revela como un pasional de primer or- de la ]iantalla (¡ne más corazones femeni- desdeñan como actoi-, lo hacen por esiií-
den, y tanto los amei'ieanos, como el resto nos había renditlo. ritu de contradicción bien explicable :
de los espectadores del todo el n u m d o , se están contra él, portpie todo el numdo
está a su lado, y al colocarse ellos frente
a la humanidad cutera, tratan únicamen-
te de llamar la atención general.
A Rodolfo Valentino le bastaron cinco los amantes del cine no liabfan produ-
Yo he conocido a Valentino — dice el
cido un duelo semejante. Wallace era un
años para rendir a la gloria; Sara cronista — en la mesa, y durante el cur-
primer galán deportivo, al que poco a
so de una conversación, abandonado a
Bernhardt necesitó medio siglo para poco se le veía agotarse, minado ]ior la
los recuerdos ¡ he convivido con él, cuan-
enfermedad que segó su vida. Por el
que se la admirase en el mundo contrario, Rodolfo, el galán joven latino,
do ninguno de los dos precisábamos per-
der el tiempo preparando una interviú o
q\ie unía en sus creaciones la acción a la
A estas horas, Rodolfo Valentino, el un artículo, y francamente, jamás lie po-
emoción, ha muerto sin (jue nadie p u -
(d)ello Rudyij, como le llamaban sus ena- dido comprender a su lado la inijírcsión
diera imaginar (¡ue estaba tan próximo
moradas, duerme su sueño ixistrcro des- (|ue me causaba su labor en la jiantalla,
su fin.
pués de conquistar un renondire uni- a pesar de que es amable, simpático,
versal . seductor y espiritual. Su temperamento
Por espacio de ocho días, ante las latino nos une a él, y la leng\ia francesa,
La competencia Valentino - Navarro
puertas de la mansión mortuoria, se han que era la de su madre, y ijue hablaba
ido sucediendo las escenas patéticas, en como un verdadero francés, nos le hace
Después de sus primeros éxitos, las
las (lue el dolor sincero de las admirado- querer.
conqiañías cinematográficas se disputa-
ras de Valentino, ha dado la medida de ban la colaboracií'in de Rodolfo Valenti- Le falta, sin embargo, a la \'ida de
lo bienamado que fué el artista y el no, al (|ue le ofrecían \'entajosos contra- Rodolfo Valentino ese brillo (¡ue jiresta a
hombre. tos. Ksto decidió a R e x Ingram a lanzar la pantalla, y ([ue es uno de los misterios
La ])olicfa tuvo <iuc contener, (¡ue re- nn nuevo galán joven — Ramón Nova- más sutiles de la fotogenia. l'^l personaje
peler a los innumerables admiradores de rro — el (pie enqiczó pronto a imponerse que en el plano normal no nos hallamos
and-)os sexos (¡ne (pierían desfilar delante a los públicos de todos los jtaíses. nunca, se hace visible bajo la acción sen-
del cuerpo exánime del celebérrimo actor Valentino, en vista de (|uc la Metro sibilizada del objetivo.
])ara rendirle el último tributo. C.oldwyn Corporation contaba con un Xo es posible asegurar cuál íllm de los
Poco ha faltado para que la política elemento de t a n alto valor artístico como por él creados, es el mejor. Obligado a
no entrase tamliién en juego, y (jue fas- Ramón Novarro, aceptó las proiiosicio- crear un género comercial, se encuentra
cistas y antifascistas no se disputasen el nes de la Paramount, y si bien es cierto con directores de casas editoras de pelícu-
cuer]H) del actor italiaiut. que Rex Tngram descubrió al actor, la las (¡uc se encargan de asignarle el papel
TTn caso semejante al de Valentino no Paramount lo dio a conocer en ¡lelículas de hombre amado, que es el más fácil
ha ocurrido jamás en parte alguna. Los tan bellas como ¡¡Kl Cafdn, (lEl grumete para vencer, Rodolfo Valentino no tuvo
obscipiios recibidos jíor la gran trágica del veleroi), KMÍ'IS fuerte que su amor», genio creador, y llegó a ocupar el puesto
francesa Sara Bernhardt, cuya celebridad ((Sangre y Arena» y (iKl joven Rajah», (pie OCU]K'I, por la elegancia y distinción
era mundial también, no son nada si se cuyas siicesivas creaciones le colocaron, de sus inovimientos y por su instinto na-
les conqxu'a con los <pie recil)ió este nia- definltu'ainente, a la cabeza de los gran- tural, por la danza y ¡lor todo lo que era
lograíh) artista de hi pantalla, muerto cu des artistas cinematográficos de América. ritmo físico. F u é uno de esos seres mara-
plena juventud. A vSara Bernhardt la hizo villosos, a los (.[ue la volul)le fortuna se
falta medio siglo para (jne el m u n d o en- encargó de hacer representar ante nos-
tero reconociera su talento, su arte, y la otros un ideal de amor.
rindiese pleitesía como a una d¡o,sa. A Debe ser admirado y aplaudido, ]>ori|ue
Roílolfo Valentino le bastaron cinco años
para alcanzar el phu'iculo de la gloria.
Tai es la fuerza de difusión del cinemató-
Popular film fué como uno de esos i)e([ueños milagros
de la Natiiraleza, <|ue de tienuto en tiem-
po aparecen sobre nuestro camino, sin
grafo por la que sus principales intérpre- le informará a usled (pie sepamos exactamente ]ior (pié.
tes son conocidos y a]jrecÍados en toda la
redondez de la íieri'a.
semanalmente de íodas
Después de la muerte de Waliacc Rcid,
las novedades clnema- (l.'liilraiisigcaul)
BuiSYVÜN

fográfleas del mundo.


6 Wi

•-••;;!'ife!ií''i:i
Nvv^r,v^.v%Vv^^^ft;v••^ftAAA,v^^Jv-'Vvu^íVvvA%ñ,í^vuv %vvy^Av^AAflA^^^rtAWV^^^J•irtA^^rtrtívv%l%vvvbrt/^.%vvvv^^

Vüleníino, alumno de Dewpsey sienr Beancaire» y otras Ijellas ¡lelícnlas


de la Paramoun*, seria un pugilista cxce- La sortija de Valentino
Uiulolfn \'íiluiUino loiHÚ poco anti-'s du leule, tanto jior la ligereza de sus píes
,su imiurLu luccioiiL-s du pii.erilato de Cüiic como por la fuerza de sus ].)uños. Valen- Rodolfo Valentino llevaba constante-
DL'lniont, conocido en los Instados Unidos tino—continuó diciendo Dehnont—está mente una sortija que le había regalado
con el sobrenondirc de i.C--il>;dlevo Cene». dotado de una constitución atlética (pie
un desconocido en uno de sus viajes a
J;ick DcniiiSL-\', famoso campeón pu.Síilis- muchos ¡írofesionales del «ringu quisie-
Italia, al cual jamás había vuelto a ver.
L:i mundial, y amigo ínlímo de Valentino, ran para sí.
presenció en nu'ts (le lina -oCEisión los ]»r<>- iiCobra» es la adaittación cinematográ- liste misterioso personaje, al entregar-
.Lí]-esos pngilísticos del refulgente astro de fica del drama nCobran, original de! in- le la joya, hal>íale simplemente dicho :
la cinenuilografía e intervino en la lección signe (h'aniaturtío Martin Brown, el cual -—No la abandonéis jamás, pues hacer-
con pertinentes consejos, ([ue Valentino se representó durante siete meses consu- lo os causaría la nu'ts tremenda de las
se ajiresun') a a]irovechar. cntivos en uno <le los principales teatros desgracias.
Durante la impresión de las escenas del famoso lh'ortd\va_\' neoyorquino. En
Muy ix>co tiempo antes de su muerte,
de la ]>el]eula üCobraü, Valentino se le- el rei)ai-to de la iielícula, impresionada
por la Ritz-Carlton Pictnres Inc., y dis- el tiue dio vida tan magníficamente a
\'antaba todas las mañanas a las seis para
tribuida en el e.xtranjero por la Para- uMonsieur Beaucaire», perdió, no sabe
entrenarse durante un par de horas con
Delnionl. Hablando con nn rejíortero mount, figuran los nond)res de Nita dónde ni cómo, la curiosa sortija.
Lunericano acerca de la nueva afición de Naldi, intérprete del principal [lapel fe- Los acontecimientos se precipitaron y
Valentino, Dehnont dijo (|ue el eminente menino, Oertrude Olnistead, Casson Fer- dieriin i'a/.ón al misterioso personaje (jue
protagonista de uSangre y Areino), nMon- gnson, I'.ileen Percy y Clara I^orenz. regalara a Kuily la joya fatal.

Va I e n t i n o ante la muerte
Seinanas antes de su muerte, Rodolfo jeron, sin embargo, estos fáciles éxitos, e!ie del sábado al domingo del 15 de
\'a!entino se ijuejaba melancólicamente, y decidió contratarse en una compañía agosto último, y fué operado inmediata-
con una exiiresión lejana en su mirada, de opereta, a la que abandonó en Cali- mente, Pácil le hubiera sido salir de la
(¡ue se perdía en el infinito de sus recuer- fornia para contratarse como figurante enfermedad, si un ataque pleurítico no
dos, de no haber logrado coucjuistar al en un estudio de I-lollywood, que es hu!>iese eomiilicado su peligroso estado,
público de su raza, como lo hiciera con el donde empezó ia carrera que cinco años Al finalizar la semana, cuando comen-
púlílico anglosajón. después le había de convertir en el hom- zaba a reponerse de la operación, fué
I-'ra esto en los salones del hotel A m - bre m á s admirado del nuuido civilizado, asaltado por la pleuresía que le arrastró
hassailor, allá por las vísperas del estreno liste gran éxito de Valentino fué de- al sepulcro. Murió el lunes 23 de agosto
de (il',l hijo del Caíd», y unos días antes bido en gran parte a las mujeres. Para a las doce y cuarto de su mañana.
de caer enfermo. Ya estaba delicado en el sexo contrario, d é b i l ' y sensitivo, en- Durante los diez días que i>asó en el
aquel entonees, y nos confiaba, como si carnaba este actor formidable el tipo de ((Polycliinc Hospital)), las imertas esta-
comprendiese su fin cercano, el desenga- pasional iierfecto. El éxito a que nos re- ban asediadas por cientos de mujeres
ño con que la vida llenaba sus horas y el ferimos, 110 solamente lo obtuvo Rodolfo (pie obligaron a la policía a establecer
])esar que, por no haber llegado a lo defi- Valentino con las colegialas románticas un cordón de protección en torno al
nit¡\'o ni en la \ i d a ni en el arte, atena- y soñadoras : Pola Negri, la hermosísi- hosjiital. J a m á s la muerte de un artista
zaba su espíritu. ma ((Vedette)) del arte mudo, estaba tam- ha provocado una emoción tan honda e
Rodolfo Valentino era un pasional, y bién locamente enamorada, y ])regona- intensa entre el gran público mundial.
como todos los grandes pasionales, su ba su amor por todos los procedimien- Una muchedund^re inmensa acompaña-
temperamento estaba dotado de una sen- tos ; incluso había anunciado sus pró- ba el carro fúnebre, que desfilaba entre
sutilidad excesiva y una sinceridad exa- ximas bodas con el favorito de las da- dos filas de curiosos verdaderamente
gerada : no solamente en lo (pie se refe- mas, que sobre este pimto había guar- emocionados. La absolución la dieron en
ría a su arte, snuí tandiicn en aquello dado el silencio más iirofundo. la iglesia católica de Saint-Malachy que,
concerniente a su vida de relación en la Cayó enfermo repentinamente la no- a pesar de sus inmensas naves, no pudo
i[tie, a pesar de sus equÍ\'<)caciones, dejó contener más (pie a la mínima parte de
a la vez tpie algo de su espiritualidad, los adnnradores que rpierían rendir el
una emoción eterna que aún atormentaba último tributo al desgraciado artista.
sus recuerdos y le hacía ipiejarsc decep- Detrás del féretro, y medio oculta por
cionado de su j u v e n t u d . SENDA OSCURA un grupo de mujeres, se encontraba
I'ueron sus'i>rnneros pasos en la vida Voí e n la lombra Mmc. Jean Acker, la primera mujer de
eiph\'oeaciones intensas, que hicieron Rodolfo, vestida de blanco, y un poco a
('itiiiiniiiitf, riniiiiiimtii,
(pie llegase sin preparación especial a la la iz([uierda, de luto riguroso. Pola N e -
h'i (/tic ili: Oohr ailirído
carrera, en la q u e había de triunfar, en gri, llegada de Hollywood en tren espe-
/((ic'S, iMlililiu lulrt'iillr,
el corto espacio de seis años. cial. Pola lloraba desconsoladamente la
líi caiirii'in, di finiiiiiniiti'.
Desend>arcó en Nueva York en busca perdida del que consideraba como a su
¿lni¡J fu /ii viilii lili iiisílíJiír
de trabajo el año 1Q13, cuando apenas futuro es]ioso.
r/iir liii'irZí'l hilln'l i'iviilii
tenía diez y ocho años, y fué a su llega- siilllÍ''lW ;'"/• ('.-•í' iil.tliintr?
Valentino deja un gran nombre, pero
da empleado en casa del banquero Cor- si hemos de creer a M. Schenck, director
iielius liliss : trabajó más tarde de jar- Voz lejana de «Los Artistas Unidos^, su fortuna n o
dinero en el Parijue Central de la Villa es considerable.
\ilrflril villii lili r.'.' riilil r:¡nu fii'i'fJcs iiiiiiiiti-^ :
de Nueva York, pero sentía la nostalgia Cuando Rodolfo Valentino estaba al
iit¡m:Ui¡^ (¡ur firroijciKtio.'! a Ui ••flriU Inrra
de los cafés y salones de baile, y dejó servicio de los famosos estudios Playcrs-
'Irl iiii'iiiiilfi rtniíhíilr. rii la rfíorin jictcii
los jardines del Parque Central por otros Lasky, cobraba 1.200 d(')lares por sema-
jardines donde la alegría y el placer ijilr iii-iii'diiiu! iílWl'l "I ll'>liihii: ^•^HI ¡lín lirillni-.
na : su último contrato con «Los Artis-
triunfaban. Un camarero de un hotel le Siicslra ricln no es vidii niño i:l iuntmili; inli'n.-ni tas l'nidosi), le aseguraba 200.000 dóla-
prestó un frack y le colocó de bailarín iliii: xtiniílr lii carHfí mniñ raun o cmh-llii, res por film, más el 25 por 100 de las
c'ii ((Maxim's", un pequeño restaurant 'liir ililiiiiiui í'\ rsi'iiilii i'fiiHii liiillUir dr i'Siylhl ganancias. Valentino hal)ía ganado m u -
de moda, donde logró muy pronto ha- II ¡II íiiiniin !/ lu rsiHiirv ¡•tiiiiii iiivili: di' iniiciisn. cho, pero tal como le llegó se le fué de
cerse un nombre entre los bailarines más ¡•'ii.iyctsco A. ¡m ¡CAZA sus manos espléndidas y generosas, que
famosos de la gran ciudad. No le sedu- •nunca supieron retener el oro.

.•v^w^Af\•.^,^J^.w nJvv^A/^v^^^%%vv^•^%vu^A.vvv•^^v%•vvvvvvv^iV^
Escenas de "El grumete del velero'' y de "El diablo santificado" !•
por Rodolfo Valentino

Vw^iiftArtAflj^AAfl-nin^\i"i^AF\in^Ar^rtAfl^J^^rtrtfljvv^íVii
8 - Í^Cp/Á
•VW^^-J^" ".rt.-iA^n.^A^'w^wwww^

Tres momentos de Valentino en


,,:,*i^miai

Eugenia Grandet
'JVJVv^^^jvjvvv.iF.njvvw^^wrjw^^wvwjvj'.r^jVtr.n,'

En avión se va a buscar un específico para salvar


al príncipe de la pantalla
N o nos atrevemos a detallar las frases qne en el Instituto Medica] de Detroit, y aterriza en los alrededores de Nueva
dolorosas de la agonía de Rodolfo Valen- donde un gran (piínuco lo prc]iara, York, casi logrado su objetivo... Pero
tino ; ])ero sí enunierarcnios las causas Desde este instante, la T. S. H . inter- todo es inútil ya. En este segundo único.
(|ue arrul)ataron la vida, en plena juven- viene, un auto transporta el remedio mi- Valentino exhala su último suspiro.
tud, al favorito de las damas : apcndicitis lagroso a toda velocidad hasta el aeródro- Hasta la muchedumbre que con reco-
ulcerosa, pleuresía infecciosa y endocar- mo de Detroit, en el qne un avión espera gimiento esperaba la nueva fatal, llega
ditis séptica. T r e s órganos esenciales ata- para lanzarse a los aires con el específico la noticia de la m u e r t e del artista, noticia
cados. La muerte no podía perdonarle. salvador. (pie se extiende como un reguero de pól-
La nmerte no perdona jamás, y mucho Kl piloto hace prodigios de rapidez. vora por toda Nueva York, provocando
menos cuando se trata de un príncipe de Delante del hospital, millares de personas en toda la ciudad una emoción indescrip-
la juventud y del encanto amoroso. demandan noticias acerca del estado del tible.
Los últimos momentos que vivió Va- actor moribundo. Las noticias m:'ís con- Atjuella muchedumbre hasta entonces
lentino, estuvieron rodeados, de peripe- tradictorias y las más pesimistas, corren silenciosa y quieta, se pone en movi-
cias (jue les imprinn'eron el carácter y la de boca en boca ; maravillosa comunión miento y se dirige emocionada hacia la
amplitud de un drama patético, que me- de todos los corazones en un unánime cámara mortuoria. Todos querían con-
rece ser relatado por su grandiosidad y sentimiento de angustia. templar por última vez los restos del
emoción. La hora fatal había llegado, y la fatali- artista admirado. E n el umbral de la ca-
Finalmente, y tras inútiles esfuerzos, dad interviene dando suelta a lo impre- pilla ardiente, \ a r i a s mujeres se desma-
los médicos que asistían al celebérrimo visto, que la había de hacer dueña de una yan. Y entretanto, a la casa mortuoria,
aetoi-, (pusieron ensayar, como último re- vida ]nás. Una niebla inmensa se extien- van llegando enormes coronas de ñores
medio, un específico de mundial renom- de sobre toda la costa Este, y el piloto del naturales, que mil admiradoras desoladas
bre, y el cual no se puede adquirir más avión, portador de la vida, se desorienta envían al artista idolatrado... '

