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CESAR VALLEJO

Un Poeta Universal
POEMA A MI AMADA
Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos
curvados de mi beso; y tu
pena me ha dicho que Jesús
ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso.
En esta noche clara que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha
cantado en su hueso. En esta
noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más
humano beso.
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.
Y ya no habrá reproches en
tus ojos benditos; ni volveré a
ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como
dos hermanitos.
PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA
Me moriré en París con
un día del cual tengo ya el
aguacero,
Me moriré en-y no me
recuerdo.
talve
Parísun jueves, corro
como es hoy de
z otoño.
Jueves será, porque hoy,pros
estos versos,
jueves, que los húmeros o me he
puesto a la mala
jamacomoy, hoy, me he
con
s todo mi camino, a verme
vuelto,
solo.
César Vallejo ha muerto, le
todos sin que él les haga
pegaban
lenada;
daban duro con un palo y
duro
también con una soga; son
los días jueves y los huesos
testigos
la soledad, la lluvia, los
húmeros,
caminos…
MASA
Al fin de la batalla, y
muerto el combatiente, vino hacia él
un hombre y le dijo: «No mueras, te
amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y
repitiéronle: «No nos dejes!
¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» Pero
el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra
la muerte!» Pero el cadáver ¡ay! siguió
muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate
hermano!» Pero el cadáver ¡ay!
siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste,
emocionado; incorporóse
lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…
LOS NUEVE MONSTRUOS
I, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por
segundo, paso a paso, y la
naturaleza del dolor, es el dolor
dos veces
y la condición del martirio,
carnívora voraz, es el
dolor dos veces
y la función de la yerba
purísima, el dolor dos
veces y el bien de sér,
dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tánto dolor en el pecho, en la
solapa, en la cartera, en el vaso, en la
carnicería, en la arimética!
Jamás tánto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió
lo lejos, jamás el
fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de
salud, fue la salud más mortal
y la migraña extrajo tánta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su
cajón, dolor, el
corazón, en su cajón,
dolor, la lagartija, en su
cajón, dolor.

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