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ILUMINISMO

Movimiento filosófico del siglo XVIII, especialmente de Francia, que afirmaba el poder
ilimitado de la Razón para gobernar el mundo de los hombres y dirigir sus vidas,
renegando del pensamiento histórico. Fue origen de la Enciclopedia (de aquí su otro
nombre de "enciclopedismo"), y fue antecedente inmediato de la Revolución francesa.

Las Ideas de la ilustración francesa se centraban en siete puntos:

1. Rebelión contra las autoridades


2. Racionalismo
3. La idea de “ilustrar”
4. Optimismo cultural
5. Vuelta a la naturaleza
6. Cristianismo humanizado
7. Derechos humanos

La rebelión contra las autoridades se dirigía en parte contra el poder de la iglesia, del
Rey y la nobleza. En el siglo XVIII estas instituciones eran mucho más poderosas en
Francia que en Inglaterra, por ejemplo. Los franceses siempre han sido un poco más
racionalistas que los ingleses. Esa diferencia tiene sus raíces en la Edad Media.
Cuando los británicos hablan del “sentido común”, los franceses suelen hablar de la
“evidencia”. La expresión inglesa tiene que ver con la “experiencia común”, y la
francesa con “lo evidente”, es decir con la razón.

Racionalismo. Al igual que los humanistas de la Antigüedad, como Sócrates y los


estoicos, la mayor parte de los filósofos de la ilustración tenía una fe inquebrantable en
la razón del hombre. Esto fue tan destacable que muchos llaman a la época francesa
de la ilustración simplemente “Racionalismo”.

Las nuevas ciencias naturales habían demostrado que la naturaleza estaba organizada
racionalmente. Los filósofos de la ilustración consideraron su cometido construir una
base también para moral, la religión y la ética, de acuerdo con la razón inalterable de
las personas.

La idea de “ilustrar”. Ahora hacía falta “ilustrar” a las grandes capas del pueblo,
porque ésta era la condición previa para una sociedad mejor. Se pensaba que la
miseria y la opresión se debían a la ignorancia y a la superstición, por lo tanto había
que tomarse muy en serio la educación de los niños y del pueblo en general. No es una
coincidencia que la pedagogía como ciencia tenga sus orígenes en la Ilustración.

En cuanto se difundieran la razón y los conocimientos, la humanidad haría grandes


progresos. Era sólo cuestión de tiempo, pensaron los filósofos de la ilustración.

Vuelta a la naturaleza. Algunos de estos filósofos se convirtieron en defensores de


“una vuelta a la naturaleza”. Para los filósofos iluministas la “naturaleza” significaba casi
lo mismo que la “razón”, porque la razón humana proviene de la naturaleza, al contrario
que la Iglesia y la civilización.

Cristianismo humanizado. De ahí que había que volver a la naturaleza, a nuestro


estado natural, incluso había que convertir la religión en algo natural, lo cual nos lleva a
un concepto humanizado del cristianismo.
Derechos Humanos. Los filósofos de la ilustración francesa no se conformaron con
tener puntos de vista teóricos, sino que lucharon activamente a favor de lo que
llamaron “derechos naturales”. En primer lugar se trataba de luchar contra la censura y,
consecuentemente, a favor de la libertad de imprenta. Había que garantizar el derecho
del individuo a pensar libremente y a expresar sus ideas. Se luchó en contra de la
esclavitud de los negros y a favor de un trato más humano a los delincuentes. El
principio de “inviolabilidad del individuo” fue finalmente incorporado a la “Declaración de
los Derechos Humanos” que fue aprobada por la Asamblea Nacional Francesa en
1789.

Los derechos de la mujer. Una de las que más luchó a favor de los derechos de las
mujeres, durante la Revolución Francesa, fue Olympe de Gouges. En 1791 hizo pública
una declaración sobre los derechos de la mujer -ya que la declaración de “derechos de
los ciudadanos” no contenía ningún artículo sobre los “derechos naturales” de las
mujeres- en donde exigía los mismos derechos de los hombres. Esto la llevó a ser
ejecutada en 1793, prohibiéndose, además, toda actividad política de la mujer.

CONCEPTO DE ILUMINISMO

“El iluminismo, en el sentido más amplio de pensamiento en continuo progreso, ha


perseguido siempre el objetivo de quitar el miedo a los hombres y de convertirlos en
amos. Pero la tierra enteramente iluminada resplandece bajo el signo de una triunfal
desventura. El programa del iluminismo consistía en liberar al mundo de la magia. Se
proponía, mediante la ciencia, disolver los mitos y confutar la imaginación: Bacon, "el
padre de la filosofía experimental", recoge ya los diversos temas. Desprecia a los
partidarios de la tradición, quienes "primero creen que otros saben lo que ellos no
saben; luego suponen saber ellos mismos lo que ellos no saben.

La credulidad, la aversión respecto a la duda, la precipitación en las respuestas, la


pedantería cultural, el temor a contradecir, la indolencia en las investigaciones
personales, el fetichismo verbal, la tendencia a detenerse en los conocimientos
parciales: todo esto y otras cosas más han impedido las felices bodas del intelecto
humano con la naturaleza de las cosas, para hacer que se ayuntase en cambio con
conceptos vanos y experimentos desordenados.