¡J Las exequias de Valentino El testamento de Rudy.—Nada para Algunos diarios llegaron a publicar
liojas extraordinarias, ([ue el público
Jean Acl^er, y un dólar para Natqcha arrebataba de las manos de los vendedo-
Los funerales de Valentino tuvieron lu-
Ramboüa res, agotando las ediciones en un mo-
gar el 6 de septiembre, y fué tal el cúmu-
mento.
lo de circunstancias que les prestaron
Al anuncio de la lectura del testamen-
magnificencia, que en la solemnidad de-
to de Rodolfo Valentino, mister Milton
susada del doloroso momento podíase Más que don Juan
Coben, como abogado de María y Allier-
creer el espectador trasportado a los fu-
to Guglielmi, hermanos del actor falle-
nerales de nn rey. A las once de la ma- Peggy Scott, la conocida artista ingle-
cido, protestó en seguida ante Mr. Ceor-
ñana de este día, el cuerpo de Valentino sa, de veintiséis años de edad, al conocer
ge [Jllman, administrador general de
fué colocado en un ataúd de plata, bronce la muerte de Rodolfo Valentino, se sui-
Valentino y ejecutor único del testamen-
y maderas preciosas y trasportado a la cidó ingiriendo una fuerte dosis de ve-
to de éste.
iglesia de Saint Malachy, donde se cele- neno.
bró una solennie misa de Rcqview. Se calcula en un millón de dólares la Por el legendario don J u a n , ninguna
fortuna que deja el gran artista desapa- mujer hizo lo mismo.
Las grandes personalidades del cine }'•
recido ].)ara siempre, que lia pasado, por
de la ])rensa, con los íntimos amigos de
partes iguales, a manos de sus hermanos
Rudy, asistieron al entierro : las cintas En el cementerio de Hollywood se
María y Alberto y la señora Teresa W e r -
ei'an llevadas por Joscph Schenclc, Adol-
ner, tía de Natacha Rambova, su segunda erigirá un monumento a la memoria
])he Zukor, Marcus Lcew, Richard Row-
esposa. A ésta le dejó un dólar y nada a
!a[id y Douglas Fairl)anks. de Valentirio ;
Jean Acker, su primera mujer.
E n t r e las artistas q u e presenciaron la
Las compañías aseguradoras america- Los restos mortales de Valentino fue-
ceremonia se cuentan : Mary Pickford,
nas se lian visto obbgadas a pagar dólares ron depositados en el cementerio de ac-
Gloria Swanson, las hermanas Talmadge,
450,000, suma total de las diferentes pó- tores de Hollywood, cumpliendo así las
Pola Negri, Jean Acker, primera mujer
lizas de vida en que Rudy tenía asegura- instrucciones de í5ig. Alberto Guglielmi,
de Valentino, e infinidad de estrellas de
da su existencia. hermano del difunto.
])rimera magnitud.
El cortejo atravesó una m u c h e d u m b r e E n este cementerio se erigirá un mo-
de cerca de loo.ooo personas, las cuales Miles de personas telegrafían pregun- n u m e n t o a la memoria del infortunado
eran contenidas por 400 agentes de la actor, monumento que será costeado por
tando por el estado de Valentino los artistas más célebres del séptimo arte.
policía.
El cuerpo del desgraciado actor fué Los telegramos dirigidos al Hospital
enviado a HoUywood, donde reposará en Según María Banda, Valentino no
l'ülich'nico ¡.)reguntando por el estado de
el cementerio de Sunset, en el que se ha Valentino, durante su breve enfermedad, pensaba casarse con Pola Negri
de elevar un m o n u m e n t o a su memoria, ascienden a unos miliares.
]3ara el cual ya se lia comenzado a reco- Según María Banda, la actriz de los
Por teléfono también pedían informes
ger fondos. «Folies» que acompañaba a Rodolfo Va-
del curso de su enfermedad.
Como muestra de respeto, los salones Los i>crÍódicos de Nueva York, en la lentino la noche que éste se sintió re-
en los que se pa.saba «El hijo del Caíd)i última hora, pul)Hcaban los partes facul- pentinamente enfermo, ha diclio que Va-
suspendieron durante un minuto la re- tativos facilitados por los médicos que lo lentino no había pensado jamás en
prescntacií'm. Estos mismos cinemas han •asistían. casarse con Pola Negri.
hecho constar que la venta de localidades Pero a pesar de lo que afirma María
lia aumentado en estos días u n 80 por Banda, por celos, seguramente, R u d y
100, recrudecimiento que atribuyen al in- pensaba casarse con la actriz polaca, pues
terés provocado por la muerte del célebre
Rudy. Lea V. Popular Film así lo afirman los amigos dilectos del gran
actor fallecido. - .

%rtfl«vsrtAn.v%^%ftrjvvvsrtí^nA.%%v^'uv^v'vvvvvw^'^
10
V^'vvvvvw^rtrJVw^psAí^pJvv^^rfSArt;vvvvvvv^dVv^^J^^

Recordando a Va I en tino
colocando junto a la cabecera del lecho
un que expiró, un cirio encendido.
i
¿Cuál es el agente de publicidad ame- haljía encontrado allí para trabajar, por De figurante a estrella
i'icano que persigue a Rodolfo Valentiuo la buena aceptación que había obtenido,
hasta más allá de la t u m b a ? por los éxitos y los dólares que había Desde e! modestísimo puesto de figu-
No seremos nosotros los ciue avalemos ganado ; pero, a pesar de todo, seguía rante, con un semanal de cincuenta pe-
los detalles macabros que da esc agente, siendo esencialmente latino y luista diré sos, Rodolfo Valentino supo elevarse rá-
a propósito de las exequias de Valentino que psicológicamente comedido, enamo- pidamente a la categoría de estrella.
y todos los codicilos de su testamento, rado de las bellas líneas, de la forma. Ningún actor de la escena muda ni de
cuya autenticidad ha garantizado al pú- Gustaba de la armonía de un razonamien- la escena hablad.i conquistó a la fama en
blico. to justo como de un cuerpo perfecto, im- tan poco tiempo, ni llegó en su gloria
pecable. Conocía el sentido y el culto de más alto que él llegara, ni con paso más
Todos estos detalles, ridículos y odio-
la lielleza. Y lo probó al interpretar firme que el suyo.
sos, tienen que ver muy poco con el
artista, que en su vida íntima era la «Monsieur Beaucaire», cuyo escenario se Nadie tampoco, como Valentiiio, supo
sini])licidad misma. Naturalmente, que debe al más sutil de los amaieiirs de Pa- hacerse amar por sus compañeros de tra- :;
Valentino se adaj^itaba a las costumbres rís y del espril. francés, al americano Fo- bajo, pues a su carácter apasionado
americanas y :)ah!a que el renombre se rrest Halsey. unía, en grado sumo, el atractivo de la
consigue a golpes de bombo ; pero en su simpatía.
Este exquisito Don J u a n , tan solicitado
vida particular era un mozo lleno de cor- por las mujeres más atractivas del m u n - F u é generoso, noble y leal con sus ca-
dura. do ; este seductor internacional que iba maradas. De ahí que éstos hayan sentido
en pos de la felicidad, se sustraía a todas tan vivamente su muerte, y de ahí tam-
Yo conocía bien a Valentino. N o pa-
las pasiones para recuperar su puesto, bién que deje tras él tantos corazones
saba nunca por París sin que me diera la
casi cada año, en el Irumilde rincón fa- acongojados por la pena.
ocasión de hallarle, y cada vez me pare-
cía más apasionado por su arte, más miliar.
deseoso de penetrar sus secretos, sin que Valentino amaba a sus amigos, y yo El nido de amor
influyera en esto el afán de publicidad. recuerdo con qué delicadeza evocaba du- Valentino haíiía adquirido una casita
Valentino resultaba menos atractivo en rante el curso de un almuerzo la muerte en la cundiré de las colinas de Beverli, en
la calle que visto en la pantalla, q u e le de iNIax Linder. E l drama que se cernía la que pensaba hacer su nido de amor
favorecía mucho. P u d e comprobar esto sobre el fallecimiento del artista francés, una vez casado con Pola Negi"Í.
desde nuestra iirijuera charla en el hall le impresionó fuertemente. Como si la
La muerte ha frustrado este idilio en-
de un hotel de los Canqios lílíseos, donde muerte, con su eterno misterio, le atra-
tre los dos grandes artistas de la pantalla.
lo encontré. jera, (|UÍso conocer todos los detalles de
Valentino estaba entusia.'íniado con una a(]uel drama.
Valentino quiso luchar por su patria i¡
no^•^.•la nu'a inspirada en la revolución Rodolfo habló a su vez de la desapa-
rusa, hasta el punto de que me mostró su
deseo de inter])relar el papel de uno de
ricióii de Wallace Rcid, y citó a otros ar-
tistas arrebatados m u y jóvenes por la
Al entrar Italia en la contienda eu-
ropea, Rodolfo Valentino se presentó en
1;
los personajes de la novela : el del gran Parea y cuando su talento estaba en ple- la I'"ndiajada italiana de Nueva York para
duque Niky, suprema esperanza de los na madurez. No olvidaré jamás la insis- poner su vida al servicio de su patria.
refu.giados zaristas. tencia, el deseo de Valentino de sentirse Después de ser reconocido por los mé-
riablamos de este proyecto ' enmedio dominado por este tema, entre amigos dicos, el Embajador le dijo que no se
(ie la gente que pascaba por el liaU y, entregados como él mismo a tan honda podía aceptar su patriótico ofrecimiento
sin endiargo, nadie se volvió para mirar meditación. a causa de la extremada debilidad de su
a Valentino. No obstante, era un buen Cuando terminó de hablar se hizo un ojo dereciio.
Tnozo, varonil y ágil ; pero necesitaba, grave silencio en torno suj'O, y el se fijó A pesar de esio, Valentino se presentó
jiara sobresalir de los demás, el brillo de en nuestras miradas lúcidas y tranquilas. dos veces más en las oficinas de recluta-
la lánq.)ara maravillosa. lüitonces, sí, te- ¿ T u v o entonces algún secreto presenti- miento, donde volvieron a repetirle lo
nía un encanto irresistible. miento? ¿Veía proyectarse sobre su ca- que le habían dicho en la Embajada de
Rodolfo Valentino era un producto I)eza la sondira de una enorme ala negra ? Italia.
m u y curioso de la emigración. Amaba a j Quién sabe ! j Quién sabu !.., El gran actor tuvo q u e resignarse a no
los Estados Unidos por la facilidad que {De «Cind-Miroir».} JEAN ViGNAN figurar en la guerra europea como uno de
los soldados de Italia.

Pola Negri sufre un ataque de histeris- dettes» de la United Artists que acudie- El cadáver de Valentino se depositó
ron tandiién al hotel (¡Ambassadori), se en la funeraria de Campbelh
mo al conocer la muerte de su pro- esforzaban inútilmente en calmarla.
metido Verdaderamente, la m u e r t e de Valen- \'.\ caíláver de Valentino fué deposita-
tino fué un golpe terrible para ella. do en el salón dorado de la funeraria
Al saber Pola Negri por su doncella Campbells, al igual (]ue los restos morta-
que Valentino había muerto, sufrió im Valentino murió como un católico les de otros célebres artistas del arte si-
ata(|ue de Jiistcrismo. lente y del teatro, como Osear H a m m e r s -
Un especialista de enfermedades ner- Cuando los médicos dijeron a los que tein, N a t Goodwyn y Martha Mansfield.
viosas acudió inmediatamente al hotel rodeaban el lecho del enfermo que ya no Antes de dei>ositar el cadáver en el fé-
((Ambassador)», que es donde se hospeda- había salvación para él y que su vida se retro fué embalsamado con el mismo lí-
ba 'la gran actriz polaca, para asistir a escapaba por segundos, avisaron al pa- (|uido con (}ue se embalsamó el de L e n í n .
ésta. dre Edwar Leonard, de la Iglesia católi-
Todos los artistas que estaban en los ca más próxima al Hospital Policlínico, La prensa de Roma y la muerte de
estudios de F a m o n s Players y Lasky Cor- el cual suministró a Valentino los santos
Valentino
poration, acudieron junto a Pola para óleos, sugún el rito católico.
darle el pésame por el inesperado falleci- Antes había acercado un crucifijo a los I,os ijeriódicos de Roma han dedicado
miento de su prometido. labios del agonizante, que murió así con sus editoriales a comentar la muerte de
Pola estuvo más de dos horas en un arreglo a la religión católica que había Rodolfo Valentino. Todos estos jieriódi-
estado de inconsciencia casi absoluta. ]">rofesado toda su vida. cüs elogian la brillante carrera del gran
I-,a actriz, después de pasado el ataque, El acto, solemnísimo, fué presenciado actor, coincidiendo en que era una de
que tuvo caracteres gravísimos, quedó en por los cuatro médicos que asistieron al las figuras m á s eminentes del arte m u d o .
un estado de aplanamiento' físico y mo- actor y los amigos dilectos de éste, Geor- iill JMessagero!) dice que ]ÍOCOS artistas
i'al, que inspiraba verdadera lástima. ge UUijian, Joseph Schenck y el padre de la pantalla han alcanzado una gloria
Sus compañeros, así como muchas cve- Congodo, que cerró los ojos de Valentino, tan merecida como la de Valentino.

'.rJVm
11
i Valentino en ''El Águila Negra", en "El hijo del caid"
y en "Monsieur Beaucaire"

que su arte parece haberse depurado logrando el máximum

de grandeza. Terminada de realizar la película "El hijo

del Caíd", Rudy se sintió enfermo y poco después moría.

He aquí dos de las últimas


películas de Valentino: "El
Águila Negra" y "El hijo
del Caíd", realizadas para
los Artistas Unidos y en la

v^y^iV^J%%vvwAiVV^AftirwvvSlV^Afl•nAftrtAnJ^^fVWVw
12
í
El último amor de Rodolfo Valentino

Pola Negri, la gran


actriz polaca, ha sido
el último amor de
Valentino, en el que
el artista genial iba a
buscar el remanso de
paz que no halló en
sus dos matrimonios.

Los restos d& Va-


lentino en la capilla
ardiente.

Momento de entrar
en la iglesia el fé-
retro que guardaba
los restos mortales
del glorioso artista.

'^'vsjvvvvvvvvrbvsrtrtArtrt/vvvvsrtftrfv%;vwvvs^^ 'vvvv^r^wr,rjv»r^^jv,r'^jvv'^>r.r^,r^^m'<>^JVm'v^jv'<j\k
i^
VMi\i\
I Argumento de ''El Águila Negra <c
una de las últimas producciones de Valentino
para los Artistas Unidos

