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Se prevé que el crecimiento de África al sur del Sahara disminuirá en 2015 por debajo de la tasa

anual de crecimiento promedio del 4,4 % de las últimas dos décadas. La expansión más lenta de
la actividad económica refleja en gran medida la caída de los precios del petróleo y otros
productos básicos en las economías de la región, a pesar de que los importadores netos de
petróleo obtendrían ganancias. Se espera que los precios de los productos básicos y la inversión
extranjera proporcionen menos sustento a la economía y que una demanda y una actividad
económica moderada en los mercados emergentes afectará también el crecimiento de la región.

La diversidad en los patrones de crecimiento coincide con la variedad de los países del
continente. Las perspectivas de los exportadores de petróleo, como Nigeria y Angola, están
siendo afectadas por la debilidad de los precios mundiales de sus principales productos básicos.
Sin embargo, se pronostica que una expansión continua de los sectores no petroleros, en
particular los servicios, estimule el crecimiento en Nigeria en 2016 y posteriormente. Entre los
países con mercados fronterizos, se espera que el crecimiento aumente en Kenya, impulsado
por el incremento de la inversión pública y la recuperación del turismo. En Ghana, las altas tasas
de interés y la inflación afectarán la confianza de los consumidores y los inversores,
desacelerando la actividad económica. Según las previsiones, Sudáfrica registrará un
crecimiento lento pero constante, ayudado en parte por el aumento gradual de las
exportaciones netas, y las reformas para enfrentar los desafíos existentes en el sector
energético.

El crecimiento seguirá siendo sólido en la mayoría de los países de ingreso bajo debido a las
inversiones en infraestructura y la expansión agrícola, aunque los precios más bajos de los
productos básicos disminuirán la actividad en los países exportadores de metales y otros
productos básicos clave. Si se excluye a Sudáfrica, el crecimiento promedio para el resto de la
región fue de alrededor de 5,5 %. No obstante, la pobreza extrema permanece elevada en toda
la región. La inversión extranjera directa disminuyó en 2014, lo que refleja un crecimiento más
lento en los mercados emergentes y la caída de los precios de los productos básicos. Varios
países, entre ellos Côte d’Ivoire, Kenya y Senegal, pudieron aprovechar los mercados
internacionales de bonos para financiar proyectos de infraestructura.

Los déficits fiscales de la región se redujeron cuando varios países tomaron medidas en 2014
para controlar sus gastos. Al mismo tiempo, sin embargo, la posición fiscal se deterioró en
muchos países. La causa en algunos de ellos (por ejemplo, Kenya y Mozambique) fue el aumento
de los salarios. En otros (como Malí, Níger y Uganda), se debió a un mayor gasto en las
inversiones públicas. En otros lugares, los déficits más altos reflejaron una disminución de los
ingresos, en especial en los países exportadores de petróleo que sufrieron bajas en la producción
y caídas en los precios del petróleo (por ejemplo, Angola). El índice de endeudamiento de la
región se mantuvo moderado gracias a un crecimiento sólido y a tasas de interés concesionarias.
Sin embargo, en algunos países, la deuda aumentó de manera significativa en 2014,
especialmente en Ghana, Níger, Mozambique y Senegal.

La disminución de los precios del petróleo, los metales y los productos agrícolas afectó las
exportaciones de la región. En cambio, la demanda de importaciones se mantuvo fuerte,
impulsada por los proyectos de infraestructura. Como resultado, varios países siguieron
teniendo un considerable déficit fiscal y de cuenta corriente. La inflación aumentó en el primer
semestre de 2014, debido en parte al alza del precio de los alimentos, pero permaneció baja en
la mayoría de los países.

Los riesgos para las perspectivas de la región provienen tanto de factores internos como
externos. El brote de ébola en África occidental se está desacelerando y conteniendo
efectivamente, pero se mantiene el temor de que pueda propagarse de manera más amplia que
lo previsto al comienzo, afectando la confianza y causando graves trastornos al comercio
transfronterizo y las cadenas de suministro de la región. En varios países, los presupuestos
públicos están bajo mayor presión por las demandas urgentes de aumento del gasto. Los
conflictos en Sudán del Sur y la República Centroafricana, y los problemas de seguridad en el
norte de Nigeria, el norte de Camerún y el sur de Níger podrían deteriorarse aún más, con
dañinos efectos regionales colaterales. Un aumento repentino de la volatilidad en los mercados
financieros internacionales, y precios más bajos de los productos básicos son algunos de los
principales riesgos para las perspectivas de la región.

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WASHINGTON, 7 de abril de 2014. El crecimiento económico de África al sur del Sahara continúa
aumentando y pasará del 4,7 % de 2013 al 5,2 % previsto para 2014. Estos resultados son
producto del incremento en las inversiones en recursos naturales e infraestructura y del fuerte
gasto familiar, según la nueva edición deAfrica's Pulse (El pulso de África), el documento que
publica dos veces al año el Banco Mundial y en el que se analizan los factores que configuran las
perspectivas económicas de África.

