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La Historia de Sara
Cuando Sara estaba en primer curso, la maestra comenzó a enseñarle a leer. Los padres de
Sara estaban realmente sorprendidos cuando ella tuvo dificultades. Como Sara era lista y
ávida, ellos pensaron que aprender a leer sería fácil para ella. Pero no lo fue. Ella no podía
conectar las letras con sus sonidos o combinar las letras para formar palabras.
Los problemas de Sara continuaron hasta el segundo curso. Aún no podía leer y tenía además
dificultades al escribir. La escuela le pidió a la mamá de Sara permiso para llevar a cabo una
evaluación para averiguar la causa de sus problemas. La mamá de Sara dió su consentimiento
para la evaluación.
La escuela realizó la evaluación y se enteraron de que Sara tiene una discapacidad específica
del aprendizaje. Inmediatamente comenzó a recibir ayuda especial en la escuela.
Sara aún recibe esa ayuda especial. Ella trabaja todos los días con un especialista en lectura y
con un maestro en la sala de recursos. Ahora ella está en cuarto grado y ¡ha progresado
mucho! Está trabajando duro para ponerse al día con la lectura y ortografía. Con la ayuda de la
escuela, ella seguirá aprendiendo y progresando.
Puede tener problemas en aprender el alfabeto, hacer rimar las palabras o conectar las letras
con sus sonidos;
Puede tener dificultades en recordar los sonidos de las letras o escuchar pequeñas diferencias
entre las palabras;
Puede pronunciar mal las palabras o usar una palabra incorrecta que suena similar;
Puede tener problemas en organizar lo que él o ella desea decir o no puede pensar en la
palabra que necesita para escribir o conversar;
Puede no seguir las reglas sociales de la conversación, tales como tomar turnos, y puede
acercarse demasiado a la persona que le escucha;
Puede no poder repetir un cuento en órden (lo que ocurrió primero, segundo, tercero);
Puede no saber dónde comenzar una tarea o cómo seguir desde allí.
Si el niño tiene problemas inesperados al aprender a leer, escribir, escuchar, hablar, o estudiar
matemáticas, entonces los maestros y los padres pueden investigar más. Lo mismo es verdad
si el niño está luchando en cualquiera de estas destrezas. Es posible que el niño tenga que ser
evaluado para ver si tiene una discapacidad específica del aprendizaje.
Dislexia
Dislexia se define como dificultad para leer. Cuando los niños están aprendiendo a leer y a
escribir en el jardín infantil y en primer grado, es común que confundan la letra “b” con la “d”,
el número “6” con el “9” y que confundan otros tipos de palabras. Es importante aclarar que
esto no es un problema de visión, sino que el cerebro está invirtiendo o modificando la
secuencia de la información que recibe de los ojos. La mayor parte de los niños supera este
problema antes de los siete años aproximadamente. Sin embargo, en el caso de los jóvenes
disléxicos, los problemas de lectura persisten.
En otra forma de dislexia, la mente identifica correctamente la palabra que “ve”, pero tarda en
relacionarla con su significado. Estos adolescentes leen muy despacio y es posible que tengan
que releer el material varias veces antes de comprenderlo. Otras actividades de comunicación
también pueden presentar dificultades, tales como comprender el lenguaje oral y expresarse
de forma oral y escrita
Disgrafía
Disgrafía (o agrafía) se define como dificultad para escribir, como resultado de la dislexia, de
una coordinación motora deficiente o de problemas para entender (interpretar) el espacio. La
forma de manifestarse depende de la causa. Un informe escrito por un adolescente con
disgrafía debido a la dislexia tendrá muchas palabras ilegibles o mal escritas. Por otra parte, la
torpeza motora o una deficiencia en la percepción visual y espacial sólo afecta la letra, no la
ortografía
Discalculia
La discalculia se define como dificultad para hacer cálculos matemáticos. Las matemáticas son
un problema para muchos estudiantes, pero la discalculia puede hacer que un adolescente no
comprenda incluso conceptos matemáticos básicos.
Evaluación e Intervención
Las discapacidades específicas del aprendizaje tienden a ser diagnosticadas cuando los niños
llegan a la edad escolar. Esto es porque la escuela se concentra en aquellas cosas que
pueden ser difíciles para el niño—leer, escribir, matemática, escuchar, hablar, razonar. Los
maestros y los padres observan que el niño no está aprendiendo como se esperaba. Es posible
que la escuela solicite una evaluación para ver cuál es la causa del problema. Los padres también
pueden solicitar una evaluación.
Salón de recursos. Su hijo puede calificar para servicios especiales de medio tiempo o
tiempo completo en un salón de recursos para ciertas materias académicas
específicas, mientras que para otras materias y actividades asiste al sistema académico
"convencional". Asegúrese de que las metas y expectativas se establecen de manera
apropiada, y que cuentan con un horario para llevarlas a cabo. De ser necesario, su
hijo también puede recibir ayuda por problemas de lenguaje (terapia del habla o
lenguaje) o problemas motores (terapia física u ocupacional).
Inclusión total/parcial al sistema académico convencional. Se trata de un sistema en
que un joven con discapacidades recibe educación conjuntamente con sus
compañeros sin discapacidades en la medida de lo posible. En el caso de los alumnos
que no cumplen con los criterios de discrepancia para optar a los servicios especiales
bajo la ley federal pero que todavía necesitan recibir algún tipo de ayuda, los maestros
de su salón de clases regular deben hacer cambios en el salón de clases para satisfacer
las necesidades del niño; es decir, deben hacer modificaciones en el plan de estudios
del joven, plantear maneras distintas para enseñar una materia, tareas y expectativas
en general. Durante este proceso, es esencial que se motiven y mantengan las
fortalezas del niño, que incluyen actividades extracurriculares.
Intervenciones "desviadas". Aparte de la intervención directa, las estrategias
"desviadas" también son muy efectivas en los niños. Este es un método en el que las
debilidades se evitan o evaden. Por ejemplo, un niño con problemas de caligrafía
puede utilizar un procesador de palabras para escribir sus reportes. Si tiene buenas
destrezas de expresión oral, podría permitírsele que presente reportes orales en lugar
de escritos, y que tome evaluaciones orales.
Apoyo en casa. En casa, usted puede modificar el entorno o clima emocional,
mantener expectativas realistas y en general apoyar a su hijo. Desarrolle rutinas para
hacer las tareas, está disponible para ayudarle, mantenga la casa en silencio durante el
horario de tareas y, de ser necesario, reduzca el compromiso de su hijo con las
actividades extracurriculares para que tenga más tiempo y energía para estudiar. De
nuevo, cuide y mantenga otros métodos de logro y satisfacción. Contratar a un tutor
puede ser muy útil y a menudo puede reducir o eliminar las tensiones relacionadas con
las tareas escolares entre los padres y el niño. Sin embargo, sea realista y no
sobrecargue la capacidad de un joven ni le impida tener tiempo para realizar
actividades e intereses no relacionados con la escuela.