Cuando Catalina I I de Rusia para pa- equipararía, en el orden de la sanción, al era la hija de Kyrilla, le devolvió la li-
sar revista a sus tropas va a montar en desertor 011 el campo de batalla. bertad. ¡ Sus rencores no se saciaban co-
su caballo favorito, una salva de mosque- A su llegada al cuartel, Vladimiro halló bardemente en mujeres indefensas ! En
tería espanta al aiiimal, que emprende una carta en la que su anciano padre le cambio Mascha no pudo recordar a su
veloz huida. Vladimiro Dulirovsky, te- pedía que impetrase el favor de la Zarina salvador en uEl Águila Negra», a causa
niente de los cosacos de la Guardia Im- contra un su vecino, llamado Kyrilía del antifaz (]ue ocultaba la identidad del
perial, viendo al deslwcado corcel, sale Troekouroff que, mintiéndole amistad, le cortés bandolero.
a su encuentro, lo monta y logra domi- había despojado de sus tierras y castillos, Ansiaba Dubrovsky introducirse en e!
nar sus salvajes ímpetus. Mas de repente con la complicidad de u n juez sobornable, castillo de Kyrilla (de difícil acceso por
ve cómo por idéntico motivo, el tiro de durante una enfermedad en la que tuvo la numerosa guardia de cosacos cedida
un carruaje, relielde al freno, se ha lan- la inadvertencia de confiarle la dirección ])ara su custodia por el gobernador,
7,ado en alocada carrera, contra la que de sus negocios. cuando el azar le brindó la realización
es impotente la m a n o que sostiene el ren- Cuando el teniente Dubrovsky se dis- de su vehemente deseo. E n una venta
daje. Y persiguiendo al tronco indómito, ponía a volver a palacio, en solicitud de perteneciente a uno de sus adictos, pidió
consigue detenerlo, conjurando un peli- la regia ayuda implorada por la carta pa- Vladimiro un coche y caballos; pero el
gro casi seguro para las ocupantes del co- terna, leyó un edicto que ofrecía recom- único que había teníalo ya contratado
che, la encantadora Mascha Troekouroff pensa pecuniaria por su captura, vivo o un Marcelo Le lílanc, que iba al castillo
y su tía Aurelia. muerto. Más avaro que nunca de su exis- de Kyrilla como profesor de francés de
L a s frases de gratitud de las salvadas, tencia, por cuanto la necesitaba la des- Mascha. Quiso Dubrovsky imponer, aco-
la belleza deslumbradora de la joven, las gracia de su padre amado, corrió hacia mctivo, dominador, un derecho que no
circunstancias que la acercaban al tenien- el castillo donde transcurrieran, en la tenía. Suplicó L e Blanc, mostrando sus
te Dubrovsky, dando un matiz de aventu- holgura de la riqueza, los días de su ni- papeles y el pi-jmero, en ficción de ga-
ra romántica al momento, mantenían al ñez, y supo que Kyrilla había tomado po- lante generosidad, ofrecióse a llevar en
salvador junto al estribo del coche, pro- sesión de la magnífica hacienda, quedan- c! coche al profesor hasta la misma puer-
longando la escena de cortesía y de ad- do por albergue al anciano Dubrovsky ta del castillo de Kyrilla. Cuando el ca-
miración más allá de lo que permitía la el que le había cedido, en mísera cabana, rruaje se detuvo, descendió Dubrovsky,
paciencia de la Emperatriz, que había la piedad de unos aldeanos. con los documentos de presentación de
presenciado el arrojo del cosaco, y le Le lílanc, y fué admitido con este nom-
Como si sólo esperara despedirse del
aguardaba espectantc. F u é necesario que bre y como tal profesor, en tanto que el
hijo para aban donar su triste existen-
por medio del capitán K u s c h k a , la Zarina auténtico volvía en e! coche, maniatado,
cia, la pobre víctima del innoble frau-
reclamase la presencia de Vladimiro, amordazado y sin documentación, al
de de Kyrilla yacía, agonizante, en el
quien ignoraba que fuese la cabalgadura punto de partida.
humilde lecho, donde expiró bajo el
real aquella a cuyos lomos había corrido llanto filial cuando el sol moría también Desde entonces, los escritos amenazan-
para auxiliar a las desconocidas viajeras. entre las púrpuras de ocaso. tes de ((El Águila Negra», que tanto ate-
Conducido ante la Zarina, Dubrovsky Despnés de arrancar a los campesinos, rraban a Kyrilla, menudearon ; pero
tembló al oírla ordenar al capitán K u s - que sentían la opresión despótica de K y - nadie sospechó de L e Blanc, el profesor
chka (jue aquella tarde le llevase a pala- rilla, la promesa de que les tendría a su excelente Iiajo cuya dirección hacía Mas-
cio. La terrilile visión de las torturas en- lado, Vladimiro Dubrovsky juró vengar cha visibles progresos en el idioma galo,
tre los hielos siberianos, le hizo temer por a su padre y librarles del yugo del tira- a la vez que él progresaba en el corazón
su vida, a la que tenía el apego de la ju- no... Y, poco después, eran tema de las de la dulce discípula.
ventud ansiosa de porvenires placenteros. conversaciones en toda la comarca las Una noche, después de la cena, Du-
Pero sus pesimismos no tuvieron confir- hazañas de »K] Águila Negra», el ban- brovsky, con su traje y su antifaz de
mación. Lejos de ello, Catalina recibióle dido enmascarado que, con sus incursio- liandido penetró en el dormitorio de Ky-
amable, le cedió, como recompensa de su nes de sorprendente audacia, ejercía una rilla. El viejo, estremecido de pavor,
valor de jinete, el hermoso bruto en que simjíática justicia niveladora, resucitan- cayó, en súplica de piedad, a los pies del
horas antes realizara su caballerosa proe- do a los bandoleros legendarios que relia- enmascarado que, rugiendo conminacio-
za, le ofreció ascenderlo a general, si tal ban a los potentados para socorrer a los nes horrendas, enfilaba el cañón de un
era su deseo, y hasta pretendió ligarlo a menesterosos. Y «El Águila Negras arma de fuego hacia el jiecho del expo-
su voluntad soberana, invitándole a liba- convirtióse en terror de la vida del cruel liador de su padre. La voz clamante del
ciones alcohólicas que enmohecieran los K3'-rilla, en trágico insomnio de sus no- amenazado hizo acudir a Mascha, cuya
resortes del albedrío del cosaco. ches, enviándole por escrito, ya con el decisión de m a t a r obligó al bandido a
Pero no. líl amoroso interés de la Za- nombre adoptado para la aventura, ya arrojar su arma y huir. Hija y padre vie-
rina no tuvo correspondencia por parte con el de Dubrovsky, amenazas terribles ron con éstupefacciíín que la pistola del
de Dubrovsky, el cual, habituado a pos- íiue no le dejaban una hora de paz. fugitivo no estaba cargada, con lo que
poner a su querer libérrimo y omnipoten- Mascha comenzó a comprender ciertas
Paseando Mascha Troekouroff y su
te, sobre todo en asuntos del corazón, las actitudes nebulosas y a entrever la doble
tía Aurelia, fueron sorprendidas y apre-
conveniencias que podrán obligar a los personalidad de Marcelo Le Blanc. Poco
sadas por los hombres de ¡(Tíl Águila N e -
hombres iipj'ácticos)), mas no a los since- después, entre la servidumbre conster-
gra)). Vladimiro recenoció en la joven a
ros, Imyi'' de palacio, aun sabiendo que nada, aparecía el profesor y se prestaba
la gentil rubia cuya vida salvara refre-
tal actitud con la gobernante, que tenía a velar toda la noche al lado de Kyrilla.
nando a los caliallos de su carruaje, y,
en sus manos la vida de sus subditos, la aunque supo por sus aprehensores que La creencia de que L e Blanc y KEI

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14
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Águila Negra); eran una misma persona, amalla ; tanto, (]ue como él contestara a reo. Knsclika, ahora general y favorito
despertó en Masclia un odio profundo las exhoi'taciones de fuga que, ahogada de la Zarina, entró a comunicar a éste
contra Vladimíro ; así, al menos, lo creía cu sollo/cos, le bacía la suplicante voz fe- q u e la ejecución tendría lugar a las
ella, ignorando que a veces el odio es el menina, con su propósito de no salir solo seis de aquella mañana ; pero al propio
disfraz con que el amor arraiñ;a en las al- del castillo, ella no vaciló un momento... tiempo obtuvo la imperial firma para
niaíi, hasta que la captura ])or los guar- Y el propio caballo de Vkidimiro trans- un pasaporte a nombre de Marcelo Le
dias de Kyrilla del lugarteniente de Du- portó el dulce peso de la doncella ena- Blanc.
I>r{)vsky concretó la delincación de los morada. De este modo se satisfacía la ley que
Sentimientos. Llevado el preso ante el N o tardó la pareja en liallarse entre mandul.ia y el cora^.ón f¡ue se arrepentía
déspota, éste ordenó que le azotaran para dos secciones de cosacos que galopaban del fallo. Porque si una descarga ponía
oblijíarle a descubrir el nombre de su en opuestos sentidos : la de Kyrilla que iin oficialmente a la vida de Vladimiro
jefe ; pero de los labios de la víctima sólo los iK-rseguía y la de la Guardia Impe- Dubrovsky, un pasaporte reconocía la
salieron lamentos de dolor. rial {pie buscaba a Dubrovsky, condena- existencia de este Marcelo Le Blanc que,
Conmovido por los aves del torturado, do a muerte por la Zarina. con su esposa Mascha Troekouroff, su-
el profesor de francés, desde la ventana Encarcelado mientras llegaba la hora bía a nn coche a la puerta del palacio.
del cuarto de Masclia, gritó a Kyrilla : fatal, Vladimiro Dubrovñky hizo una sú- Desde sus balcones le veía Catalina... y
¡(j Cesad, verdug-os ! ¡ Vo soy KUI Águila plica a la que accedió la merced de la contestaba con la más dulce de sus sonri-
Negra !» Y fué entonces, sintiendo el tro- Soberana : la de que se le permitiera ca- -sas al saludo militar con que él se des-
pel de soldados que subía a cazar a Du- sarse con Mascha antes de morir. Y el pedía de la Soberana indulgente, para
iirov.sky, cuando Mascha supo que le enlace se celebró en la misma celda del ])artir hacia el amor. • '

Argumento de ''Cobra''
la última producción de Valentino para la Paramount
Kl conde Rodrigo Torriani, interpre- Viéndose desdeñada, Elisa esgrime las Conseguido su objeto, la pérfida y
tado por Rodolfo Valentino, es un joven armas de la calumnia para alejar a Ma- fascinadora Elisa dirige sus envenenados
aristócrata italiano ipie heredó de sus ría, de Torriani, iñntándole como nn dardos hacia el corazón del incauto Jack
ilustres antepasados un vetusto palacio despreciable burlador de mujeres. Dorning, a quien logra en un instante
lleno de deudas y una pasión arrebata- cautivar.
dora por el bello sexo. En una ocasión, Una noche, al cabo de un año de ha-
el padre de una de tantas doncellas a berse celebrado el enlace de Elisa y Dor-
(piienes el de Torriani «juró amor eter- Una poesía sobre Valentíno in'ng, aprovechando la ausencia de éste
noD, se dirige en busca de éste para exi- de la ciudad, la desleal esposa, deseosa
girle dinero, o a falta de éste ffiue era lo La bcllfsiiiia nrtistíi polaca Lucy de vengarse de aquel que u n día la des-
más probable), una reparación por las Chernovilz, residente en París, nos ha deñó, invita a Torriani a un hotel, re-
enviñilo. por conduelo de nuestro co-
armas. Pero la loca casualidad hace que rres;ionsal en la Ciipilíil francesa, Jcan fugio y asilo de amores impuros. T o -
el ofendido padre en vez de enfrentarse Dcsiardlns, una poesfa dedicada a Ro- rriani acude a la cita, mas su dignidad y
con el conde, tropiece con un joven tu- dolfo Valentino, i|ue nosolros liemos su honor le repelen de los brazos que pér-
rista americano llamado Jack Dorning, traducido lielniente para los lecloccs fidamente le tiende la infame seductora.
d e Poi'Ui.An PiLM.
a quien el de Torriani tiene (¡ue servir Aquella misma noche arde el hotel
de intérprete para salir del mal paso.
E s t e oportuno e impremeditado encuen-
Rodo Ifo Va I entino hasta los cimientos, y entre los carboni-
¡fia inaerio ValcnUno!...
zados restos de las víctimas, se encuen-
tro, da origen a una amistad tan sincera tran los de la seductora Tílisa, los cuales
¡La luz que fiu <li:stíno
y desinteresada entre los dos jóvenes, Eticr.ndir.ra en iii vidüi se spagá!... son transportados a la morgue, en donde
sin duda por la diferencia de caracteres, Hasta la ftía mucríe.
La eicniamcnte fuerte. tampoco pueden ser identificados.
(jne culmina en un ofrecimiento formal De Rudy se prenda. Pasan unos días de cruel impaciencia
de parte del americano, que el italiano
para Dorning y de irresistible tormento
acepta irmiediatamente. Jack Dorning, Él, que amó iattio, y ¡auto fué adorado.
Resbaló en la laguna del silencio absoluio... para Torriani. Acosado por el remordi-
]n-o]jietario del establecimiento de anti-
—¡Eierno enamorado miento, éste se despide de su amigo, a
güedades y objetos de arte italiano más De¡ cisne blanco-uleve, de plumón impoluto! quien el dolor por la pérdida de s u es-
famoso de la Quinta Avenida, ofrece a ¿Acuso la desgracia que flageló iu alma
Te obligó a desear posa lleva al borde de la locura, y se di-
su amigo el bien remunerado empleo de
De ¡a muerte, la calma? rige a Italia en donde espera olvidar.
perito en antigüedades italianas de su ¿No lloraste al marchar?.,. ' i'.
establecimiento. Al cabo de nn afio, Rodrigo Torriani
Jii representabas, mi amado. regresa a N u e v a York y se admira de
E n Nueva York, como en Ñapóles, Todo lo divino que en la Tierra existe. encontrar a su amigo completamente res-
¡ Qi'e irisie he quedado
como en el fin del mundo que fuera, al Recordando el beso que un dia me disiel... tablecido y resignado con la suerte de
joven aristócrata italiano le es imposible, Elisa, cuyo trágico fin babía conseguido
a pesar de sus deseos, sustraerse a la ten- averiguar pocos meses después de su
tación del bello sexo, y m u y particular- Yo hubiese querido bordar iu mortajar muerte.
Ser tu álUmo sueño cipiriiual;
mente de una sirena fascinadora llamada Flor en iu corona; adorno en iu caja Una carta de Rodrigo a Elisa, que
Elisa Van Zile (Nita Naldi), a quien el o cirio en la noche de tu funeral. Dorning encuentra nn día entre los pa-
R\:iulisie mi alma, poiiienrlo un anhelo
joven conoce una noche en uno de los De amor en mi vida sin fe... peles de su esposa, prueba de una manera
clubs más elegantes de la metrópoli Fuisie aquella tarde nti único consuelo... inequívoca la leal amistad del noble ita-
yanqui. Quisiste que fuera... ¡Lo quisiste... y fué! liano. Poco tarda éste en darse cuenta
¡Hoy, cuando he sabido tu muerte, he llorado
Rodrigo Torriani ama sinceramente, Como Magdalena llorara por Cristo de que su amigo Dorning está perdida-
como jamás hal)ía anuido, a María Dra- ¥ he sentido el frío dolor, que ha clavado mente enamorado de su linda secretaria,
su garra en mi alma, jtor no haberte visiol
ke, la bella secretaria de su amigo Jack ¿Oración? Ninguna..., ninguna.
y convencido de q\ie ha llegado tarde,
Dorning, hacia quien se siente atraído, ¡/Alma!.' ¿Pam qué? Torriani abandona el campo a su amigo
no tanto por su belleza física, a pesar de Te prometo, que bajo la luna y parte nuevamente para su vetusto pa-
Un dia, enlutada, te recordaré. lacio de Ñapóles, después de sacrificar
ser cautivante, como por sus encantos LUCY CHERNOVITZ
morales, que la hacen doblemente atrac- París, 12-9-ZS .su felicidad en aras de la verdadera
tiva. amistad.

•WJVVAVAV^Artft^rfVW^V\.VV^i%V^^%^AWV%
tMimriim. 1£
WVUVSrtrtiV"\rt/V^inrtrtrti^nrtArtrtrti",rt:V---V,AAi^-\A-ÉArtA.'\AV.A^ 'm'VVV^JVJVJ^^VJV,^JV.ñ^V-,VJV^^\^^^^%^VVVV^JVV^^^^VV^

RODOLFO VALENTINO en la película Paramount, ''Cobra ce

latino, muchas lindas muchachas sus-


pirarán por no haber vivido con
Valentino esas horas de amor.

En otro lugar de este número p licamos el argumento de "Cohra\


última película de Valentino, realizada para la Poramount, y en la cual
üiüe unas escenas de pasión tan intensa que nadie podrá superar, ni
igualar acaso, en el blanco lienzo.

^^vvvu^í^rtAftrtrtrtrtJ^rtrtrtiívv^rtrtn^hAff.^rtiV%%Pvy^^
¥m/¿yW/i 17
1 6 . •:.:.<.
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^•fliA^iV%^^V^rtrtrtrtrt^rti%rtrt^^rtft^A^rtrtrtftrtrtrtrtrtrtrt^^rtft^i;vn«^VVVVVVdVVV%ft^^^^VV^W^VVVVVVVWVWVVV^VVVVVVVVVVVWV^
i

NICA DE P A R Í S
" N a p o l e ó n " y sus intérpretes realiza una verdadera y completa encar- Lucionne T^egrand realiza una labor mag-
nación del personaje. nífica en el (íróle» t|iie Ínterpre(a, y al que da
Uno ck' los temas (|ue nuis seíliiCL-n a A propósito de este film decía reciente- una realidad intensa, demostrándonos que en
la i")rciisa cinematográfica de Francia ella tiene la clnematn^^rafía francesa una de
mente Dieudonne :
sus más bí'Ilas e inteligentes «vedettes)).
— orgullosa de los destinos que florecie- ((—X~Ie leído durante algunos meses
Donaticü encarna con mucha emoción el
ron ¡)ara el pueblo francés bajo el impe- centenares de libros sobre el emperador pnpcl ele padre, haciendo una labor magnífi-
rio (le Bona]-)arte—, QS el q u e pone sobre y sobre su vida, y en la actualidad, des- ca en este fdm interesantísimo.^
el tapete el film üNapoleón)), que acaba pués de trece meses de trabajo intensivo, Desjardins es en el film un abuelo autori-
de terminar Abel Gance, y en el f¡ue leo todavía y leeré todo el tiempo que me lario y rígido que, a pesar de sus furias y de
Alliert Dieudonne encarna la fiffura jiro- resta y en todas partes : en el restaurant, su rigidez, se deja ganar en seguida el cora-
dio^iosa del genial emperador. en mi casa, en el Metro, e t c . , desde los zón por cualquier afecto.
Entre todos los grandes personajes : re- estudios críticos de su estrategia genial, .Vhne. Kerwichn anima una afabilísima
yes, emperadores, tribimos, profetas, ti- !iasta los estudios sobre su carácter, su ani;i de llaves, y Jean Dchelly se lleva una
constitución física y mental, pasando por buena parle del cx\to iníerjiretando el papel
ranos, etc., etc., el q u e ocupa el lugar
los relatos de sus numerosos amores, la de galán joven.
preeminente es Napoleón Bonaparte.
Ksta es la causa de que hayan sido m u - crítica de su famoso código, s\\ diploma-
chos los autores q u e le llevaron a la es- cia, de su administración y el memorial ÉXIJ^O RU J[ J> _0__S^ I
cena, y muchos los editores cinemato- de Santa Elena y su correspondencia, lo
gráficos que se dejaron seducir por la leo todo. Cada lectura me presta un dalo "París en cinco días" í
nuevo con el que perfeccionar mi papel.li
grandeza de este nomlire epopéyico, cuya
influencia se hizo sentir a todo el m u n d o H e aquí un artista que tiene lo que
Ivl éxito de üParís en cinco díasii continúa
afirmándose ianto en Francia como en el í
conocido, allá por los primeros años del debe tener todo artista : consciencia y extranjero. Últimamente fué estrenada en
siglo XIX. Algunos extranjeros, y sobre íligiu"dad jirofesional. N o nos cabe duda Marsella, en la- inauguración del ((Capltoleii,
todo norteamericanos, llevaron al cuadro que Albert Dieudonne logrará presentar cuya sala, magnífica, ha sido transformada
blanco de la pantalla la figura soberbia en cinema. l>a dirección eligió para su pri-
ante nosotros u n a imagen de Bonaparte
de Napoleón q u e , interpretada por Bert mer espect/icLilo este film, [wr el que Nicolás
verdadera, bellísima y grandiosa, pues su Rimsky ha sentado plaza entre los primeros
Rouch en el «Pequeño Caporal», consti- naciencia v el estudio realizadt> nos dan adores cómicos de la pantalla. La acogida
tuye la mejor i)roducci('>n realizada por la garantía. hecha por el público marsellés a las aventu-
los extranjeros hasta la fecha. Pero hace JKAN DtífiJ.ARDIXS ras de Harry Mascarct fué inmejorable, y el
falta ser francés para comprender la fi- éxito de Rimsky asombroso.
gura asombrosa de nuestro emperador e Otro tanto sucedió en Amsterdan con el
interjirctarla con el res])eto debido a la POETAS DE HOY público holandés ; tanto, que un editor mu-
memoria del gran hombre. Kniile Drain, sical ha aprovechado el éxito para lanzar al
de la Comedia P'rancesa, es uno de los REMEMBRANZAS mercado un fox-trot cuyo título es, natural-
grandes actores q u e han interpretado el mente, «París en cinco díasn. Este fox-trot,
Fi-r rn r-üU- mí^mo Mlio. ¡Ciitinto t'Owpn poFiS.'
I^ersonaje con mayor perfección, ]]or lo ;Eslnhnx Inn hmtwiíir! \'endido en las salas de espectáculos y cantado
cual, los directores de escena han recu- J.K q'if qiiisf tJr ¡i Ir. nvrTíinnzi\ en las plazas públicas, ha contribtiído a liacer
Y hnjnalr, IOR nioa TUboTOsa'.
rrido a él la mayor parte de las veces q u e I "n jiiii'i.f ¡ínnilnrrs, vrnli'olon más ruidoso el triunfo de Rimsky, el cómico
han realizado obras en las qiie aparecía Con .'•¡I utimhrii nnrr-irral, tuirslra vc.nlitTU. del día y el más popular (lasn cómico del país
f.'iR cirios en Tuhíen sr rnrcndfnn,
Naiioleún, el cual h a sido caracterizado y '•>! ttr (irnla hminmirn de los molinos de viento.
Dr lii iiiTíJi; m'rcnn.
por M. Drain en los films ¡tUn dranie Cunio hf/slin de rlrrnn r.omiinlón,
sous Napoleón», en "L'Aiglonnei), en Kn rl (iriin tahi^riuir.iilo dn nrirntr,, nhnlin linia llnw
-íji ^íinfíríi-nln phifón.
P R E S E N T A C I Ó N
uMadame Sans-Oenei) y en varias oliras
teatrales. Hsto hace que la última vez Sangre rii h'^ rirlos ii ni lux nUaix penlithim!'
T>r f1 ¡mi'rile.
"En la cámara d e Mabel" ¡j
í|ue interpreta este personaje en ((Mada- Muriri'on ilr. tus ranas las miís piirnn '. . Al Chrislie ha realizado los alegres episo-
me Sans-Oene» llegue a la perfección al ,1/ nnrrr m los cielos mía eslrrlla...
¡Toiii. ;ios(l.' ;Tí' ;ií'H'i y vñ nh'giSa!...
dios de este vaudeville, que bien puede pasar
i'ealizar su magnífica labor artística. Sóhi f¡ rpc.itp.rilo arde, por una de las obritas que se representan en
En ¡II (líjoívo el cfPalais-Royalii, Nada falta en él para que
Sanuiicnta de í/i tarde. aparezca como tal vitudeviUc: quid pro cito,
Jean Lorette es otro de los intérpretes El sol vnchw a raer entre los pinm
de Najioleón en 'uSurconfii y quizá el me- Y haré iTliinfnr el tinto violeta. situaciones cómicas y embrollos indescifra-
El iñniln <h- u'irshos dcstijinf. bles, que se complican cada vez más, y que
nos notable, sobre todo si le comparamos El i/itr junó en tiiKnlrn válela.
Siquc jupiado tiitpasible... ¡Jnipasiljlr!... hacen imposible ver la solución de la alegre
al realizado por Jean-Napoleón Michel, Pero til nhiw ann f.std qiiifita... y di\ertida trama que sirve de argumento
descendiente de los Bonaparte y principal ¡hn tilla cmlini'ia caininando, en pns ric f(u ÍMIJIO-
al film.
intérprete de nDestinéd), puesto en esce- \sihh-!
MAUTÍNEZ DE ¡iJnEIÍ.\ Está interpretada por una de las artistas
na por H e n r y Rousell, el cual hizo debu- francesas de más éxito en la pantalla, Marie
tar en esta obra con asombro de todos los Prévost, que encarna el principa] papel fe-
consagrados a este excelente actor y a la ESTRENOS DE LA SEMANA menino de la obra; Mabel. Phyilis Havcr,
linda esjiañola Isabclita Ruiz, cuya labor Sylvia Breamer y Maud Truax, componen la
al lado del inteligente Rousell causó sen- " S i m On e " distribución femenina de esta producción.
sación en toda Francia. Harrison Ford es e! principal intérprete
uSimoiiPij es una CIÍÍ las piezas más célebres masculino, que está acompañado en este
A iiesar de que entre los realizados has- de EL(g(,'niü Brleiix. En ella nos enfrenta el fihn por Harry Myers, Paul Micholson y Cari
ta la fecha hay algunos de factura inte- autor con el terrible caso del hombre que Gerard.
i'esantísinia, creemos cpie ninguno puede mata a su mujer infiel, y continúa criando a lia gustado mucho y merecido elogios mil
compararse con el que interpreta Albert sLi hija, ignorante del drama, hasta que un de la crítica cinematográfica y del público
Dieudonne, (|ue en la epopeya de Gance día !a casualidad la hace dueña de la verdad. que presenció la prueba.

