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Evaluar para certificar: mi paso por la escuela secundaria tuvo lugar durante los años
80 y 90, y puedo identificar fuertes características de la escuela tradicional en ella.
Desde el disciplinamiento del cuerpo, la importancia del profesor como dueño del
saber y a quien no se podía cuestionar, la rigidez en cuanto a los reglamentos, la
pedagogía desarrollada, y la manera de evaluar.
Durante mi paso por la escuela las únicas evaluaciones que tuve, fueron las de
finalización del trimestre y evaluación final del año lectivo. No advertí ningún tipo de
análisis previo para determinar objetivos intermedios, avances, o problemas para
aprender de los alumnos. En la evaluación final, tenias 2 instancias incluyendo la
recuperación, mediante el cual si llegabas al puntaje mínimo pasabas al grado
siguiente superior, y si no lo hacías repetías el grado.
En mi caso tuve serios problemas con profesores que pedían memorizar conceptos,
definiciones, o explicaciones que figuraban en los libros, palabra por palabra de
manera exacta. Lo cual no es mi fuerte, necesitaba entender porqué, cuando, o cómo
para recordarlo, y nunca pude hacerlo exactamente como estaba escrito, únicamente
podía explicarlo con mis propias palabras de acuerdo a lo que yo entendía del tema.
Para eso necesitaba preguntar, interrogar a los profesores, y hubo casos en que se
sintieron cuestionados por eso y me causó problemas, y desaprobados en esas
materias como represalia por “querer ponerlos en ridículo” ( como uno de ellos me
dijo en una ocasión).
En este video queda expuesto la decisión de evaluar para clasificar la población, ya que
de acuerdo a la nota que obtengan se establece una escala.