Es fácil imaginar los frutos y la descendencia de una unión tan gloriosa. La imprenta,
invención grosera; el cañón, que estaba ya en el aire; la brújula, conocida ya en cierta
medida antes: ¡qué cambios no han aportado, la una al estado de la ciencia, el otro al
de la guerra, la tercera al de las finanzas, el comercio y la navegación! Y hemos dado
con estas invenciones, repito, casi por casualidad.

La superioridad del hombre reside en el saber, no hay ninguna duda respecto a ello.
En el saber se hallan reunidas muchas cosas que los reyes con todos sus tesoros no
pueden comprar, sobre las cuales su autoridad no pesa, de las que sus informantes no
pueden darles noticias y hacia cuyas tierras de origen sus navegantes y descubridores
no pueden enderezar el curso. Hoy dominamos la naturaleza sólo en nuestra opinión, y
nos hallamos sometidos a su necesidad; pero si nos dejásemos guiar por ella en la
invención, podríamos ser sus amos en la práctica.

Bacon ha sabido descubrir con exactitud el animus de la ciencia sucesiva. El feliz


connubio en que piensa, entre el intelecto humano y la naturaleza de las cosas, es de
tipo patriarcal: el intelecto que vence a la superstición debe ser el amo de la naturaleza
desencantada. El saber, que es poder, no conoce límites, ni en la esclavización de las
criaturas ni en su fácil aquiescencia a los señores del mundo. Se halla a disposición
tanto de todos los fines de la economía burguesa, en la fábrica y en el campo de
batalla, como de todos los que quieran manipularlo, sin distinción de sus orígenes.

Los reyes no disponen de la técnica más directamente que lo que hacen los
mercaderes: la técnica es democrática como el sistema económico en que se
desarrolla. La técnica es la esencia de tal saber. Dicho saber no tiende -sea en Oriente
como en Occidente- a los conceptos y a las imágenes, a la felicidad del conocimiento,
sino al método, a la explotación del trabajo, al capital privado o estatal. Todos los
descubrimientos que aun promete según Bacon son a su vez instrumentos: la radio
como imprenta sublimada, el avión de caza como artillería más eficaz, el proyectil
guiado a distancia como brújula más segura.

Lo que los hombres quieren aprender de la naturaleza es la forma de utilizarla para


lograr el dominio integral de la naturaleza y de los hombres. Ninguna otra cosa cuenta.
Sin miramientos hacia sí mismo, el iluminismo ha quemado hasta el último resto de su
propia autoconciencia. Sólo el pensamiento que se hace violencia a sí mismo es lo
suficientemente duro para traspasar los mitos. Frente al actual triunfo del "sentido de
los hechos", incluso el credo nominalista de Bacon resultaría sospechoso de
metafísica y caería bajo la acusación de vanidad que él mismo formuló contra la
escolástica. Poder y conocer son sinónimos. La estéril felicidad de conocer es
lasciva tanto para Bacon como para Lutero. Lo que importa no es la satisfacción que
los hombres llaman verdad, sino la operación, el procedimiento eficaz; "el verdadero fin
y tarea de la ciencia" reside no en "discursos plausibles, edificantes, dignos o llenos de
efecto, o en supuestos argumentos evidentes, sino en el empeño y en el trabajo, y en el
descubrimiento de detalles antes desconocidos para un mejor equipamiento y ayuda en
la vida".

LAS FILOSOFÍAS DEL ILUMINISMO

CONTEXTO SOCIAL

La época de desarrollo del iluminismo es la del Absolutismo, específicamente el


absolutismo del siglo XVIII, también denominado despotismo ilustrado, que gobernó
en Francia, Prusia, Inglaterra y España. Estos regímenes fueron el resultado de ciertos
cambios en la forma de gobernar como estrategia para continuar manteniendo la
dominación de las sociedades. Estos cambios supusieron que durante el siglo XVIII se
comenzara a observar la tendencia a:

 Una mayor humanidad en el trato de los gobernados


 El fomento de la educación popular
 Igualación de los súbditos frente a la ley
 Apertura hacia la libertad religiosa
 Suavizar el derecho penal, limitando el uso de la tortura judicial

Todos estos aspectos deben ser considerados como tendencias a la mejora, ya que en
todos los casos las medidas de gobierno y sus efectos sobre la población continuaron
siendo extremadamente duras.
El iluminismo fue un movimiento muy heterogéneo del cual podemos señalar como
sus principales características las siguientes:

 Creencia en la razón y en la racionalidad humana


 Creencia que tanto sociedades como individuos progresan en un sentido de
mayor perfectibilidad
 Utilización del principio de causalidad
 Los principios y las leyes gobiernan la naturaleza, el hombre y la sociedad
 Desafían la autoridad y rechazan la tradición
 Manifiestan desagrado por el nacionalismo y muestran su solidaridad
cosmopolita con los intelectuales iluministas

El iluminismo fue originalmente un movimiento francés y sus integrantes procedían


principalmente de la clase media. Su desarrollo coincide con el ascenso de la
burguesía como clase con poder económico y político.