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18
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C R Ó N I C A DE HADRID
(qialillos))* no intervienen en la csccnita. dan dinero. ¿Que se mantiene firme la
D c e x á m e n e s «La medalla del torero», pese a la nota cahnmiiosa leyenda <pie JIOS representa
de sobresaliente que acaba de sacar en su como un piieblo Iiárbaro y exótico? ¿ Y
Queriendo nuestros ciueastE\s pulsar la último examen, es u n a floja «espagnola- q u é ? ¿Acaso no somos nosotros los que,
opinión del público, decidieron presentar dc)). La ('estrella)) de las varietés, T i n a de por razones pecuniarias, la sostenemos?
a nuevo examen, antes de entrar en liza Jarque, encarna su personaje con una N o (íse metan)) los partidarios de la Es-
y para cerciorarse de que la afición sigue ((lióse» cargante y o]mesta a la simpatía paña civilizada y pujante con «La hija
de sn parte, varias de sus películas, es- del mismo. José García fiEl Algabeño» es del corregidor)), y resígnense ante la rea-
trenadas en la pasada temporada. Y para dueño de luia cara antifotogénica. Cus- lidad, que favorece y propaga, dentro y
que la prueba fuese dura, pero convin- todia Romero danza estupendamente y fuera de casa, la edición de esta clase de
cente, lejos de recurrir a las cintas favo- es guapa y artista, pero apenas si entien- producciones.
rablemente sancionadas, acudieron a las de de cine. Y Modesto Rivas, José Mon-
más endebles. ¿ N o estamos en el mes en «Nobleza batm'ra»., en cambio, nos
tenegro, Alfredito H u r t a d o ((Pitusín» y honra, tocante a su argumento — que es
que los desaprobados en junio vuelven a Francisco Cejuela, no desentonan del
padecer y a suspirar por el suspirado cer- una exaltación de las virtudes de Ara-
conjunto, no se salen del círculo de la gón — y a su interpretación, pero no
tificado de suficiencia? pandereta. En fin, que ni los nombres fotográficamente, que resulta en franca
Estos días los Institutos, Universida- del autor el poeta Alcaide de Zafra y del rebeldía con los preceptos de la técnica
des y demás Centros de Enseñanza, re- director, señor Buchs, tienen fuerza bas- cinética.
cuperan su habitual animación, que el tante para elevarla por encima de las más Algo semejante puede decirse de ((Los
verano interrumpió. También los cines Imrdas ((españoladas)). Claro que en este cliicos de la escuela» (de grato asunto
retornan a la vida activa. El sojior cede juicio nuestro excluímos por completo el para los paladares no estragados por la
su puesto al bullicio. Mas así como entre aspecto comercial de ((La medalla del to- mediocridad inqicrante, aunque de repar-
el día y la noche hay una transición que rero» que, pov las trazas, debe ser de to deficientu y tirando a malo) y de «Ruta
se llama crepúsculo, entre la extinción provechosos rendimientos, en especial gloriosa)! (iiella historia de amor y de
del descanso estival a la apertiu'a del para los que la llevan en utournée» por el heroísmo dedicada a la aviación militar
curso y a la inauguración de la tempora- extranjero. española) : (]ue no llegan a la perfección.
da media, asimismo un corlo período de
]-)re¡)aración, f[ue sirve, tanto en uno ¿Os explicáis el rasgo de valor que Inflexibles nos mostramos con las pe-
como en otro caso, para poner a los reza- significa matar a un toro en el campo, sin lículas de nuestros compatriotas. Cierto.
gados en condiciones de continuar avan- peones, ni banderilleros ni picadores, con ¿ Y no es mejor para ellos y para España
/.ando. un cuchillo de monte iior toda arma y en exigirles cuaiito su ca]3acidad les iiermite
defensa de la vida de una m u j e r ? A fe dar, que adularles con falsos y pernicio-
Y es, precisamente, esa época prepara- que es difícil la «faenita)) que «El Alga- sos elogios? SAni;i.oTODo
toria la que atravesamos. beño» realiza con arrojo imponderable
lín el campo de la cinematografía, en "La hija del corregidorn. Sin embar-
igual que en el terreno de la Instrucción, go, nuestra admiración es, ]ior entero,
En los cines
las exhibiciones que actualmente se ve- para Carmen Viance por su primordial .Aunque todavía no os general la fiebre dr
rifican no suelen ser modelos de brillan- participación en la ((hazaña» del diestro lijv; estrenos, pefuliar en Inda temporada olV
tez, ya q u e los q u e pisan las aulas y salas andaluz y para Elisa Ruiz y Marina T o - cial, la,s películas buenas pueden a las malas,
de proyección no son los empollones, las rres por su atinada actuación en los pa- lo que ya es decir tratándose de una época
lumbreras, los aplicados, sino todo lo peles de novia y de madre del bandolero. de dudas, cuchicheos y planes. Por hoy, anote-
contrario, los vagos, los brutos, los remo- mos que la Empresa dfl San Mifiíoel. de-
Al Algabeño le ovacionamos y le conce-
lones. seosa de servir a la actualidad, presentó «Más
demos las orejas, el rabo y los cuernos fuerte que su amor», excelente creaci('jn del
Y fieles a la costumbre, los empresa- de la bestia. Y a José Buchs le felicitamos malogrado Rodolfo Valenfinn y do la bellí-
rios reprisan cada mamarracho, por aque- •iima I dnria Swanson.
por SU «pupila» ]>ara filmar películas ([ue
llo de ((ver si se acepta, en un momento
de buen humor o de chifladura, lo que se jiMiiMiiiiiiiimiiiiiiiMiiiiiiiiiimiiiii lili iiimiiiDiiiiimii ni iiiiiiiiniiiitriiiiii i HiMiJiiiiiiiiiiiiiniiii 'Ü
rechazó con sobrado motivo y plena con-
ciencia», que si se aguantan es por un
exceso de benevolencia.
Demasiado sabían los cineastas españo-
les (|ue (tlva medalla del torero)), iiLa hija Almacén de vidrios y crisfales pianos
del corregidor)), ((Noltleza baturra», «Los
chicos de la escuela)) y «Ruta gloriosa»,
recibirían muchos aplausos. E n los tri-
bunales de septiembre la indulgencia Fábrica de espejos - Marcos y molduras
triunfa sobre el rigor.
Contemplada <iLa medalla del torero))
con ojos de fin de estación, parece una
gran obra. ¡ Qué honda emoción causa en
el espectador la aparatosa cogida del pro-
tagonista ! ¿Le mataría el toro? i Porque
mira que le enganchó por un sitio ! La
V. García Simón
iiiiiiiHiiniiiiiMinniiiiiiiiiiiiiiiiiiuiniiiiiiiiiiiiiiiMiiuiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
incertidumbrc dura poco, por fortuna. Y
viene la decepción : ¡ Bah, la cosa carece
de imi")ortancia !
i Y oooléce con ole, chiquilla ! Vía Layetana, núm. 13 - Teléfono 3870 A,
Custodia Romero, la archilwnita, mo-
renísima y gitanaza itVenus de bronce»,
se marca un zapateado que «pá qué)).
vSólo falta el ((insignificante» detalle de
/ / BARCELONA / /
oir el ruido de los zapatitos al pisar furio-
samente el suelo, el rasguear de las gui-
tarras y el batir de palmas. Los castizos
?)iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiijiiii]uiiuiiiiiiiiiiiiniiHiniMiiiiiiiiiiiiniiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiii[iHiiiiiiiiiiiiiiiiiii[iniiiiiiiiiiiiit^

^rtA/wv^^^vvvv.••vv^%'vv;Av.•^vv^J^A/vv^v1iAívv^i
El retablo de macse Pedro
EL DESDEN POR EL TEATRO

De la n o v e l a al dra m a
La mayoría de !os escritores cs]iafioles ,Si hubiera que definir la novela to-
sentían o simulaban sentir un desden mando como modelo del género las de
profundo ]3or el teatro, juzgándolo como iiEl Caballero Audaz», u otro pornógrafo
un g:éncro literario inferior. de su jaez, claro {¡ue habría que desde-
Cualquier novelista de undécima clase ñar este género literario, y no existiría
se creía estar por encima del dramaturgo escritor digno que !o cultivara. Que es
más genial. Pero eso ha sido hasta ahora.
J'íl momento presente es de rectificacio-
nes. Los detractores de la literatura dra-
mática, y los que, si no la atacaban, tam-
poco la defendían, empiezan a reconocer
qne es un genero literario tan noble como
la novela y como el ensayo.
U n a m u n o , Araquistain, Azorín, Mata,
H e r n á n d e z Cata y otros, buscan en el
teatro expansión para sus sentimientos y
para sus ideas.
Pío Baroja adapta a la escena, en co-
'¿'iiiün. unn di; lim uclorcs más uotablca del Espriñol
laboración con un escritor joven, alguna
de sus novelas, y escribe para el teatro,
directamente, a u n q u e buscando para sus
comedias el escenario íntimo, familiar y
selecto del Mirlo Blanco, acaso porque
no se atreve aún a encararse con el ver-
dadero público.
Un poeta de tan clara estirpe lírica
como don Ramón del Valle Inclán, culti-
vó la i>oesía dramática y dio a la escena
algunos de sus poemas. Otros poetas :
liduardo Marquina, F e r n a n d o López
Martín y Luis Fernández Ardavfn, dan Amnidiin Ciniala, la ¡¡tan aclriz drl Fspafiol
preferencia, en su lalx>r, al teatro poéti-
co o romántico.
Fl teatro es de alwlengo literario tan
ilustre como la novela. Y por ser más precisamente lo que ha ocurrido en Es-
sintético y popular, tiene mayor eficacia paña con el teatro : q u e se ha tomado
educativa. como modelo de literatura dramática lo
H a y que remachar bien, para (jue en- más falso, chabacano, vacío de ideas y
tre en las molleras más duras, que la li- falto de arte que hay en él.
teratura dramática no es un género in- ¿Pero cómo puede ser inferior un gé-
ferior a los demás. Lo inferior son cier- nero literario que ha removido todas las
tos modelos de teatro o, dicho con más ideas de nuestro cerebro, que nos ha
]iropiedad, de pseudo teatro. emocionado intensamente con Shakes- l'ri¡r fíarín'n, cxcflmtc i-.ÓJiíir.o que dirigr. cow Santpere
peare, Goethe, Ibsen, Strindberg, An- la compaüia del Eapañol
dreiew ?...
A la mayoría de nuestros escritores de
,M-ímer orden, les ha dado pánico, hasta
ahora, esperar el fallo directo e inmediato
del público. El libro, novela o no, se
vende con más o menos rapidez y tiene
un éxito de crítica, o nn fracaso de crí-
tica, más o menos rotundo ; pero el dra-
ma, la comedia, triunfan o fracasan ante
el público en unas horas y sin mediación
del crítico.
E s t e miedo al jjúblico, m á s q u e otra
cosa, es lo que determinó a ciertos escri-
tores a desdeñar el teatro o a simular que
lo desdeñaban.
Pero iba resultando ya harto difícil
sostener ese concepto de que la literatura
dramática es inferior a otros gérreros lite-
rarios, y los detractores de ayer aspiran
hoy a qtie el público contaste sus ideas y
sentimientos directamente, y empiezan a
escribir dramas y a olvidarse un poco de
que son novelistas.
Srla. Plti, esluiJciida actris de la compañía
Sanlpcre-UcTgés M A T E O SANTOS Ártcaffa, otro buen ador del elenco del teatro Español

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Elogio de dos La c o m p a m a dramática de


actores cómicos María Palou
Ho aquí dus grandes actores cómicos di; la Me aquí la lista de la compañía dram-^ltica
escuela de aquellos famosísimos comedíanles lie María Paiou que actúa en el teatro Goya.
españoles que se llamarün Mesejo, Ontiveros En el cuadro de artistas figuran, por orden
y Carreras : Rafaelito Díaz y Anselmo I'^er- alfabético, las actrices Palinira G u e r r a , Do-
nández. lores Larrea, Pilar López, P u r a Martínez,
L a gracia de estos dos actores fluye CBiion- C a r m e n Picó, Consuelo Guerrero de L u n a ,
tíinea, porque es gracia n a t u r a l , no forzada Irene Guerrero de L u n a , Auguria Martín,
o superpuesta. Su comicidad está en el gesto, María Paluu y Elisa Sánchez,
en los a d e m a n e s , en la voz, en todo su ser, Los actores son los que siguen : Ángel líó-
porque es una cualidad, y mejor sería decir jar, Carlos Delac, Maximino Fernández, José
una calidad, de sus caracteres. Ven, como el María Lado, Manuel Martín Galeano, R a -
caricaturista, lo grotesco de cada hombre, y' miro de !a Mata, E d u a r d o Moreno, Enrique
lo copian en sus tipos teatrales sin ningún Navarro, Teófilo Palou, R a m ó n Plaza y Vi-
esfuerzo, sin exagerar demasiado el rasgo cente Soler,
para que no deje de ser fina e intencionada Las obras de esti^eno son : nEI hombreci-
caricatura, porque entonces caería en !a pa- to)!, comedia en tres actos, original de don
yasada. Y esto es lo verdaderamente difícil : j a c i n t o Benavente ; iiRosa de Madrid», co- l'i-ihii ]'iilii}, ar.liir íimr.nai dr la r-onipañia Ciihnllv
Ilegal- al límite de lo cómico sin pasar ese lí- media en (res actos y en verso de Luis Fer- II m rl 'i'ir i\i> .<•• sdím i/tir admirar iinis, si xu tiiodr.atiii
mite, traspuesto el cual, está e! payaso. nández Ardavín ; nAves de presan, comedia
Anselmo l'-ernández y Rafaelito Díaz po- (m tres actos (Les Coquerants) de Mere, t r a -
seen el sentido de la comicidad como pocos ducción del francés de Doroteo de Carlos y
actores cómicos. J u a n Potous ; (íjuüanillo Vaicárcel o desdi-
chas de la fortuna», d r a m a en cuatro actos
y en verso de Manuel y Antonio Machado ;
(iTodo tu amor, o si no es verdad debiera
serlo», farsa en tres actos, original de Felipe
Sassone ; uLa duquesita», comedia italiana
en tres actos de Alfredo Testoni, traducción
de Mario Zucchi Zaprel ; n U n a vida que es-
peran, comedia en tres actos de Alfredo Van-
ni, traducida de! italiano por F . S a s s o n e ;
iil''uonsanta la de! cortijo», d r a m a rural an-
daluz, en tres actos, original de Enrique Al-
\ i - a r ; idlidalgo H e r m a n o s y Compañía», co-
media en tres actus y un epílogo, original de
¡•'elipe Sassone ; «El rodeo», d r a m a en tres
actos, original de Luis Araquistain.

l'niu diiIlHio. iiiaijnfíii'C' (ir.lor rómicn del Ifíairo


HUtnrudn

Shakespeare. Y... ¡quién s a b e ! H a s t a puede


haber alguien que se lo crea. Por ejem-
plo : él.
/liiKi:ííin> Ferndudf^

Mace u n a s s e m a n a s a n u n c i a m o s que nues-


tiíi camarada de redacción, Mateo Santos iba
a escribir para el teatro. Bueno, pues ya tiene
listos ¡treinta y dos a c t o s ! , repartidos entre
\'aric>s dríimas y comedias. Pero no es que
tenga prisa por estrenar, no. Por el contra-
rio, nos asegura muy serio que no le impor-
t a r á ser autor no\'(;l a la edad que lo os don
Emilio Junoy.

