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Audición Musical y Cultura Alejo Garzón Carrascal

¿De qué manera el conocimiento aportado por esta asignatura va a cambiar tu actividad
musical como intérprete?

Considero que en el curriculum educativo de todo conservatorio/facultad que se dedique a la


enseñanza musical debería haber un apartado no sólo a la retórica musical y a los tópicos (que
más o menos todo el mundo conoce a través de alguna asignatura como Música Antigua o
similar) sino a la significación y a los principios de la semiótica musical.

Esta asignatura me ha aportado una gran bibliografía para profundizar en aspectos relativos a
los elementos extra-musicales, que por desgracia en el mundo de la música culturizada son
renegados a un segundo término. Generalmente se da por supuesta la intencionalidad del
compositor y su época, sin tener en cuenta el inconsciente colectivo que determina una obra
artística de igual forma.

Como intérprete musical, esta asignatura me ha ayudado no tanto a encontrar figuras retóricas
sino a comprender su significado antes de enfrentarme a una obra y sobre todo a entender por
qué y para qué son utilizadas. Siempre había sobreentendido que la música era significativa,
que poseía un contenido expresivo y emocional, pero nunca había sabido cómo se articulaba
esa funcionalidad, a través de que aproximaciones objetivables se demostraba y quienes
habían sido los mayores exponentes teóricos.

Además, estos conceptos han despertado mi interés en un campo como el de la percepción


musical, creo que mi trabajo fin de máster irá encaminado a descubrir si las figuras retóricas
son entendidas de manera parecida por todos, si depende de la educación cultural, de los
recursos intelectuales…

Una asignatura apasionante, no sólo por las cinco sesiones sino porque abre las puertas a una
infinidad de conocimientos hasta ahora ocultos para mí. Y es triste, que intérpretes musicales
de gran prestigio, solistas, miembros de reputadas orquestas… en sus charlas diarias, en sus
clases, en sus artículos o estudios tengan siempre sitio para la técnica, para la teoría
convencional e historicista, para las repetitivas ideas de Adorno pero nunca para un punto de
vista diferente acerca del significado de la música.

Nadie se atreve a cuestionar las grandes soluciones dadas por los teóricos del s.XX, pero ¿Y si
no llevan razón? ¿Y si hay cabida para las emociones durante una actuación? ¿Y si mi versión
de una obra es igual de aceptable que otra, siempre que este fundamentada? Si mis alumnos
imaginan una cascada o un monte durante la audición de un pasaje musical ¿Tengo que
decirles que se olviden de ello? ¿Por qué? ¿Por qué la música es incapaz de evocar? ¿Quién lo
dice? ¿Puedo asociar una bajada cromática con una caída libre? ¿Puedo recordar momentos
de mi infancia si una obra me lleva a ello? ¿Puedo dejar de pensar en acordes, estructuras,
sonidos… y centrarme en otro aspecto extramusical? ¿Por qué no?...

Son preguntas que quizás antes pasaba por alto y ahora empiezo a vislumbrar, para eso me ha
servido esta asignatura: para seguir aprehendiendo, para seguir preguntando.

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