Panorama intelectual

Influencias del iluminismo:

 Racionalismo de Descartes (1596-1650).


 Método de las ciencias naturales de Isaac Newton (1643-1727)
 Empirismo británico, (se le distingue del iluminismo, aunque para algunos
autores es la versión británica de este movimiento)
 John Locke (1632-1704): niega la existencia de las ideas innatas (Descartes) y
afirma que todo conocimiento, opiniones y conductas derivan de la experiencia
sensible.

Durante el siglo XVIII la visión antropocéntrica tradicional del universo se desmorona y


se va instaurando una concepción de la sociedad basada en el progreso del pasado:
principales representantes de esta concepción fueron Montesquieu, Voltaire y los
enciclopedistas.

Pero también, a través de la literatura de los viajes exóticos, se instaura el mito del
"buen salvaje", a partir del cual autores como Rousseau proclaman la necesidad del
retorno a la naturaleza.

La creencia en la razón de los iluministas se percibe en la gran actividad científica que


se observa durante el siglo XVIII. La observación y la experiencia era los puntos de
partida: el método analítico de la física de Newton se aplica al conjunto del
pensamiento y conocimiento. Es la época de la inducción y en especial de la
descripción.

El iluminismo liberó a la ciencia de los obstáculos de la tradición teológica y fue


haciendo posible la evolución autónoma del pensamiento moderno.

Los orígenes de la idea de progreso

 La idea de progreso humano engloba una síntesis del pasado y una profecía del
futuro.
 Considera que las personas avanzan lentamente en una dirección definida y
deseable y ese progreso continuará indefinidamente hacia una condición de
felicidad general.
 La idea de progreso se relaciona con Descartes
 Diferencia entre progreso moral y progreso científico

EN RESUMEN: El iluminismo

En la historia nada es casual, un hecho es la consecuencia inevitable de otros que le


precedieron. La Revolución francesa, si bien tuvo otras causas, no hubiera sido
posible, sin la presencia del iluminismo, que poniendo luz sobre el oscurantismo
de la Edad Media, época en que se impedía pensar libremente, se alejó de las
creencias religiosas para explicar el mundo y sus acontecimientos, para hacerlo a la luz
de la razón.

El iluminismo tampoco hubiera existido de no haber precedido un debilitamiento del


poder de la Iglesia, a causa de la reforma protestante que dividió al mundo cristiano en
católicos y protestantes y del humanismo, movimiento filosófico que centró en el
hombre el objeto de las preocupaciones terrenales, quitando a la religión ese privilegio.

Los filósofos iluministas, basados en el modo de conocimiento de la naturaleza,


explicaron del mismo modo, los fenómenos políticos y sociales, dando origen a una
crítica revolucionara del sistema institucional vigente en esa época, al que calificaron
de irracional y contrario a la naturaleza, en múltiples aspectos, como la investidura del
monarca como ser dotado por Dios de un poder absoluto y las diferencias sociales,
amparadas legalmente en una sociedad jerarquizada.

Tomando las ideas de Isaac Newton, aplicaron a otros campos, la metodología de la


física. El método científico, que incluye las técnicas de la observación, la
experimentación y el análisis, fue utilizado para explicar la realidad cultural.

Todo fue objeto de análisis y discusión, surgiendo así, producto de una reflexión
conciente, un Estado distinto, el Estado liberal, que incluye un modo de organización
política, social y económica, diametralmente opuesto al absolutismo monárquico.

Sentaron la idea de la existencia de los derechos naturales, que son aquellas


facultades, intrínsecas al individuo, como el derecho a la vida, a la libertad, a la
propiedad, etc., que nacen con la persona, y que el Estado no otorga, sino que debe
reconocer y garantizar.

La ley, basada en la razón, debía establecer derechos y obligaciones para todos,


gobernantes y gobernados, y serían éstos los que decidirían quiénes ejercerían el
mandato del Estado, con poderes limitados en el número y en el tiempo.

En Francia se destacaron las ideas de Charles Louis Secondant, Barón de la Breul et


de la Montesquieu, quien sentó la tesis de la división de poderes, como garantía de
control y para evitar el abuso de los gobernantes.
Otro gran iluminista fue Jean Jacques Rousseau, que elaboró la teoría del contrato
social, para explicar la existencia del Estado, por la cual los individuos resignan ciertas
libertades, en pos de la voluntad general, pero sin renunciar definitivamente a su poder
de mando. El Soberano debía ser el pueblo y no el monarca.

Por su parte, Voltaire, defendió la libertad de pensamiento y la tolerancia religiosa,


atacó los privilegios del clero y la nobleza, y enalteció el trabajo de la burguesía frente
al ocio de la aristocracia.

En la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, emanada de la


Asamblea Nacional en 1789, en el apogeo de la Revolución Francesa, se evidencia la
influencia de estas ideas democráticas.

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