Tamijíén a n u n c i a m o s en el mismo número


que otro compañero, Martínez de Ribera, ha-
bía terminado el segundo verso de un d r a m a
romántico, sin título definitivo a u n . Hoy po-
La scüimlii P^iez Cnrj>in, jmiiii'rii tiple f/ui' adúa. can demos adelantar que ha dado cima al cuarto
ilu-.ilo i'.n el lltiziifii ili- l'iiltmríii cint Atifti'Jimi FrrnániUz
¡/ Hdíai-lilu Diaz verso. Con lo cual queda demostrado que t r a -
baja m á s que el maestro Serrano.
I o n 1 1
Vn ¡tutor que usa monóculo nos ha retirado
-.11 amistad porque no alabamos lo bastante Sabemos que el estupendo repórter y popu-
cuando se estrenó un d r a m a suyo... y de larísimo escritor Paco Madrid, ha leído una
otro. comedia a la compañía Vila-Daví, y que ha
Como ser amigo de este autor es algo así tenido un éxito de lectura. Se titula la obra
como tener u n a canongía, prometemos decir (lEI mal que pot fer u n a dona». Sobre todo si
¡{aíaeliln D/ns a la primera oca'sión que es m á s genial que es suegra.

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6nriQue "Corres (pasodoble)

©el maestro "^osé ^ovira

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Con objeto de que nuestros lectores encuentren en la página musical las


más bellas composiciones de la temporada, hemos procurado contar
con los más interesantes maestros de la canción y el baile, los cuales
nos han prometido la exclusiva de sus más originales producciones.

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23
%^rtArtrtrtrtA^-%v^l^nA-^."-%^.•Jv^rt.%v-vvv^rti%^rt.•.Ai^ft,v^. .•-%^.--V\.^AA.'V.",Art.V%fli^i^^.^«Si"SAArtfl.,

FRENTE A LA P A N T A L L A
Gráficos de "MANON LESCAUT'\ „ i!
una de las grandes producciones de la
W. F . A .

No podía presentarse en la cuyas produc-


pantalla la célebre obra del ciones denotan
Abate Prevost, con más fide- un gusto artístico
lidad y magnificencia que lo no superado por
ha hecho la editorial U. F. A., ninguna casa.

VJV%.'V.r-'^AV^jV--AV--.r_%-AV%'W^%V_VV--.-A ^
24 M
r ^%^---A<--:-^~-lÁ::-:Á<---X^---A.-'*<--:;^:-':*í'--.*<i-:>*<::í^

CAPÍTOL CINEMA
Y

PATHÉ CINEMA
DÍA 18 DE OCTUBRE
GRANDIOSO
ESTRENO
DE LA MAGNA PRODUCCIÓN
N P. U. DE LA FAMOSA MARCA

METRO GOLDWYN
CORPORATION
(

LA
VIUDA
ALECRE
PROTAGONISTAS:

MAE MURRAY y JOHN GILBERT

iaKMSzaai'fla^'g^tg&i'gtjígijaihiiiB^.ias.gSS8ga<«3KaKaKsas5ffi5iKaKBngagsaKaBgSggB^
v%v^^-v•iivvvv%vvv^.•vv^^bvv^iv%vvv^^vvv^%^niivv^l%%n.^in^^

"Fotogramas" viene pegando


El cine en África
[•J clnein;! ticni' fi-rNicnU's adeptos on fl
i
.\frif;i tic'l Norte y en el Sur d<; la .Arj^flia,
H e fie confcsíii', .'lUte todo, con la ma- snLnuieiiienle no reco,L;er iiin>,'"ún rumor IIDIUIO sorprende encontrar un .^alún de cine,
yor iiijiciiuidad, que soy un lionihre de por inofensivo cjue sea, y medir a con- cspacidSd y i-nnforlidilc. i-n v\ quí', sí'tiKUiid-
imiy buena fe, ile demasiada Í>ueiia fe ; ciencia el alcance de la menor noticia. uH-nlr, se priiyiH'tan los úlluiios films apa-
tanto es así, (¡uc me la tienen que hacer No, no ([uiero ser objeto de las iras de rcci(!i)s.
dos veces jiara poner cu duda la cahallero- ((Fol<.)}?ramas)). Me .trnsta mucho este i)e- Mil Harik;i, al sur de Ciinsl,inlin;i, existe
siílad de al.tíuicu. Además, como la am- un cinc do csLi chise ¡jara la I-i.£ía de Ense-
rii'idico liara dejai" de coleccionarlo. Pero,
bición no me ciej^a, a nadie en\'idÍo y me ñanza, presidida [)ui- el jiciuiinistratior del
la verdad, no es nada a,Q;radahle comprar numicípio ini-xto. El seeretario y el arquitecto
considero feliz con lo que poseo. Jamás una revista elefiíUite y encontrarse con munieipales, convertidos en opí^raclorcs. Ha-
a sabiendas perjudico a un semejante, al (|ue en las ])riinei'as jiásinas le atizan a cen funcionar el aparato de prüvección.
contrario, mi pobre pluma tiende ])or uno fenomenal estacazo. .\ estas proyeceiones asiste siempre un nu-
nattn-ale/a a beneficiar, sin fijarse si- Sujionso que iiFotog-ramaS)) aceptará nicmso pi'ililico, y los árahes .se interesan vi-
f[uicra en i|uién pueda ser el elegido ; mis ex¡)licaciones y rectificará en el ]iró- \'a[nenU' por las imágenes movientes. Se
ahora que, claro, como cosa formada de ximo in'imero sus atrevidas palabras, Y instalan disfrihuídos en pequeños grupos, y
barro, suele caer en ocasiones en falta, si reconoce (pie oliró ¡irecipitadamente, el nii'is ilustrado de cada gruijo \'a Iradueieiulu
mas involuntariamente. Y esto es lo que, en un arranque de mal humor, mejor (¡ue los lítuloH de la peliciita parii que los deni;'is
[lor lo visto, no conii)rendió (iFotopra- mejor. Yo, ]ior mi parte, anulo en su l:i comprendan mejor.
luasi) desde el momento en que para último contenido una noticia (pie di en la í'uímdo se pa.«ó "Los hijos del Sol», fia'' el
desmentir una noticia dada por nn' en delirio. l,os indígenas, al ver sus rostros en
crónica titulada iq Vaya lío» I — número
estas mismas cohnnnas apel-,i al insulto la [jantalla, prorrum]»iernn en grito.s de en-
del nueve del pasado sei>tieinbre—, y (pie tusiasmo y (MI ai)lausos estruendosos.
y hasta a la injuria. era como sigue : uSe asegura (pie Carlos Estas proyeceiones de pclíciiias son el me-
h^l palo que me propina mi (juerido Arniches i[uedó satisfecho de la adapta- jor medio lie [sersuasión pai-a hacer amar a
— sin ironía, con sinceridad — colejia ción de ((La chica del ^•ato>i y (jue Muñoz los afi'¡c;uios la civi!iz;u-i('in europea.
iiFotofíraniasii, me lo anunció un amigo Seca, en cambio, se desilusionó al con-
lícariñosoí) : tenijilar en el l>lanco lienzo »l^os cuatro Los peligros de la popularidad
—¿Leíste nr'"oto,L;ramasii ? Robinsonesii, Y en su lugar oigamos a
—No. ¿ Ms (pie salió ya ? nl'otogramas)! : «como de (iLos cuatro Lucicnni.' I^ej^rand es muy :nn:i(i;i en lla-
kobins(iiies)) no se sacaron aún positivas, iia, donde casi todas sus películas han sido
—Naíni-almente. proyectadas. Ella misma h;i tenido ocasÍ('in
—líníonces lo conqiraré en se.nuida, difícil es {jue desilu.sionase al señor i\In-
ñoz Seca, ya que ni este señor ni nadie de ajicrciblrse de su popularidad durante su
(jue vendrá ¡tien, de se.tíuro. úllinio viaje al paí.s de los camisas negra.s.
l)udo ver la película en cuestión)). Ni par-
•—-i Va lo creo ! Viene pe.E);ando. líntre Roma y El<)rencia, Lucienne, que
cialidad ni mala fe — apresuramiento,
No concedí inqiortancia a esa frase \'i;iÍaba en «sleeping-car», not(.'i que el em-
exceso de credulidad — hubo en mí, ¿no
\'nl.!í;ir, y ad([uirí el número tres de uFo- pleado de los roches camas pasaha frecuente-
es así, señores de ((Fotogramas)) ? mente ]n>r el pasillo y no le quitaba los ojos
to^raniasii. Lo hojeé con delectación y
admiré su exquisita presentación. ¡ So- Res]iecto a los editores de ((Los cuatro de encima. En un momento dado, el bu<'n
berbia revista ! — exclamé para mí—. Y l-iobinsonesn, permítaseme mostrar mi hombre se detuvo, y gorra en mano, muv
empecé a examinarla despacio. Al llegar extrañeza ]Kjr su |>roceder : cuando una res|)etLií)samenle, le pregunItS :
a la sección ¡(Del momento)), me detengo noticia o información es ef[uivocada, se — ¿"^o es a la señora Nautas a quien tengo
ruega al periódico que la ]iu!')licó ijue la el honor de dirigirme? No ]>uedo equivocar-
en el suelto (jue dedica a POPULAR F H . M ,
me. La he reconocido, señora.
y i (.)h, dolorosa sorpresa ! T r a s el justo ix-ctifique, y se acabó el incidente ; y úni-
Lucienne Legrand confesí'i que, en efecto,
elogio, e! ataípie injusto. camente en los casos en ()ue se niega la había interpretado el principal pape! femeni-
Mi nmi.íío no me en.íañó : uFoto^ra- rectificación se recurre a olro periódico. no de KNantas», pero que ella tenía otro
masii viene jjejíando i>or los dos lados : ^' los editores de «Los cuatro Robinso- nombre.
por el de los factores (pie contri!)uyen a nesii, lejos de dirigirse a nosotros, se íuc- El em])Íeado de los coches camas sacó en-
su venta y por el de la dura censura. ¡ Y roM con lamentaciones y jirotestas injus- tonces rájjidamente de su cartera una tárjela
ser yo, ]irecisamcnte, el que la sufra i Kl tificadas a (ih'olograinasii. Anómala es su postal con el retrato de la artista, que traz('i
nia\'or pr{ipagandista de iiFoto^íramasi) conducta, mas acatémosla como cosa en ella su firma liebajo de una cariñosa de-
y el más entusiasta ])artidario de la cine- consumada. dicatoria. .Su admirad(jr le explicó onlonces
|.ior qué jireferfa el cine al teatro, añadiendo
mato.yrafía esiiañola. La culpa es mía y Y termiuenios esperando inipaeientes el que él se creía dotado para reconocer a los
S(''lo mía, i)or fiarme de las diarias de estreno de ((Los cuatro Kobinsonesn, de buenos artistas, y después se puso a imitar a
café. Con ra/.óii me nes:il>a yo a coucu- cuya suerte — ojalá sea fa\-o]-able •—• en- los uascsii de la pantalla.
i-rir a esas despreciables tertulias donde tei'arenios al lecttir con.honradez y sen- Lucienne Legrand esliuo a pimío de pedir
destrozar reputaciones constituye inmen- satez. gracia, [mes el cinófilo, con su e.xcesi\'o en-
so placer. De hoy en adelante prometo SAREI.OTODO tusiasmo, se hacía pesado. Para desembara-
zarse de él tuvo que afirmar que necesitab;i
dormir. El, entonces, se marchíi suspirando.

Un campeonato original
MARAVILLOSO El jovial Karl Üane y la enc;int:idora ii\e-
deltei) Joan Crawford, realizaron reciente-
mente un originalfsimo campeonato.
Y PRODIGIOSO INVENTO Karl Dañe había apostado que era capaz de
recorrer tres kilómetros en menos de veinte
minulijs, con las manos en los bolsillos del
LOS CABELLOS BLANCOS fomarán su primitivo color nolural A LOS OCHO DÍAS panlab'in, v lle\'ando a horcajadas,, sobre los
de usar el INSUSTIiUfBLH ACEITE VEGETAL MEXICANO, PREMIADO GRAN PRIX, hombros, a su graciosa icpartenairc» Joan
(irawford.
CRUCES V MEDALLAS, No mancha absolutamenfe nado y por eslo se usa con las mismos
mnnoí, como cualquier BRILLANTINA. El uso de este ACREDITADfilMO artículo no es La apuesta fué aceptada. En el nue\'()
film (le la Metro (ioldwyn, ((Slim-i, puede
para teñir los cabellos de tal o cual color: es únicamente para devolver a los CABELLOS verse a los dos artistas en tan original pos-
BLANCOS su primitivo COLOR NATURAL, CON TODA GARANTÍA, hayan sido éstos tinea.
RUBIOS, CASTAÑOS O NEGROS, sin que riadíe pueda ni imaginarse que estén teñidos. No fué Joan Crawford la que menos se
Se garantiría también que no se caen los cabellos con su uso Concesionario: E. SARRÁ. divirtió en esta prueba, pues encaramada so-
Se vende en todos las perfumerías de España. Precio, 6 y 10 péselas Con utio de los de bre las espaldas de su sólido portador, tenía
a 10 pesetas hay cantidad sufitienfe para un año de uso. que realizar grandes esfuerzos para aparecer
seria ante los concurrentes a este campeonato
original, que ganó Karl Dañe.

^i^ftA¿^^vvvvvv^|Vv%/vv^Hvwv-vvwvw^'vv%•u^Aí^v^
2 6 :_.:.•- ,
¿ '^.'vvvvv-m'Vm'Jv»rJ'^j'^j''^'Vm'V'^^i^v'^.'Vm-v^,^,r^,r<>rm'J^^