El crecimiento fue notablemente pujante en los países ricos en recursos naturales, entre los que
figuran Sierra Leona y la República Democrática del Congo. Se mantuvo estable en Cote d’Ivoire
y se recuperó en Malí, apuntalado por las mejoras en la estabilidad política y la seguridad. Por
otro lado, los países que no cuentan con grandes riquezas naturales, en particular Etiopía y
Rwanda, también registraron un sólido crecimiento económico en 2013.

Los flujos de capitales dirigidos a la región de África al sur del Sahara continuaron en aumento,
y se estima que en 2013 llegaron al 5,3 % del producto interno bruto (PIB) regional, un valor
significativamente superior al promedio de los países en desarrollo, del 3,9 %. La inversión
extranjera directa neta en la región creció un 16 % hasta alcanzar en 2013 los
US$43 000 millones, una cifra casi récord, impulsada por las nuevas reservas de petróleo y gas
descubiertas en varios países, como Angola, Mozambique y Tanzanía.

Debido a la baja en los precios internacionales de los alimentos y los combustibles y a las políticas
monetarias prudentes, la inflación de la región se desaceleró y en 2013 registró una tasa anual
de 6,3 %, mientras que el año anterior había llegado al 10,7 %. Sin embargo, algunos países,
como Ghana y Malawi, experimentaron un repunte de la inflación debido a la depreciación de
su moneda. Las remesas dirigidas a la región se incrementaron un 6,2 % en 2013 y alcanzaron
los US$32 000 millones, valor que supera la cifra sin precedentes de US$30 000 millones
registrada en 2011. Estos flujos de fondos, combinados con la baja en los precios de los
alimentos, impulsaron los ingresos y los gastos reales de los hogares.

El turismo también creció notablemente en 2013 y ayudó a respaldar la balanza de pagos de


muchos países de la región. Según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas,
la cantidad de turistas internacionales que llegaron a África al sur del Sahara aumentó 5,2 % en
2013 y llegó a la cifra récord de 36 millones. Esto representa un aumento respecto de los
34 millones de 2012 y ha contribuido al incremento de los ingresos públicos y del sector privado
y a la generación de empleo.

“La implementación de programas universitarios de calidad en África, en particular en áreas


como ciencias aplicadas, tecnología e ingeniería, podrían permitir mejorar drásticamente la
competitividad, la productividad y el crecimiento de la región”, sostiene Makhtar Diop,
vicepresidente del Grupo del Banco Mundial para África.“Se necesitan reformas estratégicas
para ampliar el acceso de los jóvenes a la educación de base científica, tanto a nivel de los países
como de la región, y para garantizar que se gradúen con conocimientos de avanzada que
resulten pertinentes y satisfagan las necesidades de los empleadores del sector privado”.

Diop señala asimismo que varios países africanos se ubican ya de manera reiterada entre los de
mayor crecimiento como consecuencia de las acertadas reformas macroeconómicas
emprendidas en los últimos años y debido a que el resto del mundo ha ido modificando su
percepción del continente y lo considera una región de grandes oportunidades para el comercio,
la inversión, los negocios, la ciencia, la tecnología y el turismo. “Sin embargo, las deficiencias de
la infraestructura física seguirán limitando las posibilidades de crecimiento de la región. Para
lograr una transformación duradera en sus economías, la mayoría de los países de la región
deberá aumentar significativamente el gasto en infraestructura”.

Coyuntura económica
Sudáfrica alberga al 75% de las principales empresas del continente africano. El país conoció un
crecimiento promedio de 4,2% entre los años 2000 y 2008, pero luego se vio afectado por la
crisis internacional. En 2013, el crecimiento no sobrepasó 1,9%, y luego disminuyó en 2014
(+1,4%). El PIB incluso bajó durante una huelga del sector minero en el primer trimestre de 2014.
Además, Nigeria se transformó en la primera potencia económica africana, por sobre Sudráfrica,
en abril de 2014. No obstante, Sudáfrica sigue siendo el país africano más industrializado. Sin
embargo, su índice de crecimiento no es suficiente para absorber los flujos de nuevos
trabajadores. La economía está basada en el sector minero y el dinamismo de los sectores
agrícola y financiero.