ECOS DE BARCEIONA
Don Podro líistany, de a!-a Novela Se-
manal Cinematográlican, tu\'o la desgracia
''La v i u d a a l e g r e " , ESTRENOS de ser alcanzado por un tran\'ía, sufriendo
la rotura do la cla\'ícula.
de la Mefro - Qoldwyn En el Capítol Cinema Lo lauK'nlamos de veras v ctdebraremos su
pronto V total rostaliU'ciniiento.
CtKinciu wt.' estrenó la L-élebrc üpuM^elíi ul.a y Pathé Cinema
vÍLitia alc.Lírvii, la prcscnlacit'in dé la m i s m a
fu¿ cansa df un lanibío ratÜral en la moda En estos salones se estrenó nEl Aguda Los inlérpreles de las producciones que la
fcmi'nina ; todus los vestidos y ropa blanca do Nt'graii, una de las úllimas ]iroducciones do enqjresa del Capilul Cinema tien<' adquiridas
la «l.a viuda alegrón, ilcgaron a hacer furor. \'alentino, que obtuvo un éxito grandioso, para la tem])ora<la actual, son los s i g u i e n t e s :
Así croomus sucodorá'con la exquisita crea- Vi'r vivir en !a pantalla a un desaparecido, Douglas l'airbanks, Huster Kealon, Jaciíle
ción de Mae Murray en la adaptación a !a es una de las enuiciones m;'is fuertes e inten- Coogan, Norma Shearer, C<'orge ()'l-iri<'n,
pantalla de dicha opereta, ya que esta bella sas que puedo sentir un indi\'Iduo y una co- Lllllan (iish, Norma Talniadge, Alma Ru-
actriz hace alarde do las m á s sugestivas y ele- loclividad. Y ni ver sonreirso v moverse ijons, Marión Diivlos, Antonio Moreno, VIi>l;i
gantes creaciones de la moda. Esla película al nudogrado actor en t;l blanco lienzo, esa l);ma, Magde Bollamy, Mary Pickford, Char-
está dirigida por ürich vun Struheim, y como oinoción la sintieron todos los espectadores Ite Chaplln, Riidolfo Valentino, Allce Torry,
todas las producciones de este conocido di- do| Capítol y del Pathé, que rindieron un Mao Murray, R a m ó n Nov;n-ro. Constanco
]-fctor, acusa una perfección absoluta. último tríbulo a Rodolfo Valentino. T a l m a d g e , Lon Clianey, John Cillbert, Toin
En todos los films dirigidos [lor lírich von MIx, J a c k Perry y Charles Ray,
.Sirnlioim, éste ha bocho algún descubrimien- En el Coliseum Esla lista basta p;ii"a aj)roiáar la Iniporlan-
to sensacional do actor o actriz desccjnocidos oia de las películas qui- se e s l r e n a r á n en el
La semana ]>asaila so estrenó en cslo cine Capítol Cinema.
la película do la Molro-tioldwyn, "Kl Barita
Azul americanoi), en la que se carlcatiu'Iza a
\ a r ' a s conocidas liguras de la pantalla. Un ingles q u e creyó volverse loco
L a intención irónica de esta película v lo
atractivo (ie su asunto, regocijó a los espec- l^as escenas m á s Interosantt's de ¡(El bri-o
tadores, t|Uo aplaudieron largamonto esla pro- di- la victoria» se desarrollan i'n el mai'a\Hlo-
ducción. so ]ialacÍo do Versalles. Para la toma de \ I s -
También so estrcm'i al-^l golpe do mu''riei), las, los inlérpreles de la cinta huliieron de
de la P a r a m o u n t , int<'r[)ro1ada por el popii- permanecer durante quince días en el Into-
larísimo actor Riciiard I ) I \ . que obtuvo un rlfii- di'l ijalacio citado, desde el amanecer
i'xilo franco. liasla por la nochi'. Con el fin de evitar qu<'
los miliares tle tuiíistas que a tliarlo acuden a
En el Kursaal y Cataluña \'orsalles atraídos por la Incomparable i)o-
lleza di' sus jarilines y salones, pudieran In-
uMadaini' Lucyu, de la marca Prodlsco, in- te ri-um])ir la labor i\c los artistas, se reser-
|cr|irri;ula por Joan A r l e i l e v Ana Penning- \ a r o n a éstos un cimsiderable número de de-
lon, y (d-a iniu-ieca de iiijiui, del programa |iendoncias on las cuales se prohibii'i lermi-
\'er( laguer, en cuyo re]>arto figura lleU'n nanlomenle I n ' e n t r a d a a todo individuo ex-
ChaduicU, Clyde lirook y John Marrón, fue- traño,
ron las jielículas eslreiiatlas on el Kursaal y l'ero en un descuido de uno de ios g u a n l i a -
Cat.'diu'ia. nos logró Introdiaárse un subdito inglés que
(i.Madamo Lucyji es un diverlldo \'odevil por lo visto, para andar por aquellos lugares,
Mae Murray en "La Viuda Alegre''
que tiene la fina gracia y salacidad del gé- no había menester el clásico cicerone. Quiso
hasta eiitoncrs. Kn di,a viuda alegre», que se nero cuando éste so trata bien como on dicha la casualidad que el hijo do ,'\lbión llegara en
estrenará pasado m a ñ a n a on los lujosos sa- película, iiMadaine Lucy» tuvo éxito franco. ol jireclso momento en que los artistas, vesti-
lones Capítol Cinema y Patlié Cinema, ¡lodrá (iLa muñeca de lujon, de asunti> dramático, dos al uso de la época paseaban en compac-
<'l público a d m i r a r ol arte perfecto del nue\'o también fué do! agrado de! público. tos grupos esperando la orden i\c cnnionzar
as de la pantalla, Roy D'Arcy, ol cual, gra- la espléndida fiesta con qu<' [-uis X\" celebi'a
cias a su director, nos demuestra en esta Noticiario cinematográfico ol retorno di- la marquesa ile Pompadoin' a
producción lodo lo que vale. Roy D'Arcy Kl lianquete homenaje a don Joaquín l'rol- la corte,
había sido en otros tiempos un tenor <Je 0|je- xes, director, de nuestro querldu colega "Arte .\nle aquel cuadro deslumbrante, evocador
reta cómica, y seguiría siéndolo todavía a no y Cinematografían, se celebrará m a ñ a n a , a del Versalles en su época tie mayor osplen-
ser por von Stroheim que creyó \'er en el cua- las nueve de la noche, en el restaurant uPa- <loi-, creyóse ol Inglés víctima de una alucina-
lidades Ignoradas escogiéndolo para interpre- trla_>i. cli'in. Creyó i.|U<.' había |>erdÍdo el juicio y co-
lar el pape! del prínciiKi heredero on uLa menzó a dar gritos como si realmente hubie-
Sabemos que a esto sinip;'iIico acto concu-
viuda alegren. ra oslado loct) de verdad.
rrirán todos los que slgnlfiían algo en la ci-
Mae Miu^ray en uLa \ i u d a alegre» está di- neiiiaíografía barcelonesa. Por fortuna estíiba allí Aunó Simón (le-
rigida por prlmei'a ve/, por un director que raid, el protagonista de Fanfán Rosales, que
no es su esposo. Podemos asegurar que bajo habla correctameme el inglés, y t r a s no po-
la dirección do Krich von Stroheim surge u n a Hornos recibido el jjrlmer número de «La cos esfuerzos logn'i calm.ar al intruso, hacién-
nueva y desluinbradoi'a Mae, y que en esta Paíitallao, revista cinematogn'ilica muy bien dole comprender que aquello no i'ra una qul-
producción puede admirarse a la verdadera ¡¡resenlada y que contieno una Informai'Ión mi'ra. sino una n-allilad viva y tangible, l i n a
actriz, sin excentricidades ni exageraciones interesante y a m e n a . reunión de actrices y actores para represon-
ridiculas. t'orros]jondemos con gusto al saludo que lar el m;'is artístico y suntuoso de los films
" L a Panlallaii dirige a la prensa, y le desea- t|ue ha logrado producir la cinematografía
mos muchos triunfos jierlodístlcos. mundial.
PRUEBAS DE PELÍCULAS

'El Águila Negra", d e los A. U. 1


En sesión do |)ruei)a so |)royectó la [KOícula
iiEl Águila Kegraii, producción de los Artistas
l ' n l d o s , Inlerpretada por Rudolfo Valentino.
C A R T E L E S DE C I N E
Los que lean ol a r g u m e n t o de esta película, MANUFACTURA GENERAL DE I M P R E S O S - LITOGRAFÍA
que publicamos en otro lugar del presente
número, verán que su t r a m a es no\'elesca y R E P R O D U C C I O N E S DE Te I éf on o PAPEL DECARTAS-TAR
tpte ol a m o r y la aventura entran en juego. ARTE - C A T Á L O G O S J E T A S y D E M Á S TRA-
n." 674 e.
La dirección de este film ha sido acertada, CROMOS - FACTURAS BAJOS COMERCIALES
muy ¡nlen-santes las fotografías y sencilla-
mente estu|)enda la Ínterpret;ición, no sólo
por parte de Valentino, que esto fuero ocioso I R. FOLCH Villarroel, 223-París, 130
BA RCE LONA
decirlo, sino también por la de los demás ar-
tistas que con él actúan.

vv^A%vv^.'^^A^JV^i^Artn.^i"wv.•^AArtAr^rtHvvwvv^v^i
^?l/ál7/f^ vv^AAiV^rti^^bVv^i•vvv^•vwv•^/vn^H^^•F-^i•vv^rt^vl.?vvu
i
27
LA J% O D A EN EL CINE
I Las ''toilettes'' suntuosas y el arte del maquillaje i
Una de las cosas que más encantan ai tido, tan esenciales para po-
público femenino de cines, son las i(toÍ- der apreciar si la elección
Icttcsu que exhiben algunas artistas en de color ha sido acertada,
las películas que se desarrollan en un pues éste no favorece nunca
ambiente mundano, elegante y frivolo. por igual a una rubia que a
Las modas más audaces y diríamos que una murena o trigueña.
extravagantes algunas de ellas, sin que La artista que hoy aparece
esto vaya en desdoro del buen gusto — en esta página, no es ningu-
pues no liay mujer hermosa, de cuerpo na de las que hemos señala-
escultural que no resulte atractiva y do más arriba como modelos
llena de encanto ¡)ajo cualquier moda—, del !")ucn vestir en la escena
son lanzadas, de un tiempo a esta parte, muda. Esta bonita actriz del
por las estrellas americanas de mayor re- arte silente, cuyo cuer;:)0
nombre. acusa sus delicadas y armó-
En este aspecto, Gloria Svvanson, nicas líneas, envuelto casi
Greta Nissen, Ana Q. Nilsson, Mary todo él en fiíu'simas plumas
Pliilbin, Norma 81iearer, Mae Murray y en cuya cabecita rubia cen-
y Pola Ncgri, se llevan la palma. tellean las piedras preciosas
Las ((toilettes» de estas lindas y famo- de una diadema, es Adela
sas mujerciías, son siempre suntuosas, Rogers, artista de la Metro-
magníficas y llamativas. Se habla de los Goldwyn, en la producción
vestidos de estas ((vedettes», en tal o cinematográfica «El Jazz-
cual i>e!ícula, con la misma familiaridad band de! FoUies».
e interés que si se tratara de los que lu- T a n gentil modelo, llama-
cen en ((soirécs)}, paseos y teatros las da- rá seííuramente la atención
mas o damiselas de nuestra buena socie- de mis lectoras. En una mu-
dad, listas charlas, resultan siempre de chacha rul)¡a, de cutis terso
buen tono entro mujeres, preocupadas y alabastrino como Adela
del adorno de su cuerpo, y es natural que Rogers, ese vestido en que
muchas vay;imos al cine, más que por más esencial que el raso son
gozar csjHritualmente con las escenas de las blancas plumas que lo
la película (lue se está proyectando, por adornan, resulta precioso y
admirar las ((toilettes» de la protagonista de una elegancia refinada,
de! ñlm, a pesar de que no es posible como seguramente lo apre-
apreciar en la pantalla los tonos del ves- ciarán así mis lectoras, de cuyo buen gusto no cabe dudar, toda vez que entre
ellas está obtenien-
do tin éxito esta sec-
ción.

Para ninguna de
mis lectoras puede
ser el maquillaje mi
arte desconocido.
H o y , no existe mu-
jer que no sepa ma-
nejar la barra de
carnu'n que da a la
boca forma de cora-
zón sangrante, ni que
ignore la aplicación
del r'nuviel y del kol
que embellecen los
ojos. Pero segura-
mente ignoran que
las artistas de cine,
cuando van a impre-
sionar una escena,
se maquillan el ros-
tro con una crema
blanca, pues si usa-
ran el rojo aparece-
rían con la cara ne-
gra. Y con blanco
se están maquillando
las lindas mucha-
chas que aparecen
en esta fotografía de
¡(El Jazz-band del
Follies».

M i s s GLADYS

28 §L.
Museo fotográfico de Popular Film

. ^ " • . ^

LYA DE PUTTI
en la magnifica producción de la U. F. A.^
"MANON LESCAUT".
?^^^^rt^í^W^^^^^^^^fli^^^^^,VWVW^WVWWVi %vvv1A/s^rtíw^i^ArtíVvvvvv^*%vvruv1•^/v^rtrt^
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III.
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•20.

líí-
Ilit'

ir:il

- í

resiiimuln prhViihi^, ;ILIIU|IU- (|rs|)iu''.s de


icr í'\ li'üiu) ck' Alfinania. Abura sp tlice
impresión.irá (iRosurrcccri'in)i |;i rrina dn TO U R S
na nía. De vanla en todas las buenas farmacias
niisoinjs, [ü R'¡)('liiiius, no mis >(n"j>n'inlc y droguerías de España,
el sí'plinin arlo ;itrai¡^'a liasla a las prr-
1-; ri'ales. Pnrqiif im (.'xislf U'LLIIU tan i^lo- Depósito general para Espaüa: EstatiiecitníenlQs DALUÍiAi] OilVERES, S. fl.: Paseo iDdustria. 14. Batcelcna
!• coMHi v'i (!i- arlií-Ia,

l-•^w^•u^^.•^A.'^."-%•wv^.•v•^'•^'^=,.'wv-^•w^l•^^l•;,v^l vvsrtrtrtnirtrtflrt;'!.%vv"-p%rt.^^wrt<v%n«vvv«-wvv'-.'vvvv^
Argumento de la semana

Manon Lcscauí
Producción U. F. A." í
Interpretada por Lya de Putii

m a r a . y ciuindo han iiasado un p a r de, lloras, recoce en ri'ciliir l;i c a r t a , y le bastó l i e m p o ;il m a r i s c a l p;iru
MaiKiii Li'sc:iii), f s i]ii;i ciuMiiNiiItir;! iiiarhiiflia : tiene
.Manon sus lr;!p¡los, y vi.•^liendose p r e e i p i l a d a l u e n l e .se bUMur a sn hijo y ponerle cu anlei'cilcidcs.
su Ijcllczíi lii(l<iB \"ñ ciiriiiiliis tic l;i iiririiiTa .iuvüritinJ,
laii/a i-iiti lij.s /;ip;iliis en la ajano ;i |;i csealera, al fimil Imposible le parecí:i al eiui.moiMdo t|iie a n a s lloras
y es ülocniia y ri'vollüsa i'diiiii un niñu IruviPFu. ¡""i"
de la ca;d la e s p e r a n los bra>:os de su e n a m o r a d o ca- ;nites se habí;i des|)ediihi de .Miinoii. que fuera verdaí!
i'sii f:iis pndrc's, leiniíriisiis de i\w la iliiitnilla CüJiicta
bjillero. I n coche i i r e p u r a d o ecrcii de -l;i pi.sada les es- falsm l a n l i i , y a su cns;i se diriiíiii d e s e s p e r a d o con la
lina |[jfiii;i, ¡im's s u s aliriuiii.-í al ¡ilariT son ÍIIIII(ÍII[Í;IH,
per;i. y miiilus en aii a p r e t a d o abra/,o, y ya d e n t r o del muer le en el a l m a y l;i espi'r;inza de creer iiieierta
a|H'iiV('di;iii el viaje de iiiins vii'Jn^ ii.irieiiti's <|iiít HR
cnehe, ven n u o o la eallaihi c i u d a d d(v Amiens u b r e sus ;iqui'lla nueva en la n i e u l c .
diriiri'n a Ainiciis, y les eiinijiiieiiilaii :i wa lii.ia, la u n e
si l ü o s ii>i ID i-(^iiii-dia. iiitrresará en un eiaivenln de la e.illes al a m o r ([ue imee y va en busca de oíros lieloH De tres en tres subió los escalones y de muí en a n o
vieja l i n d a d i|iio nniíinile U'^ iminilM's de ,sn lirava y i'ii li.s ipic lian vida a la sieiiiiire clermí ilusión. les luijó Iticfío .sollozando, \'.v:\ verd.ail. .Manon .\¡i lio le
lilelúvii-a iuventtid. p c r l e n e c í a . I.:t iiitíTal;! ;ih;iiidonali;i su iniuenso a m o r
11 por las r i q u e z a s de aquel Creso e s h q i i d o y lascivo, (|iie
I.a Liilii.'1'm-ia MI i|ae a Aniiens Bn diriK<' la l i n d a mu- c a m b i ó [lor cimipleto la ex ¡si encía de Maium, euya
ñeíiuila ea-:i|ii¡vana, i'iindure a Taris al vie.in eoiide 1.a Joieti p a r e j a inslaló su nhlo ilc a u m r en l ' a r i s y s i a i p a t í a se eapfó con los rii|iiísiiiii)s retí;ihis que la
llly, ^^raii t e r r a t e n i e n t e y a d i n i n i s t r a d u r fí<'in'r;il ilel en él vivi.in lie tal modo e n a m o r a d o s (d uno del o t r o , h a c í a , eiinsi.s'lciilc.-; en Joyas, t r a j e s , y con iodo arjuello
liéiiiii, I un el i|iu' n a i u e l e a la lÍKerii .Maimn, i|iip uo ipie eran la eiividi;! di' i'uantos les coimeieron. Toilo hi q u e suele e l u c u b r a r la f a n t a s í a de t o d a s his m u j e r e s .
pin'dp vivir sin puner en i i n u l i i ' a esa inaiiilestaeiíjn i!o del m a n d o er:; un luiío p.ira ellori, q u e no cNisfíaii m á s
su e^irái ItT i'iiiineiilemente reiiieiiini). rpie p;ira a q u e l a m o r i|ue c(nislÍ(iiyo su destíracia,
i;i einiiic Hly está piH:¡iiiladii, sus r e n t a s y KII ¡leríiii- |)iies d e j a b a n laír ól ruis;ir el liem]>ri sin que ;il calia- M a n o n Iriiinfa en el í^ran mumlo merced ;i l;i fiolu-
n a l i d a d Hiíñraí-e i|i!f no d e j a n iiirciliir s u s á r n i c a s , su llero lies i i r i e u \ prencnjiase ol.r;i cosa ipie no estuvier;i n;i ilel conde llly, que la alire t o d a s las ])iiorlas. Des
.•ahü y sil deiTeiiilinl. \ ¡ e j i j e r a i n d n s n y ruin, i)r;ie(ieo relacioiíadu cou el eiiello de ;ilabaN|ro d e su bien a m a d a , (írii'iix vuelve a casa de sn p.iiire. y Irajiscurrido el
en lu villa úv-, ia í a i i t i d a d , y lai su dia lírnii c a t a d n r de con s u s ojos de fui-fío o con s u s labios donde el coral Iieni|)o par;i él lleno de a m o r , de odio, de esiieranza y
iniiJiTes, biíai [innitu so da eueiila de las a n s i a s de hiciera nido y iiulacio de so más p r i ' i i a d o color. de.-esper;ición, a l l e r u a l i v a n j e i i t e . .-•cnúu como .Manon se
vi)!ar q u e lieiie la |i;iliriaa, y aoiiini sus deseos r o » !iis- l ' a r i s es t r a i d o r ; en é! lodo cuesta c a r i s ! : las se- (íresenla a su e s p í r i t u . Culi su um¡;ío T i b e r i o vuelve
li>rins de aiiiin' y d e i)lai;er, i|iii' e s r a n i l a l i / ; i n ji lti.s d a s que cidirian el cuerpo jii'ifei'lo de .Manon, sin que a e n c e r r a r s e en e| .seminario de San .•^nlpjcio, de l'al'ís.
vit'jos i i a r i e n l r s de .Manon, y en Cítndiiii a la linda lo- fuesen d e r r o c h e de hijo, e r a n eoslu.siis ; las ca.-iacas de! Con s u s eslndios. su re|mtai-íiui se e s t c n d i ó r:ii)ida-
enela ndinriKaii y c n l r e l i e n e i i . ealiallero, que liubia d r vi'slir eoii ;irri';,'lo a la posi<'ióii Jiieute. Se c r e í a u b r e de las l l a q i a ' z a s del a m o r , y dii-
I'il iinide Hly r ú e n l a a la inueliarluí eseíaias lieeiiein- de su i);idre, m a r i s c a l de l ' r a n c i a , h a b í a que pa^';irlas r a r d e el ;iño c u l e r o se dedicó iil e s t u d i o luista qiio
sas i]|. lü c o r t e ; la reseña las ijiaeeres i|ue iiara las ;i [irecio d e oro, y los c h a p i n e s lie .Manon, y los enca- llejló la época de Imeer eu juibliio un ejercicio de leo-
jóvenes h e r m o s a s pneiorra Taris, y realiza nna m a r a - jes, y los terciopeiüs, lodo, en llu, a c a b a b a con la for- hifíi:i. Sn u o a d i r c circnhi |ior todo Taris y llegó a oídos
villosa lalxir do seilneción, (|ae aenlia e n a n d n el eorinírn l a m i m á s sólida, c n a n t o m á s con los ¡locos recnr.sos del de la iiillel ))or c o n d u c t o del hijo del conde ílly.
atiimeiíi la e i n d a d du Ainiens, en c n j a luisada ijelieiie Joven eahalloro Uvrf UrieuN. I.us a c r e e d o r e s aporre:ibaii —í Sa bes. .M;irion — la dijo éslc—, qm- I ii aiit it;uo
la dilifreneia su molesto trai|uetcii. i a s p u e r t a s d e a q u e l n i d o q u e el a m o r f o r m a r a , y q u e a m a n t e va a orden;irsi- de l e o l o i r ú i :
i'lnire lus iiiuelios r u r i n s u s iine en Alllil'llS I^SllLTifllilll lies ( i r ¡ e u \ Uo quiere p e r d e r . Manon se queiló p á l i d a al cseíadiar al pclritrielre.
la diliuieuria, sin olrn nlijelo i|m' e 1 ili' sütinriiciT su Tro[ione a su auiad'i la reconciliaidón eon su p a d r e , N u n c a ilejó de : i m a r ;il calialtero. ( ¡ t m n l a h a par;i su
eiLríi>sidad, se elU'outraiíaii el ealiall i*ni lli'H Grii'iix y y m á s l u r d e el ea.samienlo lei^al; p e r o ¡Manon lio re- recuerdo id rinconeilo m á s p u r o ile Í^M cs]urílii. Com-
MI ami^íi) y eumpaíioro Tilierfie, i|iie cilie bien sus propósitos, y lia de a b a n d o n a r l e s a p e n a s ¡irendía '[iie id ciih;illero t e n í a d e r e c h o luira odi;irl;ii
m a r el esliidii eeiesiásíie<i, y ps|ieran eiiiiriiriilidnH m i r o nacidos. [UTO... i q u é ciiliia t e n í a ella d e t e n e r a q u e l l a c a b e c i t a
les euriiisos lu dilitíem'iu (|iie viene di! A r r a s . I.os fiuidus se aiiohiii y los iicrcedores les Imeeti l:i loc;l r i I,oca I
C u a n d o -Manon deseii'iide de la dilit'cin.'ia, un rmir- viihi imposible, por 'o cual deciilc lies ( l r i e i i \ l a n z a r s e •••M;iñan;i, en S a n Sulpieio, lu calutllero har;i su
mallo lie a d n i i r a e i ó n eiirre e n l r e liis euriosos, Sn frusea a la calle en Im.-i-a lie los fondos necesarios p a r a reme- ejercicio, y d e n t r o do nin,\ poco sólo el ,Señor t e n d r á
y loxaiia lielle/.u lineen de ella inuí e r i a i n r a a d o r a b l e , a d i a r la siluai'ióu ile .Maonu. a l;i q u e nu q u i e r e ver derechos snbrc el jibate l l i s llrieiiN.
la i[iie Indos las liomlires rinden jilritesia. sufrir ¡lor nada ni i>or n a d i e . Quiere emi)i'ñar sn ídii- Mano 1 dijo o;ida : se liiuiló a secarse a l i n r l a d i - .
I']| caliallero Des (¡rieiix la eonlemiJla e x l a s i a d o y su- inu ,-orlij;i... i l'obrc c;iballero. No s a b e que el travilán lias iiim lairriuiu que rcsluilaluí silenciosa por s u s ine-
fre l;i irriliresióti itiás liotuhi de sil vida. Sus ojos luí a c e c h a a la p a l o m a , y la paloluu es d é b i l ! . . . j i l h i s . y :i .salir ih-i h'.alro ueluicnndo su decisión a sti
liereiiiejL n a d a de la i|Ue le r o d e a ; e s t á n (•l;iv;iiliis en I'róxiino :t la c;i.sa de la e n a m o r a d a p a r e j j i h a b í a j;iquecu.
los ojos lie la hcrnuisisinia v i a j e r a de Amiens, uiic ha a dilado oii p.-il,'iccle el coiulc llly. qaieii d e s p u é s de
visto la iiiiiireaiúii e a u s a d a , y p a s a la a d m i r a t i ó i i del h a b e r d a d o con las huellas de la eua rada iiarejita,
(íaapo r a b a n e r o con l;i rju'is em-aiiliidnra de sos sonri- Id f u t u r o id.iate Des (irieiix eru s o b r a d o conocido on
tralia.j.'iba a r t e r ; i n i c n t e en combimición con la diieñ;i de I',iris )iura que al t\i;\, sitíuieiiJe lo ine.ior de hi a r i s -
sas, Clin la Que iiiüaina el e u r a / ó u del e;tb;d!ero, al une l;i cas:i qiie ha I n h i b a n p.ira l;iu/.;n'se al ;isallo de la
ni loa consejos d e su anuKn n¡ la e o u s c i e n t i a de, sus tiiiuacia iiarisina llemise la sahí de c o n f e r e n c i a s del
irrel1e\iva Maium, ;i la q u e s a b i a ai te del lujo y •Semimirio ilc San Sulpieio.
diibereB, lojíran q n c releiijía el ¡iii])iiI,<o iiao a lii bella del phieer. Valió.se p a r a ello de I,cs( aiil. lieriu;imislro
viJijcra le a c e r c a c a u t i v a d o . L a lux d e s u s ojos le Des llriiuiN leiiiii n o m b r e , forlmui. t a l e n t o , y su co-
de Manon y C n a r d i ; ! de Corps y uno de los cínicos ma- noeiaii ile él ii>dus las a n d a n / a s y m a l a v e n t u r a s ;i l a s
a t r a e irresisiibleioeiiie, y a sa fidu'or ve n a e e r i-n su y o r e s de T a r i s , el cual se cnear^jó, j)iir unos liiisrs, de
peelio una violenta iiasión pnr l;< ;tlr;iyenle mm-liaeliu, que se Imbia vislo l a n z a d o jior a q u e l ;iutor con q u e la
e n t r e t e n e r a Des Crii'ii.^ un p a r d e h o r a s , q u e ol viejo satif-Te. M a n o n , le em;cndier;i. V los muís [lor conocürle,
ipie le iMTSLKue ron sur m i r a d a s y su coi|ueler¡a, conde a p r o v e c i i a r i a jiar;! ¡u'ocnrar la des(ír;iiaa de a m -
l.u aoilie ha lendido s u s velos sobre Aniii'iis. í'erea do los otros por couipromiso, y m u c h a s bellas d a m a s por-
bos a m a n l e s . ijuc l.is vic^^e id ipie s a b í a n eiiaiiuirado c a b a l l e r o , fueron
00 larol ipie i l u m i n a ilébilmeiile la p u e r t a lie la posa-
it;i, uíi houi'>re y una m u j e r eoiiversan mu.\ eerea el a q u e l día a S a n Snliiieio. T a m b i é n .Manon, oculto su
uno del otro. I'or m u y ¡íróximo iine un lereero esluvie- ^laiioii eslá a t e r r a d a ; s u s ¡lereedores Imii j i e n e t r a d o rostro t r a s aii velo, conlemiilab;i ;il ¡nnor de su vida
si' de la p a r e j a , uo lojíraria oir un;i p a l a b r a de PU en su casa y vienen d i s p u e s t o s a llevarse todo lo q u e como (rash^nirado por la fe. rendía su vida a los ¡lies
eojiver.saeióii ; su voií e.s m u y iiucdn. y si no la a.yinia- siipouL''a ;iltíñn v:ilor, o a que ¡i's |i,i^''iien sus ciienlus del I t e d e u l o r d e s | m é s tic I n b i T liedlo su discurso, :id-
>i?\\ Ins ojos u veces nrj .-c e o m p r e m l e r i u u ; pero Ins a t r a s a d a s . Lu linda c i s q n i v a u a oo tiene ni la m á s mí- m i r a h l c , como liim i||. i,c:i1m'i;i reliiriosa, q u e le valió
ojos se lo dieeti lodo, lisian d i i l e e m e n l e en lanado,';. Rl ninuí c;intidad, y iloni y se desespera vieiidu como to- la e n h o r a b u e n a Ue profesores, andidos y b a s t a de las
posjidero apu^'a malieioso el f.arol. l"n iie.sn larjío, infi- d a s !^y\'a iralas van p a s a n d o a his m:iniis siici;is y vello- nin.iercs, l;i m a y o r l i a r t e de his r ú a l e s lio viermí iiiáa
iiilo, llí'iia lu ealle sucia de sum>r;i a i r s r i a . L;( calle sas del c a r n i c e r o , «aiialero, eli',, ciiyn irrupcióu en la es- q u e el fiietío (pie puso en su a l m a el c a b a l l r r o , l'uturu
está ubseur;!, y sin emiiariio, el a m o r l:t ilumiiia cnii la iaiici;i filé fatal )iar;i la dulce l'eliciihid de lo^ ainante.s. abale.
I.himailo por l;i i'eleslimí diieñn de la casa en q u e H a b í a el a c t o conidniílo. y ya sólo con su aini):;o
a n t o r c l i a eneeudiii;i de i i>riioei-;i p;isión,
\iviaii los loriólos, pre.séuliise en esle inomcnln de a p u - TiiuTiío e s t u b u n c i i m e n l a n d o los pr¡ncip:de;- p u n t o s de .
J l a i m i i . huniilde y euriños;!, ;i1iraKada a Des (.irieuN. su discurso, c u a n d o recibió la noiiciti ile q u e iiim se-
IR oneiila su s¡tn;ieión- ro id craiiidij.so conde lil.v, el ciuil es recibido ])or la
etuiiniírada .\Í;itiou culi m u e c a s de hurla y de d e s p r e c i o . ñora cnliierta con mi velo queri i h a l d . i r con él. y le
—iSoy m u y iiesi:raeiad;i : (Jnieren ipie inffrese en iin r o b a b a saMi'.'^e, pues era ;isiinlo imiioriaiite el que con
eonveiilo de Amiens y yo iio lenizo voeaeióii. Quiero Iface niueho I iempo que el conde aeeelialia el m o m e n l o
o|iortnno par,i ;icerear.se a la n i ñ a , a la <pie <air(e.iaba él ludiría de l.raiar.
vivir eiuno las á;rail;l.-. no r o m o los jil;.nj<Tos. \^\ fuese ('muido lies ( i r i e u x e s l a v o frente a la d a m a , dejó
verd;oi ese earifio viieslro. e a b a l l e m ! de balcón a balcón, sin que mereciesen más q u e b u r l a s
su ireslo can.sado do urislócr;ila lúbrico y sus irajefl de éfit;i e.ier el velo q u e c u b r í a s u s láuriuiius, y se p r e s e n t ó
- ; . \ l a m u i ! ; Dalee .Manon! l o no he i i a r r i d o a uin- a n t e la visl;i del h bre que l a n í o hi quiso.
truiia m u j e r : el a m o r no liabia llewadn iiiinea ÍL mí, y colorines, m á s projiios de un m n c b a c h o q u e de nu t a n
riiiicnlo vejestorio ttoloso, jírole.sco y p;in/.udo. - ¡ i M;iiioii : ;
sólo :tl ;,mor de Ilios h a b í a eonsiiKrado l a s f u e r z a s de. •Si, tu .Manon, q u e viene a h u a i i l i a r s e a t u s pies
mi e s p i r i l n . H o y veo (pie hay aliro en i;i vida u lo ipifi T e n d í a s c u a n t o q u i e í a s - - d e r l a el viejo a la bu-
llísimu .Mamai- -, l í i i o s iialacins. J o y a s y s e d a s . T u y a s u p l i c a r l e la perdones, piirqui' no p a e d e vivir sin
el h o m b r e no pueile snslr;ierse, y este nitro es el a m o r lu c a r i ñ o . . ,
a l:i m u j e r <iiie iiiir su heile/.a lotrra en iinesiro corazón vida será ciivid¡ad;i por t o d a s las m u j e r e s d e i ' a r í s ,
pite^ así como lio imy uin^'niíu ;nás bella. t;impoeo ha- - - ; l n K r : i l a Ma i ! í A ' e i c ! i Vele ! í Q u e sii:;i tu eucr-
ser r e i n a y s e ñ o r a . Todo e.sln ipie aule.s un c o m p r c n i l i a , |io c n f a n í r a n d u - e en cl lodo di' todas ];is i m p u r e z a s !
ha n a c i d o cu mi cerebro ;i! inllujo potlero.so de t u s brá cilra que pueda comp.arar su elepam'i;i a la t u y a .
I'ieii.sa 011 j)oco M:iiuai. Al hido de tu e n a m o m d o ca- ¡ \ ' e t e ! i \ ' c 1 e ! , . , y no viielv;is a i n l e i T u m p i r la c a l m a
ojos. [.Manon! Como lui leiijío el cocizóii Ka.^l.ido por
bidlero, m i e n t r a s no hag;! bis p¡n-es con su iiadre, Gólo de eslJi e.asu bajo cn.^o.^ innrLís m a l d i j e I luibre...
niiiguim pasión, .•^é i]tieri'r : emiio en esle tnoiuculo la
eiuoeión es d u e ñ a de nú e.-piritu, lio sé tueidir. le e s p e r a n jirivacioiu's y i)erias mil. V;i ve.'i cómo a h o - •Sí. tienes r a z ó n ; pero i e q u i e r o . 'IV hice tnuclio
ra m i s m o e.sos l i o u i b r e s - i l i j o .señalando ;i los acreedo- m:d ; pero He i p i i e r o ! .No me .ibandoiies, la* m i ó ;
—Quizá d i c a s v e r d a d , c a h a l i e r o : ipiiero c r e e r l e , piu'-
res humilhidos ;inlc sn m a n n i l l e a |ire,seiicia—te van a no me niemies lamp'oco el c;ilor de l a s besos, mi c a b a -
í|ue necesito c r e e r t e . . . Vu.s a l'urís... í l ' o r i[ijé uo iw.
arridiat;ir tu p e q u e ñ o tesoro, ;iqnel con el (iue a d o r i m s llero, i P e r d ó n a m e !
llevas a Taris eonlÍEo?... i,^frí:i t a n telíK viviendo el
til bcMeza, y q u e ¡i ( o b r e lies (Irieiix no p u e d e defen- H u m i l l a d a a los pies do su a d o r a d o , q o e s e n l i a re-
;imor ;i lil lado, mi c a b i d l e r o '
der p o r q o e carece did d i n e r o . T i e n e s en 1 iis m a n o s la n a c e r su i n m e n s o a m o r , lli>ros;i, con iMpiellos s u s divi-
—1 Hulee iiiiior jiiío! Mi v o l u n t a d es esclava ile Ins
fidieiiiad de toda utta vida, y y;i ves i|u<* íácil es al- nos ojos p r e ñ a d o s de felices prmue.'^iis y seniir;i del
e;ipr¡eÍios. Kres rein;i dtí lui u h n a .v de mi vida
c a n z a r l o . Con <iuc, poiii.';is tu lirnuí en esle i>apel, el a m o r del c a b a l l e r o , i c ó n i o no babúi de vemicrV l.uelió
--lüsl.a noche c u a n d o mis viejo.s pnrieufes dm-niiaii
])adrc de lu a n u i u l e v e n d r á por él y le eueerr;(rú a eonsÍKo niisnio lies (irieiix qim d n r . i m e n t e recibió ;i la
reeotferé mis r o p a s y vemiré a tu lado...
l)icdra y lodo en su s e m i n a r i o , de domle no s;ildrá ijue l a u l n :imó y :i lo qm- :i iies;jr de todo no h a l d a
—Mi ;ilma, hermosa mía, l e recibirá eon t o d a s sus
b e i i s a l a s c n e r i i d i d a s y fon las corolas de lodaa sus Qo- nunca m á s . d e j a d o de : ir ni mi ,olo inslalile, pero las láiírililas
res a b i e r t a s ]»ara recibir a la i|m- es su s e ñ o r a por I.os sollozos de iMauoii |)urlíati el a l m ; i . t^a t r i s t e z a de l a " j e r vciiciiTon, y unidos o t r a vez volvieron al
amor. era i u l u i i l a ; i p e r o teni;i l a u l : i razón el conde I ¿ Q u é cielo que il a n . o r vohí;i a [joner en sus v¡il;is.
• - l . l i i r i i d m e , caballero, (jue no me eiig;iñar6is I jVuos- iba a ser de ella sin Jo.vjis y sin trajes':' ¿ C ó m o p o d r í a S e p á r a n s e un m o m e n l o Ins a i i u i n l e s , ella p a r a volver
I r o aiiHir es en lo únieo q u e mi a l m a se f í a ! . . . vivir p o b r e m e n t e sin s e r ; i d m i r a d u y a s e d i a d a p o r to- por sus cosas a su m o r a d a , y él p a r a |ircp:irar el nido
I.os bra/.os lie .Manon se liali¡;iu e n l a z a d o al cuello dos los q u e a su p a s o trojiezaba en Uis calles do T a r i s ? d e a m o r q u e un d í a abamlomu-iui. ,Mijy pniiitu se Im-
del c;itj;iii|.ru Des ( i r i e n x , (pie lodo fuego al albore;ir N a d i e w a j a r í a eu e l h i ; ¡lero,,. ¿y su e n a m n r a d o y hriaii de r e u n i r en él p a r a im s e p a r a r s e en la vida.
del a m o r cu su a l m a , p r e n d í a el broche de s u s besos r e n d i d o caímllero!-' ¿ Q u e s e r í a de él sin sn ;iiuorV Asi se lo Jururoii, y asi hubiese sido si la de-sgraeia
e n j a llama viva de los a n l i e n l e s labios de M a n o n . - l l e c i d e l e p r o i d o , .Manon - c o i i t i n a ó el viejo con- o ol d e s t i n o no h u b i e r a n ¡ n i e r v e n i d o en las vidas de
Se s e p a r a r o n con un beso i n h n i l o , c i t á n d o s e p a r a de-. I'l.sos h o m b r e s eslieran. A tu noble y a t í r a e i a d o aquellos seres liar i dos pur;i ;i loarse y . por lo l a u t o ,
cinimlü eii la población ipiedu.si- todo en silencio. cab,ullero n a d a le p u e d e [uisar, .Vdemás, q u e h i p u e d e s p;ira sufrir i n n i e n s a m e n l e , q u e no es a m o r l a n dulce
-^Adiós, mi único a m o r . scirnir q u e r i é n d o l e ; yo no me o p o n d r é a ello. emoción col! IKIHUIS creen.
—Adiós, mi Hiimdo c a b a l l e r o . Tur hn, y no sin mucho vacihir, Manon firmó, y el Al volver .Manon :i sn cas;i se e n c u e n t r a en ella al
conde Hly pattó las detidus t o d a s do los a m a n l e s . y en- conde ltl,\, y al q u e h a c e conocer su pasión por Des
curtió p a r a M a n o n j o y a s y s e d a s a las m e j o r e s c a s a s t i r i e n \ y el deeididu |uo|ii>sito que ia a n i m a .
de T a r i s . —Kstoy eans:iila lic sus c a r i i á a s de viejo idiota y no
Ararniii llefi;i a sn h u h i l a c i ó u d o n d e s u s p a r i e i d e s la quiero s o p o r t a r ni un m i n n l o m;is su e s l ú p i d a tiresen-
a i r n u r d a n eon i m p m d e n c i a , vierido.-e oblitfa<Ia a desnu- i'ia — dice Mauíiii :d conde - y c o n t i n u a . —MI es el
d a r y a Imcerst! lu d o r m i d a . Q u e d a eu silencio la vi\.- No t;i'rdó niuchn el p a d r e del c;iii:illero Des l!rieu\ único h o m b r e a quien be ipicrido y q u i e r o , y no inc

v^AAíVvvv^.rvvvvv^r-v^ftflJvvvwvvvn.^A.•v-Fv%^AJ^.^
31
vwJVVV^AAA.v^^.v•-^^^.Fv^ftJv^.vv^AAn.^i^vpvv^vvvvvw^. ^JV^AArt^Jvw•J^;vv^fl•^^.rt/vvvvJ^ft/wvv1-v^ArJ^n.rt^^