El año 2014 estuvo marcado por una huelga de los mineros del platino. Este recurso representa
más de 50% de los ingresos de exportación. Los mineros obtuvieron una ligera revalorización
salarial, mientras que la inflación llegó a 6,3% en 2014. La nota soberana de Sudáfrica fue
degradada en 2014, debido a la recurrencia de los conflictos sociales y la ausencia de verdaderas
reformas. El país sufre una falta de población calificada, la corrupción y una inversión
insuficiente en infraestructuras. Además, las importaciones son penalizadas por la debilidad de
la moneda local. Ante esta situación, el gobierno limitó el gasto público y aumentó los
impuestos. Los resultados del ambicioso plan de desarrollo anunciado en 2011, cuyo objetivo
era crear 6 millones de empleos, son decepcionantes. Un hogar blanco gana en promedio seis
veces más que un hogar negro, y la reforma agraria no ha avanzado. Los habitantes de los
township manifiestan regularmente por mejores servicios públicos. Para apaciguar las
reivindicaciones, el gobierno suele aumentar las prestaciones sociales. El sistema eléctrico está
insuficientemente desarrollado. La construcción de centrales de carbón se ha retrasado. El
gobierno planea desarrollar energías renovables y construir varias centrales nucleares a partir
de 2015. Sudáfrica desea demás explotar el gas de esquisto, campos de hidrocarburos marítimos
e importar energía hidráulica. El presidente Jacob Zuma fue ampliamente reelecto en mayo de
2014, pero debe afrontar críticas cada vez más fuertes. Diferentes partidos de oposición han
ganado terreno en 2014, y uno de ellos llama a nacionalizar el sector minero. A nivel
internacional, Sudáfrica ha reforzado su lazo con China y Rusia en 2014. Sus tropas están activas
en diferentes escenarios operativos en África. Considerando los límites del mercado interno, las
grandes empresas nacionales incrementan sus inversiones en el continente.

Según la definición de la cesantía que se utilice, esta concierne a entre 25% y 40% de la población
activa. El sida afecta a un gran número de habitantes (6 millones), pero la distribución de
tratamientos antirretrovirales ha mejorado. En 2014, 13% de la población vive con un euro por
día. Sudáfrica es el país con más desigualdades del mundo, ya que una gran parte de la población
negra es ignorada. Por último, la caza furtiva de rinocerontes, una especie protegida, ha
aumentado a tal nivel que el gobierno planea legalizarla para mejor controlarla.
Fuente: IMF - World Economic Outlook Database - últimos datos disponibles.

Nota: (e) Datos estimados

Principales sectores económicos

Sudáfrica tiene un subsuelo rico en recursos minerales. Es el mayor productor y exportador de


oro, platino y cromo, y el cuarto productor de diamantes del mundo. El país posee 80% de las
reservas mundiales de platino, y posee también el 60% de las reservas globales de carbón.
Sudáfrica cuenta con diversas industrias de fabricación y es el líder mundial en varios sectores
especializados; entre ellos los de materiales rodantes ferroviarios, combustibles sintéticos y
equipamiento y maquinaria minera. El sector industrial emplea a un cuarto de la población activa
y representa más de 30% del PIB.

El sector de los servicios es floreciente. Emplea a cerca de 70% de la población activa y


representa cerca de dos tercios del PIB. El turismo debiera seguir creciendo tras el impulso que
dio el Mundial de fútbol. Sudáfrica cuenta con una sofisticada estructura financiera, con una
bolsa activa que se sitúa entre las veinte primeras del mundo en términos de capitalización
bursátil.

La agricultura representa solamente una pequeña parte del PNB (2,4%), y solo eemplea a 5% de
la población activa del país. Sudáfrica es el sexto productor mundial de vino.

Fuente: World Bank - últimos datos disponibles.


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Sudáfrica es líder mundial en el área minera. El país es reconocido internacionalmente por su
abundancia de recursos mineros –responsable por un segmento importante tanto de la
producción como de las reservas del mundo—y las empresas mineras sudafricanas dominan en
muchos sectores de esta industria a nivel global.

Sudáfrica es el mayor productor de oro y platino del mundo y uno de los principales productores
de metales base y carbón.La industria de diamantes es la cuarta más grande del mundo,
superada sólo por Botswana, Canadá y Rusia.

A pesar de tener las mayores reservas de oro, metales de platino y mineral de manganeso del
mundo, Sudáfrica aún tiene un gran potencial para la explotación de otros depósitos de clase
mundial en áreas aún no exploradas.

El país sólo carece de dos minerales estratégicos: bauxita y petróleo crudo. Todo el resto del
espectro de las cinco principales categorías mineras está presente en el país, a saber: metales y
minerales preciosos, minerales energéticos, metales y minerales no ferrosos, minerales ferrosos
y minerales industriales.
Aparte de sus abundantes reservas minerales, la fortaleza de Sudáfrica está en sus altos niveles
de conocimientos especializados en técnicas de producción y variadas actividades de desarrollo
e investigación apoyados por una moderna infraestructura física que incluye laboratorios,
plantas piloto y talleres. Como resultado, el país se ha convertido en uno de los principales
proveedores de productos y servicios para el procesamiento minero e ingeniería metalúrgica
para industrias de todo el mundo.

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