Este número ha sido visado


p o r la c e n s u r a

tiene de la vida nna opinión equivocada, y nada le


parece lan naliival como el acto de irreflexión que
comete .'il volver a «u casa de tan estrepitosa manem
vestida.
Su amante la espera impaciente y nervioso : GU con-
r.iencia do hombre honrado le pesa con el recuerdo del
aefo comelido, y apenas se atreve a mirar el oro que
lanzó .sobre la mesa, y que lan vorgonzosatiicnte llegó
a su poder, lista aplanado por los remordímientos, y
linicamenle podría caboarle la presencia de la bolla
que le obliga a la realización de actos tan ignominio-
sos como ei tometidü.
Arrolladoianiente bella, elegantísima dentro de su
vestidura magnifica se le aparece al fin iManon con !a da contlenada a sufrir el hambre, el frío y las imper-
rln la fTiiiiJi Iciior uuu s()])iiit;ir ii\r»a iiiiíii'wfias qw, las Sonrisa en los labios y deseosa de ser admirada por tinencia-s de sus compuñeras, mujeres de la más canalla
nni> me lia su cariíii). Des ürleux. estofa de los bajos fondos de l'aris.
líl coridi' esciiüiíaha ¡niiiertiirliahic y Honricntti a. \¡i ¡i'obre cahallero, y qué contrario efecto le causa su 1.11 día, estando en la prisiop condenada a trabajar
dosgracindíi Manon, y cuando sii convenció do que amante de aquella gi'isa tocada I lUn rayo que hu- niticho imis de lo que sus fuer/.as la permitían, vio en-
iTiiii vfrdiidiiraH .sns palaliraB, aiixíliadu por sus cria- biese fulminado su lic'Strucción, no le hubiera causado trar en ella al viejo conde, al que acompañaban una
d)iíi cin'i'rrú \i la liinia L'nanioi'ada on ?iii cuürtu, espL-- tan mal efecto! Vuelve la duda a Iiuscar un hueco en de sus antiguas queridas y su cinieo hermano Lescaut,
ramio i|U'' la siilcdad calriíaso sus nervios y la hiciese su cerebro y en su corazón, y lleno de rabia se dirige el cual, valiéndose de una geuial estratagema, que con-
iromprciidcr stírcnuiiiente el paso que iba :i dar. U'cro a Manon, que no esperaba que su amante la recibiera siste en hacerla pasar por Ifi querida del conde a la
cLiiilfiULiíni convcmi; al amor de sus errores I tan iracundo y amargado, que robaron sus ropas, logra salvarla de la prisión,
til conde lie Jily era un inülvado. Una ve^ (jue tuvo —¡Manon, Manon I ¿De dónde vienes de esa maneraF JLinon apenas se vé llore, corre veloz a la casa de
eiu'erraila a Manon, se prepüfó el medio con nue in- i Qué miserable me rolia otra vez tu cariño? iDios su amado, e! cual, a pesar did amor qiiu la profeea,
iitiliíatr ii su eoiifrincanlo en el amor lio .Mamai, y para mío! ¡Dios mío I... iüs que merecen este pago mis teme volver a ser engañado por fllaiion y la repudia,
i;llo le envió hasta el luírar en i|ue afc'u arda lia, una acciones r siguiendo Jos consejos de su padre y su amigo Tihergo,
caria ron ana corlesaiut nuapa y fresca, pero de pocos Angustiado como un niño cayó de bruces sobre la que de ella tienen una opinión desfavorable,
atraelivüs mnralcB. mesa llorando lo que eroia traición de aquella mujer, i f'obre juguete del destino I La liesgraciada Manon, a
Di'cjale en la carta uue Manon lialfíii tfanado ht a quien sacrificó su vida entera, y por la que tiró su la que su amanie no cree su odisea del presidio por
ajiiii'Kla, pues iiMciíiiró cierto lüa que büstaria BU sola honra, su posición y .^u buen nombre a lo más canalla ju/.garla una estratagema, vuelve a la calle abando-
presencia para (|ue abandonaso el seminario su antigao y repulsivo dul negro lodo de la ignominia. nada de todos, con la muerto en el alma, al verso des-
anianle. Lo luiliin. en efecto, i'onKeffiíido, y continuaba --lAmor mío! ]Mi cielo! |i\o llores tú, mi vida! preciada por el hombre a quien adora tanto.
ofreciéiidole miuella otra no menos JieriiiOBa mujer que —clamaba Manon, a.susl.aiia por aquel dolor tan in- \'iielven los agentes de la justicia a encontrarla y
era portadora de su carta. tenso qi:e altorab.t el rostro de su amado. vuelvo a la prisión donde es condenada a deportación.
Cuando el desgraciado caliallero leyó !a carta atiuella Fué secando sus lágrim.is, besándolas según corrían
se desplomó en el suirlo abaliilo por el dolor, como se por las mejillas tostadas del desconsolado amante, y
abato un roble ba.jo ei liacba t'orjiíídablc de! rayo que fué explicándole e¡ por qué venia de aquel modo ves- Ul convoy do los deportados está preparado, y l'aris
le anÍQuila. tida. en masa presencia el bárbaro espectáculo como si de
I,c rccoiíiü sin sentido la gonlii que lo roiicabn y le —No dudes do mi, mi caballero. Para mi en el mundo algo alegre su tratase. Momentos antes de salir de la
llovarou a la. casa de Su.saua, la enviada del conde no hay nada más que ta cariño. Te juro que es verdad prisión, aun iulenla el conde salvar a Manon, hacién-
(!e líl.v, donde no lardó rnuclio en aparecer llena de cuanto le digo... ¡Nene! - dola proposiciones (pie no son admitidas por la hernio-
anRU.stia y de pena la exqiiisit;! jManoii, que había po- Y ie besaba dulremenle, tiernamente emocionada, sa que, una vez que perdió su amor, tanto !a importa
dido escapar de la jaula en la que la encerrara el mal- por aquel lan grande amor, que cada vez iba arrai- la vida como la muerle. Liramies son los e.-:íuerzos que
dito conde. ganrlo niás .en su es|i¡ritu, sensibilizado ¡lor la pa.sión. ul conde liacu para convencerla; pero Manon ya no es
V aili, a sus pies,' llorosa, lo dio cuenta do lodo lo T.os sollozos del caballero fueron aniinorando y su la misma : su pasión la transliguró y, enamorada de lo
ocurrido y borró con sus besos Jos dolores pasados. Ja- congoja fué haciéndose inonor, liasla que en un nio- que para olla parece imposilile, rcbuye al conde y le
má.s linbía i-slado tan encantadora Manon, ni jamás mentü de absoluln (Incisión tomó en sus hranos a la abofetea, poniéndole en ridiculo unlc la nmchedunilire
fuera Des Grieiij; tan dichoso como lo fu¿ en aquellos amada de lodo su corazón y con apasionado acento, que aplaudo frcuélica e¡ acto de Manon.
iuomcntos. ;(¿QÓ pronto olvidó los dolores pasados, y la di.io : Jil carro de los deportados la espera y a él la arro-
•con qué dulce rendimiento i'iitrciíó su alma a su ado- -i^fanon! Sin ti mi vida es un infierno. To lo per- jan los ejecutores do la sentencia inicua. A Iravés del
ra/la Manon, feliz tamliién como ninica lo fuera I ]Kus dono todo porque, aunque fueses mi inllerno. te perdo- empalado del carrelón que ha de coniiucirla al des-
almas estaban vestidas de blanco cuando al caer do la don.ir.i mi cinvi/úi), iiicapan de latir, si iu cariño le licrio resalla su belleza trágica, en aquel instante en
tarde de aquel diclioso día .'.i' volvieron a eoniulKar en lalia.si'. .\,p (luien. pensarlo más. Quiero que seas mi que la muerte que la roo las outrañaa empalidece su
el sairraüo tnliermieulo licl aroor I esposa, para que, dignificada a los ojos de todos, i>ueda cara en la yue triunfan las a/.uccnas, a las que parecen
caer contigo n los pies de nú padre, para que nos per- perseguir los crisantemos tétricos de la dosilusión.
ill done. Mi padre es bueno y accederá a mis ruegos. No —i'I'iidos me abanilonanl ¡Todosl iQué pensará mi
quiero verte pasar makis ralos : ¡no puedo! ino pue- ainador ¡Dios mío, quu algún día llegue a compren-
Vuelve la felicidad u iluminar sus días. Su res- do! íQuiere-s ser mi etip'wia ante Dios y los hombres, der mi amor y me perdone, como yo le perdono al
plandor es. ¡b'ual que el último y inAs intenso de Manon? verme abandonada 1
lina luK que se apapu : dura niu.v poco... Jíl dinero es- íQuó más podía esperar, ni qué más pedir pudiera
casea otra vi;/,, y Manon, sin joyas, sin sedas .y con la eternamonle enamorada?
el único tesoro que la resta, con su sinttalar belleza, —¡Si! uSi 1 — exclamó siníieinlo abrirse su alma ai l'Jl caballero Des Urieux no podía abaiidonafla y
.-uíre en silencio la escasez do dinero tic su amanto influjo de aquella dulce esperanza que realizaba todos miiciio menos después do haber conocido la desgracia
que no se resigna a verla sufrir, sabiendo como sabe sus sueños, liusca una corona y un velo. Preiiara cuanto que la afligía. Desesperado y loco, lleno de remordi-
que su pobre enamorada e.^tá acosturiibrada al lujo y antes nuestra imión y ven por mí, que mi alma es toda niienlos y dispuesto a lodo por salvarla, llega hasta el
no a las privaciones. luya y quiere jurarlo ante i^l aliar su amor inmenso... Frefecto üe la Corle al que pido cleaieiicia para ella.
—jQuú buró Lescaut - - decía cierto día al cínico Lo que pudo tecfíiinar en tragedia, acabó en come- Pero el Prefeelo está avisado por el n.ariscal, padre del
licrnianasiro de .Manon — jtara que mi bien amada no dia s(>ntiiiiculal, ciiamlo Dos Grieux sulió presuroso a caballero, y tiene órdenes de aquél de encerrar a su
p;t.so tanto mal rato y tama faliiía? ] I.)ÍOB niio, ilumi- (MUiprar la corona de flores que había de adornar la hijo por unos días, cuando a él se dirija ludiéndole ele-
riajuc I loca cuhccila de la mujer ainada y a buscar un saner- nicneia. '
—Uéjalu a Dios en paz, que un el cielo e¿lá iiiu.v doto que diese colmo a sus deseos. Dos (írieux lucha por la libertad contra los sicarios
bien acüinoitado, y piensa que aqiii, en la tierra, el del Prefecto y sucumbe ante ul número, siendo arras-
verdadero Dios es ei dinero. Jlay un medio de que no Irado a la prisión, para que no ])ueda salvar a su ado-
liases fatitías. l'ú estás muy bien relacionado, lienes lacla qiio en aquel momento se dirige al destierro sohi,
im iiMiiibie ilustre y no eres sospeclioso a nadie, ni onfernia y triste.
ningiim» se desdoraría jugando contigo. Con uu puco lil conde Jíly, no ha dejado un momento de espiar .auxiliado i>or la l'rovidencia tal vez, logra e! caba-
de lialjüidad lialirnt,- ganado la batana. a la paloma que tan c.crlerajnenle rindió su corazón llero liurlar a su guardián y, medio loco, se lanza tras
LescauL socó unos luiipcs del Ijolsilio, y continuó: senil y aprovecha este mouninlo en que De.v Uricux ha el convoy quu ya ha tra.^puesto' las puertas de París.
—í \'es estas cinco cartas; J'ue.s en ellas está la base .'<alido, para entrar i.ii coaipañía de dos hombres que Ala.-i en ul alma y en los pies lleva Des Urieux, para
de tu fortuna. se apoderan de Manon a la fuerza, mientras él distrae salvar a su adorada Manon quo se ha desmayado apu-
DÍ!s Grieu.x no saiila que liacer : si abofetear a! ca- a Susana, la liueña do la mansión que habitan los nas salió de París.
nalíu y despedirlo de su casa para siempre, o hacer amantes y un tiempo alcahueta del viejo conde. Las compañeras que con ella comparten el estrecho
caso de sus consejos. En eaiado in>rmal le buliiera abo- I.'n coche cerrado espera la pre.sa. el cual, una voz carromato, lenicro.sas de que se les muera en las ma-
feteado, pero euaiulo el amor manda en un corazón ha ocu])¡ulü su sino el conde, arranca veloz, ante la sor- nos, piden a los soldados que las conducen un poco de
y este ve a la persona a/nada llorar, por horrar una presa de Des tírieux que, al ver a Manon dentro del cleniencia para aquella desgraciada.
sola lájírima suya se daría la vida y el honor y la eoetie, se cree una vez más engañado por la falaz co- Almas negras, más ruines que la misma miseria, se
dignidad. Las preocupaciones que JJes Urieu.x lema su quetería de .Manon que, vuelta en sf de sii desmayo, ríen de sns súplicas y las casiigun con el plano de sus
itesvaneeieron ante la cara pálida y triste de su Manon. suplica. Hora y ruega initiilmenfe al emule que no sables.
--1 vengan esos naii)es ! ¿tjue be de iiacer con ellos? ceja en su empeño .v la conduce o la prisiór. de Sao Parece mentira que sean hijos de aquel pueblo que,
—\'ámonos a mi rasa y lo ver.is, no sea quo se eli- Lázaro, donde la enciurra, acusándola de ibcrtinajc lialjicndusu enterado de lo (pie ocurre, clama iracundo
tere Manon y IKIS arme an esuamialo. líl Conde de Itly está deeitiido a vengarse Ji Manon contra ios salarios que tan poca compasión tiuiien de
si éíila no acepta las proposiciones del viejo ni vuelve una tau débil y hermosa criatura. Pero el pueblo es
a su casa. Jil prefecto de la corte le presta su omnímo- bueno, esa noble y no teme a los sables con yue le ame-
Aquel dia el honrado y bueno hasta enioncea caba- do apoyo, y la desgraciada Manon en la prisión se que- nazan los soldados borrachos, y a ellos su lanza, dis-
llero lies Lirieux, el hijo de un mariscal do Francia, puesto a arrebatarles a([uc!la díbil mujer que muere
hizo trampas en una sida de juego, jipa-itando contra y a castigar lo ruin de su, corazón.
el conde Uly, al que ganó cuaiilo dinero llevaba enci- lin este momento llega hasia el lugar en que ocu-
ma, y 400 escudos de oro que el conde jugó bajo su rren los sucesos el desgraciado Des tírieux que, saltan-
palabra, sin darse cuenta, ha.sia el final del partido, de do por encima de todos, llega hasla el carro y se apo-
por qué ha perdido su dinevíj y de qué forma so lo lia dera de aquel preciado tesoro de su alinn a la quo BU
robado Des (•rieux, amor condujo a los umbrales de la miitirle.
Mntretanto que su amante buce de caballero de in- Corre el cabaUero, con su preciosa carga, por las tor-
dustria un una de las más nohles mansiones de la tuosas callejas de los viejos barrios de Paris hasta quo
aristocracia france-sa, Alanon, atraída por el lujo, se casi sin fuerzas llega a la ca-sa de su padre.
dirige u un salón de modas en donde se encuentra con i a US lardo; las penalidades sufridas y todas las
el bi,io del conde de Jlly, al ([ue lia muclio tiempo amarguras que pasó han producido hondas huellas en
sabe enamorado do EU.S encantos, ei cual se sorprendo la salud y en el corazón de Jlaiion,
al verla de lan pobre modo ataviada, y transforma su F;I padre del caballero, anie aquella (iesgraeiaiia cria-
indumentaria sin reparar en gastos, aunque para ello tura y ganado su corazón por la inmensa pasión quo
haya de empeñar su palabra de honor y rirmar un uiHi aquellas almas, les bendice y perdona.
recibo por moclio más de lo que le prestaron para ata- Jfanon es foliz. —i Muy feliz!—cuando en brazos de
viar a la deliciosa Manon, que bajo laa sedas y las su acongojado caballero lanza el último suspiro. Ha pa-
plumas vuelve a ser la frivola coíiueta de siempre. gado a la vida con la muerto y a la muerte con una
.Manon no es mala, es inconsciente, puia al aceptar .sonrisa ijuo idealiza «n rostro peregrino, en el que las
los regalos del enaaiorado vizconde, no promete nada. azucenas dejaron el puesto a las tristes crisantemos
No se da cuenta tampoco do! aleauce que aquellos re- quu la muerle para ella hizo florecer.
galos tienen para quien los hace, ni se preocupa de
lo ([ue pueda pretender el enamorado mauceho, pues FIN - • • "

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